Autor:
Og Mandino
CAPITULO: 1
Este capítulo comienza
describiendo a Hafid como un anciano y a el palacio donde vivía. Era un palacio
lleno de riquezas incalculables. Más tarde se observa la conversación entre
Hafid y su tenedor de libros Erasmo. Hafid se da cuenta que le queda poco de
vida por causa de su vejez. Por tal motivo le pide a Erasmo que venda todos sus
bienes y los convierta en oro para luego más tarde repartir una parte a los
pobres. No tan sólo le pidió a Erasmo tal cosa; sino también transferir el
título de propiedad del palacio a cada uno de los emporios que lo administraban
por él.
Además le informó a Erasmo que
transfiriera 50,000 talentos de oro a su nombre y que se quedara con él hasta
que se cumpliera una promesa que Hafid había hecho que sólo sabía él y su amada
esposa Lisha. Ha todo esto Erasmo permanecia sorprendido y humildemente decía
que no lo merecía.
Hafid se sentía muy agradecido
de la incondicional amistad y lealtad de tantos años por lo cual lo llevó a
tomar dicha desición como motivo de agradecimiento hacia Erasmo. Finaliza el
capítulo con la duda de Erasmo acerca del secreto de Hafid.
CAPITULO: 2
Comienza hablando sobre que ya
se había cumplido todo lo ordenado por Hafid; todo fue repartido entre los
administradores de los emporios y la parte que le había sedido a Erasmo. El
imperio comercial más poderoso de su época se había disuelto.
Erasmo se lo comunicó a Hafid
quién lo cita a un salón que nunca nadie había entrado y que era motivo de
comentarios por las demás personas. En el salón había sólo un cofre que en su
interior contenian unos pergaminos con el arte de tener éxito en los negocios.
Hafid se había dejado llevar por estos pergaminos toda su vida por lo cuál le
había ido muy bien convirtiendose en rico.
El primer pergamino era el más
importante ya que enseñaba la manera más eficaz de
aprender lo que está escrito en
los demás pergaminos. Luego Erasmo dudosamente le pregunta a Hafid porque no
compartió el contenido de estos pergaminos con las demás personas para que al
igual que él fueran exitosos en el arte de vender. Por lo que le contestó; que
el que se los consedió no se lo permitió hacerlo hasta tanto conociera el
elegido mediante una señal. Luego le pide a Erasmo que se quede con él hasta el
día de la entrega de los pergaminos; a lo cual Erasmo accedió. Los pergaminos
era el secreto de Hafid.
CAPITULO: 3
Cuando Hafid salió de la
habitación donde estaba el cofre y se dirigió a una torrecilla comenzó a
recordar los tiempos en que el había decidido emprender la profesión de
vendedor. Su recuerdo fue el siguiente:
Comenzó describiendo el mercader
más grande que había para aquel entonces. Todo el mercader era de Pathros; su
padre adoptivo; luego de que sus padres biológicos fallecieran. Hafid ocupaba el
puesto de camellero; con el cuál no estaba satisfecho. Por consiguiente le pide
a Pathros ser vendedor de sus mercancías. Hafid era un joven con ambiciones con
relación al poder y a las riquezas y como camellero no podría lograr tales
sueños de grandeza y poder. Se sentía capaz de lograr tal profesión.
Pathros comenzó a interrogarlo
con relación a lo que el haría con tanto dinero. Hafid le contestó que seguiría
su ejemplo; una parte de su dinero para sostener a su familia y la otra mitad
repartirlo entre los pobres.
Comenzó Pathros a aconsejar a
Hafid diciendo: “ Las riquezas no deben ser la meta de tu vida; la verdadera
riqueza es la de tu corazón no la de tu billetera “. Pathros con sus palabras lo
insitava a buscar el amor y ser amado; alcanzar la paz mental y la serenidad. A
todo esto Hafid se mantenía incrédulo ante las palabras de Pathros. La ambición
de Hafid fue a raíz de que conoció a una dama de la alta sociedad de la cuál se
enamoró. Por tal motivo quería dejar de ser camellero y estar a la altura de
ella economicamente para conquistarla.
Pathros decide ayudar a Hafid el
cuál le agredeció grandemente. Pathros le explica a Hafid que no será fácil ser
vendedor que como a tenido que luchar hasta esos momentos debera seguir . Por
tal motivo Pathros lo había destinado como camellero para que aprendiera que
nada es fácil en la vida y que todo debe ser ganado fuertemente. Otro consejo
dado a Hafid es que las recompensas no son grandes cuando se alcanza el éxito
sino que son grandes porque no todos alcanzan el éxito. Como también que las
derrotas son motivo de lucha y del deseo de ser mejor cada día.
Pathros procede a explicarle a
Hafid de lo dificil de la profesión de vendedor y lo peor de todo es que se
alejara de su familia. Pathros desiste de sus consejos y le encomienda su
primera tarea que consiste en ir a vender un manto muy fino y costoso a Belén,
el lugar más pobre. Hafid dudo vender el manto por lo cuál se lo hizo saber a
Pathros. Pathros le dijo: “ Nunca te avergüenzes de emprender algo aunque
fracases, porque aquel que no ha fracasado nunca a intentado nada”.
Hafid se destinaba a emprender
su misión cuando Pathros lo detiene y le dice: “ El fracaso no te sobrecogera
nunca si tu determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa”
...
CAPITULO: 4
Habían pasado cuatro días que
Hafid se encontraba en Belén y aún no había vendido el manto que le dió Pathros.
Luego pensó que había fracasado como vendedor y su mente se le abrumo de
preguntas sin encontrarles respuestas. Belén era un lugar muy pobre y por eso
todos los vendedores pasaban de largo sin detenerse en aquel lugar. Cuando el
fracaso se estaba apoderando de él, desistió de su pensamiento cuando pensó en
Lisha y le dió motivación para seguir en la venta del manto.
Hafid se dirigió a una cueva en
donde había dejado a su animal de carga para pasar la noche. Dentro de la cueva
vió una luz resplandeciente y a una familia con un bebé en pésimas condiciones y
con mucho frío. Hafid se compadeció de aquél bebé y fue a buscar el manto y
cubrió al niño; ante la mirada sorprendida de sus padres.
Al salir Hafid de aquella cueva
sus ojos se llenaron de lagrimas al ver una estrella muy resplandeciente encima
de aquella cueva. Hafid se unió a la caravana que regresaba a Jerusalén mientras
la estrella seguía delante de él.
CAPITULO: 5
Hafid durante todo el camino de
regreso a Jerusalén pensaba en alguna excusa que le daría a Pathros sobre el
manto que había regalado porque si decia la verdad se burlarían de él.
Al llegar se encontró con
Pathros; el cuál lo llamo sorprendido por tan brillante estrella que veía. Le
preguntó a Hafid que si había visto la estrella y lo negó. Pathros miró a Hafid
con incredulidad y le dijo que esa estrella lo estaba siguiendo a él ya que
hacia 2 horas que la venía observando en Belén y luego se había unido a la
caravana y por último estaba ahí donde estaba Hafid. Pathros replicó que nunca
había visto algo semejante y que esa noche nunca la olvidaria; por lo cuál Hafid
contestó lo mismo.
Pathros le preguntó el porque
nunca olvidara esa noche y se dirigió a la sesta del asno donde Hafid llevava el
manto y no vió nada. Pathros pensó que Hafid habia vendido el manto y lo invitó
a que le contara todo lo que había vivido en Belén.
Hafid prosiguió diciendole todos
los contratiempos que tuvo con personas y en un sin fin de preguntas que ponia
en duda ser un buen vendedor. Luego pensó en Lisha que no podía ser un fracasado
ante los ojos de ella pero igual ya lo era porque había regalado el manto.
Pathros le dijo que ese viaje
fue muy beneficioso para él y para Hafid porque la brillante estrella lo había
sanado de su ceguera. Luego le dijo que se preparara para otro viaje con destino
a Palmira pero que esta vez fuera como camellero. Al final le dijo: “Hafid
duerme en paz porque no haz fracasado”.
CAPITULO: 6
Hafid fue llamado por Pathros
quién lo vió con asombro ya que se observaba muy decaído desde la última vez que
lo vió. Pathros le pregunta con voz lenta que si todavia queria ser un vendedor;
por lo cuál Hafid le contestó que sí.
Luego Pathros le ordenó a Hafid
que buscara bajo su cama un pequeño cofre y prosiguió a contarle la historia de
la manera en que la había adquirido y las condiciones que le habían impuesto al
respecto.
Dicho cofre contenía diez
pergaminos que decian la manera de como ser un vendedor exitoso. Pathros le
había dado el cofre a Hafid con las siguientes condiciones: Sólo leyera un
pergamino a la vez; que hasta que no lo entendiese perfectamente no siguiera
leyendo los demás. Repartir la mitad de lo ganado a los pobres y por último que
la persona a quién le diera el cofre con los pergaminos podía divulgar su
contenido a los demás.
Pathros se había dado cuenta que
Hafid era el indicado por la brillante luz de aquella y el acto que hizo con
aquella familia pobre en Belén. Hafid acepto las condiciones y partió con el
cofre y sus ojos llenos de lagrimas porque no hiba a ver más a Pathros. Pero no
sin antes repertirle a Pathros aquella frase que decia: “El fracaso no me
sobrecogera nunca si mi determinación para alcanzar el éxito es lo
suficientemente poderosa.
CAPITULO: 7
Hafid llegó a una ciudad llamada
Damasco donde por todos lados veía un centenar de vendedores aclamando sus
mercancías. Hafid con temor caminaba entre ellos hasta que encontró alojamiento
en una posada llamada Mosha. Rapidamente buscó el cofre y lo abrió pero llego a
el nuevamente el temor. El no creía que podría llegar a ser el mejor vendedor
del mundo porque no tenía el suficiente valor como todos los vendedores que se
había encontrado al llegar a la ciudad. Cerró el cofre y se quedó dormido. Al
día siguiente al despertar vió un gorrión que intrepidamente entro por su
ventana y se dió cuenta que al igual que el gorrión el podía salir y alcanzar el
éxito. Luego de eso repitió aquellas palabras sabias de Pathros: “El fracaso no
me sobrecogera nunca si mi determinación para alcanzar el éxito es
suficientemente poderosa”. Prosiguió a leer el primer pergamino.
CAPITULO: 8
Hoy comenzó una nueva vida para
Hafid al leer el primer pergamino. Ya no era aquel camellero que sufrió durante
tanto tiempo y que el pensamiento del fracaso le era agobiante.
La primera ley que obedecera es:
“Me formaré buenos hábitos y
seré el esclavo de esos hábitos”.
Es uno de los primeros pasos
para lograr lo que nos proponemos; somos esclavos de los hábitos que nos
formamos y estos deben ser po lo tanto buenos hábitos. Para formar un hábito
debera repetirlo siempre. Como dice Og Mandino en su libro: “porque cuando un
acto se hace fácil mediante la repetición constante se convierte en un placer
realizarlo y si es un placer realizarlo corresponde a la naturaleza del hombre
el realizarlo con frecuencia”.
Hafid decidió leer cada
pergamino por 30 dias por la mañana, al medio día y por último al acostarse pero
esta vez en voz alta. Todo este procedimiento con el fin de que quede grabado en
su subconciente y así nunca olvidarlo.
CAPITULO: 9
Segundo Pergamino:
“Saludaré este día con amor
en mi corazón”
Este pergamino se refiere a que
el afecto que sentimos por nuestros semejantes nos hace mejores personas; ellos
descubren el afecto en nosotros. Como dice en el libro: “podrán contradecir mi
razonamiento, podrán desconfiar de mis discursos, podrán desaprobar mi manera de
vestir, podrán rechazar mi rostro y hasta podrán sospechar de mis ofertas
especiales y sin embargo mi amor les derretira el corazón al igual que el sol
cuyos rayos entibian la más fría arcilla“.
Nos dice que debemos verle el
lado positivo a todas las cosas ya que nos hacen crecer cada día. Como por
ejemplo: “Acogeré la felicidad porque engrandece mi corazón; pero también
soportaré la tristeza porque descubre mi alma”.
Otra de las cosas que señala es
que debemos elogiar a nuestros enemigos ya que se pueden convertir en nuestros
amigos y al animar a nuestros amigos se convertirán en nuestros hermanos”. Ante
las reacciones negativas de los demás contestar con amor y permanecer en
silencio; rapidamente saldrá una sonrisa de nosotros y la otra persona se
calmará. El amor es la clave del éxito.
CAPITULO: 10
Tercer Pergamino:
“Persistiré hasta alcanzar el
éxito”
Este pergamino nos dice que es
la perseverancia el componente más importante de conseguir nuestras metas, ni el
talento, ni la suerte, ni las relaciones por sí solas pueden ayudarnos sin
perseverancia. Los ejemplos que nos presenta Og Mandino en su libro son:
-
La bravura del toro; que
aunque las picaduras constantes de la lanza; sigue luchando hasta conseguir
lo que quiere.
-
Nunca ser oveja que espera
la orden del pastor sino ser un león audaz y valiente. Como también no
prestarle atención a las lamentaciones de los demás porque suelen ser
contagiosas y nos envenenan el alma.
-
El leñador que dá golpes con
un hacha al tronco de un roble que no sólo dá un golpe sino que dá muchos y
persiste hasta lograr cortarlo.
-
No decir palabras como:
ABANDONO, NO PUEDO, IMPOSIBLE, IRREALIZABLE, IMPROBABLE, FRACASO,
IMPRACTICO, SIN ESPERANZAS Y RETIRADA porque son palabras de necios.
Hay que olvidarse de los
acontecimientos del día que ha pasado; sean buenos o malos y vivir el nuevo día
con confianza de que será un mejor día.
CAPITULO: 11
Cuarto Pergamino:
“Soy el milagro mas grande de
la naturaleza”
Si hay algo que debemos explota,
es que somos criaturas únicas en la naturaleza, nunca ha nacido nadie
exactamente igual a nosotros, nuestra manera de hablar y de caminar son únicas y
debemos conservar esta singularidad.
“La naturaleza no conoce derrota
y como somos parte de la naturaleza tampoco nosotros”.
CAPITULO: 12
Quinto Pergamino:
“Viviré este día como si
fuese el último día de mi vida”
No debemos perder ni un minuto
en lamentaciones sobre cosas que no podemos modificar, sobre errores que hemos
cometido y que pertenecen al pasado. Sólo tenemos una vida y debemos luchar para
que sea cada día mejor; viviendo un sólo día a la vez. Por lo tanto, debemos
tratar la vida con ternura y afecto cada hora, porque no retornarán jamás. Todas
las cosas negativas cambiarlas por cosas positivas: indecisión por acción, dudas
por fe, temor por confianza, etc. Debemos demostrar el cariño que sentimos por
los demás ya que mañana no sabremos si estaremos y sea demaciado tarde.
Pensar que si el día de hoy no
obtenemos lo que queremos igualmente dar gracias porque será un peldaño más para
alcanzar el éxito.
CAPITULO: 13
Sexto pergamino:
“Hoy seré el dueño de mis
emociones”
Debemos recordar que podemos
controlar nuestras emociones, que nuestras acciones deben controlar nuestros
sentimientos y no al contrario.
" Si me siento deprimido
cantaré”
“Si me siento triste reiré”
“Si me siento inferior vestiré
ropas nuevas”
“Si me siento inseguro levantaré
la voz”
“Si miedo me lanzaré adelante”
“Si siento pobreza pensaré en la
riqueza futura”
“Si me siento incompetente
recordaré éxitos del pasado”
“Si me siento insignificante
recordaré mis metas."
La naturaleza posee cambios de
ánimo como por ejemplo: pasa el invierno y llega el verano, el sol sale y el sol
se pone, florecen las flores y luego se marchitan, etc. Al igual que la
naturaleza así somos nosotros porque somos parte de ella. Debemos pensar que
cada experiencia negativa cambiará a una experiencia positiva. La manera en que
tratemos a los demás, así nos trataran.
También tenemos que estar
atentos cuando los sentimientos de grandeza quieran apoderarse de nosotros
porque nos destruirán. Debemos estar atentos cuando los sintamos y pensar en los
días que no han sido fructiferos para nosotros y eliminarlos por completo.
Este pergamino nos ayudará a
comprender los estados de ánimos de las demás personas y por consiguiente
entender que no es el mejor día de esa persona y regresar otro día que seguro
será mucho mejor.
CAPITULO: 14
Séptimo pergamino:
“Me reiré del mundo”
El hombre es el único animal con
la capacidad de encontrar el lado gracioso en todo lo que acontece, por lo tanto
debemos cultivar esa cualidad. Cuando reimos nuestras penas desaparecen. No
debemos preocuparnos por lo que sucedido ya que al pasar el tiempo esa
preocupación parecera insignificante. Cuando alguna mala experiencia nos aceche
nuestras vidas repetir estas palabras: “ Esto pasará también” al igual que nos
sucedan cosas buenas para no aferrarnos a ellas y que nos convirtamos en seres
superiores a los demás.
CAPITULO: 15
“Hoy multiplicaré mi valor en
un ciento por ciento”
Cada uno de nosotros tenemos el
don de escoger lo que seremos en la vida. Como el ejemplo que nos presenta el
libro que dice: “El trigo puede ser puesto en una bolsa para darle de comer a
los puercos; o más bien puede sembrarse en la tierra para que sus espigas de oro
produzcan mil granos de uno”.
Debemos trazarnos metas y no
temer si son demaciado elevadas. Trazandonos metas es que nuestra vida adquiere
sentido. Si no logramos nuestras metas porque tropezamos en el camino no
desanimarnos porque el hombre tropieza con frecuencia antes de llegar a su hogar
y es normal. Como también si las alcanzamos no proclamar el éxito porque ante
todo debemos ser humildes. El secreto es tener aspiraciones.
CAPITULO: 16
Noveno pergamino:
“Procederé ahora mismo”
Debemos dejar a un lado el temor
y lanzarnos en busca del éxito. Como dice Og Mandino en su libro: “Ningún mapa,
por bueno que sea, puede trasportarnos ni a un centímetro de distancia es
nuestra diligencia la que nos conduce al éxito”.
No debemos eludir las tareas
para hacerlas mañana porque el mañana es para los fracasados. No hay momento
oportuno para realizar las cosas, es hoy ese momento. Repetir estas palabras:
“Procederé ahora mismo” es muy importante cuando el desanimo nos aceche y al
igual que todos los dias de nuestras vidas.
CAPITULO: 17
Décimo pergamino:
“Oraré pidiendo directivas y
orientaciones”
Todos de una manera u otra sin
importar a que religión pertenezcan, cuando están en peligro aclaman a Dios.
Siempre Dios nos da una respuesta a nuestro clamor ya que cuando no obtenemos lo
que queremos también es que Dios nos dice “No” y eso es una respuesta.
Nunca debemos orar pidiendo
cosas materiales, sino pedir direcciones para poder alcanzarlas. Lo primero
conduce a la pasividad, lo segundo a hacernos las preguntas que nos conducen al
éxito.
CAPITULO: 18
Hafid ya en su vejez se sentaba
en su jardín junto a Erasmo porque no podía hacer más actividad por las
enfermedades que padecia. Sólo esperaba aquella persona elegida que heredara de
él los 10 pergaminos. La espera duró 3 años luego de disuelto su emporio
comercial.
Un día procedente del desierto
Oriental llega un hombre arapiento al palacio de Hafid para hablar con él.
Rapidamente le dijo su nombre (Saulo) y que era procedente de Jerusalén.
Saulo prosiguió a contarle la
historia de Esteban, un seguidor de Jesús. Saulo fue enviado a Damasco a buscar
todas aquellas personas que proclamasen a Jesús y encandenarlos. En el camino a
Damasco; Saulo escuchó la voz de Jesús que le impartaba ordenes. Saulo cambió su
manera de pensar luego de escuchar aquella voz y prosiguió a predicar la palabra
de Dios en una sinagoga. Las personas de allí no creyeron el cambio de Saulo por
lo cual se escapó de aquel lugar por miedo a que le hicieran daño.
Saulo escuchó nuevamente la voz
de Jesús que le decía que regresara a Damasco y buscara a Hafid para que le
diera a conocer el contenido de los pergaminos y así el pudiera proclamar su
palabra con éxito.
Saulo le contó la historia de
Jesús quién fue crucificado para salvarnos y que lo habia dado todo por nosotros.
Saulo sólo pudo recobrar un manto que estaba a los pies de Jesús. Hafid se quedo
impresionado porque era el manto que el había regalado en sus comienzos como
vendedor sin saber que a quién se lo regaló fue a Jesús el mesías.
Hafid se dió cuenta que Saulo
era el elegido para quedarse con los pergaminos por haber sido enviado por Jesús.
Para que diera a conocer el contenido de los pergaminos y por consiguiente los
proclamase para hacer una sociedad mucho mejor.