Proyecto Salón Hogar

RAFAEL POMBO
(1833-1912)


Los poemas de Rafael Pombo han iluminado por varias generaciones a la niñez colombiana. Nació en Bogotá, Colombia dentro de una distinguida familia, habiendo sido su padre el escritor Lino de Pombo y su abuelo paterno uno de los firmantes de la Declaración de Independencia.

Estudió Ingeniería en el Colegio Militar aunque no obtuvo el título, dedicándose en cambio a la carrera diplomática y en 1855 fue enviado por Colombia a Nueva York donde permaneció por 6 años. En 1872 fue nombrado Secretario de la Cámara de Representantes. Formó igualmente parte de las Academia Colombiana de la Lengua desde su fundación y más tarde de la de España.

Desde su niñez amó la poesía y creó una extensa obra. De él dijo Gómez Restrepo: "Pombo ha sido el más completo y quizá el más grande de los poetas colombianos, porque en él se encuentran todas las cualidades de los grandes poetas".

La obra de Pombo cubrió los diferentes géneros poéticos pero son sus poesías y cuentos infantiles los que han perdurado en especial en su patria. Pombo fundó varios periódicos y colaboró en otros más. Algunos de sus temas preferidos fueron los de Dios, la naturaleza y la mujer. Su obra para los adultos es pesimista como lo reflejan estos versos de su poema "La hora de las tinieblas" de gran contenido metafísico:

¿Por qué estoy en donde estoy
Con esta vida que tengo
Sin saber de dónde vengo,
sin saber a dónde voy ;
Miserable como soy,
Perdido en la soledadv Con traidora libertad
E inteligencia engañosa,
Ciego a merced de horrorosa
Desatada tempestad ?

Duelo y crimen sólo veo,
Duelo y crimen sólo aspiro,
Al mal un verdugo miro
Y al mundo un inmenso reo,
Despechado clamoreo
Oigo alzarse eternamente,
Y con hastío vehemente
Pasma la imaginación
Que esta sea la creación
De un Dios amante y clemente.

Entre otras de sus obras: Mi amor, Abisag, Eva de los aires, Preludio de primavera, Decíamos ayer, El Niágara, Elvira Tracy, A Bolívar, A José Eusebio Caro, Los Norteamericanos, El bambuco, De noche, El torbellino a misa, La casa del cura, La pareja humana. Algunos de sus poemas y cuentos fueron traducidos del inglés y sobresalen entre otros: Simón el bobito, Rin-Rin-Renacuajo, Doña Pánfaga, Pastorcita, La pobre viejecita, Fábulas (más de 200), Cuentos pintados y cuentos morales para niños.

La obra de Pombo representa la unión del romanticismo y el modernismo y se caracteriza por su musicalidad y su ritmo.

Aparte de cuentos tradujo autores clásicos como Horacio y modernos como Longfellow.

El 20 de agosto de 1905 se le coronó en el Teatro Colón de Bogotá como Poeta Nacional de Colombia. Rafael Pombo murió en Bogotá su ciudad natal, a los 71años de edad.

POEMAS Y SEGMENTOS:

SIEMPRE.

Bien puede su hojarasca y polvo y hielov Acumular los años sobre ti.
Mi corazón sacude el turbio velo,
Y siempre te hablo, Oh, Dávida del Cielo!,
Fresca y radiante en mi.

Porque a mi te envió Él, y yo he guardado
Tu mejor luz en ánfora inmortal;
Porque a cosa de Dios morir no es dado,
Y eres tú claro espíritu encarnado
En diáfano cristal.

No hay flor cuyo matiz no degenere Al pasajero sol que la esmaltó. Tan sólo propia luz firmeza espere. La perla de la mar se opaca y muere; La de los cielos, no.

Nuestra querida estrella leve gasa O negro temporal veló tal vez; Mas, qué a ella el furor que al golfo arrasa? Parece cada nubarrón que pasa Doblar su brillantez.

La copa del banquete postrimera
Deja el gusto encantado. En tu vergel
Mi hora sonó de juventud postrera,
Y el ángel me hallará, cuando yo muera
Saboreando tu miel.

La tarde de la vida, árida y fosca,
Pide un hogar con su genial calor.
Si el falta, huraño el corazón se embosca,
Y la memoria en torno a sí se enrosca
Cual serpiente en sopor.

Así vuelta la espalda a lo presente,
Que, sin el ser por quien vivir sentí,
Es novia vil, bullicio impertinente,
Torno a buscar mi sol, mi cara fuerte,
Mi cielo, urna de ti.

Voy para atrás, pisada por pisada,
Recogiendo el rumor de nuestros pies,
Repensando un silencio, una mirada,
Un toque, un gesto, tanto que fue nada
Y que hoy diamante es.

Oculta, como en mágica alcancía,
Guardé felicidad para los dos,
Y cuanto una vez fue lo es todavía,
Que el sol del alma no es el sol de un día.
Ni es del tiempo: es de Dios.

Cierta, como la dicha antes de su hora,
Es ésta, y tierra cual pasado bien
Que en escondida soledad se llora;
Sacra como deidad que la fe adora
Y ojos de éxtasis ven.

Hora, hora mismo, en alta noche oscura,
Mi aurora boreal, surges aquí.
Hay resplandor, hay brisa de hermosura;
Alzo a ver, y hallo tu mirada pura
Vertiendo tu alma en mí.

Y ya no media esa impaciencia ingrata,
Ese exceso de luz que impide ver
Y que al gustar el bien nos lo arrebata.
La sal de la amargura hoy aquilata
El néctar del placer...

Ah! Cuando osen a ti dardos y afrentas,
Cuando te odies tú misma en tu dolor,
Cuando apagada y lóbrega te sientas,
Abre mi corazón: allí te ostentas
En todo su esplendor.

Donde está él? Donde tu estés. Bien sabes
Que fue, por fiel a ti, conmigo infiel.
Ábrelo, que en tu voz están sus llaves;
Pero al mirarte en su cristal, no laves
Lo que escribiste en él!.

DOÑA PANFAGA O EL SANALOTODO (PARA TARTAJOSOS Y OTROS) (Segmento). Según díceres públicos doña Pánfaga hallábase hidrópica
O pudiera ser víctima de apoplético golpe fatal;
Su exorbitante estómago era el más alarmante espectáculo
Fenómeno volcánico su incesante jadear y bufar.

Sus fámulos y adláteres la apodaban Pantófaga Omnívora
Gastrónoma vorágine que tragaba más bien que comer
Y a veces suplicábanle (ya previendo inminente catástrofe)
"Señora doña Pánfaga, véase el buche, modérese usted"

Ella daba por réplica: "¿A qué vienen sermones y escándalos?
"Mi comida es el mínimum requisito en perfecta salud. "Siéntome salubérrima y no quiero volverme un espárrago,
"Un cínife ridículo, un sutil zancarrón de avestruz.

"¿Esta panza magnífica la encontráis por ventura estrambótica?
"¿Hay pájaros más ágiles? ¿Hay quien marche con tal majestad?
"Mi capacidad óptima no consiente un vulgar sustentáculo.
"Vuestras zumbas y prédicas son de envidia: "¡En buena hora rabiad!"

Y prosiguió impertérrita la garbosa madame Heliogábalo A ejércitos de víveres embistiendo con ímpetu audaz, Hasta que, levantándose de una crápula clásica, opípara,
Sintió cólico y vértigo, y " ¡el doctor! " exclamó la voraz.

Saltabancos Farándula, protomédico de ánsares y ánades,
Homeo-alópata-hidrópata-nosomántico cuatri-doctor,

Con cáfila de títulos que constaban en muchos periódicos,
Y autógrafos sin número declarando que él era el mejor;

Gran patólogo ecléctico, fabricante de ungüentos y bálsamos
Que al cántaro octogésimo reintegraban flamante salud, Tal fue, según la crónica, el llamado por posta o telégrafo
A ver a Pata Pánfaga y salvarla en aquel patatús.