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Liderazgo
Todo líder tiene el compromiso y la obligación de
velar por la superación personal, profesional y espiritual de quienes lo
rodean. Es una responsabilidad que como personas debemos asumir. |
Por lo general se reconoce la figura de un líder por ser quien va a la
cabeza, sobre sus hombros tiene la responsabilidad de llevar adelante
todo género de proyectos, distinguiéndose por ser una persona
emprendedora y con iniciativa, con la habilidad de saber transmitir sus
pensamientos a los demás, comprensión de las personas y la desarrollada
capacidad de conjuntar equipos de trabajo eficientes.
Ante esta perspectiva, puede parecer que este nivel de personalidad sólo
está reservado para unos cuantos, lamentablemente, pocas personas saben
que un liderazgo efectivo no esta expresado por un nombramiento o
designación específica.
En todos los equipos de trabajo -desde los escolares hasta los de alta
dirección de empresas- encontramos al menos a una persona, que sin tener
el peso de una responsabilidad, sobresale por su iniciativa, amplia
visión de las circunstancias, gran capacidad de trabajo y firmes
decisiones; sus ideas y aportaciones siempre son consideradas por la
certeza y oportunidad con que las expresa; por otra parte, se distingue
por su facilidad de diálogo y la habilidad que tiene para relacionarse
con todos dentro y fuera del trabajo.
Este tipo de personas sobresalen, además, por poseer un cúmulo de buenos
hábitos y valores: Alegría, amabilidad, orden, perseverancia (entre
muchos otros), despertando en nosotros admiración y respeto. En otras
palabras: son un digno modelo y ejemplo de personalidad.
¿Por qué no ser nosotros ese modelo? Pocas veces somos conscientes de
ser observados por los demás, constantemente estamos en un escaparate
donde las personas perciben nuestra conducta y proceder.
Los grandes líderes guerreros de la antigüedad eran respetados y
apreciados por ser los primeros en lanzarse a la batalla. De igual
manera, cada uno de nosotros debemos ir por delante, seamos o no, cabeza
de familia, empresa, equipo de trabajo o agrupación. En contadas
ocasiones, o nunca, pensamos en la responsabilidad que como personas
tenemos. A decir verdad, todos podemos y debemos ejercer un liderazgo
desde nuestras particulares circunstancias:
- Los padres de familia guían, conducen y ejercen autoridad, en sus
manos está la educación de toda la familia; deben ser un verdadero
modelo de valores y buenos hábitos, por lo cual, enseñan a sus hijos a
vivirlos para convertirlos en personas de bien. A su vez, los hijos
mayores participan con sus padres en la educación de los hermanos
menores, son muchas cosas las que pueden hacer: enseñar a estudiar,
jugar, hacer amigos, obedecer y respetar a sus padres...
La familia en conjunto vela por la protección, cuidado y dirección de
todos los miembros; es ahí donde se aprende a conocer, comprender y a
tratar a las personas, cualidades indispensables para forjar a los
verdaderos líderes de un futuro que está en puerta.
- En tu trabajo -y tal vez sin palabras- todos esperan que seas tu quien
pueda orientarlos para hacer y cumplir mejor con sus labores, porque
eres ejemplo de dedicación, esfuerzo, compañerismo, responsabilidad, y
sobre todo, de siempre presentar un trabajo bien hecho.
- ¿No eres acaso confidente de tus amigos? Todos ellos acuden pidiendo
un poco de tu tiempo para ser escuchados, buscando tu consejo y
comprensión, a veces, más que "solapar" sus errores, buscan de ti la
solución adecuada. Por eso debemos procurar que nuestras pláticas tengan
sentido, que no sea una costumbre hablar sólo de cosas superficiales;
expresa tus ideas sin temor, tu tienes la capacidad de hacer que la vida
de tus amigos cambie para bien.
Ahora que somos conscientes del papel que desempeñamos, no debemos
cometer el error de actuar con temor a equivocarnos, o caer en el
extremo opuesto que sería simplemente guardar las apariencias. Nuestra
conducta debe ser congruente a nuestros pensamientos y palabras.
Nadie es "capaz de dar lo que no tiene", por eso, el liderazgo implica
un reto constante de superación, en todos los aspectos que se relacionan
con el desarrollo completo y armónico de la persona: personal (valores y
hábitos), profesional, social y espiritual. Por consiguiente, un
verdadero líder:
- Considera que primero están los demás y evita a toda costa convertirse
en el centro de atención, por lo tanto, jamás piensa en su beneficio
personal.
- Se preocupa de las personas, procura estar pendiente del bienestar
personal, moral y espiritual de cada uno de quienes lo rodean.
- Siempre toma en cuenta las opiniones y el sentir de sus allegados, de
esta manera cuenta en todo momento con una excelente respuesta de sus
hijos, colegas, subalternos, discípulos y amigos.
- Da gran importancia al trabajo en equipo, de ahí que siempre hace
énfasis en la labor realizada por el grupo.
Ser líder no es una postura o un galardón para lucir, es un compromiso,
una responsabilidad y una obligación, no hay que olvidar que "todo cargo
es una carga". No podemos ser indiferentes ante las atrocidades, la
injusticia y la creciente amenaza de una falta de valores, hoy en día se
necesitan hombres y mujeres decididos a cambiar la forma de vida de la
sociedad. Es un gran reto, sí, pero la esperanza de un mundo mejor, debe
alentarnos a ser los líderes de esta gran empresa.
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