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FRANÇOIS MAURIAC
(1885-1970) |
François Mauriac cultivó en especial la novela y su temas principales
fueron la lucha entre el amor divino y el humano, la tentación, el
pecado y el perdón. Nació en Burdeos, Francia dentro de una familia
católica (su madre sobre todo), muy religiosa; su padre sin embargo fue
ateo. Estudió abogacía en la Universidad de Burdeos y más tarde en la
Escuela de Chartes en París. Inicialmente trabajó en un cargo
administrativo pero pronto renunció a él a fin de dedicarse a la
literatura.
Su primera obra fue poética: "Las manos unidas", pero luego se dedicó
fundamentalmente a la prosa . Sus obras se desarrollan casi siempre
dentro de su región natal.
Su primera novela: "El niño en cadenas". En 1922 publicó "El beso al
leproso" con la cual creó su fama. Mauriac es considerado en Francia
como el escritor católico por excelencia y su obra describe cómo una
moral religiosa forzada puede transformarse en hipocresía. Admiró a
Pascal y lo citó frecuentemente en sus trabajos diciendo alguna vez:
Todos los años de mi vida han sido pascalianos".
Entre otras obras: El desierto del amor, Therese Desqueyroux, Nido de
víboras, Destinos, Lo que se pierde, Los caminos del mar, La carne y la
sangre, Bloc-Notes, El hijo del hombre, Memorias interiores, Las nuevos
Bloc-Notes, Lo que yo creo, Genitrix, El río de fuego, El misterio
Fontenac, Los ángeles negros, La máscara de inocencia, El cordero, La
vida de Jesús, La vida de Jean Racine, El fin de la noche.
Entre sus obras teatrales: Asmodée. En "El novelista y sus personajes"
Mauriac expuso su concepción ética de la literatura.
Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó Mauriac en la resistencia
francesa y obtuvo más tarde la Gran Cruz de la Legión de Honor. En 1952
le fue otorgado el Premio Nobel de literatura.
Mauriac murió en París en 1970.
PENSAMIENTO: No siento el menor deseo de jugar en un mundo en el que
todos hacen trampa.
APARTE: Para mis personajes, desgraciados como puedan ser, la vida es
una experiencia de movilidad infinita, de una trascendencia indefinida
de ellos mismos. Una humanidad que no duda el que la vida tiene una
dirección y un objetivo, no puede ser una humanidad sin esperanza. La
desesperación del hombre moderno nace de lo absurdo del mundo; su
desesperación al igual que su sometimiento a los mitos que lo
reemplazan: lo absurdo entrega al hombre a lo inhumano. Cuando Nietzsche
anunció la muerte de Dios, anunció igualmente las épocas que hemos
vivido y aquellas por las cuales tendremos aún que vivir, en las cuales
el hombre, vacío de su alma y por lo tanto desprovisto de un destino
personal, se convierte en una bestia de carga más maltratada que los
animales comunes por los Nazis y por todos aquellos que hoy en día, usan
métodos Nazistas. Un caballo, una mula, una vaca tienen un valor en el
mercado, pero del animal humano, obtenido sin ningún costo gracias a una
purga sistemática bien organizada, uno no obtiene nada sino ganancias
hasta que muere. Ningún escritor que mantenga en el centro de su trabajo
a la criatura humana hecha a la imagen del Padre, redimida por el Hijo,
e iluminada por el Espíritu, puede en mi opinión ser considerada como
maestra de la desesperación, o ser su cuadro nunca tan sombrío. (
Discurso de aceptación del Premio Nobel).
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