Henry René Albert Guy de Maupassant escribió novelas e historias cortas
con genialidad y su obra permanece en el siglo XXI tan actual como lo
fuera durante el XIX.
Su lucha contra la hipocresía humana se refleja constantemente en
toda su obra. Nació en el castillo de Miromesnil, cerca de Dieppe, en la
Normandía, Francia, dentro de una familia de tradiciones normandas,
habiendo sido su madre, prima del escritor Flaubert. Estudió en el
colegio Yvetot y en el Liceo de Ruan y posteriormente se trasladó a
París a fin de estudiar abogacía, pero le fue imposible terminar la
carrera debido a la Guerra francoprusa.
Ingresó al ejército de su país y al regresar, trabajó por algún
tiempo como empleado del gobierno francés en la armada y en esos años
empezó a escribir, inicialmente poesía y mas tarde su prosa genial. Fue
amigo de Zola y en especial de Flaubert a quien consideró su maestro.
El estilo de Maupassant se caracteriza por su sencillez, claridad y
tranquilidad, representando al mismo tiempo un ejemplo clásico del
realismo psicológico. Considero el autor que los sentidos nos dan el
conocimiento, pero simultáneamente nos aprisionan en sus cadenas.
Fue enemigo de la hipocresía y la atacó en sus obras. Sus personajes
reflejan los defectos humanos: ambición, vanidad, egoísmo sin crítica
moral del autor, encerrándose esta última en los desenlace mismos y en
las vidas de sus héroes. La influencia de su obra se ha extendido a toda
la literatura universal.
Entre sus obras: Novelas: Una vida (1883-considerada la mejor de sus
novelas, relata la vida triste de una mujer solitaria, traicionada
primero por su esposo y luego por su hijo), Bel-Ami ( describe un hombre
dominado por la ambición y el egoísmo quien avanza en la vida a costa de
las mujeres), Mont-Oriol, Pedro y Juan (estudio del odio entre dos
hermanos), Nuestro corazón (La vida de un hombre infeliz dentro de su
matrimonio). Historias cortas: De estas escribió el autor cerca de 300,
muchas brillantes. Entre ellas: Bola de sebo (1880-una de las más
famosas), La herencia, El collar, La casa Tellier, Un sabio, El
paraguas, Claro de luna, Miss Harriet, La cabellera, La confesión, Coco,
Châli, Un duelo, La espera, Historia de una campesina, En familia,
Cuentos de la Becada.
El autor rehusó el ingresar a la Academia Francesa y rechazó
igualmente La Legión de Honor. Maupassant nunca se casó y llevó una vida
libre, siendo dado a los abusos del alcohol. Contrajo sífilis, en ese
entonces no tratable de manera satisfactoria, y en 1891 el autor se
enloqueció, sufriendo de parálisis general, habiendo tenido que ser
internado en un sanatorio mental cerca de París donde murió a los 43
años de edad. Un monumento en su honor se encuentra en el Parke de
Monceau en París.
APARTES:
Subía lentamente los escalones, acelerándosele los latidos del
corazón, lleno de ansiedad, y, sobre todo, inquieto por el miedo al
ridículo. De pronto vio frente a él, mirándole, un señor en traje de
etiqueta. Tan cerca se hallaban uno de otro, que Duroy se hizo atrás
instintivamente, hasta que se dio cuenta, quedándose estupefacto, de que
aquel señor no era otro que él mismo reflejado en el espejo que había
allí en el descansillo del primer piso. ( Bel-Ami)
La mujer, una de esas llamadas galantes, era célebre por su gordura
precoz, que le había valido el apodo de Bola de sebo. Baja, toda
redonda, atocinada, con dedos hinchados que se estrechaban en las
falanges, semejantes a ristras de cortas salchichas; con una piel
brillante y tensa, un pecho enorme que ocultaba bajo sus ropas, era, sin
embargo, apetitosa y solicitada, pues su lozanía resultaba agradable a
la vista. ( Bola de sebo)
Jeanne terminó de hacer sus maletas; se acercó a la ventana, pero la
lluvia no cesaba. Durante toda la noche el aguacero había sonado contra
los cristales y los tejados. El cielo, bajo y cargado de agua, parecía
haber reventado, y se vaciaba sobre la tierra, convirtiéndola en una
papilla, disolviéndola como si fuera azúcar. Pasaban ráfagas de viento
caliente, sofocante. El estruendo de los arroyos desbordados llenaba las
calles desiertas, cuyas casas, como esponjas, bebían la humedad que
penetraba hasta el interior y hacía resumar las paredes desde el sótano
hasta la buhardilla. ( Una vida).