1492: Preambulo al descubrimiento y encuentro
Un 12 de octubre más. Una nueva conmemoración del
Descubrimiento de América.
El diccionario dice que un descubrimiento
es el encuentro de una cosa oculta o desconocida
y, por extensión, el hallazgo de una tierra o un mar ignorado o no
conocido.
Pero, el 12 de
octubre de 1492 no solo se conoce por su
carácter de "descubrimiento". También se habla del "encuentro de dos
culturas", de la "iniciación de una nueva etapa histórica", o del "fin
de algunas culturas". Todo lo anterior, dependiendo de la perspectiva
desde la cual se mire.
Conceptos básicos
El descubrimiento se asocia con el momento más
restringido que los antropólogos llaman
contacto. Es decir, los instantes
iniciales, de adquisición de nuevos conocimientos geográficos o
culturales, y del principio de una nueva situación.
El encuentro,
en cambio, va más allá.
No tiene límites cronológicos.
Hay encuentro entre Colón y el pueblo Taíno de las Antillas, y también
en Cajamarca entre Atahualpa y Pizarro, y cada vez que una sociedad
colonial o republicana
se relaciona con otra indígena.
En ese momento, cada una de ellas reelabora su visión y concepción
acerca del otro.
En un sentido más restringido, encuentro se refiere a "los momentos
iniciales, cuando para cada una de las culturas involucradas se plantea
-trágicamente a veces- el problema de la existencia de mundos distintos,
de paradigmas diferentes y de la ausencia de referentes adecuados para
interpretar los acontecimientos." (Martínez, 1991).
Celebración
Conmemorar o celebrar tiene, en este sentido,
connotaciones distintas.
De cualquier manera, la idea es tratar de entender
este 12 de Octubre como un hecho que marcó la historia del mundo. Pero
un hecho inserto en el largo proceso de
exploración del Océano Atlántico, que
durante todo el siglo XV realizaron los navegantes portugueses y
castellanos.
América entró así al mundo conocido, sufriendo el más brusco de los
cambios: el repentino fin de la era del aislamiento. A partir de 1492,
quedó de lleno, y en forma definitiva, inmersa -para bien y para mal- en
los destinos de Occidente y de todo el orbe.
Europa antes del siglo XV
Cuando en Mesoamérica
comenzaban a construirse los grandes centros ceremoniales del período
Clásico, en
Europa se terminaba el Imperio Romano.
Allí, la invasión de los bárbaros, las tribus del norte y del este de
Europa, dieron inicio a la llamada Edad
Media, tiempo de
predominio de Roma y el Papa.
En el año 711, los
árabes -de religión musulmana y, por lo
tanto, no cristianos- entraron a casi toda la península ibérica, donde
actualmente están España y Portugal. Algunos reinos cristianos del norte
se mantuvieron libres y comenzaron a pelear contra los que llamaron
moros. A esa
larga lucha se le llamó Reconquista.
En esa misma península vivían, además de moros,
muchos cristianos y judíos
que por la larga convivencia enriquecieron mutuamente sus culturas.
Como los árabes se adueñaron del Mar Mediterráneo, para los cristianos
comenzó a ser difícil llegar a China. En Oriente había productos muy
apreciados y, debido a las dificultades para llegar hasta allí, los
europeos se dedicaron a buscar nuevas rutas.
La posición de España
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Antes del siglo XV, España era más grande y poderosa que Portugal.
Aunque tenía puertos en el Atlántico, no le interesaba ese océano.
Posteriormente, durante la mayor parte de esa
centuria, su atención estuvo concentrada en el
dominio
islámico bajo el
cual se encontraba gran parte del país y, especialmente, la ciudad
de Granada. A pesar de ello, el litoral mediterráneo de España había
estado libre de influencia islámica por varios siglos, y los barcos
españoles habían convertido al país en una fuerza poderosa. En 1460,
Cerdeña, Sicilia y la mitad sur de Italia estaban bajo su mando.
El antiguo imperio árabe se encontraba en decadencia y fue
reemplazado por el imperio turco otomano con base en Estambul
-Constantinopla en tiempos de los cristianos-. Hacia la misma fecha,
el sultán turco completaba el dominio de Bulgaria, Grecia y
Yugoeslavia. De allí que el Mediterráneo cayera en manos turcas y
los países ibéricos volvieran su mirada al Atlántico. |
La europeización del mundo
Una serie de acontecimientos habían cambiado la vida en Europa en el
siglo XV. Los progresos alcanzados y la curiosidad por conocer tierras
nuevas, impulsaron al hombre europeo a realizar expediciones en el
Atlántico, hacia el norte, el sur y el oeste.
A ello se agregó la necesidad de buscar nuevas
rutas a Asia.
Fue así como navegaron por las costas del continente africano y los
mares que lo bordeaban, llegaron a Asia
y establecieron relaciones comerciales con aquellos remotos países.
Además, América -un continente desconocido y aislado hasta entonces- fue
incorporado a la historia universal.
Navegantes españoles y portugueses
Portugal inició la
expansión europea. En 1415, ocupó Ceuta en
Marruecos (Africa) y
luego
comenzó la expansión al sur. Impulsados por la escuela náutica fundada
por Enrique El Navegante (1398-1460),
asistidos por la brújula
y el astrolabio,
y empleando nuevos barcos como las carabelas, los portugueses se
adentraron en el océano.
Así, a lo largo del siglo hicieron valiosos
descubrimientos en el Atlántico. En 1488, el navegante
Bartolomé Díaz dobló
el Cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de Africa, dejando abierta
la ruta a la India.
Por su parte, los españoles navegaron hacia el
oeste. A principios de siglo habían descubierto Las Canarias. En 1492,
los Reyes Católicos Isabel de Castilla y
Fernando de Aragón reconquistaron Granada,
expulsando a los árabes. Libres de esa gran preocupación, los soberanos
pudieron apoyar el proyecto del marino genovés
Cristóbal Colón,
quien pretendía encontrar un camino a la India, navegando por el
Atlántico en dirección a occidente.
La Tierra redonda |
"En tiempos de Colón la idea de la redondez de la tierra era
compartida por los hombres ilustrados. El matemático renacentista
Paulo Toscanelli había calculado que el Japón debía encontrarse a
unos 4.500 kilómetros hacia el oeste de España. En sus cálculos
había un error, pues a esa distancia se encontraba América.
Sin embargo, la mayor parte de los marineros de la expedición de
Colón era gente supersticiosa e ignorante que aún creía que el mundo
era plano. Es probable que casi todos creyeran que Colón planeaba
navegar fuera del mapa, cayendo -literalmente- por la orilla del
mundo."
América y sus habitantes
Antes de la Conquista, en América había un desarrollo desigual.
Contaba con zonas altamente pobladas y otras casi desiertas. Las
estimaciones de población para la época son muy diversas, abarcando
un rango desde los 13,5 millones de habitantes, hasta los 90 ó 112
millones.
En el norte estaba el
Imperio Azteca,
en un estado de civilización superior basado en el cultivo del maíz.
Los Mayas
ocupaban el sureste de México, la península de Yucatán y la actual
Guatemala. En el subcontinente sur estaban los
Incas, desde
Ecuador hasta el centro de Chile.
Integración
Existían, además, muchos pueblos no sometidos
a ninguno de estos imperios y que dominaban regiones más o menos
extensas. Sin duda, ellos tenían noticias o conocían a los otros,
considerándose que la integración
era muy intensa.
La conquista y anexión del
Nuevo Mundo por
parte de España se realizó en menos de 50 años. Las Antillas fueron
el punto de partida para llegar al imperio azteca; desde Panamá, por
la costa del Pacífico, se avanzó a Perú y Chile; y la empresa de
Hernando de Magallanes,
que bordeó el continente por el Atlántico, permitió la penetración
del Plata. La colonización del interior se realizó desde el Alto
Perú. |
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