Fué el miembro más ilustre de la dinastía Antonina. Fue emperador,
filósofo y escritor sobresaliente. Al ser electo como emperador, se
cumplió el sueño de la filosofía clásica de tener un filósofo a la
cabeza del Estado.
Nació en Roma dentro de una familia distinguida, siendo su padre de
origen español. Al morir su padre cuando Marco Aurelio contaba con solo
tres años de edad, su educación fue encargada a su abuelo paterno,
personaje distinguido en Roma y confidente del emperador Adriano.
Su educación se llevó a cabo por tutores cuidadosamente seleccionados
y se le preparó desde muy joven para una carrera dentro de las altas
esferas públicas. Recibió en sus estudios una gran influencia del
filósofo estoico Epictetus.
Cuando el futuro emperador contaba con 16 años, su tío materno
Antonino Pío, asignado como sucesor de Adriano, adoptó a Marco Aurelio y
a Lucius Verus, creando así la futura dinastía Antonina.
Al morir Adriano ese mismo año, el tío ascendió al cargo de Emperador
con el nombre de Antoninus Píus y Marco Aurelio fue nombrado Cónsul.
Marco Aurelio se casó a los 24 años con la hija de Antonino y aseguró
así su sucesión como emperador. Marco Aurelio manifestó desde muy
temprano gusto por la literatura y en especial la filosofía, la cual
cultivó al punto de pensar en renunciar a su carrera política con el fin
de dedicarse por entero a ellas. El enfoque de sus principios fue el
Estoicismo.
Al morir su padre adoptivo, Marco Aurelio exigió que Lucius Verus su
hermano por adopción fuese co-emperador con él. Marco Aurelio se
distinguió como guerrero y durante su período participó en muchas
operaciones contra los enemigos de Roma; sin embargo siempre tuvo tiempo
para cultivar la filosofía y aún en medio de sus campañas escribió
fielmente su diario espiritual llamado: Meditaciones. En las
Meditaciones se refleja la lucha en su interior entre sus principios
estoicos y sus deberes como emperador.
Amó la justicia y se le describe como de carácter amable y con
profundo sentido del deber. Su cargo como emperador ha sido criticado
por unos (una de las peores persecuciones contra los cristianos, la de
Lyón, ocurrió durante su mando) y alabada por otros, pero en general se
le considera como un "buen emperador". Su error más grave fue el de
nombrar a su hijo Commodus como su sucesor (se le atribuye la decadencia
del Imperio Romano).
El emperador Marco Aurelio murió en Vindobona cerca a Viena cuando se
encontraba en una de sus campañas, al parecer a causa de la peste. Su
nombre fue inscrito entre los dioses romanos. Fueron sus contemporáneos
entre otros: Lucio Apuleyo, Galeno, Epicteto.
Sus obras principales fueron: Correspondencia con Fronton (uno de sus
maestros) y los Pensamientos (su diario espiritual) de gran contenido
filosófico. Marco Aurelio consideró que dentro de nosotros está la
fuente del bien: "La vida es de poco valor y pasajera. Somos una misma
cosa con la Naturaleza. No hay más que un solo mundo que lo comprende
todo, un solo Dios que está en todo, una sola materia, una sola ley, una
razón común a todos los seres dotados de inteligencia". Algunos de estos
pensamientos podrían haber inspirado a Spinoza varios siglos más tarde.
PENSAMIENTOS SACADOS DE LAS MEDITACIONES DE MARCO AURELIO
Nada lleva tanto a la grandeza de la mente como la habilidad para
examinar de manera sistemática y honesta todo lo que encuentras en la
vida.
A mi abuelo le debo el consejo de evitar la educación de las escuelas
y tener buenos tutores en cambio en el hogar y el darme cuenta que
ningún costo se debe discutir a este propósito.
Comienza cada día por decirte a ti mismo: Hoy encontraré
interferencia, ingratitud, insolencia, deslealtad, maldad y egoísmo,
todos ellos debidos a la ignorancia por parte de los culpables de lo que
es bueno o malo. Por mi parte, desde hace mucho tiempo he percibido la
naturaleza de lo bueno y su nobleza, la naturaleza de lo malo y su
odiosidad, y también la naturaleza del ser culpable, que es mi hermano
(no en el sentido físico, sino como una criatura compañera, igualmente
dotada con razón y compartidora de lo divino); por lo tanto, ninguna de
esas cosas me puede herir; porque nadie puede comprometerme en lo
degradante.
Hora por hora resuelve firmemente, como un romano y como humano, el
hacer lo que se presente con dignidad y con humanidad, independencia y
justicia. Permite a la mente libertad de todas las demás
consideraciones. Esto lo podrás hacer, si te acercas a cada acción como
si fuera la última, superando el pensamiento negativo, el
distanciamiento emocional de los mandatos de la razón, del deseo de
causar una impresión, la adoración de sí mismo, el descontento con tus
sueños. Mira cuan poco requiere el humano para pasar sus días en quietud
y piedad. El debe sólo observar estos pocos consejos, y los dioses no
pedirán más.
En la vida de un hombre su tiempo es sólo un momento, su ser un flujo
incesante, sus sentidos una luz temporal, su cuerpo presa de gusanos, su
alma una corriente inquieta, su fortuna oscura y su forma dudosa. En
breve, todo lo que es el cuerpo son como aguas que corren, todo lo que
es el alma como sueños y vapores. La vida una batalla, una breve estadía
en una tierra extraña; y después de la fama, el olvido.
¿Dónde, entonces, puede el humano encontrar el poder para guiar y
guardar sus pasos? En una única cosa: Filosofía. Ser un filósofo es
mantener sin mancha y sin defecto el espíritu divino dentro de sí mismo,
de tal manera que pueda trascender todo placer y todo dolor. Tomar nada
sin un propósito y nada falsamente o con disimulo; depender no de las
acciones o inacciones de otro, aceptar cada fruto como venido del mismo
origen como él mismo y por último y lo principal: Esperar con valor la
muerte, como algo más que un disolverse de los elementos que componen
cada cosa. Si esos elementos en sí mismos no se ofenden de su incesante
unión y desunión, por qué mirar con desconfianza el cambio y la
disolución de la unidad? Es por la Naturaleza; y en los modos de la
Naturaleza no se encuentra lo maligno. Dejando al lado todo lo demás,
afiérrese a la siguiente regla, recuerde que el humano vive sólo en el
presente, en este efímero instante: Todo el resto de su vida se ha
pasado y terminado o aún no revelado.
Esta vida mortal es poca cosa, vivida en una pequeña esquina de la
tierra; y pequeña, también, es la más grande de las famas por venir,
dependiente como es de una sucesión de pequeños humanos deleznables, que
no tienen conocimiento ni aún de sí mismos; mucho menos de alguien ya
muerto y finalizado. Una cosa se afana por ser, otra se apresura a
terminar. Aún cuando una cosa se encuentra en el acto de formarse,
alguna parte de ella ya ha dejado de existir. El flujo y el cambio están
para siempre renovando la fábrica del Universo.
Al igual que el transcurso incesante del tiempo se encuentra por
siempre renovando el rostro de la Eternidad. En tal río caudaloso, donde
no hay piso firme, qué debe valorar el humano entre todas las cosas que
pasan a su alrededor? Sería como poner todo el amor en un ave pasajera,
la cual en el mismo momento se pierde de vista. La vida de un humano no
es más que inhalación del aire y una exhalación de la sangre. Y no hay
verdadera diferencia entre tomar una respiración profunda solamente para
exhalarla nuevamente, como lo hacemos a cada instante y recibir el poder
respirar como lo recibió usted casi ayer al nacer, solamente para
perderlo un día del todo y entregarlo al origen del cual usted lo
recibió.