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Aquí vemos dos
especies copulando, en la foto de arriba una pareja de lagartos
gigantes de El Hierro. Abajo aparece un par de cigarras brasileñas. |
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Algunas
plantas pueden reproducirse o multiplicarse de forma asexuada, a
partir de un trozo de la planta, tubérculos, bulbos o esquejes (trozos
de tallos con yemas). |
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Una de las principales características
de los seres vivos es que son capaces de generar una nueva vida; es
decir, tienen la capacidad de reproducirse.
Como seres vivos, hombres y mujeres también tienen la facultad de
tener hijos. Para esto poseen órganos especializados que producen
células sexuales o gametos. Cuando los gametos femenino y
masculino se unen, dan origen a un nueva vida.
Las
formas de reproducción varían según la especie de la que se trate;
pero hay dos grandes tipos: reproducción asexual y reproducción
sexual.
La asexual o asexuada es
aquella que requiere un solo individuo o progenitor para procrear.
Este se divide para formar dos o más descendientes, cuyos caracteres
hereditarios son idénticos a los del padre. Es propia de los
microorganismos, plantas y animales de organización simple.
Entre los organismos unicelulares,
el método más generalizado de reproducción asexual es la fisión,
en que el individuo se divide en dos partes prácticamente iguales.
Cada una de estas crece hasta alcanzar el tamaño normal. Concluida
la multiplicación, puede repetirse el proceso. Bajo condiciones
ideales, las bacterias pueden reproducirse por fisión cada veinte o
treinta minutos. En general, la mayoría de los protozoos se
reproduce de esta manera.
Otras formas de reproducción
asexual son: la gemación, la reproducción vegetativa,
por formación de esporas o por
fragmentación.
El único problema de este tipo de
reproducción es que, como la descendencia es idéntica, si el
progenitor tiene alguna deficiencia o defecto, este será heredado.
La reproducción sexual
necesita dos progenitores de distinto sexo, cada uno de los cuales
contribuye con células sexuales o gametos, los que se unen para
formar el cigoto
o huevo fecundado. En las hembras, el gameto recibe el nombre de
óvulo, y en el macho, espermatozoide.
A diferencia de la asexual, en este
tipo de reproducción los descendientes son únicos o singulares,
debido a que su combinación genética es irrepetible. De hecho, cada
cigoto es una nueva mezcla de la carga genética de sus progenitores.
La fecundación o
fertilización, que es la unión del espermatozoide con el óvulo,
se puede producir de manera externa o interna. La
primera se da en la mayoría de los animales acuáticos, que liberan
sus células sexuales en el agua que los circunda, por lo que la
fecundación se produce fuera del cuerpo de los padres.
La fertilización interna es aquella
que se produce al interior del cuerpo de un ser vivo, después de que
el macho inyecta en la hembra sus espermatozoides. Para esto, cada
especie busca su pareja y se aparea.
Caso aparte son los seres hermafroditas, que son aquellos
individuos que poseen los órganos genitales de ambos sexos, como
ocurre con un gran número de plantas y algunos animales, como la
lombriz de tierra o el caracol.
¿Y los seres humanos?
Los seres humanos se reproducen
en pareja, es decir, sexualmente, y mediante fertilización
interna. Al igual que el resto de los animales, los nuevos
organismos resultan de la unión del óvulo y un espermatozoide en el
interior del cuerpo materno. Específicamente en las trompas de
Falopio.
La pequeña célula huevo o cigoto
así formada se va multiplicando incluso después de adherirse a la
pared del útero. Ahí crece, alimentándose a través del cordón
umbilical. Nueve meses después de la fecundación, el nuevo ser
está preparado para nacer.
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Los
gametos |
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Óvulo
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Las células sexuales o
gametos contienen la mitad del material genético que el
resto de las células (23 cromosomas). Al juntarse el
gameto masculino con el femenino, suman el material
completo con el que se forma el nuevo individuo (46
cromosomas).
En algunas plantas y
animales los gametos son del mismo tamaño en ambos sexos;
pero lo más común es que la célula femenina u óvulo sea
mucho más grande que la masculina o espermatozoide.
Por otra parte, las
células femeninas no tienen la capacidad de moverse -es
decir, son inmóviles-, a diferencia de las masculinas,
que durante el acto sexual nadan hacia las primeras.
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Los órganos
reproductores masculinos |
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Los testículos
son las glándulas sexuales masculinas ubicadas al interior del
escroto. |
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¿Qué
es el semen?
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El líquido seminal o
esperma es la secreción blanquecina y viscosa
producida por los órganos reproductores masculinos.
Está compuesta por los espermatozoides, secreciones
ricas en fructuosa procedentes de las vesículas
seminales y un líquido lechoso producido por la
próstata.
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El sistema reproductor masculino
El sistema reproductor masculino
está conformado por una parte visible (externa) y otra oculta en el
interior del cuerpo. Las partes visibles son el pene y el
escroto. Este último es una bolsa de piel que cuelga de la
región pelviana y que aloja a los dos testículos. Ocultos en
el interior del cuerpo están la glándula prostática, las
vesículas seminales, los conductos deferentes
o espermáticos y los conductos eyaculadores.
Los testículos son las
glándulas encargadas de producir los gametos masculinos o
espermatozoides y las hormonas sexuales masculinas. De color
blanquecino, superficie lisa y forma ovalada, se encuentran
suspendidos en la bolsa escrotal por los
cordones espermáticos. El testículo izquierdo está a un
nivel más bajo que el derecho. Están formados por numerosos
lóbulos testiculares, aproximadamente 250, separados entre sí
por tabiques, que confluyen en un ovillo o reti testis, del que
salen unos conductos enrollados, llamados
túbulos seminíferos, que continúan hasta el epidídimo.
En las paredes de los túbulos
seminíferos existen dos tipos de células: las seminales, que
dan origen a los espermatozoides, y las células de Sertoli,
que se encargan de sostenerlos y nutrirlos.
Entre los túbulos hay unas células
intersticiales
o de Leydig, encargadas de segregar las hormonas sexuales
masculinas.
Los epidídimos son las estructuras
en forma de C ubicadas detrás de cada testículo, donde maduran y
almacenan los espermatozoides.
Los conductos deferentes
comienzan en la parte inferior de la cola del epidídimo, acompañados
de arterias, venas, vasos linfáticos y nervios, formando el cordón
espermático que se introduce en la cavidad abdominal. Desembocan en
dos dilataciones en forma de bolsa, ubicadas entre la base de la
vejiga y el recto: las vesículas seminales. Estas se encargan
de elaborar una secreción azucarada que proporciona energía al
espermatozoide, y constituye la mayor parte del
semen o líquido seminal.
Desde las vesículas seminales
surgen los conductos eyaculadores, que desembocan en la
uretra a nivel de la próstata.
Esta última glándula, del tamaño de una castaña, rodea la uretra
en su primera parte. Está formada por dos lóbulos laterales y uno
intermedio, y tiene de 10 a 32 unidades glandulares insertas en una
masa de tejido muscular liso y conectivo denso.
La glándula prostática secreta un
líquido lechoso que también constituye el semen, y que contiene una
sustancia estimulante de los espermatozoides. Este fluido es
descargado en la uretra durante la eyaculación.
La uretra se encarga de
expulsar la orina y el semen desde el interior del cuerpo masculino.
Está compuesta por tres partes: una ancha y dilatable que pasa a
través de la próstata; otra membranosa, más corta y estrecha que la
anterior, rodeada por haces de fibras musculares estriadas, que
forman el esfínter
-músculo circular que, al contraerse, cierra un orificio natural-
de la uretra; y la parte esponjosa, rodeada por el cuerpo esponjoso
del pene, que es la más larga.
En la raíz del pene se encuentran
las glándulas bulbouretrales o de Cowper. Son dos órganos que
vierten a la uretra un líquido viscoso que protege su interior de
los residuos de la orina.
El pene es el órgano
encargado de depositar los espermatozoides en el interior del cuerpo
de la mujer. En su interior se encuentra la parte final de la uretra
y un sistema de erección formado por tejido cavernoso. En términos
generales, el pene se compone de una raíz, un cuerpo y un extremo
denominado glande, cubierto por una porción de piel llamada
prepucio, al que se une por un tirante de piel llamado
frenillo prepucial.
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El
espermatozoide |
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En esta foto
se aprecia cómo un grupo de espermatozoides se aproxima para
fecundar al óvulo. |
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El espermatozoide: pequeños
viajeros
Durante toda la vida sexual activa
del hombre, en los túbulos seminíferos de los testículos se produce
la espermatogénesis
o formación de espermatozoides. Este proceso empieza
aproximadamente a los 12 años y se extiende durante toda la vida.
La producción de espermatozoides
está regulada por las hormonas gonadotrofinas secretadas por
la hipófisis -glándula situada en el cerebro-.
Existen tres capas de células que
proliferan continuamente, denominadas espermatogonias.
Cuando estas crecen y se vuelven
más voluminosas, se convierten en espermatocitos primarios,
los que se dividen en dos células llamadas espermatocitos
secundarios. Todos tienen 23 pares de cromosomas, al igual que
los anteriores.
En esta etapa ocurre la meiosis
celular, por la que el núcleo del espermatocito secundario se
divide dos veces, formándose cuatro gametos, cada uno con la mitad
de los cromosomas (23) que tienen el resto de las células del cuerpo
(46). Cada una de estas nuevas células, llamadas espermatide,
comienzan a alargarse, convirtiéndose en espermatozoides al
perder gran parte de su citoplasma.
Diariamente se almacenan en el
epidídimo unos 500 millones de espermatozoides maduros provenientes
de ambos testículos, los que son fértiles durante algunas semanas.
Este proceso de maduración tarda 72
días y está controlado por una compleja interacción de hormonas. Es
posible gracias al escroto, que funciona como termostato,
manteniendo a los espermatozoides a la temperatura correcta. Cuando
hace calor, su músculo se relaja, para mantener los testículos
alejados del cuerpo. Con el frío se contrae, para atraerlos hacia el
calor.
Cada espermatozoide posee una
cabeza, que es un paquete denso de cromosomas. En su parte
intermedia o cuello se encuentran las mitocondrias encargadas
de producir la energía necesaria para que este llegue al óvulo y lo
fecunde. Su cola
o flagelo, similar a un látigo, tiene como objetivo
impulsar al espermatozoide hacia el óvulo femenino.
Durante la excitación sexual, el
tejido esponjoso del pene se llena de sangre, por lo que este órgano
se erecta. Antes de la eyaculación, los espermatozoides son
impulsados a través del conducto deferente. Las vesículas seminales
y la glándula prostática les proporcionan el fluido con el que
constituyen el semen. Este es expulsado del cuerpo por la uretra.
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Los
órganos reproductores femeninos |
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Óvulo
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Ovario y trompa
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El sistema reproductor femenino
Si
miras a un hombre y luego a una mujer, te darás cuenta de que tienen
diferencias físicas evidentes. Los hombres tienen pene y testículos,
en cambio las mujeres poseen pechos.
Estas diferencias nos indican que
los sistemas reproductores también son distintos, al igual que la
función que cumplen al momento de la creación de una nueva vida. En
un principio su tarea es similar: el hombre produce y transfiere los
espermatozoides, mientras la mujer produce, almacena y libera su
célula sexual u óvulo. Sin embargo, es el cuerpo de la mujer el que
recibe a los espermatozoides, y una vez que el óvulo ha sido
fertilizado, alimenta al embrión y luego al feto durante los nueve
meses que tarda en desarrollarse hasta nacer completamente formado.
Otra diferencia es que los órganos
sexuales y reproductores de la mujer se encuentran casi por completo
al interior de la cavidad pélvica.
La vulva o genitales
externos de la mujer están ubicados en la base de la cavidad
pélvica. Desde el tejido adiposo del Monte de Venus -que es
la zona donde aparece el vello púbico desde la pubertad- surgen dos
pares de labios que terminan justo en el ano. Los labios mayores
se encargan de rodear y proteger los orificios externos de los
sistemas reproductor y urinario, al clítoris y a los labios menores,
que son interiores y más delgados.
El clítoris es la parte más
sensible de los órganos sexuales femeninos. Es similar a un pequeño
botón que varía en tamaño de 0,5 a 2,5 centímetros de longitud. Está
formado por dos cuerpos cavernosos de tejido esponjoso que se
endurecen y aumentan de tamaño durante la excitación sexual, debido
a que se llenan de sangre.
Debajo del clítoris se encuentra la
salida de la uretra -que conduce la orina desde la vejiga- y la
entrada a la vagina. Esta se encuentra parcialmente bloqueada por
una membrana llamada
himen, que por lo general se rompe cuando la mujer inicia
su vida sexual, con el primer coito.
La vagina es un tubo hueco
muscular, de gran elasticidad, que tiene de 10 a 15 centímetros de
longitud. Aloja el pene del hombre durante la relación sexual y es
el canal de salida del bebé cuando el parto es normal.
El útero, también conocido
como matriz, está situado detrás de la vejiga y delante del recto.
Es un órgano muscular hueco con forma de pera, de pared gruesa y
elástica, que mide de 7 a 8 centímetros de longitud. Su función es
nutrir al embrión en desarrollo hasta su nacimiento. Alcanza el
tamaño adulto a los 15 años y se reduce después de la menopausia.
Desde la parte superior del útero
surgen, a cada lado, las trompas de Falopio, en tanto su parte baja,
conocida como cuello o cérvix, se une con la vagina.
Las trompas de Falopio son
dos canales de unos diez centímetros de longitud que se extienden
desde los ovarios hasta el útero. Son las encargadas de recoger los
óvulos que vienen desde los ovarios y llevarlos al útero. En su
interior, cada una de ellas posee unas pestañas microscópicas que,
al vibrar, ayudan a impulsar al óvulo en su camino hacia la cavidad
uterina. Es en este recorrido donde el óvulo es fecundado por el
espermatozoide.
Los ovarios son las
glándulas sexuales que albergan los óvulos y producen las hormonas
sexuales. Son dos, el derecho y el izquierdo. De forma ovalada,
miden aproximadamente cuatro centímetros y se ubican en los extremos
de las trompas de Falopio.
A diferencia del hombre, la mujer
no fabrica sus células sexuales, al nacer ya tiene alrededor de
400 mil ovocitos, óvulos en estado inmaduro, que son almacenados
en unos folículos similares a unos sacos. Alrededor de 400
madurarán durante la vida fértil de la mujer, que se inicia durante
la pubertad y concluye en la menopausia.
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En esta imagen
se aprecia el instante en que el óvulo es expelido desde un ovario. |
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Algunas
mujeres presentan una serie de alternaciones previas y hasta el
inicio de la menstruación. A esto se le llama Síndrome Pre-
Menstrual. Sus principales síntomas son: ansiedad, depresión, dolor,
retención de agua e hipoglicemia. |
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El ciclo menstrual
Mediante
un proceso regulado por hormonas, cada mes y de manera alternada,
uno de los dos ovarios libera un óvulo.
Esperando que se produzca la unión
de ese óvulo con un espermatozoide, el útero se prepara para recibir
y proteger al cigoto, para lo cual desarrolla en su interior, el
endometrio, una capa mucosa sobre la que se desarrollará el
embrión.
Si la fecundación no ocurre, el
endometrio se desprende y sale en forma de sangrado por la vagina
junto al óvulo, produciéndose la menstruación. En algunos
casos, se producen ligeros dolores e hinchazón.
El ciclo menstrual empieza a
contarse desde el primer día de sangrado y termina un día antes del
siguiente período de sangrado. En general dura 28 ó 29 días, aunque
en algunas mujeres puede ser de 25 a 34 días. El sangrado dura entre
3 y 7 días.
Durante los dos primeros años la
menstruación se presenta irregularmente; después los ciclos se
vuelven más regulares.
Cada mujer tiene un funcionamiento
único e independiente. Muchas veces las emociones fuertes y el
estrés pueden alterar los ciclos menstruales.
Es importante recordar que durante
la menstruación las mujeres pueden realizar sus actividades
cotidianas. Una ducha, un juego o la práctica de algún deporte no
producen ningún daño.
¿Cómo surge una nueva vida?
Aunque el ciclo menstrual dura
aproximadamente 28 días, solo durante uno el óvulo está dispuesto
para ser fecundado.
En el ciclo regular de 28 días, la
ovulación se produce alrededor del día 14. Por el contrario, si el
ciclo es irregular, el día exacto de ovulación es muy difícil de
determinar.
Hay que tener claro que los
espermatozoides masculinos pueden mantenerse con vida en el cuerpo
de la mujer entre 24 y 48 horas. Con una sola eyaculación, el hombre
puede depositar hasta 500 millones de espermatozoides junto al
cuello uterino. Los espermatozoides deben realizar un viaje
espectacular, que cubre una distancia miles de veces mayor que su
propia longitud. Después de atravesar el útero, deben subir por las
trompas de Falopio hasta encontrar el óvulo.
No más de 100 mil logran llegar a
la trompa que contiene el óvulo, solo 100 lo alcanzan y solo uno lo
fecunda. El viaje del espermatozoide vencedor termina con la
eliminación del acrosoma -parte delantera de la cabeza-, que
contiene una enzima que disuelve la capa exterior del óvulo,
permitiéndole su penetración. Sin embargo, son muchos los
espermatozoides que ayudan a disolver esta capa externa en su lucha
por llegar al óvulo. Por lo tanto, se necesita más de un
espermatozoide, aunque sea solo uno el fecundador.
Al entrar en el óvulo, el
espermatozoide pierde la cola. Ambos núcleos se funden,
produciéndose la fecundación que da origen al cigoto. Este
comienza a desplazarse por la trompa de Falopio. La división celular
empieza casi de inmediato, mientras las fibras de ADN se reproducen
a sí mismas. El óvulo fecundado se divide en dos nuevas células,
luego en cuatro, en ocho, etc. Al cuarto día el cigoto, que ya tiene
16 células, entra en el útero. A medida que sigue su desarrollo
normal, se forma una cavidad llena de líquido amniótico, que recibe
el nombre de blastocito. En su interior se desarrollará el
feto.
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El
inicio de la vida humana |
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El viaje
del espermatozoide |
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Hombre y mujer: un solo cuerpo
Como
se mencionó anteriormente, para que haya fecundación deben existir
dos personas: un hombre y una mujer. Ya hablamos de todo lo que
sucede dentro de ambos durante la relación sexual o coito. Ahora
explicaremos cómo se expresa en cada uno el deseo sexual, la
excitación y finalmente el orgasmo, que culmina con la eyaculación,
y en muchos casos en la fecundación.
En principio, para realizar el acto
sexual hombre y mujer deben sentir deseo de estar con el otro.
Cuando la mujer siente excitación,
produce un fluido que lubrica las paredes vaginales. Al mismo
tiempo, el incremento de la irrigación sanguínea hace que el
clítoris aumente su tamaño y también que los pechos experimenten una
erección. A medida que la excitación sexual aumenta, la vagina se
expande como un globo, la piel se vuelve rosada y la velocidad de
contracción del corazón y la presión arterial aumentan.
En el hombre el proceso es muy
parecido, ya que su pene aumenta de tamaño debido al incremento de
la irrigación sanguínea, erectándose. Los testículos suben y se
acercan al cuerpo. La frecuencia cardíaca y respiratoria aumentan a
medida que se incrementa la excitación, apareciendo líquido
lubricante en la punta del pene, que puede contener espermatozoides.
Al momento del coito, el pene del
hombre es introducido en la vagina de la mujer. Los tejidos que
rodean la parte exterior de la vagina se hinchan, reduciendo el
tamaño de su diámetro, de tal forma que el pene queda atrapado en
ese lugar. El clítoris se eleva y la frecuencia cardíaca y la
presión sanguínea continúan elevándose, el cuerpo se acalora en
forma descontrolada. El hombre presenta una erección completa del
pene, que si bien ya había logrado en la fase de excitación, puede
aumentar ligeramente el diámetro del glande.
Cercano al momento de la
eyaculación, la frecuencia cardíaca y respiratoria se aceleran
extraordinariamente. En este momento ambos están próximos a llegar
al orgasmo, que es el punto culminante del acto sexual y solo dura
unos segundos. En la mujer se produce una serie de contracciones
musculares rítmicas en la vagina. La frecuencia cardíaca, la presión
sanguínea y la frecuencia respiratoria alcanzan su máximo punto y
los músculos de todo el cuerpo se tornan tensos.
El orgasmo del hombre es sin duda
más explícito que el de la mujer, ya que culmina con la eyaculación.
Generalmente hay tres o cuatro expulsiones de semen, cada cuatro o
cinco segundos. Al igual que la mujer, la frecuencia cardíaca y la
respiración alcanzan su máxima expresión.
Luego del orgasmo, todo vuelve a la
normalidad. En la mujer, el útero desciende a su posición original,
aunque el canal cervical se mantiene abierto para que los
espermatozoides puedan nadar a través del útero y fecundar el óvulo.
La vagina vuelve a su tamaño normal.
En el hombre, el tamaño del pene
disminuye a la mitad de lo que era en el momento de mayor
excitación. Durante esta fase existe un período
refractario, en el cual una segunda erección es imposible, a
pesar del estímulo que se le aplique. La duración de este período
varía en cada hombre. En la mujer esto no ocurre: ella podría volver
a excitarse sin problema y tener otro orgasmo inmediatamente.
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Píldoras anticonceptivas. |
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Preservativos. |
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Dispositivo intrauterino |
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La prevención del embarazo
La
sociedad moderna hace que siempre estemos apurados y que dispongamos
de poco tiempo libre para compartir con la pareja, los hijos, la
familia y los amigos.
Antes, sólo los hombres trabajaban,
mientras la mujer se preocupaba de mantener la casa y de cuidar los
hijos. Esto ha cambiado; hoy cada vez son más las mujeres que
ingresan al mundo laboral.
La escasez de tiempo libre, la
escasa preparación para ser padres u otros motivos, han llevado a
las parejas a planificar la llegada de los hijos. Esto también se da
a nivel gubernamental, ya que en muchos países se difunden los
métodos anticonceptivos para controlar la natalidad indeseada,
que origina problemas como el aborto, niños abandonados y
sobrepoblación.
Existen varios métodos, llamados
anticonceptivos, para evitar un embarazo. Estos métodos
permiten tener relaciones sexuales pero disminuyen las posibilidades
de que la mujer quede embarazada.
Los más comunes son:
•
Preservativo: es una funda de goma abierta en un extremo y
cerrada en el otro, que se coloca cuando el pene está en erección.
Se encarga de impedir que el semen penetre en la vagina.
•
Diafragma: es una circunferencia, también de goma, que se
introduce dentro de la vagina cubriendo el cuello del útero. Su
función es evitar que los espermatozoides penetren al útero.
•
Ciclo menstrual: este método no otorga mucha seguridad. Se trata
de evitar las relaciones sexuales en los días anteriores y
posteriores a la ovulación.
•
Coitus interruptus: se refiere a interrumpir el coito antes de
la eyaculación y así evitar que el semen penetre en el cuerpo de la
mujer.
•
Dispositivo intrauterino:
los médicos lo colocan en la cavidad uterina. Su función es evitar
la implantación del cigoto en el útero.
•
Píldora anticonceptiva:
es el método usado con mayor frecuencia en nuestros días. Cada
píldora contiene una mezcla de hormonas femeninas en cantidades
suficientes como para interferir el ciclo hormonal y fisiológico de
la mujer, de manera que no se produzca la fecundación. Este método
es casi ciento por ciento efectivo.
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La
endometrosis |
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El
cáncer de ovario |
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Trastornos de la próstata |
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Enfermedades recurrentes
Femeninas
•
Cáncer cervical: prevenir antes que curar
Seguramente habrás escuchado
nombrar un examen preventivo denominado Papanicolau (PAP). Es
aconsejable que todas las mujeres en edad fértil se lo realicen por
lo menos una vez al año.
Se analiza una muestra de las células de la superficie del cuello
del útero, lo que permite evaluar cualquier cambio anormal en las
células (displasia), antes de que un cáncer se desarrolle y extienda
al resto del cuerpo de la mujer.
Si el cáncer es detectado en forma precoz, podría curarse. Por eso
es importante el control ginecológico frecuente.
•
Cáncer de ovarios
Este cáncer es más complicado que
el de útero. De hecho, produce más muertes, ya que es muy complejo
detectarlo a tiempo. Es común en mujeres mayores de 50 años que no
han tenido hijos. Se cree que el uso de pastillas anticonceptivas
puede ayudar a proteger de esta enfermedad.
Masculinas
•
Cáncer testicular
Si bien este cáncer no es muy
común, se da mayoritariamente en hombres menores de 40 años, en
especial en aquellos que en su infancia tuvieron problemas con el
descenso de uno de sus testículos. En un principio aparece una
hinchazón que no produce dolor y que generalmente se descubre con un
autoexamen.
Con frecuencia hay que extirpar el testículo afectado y aplicar
quimioterapia y/o radioterapia, dependiendo del tipo de cáncer
pronosticado.
•
Cáncer de próstata
El cáncer de la próstata es
bastante común. Se produce por la aparición de células cancerosas
(malignas). Se da con mayor frecuencia en hombres mayores.
•
Hiperplasia prostática benigna
A medida que pasan los años, la
próstata puede aumentar de tamaño y bloquear la uretra o la vejiga,
pudiendo causar dificultad para orinar o interferir con las
funciones sexuales. Aunque este trastorno no es un cáncer,
generalmente habrá que someterse a una cirugía para corregirlo. Los
síntomas de esta enfermedad o de otros problemas en la próstata
pueden ser similares a los del cáncer.
El hombre debe fijarse en los
siguientes síntomas y recurrir a un médico: flujo débil o
interrumpido de la orina, orinar frecuente (especialmente en la
noche), dificultad al orinar, dolor o ardor al orinar, sangre en la
orina y dolor constante en la espalda, caderas o pelvis. A menudo,
el cáncer prematuro de la próstata no presenta ningún síntoma.
La probabilidad de recuperación y
la elección del tratamiento dependen de la etapa de avance del
cáncer.
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Microelectrografía del Virus de Inmunodeficiencia Humana, conocido
como VIH, que es el causante del SIDA. Enfermedad que afecta al
sistema inmunológico, dejando al cuerpo sin defensas, por lo que
hasta las enfermedades más inofensivas pueden agravarse hasta
producir la muerte. |
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Problemas para la concepción |
La infertilidad o imposibilidad de tener hijos es un
problema común en la sociedad actual.
Una de las causas más comunes de infertilidad es el
bloqueo de las trompas de Falopio, que con frecuencia es
causada por una endometriosis mal tratada. Como vimos
con anterioridad, la fecundación se produce en las
trompas, por lo que si estas están bloqueadas, se
necesitarán medicamentos o algún tipo de cirugía para
remediarlo.
Otra causa importante de infertilidad en la mujer es que
los ovarios no desprendan óvulos maduros o la excesiva
irregularidad de este proceso. Esto puede producirse por
un desequilibrio hormonal, por obesidad o pérdida
excesiva de peso, o bien por un ovario con quistes. Una
anormalidad estructural en el útero también puede
dificultar la fecundación.
El hombre no escapa a este problema. Un número
inadecuado de espermatozoides es la causa más común de
la infertilidad masculina. Además, influye que estos
presenten deformaciones o no puedan desplazarse con
rapidez por el cuerpo de la mujer. Esto puede deberse a
un desorden hormonal, el consumo de drogas o a alguna
enfermedad. También afecta el hecho de que ciertas vías
por donde debe pasar la esperma o semen estén parcial o
completamente bloqueadas.
Si el hombre ha sido operado de próstata, puede
presentar problemas al eyacular, ya que el semen entra
en la vejiga, dando paso a la infertilidad. |
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Las consecuencias de la
promiscuidad
Las enfermedades de transmisión
sexual (ETS) son un fiel reflejo de una sexualidad irresponsable;
es decir, de la mantención de relaciones sexuales con distintas
parejas, sin las prevenciones necesarias.
Para prevenir estas enfermedades
es importante ser responsable de la propia sexualidad,
considerando los siguientes factores:
tener una pareja sexual estable, cuidar la salud genital,
controlarse con un médico periódicamente y
usar preservativos, sobre todo en el caso de relacionarse
sexualmente con personas desconocidas.
Si alguien descubre que padece
alguna de estas enfermedades, debe evitar tener relaciones sexuales
y su pareja tendrá que ser analizada para detectar si está infectada.
Las ETS más comunes son:
•
Gonorrea
Es una enfermedad venérea muy
frecuente, fácil de detectar en el hombre, ya que se produce una
secreción purulenta por la uretra con bastante dolor al orinar.
En cambio, en la mujer es mucho más
difícil de descubrir, porque generalmente no da molestias, y si las
da, no son muy específicas y pueden confundirse con otras
infecciones genitales. Se produce una secreción purulenta por la
vagina. Si no se trata, esta bacteria irá infectando y destruyendo
los órganos genitales internos de la mujer, tales como el útero y
las trompas de Falopio. Como consecuencia, a muchas mujeres les
provoca esterilidad, o incapacidad de concebir un hijo.
•
Sífilis
Al igual que otras enfermedades
venéreas, solamente se contagia por el contacto sexual con una
persona infectada. Se puede descubrir fácilmente si luego de varios
días de haber tenido una relación sexual aparece en los genitales (glande,
prepucio, surco balanoprepucial en el hombre, labios mayores o
menores y vulva en la mujer), una úlcera indolora de base dura,
acompañada de inflamación en los ganglios de la ingle. Si ello
ocurriera, se debe acudir rápidamente a un médico para un
tratamiento que es ciento por ciento efectivo. De lo contrario,
desaparecerá la úlcera y la infección se diseminará por todo el
organismo, dañándolo de manera irreversible.
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Sida
El SIDA es una enfermedad de
transmisión sexual. Descubierta en 1981, es producida por un virus
que ataca y destruye las células blancas de la sangre (linfocitos)
que nos defienden de infecciones por gérmenes (bacterias, hongos,
otros virus) y de la proliferación de ciertas células cancerosas.
Actualmente el virus sigue siendo
mortal. Sin embargo, hay tratamientos para mejorar la calidad de
vida del infectado.
Existen muchos mitos sobre las
formas de contagio del SIDA. El compartir una habitación, una
comida, un beso o un abrazo con una persona infectada no constituyen
ningún riesgo.
Por otra parte, todavía se cree que
solo les da a las personas que mantienen relaciones sexuales con
personas de su mismo sexo (homosexuales). Esto es falso.
Cualquier persona puede contraer
SIDA si se expone. Por esto es más frecuente en personas con vida
sexual desordenada y promiscua. Pero también puede afectar a
personas de sexualidad sana y a niños, por medio de transfusiones de
sangre infectada o durante la gestación en el caso de madres
infectadas.
Al principio, la persona contagiada
con SIDA presenta síntomas muy vagos: baja de peso acentuada,
diarreas crónicas, ganglios inflamados en diferentes partes del
cuerpo. Posteriormente, al agotarse sus defensas, presenta una serie
de infecciones muy raras y de difícil tratamiento en los pulmones,
el cerebro, en la sangre, etc. Y algunos de ellos comienzan a
presentar tumores cancerosos en la piel (sarcoma de Kapossi).
Las personas con SIDA no fallecen
por la enfermedad en sí, sino por alguna infección severa y/o algún
tumor maligno expandido en el organismo.
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Fundación Educativa Héctor
A. García |