Proyecto Salón Hogar

FERNANDO PESSOA
(1888-1935)


Fernando Pessoa usó para su creación múltiples seudónimos y heterónimos. La mayor parte de su obra la dejó el escritor dentro de un baúl y se encuentra representada en más de 27.543 documentos tan variados como hojas sueltas, propagandas, cartas, cuadernos y otros. Su obra influyó en el modernismo.

Nació en Lisboa, Portugal. Perdió a su padre cuando contaba cinco años de edad y su madre contrajo matrimonio de nuevo con un diplomático y la nueva familia se radicó en Sudáfrica en la ciudad de El Cabo. A los 17 años regresó a Portugal y vivió en Lisboa el resto de su vida. Había aprendido bien el inglés y el francés y se dedicó a escribir y traducir documentos para diferentes empresas comerciales; esto le permitió sobrevivir económicamente mientras creaba su obra, representada en poesía y prosa. Contó con gran libertad en su trabajo y nunca se vio obligado a cumplir horarios estrictos, lo cual facilitó aún más su creación.

La mayor parte de la obra de Pessoa se ha publicado póstumamente y sólo en los últimos años ha empezado a ser valorada. La mayor parte de ella la escribió en inglés, si bien creó igualmente en portugués y francés.

Se le describe como solitario y tímido, no habiendo tenido sino una relación amorosa breve en toda su vida.

A los 26 años empezó a escribir sus obras, empleando nombres diferentes al suyo, los cuales incluyeron no solamente seudónimos sino los que el autor mismo clasificó como “heterónimos”, personajes que representaban personalidades diferentes a la de Pessoa y que tuvieron según él biografías detalladas tales como: fechas de nacimiento, características físicas claras, lugares de nacimiento específicos etc. Los principales heterónimos fueron: Alberto Caeiro descrito como hombre ingenuo, poco educado, radicado en el campo y sin profesión determinada. Ricardo Reis, profesional, clásico en su pensamiento, que compuso odas al estilo de Horacio, y Álvaro de Campos, ingeniero naval, futurista y existencialista en su filosofía. Pessoa, además, en su compleja obra, se desdobló en muchos más personajes usando hasta un total de por lo menos 72 nombres diferentes a lo largo de los años.

Entre sus obras: “Poesía de Fernando Pessoa”, “Poesía de Álvaro de Campos”, “Poesía de Alberto Caeiro”, “Odas de Ricardo Reis”, “Epithalamian”, “El libro del desasosiego” escrito por su “semi heterónimo” Bernardo Soares quien alguna vez dijera: “Si yo fuese a viajar, encontraría en esos viajes, una copia pobre de lo que ya he visto, sin haber dado un paso”.

Fernando Pessoa murió en su ciudad natal, Lisboa, de cirrosis del hígado a los 47 años de edad.

APARTES DE LA OBRA DE PESSOA:

Para entender, me he destruido a mí mismo. Entender es olvidar el amor. No conozco nada simultáneamente tan falso como real que la frase de Leonardo da Vinci de que no podemos amar u odiar algo hasta que lo entendemos. La soledad me destruye, la compañía me oprime. La presencia de otra persona hace perder mi pensamiento, porque sueño con la presencia del otro con distracción singular, la cual toda mi atención analítica es incapaz de definir. La sola idea de entrar en contacto con alguien más pesa grandemente sobre mí. Una simple invitación a comer con un amigo me produce una angustia difícil de definir. La idea de cualquier obligación social, ir a un funeral, discutir un negocio con alguien, ir a la estación a esperar a un conocido o extraño, la simple idea trastorna mis pensamientos durante todo un día, y a veces comienzo mi preocupación la noche anterior, así que duermo mal. Desde luego, el encuentro real, cuando se lleva a cabo, es absolutamente insignificante, no justifica mi ansiedad, pero la experiencia recurre y nunca aprendo a aprender. “Mis costumbres son de soledad no de hermandad” No sé si fue Rousseau o Senancour quien lo dijera, pero fue alguien preocupado por mi especie, quizás sería mucho decir, mi raza. (El libro del desasosiego)

Envidio, pero no estoy seguro de envidiar a aquellos a quienes se les puede escribir una biografía o pudieran escribir una por sí mismos. En estas impresiones desordenadas y con el deseo de no ser otra cosa que desorden, marco de manera indiferente mi autobiografía falta de hechos, mi historia sin vida. Éstas son mis confesiones, y si en ellas no digo cosa alguna, es porque no tengo nada que decir. (El libro del desasosiego)

Envidio a todos porque no son Pessoa. De todas las imposibilidades, ésta se me ha hecho siempre la más imposible, y es la que más ha contribuido a mi angustia diaria, mi desesperación en cada momento triste. (El libro del desasosiego)

Yo nací en una época cuando la mayoría de los jóvenes habían perdido la fe en Dios, por la misma razón por la que sus mayores lo había hecho, sin saber por qué. Y entonces, desde que el espíritu humano tiende de manera natural a hacer juicios basados en el sentimiento y no en la razón, la mayoría de estos jóvenes escogió la Humanidad para remplazar a Dios. Yo, sin embargo, soy la clase de persona que está al borde de aquello a lo cual pertenece, viendo no solamente la multitud de la cual forma parte sino también los amplios espacios abiertos alrededor de ella. Por eso no abandoné de manera tan completa a Dios como ellos lo hicieron, y nunca acepté la Humanidad. Razoné que Dios, aunque improbable, podía existir, en cuyo caso, debería ser adorado, en tanto que la Humanidad, siendo una idea solamente biológica y significando nada más que la especie animal a la cual pertenecemos, no era mas merecedora de adoración que cualquier otro tipo de especie animal (El libro del desasosiego)

Yo pedía muy poco de la vida y aun este poco me fue negado: un rayo de sol, un campo, un poco de tranquilidad con algo de pan, no ser oprimido por el conocimiento de que existo, no exigir nada de los demás, y no tener a otros exigiendo algo de mí. Y esto me fue negado, como aquel que niega protección, no por falta de voluntad sino por no tener que desabotonar su abrigo... (El libro del desasosiego)

20 de diciembre de 1931. Estoy virtualmente convencido de que nunca estoy despierto. No estoy seguro de si estoy soñando cuando vivo o estoy viviendo cuando sueño, o si el soñar y el vivir se entrecruzan, cosas mezcladas que unidas crean un yo consciente. (El libro del desasosiego)

He descubierto que siempre estoy atento y siempre pensando acerca de dos cosas al mismo tiempo. Imagino que todo el mundo es un poco así. Ciertas impresiones son tan vagas que sólo más tarde, porque las recordamos, caemos en cuenta de haberlas tenido. Creo que estas impresiones forman parte de la doble atención que todos poseemos. En mi caso las dos realidades que dominan mi atención son igualmente vívidas. Esto es lo que constituye mi originalidad. Esto, quizás es lo que constituye mi tragedia, y el lado cómico de la tragedia. (El libro del desasosiego)

SIENTO LÁSTIMA POR LAS ESTRELLAS.

Siento lástima por las estrellas
Que han brillado durante tanto tiempo,
Tanto tiempo, tanto tiempo...
Siento lástima por las estrellas.
 

¿No hay un cansancio
Sentido por las cosas,
Por todas las cosas,
Como el que sienten nuestros miembros?

Un cansancio de existir
De ser,
Simplemente de ser,
Bien sea triste o feliz...
 

¿No hay, finalmente,
Para todas las cosas que son,
No simplemente muerte
Sino algún otro fin?
O un propósito más alto,
¿Alguna clase de perdón? (Cancionero-Fernando Pessoa)

A VECES MEDITO.

A veces medito
A veces medito profundamente, más profundamente, aún más profundamente, Y todo el misterio de las cosas parece como aceite en la superficie,
Y todo el Universo es un mar de caras con ojos que me miran.
Cada cosa, un poste de esquina, una piedra, un árbol
Es un ojo que me mira desde un abismo inescrutable,
Y todos los dioses y sus ideas pasan por mi corazón
¡Ah, que las cosas son!
¡Ah, que las cosas son!
Ah, que existe una manera para las cosas ser,
Para la existencia existir,
Para la existencia de existir el existir,
Para cualquier cosa existir...
¡Ah, que puede existir el abstracto fenómeno de ser!
La existencia de la conciencia y la realidad,
No importa qué sean éstas,
¿Cómo expresar lo que es sentir esto? (Álvaro de Campos)

SIGUE TU DESTINO.

Sigue tu destino,
Rocía tus plantas,
Ama tus rosas
El resto es sombra
De árboles De árboles desconocidos.
 

La realidad es siempre
Más o menos
De aquello que queremos.
Sólo nosotros somos siempre
Iguales a nosotros mismos.
 

Es bueno el vivir solo,
Y noble y grande
Siempre el vivir simple.
Deja el dolor sobre el altar
Como una ofrenda hacia los dioses.
 

Mira la vida desde lejos
Nunca la interrogues.
No hay nada que pueda
Decirte. La respuesta
Descansa más allá de los dioses.
Pero tranquilamente imita
El Olimpo en tu corazón.
Los dioses son dioses
Porque no piensan
Acerca de lo que ellos son. (Ricardo Reis-Odas)