La obra del escritor John Griffith Chaney (Jack London) se caracterizó
por tres sentimientos: el amor a la aventura, la compasión hacia los
animales y una profunda preocupación social.
Nació en San Francisco, California, Estados Unidos habiendo sido hijo
ilegítimo de un escritor astrólogo trashumante. Cuando tenía ocho meses
de edad su madre contrajo matrimonio con un viudo ( Jack London) que
tenía dos hijas.
Su niñez fue pobre y su educación inicial deficiente; estudió por
algún tiempo en la escuela de bachillerato de Oakland y por un semestre
en la Universidad de California pero tuvo que interrumpir sus estudios
por motivos económicos. Fue un autodidacta y leyó a los clásicos
empleando las bibliotecas públicas de Oakland.
Se vio forzado a trabajar desde muy temprano y a lo largo de su vida
en oficios múltiples: limpiando pisos, vendiendo periódicos, empacando
frutas entre otros. A los 14 años entendiendo lo poco probable de
mejorar su futuro en esos campos, pidió dinero prestado y compró una
barca que le permitió dedicarse a la captura de ostras al parecer de
manera ilegal . Estuvo en la cárcel en diferentes ocasiones acusado de
vagancia.
Desde muy joven amó los viajes y recorrió en su propio bote el
Oriente, viajando igualmente por México y Canadá. En 1897 viajó con un
cuñado a Alaska en busca de oro y esa experiencia difícil le sirvió de
inspiración a su regreso para crear su obra literaria.
El estilo de London se caracteriza por ser excitante, detallado y
claro; sus historias relatan la lucha de sus héroes ( en especial
hombres y perros) contra las fuerzas ciegas de la naturaleza, reflejando
simultáneamente un marcado individualismo.
Vivió el autor años de grandes dificultades económicas y esto unido a
complicaciones familiares lo llevaron hacia el alcoholismo y a problemas
de salud. Su experiencia y la influencia que en él tuvieron escritores y
filósofos como Herbert Spencer, Hegel, Marx, Darwin y Nietzsche lo
llevaron a compartir ideas sociales vistas con desconfianza en su medio.
Entre sus obras: Una hija de las nieves, La llamada de la selva (tal
vez su novela más conocida, relata la historia de Buck, un perro de gran
tamaño ), Colmillo blanco, El lobo del mar (describe el individualismo),
La guerra de clases, El hijo del lobo (lucha del humano en un medio
hostil), El talón de hierro (profetiza la aparición del fascismo),
Martin Eden (su obra más autobiográfica), Odisea del Norte, La casa de
Mapuhi, La cacería, Antes de Adán, Amor a la vida, El crucero del Snark,
Cuentos de los Mares del Sur, El valle de la luna, El motín del Elsinore,
La pequeña dama de la gran casa, Jerry de las Islas ( historia juvenil
mundialmente conocida), Las cartas de Jack London, Hacer una hoguera
(una de sus mejores historias cortas).
Sus ideas sociales no le impidieron el tratar de hacer dinero con su
obra y produjo cerca de 50 libros; desafortunadamente nunca tuvo al
igual que Balzac, suerte en los negocios y en alguna ocasión (1913) su
casa, construída con gran esfuerzo, se quemó antes de poderla habitar el
escritor. Todo esto unido a sus problemas interiores, su alcoholismo
crónico, su pobre estado de salud (el autor desarrolló una nefritis y
finalmente uremia) terminaron con su suicidio cuando vivía en Glen Ellen.
El autor tomó una sobre dosis de Morfina terminando así con su vida a
los cuarenta años de edad. Aunque London fue casado dos veces, no tuvo
hijos varones pero sí hijas y un libro escrito por una de ellas ( Joan
London) titulado: "Jack London y sus hijas" permite conocer algo más a
fondo este gran y complicado autor.
APARTES:
En un barco inglés, dicen, es comida mala, mala paga y trabajo fácil;
en un barco americano, buena comida, buena paga y trabajo difícil. Y
esto es aplicable a las poblaciones trabajadoras de ambos países. ( The
people of the Abyss)
El día se había iniciado frío y gris, excesivamente frío y gris,
cuando el hombre se salió del camino principal del Yukon y trepó la alta
colina, donde un pequeño y poco recorrido sendero, llevaba hacia el
oriente a través del espeso bosque. Era una subida fuerte y él descansó
a fin de tomar un respiro en la cima, excusando ese acto a sí mismo, por
mirar su reloj. Eran las nueve. No había sol ni señal de sol, si bien no
había una nube en el cielo. (Hacer una hoguera)
Con el último pedazo de pan Tom King limpió su plato de las últimas
partículas de salsa y masticó el contenido de su boca de manera lenta y
meditativa. Cuando se levantó de la mesa se sintió oprimido por la
sensación de que se encontraba claramente hambriento. Y sin embargo
había sido el único en comer. Los dos niños en la pieza vecina habían
sido enviados temprano a la cama con el fin de que al dormir pudiesen
olvidar el que se encontraban sin comer. Su esposa no había tocado nada,
y se sentaba en silencio mirándolo con ojos solicitadores. ( Un pedazo
de carne)
Nadie sabía su historia, los de la junta menos aún. Él era su " su
pequeño misterio", su " gran patriota", y a su manera él trabajaba tan
duro por la futura Revolución Mejicana como ellos lo hacían. Fueron
tardíos en reconocer esto, porque ninguno en la junta lo quería. El
primer día en que llegó a sus habitaciones llenas y ocupadas, todos
sospecharon que fuese un espía; una de las herramientas compradas por el
Servicio Secreto de Díaz. Muchos de los camaradas se encontraban en
prisiones civiles y militares regadas sobre los Estados Unidos y otros,
en cadenas, eran aún entonces tomados a lo largo del borde para ser
colocados contra los muros de adobe y fusilados. ( El mejicano)
Oakland, California. Señores a Diciembre 10. Me apresuro a aceptar su
acuerdo a fin de concluir el contrato. He terminado de revisar el número
de palabras impresas por ustedes de mi primer artículo. Encuentro 3.558
palabras impresas; esto llegará a $355.80; quiten los 80 centavos. Siete
fotografías a $5 cada una, son $35 .$355 más 35 hacen $390. Ustedes me
adelantaron $2.000. $2.000 menos $390 son $1.610. El balance se los
debo. ( Carta a Cosmopolitan Magazine)
El país se encontraba al borde de tiempos difíciles, causados por una
serie de años prósperos de donde se originó la dificultad de disponer en
el extranjero el exceso no consumido. Las industrias trabajaban tiempo
corto; muchas de las grandes fábricas permanecían paralizadas contra el
tiempo en espera de que el exceso de producción se terminase y los
salarios eran disminuidos a derecha e izquierda. ( El talón de hierro)
Buck no leyó los periódicos, o hubiera sabido que se maduraba el
problema, no sólo para él, sino para todos los perros de su clase,
fuertes de músculo y con pelo largo y abrigado, desde Puget Sound hasta
San Diego. Porque hombres palpando en la oscuridad ártica, habían
encontrado un metal amarillo y porque vapores y compañías de transporte
estaban aumentando el encuentro; millares de hombres se apresuraban
hacia la tierra del Norte. Estos hombres querían perros, y los perros
que querían eran perros pesados con músculos fuertes con los cuales
trabajar, y de pieles abundantes para protegerlos del congelamiento. (La
llamada de la selva).