|
La
Reforma
|
"La fe debe
sofocar toda razón, sentido común y
entendimiento". (Martín Lutero). |
|
Martín Lutero
1483 - 1546
Este sacerdote desconoció
la autoridad del papa impulsando la Reforma de la
Iglesia católica.
|
Imágenes
La Reforma generó
violencia entre sus partidarios y sus opositores.
LÁMINAS
Protesta sencilla |
|
Datos
biográficos
Martín Lutero nació en 1483, en Sajonia (parte de la
actual Alemania). Era hijo de un leñador pobre; sin
embargo, gracias a un mecenas, a los 22 años pudo
ingresar a un monasterio para convertirse en sacerdote
dos años más tarde.
Contra
la Iglesia católica
Lutero viajó a Roma en 1510 y quedó desilusionado por el
lujo y relajo que vio en la clase sacerdotal. De regreso
en su tierra se doctoró en teología e inició sus clases
en la Universidad de Wittenberg, donde afirmó que, según
la Biblia, la salvación estaba solo en la fe en
Jesucristo.
Eso
significaba, para Lutero, que la Iglesia se había
apartado del evangelio implantando la mediación de
sacerdotes entre el hombre y Dios, por sobre la única de
Cristo, y que muchas de las prácticas que imponía eran
inútiles.
Las
indulgencias
Para
financiar la construcción de la basílica de San Pedro,
el papa León X ideó vender indulgencias, es decir,
permitir que los fieles compraran el perdón de sus
pecados a la Iglesia.
Fue
como protesta contra las indulgencias que Lutero clavó
sus 95 tesis (proposiciones) en las puertas de la
iglesia de la Universidad de Wittenberg en 1517, acción
que dio comienzo a la Reforma.
Asimismo, el monje alemán redobló las críticas contra la
organización de la Iglesia y la autoridad del papa y
negó sus dogmas. Cuando el papa lo excomulgó en 1520,
Lutero quemó la bula de excomunión en la plaza de la
Universidad de Wittenberg.
El
negocio de las indulgencias
Se
llama indulgencia (o perdón) a la facultad dada a los
fieles de redimirse (librarse), mediante una cuantiosa
limosna, de las penitencias en que habían incurrido por
sus pecados.
|
Imágenes
Lutero clava sus
95 tesis contra las indulgencias, la simonía y
la corrupción.
Antiguo grabado
que ilustra la venta de indulgencias por el
clero. |
|
En
1511, Lutero fue enviado a Roma, quedando muy
escandalizado por el lujo y la inmoralidad de la corte
papal y del alto clero. Algunos años después, el Papa
León X decidió demoler la basílica Celestina, en Roma,
templo que tenía doce siglos de antigüedad, y construir
una nueva: la actual basílica de San Pedro; pero no
teniendo dinero para continuar la edificación ya
iniciada, decidió conseguirlo vendiendo
indulgencias por
toda la cristiandad. Se llama indulgencia (o perdón) a
la facultad dada a los fieles de redimirse (librarse),
mediante una cuantiosa limosna, de las penitencias en
que habían incurrido por sus pecados. En este caso, se
podían redimir dando dicha limosna para la construcción
de la basílica de San Pedro; el efecto de las
indulgencias podía aplicarse tanto a los vivos como a
las almas de los difuntos castigados por Dios en el
purgatorio. La predicación de las indulgencias en
Alemania (conocida
entonces con el nombre de Sacro Imperio Romano Germánico)
fue confiada al fraile dominico
Johann Tetzel,
quien llegó a Wittenberg en 1517.
El
asunto de las indulgencias desató la indignación de
Lutero, quien fijó a la puerta de la iglesia local
noventa y cinco razones impugnando su venta.
Lutero prosiguió sus ataques en los años siguientes
contra todo el sistema de gobierno y las creencias de la
Iglesia, lo que acarreó que el Papa lo excomulgara. El
día que recibió la bula (documento
papal) de excomunión, Lutero reunió a todos los
estudiantes en la plaza de la iglesia de Wittenberg, y
delante de ellos arrojó la bula en una hoguera. La
ruptura con el papado fue, desde entonces, definitiva
(1520).
No
era el primero en esta lucha. Juan
Wyclef (1324-1384), en Inglaterra, y
Juan Huss (1369-1415), en
Bohemia (actual República Checa), habían querido lo que
quisieron los reformadores del siglo XVI, o sea,
conducir a la Iglesia a su simplicidad primitiva y
atenerse estrechamente a la palabra de Dios tal como
estaba escrita en la Biblia. Pero los discípulos del
primero, los “sacerdotes pobres” o
lolardos, fueron
exterminados, y el segundo, muerto en una hoguera, no
tuvo partidarios –los husitas– más que en Bohemia. A
Wyclif no se le ahorró una afrenta póstuma: por orden
del concilio de Constanza, treinta y un años después de
su muerte sus restos fueron exhumados (sacados de la
tumba) y tirados a un arroyo, y todos sus escritos
quemados.
Ninguno de estos y otros ataques a la Iglesia había
obtenido éxito porque, en general, los hombres no
estaban preparados para admitir la innovación. Pero
Lutero se halló en una situación mucho más favorable que
sus antecesores. Existía en Alemania gran descontento
contra el poder papal, y por este motivo Lutero encontró
apoyo para su causa entre los príncipes alemanes, que le
brindaron auxilio y protección. El único que hubiera
podido sofocar el movimiento era el emperador
Carlos V de Alemania (conocido
también como Carlos I de España), pero este estaba
demasiado absorbido por la lucha con Francia, su enemiga,
y con los turcos, para ocuparse del movimiento de
Reforma. Cuando Carlos pretendió contenerlo, era ya
tarde; la Reforma había arraigado tan vigorosamente
entre el pueblo alemán que era imposible aniquilarla.
Preocupación imperial
Lutero también enfrentó en 1521, en Worms, a Carlos V,
emperador de Alemania y rey de España, el cual era un
ferviente católico y estaba preocupado porque las ideas
de Lutero podían dividir su imperio. Sin embargo, como
el monje no se arrepintió, fue condenado, lo que
significaba que podía ser enviado a la hoguera.
El
fraile fue rescatado por el elector Federico de Sajonia,
que ya antes lo había protegido, y ocultado en el
castillo de Wartburgo. Mientras se encontraba allí,
Lutero tradujo la Biblia al alemán corriente, lo que
popularizó este libro entre la gente más sencilla y
marcó un hito en la consolidación del idioma alemán.
Muerte
de Lutero
Cuando Lutero salió de Wartburgo, su doctrina se había
extendido ampliamente y había sido adoptada por señores
poderosos. Por ello, Carlos V aceptó el luteranismo (nombre
dado en honor a su fundador), aunque sin dejarlo
extenderse más, en una resolución acordada en la Dieta
de Spira, en 1529. Al protestar los luteranos, pasaron a
ser conocidos como protestantes.
Para
evitar una guerra religiosa, Carlos V convocó a la Dieta
de Augsburgo en 1530, la cual fracasó, pero obtuvo de
los luteranos la sistematización por escrito de los
principios básicos de su fe (que fue conocida como la
Confesión de Augsburgo). Sin embargo, los luteranos se
agruparon en una coalición militar: la Liga de
Esmalcalda (1531). Esta liga se alió con los reyes de
Francia y de Dinamarca contra Carlos V, dando origen a
una serie de guerras.
Entretanto, Martín Lutero, que se había casado en 1525
con Catalina von Bora, una monja que había dejado el
hábito, continuó promoviendo la Reforma hasta 1546,
fecha de su muerte en Eisleben, la misma aldea donde
había nacido.
Secularización y campesinado
Para recobrar la
pureza primitiva de la Iglesia, Lutero promovió
la secularización de sus bienes, es decir,
recuperarlos y aplicarlos al uso cotidiano. Esta
iniciativa contó con el apoyo de los príncipes y
de los nobles más pobres. Pero cuando los
campesinos quisieron hacer valer sus derechos,
fueron duramente reprimidos, con la aprobación
de Lutero. Cerca de 130.000 de ellos murieron en
esta rebelión.
Personajes de la Reforma
La Reforma intentó
convencer al papa y a los altos dignatarios de
la curia romana de volver a las fuentes del
cristianismo más primitivo y puro y de seguir al
pie de la letra la palabra de Dios, tal y como
estaba escrita en la Biblia.
|
Imágenes
Enrique
VIII |
|
Por diferentes
razones, algunas religiosas, otras de Estado y
también sentimentales, durante parte de los
siglos XV y XVI la Iglesia católica sufrió una
de sus grandes crisis con la aparición de la
Reforma. Este movimiento intentó convencer al
papa y a los altos dignatarios de la curia
romana de volver a las fuentes del cristianismo
más primitivo y puro y de seguir al pie de la
letra la palabra de Dios, tal y como estaba
escrita en la Biblia.
Uno de los
primeros en atacar a la Iglesia fue Martín
Lutero, quien con sus famosas 95 tesis desafió
el poder del papado, dándole a la Reforma un
sustento doctrinal que le permitió poner en
aprietos a un sistema religioso con más de mil
años de antigüedad.
Menos
espiritual, pero no por eso menos eficiente, fue
la participación de Enrique VIII, rey de
Inglaterra, en la expansión de la Reforma a sus
territorios, separándose de la influencia de
Roma y sentando las bases de la Iglesia
anglicana. La causa: el rechazo del papa
Clemente VIIa la petición de divorcio que le
solicitó el monarca para buscar el tan ansiado
heredero varón de su dinastía en otra esposa.
Sin embargo,
sería Juan Calvino, con sus conocimientos,
estudios y notables dotes organizativas, quien
jugaría un rol fundamental en la definitiva
expansión del protestantismo por el mundo,
consolidándolo como una nueva religión, aunque
con su propio sello: el calvinismo.
Juan
Calvino
1509 - 1564
Basado en el
luteranismo, creó una doctrina propia llamada
calvinismo, que, gracias a su influencia, se
extendió en parte de Europa, Norteamérica y
otras regiones del mundo.
|
Imágenes
"La mente
humana es una fábrica de ídolos". (Juan
Calvino).
La Gran
Iglesia de Debrecen, Hungría, construida
por los seguidores de Calvino. Esta
ciudad llegó a ser la capital
protestante de ese país.
Calvino
suprimió muchos símbolos de las iglesias
católicas, como el crucifico y el altar.
El español
Miguel Servet fue quemado vivo por
defender no solo sus convicciones
religiosas, sino que también por sus
ideas científicas.
LÁMINAS
Europa reformada |
|
Datos biográficos
Calvino nació
en Noyon, al norte de Francia, en 1509, con el
nombre de Jean Cauvin. Era hijo del secretario
del obispado de su ciudad y estudió humanismo en
importantes colegios de París y luego leyes en
la universidades de Orleáns y Brujas.
Poco después de
publicar su obra Sobre la Clemencia, Calvino se
convirtió al protestantismo, por lo cual tuvo
que abandonar Francia.
Predestinación
Instalado en
Suiza, Calvino redactó su obra fundamental:
Sistema de la religión cristiana. Este documento
era un resumen de las ideas protestantes donde,
entre otros temas, rechazó la interpretación de
los sacramentos como eran entendidos por la fe
católica y diseñó un plan de organización para
la nueva creencia. Sin embargo, fue su propuesta
de la predestinación la que resaltó en esta obra.
Calvino
compartía con Lutero la idea de que el ser
humano podía obtener la gracia por la fe, pero
para el teólogo francés Dios ya había elegido
desde antes de la creación del mundo a solo
algunos hombres para salvarlos, mientras que los
demás estaban irremediablemente condenados. Por
lo tanto, nada que el hombre hiciera podía
cambiar la voluntad divina.
Este humanista
también redujo solo a dos los sacramentos: el
bautismo y la comunión, la cual solo la aceptó
en un sentido conmemorativo, y suprimió todos
los ritos del culto, el crucifijo, el altar y
las jerarquías entre los sacerdotes, a los
cuales denominaba pastores o ministros y que
eran laicos.
Calvino en Ginebra
En 1536, Calvino
fue invitado a Ginebra, donde permaneció hasta
1538, cuando, en el afán por regularizar el
protestantismo recientemente adoptado por la
ciudad, elaboró un código litúrgico y moral tan
severo, que fue expulsado por el consejo
ginebrino.
El teólogo se
estableció entonces en Estrasburgo, donde se
casó con la viuda Idelette de Bure, con quien
tuvo un hijo, el que murió cuando era niño.
Durante esos años, Calvino participó en varios
concilios entre católicos y protestantes, donde
conoció a Martín Lutero.
Pero Ginebra no lo
había olvidado y como persistía el caos por la
nueva doctrina y también la amenaza católica
externa, lo llamó nuevamente en 1541. A partir
de ese año, Calvino fue el verdadero amo y señor
de la ciudad, tanto en el aspecto religioso como
en lo económico y político. No vaciló en
eliminar a sus opositores e impuso sus ideas
religiosas de gran dureza. Vigilaba la vida
privada de los ciudadanos, castigaba con multas
a quien orara en latín, jugara a los dados o se
riera durante un sermón y decidía la forma de
vestirse y de adornarse o cubrirse la cabeza,
entre otras prerrogativas.
Su
legado
Calvino organizó
la iglesia de Ginebra, ciudad que se convirtió
en la Roma del protestantismo. Desde esta urbe
la nueva fe se extendió por Francia, los Países
Bajos, Escocia y, posteriormente, Estados Unidos.
Sin embargo, este
teólogo también se preocupó de mejorar la
calidad de vida de sus habitantes. Creó
hospitales, mandó a construir alcantarillados y
se preocupó por darle atención especial a los
pobres y enfermos, además de dar un impulso a la
industria. Asimismo, promocionó la aplicación
del francés en las iglesias y contribuyó a que
este idioma se desarrollara y afianzara como una
lengua moderna.
Sin embargo, su
legado más destacado fueron sus escritos de
catecismo y comentarios sobre la mayoría de los
libros de la Biblia.
Su
muerte
Desde 1550
Calvino se esforzó por ayudar a otros grupos
protestantes que eran cercanos a sus ideas y por
darle una coherencia a su propia doctrina. En
1559 se publicó la versión latina final de las
Instituciones, la que un año más tarde sería
editada en francés, donde consignaba sus
diferencias teológicas con el luteranismo. Juan
Calvino, que nunca gozó de buena salud, ya que
padecía de asma y constantes catarros, murió el
27 de mayo de 1564, siendo enterrado en una
sepultura anónima en Ginebra.
La condena a Servet
Uno de los episodios más
tristes en la vida de Calvino
fue la condena a muerte que
impuso a Miguel Servet, un
prestigioso teólogo y médico
español. Servet había publicado
un libro donde negaba la
divinidad de Cristo porque no
creía en la doctrina cristiana
de la trinidad.
Sin embargo, lo que influyó más
en Calvino para tomar su
decisión fue el documento que
elaboró Servet describiendo la
circulación de la sangre en los
hombres, tema que el humanista
francés reprobaba de manera
tajante. Es así como Servet,
huyendo de la Inquisición
católica, buscó refugio en
Ginebra. Pero allí fue juzgado
por Calvino y condenado a morir
en la hoguera.
Europa dividida
La Reforma dio lugar a dos
grandes guerras, la de los
católicos y los hugonotes en
Francia, y a la bárbara guerra
de los Treinta Años en Alemania
La Reforma dividió a Europa
en dos campos antagónicos. Dio
lugar a dos grandes guerras, la
de los católicos y los
hugonotes en
Francia, y a la bárbara guerra
de los Treinta Años en Alemania.
Ninguna de las dos formas de
religión obtuvo una victoria
completa. El catolicismo triunfó
en España, Italia, Francia y el
sur de Alemania; el
protestantismo, en el norte de
Alemania, Holanda, Suecia y
Escocia. Inglaterra adoptó una
religión que no era el
catolicismo ni el protestantismo
extremos, sino más bien un
término medio entre ambos.
En el transcurso de la lucha,
la Iglesia pronto se dio cuenta
de que debía hacer algo para
mejorar su propia estructura y
tener posibilidades de éxito
frente al empuje de los
reformistas protestantes. Por
este motivo, convocó en la
ciudad italiana de
Trento
un Concilio, donde
se hizo una revisión a fondo del
gobierno y la doctrina de la
Iglesia. No en el sentido de
hacer concesión alguna a los
reformadores; en realidad,
después del conflicto quedó más
resuelta que nunca la defensa,
hasta la muerte si era necesario,
de la antigua fe. Pero se
corrigieron defectos que había
perjudicado a la Iglesia en los
primeros tiempos de la Reforma. |
|
|
|
|
|