L a G r
a n E n c ic l o p e d i a I l u s t
r a d a d e l P r o y e c t o S a l
ó n H o g a r |
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La Via Lactea
à
La Vía Láctea es la
proyección, sobre la esfera celeste, de uno de los brazos
espirales de la galaxia de la cual nosotros formamos parte, que
toma, por extensión, el mismo nombre. Es una agrupación de unos
100.000 millones de estrellas en forma de espiral o girándula,
cuyas dimensiones se estiman en torno a los 100.000 AL y cuyo
disco central tiene un tamaño de 16.000 AL.
La Vía
Láctea, también llamada Camino de Santiago, puede
observarse a simple vista como una banda de luz que recorre el
firmamento nocturno, que Demócrito
ya atribuyó a un conjunto de estrellas innumerables tan cercanas
entre sí que resultan indistinguibles. En 1610 Galileo,
usando por primera vez el telescopio, confirmó la observación de
Demócrito. Hacia 1773 Herschel,
contando las estrellas que observaba en el firmamento, construyó
una imagen de la Via Láctea como un disco estelar dentro del
cual la Tierra se encuentra inmersa, pero no pudo calcular su
tamaño. En 1912 la astrónoma H. Leavitt
descubrió la relación entre el periodo y la luminosidad de las
estrellas llamadas variables cefeidas, lo que le permitió
medir las distancias de los cúmulos globulares.
Varios años después Shapley
demostró que los cúmulos están distribuidos con estructura más o
menos esférica alrededor del centro del disco, en lo que
denominó el halo galáctico. También mostró que éste no
está centrado en el Sol, sino en un punto distante del disco en
la dirección de la constelación de Sagitario, donde situó
correctamente el centro de la galaxia (que se encuentra
oscurecido por una gran cantidad de polvo galáctico y se revela
por sus emisiones de ondas de radio). Esta estructura quedó
confirmada indirectamente cuando se observó desde el obsrvatorio
de Monte Wilson en California que el objeto espiral llamado
Andrómeda estaba constituido por estrellas individuales y no era
una mera nebulosa de gas como hasta entonces se creía. Hacia
1930 Trumpler descubrió el efecto de oscurecimiento galáctico
producido por el polvo interestelar, con lo que se logró
corregir tanto el tamaño de la Galaxia como la distancia a la
que se encuentra el Sol a los valores hoy en día aceptados. De
acuerdo con estos datos, el Sistema Solar
se encuentra a una distancia entre 8.000 y 10.000 parsecs de
distancia del centro galáctico, aproximadamente a dos tercios de
distancia.
Todas las
estrellas que componen la Vía láctea están rotando alrededor del
núcleo, que se cree que puede contar en su interior con un
agujero negro. Las
observaciones astronómicas referidas a galaxias distantes
muestran que la velocidad de rotación del Sol alrededor de la
galaxia es de unos 250 km/s, empleando aproximadamente 250
millones de años en realizar una revolución completa. Las
estrellas próximas al Sol realizan una órbita relativamente
parecida, pero las más cercanas al centro de la galaxia giran
más rápido, hecho que se conoce como rotación diferencial.
La edad de la
Vía Láctea se estima en unos 13 mil millones de años, dato que
se desprende del estudio de los cúmulos globulares y que
concuerda con el resultado obtenido por los geólogos en su
estudio de la desintegración radiactiva de ciertos minerales
terrestres.
La observación
del mapa estelar ha permitido reconstruir los brazos espirales
de la Galaxia, zonas en las cuales es abundante el número de
cúmulos estelares o zonas de formación estelar. Éstos se nombran
por las constelaciones características que en ellos se
encuentran. El brazo más cercano al centro galáctico es llamado
de Centauro o de Norma-Centauro. El siguiente brazo hacia el
exterior es el de Sagitario. El brazo de Orion es nuestro brazo
local, también llamado del Cisne, y el brazo contiguo hacia el
exterior se conoce como el de Perseo.
Las estrellas
que se encuentran en la Galaxia suelen agruparse en dos grandes
grupos, llamados comúnmente poblaciones. El grupo llamado
de población I está integrado por estrellas de composición
solar, relativamente jóvenes, que se distribuyen en órbitas
aproximadamente circulares en el disco galáctico, dentro de sus
brazos. Las estrellas de población II son ricas en hidrógeno y
helio, con escasez de elementos pesados, son de mayor edad, y
tienen órbitas que no se encuentran dentro del plano galáctico