Tu Coqui.
¿Te acuerdas de aquella tarde florida del mes de abril en que llego a tu ventana un diminuto coquí?
Tu tenias un traje nuevo de algodón azul añil y entre tus rizos tan negros un capullo de alehlí.
Cuando lo viste gritaste, roja como el carmesí, y el coquí se fue muy triste. ¡Pobrecito saltarín!
Con disimulo miraba y se escondía en el jardín. “¡Que bonita es esa niña!” decía triste el chiquitín.
“Pero ella no quiere verme. ¿Por qué no me quiere oír? Es tan dulce y cariñosa, tan simpática y gentil”.
No comía, no cantaba; estaba triste el coquí. Ni siquiera lo alegraba la danza del colibrí.
Pero una noche muy bella oíste su “coquí, coquí”.
Alumbrada desde el cielo por la Luna de marfil, siguiendo su vocecita lo encontraste en el jazmín.
Lo miraste con dulzura. Le hablaste con voz sutil y el se puso tan contento que la noche fue un festín.
Desde entonces es su canto dulce como el de un violín, “coquí, coquí”, canta. Canta solo para ti.
Georgina Lázaro León
(puertorriqueña)
Marca la contestación.
¿De que trata el poema?
a. De la escuela.
b. De una niña y un coquí.
c. De las vacaciones.
2. ¿Qué nos enseña este poema?
a. Que todos los animales son valiosos, sin que importe su apariencia.
b. Que debemos temerles a los animales que sean feos.
c. Que los animales pueden entretenernos.