Sandra y la niña

de las trenzas negras

El triunfo de Sandra se festejaba en todo el reino y la dragona vivía, por el resto de su vida, como una gran heroína. A Sandra le gustaba mucho lo que hacia dentro de su cuento.

Pero había estado siempre allí y quería conocer a otras personas y otros lugares. Así que, una tarde, decidió salir por un rato de esas paginas que tanto conocía. Dio un salto fuera del libro y se encontró en las calles de una ciudad con mucho ruido y mucho transito.

Sandra se acerco a un hombre que pasaba vestido con traje gris y quiso saludarlo. Pero apenas la vio, el hombre se froto los ojos y grito:

-¡No puede ser! ¡Los dragones no existen! ¡Y las dragonas tampoco!

Y salio corriendo hacia su trabajo, a toda prisa, como si estuviera muy retrasada o muy asustada.

Al rato, Sandra vio una mujer con vestido de lunares y quiso acercarse a ella. Pero la mujer comenzó a correr, mientras se decía a si misma:

-Creo que tendré que examinarme la vista con un medico.

Sandra trato de acercarse a cuatro personas mas, pero todas escaparon. Fue entonces cuando vio venir hacia ella a una niña con trenzas muy negras.

¿Qué te ocurre, dragona? -le pregunto la niña.

-Salí, por un rato, del libro en el que vivo, por que quería conocer a otras personas y otros lugares. Pero, al verme, todos salen corriendo. Creen que los dragones no existimos. Voy a volver a mi libro.

-Yo se que los dragones viven en los cuentos

-dijo la niña-, pero también se que, cuando quieren, pueden salir por un rato. La próxima vez que salgas, ven a visitarme. Te mostrare muchos lugares que no conoces.

-Buena idea -respondió Sandra.

-¿Te gustaría vivir por unas horas en mi libro?

-pregunto Sandra.

-¡Por supuesto! ¿Podré salir cuando quiera?

-Claro que si.

De un salto, la niña y la dragona estuvieron en un maravilloso mundo. Allí, una atrevida heroína rescataba a un príncipe del monstruoso ogro que lo tenia prisionero.

(argentina)