Proyecto Salón Hogar

HANS CHRISTIAN ANDERSEN
(1805-1875)


Los cuentos de Hans Christian Andersen son leídos por la niñez del mundo civilizado, pero el autor escribió igualmente poesía, drama y novela.

Nació en Odense, Isla de Fionia, Dinamarca dentro de una familia muy humilde; su padre era zapatero y su madre lavandera, al igual que la madre de Marco Fidel Suárez. Desde temprana edad trató de aprender diferentes oficios sin ningún éxito y finalmente, a los 14 años, abandonó su ciudad natal, diciéndole a su madre: "Para tener éxito se debe primero sufrir mucho"; estas mismas palabras las repetiría el escritor muchos años más tarde cuando se le rindió homenaje en su ciudad natal.

Se radicó en Copenhague, donde al principio intentó trabajar como actor, sin mayores resultados; cuando creó, algo más tarde, sus primeras obras poéticas, logró por fin reconocimiento y obtuvo la ayuda de personas importantes que le facilitaron la educación, como Jonas Collin, director del Royal Theater; por otra parte, el rey Federico VI le concedió una pensión con la cual pudo viajar extensamente por el mundo incluyendo Europa, Asia y África. En Europa visitó entre otros países: Italia, Grecia, Suecia y España y más tarde escribió memorias sobre sus visitas, que fueron muy leídas. Sus viajes y sus lecturas le permitieron compenetrarse con las leyendas y mitos que más tarde inspiraron sus extraordinarios cuentos. Mezcló en ellos lo real con lo imaginario de una manera muy brillante. En sus cuentos figuran personas comunes, animales, objetos inanimados que adquieren vida propia, héroes mitológicos, etc.

Su estilo fue unas veces irónico y alegre; otras, triste, pesimista y real. Los temas de su obra incluyen la alegría, el temor, el orgullo, la envidia, la tristeza.

Entre sus obras: "Viaje a pie desde el canal Holmen hasta la punta oriental de Amager", "To be or not to be"," Lucky Peer", "El improvisador" (novela autobiográfica), "Sólo un violinista" (novela igualmente autobiográfica), "Las dos baronesas", "El mulato" (drama que describe la maldad encerrada en la esclavitud), "Literatura de viajes", "Cuentos para contar a los niños", "Nuevos cuentos e historias". Andersen escribió en total más de 150 cuentos. Algunos de los más famosos fueron: "La sirenita", "El patito feo" (quien escribe estas líneas recibió este cuento al aprobar su primer año de colegio), "La reina de las nieves", "Los zapatos rojos", "El traje nuevo del emperador".

Las grandes dificultades que pasó en sus primeros años quedaron marcadas indeleblemente en su memoria y se reflejan en sus cuentos y en general en toda su obra.

Le quedó la sensación, aún de adulto, de que sus compañeros no lo aceptaban y esto lo reflejó muy claramente en "El patito feo"; sin embargo fue Andersen el primer autor danés que logró fama universal a pesar de su origen humilde. Su temperamento fue tímido y sensible, lo que ocasionó que fuera objeto de burlas por parte de algunos; esto no le impidió, sin embargo, contar con la amistad de escritores y personajes famosos como: Dickens, Víctor Hugo, Balzac, Dumas, Heine y los reyes de Dinamarca y de Inglaterra. Su amigo el físico H.C. Ørsted le dijo alguna vez: "Sus novelas lo han hecho famoso, sus cuentos lo harán inmortal".

Hans Christian Andersen murió a los 70 años en la ciudad de Copenhague.

APARTES DE LA OBRA DE ANDERSEN:

En China como se sabe, el emperador es chino y lo son igualmente su corte y todo su pueblo. Esta historia ocurrió hace mucho, mucho tiempo; y por esa razón se debe oír ahora, antes de que sea olvidada. El palacio del emperador era el más hermoso de todo el mundo. Lo habían hecho de porcelana y su construcción había resultado muy costosa. Era tan frágil que había que tener mucho cuidado de no tocar nada, lo cual puede ser difícil. Los jardines estaban llenos de las flores más primorosas; las más bellas entre ellas tenían pequeñas campanitas de plata que timbraban a fin de que no fuese posible pasar a su lado sin notarlas... ("El ruiseñor y el emperador")

Hubo una vez un príncipe que quería casarse con una princesa, pero ella tendría que ser una verdadera princesa. El príncipe viajó alrededor del mundo entero buscándola; pero cada vez que encontraba alguna, siempre había algún defecto en ella. Había muchas princesas pero ninguna era de su agrado. Siempre había alguna falla: no eran verdaderas princesas reales. Una noche, el rey fue sorprendido por una tempestad. Los relámpagos lo iluminaban todo, el trueno rugía y llovía a cántaros. En medio de aquel terrible vendaval, alguien llamó a la puerta de la ciudad, y el mismo rey bajó a abrirla... ("La princesa y la arveja")

"Matadme", susurró la pobre criatura, y bajó su cabeza humildemente, esperando la muerte. Pero ¿qué fue lo que vio en el agua? Su propio reflejo; y no era ya un ave gris, falta de gracia y fea; !él era un cisne! No importa haber nacido en el gallinero, siempre y cuando se esté dentro de un huevo de cisne. Él sentía gratitud por las dificultades y sufrimientos que había pasado, porque todos ellos lo hacían apreciar más su felicidad de aquel momento y el amor que lo rodeaba. Las aves hicieron un círculo alrededor de él y lo acariciaron con sus picos. ("El patito feo")

El emperador caminó en el desfile bajo su dosel carmesí, y todos los pobladores, que se habían alineado a lo largo de las calles o miraban desde las ventanas, dijeron que el traje nuevo del emperador era hermoso: "¡Qué capa tan magnífica! ¡Y la cola! ¡Qué bien le queda el traje al emperador!" Ninguno de ellos se atrevió a admitir que no había visto nada, porque a quien lo hiciera lo habrían considerado estúpido o incapaz para el trabajo que desempeñaba. Nunca había tenido tal éxito un traje del emperador. "¡Pero si él no tiene nada puesto!" gritó un niño. "Oíd al inocente" dijo su padre, orgulloso. Y el pueblo susurró y repitió lo que el muchacho acababa de decir. "No tiene nada puesto. Hay un niño que dice que no tiene nada puesto". "¡No tiene nada puesto!" gritó el pueblo finalmente. El emperador tembló, porque estaba seguro de que decían la verdad; pero pensó: "Debo aguantar hasta que el desfile termine"; y caminó aún más orgullosamente, y los dos caballeros de la cámara imperial, continuaron llevando la cola que no existía. ("El traje nuevo del emperador")

Lejos, muy lejos de la tierra, donde las aguas son tan azules como los pétalos de aciano y tan claros como el cristal, allí, donde ninguna concha puede llegar al fondo, vive la gente del mar. Tan profunda es esta parte del océano que habría que colocar, unas sobre otras, muchas torres de iglesia antes de que ellas emergieran de la superficie del mar. Ahora; no se debe pensar que en fondo del mar sólo hay arena blanca.

¡No!, Allí crecen las plantas y los arbustos más extraños; sus hojas y tallos son tan delicados que hasta las más ligeras corrientes del agua los mueven, como si tuvieran vida. Peces grandes y pequeños vuelan dentro y fuera de sus ramas, al igual que las aves lo hacen en la tierra. En el lugar más profundo, el rey del mar ha construido su palacio. Sus paredes son hechas de coral, y sus bajas y puntiagudas ventanas, de ámbar. El techo está formado por conchas de ostras que continuamente se cierran y se abren. Se ve muy hermoso, porque en cada ostra reposa una perla, tan brillante que merecería estar en la corona de una reina... ("La sirenita")