Proyecto Salón Hogar
EDUARDO CABALLERO CALDERÓN
(1910-1993) |
Eduardo Caballero Calderón se distinguió con una obra penetrada por el
sentido social y por el amor a su patria.
Nació en Bogotá, Colombia siendo hijo del general Lucas Caballero y de
Doña María del Carmen Calderón y hermano del escritor Lucas Caballero
Calderón. Hizo sus estudios secundarios en el Gimnasio Moderno
obteniendo el título de bachiller en Filosofía y Letras y estudiando
además en la Universidad Externado de Colombia.
Se dedicó a la literatura, a la política, el periodismo y la diplomacia.
Fue diputado por Boyacá y Cundinamarca, representante a la Cámara y
alcalde de Tipacoque, título de una de sus primeras obras. Representó a
Colombia ante Argentina, España, Perú y Francia. Colaboró en la creación
del programa radial: "Hombres y letras"; fundó la radiodifusora: "El
mundo en Bogotá" y el radio-periódico: "Contrapunto". Caballero Calderón
escribió para el diario El Tiempo y usó para ello el seudónimo: "Swann"
seguramente inspirado en el personaje de Proust.
Su prosa fue clara y rica, manifestando siempre una cultura universal y
una preocupación profunda por el colombiano pobre. Fue miembro de la
Academia Colombiana de las Letras.
Entre sus obras: Diario de Tipacoque, Estampas de provincia,
Suramérica-tierra del hombre, Latinoamérica un mundo por hacer, Caminos
subterráneos, El nuevo príncipe: Ensayo sobre las malas pasiones y
figuras políticas de Colombia, Breviario del Quijote, Ancha es Castilla,
Americanos y europeos, Manuel Pacho, Siervo sin tierra, El arte de vivir
sin soñar, Comentarios a los sueños de Luciano Pulgar.
En su obra: "El Cristo de espaldas", el autor capturó la psicología de
las pequeñas poblaciones colombianas en medio de la violencia, relatando
la lucha de un sacerdote por salvar a un hombre inocente que por
pertenecer al partido político derrotado, estaba condenado a ser
ejecutado sin un juicio adecuado. En "El buen salvaje", con el cual
obtuvo el premio Nadal en 1966, Caballero Calderón describió a un
estudiante joven, latinoamericano, tratando de sobrevivir en el París de
los años 60. La obra mezcla novela, ensayo y autobiografía. La ciudad de
París envuelve al estudiante impidiéndole el escape y llevándolo a un
estado salvaje.
Caballero Calderón murió en Bogotá.
APARTES:
Lo único claro es que a ciento cincuenta años de su emancipación, la
nación colombiana ya no quiere ser ella misma sino a imagen y semejanza
del paraíso comunista o de las ciudades de los Estados Unidos. Por lo
que hace al hombre de las clases llamadas directoras, ya se trate de un
político, un millonario o un intelectual, de lo que se llamaría un
patricio en otras sociedades y en otras épocas, ese tal tiene una
mentalidad gregaria, multitudinaria, subalterna, como si sintiera
vergüenza de no ser como los demás, o como aquellos quisieran ser de
acuerdo con un modelo ruso o un arquetipo norteamericano que produce un
deslumbramiento en millones de carneros humanos. (Historia privada de
los colombianos).
Restaurar la tabla de los valores morales, vuelta pedazos por la
violencia política, la concupiscencia del dinero, la impunidad reiterada
y endémica, la incapacidad consagrada por un Estado torpe y venal que
creaba puestos para hombres y no buscaba los mejores hombres para ocupar
los puestos. Ya que ha quedado demostrado que ni la riqueza, ni la
cultura, ni la tradición, nos aproximan y nos hermanan, sólo la moral
como riendas, y como espuelas, el ideal de formar algún día una
verdadera patria poblada de colombianos, puede justificar históricamente
nuestra permanencia en estas tierras hermosas y ricas que hemos cubierto
de sangre y de cadáveres. Tenemos que esforzarnos por merecerla y
convertirla en una auténtica patria, que sólo este empeño generoso
podría convertirnos a todos, sobre las diferencias que hoy nos separan,
en verdaderos colombianos. (Los campesinos).
Y fue que de Tibasosa me enamoré a primera vista, un día de sol en que,
haciendo el camino de Duitama a Sogamoso, lo vi relumbrar entre las
lomas azules y los sauces vestidos de fiesta. Pocos pueblos hay más
lindos en los tres valles del Reino, bañados por las aguas salitrosas
del Alto Chicamocha.(Tibasosa en fiesta).
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