La Tormenta
Un día estábamos jugando en la plaza. De repente, me di cuenta de que se estaba llenando el cielo de las nubes muy negras y pensé que iba a empezar a llover en seguida. Y se lo dije a los otros.
Pasaban una buena película en la televisión y decidimos ira a casa de Carlos. Su abuela nos deja poner la televisión todo lo alta que queremos, por que como ella esta un poco sorda, no le molesta. Y tampoco le importa que hagamos ruido que hablemos fuerte.
La película era de mucho ruido, así que al principio no nos dimos cuenta de nada. Luego, de pronto, la ventana se abrió y empezó a dar golpes tremendos y oíamos soplar un viento fortísimo.
Corrimos a cerrar la ventana y casi no podíamos. Retumbaban los truenos y veíamos brillar los relámpagos.
La abuela de Carlos fue a recoger la ropa que había tendido en el jardín de atrás. Tuvimos que ayudarla, porque las cosas se le escapaban volando. Doblamos la ropa mojada. Y ya no pudimos seguir viendo la película, porque la televisión se estropeo.
De pronto, oímos un ruido tan terrible que parecía que la casa se iba a hundir. Un trozo del techo se cayó y el suelo se lleno de pedazos de pared y de polvo. El viento empezó a soplar dentro de la casa y la lámpara se balanceaba como un columpio. ¡El vendaval había roto la chimenea y una parte del tejado! También se había caído la antena de la televisión.
La casa de Carlos es muy vieja y el viento era tan fuerte…
Por todo el barrio ocurriendo cosas tremendas. Se cayó un árbol. Voló el todo del supermercado. Rodaron varios cubos de basura. Y se partió un poste del teléfono.
Nosotros creíamos que los bomberos solamente apagaban fuegos. Pero resulta que también trabajan para salvar a la gente de otros peligros. Aquel día quitaron el trozo del tejado que se podía caer encima de alguien.
Los padres de Carlos llegaron muy pronto. Se pusieron muy tristes cuando vieron lo que había pasado, pero dijeron que era una gran suerte que no hubiera ocurrido nada grave. Nadie había resultado herido y solamente nos habíamos asustado un poco. Bueno, la abuela se había asustado bastante.
Como la abuela de Carlos estaba muy cansada y bastante asustada todavía, todos la acompañamos hasta el supermercado. La madre de Carlos y la madre de Tito lo llevaban del brazo. Allí, le dieron una taza de tilo, que es una cosa que sirve para que la gente te sienta mejor. Nosotros bebimos leche y comimos pan con mermelada. Y hablamos mucho de lo que había pasado. ¡Una tormenta no es tan terrible, después de todo!
María Puncel
(española)
(adaptación)
Completa cada oración con la palabra correcta.
1. Durante la tormenta, se oyeron grandes ___________________.
(truenos/druenos)
2. La abuelita rompió algunos__________________ porque estaba nerviosa. (trastes/drastes)
3. Cuando vio la casa, la abuelita se puso__________________.
(triste/driste)
4. La_______________ de Carlos la consoló.
(matre/madre)
5. Le dio te y un___________________ de bizcocho.
(trozo/drozo)