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¿Que son?
Los recursos
naturales son los elementos y fuerzas de la naturaleza que el hombre
puede utilizar y aprovechar.
Estos recursos
naturales representan, además, fuentes de riqueza para la explotación
económica. Por ejemplo, los minerales, el suelo, los animales y las
plantas constituyen recursos naturales que el hombre puede utilizar
directamente como fuentes para esta explotación. De igual forma, los
combustibles, el viento y el agua pueden ser utilizados como recursos
naturales para la producción de energía. Pero la mejor utilización de un
recurso natural depende del conocimiento que el hombre tenga al respecto,
y de las leyes que rigen la conservación de aquel.
La conservación del
medio ambiente debe considerarse como un sistema de medidas sociales,
socioeconómicas y técnico-productivas dirigidas a la utilización
racional de los recursos naturales, la conservación de los complejos
naturales típicos, escasos o en vías de extinción, así como la defensa
del medio ante la contaminación y la degradación.
Las comunidades
primitivas no ejercieron un gran impacto sobre los recursos naturales
que explotaban, pero cuando se formaron las primeras concentraciones de
población, el medio ambiente empezó a sufrir los primeros daños de
consideración.
En la época feudal
aumentó el número de áreas de cultivo, se incrementó la explotación de
los bosques, y se desarrollaron la ganadería, la pesca y otras
actividades humanas. No obstante, la revolución industrial y el
surgimiento del capitalismo fueron los factores que más drásticamente
incidieron en el deterioro del medio ambiente, al acelerar los procesos
de contaminación del suelo por el auge del desarrollo de la industria,
la explotación desmedida de los recursos naturales y el crecimiento
demográfico. De ahí que el hombre tenga que aplicar medidas urgentes
para proteger los recursos naturales y garantizar, al mismo tiempo, la
propia supervivencia.
Los recursos
naturales son de dos tipos: renovables y no
renovables. La diferencia entre unos y otros está determinada
por la posibilidad que tienen los renovables de ser usados una y otra
vez, siempre que el hombre cuide de la regeneración.
Las plantas, los
animales, el agua, el suelo, entre otros, constituyen recursos
renovables siempre que exista una verdadera preocupación por explotarlos
en forma tal que se permita su regeneración natural o inducida por el
hombre.
Sin embargo, los
minerales y el petróleo constituyen recursos no renovables porque se
necesitó de complejos procesos que demoraron miles de años para que se
formaran. Esto implica que al ser utilizados, no puedan ser regenerados.
Todo esto nos hace
pensar en el cuidado que debe tener el hombre al explotar los recursos
que le brinda la naturaleza.
El Agua
El agua, al mismo
tiempo que constituye el líquido más abundante en la Tierra, representa
el recurso natural más importante y la base de toda forma de vida.
No es usual
encontrar el agua pura en forma natural, aunque en el laboratorio puede
llegar a obtenerse o separse en sus elementos constituyentes, que son el
hidrógeno (H) y el oxígeno (O). Cada molécula de agua está formada por
un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno, unidos fuertemente en la forma
H-O-H.
En nuestro planeta
las aguas ocupan una alta proporción en relación con las tierras
emergidas, y se presentan en diferentes formas:
- mares y
océanos, que contienen una alta concentración de sales y que
llegan a cubrir un 71% de la superficie terrestre;
- aguas
superficiales,que comprenden ríos, lagunas y lagos;
- aguas del
subsuelo, también llamadas aguas subterráneas, por fluir
por debajo de la superficie terrestre.
Desde los mares,
ríos, lagos, e incluso desde los seres vivos, se evapora agua
constantemente hacia la atmósfera, hasta que llega un momento en que esa
agua se precipita de nuevo hacia el suelo. De esta agua que cae, una
parte se evapora, otra se escurre por la superficie del terreno hasta
los ríos, lagos, lagunas y océanos, y el resto se infiltra en las capas
de la tierra, y fluye también subterráneamente hacia ríos, lagos y
océanos. Esta agua subterránea es la que utlizan los vegetales, los
cuales la devuelven después de nuevo a la atmósfera.
Como observamos, al
volver el agua a la atmósfera se completa un ciclo, que se denomina
ciclo hidrológico o del agua.
De esta manera la
naturaleza garantiza que el agua no se pierda y pueda volver siempre a
ser utilizada por los seres vivos.
Importancia
del agua para la vida. La vida en la Tierra ha dependido siempre
del agua. Las investigaciones han revelado que la vida se originó en el
agua, y que los grupos zoológicos que han evolucionado hacia una
existencia terrestre, siguen manteniendo dentro de ellos su propio medio
acuático, encerrado, y protegido contra la evaporación excesiva.
El agua constituye
más del 80% del cuerpo de la mayoría de los organismos, e interviene en
la mayor parte de los procesos metabólicos que se realizan en los seres
vivos. Desempeña de forma especial un importante papel en la
fotosíntesis de las plantas y, además, sirve de hábitat a una gran parte
de los organismos.
Dada la importancia
del agua para la vida de todos los seres vivos, y debido al aumento de
las necesidades de ella por el continuo desarrollo de la humanidad, el
hombre está en la obligación de proteger este recursos y evitar toda
influencia nociva sobre las fuentes del preciado líquido.
Es una práctica
acostumbrada el ubicar industrias y asentamientos humanos a la orilla de
las corrientes de agua, para utilizar dicho líquido y, al mismo tiempo,
verter los residuos del proceso industrial y de la actividad humana.
Esto trae como consecuencia la contaminación de las fuentes de agua y,
por consiguiente, la pérdida de grandes volúmenes de este recurso.
Actualmente, muchos
países que se preocupan por la conservación, prohiben esta práctica y
exigen el tratamiento de los residuos hasta llevarlos a medidas
admisibles para la salud humana.
Es un deber de todos
cuidar nuestros recusos hidrológicos, así como crear la conciencia de
que el agua es uno de los recursos más preciados de la naturaleza, por
el papel que desempeña en la vida de todos los seres vivos.
La Atmósfera
La atmósfera es una
capa gaseosa que rodea el globo terráqueo. Es transparente e impalpable,
y no resulta fácil señalar exactamente su espesor, ya que no posee una
superficie superior definida que la limite, sino que se va haciendo
menos densa a medida que aumenta la altura, hasta ser imperceptible.
La atmósfera está
formada por varias capas concéntricas:
- las capas bajas,
que no mantienen una altura constante, y a las que se denomina
troposfera y estratosfera;
- las capas altas,
a las que se da el nombre de ionosfera y
exosfera.
Los gases
atmosféricos forman la mezcla que conocemos por aire. En
las partes más inferiores de la troposfera, el aire está compuesto
principalmente por nitrógeno y oxígeno, aunque también existen pequeñas
cantidades de argón, dióxido de carbono, neón, helio, ozono y otros
gases. También hay cantidades variables de polvo procedentes de la
Tierra, y vapor de agua.
El oxígeno forma
aproximadamente el 21% de la atmósfera, y es el gas más importante desde
el punto de vista biológico. Es utilizado por los seres vivos en la
respiración, mediante la cual obtienen la energía necesaria para todas
las funciones vitales; también interviene en la absorción de las
radiaciones ultravioleta del Sol que, de llegar a la Tierra en toda su
magnitud, destruirían la vida animal y vegetal. La atmósfera es también
la fuente principal de suministro de oxígeno al agua, y entre ambas se
establece un intercambio gaseoso continuo.
Este proceso de
intercambio de oxígeno en la biosfera recibe el nombre de ciclo
del oxígeno y en él intervienen las plantas, como fuentes
suministradoras de oxígeno a la atmósfera, y los seres vivos, incluyendo
las propias plantas, como utilizadores de este gas.
No hay dudas de que
la atmósfera constituye un recurso natural indispensable para la vida, y
se clasifica como un recurso renovable. Sin embargo, su capacidad de
renovación es limitada, ya que depende de la actividad fotosintética de
las plantas, por la cual se devuelve el oxígeno a la atmósfera. Por esta
razón, es lógico pensar que de resultar dañadas las plantas, por la
contaminación del aire o por otras acciones de la actividad humana, es
posible que se presente una reducción del contenido de oxígeno en la
atmósfera, con consecuencias catastróficas para todos los seres vivos
que lo utilizan.
El hombre, en su
incesante avance científico-técnico, debe tomar las medidas adecuadas
para que su propio desarrollo no haga a nuestra atmósfera víctima de la
contaminación. Solamente con una política planificada y consecuente es
posible reducir tan terrible mal, y evitar a las futuras generaciones
las peligrosas consecuencias que este puede implicar.
El humo procedente
de las industrias o de la combustión que se lleva a cabo en otros
lugares, así como el polvo, son agentes contaminantes de la atmósfera,
los cuales enrarecen el aire y afectan la salud del hombre y de los
seres vivos en general.
Como puede verse,
la contaminación del aire afecta varios factores del ambiente:
- Las plantas
pueden ser dañadas por los agentes contaminantes, especialmente el
dióxido de azufre (SO2), el cual blanquea las hojas y
afecta las cosechas.
- Existen
evidencias de que la contaminación del aire está asociada con
enfermedades de tipo respiratorio, incluyendo bronquitis crónica,
asma bronquial, etc.
- El aire
contaminado corroe los metales, las telas se debilitan y se destiñen,
el cuero se hace más débil y más brillante, la pintura se decolora,
las piezas de mármol y otras piedras se ennegrecen y se hacen más
frágiles.
Otra forma de
contaminación del aire son los olores en general, pues aún cuando sean
agradables inicialmente, pueden convertirse en molestos e inconvenientes,
ocasionando al hombre malestar y dolores de cabeza.
Dentro de las
principales fuentes de producción de olores, aparte de la actividad
industrial y el tráfico automotor, se encuentran:
- las aguas
albañales y los desechos,
- los corrales de
animales,
- las quemas de
residuos industriales, domésticos, etc.,
- la descomposición
de basuras por acumulación de residuos.
Todas las formas de
contaminación del aire son producto de fuentes muy variadas que pueden
ser estacionarias o móviles:
Estacionarias |
industrias |
construcción,
demolición |
quemas |
Móviles |
transporte |
La contaminación
influye directamente sobre la salud del hombre y en el deterioro de sus
recursos naturales, por lo que deben aplicarse las medidas necesarias
para disminuir los efectos.
El Suelo
Uno de los
principales recursos que brinda la naturaleza al hombre es el suelo, ya
que en él crecen y se desarrollan las plantas, tanto las silvestres como
las que se cultivan para servir de alimento al hombre y los animales.
La formación de los
suelos depende de un largo y complejo proceso de descomposición de las
rocas, en el cual intervienen factores físicos, químicos y biológicos.
La interacción de estos, como factores ecológicos, provoca la
desintegración de los minerales que, unidos a los restos de animales y
plantas en forma de materia orgánica, originan el suelo.
Los seres vivos
intervienen en la destrucción de la roca madre y, además de los agentes
climáticos, toman parte en la mezcla de sustancias del suelo, en su
distribución horizontal, y añaden a éste materia orgánica. Las
sustancias de desecho de animales y vegetales, así como los propios
cuerpos de estos al morir, son las únicas fuentes de materia orgánica
del suelo, la cual proporciona a éste algunos componentes esenciales, lo
modifica de diferentes modos, y hace posible el crecimiento de fauna y
flora variadas, que de otra manera no podrían existir.
Además, la materia
orgánica incorporada al suelo almacena mayor cantidad de energía,
obtenida del Sol por la fotosíntesis, que la materia inorgánica a partir
de la cual se sintetizó. Por consiguiente, los seres vivos contribuyen a
la formación del suelo aportando no solo materiales, sino también
energía, tanto potencial como cinética.
La presencia de
distintos tipos de minerales, las variaciones climáticas, la altura
sobre el nivel del mar, la latitud geográgica y otros factores,
determinan una gran variabilidad de los suelos, la cual se manifiesta en
las características físicas y químicas de estos.
Otros fenómenos que
se presentan en los suelos son el exceso de acidez y salinidad, los
cuales imposibilitan la utilización óptima de los suelos.
Para evitar la
degradación de los suelos es necesario:
- Restituirles, por
medio de la fertilización, los nutrientes que van siendo extraídos
por las plantas o que son arrastrados por las aguas.
- Evitar las talas
y los desmontes desmedidos, así como las quemas, fundamentalmente en
las laderas.
- Preparar los
surcos, en zonas de alta pendiente, en forma perpendicular a estas,
de manera que el agua, al correr, no arrastre el suelo.
- Proporcionar al
suelo la cobertura vegetal necesaria para evitar la erosión.
- Evitar la
contaminación que provoca el uso indiscriminado de productos
químicos en la actividad agrícola.
Los Recursos Marinos
El océano desempeña
un papel de enorme importancia en la vida de la humanidad. Todo parece
indicar que el medio marino primitivo fue el medio idóneo favorable al
surgimiento de la vida, al ser éste donde se constituyeron las primeras
células. El agua ocupa casi el 71% de la superficie de la Tierra.
Ya en la comunidad
primitiva el hombre usaba los recursos biológicos del mar para el
consumo. Actualmente, en la medida en que el desarrollo
científico-técnico se hace más efectivo, las posibilidades de
explotación del mar han aumentado, al contarse con nuevos recursos que
hasta ahora eran desconocidos.
El océano mundial
adquiere cada vez más importancia como fuente de recursos alimenticios.
En sus aguas habitan cerca de 180,000 especies de animales; entre ellas,
alrededor de 16,000 variedades de peces. También habitan aproximadamente
10,000 especies de plantas, que son indispensables en las cadenas
alimentarias de los habitantes marinos. Por todo esto, el océano ofrece
no solo riqueza de carnes, sino también otros recursos, como la harina
de pescado, con un alto contenido de aminoácidos, vitaminas y otros
elementos que pueden ser utilizados en la alimentación del ganado y las
aves de corral, e, indirectamente, en la alimentación del hombre.
Constituyen también
un recurso valioso las algas marinas, las cuales son de utilidad en la
elaboración de papel, cartón, cola, alcohol y levaduras. De ellas
también se obtiene, gracias a la alta concentración de potasio que
poseen, abonos muy valiosos.
Pero el océano, con
su enorme extensión, no es fuente tan solo de alimentos. Debajo de las
aguas existen recursos tan importantes para el hombre, como petróleo y
gas, y de ellas es fácil obtener un alto número de elementos, tales como
magnesio, bromo, boro, uranio, cobre, etc. La sal común, tan necesaria
para la humanidad, es obtenida directamente del mar.
Las aguas del océano
y sus microorganismos, que aumentan y varían de acuerdo con las
condiciones ambientales, pueden disolver, descomponer y eliminar los
desechos nocivos producto de la industria, el transporte y otras
actividades del hombre, o sea, de autopurificarse y restablecer el medio.
Así ha ocurrido a lo largo de toda la historia de la humanidad y así
continuará siendo.
Existen varios
métodos para la obtención de energía a partir de mares y océanos; entre
ellos se encuentran la construcción de obras hidrotécnicas para
centrales eléctricas mareo-motrices, y de instalaciones submarinas para
"extraer" la energía térmica solar. Mediante estas instalaciones se
utiliza el enorme potencial energético que poseen las aguas marinas,
como son sus mareas regulares, el continuo movimiento de las olas
superficiales y relativamente profundas y la capacidad del océano de
acumular el calor del Sol, todo en beneficio del hombre.
El océano mundial
como medio de transporte utilizado desde hace muchos siglos, ha
adquirido en nuestros días dimensiones gigantescas. Los océanos y mares
no solo separan los continentes, sino que, al ser un medio natural de
gran utilidad para el transporte de grandes cargamentos, vinculan de
forma efectiva unos países con otros, mediante un tráfico incesante que
crece de año en año.
Aparte de estos usos
que hemos mencionado anteriormente, el agua de mar se utiliza
directamente en la industria con otros fines, como por ejemplo, en el
enfriamiento de las calderas de grandes industrias. Además, en estos
momentos ya existen procedimientos para la desalinización del agua de
mar con el fin de utilizarla como agua potable.
Las arenas
constituyen también un recurso de gran utilidad para la construcción,
aunque, como todo recurso, su uso debe ser racional, ya que su
explotación en lugares y cantidades inadecuados, puede afectar el flujo
de arena de las playas y, por lo tanto, deteriorar estos lugares de
recreación de la población y del turismo.
La Flora y la Fauna
La flora y la fauna
representan los componentes vivos o bióticos de la naturaleza,
los cuales, unidos a los componentes no vivos o abióticos, como
el suelo, el agua, el aire, etc., conforman el medio natural.
Entre la flora y la
fauna existe una dependencia muy estrecha, basada en leyes naturales que
rigen la estructura y funciones de las asociaciones de seres vivos.
Las relaciones de
alimentación, o relaciones tróficas, determinan las
llamadas cadenas alimentarias, en las cuales los animales
herbívoros (los que se alimentan de plantas y otros
organismos vegetales) constituyen el alimento básico de otros grrupos de
animales que, a su vez, servirán de alimento a otros.
Esto trae como
consecuencia que la disminución en número o la desaparición de uno de
estos eslabones de la cadena, por causas naturales o por la influencia
del hombre, ponga en peligro todo el sistema, al romperse el equilibrio
que caracteriza las relaciones entre el medio biótico y abiótico de la
naturaleza.
Por esta razón, el
hombre debe estudiar las relaciones y las leyes que determinan este
equilibrio, y convertirse en su máximo protector, ya que, en sentido
general, todas las afectaciones que sufre el medio natural repercuten de
uno u otro modo sobre él.
La flora y la fauna
representan recursos naturales renovables, de gran importancia para el
hombre. De la flora proviene una gran parte de los alimentos y
medicamentos, así como la materia prima para la industria textil,
maderera y otras.
A través del tiempo,
el hombre, en su lucha por dominar la naturaleza, aprendió a usar las
plantas y los animales para subsistir; de ellos obtenía alimentos,
vestidos y fuego para calentarse. Pero, a medida que las comunidades
fueron creciendo, fueron aumentando de igual modo las necesidades de
alimentos, y, por consiguiente, la utilización de la flora y la fauna se
incrementó hasta niveles muy por encima de las capacidades de
regeneración de la naturaleza.
Por este motivo,
desaparecieron grandes mamíferos, que fueron exterminados por el hombre.
Tal es el caso de los mamuts y de otras especies de animales.
Actualmente, el
desarrollo de la sociedad atenta de igual forma contra las especies de
animales y vegetales, en aquellos países sometidos a la explotación
desmedida de los recursos naturales.
El desarrollo de la
agricultura hace que se incrementen las áreas de cultivo, en detrimento
de las áreas naturales, lo cual hace que desaparezca también un gran
número de especies de plantas. La fauna, que encuentra en estas áreas
naturales su hábitat, es decir, el lugar donde vive y se
desarrolla una especie animal o vegetal, se ve cada vez más amenazada al
tener que buscar otras áreas donde satisfacer las necesidades vitales.
El desarrollo de la
industria, que con sus desechos contamina el medio, afecta de igual
forma el medio natural y, por consiguiente, a los sistemas vivientes que
en él habitan.
La Contaminación
La contaminación es
la presencia de sustancias nocivas y molestas en el aire, el agua y los
suelos, depositadas allí por la actividad humana, en tal cantidad y
calidad, que pueden interferir la salud y el bienestar del hombre, los
animales y las plantas, o impedir el pleno disfrute de la vida.
Las formas de
contaminación y sus fuentes pueden ser muy variadas; puede estar
compuesta de sustancias sólidas, líquidas y gaseosas. Además, hay otras
formas de contaminación que deben tomarse en cuenta, tales como el ruido,
el calor y los olores.
Principales fuentes de contaminación
Entre las fuentes
de contaminación más notables, podemos citar las siguientes:
- Emanaciones
industriales, en forma de humo o polvo, las cuales son
lanzadas a la atmósfera y contaminan el aire.
- Aguas
residuales de origen industrial, que constituyen la
principal fuente de contaminación de las aguas.
- Aguas
albañales procedentes de la actividad humana.
- Productos
químicos procedentes de la actividad agropecuaria, los
cuales son arrastrados por las aguas; entre ellos, plaguicidas,
fertilizantes, desechos de animales, etc.
- Residuos
sólidos provenientes de la industria y de las actividades
domésticas.
- Emanaciones
gaseosas producidas por el transporte automotor.
- Dispersión
de hidrocarburos en las vías fluviales y marítimas, causadas
por la transportación a través de estas vías.
Otras fuentes de contaminación
El ruido.
Con el desarrollo de la civilización industrial y urbana, el ruido, que
se define como un sonido inarticulado y confuso más o menos fuerte,
ha tomado gran importancia. Está incluido dentro de los elementos
contaminantes que influyen desfavorablemente en el medio ambiente y, en
algunos casos, resulta nocivo para la salud del hombre.
El ruido es un
elemento común en zonas donde existen altas concentraciones de población,
las cuales generan un denso tráfico automotor; también en terminales
aéreas y de ferrocarriles, en zonas de alta industrialización, en
conglomeraciones, etc.
Las afectaciones
causadas al hombre por el ruido excesivo pueden ser de orden fisiológico
o psicofisiológico, e inciden cada día más, sobre todo en los obreros
industriales. Entre los efectos fisiológicos producidos por el ruido se
encuentran la fatiga auditiva y los traumatismos acústicos, entre otros.
Otros efectos
producidos a largo plazo pueden ser la alteración del ritmo cardíaco y
de la tensión arterial, y hasta trastornos de orden psíquico.
Los niveles de ruido
se miden en unidades llamadas decibeles (dB), y en algunos países
se han dictado regulaciones para establecer límites permisibles al
respecto.
La intensidad de los
ruidos fluctúa en una escala entre 0 y 160 decibeles; el nivel
perjudicial para el oído humano se encuentra alrededor de los 90
decibeles.
A continuación
brindamos el equivalente en dB de algunos ruidos comunes que se
encuentran sobre el límite perjudicial para el oído humano:
Fuentes de
ruido |
Decibeles
|
Fábrica
ruidosa |
100 |
Sonido
considerado normal en una fiesta con música |
110 |
Podadora
motorizada |
110 |
Motocicletas |
120 |
Calle con
mucho tráfico |
130 |
Martillo
neumático |
130 |
Avión jet
al despegar a 25 metros de altura |
140 |
Cornetas de
aire |
150 |
Ruido captado
por el oído al ser disparado un rifle de alto calibre |
160 |
Estos ejemplos nos
pueden dar una idea de cómo ruidos que oímos diariamente alcanzan
niveles por encima del umbral permisible para el oído humano. Es por
esta razón que debemos evitar los ruidos innecesarios y el hablar en voz
alta, pues el conjunto de todos estos estos ruidos va afectando a largo
plazo nuestros sistemas auditivo y nervioso.
El Calor. El
calor producido por hornos mal ubicados, por la actividad industrial, el
transporte, las quemas forestales y, en general, todo proceso de
combustión, ocasiona problemas ambientales debido al incremento de la
temperatura.
Es de notar que la
temperatura en las ciudades es 3 ó 4° C superior a la del campo. Este
fenómeno, conocido con el nombre de "isla de calor", es
provocado principalmente por el dióxido de carbono producido en las
combustiones citadas anteriormente, el cual se acumula en las capas
inferiores de la atmósfera, más cercanas a la superficie del suelo.
Estas capas reciben la radiación solar reflejada por las edificaciones,
calles, etc., y la devuelven de nuevo a la tierra; este fenómeno se
repite varias veces.
Una de las formas de
mitigar el calor en las ciudades es la ubicación de árboles en las
avenidas, y la creación de áreas verdes, las cuales, además, tienden a
disminuir el nivel de ruido en las ciudades.
Como hemos podido
ver, los fenómenos de la contaminación son tan variados como sus efectos
sobre la salud y el bienestar del hombre, lo cual debe tenerse en cuenta
al planificar el desarrollo de la sociedad.
Límites de los Recursos Naturales
Entre los
innumerables elementos de la crisis del medio ambiente en la que se haya
sumergida nuestra civilización, los relativos al problema de los límites
de los recursos naturales figuran entre los más inquietantes y polémicos.
La consideración de
este problema lleva a tratar aspectos tan candentes como la finalidad
del crecimiento o la imperiosa necesidad de alcanzar un estado
estacionario en los efectivos de las poblaciones humanas y su nivel de
producción industrial, siempre en términos cuantitativos.
El nivel de consumo
actual de las fuentes de energía, de las materias primas, del agua y de
los recursos alimenticios alcanza un valor absoluto tal, que no puede
menos de extrañar la sorpresa de algunos que, de repente, descubren ¡el
carácter finito de la ecosfera!
Límites energéticos
Las disponibilidades
energéticas figuran entre los diversos límites probables a la expansión
de la actividad industrial humana.
Dos tipos de fuentes
de energía pueden ser utilizadas por el hombre. Las primeras, no
renovables, comprenden los diversos combustibles fósiles y las materias
fisibles (uranio 235, por ejemplo).
Las segundas son,
por su misma esencia, inagotables a escala de nuestra especie, aunque de
más difícil explotación. Se trata de la energía solar, de la energía de
las mareas oceánicas y de la energía térmica. El flujo de la energía
natural constituido por estos fenómenos cósmicos se reparte de la
siguiente forma:
Flujo solar |
178,000 x 109 kw/año
|
Energía
geotérmica |
32 x 109 kw/año
|
Energía
marina |
3 x 109 kw/año
|
Sólo una ínfima
parte de estas gigantescas fuentes de energía se utiliza bajo forma
hidroeléctrica. La satisfacción de las necesidades energéticas de la
civilización contemporánea se funda esencialmente en el empleo de
combustibles fósiles. Hemos asistido desde comienzos de siglo, época en
que el carbón y la madera tenían un papel preponderante, a una
modificación de la naturaleza de los carburantes utilizados. La parte
del gas natural y sobre todo el petróleo no ha hecho más que crecer en
detrimento de los combustibles sólidos.
Los Recursos de Agua
Pese a una aparente
abundancia, el agua dulce, habida cuenta del crecimiento de las
necesidades humanas, es relativamente rara en la biosfera.
A diferencia de
muchos otros problemas de recursos que no llegarán a ser cruciales más
que en un futuro más o menos lejano, el del agua dulce es actual. La
mayor parte de los aises industrializados sufren ya una grave penuria,
incluso aquellos que a priori parecen mejor provistos de dicho
elemento.
Si tenemos en cuenta
el incesante aumento de las necesidades de agua en la civilización
contemporánea, en particular los enormes volúmenes consumidos por las
naciones de gran expansión industrial; si no olvidamos las grandes
cantidades de agua necesarias en la agricultura no solamente en los
paises desarrollados sino también en los en desarrollo cuya galopante
demografía empuja a una explotación de tierras semiáridas con ayuda de
la irrigación, se llega a la conclusión de que el agua es ya escasa en
no pocas regiones del mundo. Figura en el primer plano de los recursos
naturales susceptibles de faltar a la humanidad en un futuro próximo.
Desgraciadamente, la
mala gestión, e incluso el despilfarro, de los recursos de agua son hoy,
por el contrario, la regla en los paises industrializados. La
contaminación accidental, o por negligencia, de las capas freáticas más
profundas compromete el porvenir de nuestras reservas hídricas e
impedirá su utilización cuando se ponga de manifiesto su necesidad. En
fin, las existencias de agua están igualmente limitadas por las
exigencias de los consumidores, quienes acrecientan su empleo por la
elevación del nivel de vida. Este fenómeno es tanto más notable en
nuestros días cuanto que los habitantes de los paises occidentales
exigen de las aguas un grado de puerza que curiosamente no exigen en el
aire que respiran.
Si examinamos ahora,
no los volúmentes de agua dulce disponible, sino su distribución
geográfica, se constata que ese elemento es no solamente bastante escaso
en la biosfera sino que además se halla muy mal distribuido en la
superficie de las tierras emergidas. Así, en más de la mitad de los
continentes, el agua dulce exite en cantidades insuficientes o bajo una
forma inutilizable para los fines agrícolas o industriales.
Los Recursos Alimenticios
De todos los graves
problemas del entorno que caracterizan los tiempos presentes, el de las
disponibilidades alimentarias es de entidad suficiente para inquietar a
los ecólogos menos pesimistas. En ese dominio la crisis no pertenece al
futuro: se cierne ya desde hace tiempo.
¿Qué superficie de
tierras cultivables puede ser utilizada por la humanidad? Actualmente,
todas las tierras fértiles han sido roturadas desde hace tiempo. Para
complicar el asunto, la superficie total de las tierras disponibles para
el cultivo disminuye en valor absoluto a consecuencia del crecimiento
demográfico. Esto se debe no solamente a las alteraciones edafológicas y
a la erosión de los suelos, sino también a las consecuencias de la
expansión urbana e industrial. Estas últimas imposibilitan los usos
agrícolas en superficies crecientes de suelo muy fértil, ya que las
ciudades se instalan en general en el fondo de ricas cubetas aluviales.
El crecimiento de las ciudades se realiza generalmente en detrimento de
las mejores tierras; la superficie del conjunto de las ciudades del
mundo es superior a la de Francia.
Las ciudades han
esterilizado la veinteava parte del total de las tierras hoy explotadas.
Hay que añadir a la superficie ocupada por las ciudades la de las
carreteras, los aeropuertos, los terrenos militares, la inundación de
valles por nuevos embalses hidroeléctricos... En definitiva, la
superficie de las tierras disponibles decrece más rápidamente que el
aumento de la población. Cada persona, además de su vivienda, tiene
necesidad de una superficie de vías de comunicación, lugar de trabajo,
etc.
Fundación
Educativa Héctor A. García |
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