L a G r a n E n c i c l o p e d i a I l u s
t r a d a d e l P r o y e c t o S a l ó n H
o g a r
LA EMIGRACIÓN PUERTORRIQUEÑA A LOS ESTADOS UNIDOS
Trasfondo Histórico de la Emigración Puertorriqueña al Continente
Americano a partir de los años 40's
La
situación de nuestra Isla era así: a finales del siglo XIX la Isla sólo
contaba con una población de cerca de un millón de habitantes (1890 -
1900). Al final de la década pasada, la población urbana ascendía a
203,7982 (21.4%) y la rural a 749,451 (78.6%). Los trabajadores
asalariados sólo contaban con la mitad de los empleos regulares, cosa
que se traducía en que una tercera parte de los trabajadores estaba
realmente empleada. El analfabetismo era común, y la clase trabajadora
del campo era la gran mayoría de la fuerza trabajadora.
La agricultura
estaba en ruinas. Las cifras que se desprenden de las estadísticas de la
Junta Provisional de Impuestos de 1896 reflejaban que 294,866 acres
estaban dedicados a la siembra de la caña de azúcar, café, tabaco y
otros frutos menores. Tan sólo una octava parte del total de la tierra
cultivable se encontraba en uso. Se reportan las siguientes estadísticas
para el año de 1896: café 121,176 acres; caña de azúcar 60,884 acres y
el tabaco 4,222 acres. Para entonces el café era el producto principal,
cuya excelente calidad era apreciada en los mercados de Europa. Después
del huracán de 1899 la industria del café comienza a declinar
rápidamente, y Brasil comenzaba a competir en el mercado contra el café
puertorriqueño. La condición de la industria azucarera distaba mucho que
decir, por los métodos arcaicos de cultivo utilizados, los sistemas
obsoletos de producción y la falta de capital. El tabaco era el más
atrasado de los productos principales. La política económica seguida en
Puerto Rico era la de exportar café, azúcar, tabaco y ganado, e
importar la mayoría de los alimentos, porque resultaba más barato traer
de afuera los productos alimenticios básicos.
Las industrias
puertorriqueñas del siglo XIX consistían en la manufactura de los
siguientes productos: sombreros, chocolate, sal, jabón, zapatos, fósforos, hilo, baúles, ron y otros artículos. La escasez de capital y la
iniciativa y el conocimiento técnico era la razón de que faltara una
industria nativa.
1. El pueblo
dependía de jornales diarios, pero el gran problema era lo limitado de
los empleos. La industria azucarera era la que más empleaba personas,
pero el trabajo no era estable. Algunos trabajaban durante la zafra,
pero pocos conservaban su trabajo todo el año.
A pesar de que los
puertorriqueños estaban en una situación que económicamente no era la
mejor, aún no se había producido ninguna emigración de puertorriqueños
hacia ningún lugar de América. La situación de dependencia de España,
las peculiares circunstancias que la ataban a la metrópoli y las leyes
que la ataban a ella, hacían que el puertorriqueño promedio no tuviera
un escape externo para su situación económica. Esto quiere decir que el
puertorriqueño de este período de tiempo no podía emigrar hacia ninguna
parte. Algunas personas adineradas y las de mejor condición económica
podían ir a España a estudiar, pero esto era algo que solo unos pocos
privilegiados podían hacer.
En el año 1898,
desde el momento en que los Estados Unidos adquirió a Puerto Rico, las
compañías monopolísticas americanas del azúcar y del tabaco comenzaron a
llegar a la Isla. Poco tiempo después el Acta Foraker devaluó la moneda
local española en un 40%, pero no bajaron los precios de los productos
en esa proporción, cosa que agravó la situación económica de los
puertorriqueños, quienes se vieron robados del 40 por ciento de sus ya
escasos ingresos.
Desde principios
de este siglo y hasta casi la mitad del mismo, la situación de la Isla
de Puerto Rico se mantuvo igual. Bajo la administración del gobierno
norteamericano tampoco hubo grandes adelantos para los
puertorriqueños, quienes vieron sus condiciones económicas agravadas
para la década de los años treinta, debido a la Gran Depresión de los
Estados Unidos
2.
En 1932 el
Presidente norteamericano Teodoro Roosevelt sube al poder en los Estados
Unidos y comienza la intervención del gobierno en el área de la economía,
pues la economía de los Estados Unidos estaba en una gran crisis. Pronto
Roosevelt comienza un plan que se vino a conocer como el Nuevo Trato. El
Nuevo Trato era un plan del presidente en el cual las agencias del
gobierno Federal intervendrían en áreas de la economía para ayudar a
desarrollar a los Estados Unidos.
Pronto los efectos
del Nuevo Trato vinieron a sentirse en la Isla, pues la misma estaba
unida al plan de desarrollo económico del Presidente norteamericano.
Pero a pesar de
todas estas ayudas y medidas para reducir la pobreza en Puerto Rico,
mucha gente se mantuvo en niveles de pobreza bastante desesperantes,
cosa que hizo que ellos siempre deseaban una mejor situación económica.
La semilla de la emigración hacia otro destino estaba ya sembrada entre
los puertorriqueños menos afortunados.
La Emigración Puertorriqueña a los Estados Unidos
Pero la emigración
puertorriqueña en gran escala a los Estados Unidos continentales es un
fenómeno del período inmediatamente posterior a la Segunda Guerra
Mundial.
Un norteamericano,
John R. Hodgson, comentó acerca de la emigración de los puertorriqueños
lo siguiente:
La mayor
parte de los puertorriqueños han venido en la primera emigración
aerotransportada de personas de fuera del país; decididamente
son recién llegados de la era de la aviación. Un puertorriqueño
puede viajar de San Juan a Nueva York en menos del tiempo que le
tomaba a un neoyorquino hace un siglo el ir de Coney Island a
Times Square. Son el primer grupo de personas que vienen en
grandes números con una cultura distinta pero que, no obstante,
son ciudadanos de los Estados Unidos
3.
Para el año 1940,
menos de 70,000 puertorriqueños vivían en los Estados Unidos
continentales. Diez años después la comunidad de emigrantes se habían
multiplicado a 300,000 personas y en la siguiente década ya había
alcanzado la enorme cifra de 887,000. Para el 1970 el número de personas
nacidas en Puerto Rico o de padres puertorriqueños que vivía en los
Estados Unidos, alcanzaba la cantidad de 1.4 millones de personas. En
1975 esa cifra subió a 1.7 millones.
Se dice que fue la
ciudad de New York el primer hogar para millones de inmigrantes al país,
que se convirtió en el nuevo hogar para la llegada masiva de ciudadanos
estadounidenses de otras partes, siendo ellos los puertorriqueños y los
negros que venían de los estados del sur de los Estados Unidos.
Pero las
condiciones de vida no fueron tan fáciles como se piensa, pues la gran
mayoría de los puertorriqueños tuvo que aglomerarse en edificios
deteriorados en ciertos barrios de Nueva York. Vivían sin las
facilidades mínimas y ocupaban empleos muy mal pagados en la ciudad. Se
les culpaba por todas las cosas indeseables y en su mayoría no tenían
acceso a las escuelas porque no sabían hablar inglés. Fueron creando en
New York una sociedad con costumbres y modos de vida tradicionales de
Puerto Rico, especialmente del área agrícola de donde provenían.
Entre 1950 y 1970
la comunidad puertorriqueña creció de un tres por ciento a más de diez
por ciento de toda la población de la ciudad. El grupo de los negros
llegó a alcanzar el 23 por ciento, mientras que la población blanca de
la ciudad bajó de 87 por ciento a 67 por ciento.
Los Primeros Inmigrantes
Los primeros
inmigrantes puertorriqueños se establecieron en el sector de East Harlem
de Manhattan, que se conoció como "El Barrio". En 1940 alrededor de 70
por ciento de los 61,000 puertorriqueños de New York vivían en
Manhattan. Pronto los emigrantes comenzaron a extenderse fuera de la
ciudad hacia los otros cuatro distritos administrativos. En 1970 "El
Barrio" era a ún un territorio puertorriqueño importante, pero el empuje
de este movimiento estaba en otro lugar. En ese mismo año el Bronx era
el distrito administrativo puertorrique ño más grande (contaba con el 39
por ciento de la población), seguido por Brooklyn (33 por ciento).
Entre 1960 y 1970
la comunidad puertorriqueña de Manhattan se redujo a un 18 por ciento,
mientras que la comunidad de Brooklyn aumentó casi en un 70 por ciento
(316,000 personas).
A la vez que los
puertorriqueños se dispersaban entre los cinco distritos de la ciudad,
también se mudaban hacia afuera de la ciudad. En la década de los
cuarenta casi el 90 por ciento de los puertorriqueños vivían en el
estado de New York, pero ya para la década de los setenta solo el 57 por
ciento de los puertorriqueños vivían allí.
Razones Para la Emigración
Los
puertorriqueños no huyeron por persecuciones políticas o religiosas,
pero a muchos adultos jóvenes, particularmente en las zonas rurales, la
vida en la Isla podía haberles parecido algo muy "intolerable". Como
sucede en muchas partes del mundo, las áreas rurales de Puerto Rico
ofrecían un ambiente estático con muy pocas avenidas visibles para una
movilidad de progreso social.
Después de la
Segunda Guerra Mundial, las zonas urbanas de la Isla comenzaron a
modernizarse brindándole a la gente el acceso a casas modernas,
automóviles y otras atracciones de la vida moderna. La televisión y la
radio tentaban a los videntes rurales enseñándoles escenas de la vida en
otros lugares. Los puertorriqueños que vinieron de la Segunda Guerra y
de la Guerra de Corea regresaron a sus hogares contando sus relatos de
sus recorridos por el mundo y por los Estados Unidos. Otros ya habían
experimentado la vida en el continente cuando habían trabajado en las
fincas en los Estados Unidos durante ciertas estaciones del año. La
transportación aérea entre San Juan y New York era rápida y económica.
Un pasaje de ida y vuelta, en la década de los 60, costaba menos de
$100.00. En muchos casos los emigrantes primero se movieron de sus
hogares rurales a las ciudades de la Isla y luego continuaron hacia el
norte a los Estados Unidos continentales.
Las condiciones de
los primeros inmigrantes fueron menores para los que llegaron más tarde,
quienes encontraron parientes y amigos que los esperaban, tiendas que
vendían vegetales y frutas que les eran familiares y hasta periódicos y
programas de radio y televisión en español. La inmigración se auto
generó hasta tal punto que algunos hacían el vuelo de solo tres horas al
otro lado por capricho o como reacción a una contrariedad personal.
La cuestión de la
economía, por supuesto, estaba siempre presente y era probablemente
decisiva. Los niveles de salarios en los Estados Unidos continentales
eran más altos que en Puerto Rico, y las oportunidades de empleo eran
más numerosas y variadas. La Dra. Rita Maldonado ha dicho que "los
puertorriqueños emigran a los Estados Unidos continentales
primordialmente por razones económicas"
4.
Los Tres Patrones de la Inmigración Puertorriqueña
Desde la Segunda
Guerra Mundial la inmigración puertorriqueña ha tenido tres patrones
distintos que han correspondido con las oportunidades de empleo en el
continente y en la Isla. Los mismos son los siguientes:
1. Durante la
década de los 50, en la cual un promedio anual de 51,000 puertorriqueños
emigraba de Puerto Rico a los Estados Unidos debido a que la economía de
los Estados Unidos estuvo en todo su auge y a la isla venían
reclutadores en busca de obreros para los talleres de la industria de la
aguja. En ese tiempo había pocos empleos urbanos en Puerto Rico. Estos
trabajos en las fábricas ofrecían ser un gran adelanto social para los
empleados. Al mismo tiempo miles de obreros agrarios de la Isla
perdieron sus empleos o tan solo trabajaban por temporadas. Esta fue la
dé cada de emigración puertorriqueña individual más grande, dado que más
de 40,000 personas, que componían casi el 20 por ciento de la población
de la Isla, se fueron para los Estados Unidos.
2. Para la década
de los sesenta ya la vida en Puerto Rico había cambiado. Mientras la
economía de los Estados Unidos estaba todavía vigorosa, la Isla había
comenzado a industrializarse; se establecieron cientos de nuevas
fábricas ofreciendo empleos y una oportunidad modesta para vivir
confortablemente en Puerto Rico. Pero a pesar de todo esto, las nuevas
industrias no podían absorber todos los jóvenes que ingresaban en la
fuerza de trabajo, y tampoco a los obreros agrícolas desplazados.
Durante esta década aproximadamente 20,000 puertorriqueños emigraban
anualmente a los Estados Unidos.
3. La economía de
los Estados Unidos comenzó a declinar en las primicias de la década de
los 70. El desempleo comenzó a propagarse grandemente. En New York
muchas fábricas cerraban. A pesar de que Puerto Rico también sufrió
severamente los efectos de la recesión de la década de los 70 (en la
Isla había un 19 por ciento de desempleo), las oportunidades de empleo
en el continente eran tan desalentadoras que comenzó a regresar a Puerto
Rico un número mayor de personas que salía de la Isla. Desde 1970 ese
patrón se ha mantenido constante. Esta es la primera vez que un patrón
de regreso a la Isla se ha sostenido por un período de tiempo prolongado,
exceptuando los años de 1931 a 1934, cuando Estados Unidos se encontraba
en medio de la Gran Depresión
5.
Se entiende que la
emigración de los que regresan de los Estados Unidos a Puerto Rico no es
un fenómeno de la década de los 70 solamente. Los puertorrique ños han
estado regresando a Puerto Rico constantemente, pero en años anteriores
el número de los que emigraban a los Estados Unidos excedía casi
invariablemente al número que regresaba. De 1969 a 1970 regresaron casi
129,000.
Debido a este
movimiento constante de salida y de regreso, es difícil encontrar en la
Isla un adulto puertorriqueño que no haya permanecido en los Estados
Unidos por lo menos algún tiempo. Hay quienes ven a las dos comunidades
puertorriqueñas, la de la Isla y la del continente, como dos partes de
un mismo organismo, que están unidas por la misma carretera aérea.
Para 1970 la
población combinada de puertorriqueños en la Isla y en los Estados
Unidos continentales era en exceso de 4.1 millones; de estos 66 por
ciento residían en Puerto Rico, 20 por ciento en la Ciudad de New York y
14 por ciento en otros lugares de los Estados Unidos continentales.
¿Quiénes son los Inmigrantes?
El censo de 1970
demostró que el número de mujeres puertorriqueñas en el continente
excedía por ligero margen el número de hombres puertorriqueños. Casi 93
por ciento de los puertorriqueños en el continente eran descritos como
"blancos" mientras que cinco por ciento eran clasificados como "negros"
y el dos por ciento restante caía en la categoría de "otros"
6. Pero los
simples criterios raciales de negro-blanco que comúnmente son utilizados
por los norteamericanos son enteramente inadecuados cuando se aplican a
la sociedad multiracial puertorriqueña. La clasificación de negro o
blanco no cabe para los puertorriqueños, es por eso que bajo las normas
de los Estados Unidos el puertorriqueño no es ni negroide ni caucásico.
El erudito puertorriqueño Frank Bonilla ha observado lo siguiente:
Vivimos en
una sociedad que solo conoce el negro y el blanco. Aquí no hay
cabida para la complacencia y ambigüedad puertorriqueñas con
respecto a la raza y ni siguiera nuestras concesiones más
genuinas a las diferencias raciales caben aquí. Según hemos
descubierto aquí uno es negro, blanco o "no-algo". No obstante,
los puertorriqueños -- blancos o negros -- tienen poca
comprensión de las hondas animosidades raciales que dividen a
los americanos continentales. Muchos, naturalmente, se resisten
a tomar parte en una lucha que para ellos es repugnante e
insensata
7.
Para Clara
Rodríguez, puertorriqueña que trabaja en la Pace University como
catedrática, los puertorriqueños pertenecen a los dos grupos: negros y
blancos, aunque étnicamente no pertenecen a ninguno de los dos
8.
Resultados de una Encuesta
De 1951 a 1961 el
gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico condujo encuestas
periódicas en el Aeropuerto Internacional de Isla Verde y del mismo
estudio surgió el siguiente perfil de los emigrantes:
• Más de
la mitad tenían de 15 a 24 años de edad y más del 85 por ciento
eran menores de 35 años de edad. Había muy pocos niños y
personas de edad avanzada.
• En
términos educativos los inmigrantes estaban ligeramente sobre el
promedio para la Isla. Tres cuartas partes de ellos habían
terminado 8 años de escuela o menos. Alrededor de una tercera
parte habían asistido a la escuela superior, pero muy pocos
tenían experiencia universitaria.
• La
mayoría de los emigrantes eran semi-diestros o no habían tenido
ninguna clase de adiestramiento. A pesar de que muchos hab ían
trabajado anteriormente y de que algunos habían desempeñado
posiciones profesionales o administrativas, más de la mitad no
informaron experiencias de trabajo alguna. Los obreros agrarios
y los de fábricas representaban los dos grupos más grandes con
experiencia de trabajo.
Un informe del
Departamento del Trabajo de los Estados Unidos ha reflejado que los
puertorriqueños que inmigran están mejor preparados para encontrar
trabajo en el continente que sus equivalentes en Puerto Rico. También ha
reflejado el mismo informe que la educación y las destrezas de estos
puertorriqueños están al nivel o sobre el nivel del promedio para la
Isla. Sin embargo -- según el mismo informe --, se enfrentan al mercado
de trabajos competitivos del continente con severos impedimentos: la
mayoría sólo tiene una educació n de escuela primaria y no habla inglés,
y su experiencia de trabajo no les califica para competir por mejores
empleos en áreas urbanas. Todos tienen desventajas de un recién llegado
relativas a su habilidad para contender con costumbres, prácticas y
arreglos institucionales en un nuevo lugar
9.
Algunas
Características Particulares de los Inmigrantes Puertorriqueños
I. Diferencias en
Edad
En
contraste con la edad promedio de los habitantes de los Estados
Unidos (28.6 años), para el puertorriqueño típico es de 9 años
menos (19.4)
II. Idioma
Más de 83
por ciento de los puertorriqueños en el continente informan el
español como su lengua vernácula comparado con 72 por ciento de
los mexicoamericanos y 95 por ciento de los cubanos americanos.
En cuanto al idioma que se habla en el hogar, sólo el 27 por
ciento de los puertorriqueños informaron que era el inglés. Sin
embargo, los puertorriqueños más jóvenes del continente
demuestran tener mucha más facilidad comunicándose en inglés.
III.
Características de Familia
Los
puertorriqueños tienen familias más jóvenes y más grandes que la
familia promedio en los Estados Unidos. Más de tres cuartas
partes de las familias tienen niños menores de 18 años de edad
comparado con poco más de la mitad de todas las familias de los
Estados Unidos. Casi 10 por ciento de las familias puertorriqueñ
as tienen 5 niños o más comparado con menos de 4 por ciento de
todas las familias de los Estados Unidos. También, mientras que
11 por ciento de las familias de los Estados Unidos están
encabezadas por una mujer (familias sin padre), éste era el caso
en casi 30 por ciento de las familias puertorriqueñas.
Puertorriqueños Nacidos en el Continente
Para 1970 los
nacidos en los Estados Unidos se habían multiplicado a 646,000 comparado
con 783,000 inmigrantes nacidos en la Isla. A este punto en la historia,
los dos grupos (los nacidos en los Estados Unidos y los nacidos en la
Isla) ya se pueden percibir como muy diferentes. La edad promedio para
inmigrantes procedentes de la Isla es de 30 años lo cual se aproxima al
promedio para todos los americanos. Pero la edad promedio para los
puertorriqueños nacidos en los Estados Unidos es de solamente 9.3 años.
Estos datos
reflejan que el adulto puertorriqueño típico del continente nació en
Puerto Rico, y que la mayoría de los nacidos en los Estados Unidos están
en la edad preescolar o en la de la escuela elemental y todavía no han
hecho su impacto en la comunidad. Pero luego de la década de los setenta,
las generaciones que nacieron allá demuestran una proporción de
movilidad cultural mucho más rápida comparada con sus padres nacidos en
la Isla. Más de un 50 por ciento de los que han nacido en los Estados
Unidos se han casado dentro del mismo grupo étnico, en contraste con el
80 por ciento de los inmigrantes casados puertorriqueños. O sea, esto
demuestra que el 80 por ciento de los más viejos se casaban con
puertorriqueños, en contraste con los hijos, quienes se han casado con
no puertorriqueños.
En conclusión, los
puertorriqueños nacidos en Estados Unidos parecen estar amoldándose a
muchas de las características de las familias americanas.
La adaptación
cultural es frecuentemente una señal de movilidad en el adelanto
socioeconómico, pero esto no quiere decir que los puertorriqueños de una
segunda generación no se enfrentan a problemas similares a aquellos de
sus padres nacidos en la Isla. Aunque sus características
socioeconómicas parecen ser más altas cuando se comparan con las
características de la población total de los Estados Unidos, aún los
puertorriqueños de una segunda generación se quedan atrás de una manera
significativa. Pero no se debe de perder de vista el hecho de que la
población de la comunidad puertorriqueña continental nacida en los
Estados Unidos es todavía extremadamente joven. La mayor ía de los
adultos son inmigrantes procedentes de Puerto Rico con impedimentos por
su idioma y por la continua reducción del mercado de trabajo. Esos
puertorriqueños tienen problemas inmediatos que deberán recibir atención
ahora para que esos niños nacidos en Estados Unidos no queden
irremediablemente marcados con la cicatriz de la pobreza.
Referencias Bibliográficas
1. Silén, Juan
Angel. (1995). Apuntes para la Historia del Movimiento Obrero
Puertorriqueño. Hato Rey: Puerto Rico.
2.
Silvestrini, B. G. y Duque D. (1988). Historia de Puerto
Rico. San Juan, P. R.
3. Breve
Enciclopedia de la Cultura Puertorriqueña. (1976), p.p. 319-321. San
Juan: Puerto Rico.
4. Morán I.(1985).Historia
de Puerto Rico: Trayectoria de un Pueblo (I era ed.).Hato Rey,P. R.
5. Nueva
Enciclopedia de Puerto Rico. (1993), Vol. 2, p.p. 43-79. Hato Rey:
Puerto Rico.
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