La historia de los Mapas? Los mapas más antiguos que
existen fueron realizados por los babilonios hacia el 2300 a.C. Estos mapas
estaban tallados en tablillas de arcilla y consistían en su mayor parte en
mediciones de tierras realizadas con el fin de cobrar los impuestos. También
se han encontrado en China mapas regionales más extensos, trazados en seda,
fechados en el siglo II a.C. Parece que la habilidad y la necesidad de hacer
mapas es universal. Uno de los tipos de mapas primitivos más interesantes es
la carta geográfica realizada sobre una entramado de fibras de caña por los
habitantes de las islas Marshall, en el sur del océano Pacífico, dispuestas
de modo que muestran la posición de las islas. El arte de la cartografía
también se desarrolló en las civilizaciones maya e inca. Los incas, ya en el
siglo XII d.C., trazaban mapas de las tierras que conquistaban.
Se cree que el primer mapa
que representaba el mundo conocido fue realizado en el siglo VI a.C. por el
filósofo griego Anaximandro. Tenía forma circular y mostraba el mundo
conocido agrupado en torno al mar Egeo y rodeado por el océano. Uno de los
mapas más famosos de la época clásica fue trazado por el geógrafo griego
Eratóstenes hacia el año 200 a.C. Representaba el mundo conocido desde Gran
Bretaña, al noroeste, la desembocadura del río Ganges, al este, y hasta
Libia al sur. Este mapa fue el primero en el que aparecieron líneas
paralelas transversales para señalar los puntos con la misma latitud. En el
mapa también aparecían algunos meridianos, pero éstos tenían una separación
irregular. Hacia el año 150 d.C., el sabio griego Tolomeo escribió su
Geographia que contenía mapas del mundo. Éstos fueron los primeros mapas
en los que se utilizó de forma matemática un método preciso de proyección
cónica, aunque tenía muchos errores como la excesiva extensión de la placa
terrestre euroasiática. Tras la caída del Imperio romano la cartografía
europea casi dejó de existir; básicamente sólo permanecían aquellos trazados
por los monjes, cuya preocupación principal era teológica (presentaban
Jerusalén como el centro del mundo) y no les importaba tanto la exactitud
geográfica. Sin embargo, los navegantes árabes realizaron y utilizaron
cartas geográficas de gran exactitud durante el mismo periodo. El erudito
árabe al-Idrisi realizó un mapa del mundo en 1154. Los navegantes
mediterráneos, de entre los que destacaban los mallorquines, comenzaron
aproximadamente en el siglo XIII a preparar cartas marítimas, generalmente
sin meridianos o paralelos pero con unas líneas que mostraban la dirección
entre los puertos más importantes. Estos mapas se denominaban portulanos. En
el siglo XV se imprimieron en Europa los mapas de Tolomeo que, durante
varios cientos de años, tuvieron una gran influencia en los cartógrafos
europeos.
Se considera que el mapa
realizado en 1507 por Martin Waldseemüller, un geógrafo alemán, fue el
primero en designar con el nombre de América a las tierras transatlánticas
recién descubiertas. El nombre de América es un reconocimiento a la labor de
Américo Vespucio, quien comenzó a trazar los mapas de sus viajes por el
continente una vez instalado en Sevilla (1508) al servicio del rey Fernando.
Tanto Solís, Pinzón, Juan de la Cosa como Vespucio contribuyeron con sus
expediciones al trazado de los primeros mapas de los que se tiene
conocimiento sobre el continente americano. Asimismo, los llamados
planisferios de Salviatti y de Castiglione, ambos aproximadamente de 1525,
son importantes documentos de la cartografía de la época en la cual se
basaron mapas posteriores. El planisferio de Castiglione fue regalado a éste
por el emperador Carlos V. El mapa de Waldseemüller, impreso en 12 hojas
separadas, fue de los primeros en el que se separaban con claridad
Norteamérica y Sudamérica de Asia. En 1570, Abraham Ortelius, un cartógrafo
flamenco, publicó el primer atlas moderno, Orbis Terrarum, que
contenía 70 mapas. En el siglo XVI, muchos cartógrafos elaboraron mapas que
iban incorporando la creciente información que aportaban los navegantes y
los exploradores. Gerardus Mercator sigue considerándose como uno de los
mayores cartógrafos de la época de los descubrimientos; la proyección que
concibió para su mapa del mundo resultó de un valor incalculable para todos
los navegantes.
La precisión de los mapas
posteriores aumentó mucho debido a las determinaciones más precisas sobre
latitud y longitud y a los cálculos sobre el tamaño y forma de la Tierra.
Los primeros mapas en los que aparecían ángulos de declinación magnética se
realizaron en la primera mitad del siglo XVII, y las primeras cartas que
mostraban las corrientes oceánicas se realizaron hacia 1665. En el siglo
XVII se establecieron los principios científicos de la cartografía y las
inexactitudes más notables de los mapas quedan constreñidas a las partes del
mundo que no se habían explorado.
Hacia finales del siglo XVIII,
cuando decayó el espíritu explorador y comenzó a desarrollarse el
nacionalismo, un gran número de países europeos comenzó a emprender estudios
topográficos detallados a nivel nacional. El mapa topográfico completo de
Francia se publicó en 1793, con una forma más o menos cuadrada y con una
medida de aproximadamente 11 m de lado. El Reino Unido, España, Austria,
Suiza y otros países siguieron su ejemplo. En los Estados Unidos se
organizó, en 1879, el Geological Survey (estudio geológico) con el
fin de realizar mapas topográficos de gran escala en todo el país. En 1891,
el Congreso Internacional de Geografía propuso cartografiar el mundo entero
a una escala 1:1.000.000, tarea que todavía no ha concluido. En el siglo XX,
la cartografía ha experimentado una serie de importantes innovaciones
técnicas. La fotografía área se desarrolló durante la I Guerra
Mundial y se utilizó, de forma más generalizada, en la elaboración de mapas
durante la II Guerra
Mundial. Los Estados Unidos, que lanzaron en 1966 el satélite Pageos
y continuaron en la década de 1970 con los tres satélites Landsat,
están realizando estudios geodésicos completos de la superficie terrestre
por medio de equipos fotográficos de alta resolución colocados en esos
satélites. A pesar de los grandes avances técnicos y de los conocimientos
cartográficos, quedan por realizar estudios y levantamientos topográficos y
fotogramétricos de grandes áreas de la superficie terrestre que no se han
estudiado en detalle.
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