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El
aire que da vida
Después del corazón, los pulmones son los órganos
que mantienen una mayor velocidad de trabajo.
Se expanden y contraen entre 12 y 80 veces por minuto. |
El Sistema Respiratorio
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Fosas
Nasales Faringe
y Laringe
Tráquea
y Bronquios
Pulmones
y Pleura
Contenido Revisado
Intercambio
vital- Seguramente
nunca te has puesto a pensar: Debo respirar. Lo haces sin darte cuenta,
ya que es algo que se ejecuta en forma mecánica, incorporando oxígeno
cuando inspiras (o inhalas) y expeliendo anhídrido carbónico
cuando espiras (o exhalas).
La respiración es una función
que no puedes dejar de realizar por más de cuatro minutos. Si no lo haces,
te asfixiarías hasta llegar a la muerte.
Para
funcionar, las células de tu cuerpo necesitan oxígeno. El
sistema respiratorio es el que se encarga de suministrar este elemento
a la sangre, para que esta lo distribuya a todos los tejidos de tu cuerpo. Sin
embargo, a causa del metabolismo celular (conjunto de cambios químicos
y biológicos), en el organismo se forma un compuesto gaseoso llamado anhídrido
carbónico, que carece de utilidad y es muy tóxico, por lo que
debe ser eliminado, función que también cumple este sistema. El
sistema respiratorio está formado principalmente por dos grandes secciones:
las vías respiratorias, es decir, el conjunto de estructuras formado
por la cavidad nasal, la faringe, laringe, tráquea,
bronquios y subdivisiones más pequeñas. Esta sección
es la encargada de permitir la entrada de aire a las superficies respiratorias;
el aparato pulmonar, donde se efectúan los intercambios
gaseosos entre el aire del ambiente y la sangre. Debido
a la naturaleza gaseosa de sus contenidos, las vías respiratorias están
cubiertas por una armazón ósea o cartilaginosa, que hace posible
mantener abiertos estos caminos para que el aire pueda pasar libremente.
Las
fosas nasales
El
aire debe recorrer un largo camino por tu cuerpo para completar
el proceso de la respiración. El primer tramo que recorre está
formado por las fosas nasales, esas dos cavidades alargadas que observas
ubicadas en medio de tu cara, con dos pares de aberturas, unas anteriores
y otras posteriores. Las primeras están situadas en la nariz,
y se mantienen en contacto con el exterior. Las segundas, llamadas coanas,
comunican con el interior.
Las
paredes de las fosas nasales están recubiertas por una mucosa,
denominada pituitaria, que presenta tres protuberancias, conocidas
como cornetes. Cuando el aire pasa por este sector, es entibiado
por la gran superficie mucosa del tabique nasal y de los cornetes,
siguiendo su calentamiento durante el paso por las vías respiratorias
hasta llegar a los bronquios, con una temperatura adecuada que
no produzca ningún tipo de efecto nocivo.
Por
si no sabías, el aire que aspiras transporta una gran cantidad
de partículas de polvo. Los pelos existentes en el interior de
la nariz solo son capaces de detener las de mayor tamaño. El polvo
es eliminado gracias a la actuación conjunta de los cilios vibrátiles
-pelos que actúan como pestañas- y del moco que se
acumula en esa área.
|
Cilios
Filamentos muy pequeños que se proyectan desde el recubrimiento
mucoso de las vías respiratorias. |
La Faringe
A
continuación de las fosas nasales nos encontramos con la faringe,
que tiene la característica de ser un segmento común al
sistema respiratorio y al sistema digestivo. Se extiende desde la base
del cráneo hasta la sexta vértebra cervical. De 13 centímetros
de largo, se divide en tres partes: porción nasal o rinofaringe;
porción bucal u orofaringe; y porción laríngea
o laringofaringe.
La
rinofaringe o nasofaringe, se encuentra detrás de la fosas
nasales y por sobre el nivel del paladar membranoso. Excepto este último,
sus paredes no tienen movimiento, lo que significa que su cavidad jamás
podrá obstruirse. En esta región se acumula un tejido linfático,
muy desarrollado en los niños, llamado amígdalas nasofaríngeas,
que cuando sufren de hipertrofismo -crecen mucho- reciben el nombre de
adenoides.
Por
su parte, la orofaringe se encuentra limitada arriba por el paladar
y abajo por el borde superior de la epiglotis, que es un cartílago
que cubre la abertura de la laringe cuando comes, evitando así
que el alimento entre en la tráquea. Contiene las amígdalas
palatinas, dos masas de tejido linfoide ubicadas en las paredes laterales
de la porción bucal de la faringe. Las amígdalas son de
tamaño variable, y muchas veces son víctimas de inflamaciones,
lo que conocemos como amigdalitis.
La
laringofaringe es la parte inferior de esta cadena, y se extiende
desde el borde superior de la epiglotis hasta el borde inferior del cartílago
cricoide.
Como
puedes ver, la faringe es solo un lugar de paso, y tiene una estructura
acorde a su función, ya que está revestida por una capa
mucosa que se encarga de atrapar las partículas de polvo que llegan
a este lugar, y que son expulsadas a través de la tos o, en el
peor de los casos, tragadas.
La
etapa faríngea de la deglución es un acto absolutamente
reflejo e involuntario. Durante uno o dos segundos, la respiración
se inhibe o frena para dar paso a este proceso; sin embargo, al ser una
acción involuntaria, no alcanzas a darte cuenta de que por un momento
has dejado de respirar.
La laringe
Si
bien la faringe interviene en la emisión de la voz, es la laringe
la gran responsable de que otros oigan tus palabras. Está compuesta
por muchas piezas cartilaginosas, y se encuentra entre la raíz
de la lengua y la tráquea. Además, contiene las cuatro cuerdas
vocales que te ayudan a hablar; dos son llamadas cuerdas falsas,
y las dos restantes, cuerdas verdaderas, pues son las que realmente
intervienen en la emisión de la voz.
La
cavidad de la laringe se divide en tres partes: parte superior
o vestíbulo, ubicada sobre la cuerda vocal superior, y que
tiene un orificio que comunica con la laringe y la epiglotis, e
interiormente con la glotis; parte media o glotis, situada
entre la cuerda vocal superior e inferior; y una parte inferior,
que comunica con la tráquea.
La laringe es un órgano móvil, ya que se mueve con la fonación,
la voz y la deglución. Y es durante esta última que adquiere
mayor movilidad; es llevada hacia arriba y adelante en su totalidad, apartando
a la glotis del paso de los alimentos, que se escurren por los lados de
la epiglotis. Esto es lo que te explicábamos anteriormente -al
dejar de respirar por unos segundos-, evitando la penetración de
los alimentos en la tráquea.
Diferencias
de género |
En
el hombre adulto, la laringe está ubicada frente a la tercera, cuarta,
quinta y sexta vértebras cervicales; en cambio, en los niños y en
la mujer adulta se encuentra en una posición un poco más alta. De
hecho, hasta la pubertad el tamaño de la laringe es distinto entre hombres
y mujeres. En la mujer el crecimiento es muy pequeño, mientras que en el
hombre es bastante considerable. La laringe está formada por un esqueleto
cartilaginoso y es el cartílago mayor el que forma un bulto llamado prominencia
laríngea, nuez o bocado de Adán, especialmente
marcada en los varones. | | Las
cuerdas vocales
| Las
cuerdas vocales se encuentran sobre la base de la laringe e integran la emisión
de la voz. Los sonidos logran salir al exterior cuando el aire que espiras
pasa a través de ellas, que se encuentran juntas y tirantes. | - La
tos
La
tos se produce cuando el aire que inhalas del exterior estimulan las células
nerviosas receptoras de la laringe, la tráquea y los bronquios. Mediante
una señal nerviosa, se emite una respuesta que expele los irritantes del
cuerpo, lo que se conoce como tos.
| 1.
La epiglotis está en lo alto de la laringe y se inclina hacia abajo durante
la inhalación, lo que cierra las cuerdas vocales y atrapa el aire en los
pulmones. | |
| 2.
El diafragma se eleva y los músculos del abdomen se cotraen comprimiendo
los pulmones. El aire del espacio más pequeño de la cavidad del
pecho aumenta su presión. | 3.
Cuando la presión llega a un punto muy elevado, la epiglotis se inclina
hacia arriba y las cuerdas se separan, obligando al aire a salir por la vía
respiratoria. | |
La tráquea
Bajando
por la laringe nos encontramos con la tráquea, un tubo cartilaginoso
y membranoso que mide entre 10 y 11 centímetros con un diámetro
igual al de tu dedo índice. Sus paredes son bastante resistentes,
gracias a los 20 anillos cartilaginosos que posee. Aproximadamente la
mitad de la tráquea se encuentra en el cuello y la otra mitad en
el tórax. A la altura del esternón -ese hueso en forma de
espada que tienes en la mitad de la caja torácica- se divide en
dos bronquios, uno derecho y otro izquierdo, que se dirigen hacia los
pulmones.
La tráquea está internamente recubierta por una capa de
mucosa, que es una continuación de la que se halla en la laringe,
y su superficie está revestida de una película de moco,
en el cual se adhieren las partículas de polvo que han logrado
atravesar las vías respiratorias superiores. Este moco no solo
retiene el polvo, sino que además actúa como bactericida.
Los
pulmones
Ya
vimos que luego de pasar por las fosas nasales, el aire circula por la
faringe y llega a la tráquea, que se divide en dos bronquios, cada
uno de los cuales penetra en un pulmón. Los pulmones son
los órganos de la respiración donde se produce la hematosis,
proceso durante el cual los glóbulos rojos absorben oxígeno
y se liberan del anhídrido carbónico. Protegidos por las
costillas, se encuentran en la caja torácica, a ambos lados del
corazón, separados por el mediastino, nombre que recibe
el espacio entre cada uno de ellos.
Parecidos
a un par de esponjas, forman uno de los órganos más grandes
de tu cuerpo. Su función esencial, compartida con el sistema circulatorio,
es la distribución de oxígeno y el intercambio de gases.
Tienen la capacidad de aumentar de tamaño cada vez que inspiras
y de volver a su tamaño normal cuando el aire es expulsado.
¿Sabías que el pulmón derecho es más grande
que el izquierdo? Esto, porque está dividido en tres lóbulos
-superior, medio e inferior- y el izquierdo solamente en dos -
superior e inferior. Cada uno de los lóbulos se divide en un gran
número de lobulillos, en cada uno de los cuales irá a parar
un bronquiolo, que a su vez se divide en unas cavidades llamadas
vesículas pulmonares; estas forman otras cavidades llamadas
alvéolos.
Rodeando
los pulmones: las pleuras
El
pulmón está recubierto por una membrana serosa que presenta
dos hojas, una que se adhiere a los pulmones, llamada pleura visceral,
y otra que tapiza el interior de la cavidad torácica, denominada
pleura parietal. Estas dos capas se encuentran en contacto, deslizándose
una sobre otra cuando tus pulmones se dilatan o contraen. Entre ellas
se encuentra la cavidad pleural, que se encarga de almacenar una
pequeña cantidad de líquido, cumpliendo una función
lubricadora. Pero la misión principal de la membrana pleural es
evitar que tus pulmones rocen directamente con la pared interna de la
cavidad torácica, manteniendo una presión negativa que impide
el colapso de los pulmones.
Árbol
bronquial
|
Árbol
bronquial
Como puedes ver, esta gran red de vías aéreas es muy
parecida a un árbol |
Ya
habíamos visto que a partir de la tráquea nacen los bronquios.
Estos se
abren
en dos ramas que penetran en cada uno de tus pulmones, junto con vasos
sanguíneos y nervios; son estas ramificaciones las que reciben
el nombre de árbol bronquial. Al entrar en los pulmones se producen
varias bifurcaciones a medida que los bronquios se hacen más estrechos.
Estas ramitas más delgadas del árbol, de solo un mm de anchura,
son lo que conocemos como bronquiolos.
Los bronquios cumplen también una función motora. Cuando
inspiras, el árbol bronquial se ensancha y alarga, lo que facilita
la circulación del aire hacia los alvéolos. Además,
también se preocupan de colaborar con la acción de los cilios
que se encuentran en la mucosa para evitar que entren partículas
extrañas a tus pulmones, todo esto mediante un movimiento de las
paredes bronquiales.
¿Se
puede medir el aire de los pulmones? |
Esto es una
tarea difícil, ya que la capacidad pulmonar varía. Además,
hay que tener en cuenta la velocidad con que las personas son capaces de botar
el aire, porque no es lo mismo espirar dos litros en tres segundos que botar dos
litros en seis segundos. Este último podría ser el caso de una persona
con asma, ya que sus bronquios se cierran, haciendo difícil la respiración
rápida. Sin embargo, se calcula que caben cuatro o cinco litros de
aire, y que renovamos entre medio y un litro al respirar, salvo que estemos haciendo
algún tipo de ejercicio que aumente su capacidad. Una persona normal
consume aproximadamente 40 centímetros cúbicos de oxígeno
por minuto, produciendo unos 30 centímetros cúbicos de anhídrido
carbónico. | |
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Esfuerzo
pulmonar Para inflar
un globo como este, es necesario que antes de hacerlo inspires muy profundo, ya
que solo podrás llenarlo de aire con una larga espiración. |
El proceso
de respiración
Nuestro
cuerpo no puede almacenar oxígeno, por lo que es imprescindible
respirar día y noche para que el aire entre y salga de los pulmones.
La velocidad y profundidad de la respiración es algo relativo,
que controlan -específicamente- procesos involuntarios en el tronco
cerebral. Como ya te contamos anteriormente, este proceso es absolutamente
automático e involuntario, al punto de poder adaptarse a las necesidades
de tu organismo.
La
acción de respirar consiste en transportar el aire a los pulmones
para que la sangre se nutra de oxígeno y se purifique, para luego
expulsar el anhídrido carbónico del cuerpo.
Cada
vez que respiras se producen dos movimientos que ya conoces: inspiración
y espiración; es decir, entra y sale el aire. En esta etapa
se intercambia más de medio litro de aire.
Respiración:
inspiración y espiración
Inspiración Al
inspirar y espirar realizamos ligeros movimientos que hacen que los pulmones se
expandan y el aire entre en ellos mediante el tracto respiratorio. El
diafragma -que también interviene en este proceso- hace que el toráx
aumente su tamaño, y es ahí cuando los pulmones se inflan realmente.
En este momento, las costillas se levantan y se separan entre sí. Esto
es la inspiración. |
| Espiración Por
el contrario, en la espiración, el diafragma sube, presionando los pulmones
y haciéndoles expulsar el aire por las vías respiratorias. Aquí, las
costillas descienden y quedan menos separadas entre sí y el volumen del
tórax disminuye. |
| |
Infecciones
respiratorias
Cada
vez que respiras estás renovando el aire de los 80 metros cuadrados
de superficie que tienen los pulmones. Diariamente respiramos entre 14
y 18 kilos de aire, que muchas veces está lleno de partículas
nocivas y contaminantes, virus y microbios que entran con el aire a los
pulmones. Es por esto que las enfermedades más comunes son las
respiratorias, lo que se comprueba cada invierno, cuando se ven los hospitales
colapsados por la gran cantidad de gente que asiste por algún problema
respiratorio, especialmente niños, que son los más afectados.
Incluso,
y aunque te parezca extraño, si respiras por la boca tienes más
posibilidades de enfermarte, porque esta es un pésimo filtro: muchas
partículas que por la nariz no entrarían, llegarán
por esta vía a tus pulmones.
Algunas
de las enfermedades más comunes del sistema respiratorio son:
Resfrío
común: un conjunto de enfermedades
El
resfrío no es una enfermedad como tal, sino un grupo de enfermedades
menores provocadas por cualquiera de los 200 virus distintos causantes
del resfrío. Normalmente, un resfriado común se limita a
afectar la nariz y la garganta, pero hay veces en que incluso pueden llegar
a afectar la laringe, lo que se conoce como laringitis.
En
general, el resfrío puede afectar casi cualquier parte de tu sistema
respiratorio. Cuando estornudas o produces mocos, significa que el tracto
respiratorio superior está afectado. La infección puede
irritar la tráquea, produciendo tos, y la laringe, provocándote
ronquera y disfonía. Cuando son los bronquios los
que se ven afectados por esta enfermedad, estamos frente a una bronquitis
aguda.
Rinitis
alérgica: el mal de la primavera
Cuando
llega septiembre y empiezan a florecer los árboles, mucha gente
se ve afectada por una alergia que no la deja respirar bien, le produce
congestión y estornudos. Es lo que se conoce como rinitis alérgica,
una enfermedad muy parecida al asma. Esta alergia es consecuencia de una
sustancia disuelta en el aire que causa hipersensibilidad. Se manifiesta
en los ojos, nariz y garganta. Esto sucede por la exposición al
elemento que te produce irritación, que está disuelto en
el aire, lo que provoca una descarga de histamina (producto químico
del cuerpo); además, causa inflamación y secreción
en las células de las mucosas de la nariz, en los párpados
y en la capa superficial de los ojos.
Sinusitis:
dolor de cabeza constante
Esta
enfermedad se produce cuando se inflaman las membranas mucosas de los
senos perinasales. Los senos son cavidades aéreas en los
huecos craneales, tapizadas de mucosidades, que se comunican con la cavidad
nasal. La sinusitis suele producirse después de una infección
bacteriana o vírica. Los senos más susceptibles son los
frontales y los maxilares (en la frente y las mejillas, respectivamente).
Los organismos causantes provienen de la nariz, generalmente después
de un resfrío que se complica con una infección secundaria
provocada por bacterias. Los síntomas son, generalmente: aumento
de la mucosidad verdosa, lo que provoca una obstrucción en las
vías respiratorias; la nariz se torna aún más obturada;
la respiración tendrá que hacerse por la boca; la conversación
se hará gangosa y proviene un decaimiento general, además
de un dolor de cabeza constante sobre los ojos. Si los afectados son los
senos maxilares, el dolor se sentirá en una o las dos mejillas,
y una especie de dolor de muela en la mandíbula superior.
Cáncer
de pulmón: el daño del tabaco
Aunque
te parezca increíble, el tabaco de un cigarrillo es una compleja mezcla
de más de tres mil sustancias diferentes, más el alquitrán,
que es un carcinógeno muy poderoso. Entre
los factores que influyen en la formación de un cáncer de este tipo
se incluyen el número de cigarros que una persona fuma al día, su
contenido de alquitrán, el número de años que se ha fumado
y la profundidad de cada inhalación. | | 1.
Las células columnares rematadas por los cilios se preocupan de recubrir
los bronquios sanos. Bajo esta capa están las células basales, que
se dividen para sustituir a las células dañadas. | 2.
Después de varios años, las células dañadas por el
humo se aplanan y se vuelven escamosas. Además, pierden sus cilios. | | | 3.
Las células basales comienzan a multiplicarse rápidamente en un
intento por sustituir a las células escamosas dañadas, pero muchas
veces se convierten en cancerosas. | 4.
Las células cancerosas sustituyen a las sanas. Si logran traspasar la membrana
inferior, pueden desarrollar metástasis en otras partes del cuerpo. | |
|
Vista
de ciudad de México Este es el típico panorama con que nos topamos día
a día en la capital mexicana. Todo ese esmog que ves ahí, es lo que
respiran alrededor de 20 millones de personas diariamente. |
Viviendo en el
polvoSegún
estudios científicos, la contaminación produce un efecto nocivo
permanente sobre el cuerpo humano, y el sistema más afectado es, precisamente,
el respiratorio. La contaminación ambiental siempre causa un daño
en el organismo, sin importar el nivel en el que se encuentre. De hecho, provoca
un envejecimiento prematuro del sistema respiratorio, a través de un proceso
constante e irreversible que no produce dolor al organismo y que lo va aniquilando
silenciosamente. En el caso de la ciudad de México, hay alrededor de 20 millones de personas
que respiran día a día un aire que sin duda los conducirá
a una muerte anticipada a la que tendrían si vivieran en un ambiente libre
de contaminación.
Además,
convierte a esa capital en una ciudad no apta para realizar
deportes al aire libre; es decir, neutraliza una actividad que suele
estar ligada con una vida sana y la convierte en un factor de riesgo
real para la vida de un ser humano. El silencioso y persistente
daño de las micropartículas en el cuerpo humano es
un dato que debe ser tomado en cuenta con responsabilidad. Los niños
de hoy estarán más propensos a desarrollar enfermedades
respiratorias en su vida adulta y un buen porcentaje de ellos tendrá
que acostumbrarse a convivir con ellas permanentemente.
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