Dalton estudió el efecto visual de
la ceguera para lo colores, efecto que desde entonces es conocido
como daltonismo.
Mayow. La
explicación de las reacciones químicas que fueron durante muchos
años un misterio, quedaron justificadas por Mayow quien lo explicó
mediante la idea de una fuerza de atracción de intensidad
variable, existente entre los compuestos.
Berzelius
(1779-1848) explicó también las reacciones químicas con la idea de
la fuerza de atracción eléctrica entre cargas positivas y
negativas. (Las experiencias de la electrólisis hicieron dividir
los compuestos en negativos y positivos).
Con posterioridad, y
tras el descubrimiento del cloro y sus reacciones, se descubrió
una carga eléctrica negativa de masa muy pequeña que se transfiere
de unos átomos a otros, es decir el electrón.
Dumas.
Nuevos descubrimientos relativos a la química del carbono,
hicieron pensar a Dumas en la existencia de la molécula como un
compuesto único y no formado por dos partes eléctricamente
opuestas; en estas moléculas las partes podrían sustituirse unas
por otras sin tener en cuenta sus caracteres electroquímicos.
A lo largo de estos
dos siglos son continuos los avances y descubrimientos en la
Química, y además, las aplicaciones técnicas de estos
descubrimientos contribuyeron al nacimiento de nuevas industrias,
que jugaron un papel clave en la industrialización de los países
europeos. Son, también, numerosos los científicos que han
realizado aportaciones relevantes.
Gay-Lussac
(1778-1850) estableció la ley de los volúmenes de combinación de
las sustancias gaseosas.
La teoría de Dalton
no podía aplicarse al principio de las combinaciones gaseosas
enunciado por Gay-Lussac, hasta que Avogadro formuló su hipótesis,
la cual partía de la distinción entre átomos y moléculas,
estableciendo la base para la teoría atómico-molecular.
Amadeo de Quaregna, conde de Avogadro
(1776-1856) estableció una atrevida hipótesis, recogida en la ley
que lleva su nombre, en la que se expone que el número de
moléculas contenidas en un determinado volumen gaseoso, a igualdad
de presión y temperatura, es el mismo para todos los gases. Esta
teoría sólo se conmovió con los descubrimientos de la
radiactividad y de la constitución del átomo.
Edward Frankland
estableció en 1852 la idea de valencia.
Liebig
(1803-1873) fue uno de los primeros químicos orgánicos del mundo.
Destaca la aplicación de sus análisis en la agricultura y en la
fisiología; dio los primeros pasos en la química de los alimentos,
al analizar los fenómenos químicos de la cocción y mejorar los
procedimientos de análisis de las aguas minerales, etc. Cabe
nombrar también que fue el descubridor de cloroformo y el cloral.
Kekulé
(1829-1896) se dedicó al estudio de la Química orgánica,
fundamentalmente al de la constitución de los compuestos
aromáticos, y en primer lugar el benceno. Su teoría sobre la
tetravalencia del carbono y sobre los enlaces múltiples de este
elemento fueron el punto de partida para grandes avances en la
Química orgánica.
Mendeleiev
(1834-1907) marcó una etapa decisiva en la Química con su Sistema
Periódico de los Elementos. Lo estableció en base a la idea de que
las propiedades de los elementos pueden representarse por
funciones periódicas de sus pesos atómicos.
Mendeleiev predijo
las propiedades de algunos elementos desconocidos hasta entonces,
como los que aparecían debajo del boro, del aluminio y del silicio,
y a los que él denominó respectivamente ekaboro,
ekaaluminio y ekasilicio. Posteriormente estos
elementos fueron descubiertos y llamados escandio, galio y
germanio; este hecho dio lugar a una aceptación plena del Sistema
de Mendeleiev por parte del mundo científico.
Gibbs
(1839-1903) se distinguió por sus trabajos sobre Termodinámica
y su aplicación a la Química. Introdujo el concepto de entalpía
libre, esencial para el tratamiento del equilibrio.
Van't Hoff
(1852-1911) realizó estudios sobre la estructura del átomo de
carbono, que dieron lugar a la estereoquímica o química del
espacio.
Arrhenius
(1855-1927) teorizó sobre la disociación electrolítica y su ley
sobre la variación de la velocidad de reacción con la temperatura.
Thomson
(1856-1940) estudió las propiedades eléctricas de la materia, en
especial las de los gases. Descubrió que los rayos catódicos
estaban formados por partículas cargadas negativamente (los
electrones), y de ellas determinó la relación existente entre su
carga y su masa. Es autor del modelo atómico que lleva su nombre.
Nernst
(1864-1941) realizó estudios sobre la teoría de las
pilas voltáicas
y del cálculo de los equilibrios. En 1906 enunció su teorema del
calor, que fue la base para el tercer principio de Termodinámica.
Werner
(1866-1919) investigó sobre la estereoquímica de los compuestos
inorgánicos, en especial los relativos a la estructura y
propiedades de los complejos, sobre los que elaboró la teoría de
la coordinación. Werner aceptó que los metales de transición
forman complejos debido a una valencia secundaria o residual,
denominada índice de coordinación; dicha valencia se
distribuye en direcciones determinadas en el espacio. Además
interpretó numerosas propiedades de los complejos y predijo la
existencia de isómeros ópticos inorgánicos.
Marie Curie
(1867-1934) y su marido Pierre (1859-1906), siendo ambos ayudantes
de Bequerel, descubrieron el polonio y el radio. En 1903
recibieron los tres el premio Nobel de Física. Partiendo de la
pechblenda, obtuvieron cloruro y bromuro de radio, que tenía la
particularidad de emitir calor sin pérdida de masa. Marie Curie
propuso llamar radiactividad al fenómeno de emitir
radiaciones y llamar radiactivos a los cuerpos que la
poseen, y fue ella quien, en 1922, recibió el Premio Nobel de
Química.
Sommerfeld
(1868-1951) aportó una teoría sobre las órbitas elípticas
relativas a los átomos; estableció la relación existente entre la
capacidad eléctrica y la calorífica de los metales y dedujo
también la teoría de los electrones metálicos.
Rutherford
(1871-1937) debe sus mayores éxitos a las investigaciones sobre la
radiactividad, pues fue el primero en establecer la naturaleza y
transformaciones de las sustancias radiactivas. Encontró que la
radiactividad era el resultado de la desintegración espontánea del
radio y que sufría una transformación en diversos elementos que
clasificó en rayos alfa, beta y gamma. En 1919, consiguió de forma
artificial una transmutación de elementos al bombardear el
nitrógeno con partículas alfa.
Su teoría sobre la
composición del átomo, constituido por un núcleo positivo y los
electrones negativos que giran a su alrededor se conoce
actualmente con el nombre de modelo atómico de Rutherford.
Debye (n
1884). Merecen mención su teoría sobre las fuerzas interiónicas,
que junto con otros trabajos en los que aplicó la teoría cuántica
a la Química, le valieron el Premio Nobel de Química en 1936.
Bohr
(1885-1962), en 1911, expuso un nuevo modelo atómico en el que
introdujo los principios de la teoría de
Planck.
Indicó, también, con gran precisión, las características que
permitieron el descubrimiento del elemento 72 del sistema
periódico (hafnio).
Pauli
(1900-1958) realizó trabajos significativos relativos a la
mecánica cuántica, entre los que destaca su aplicación a la
Química. Una de sus grandes aportaciones fue el principio de
exclusión, que lleva su nombre, y que regula la distribución
de los números cuánticos en los electrones del átomo. Además,
predijo la existencia del neutrino a partir del estudio de las
anomalías en la emisión de partícula beta.
Linus Pauling
(1901-1994) fue uno de los primeros en introducir la mecánica
cuántica a la Química. Se ha distinguido por sus trabajos
relativos a la naturaleza del enlace químico y la estructura
molecular de las proteínas. Pauling no sólo recibió el Premio
Nobel de Química en el año 54, sino que por sus actitudes
antibelicistas recibió el Premio Nobel de la Paz en 1962
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