L a G r a n E n c ic l o p e d
i a I l u s t r a d a d e l P r o y e c t o S a l ó n H o
g a r |
El clima en la Tierra
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Muchas
veces nos confundimos cuando hablamos de tiempo y clima, sin
saber cuál es la diferencia real entre estos dos términos. Sin
embargo, ambos son dos formas de considerar los cambios y
variaciones que se producen en la temperatura. El tiempo
atmosférico es el conjunto de cambios que ocurren diariamente en
un lugar determinado; el clima, en cambio,
es el tiempo habitual que existe en alguna zona pero que puede
durar muchos años; es la generalización del estado del
tiempo.
La
climatología es la ciencia que describe los climas, los explica y
los clasifica por zonas. El paisaje que se genera en cada zona está
estrechamente relacionado con el clima existente, y así los habitantes
deben acostumbrarse al tipo de clima que les ha tocado, por lo que cobra
importancia no solo conocerlo, sino tener claro los factores y fenómenos
atmosféricos que se generen.
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Esta
imagen muestra en azul el gran hoyo que existe actualmente en
la capa de ozono. |
La atmósfera
La
atmósfera es, en general, una capa gaseosa que rodea a un cuerpo
celeste y lo sigue constantemente en todos sus movimientos. Permite evitar
las oscilaciones de temperatura en la superficie terrestre, disminuye
la radiación solar durante el día e impide la pérdida
excesiva de calor durante la noche. Dentro de nuestro Sistema Solar, poseen
atmósfera el Sol, la Tierra, Venus, Marte, Júpiter, Saturno,
Urano, Neptuno y Plutón. La Luna y el planeta Mercurio, carecen
de ella. Esto depende exclusivamente del tamaño de los astros,
ya que los más grandes tienen más fuerza de gravedad, lo
que los lleva a conservar su capa de gas; los de menor volumen, en cambio,
se desprenden de ella.
La
atmósfera terrestre está compuesta por un 78% de nitrógeno
y un 21% de oxígeno. El resto es argón (0.93%),
bióxido de carbono o anhídrido de carbono
(0.03%) y restos de otros gases como vapor de agua (varía
de 0,1% a 5% según el clima) neón, helio,
kriptón, xenón e hidrógeno.
Estructura
de la atmósfera
La
atmósfera cuenta con una estructura muy bien definida. Se divide
en cuatro capas o esferas distribuidas según su altitud de la siguiente
manera:
La
troposfera es la parte inferior y más densa de la atmósfera;
es la más cercana a la superficie terrestre y en ella ocurren los
fenómenos climáticos como lluvias, nubes y tormentas.
A causa de la altitud existente (11 km en promedio), la temperatura va
disminuyendo en esta capa de la atmósfera, llegando casi a 55¼
bajo cero en el límite entre la troposfera y la estratosfera, variación
que se conoce con el nombre de gradiente vertical de la temperatura. Más
del 75% del peso total del aire, gran parte de la humedad y casi todo
el polvo atmosférico, están contenidos en la troposfera.
La
segunda capa de la atmósfera es la estratosfera, que se
extiende hasta los 80 km de altitud, compuesta de aire claro y seco. Es
bastante más estable que la troposfera, al igual que su temperatura
que se mantiene constante en su parte inferior, ya que se va calentando
producto de la absorción de energía solar por parte de su
capa de ozono, que es la variedad de oxígeno que existe
en esta zona, capaz de capturar las radiaciones ultravioletas (U.V.) dañinas
del sol para que no lleguen a la superficie terrestre.
La humedad casi no existe en la estratosfera, lo que trae como consecuencia
una baja producción de nubes. La estratosfera, en su límite
superior, alcanza una temperatura aproximada de 10¼ Celsius. Las capas
inferiores de la troposfera son utilizadas para el tránsito aéreo.
Luego
viene la mesosfera, donde la temperatura va disminuyendo considerablemente
hasta llegar aproximadamente a los 100¼ bajo cero en el límite
superior. Dada la menor densidad del aire, la difusión de la luz,
que es la que da el color azul al cielo, no es capaz de concretarse.
También
se le llama ionosfera, básicamente por la baja densidad
del aire y la gran riqueza de iones. La importancia de esta capa es la
transmisión de las ondas radiales, ya que de lo contrario, se perderían
en el espacio en caso que no se reflejaran en ella.
La
cuarta capa de la atmósfera se llama termosfera y a diferencia
de la anterior su temperatura va en aumento hasta alcanzar los 1.000°
Celsius a los 300 kilómetros de altura.
Una
última zona, que no se considera como parte de la atmósfera
por estar fuera de la Tierra, es la exosfera, donde las partículas
materiales son tan pequeñas en número que podrán
avanzar varios kilómetros y nunca chocar unas con otras. Sin embargo,
posee mucho polvo cósmico que cae sobre la Tierra, y que en consecuencia,
aumenta su peso aproximadamente en 10 mil ó 20 mil toneladas.
Elementos
del clima
Como
ya dijimos, los fenómenos climáticos se originan en la atmósfera.
El sol calienta la superficie de la Tierra, pero no en todas las zonas
por igual, ya que al ser esférica, el Sol incide con mayor fuerza
en el Ecuador, cubriendo a una superficie menor. En los polos, el Sol
incide con menor fuerza, debido al ángulo que forma con la capa
de aire que debe atravesar a diferencia del Ecuador, por lo que se recibe
menor calor por unidad de superficie.
La tierra, a diferencia del mar, se calienta con mayor facilidad y es
capaz de enfriarse con la misma rapidez. En los trópicos, la tierra
y el mar están muy calientes, pero en latitudes altas (hacia los
polos) el mar está más frío que la tierra en el verano
y más tibio que la misma en el invierno. Precisamente esto, incide
en la temperatura del aire. Estas condiciones físicas, que caracterizan
los estados de la atmósfera, son conocidos como elementos climáticos.
La temperatura
La temperatura es la cantidad de calor que posee la atmósfera,
dependiendo directamente de la energía que irradie el Sol, que
es el responsable de casi toda la energía que circula en la Tierra.
El Sol es de vital importancia para todos los seres vivos y se encarga
de movilizar las masas de aire, las corrientes marinas, evaporar las aguas
del mar, etc. La atmósfera se recalienta por efecto de la radiación
solar que, interceptada por algún objeto terrestre, da origen a
la insolación. A su vez, el aire se calienta por absorción
de temperatura por los gases e irradiación de la energía
solar absorbida por el suelo. Solo el 40% de la energía emitida
por el Sol es recibida en la superficie terrestre. La mínima temperatura
diaria se produce poco después de la salida del Sol y la máxima
dos horas después del mediodía. La
diferencia entre la mínima y la máxima es lo que conocemos
como oscilación o amplitud térmica.
La
presión atmosférica
Es
la fuerza que ejerce la atmósfera en todas las direcciones, como
consecuencia del peso de las capas superiores. Esto hace que en las capas
bajas el aire sea más denso y sus partículas presiona en
todas direcciones, fuerza que disminuye gradualmente con la altura. La
temperatura alta hace que el aire sea más liviano y se eleve (baja
presión). En cambio, en las zonas frías, el aire es más
pesado (alta presión). Un centro de baja presión se relaciona
con un ciclón y uno de alta presión con un anticiclón.
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Los
vientos pueden alcanzar grandes velocidades, lo que finalmente
puede traducirse en una tormenta. |
Los
vientos
Los
vientos son corrientes de aire que se producen a partir de una diferencia
de la presión atmosférica. Como explicamos anteriormente,
esta diferencia hace que el aire se desplace de las zonas de mayor presión
a las de menor presión.
El viento posee dos características fundamentales: velocidad
y dirección. La primera depende de la diferencia de presión
entre dos zonas y la distancia existente entre ellas. Por ejemplo, si
la distancia es pequeña y la diferencia de presión es muy
alta, el viento será muy fuerte, y viceversa. Para
medir la fuerza del viento existe un instrumentos llamado anemómetro.
Cuando los vientos son de 10 kilómetros por hora en
promedio, se consideran suaves; cuando alcanzan una velocidad de 100 kilómetros
por hora, se consideran fuertes.
La dirección, en cambio, consiste en saber el punto desde el cual
sopla el viento y esto lo mide la veleta, así se sabrá
su orientación.
El movimiento de los vientos
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En
climas tropicales se dan mucho las tormentas y vientos a gran velocidad. |
Para
saber cómo se mueven los vientos, debemos saber por qué
se producen los cambios de presión. Esta depende básicamente
de la temperatura. Cuando la atmósfera se calienta, sus capas inferiores
lo hacen antes que las superiores; esto lleva a que el aire se dilate
y comience a subir, ya que el aire caliente siempre está ascendiendo,
a diferencia del frío que solo ocupa el lugar del anterior. Este
fenómeno produce una corriente circular, donde interactúan
dos elementos: el aire y el calor.
Existen vientos regulares, aquellos que soplan constantemente en
la misma dirección y relativamente con la misma intensidad, como
los alisios que se desplazan desde los trópicos al ecuador;
y los periódicos, que se presentan solo en determinadas
épocas del año, y con distintas direcciones. Es el caso
de los monzones que afecta el Asia meridional.
Huracanes
y tornados
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La
foto muestra un tornado, que va girando y arrasando con todo, incluso
con personas que quedan atrapadas en el centro de este. |
Los
huracanes, también llamados tifones o ciclones
tropicales, consisten en un espiral que en su interior contiene vientos
y enormes bancos de nubes, causantes de las lluvias más grandes
conocidas hasta hoy. Las principales causas de este fenómeno atmosférico
son: la existencia de gran cantidad de humedad y altas temperaturas.
Esta es una de las razones por las cuales los huracanes solo se producen
en las zonas tropicales, donde hace mucho calor y existe bastante humedad
en el aire. La velocidad de un huracán alcanza hasta 250 km/hr.
Los tornados son parecidos a los huracanes, especialmente en su
forma de girar y de elevarse en torno a un centro de baja presión.
Sin embargo, la diferencia principal es que el huracán alcanza
una amplitud de 500 kilómetros de diámetro, el tornado llega
solo a los 50 metros, aunque su fuerza es tanto o más destructiva
que la del tifón. La velocidad del tornado puede llegar a ser de
500 km/hr.
El peligro de estos dos fenómenos es que la diferencia de presión
entre el centro (muy baja) y los bordes (muy alta) es tan grande, que
puede aprisionar en el ojo (centro) a personas y objetos que,
debido a la falta de presión en su interior, prácticamente
estallan.
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Muchas
veces, después de terminada una lluvia, sale el Sol y
con él un hermoso arco iris. |
La humedad
La
humedad del aire es la cantidad de vapor de agua presente en el
aire, lo que se origina a raíz de la evaporación de
agua de océanos, lagos y ríos, que sube en forma de
humedad. Este elemento puede provocar diversas variaciones durante
el día y entre un lugar y otro. La cantidad máxima
de humedad que puede contener una porción de aire sin precipitar
en forma de lluvia, se denomina punto de saturación.
Existen
dos tipos de humedad: la humedad absoluta y la humedad
relativa. La primera es la cantidad de vapor de agua que contiene
la atmósfera en un momento dado; la segunda, corresponde
al cuociente entre la cantidad de vapor de agua y la cantidad que
podría llegar a contener sin precipitarse.
Las
precipitaciones
El
término precipitación se usa para designar cualquier
forma en que el agua cae desde las nubes a la tierra.
Si bien existe una lista hecha por meteorólogos de diez tipos
de precipitación, solo se distinguen tres normalmente: lluvia,
granizo y nieve.
Cada
gota de lluvia puede estar formada por un millón de gotitas,
siendo algunas partículas de las nubes de hielo, de agua
o de cristales de hielo, dependiendo de la temperatura en que se
forman. Cuando estas gotitas aumentan de tamaño, adquieren
un peso suficiente como para no flotar y lograr llegar a tierra
firme. Las partículas de hielo, al fundirse, llegan al suelo
en forma de lluvia, si el aire está lo suficientemente caliente,
porque te habrás dado cuenta que normalmente llueve cuando
corre un viento tibio. Sin embargo, si el viento es frío,
caerán en forma de nieve o granizo. La lluvia no es igual
en todo el planeta, ya que dependerá mucho del clima existente
en una zona determinada, puede ir desde una simple llovizna a una
lluvia fuerte y muy densa.
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La
niña mide la cantidad de lluvia con un pluviómetro. |
Se
reconocen tres tipos de lluvias; de convección (en
la zona ecuatorial), ciclones o de frente (en zonas
templadas) y orográficas o de relieve (masas de aire
que precipitan en barlovento).
La
lluvia caída se mide en milímetros con un instrumento
llamado pluviómetro.
Por otro lado, la forma más común de precipitación
helada es el copo de nieve, compuesto por muchos cristales
de hielo hexagonales que se han congelado juntos, debido a un descenso
lento de la temperatura a menos de 0° Celsius. Los cristales
de hielo jamás son iguales uno de otros, pero presentan siempre
una simetría de seis partes.
Finalmente
tenemos al granizo, otra forma de precipitación, que
proviene de las nubes cúmulo-nimbo. Son granos blancos y
opacos de hielo que pueden medir entre 2 y 5 milímetros de
diámetro, y que al caer al suelo rebotan. El granizo se forma
por el ascenso de rápidas corrientes de aire que llevan vapor
de agua que, al congelarse, caen por su propio peso. Otras formas
asociadas a la precipitación son el rocío (gotitas
de agua sobre los objetos y cuerpos expuestos a la interperie) y
la escarcha (cristales o escamas de hielo que se forman cuando la
condensación del agua se lleva a cabo a una temperatura inferior
a los 0° Celsius, fenómeno también conocido como
helada).
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Altocúmulos
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Cirrocúmulos
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Nimboestratos
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Estratocúmulos
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Las
nubes
Las
nubes se forman cuando el aire se eleva calentado por la irradiación
terrestre. Cuando se calienta, el aire sube y se eleva hasta su punto
de rocío, momento en el cual el vapor de agua se condensa en
pequeñas gotitas de agua o cristales de hielo. La forma de las
nubes varía al igual que su textura, dependiendo del calor que
las impulse, la composición atmosférica y el viento que
las empuje determinando su altura.
Principales tipos de nubes
Cirros: son nubes con forma de pequeños
filamentos y aspecto sedoso; normalmente están a gran altura.
Cirroestratos: es una nube blanquecina, casi transparente
y muy fibrosa, que generalmente origina halos alrededor del Sol o de la
Luna.
Cirrocúmulos: la nube tiene una forma de fina lámina
ondulada o como una pequeña mancha.
Altoestratos: es una nube gris de aspecto estriado, normalmente
muy fina, pero que puede llegar a cubrir el cielo completamente.
Altocúmulos: también es gris, pero puede ser
blanca en ocasiones. Su forma asemeja láminas o manchas, a menudo
en masas redondeadas.
Nimboestratos: es una nube densa, relativamente oscura que
tapa al Sol y puede producir lluvia o nieve.
Estratocúmulos: es una capa gris o blanca con áreas
oscuras que se presentan generalmente en ondulaciones y masas redondas.
Estratos: es una nube uniforme, gris y a baja altura. Es
capaz de tapar las cumbres de las montañas y con frecuencia causa
lluvia o nieve.
Cúmulos: nube suelta en forma de cúpula, muy
parecida a un montón de algodón.
Cúmulonimbos: es una nube muy densa en forma de montaña
y su base es oscura. Es el típico nubarrón que produce tormentas
eléctricas.
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Las
nubes negras son uno de los principales indicadores de una posible
lluvia. |
Factores
del clima
El
clima no tiene que ver únicamente con la temperatura existente
en un momento dado, ya que está determinado por todos los elementos
meteorológicos que se dan en una región: temperatura,
presión atmosférica, humedad, vientos, y precipitaciones.
Todos estos elementos están condicionados por los llamados factores
del clima, es decir, los que hacen que se produzca un clima con determinadas
características.
Los principales factores son:
Latitud (distancia existente entre un punto de la Tierra
y la línea del Ecuador), que influye directamente sobre la temperatura.
Ya lo dijimos anteriormente, mientras más cerca del Ecuador se
esté, más cálida será la temperatura; por
el contrario, si uno se va acercando a los polos, la temperatura bajará
considerablemente.
Altitud, que es la distancia de un punto en relación
al nivel del mar. Este factor influye sobre la temperatura y sobre la
pluviosidad o lluvia. Al aumentar la altitud la temperatura disminuye
aproximadamente en un grado cada 180 metros. Esto sucede porque en las
zonas de menor altitud el aire es más denso y es capaz de retener
el calor, mientras que en las zonas más altas, esto no sucede y
las temperaturas descienden.
Distancia del mar, que afecta directamente la temperatura,
la humedad y la pluviosidad. Los lugares más cercanos al mar poseen
temperaturas más moderadas y con menor oscilación térmica
que en el interior de los continentes.
Corrientes marinas que trasladan masas de agua a lo largo
de los océanos y a grandes distancias. Las aguas que provienen
de lugares muy lejanos enfrían o entibian el aire de las regiones
que circundan, incidiendo en las presiones, en la humedad y en los seres
vivos que habitan esas aguas.
Relieve, que es un factor por su forma y posición,
actuando sobre las temperaturas y las precipitaciones. Funciona como biombo
a los vientos, produce diferencias de insolación según la
ladera expuesta y modifica el regimen de precipitaciones, de acuerdo a
la ladera de barlovento (expuesta a la acción del viento) y a las
de sotavento (protegidas del viento).
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