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MARCO TULIO CICERÓN
(106 -43 A.C.) |
Marco Tulio Cicerón merece ser considerado como el más grande orador
romano y último defensor de la República Romana. Nació en Arpino, Italia
dentro de una familia acaudalada, recibiendo una educación muy completa.
Gustó de la poesía, la retórica y el derecho; profundizó igualmente en
la filosofía viviendo en Grecia algún tiempo a fin de completar sus
estudios.
Una vez terminada su educación se dedicó al cumplir sus treinta años, a
la carrera política, desempeñando cargos en Sicilia y siendo electo
cónsul en el año 63a.C.
Su némesis fue Catilina, el conspirador, quien deseaba hacerse del poder
por la fuerza y sus discursos contra él, las llamadas "Catilinarias"
terminaron con la ejecución de los conspiradores y la muerte del mismo
Catilina en batalla, luego de haber huido de Roma. Hacia el año 61a.C.
fue atacado Cicerón por el triunvirato formado por Craso, César y
Pompeyo por lo cual tuvo que exiliarse.
Sus obras maestras fueron de carácter político. Entre ellas: De las
leyes, De la República, Del orador, Las paradojas, De la naturaleza de
los dioses, De los deberes ; obras todas definitivas para las
generaciones futuras, al transmitir el pensamiento helénico.
Cicerón no apoyó la dictadura de César. En el año 44a.C. y luego de
morir César, compuso sus famosas "Filípicas" contra Marco Antonio quien
deseaba dominar al senado romano. Su oposición terminó con su captura y
muerte cerca a Gaeta, Italia.
En general si bien se le critica a Cicerón cierta vanidad y presunción,
se le considera como un pensador de profundo contenido ético. Fue un
orador extraordinario de estilo claro y elegante.
PENSAMIENTOS:
En el nombre del cielo, Catilina, hasta cuando abusarás de nuestra
paciencia? (Catilinarias)
Qué época! Qué moral! (Frase favorita )
El bienestar del pueblo es la ley principal (De legibus)
Porque las leyes son silenciosas en épocas de guerra (Pro Milone)
No hay nada tan absurdo, que no haya sido dicho por algún filósofo (De
Divinatione)
Soy un ciudadano romano(In verrem)
La mente es el verdadero ser, no la persona que puede señalarse con el
dedo
Oh Roma afortunada, nacida cuando yo era Cónsul! (Sátiras).
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