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RICARDO PALMA
(1833-1919) |
Ricardo Palma el escritor peruano, se caracterizó por escribir sobre las
costumbres peruanas. Nació en Lima, Perú doce años después de la
declaración de la independencia de su país y en el seno de una familia
"mulata" humilde .La época de su nacimiento fue caracterizada en Perú
por una gran inestabilidad política. A los 15 años publicó sus primeras
poesías y poco después sus primeras obras de teatro.
Trabajó la mayor parte de su vida en el campo del periodismo y en la
política. En 1860 fue exiliado a Chile por tres años y allí maduró como
escritor. En 1864 viajó a Europa y recorrió Francia, Inglaterra e
Italia. Al regresar a su país se dedicó a escribir y a la política,
ocupando el cargo de representante y de senador. En 1872 inició su obra
maestra: "Tradiciones peruanas".
Se casó con Cristina Román y tuvo dos hijos. En 1878 fue nombrado
miembro de la Real Academia Española de la Lengua.
Entre sus obras: Recuerdos de España, Pasionarias, Armonías, Ropa
apolillada, Enrique Heine, Cachivaches, Poesías, Anales de la
Inquisición de Lima, Neologismos y americanismos, Papeletas
lexicográficas.
A Ricardo Palma la guerra chileno-peruana le causó grave daño y durante
ella perdió su casa y trabajos aún no editados. En 1883 se le nombró
director de la Biblioteca Nacional y comenzó una campaña a favor de
obtener donaciones de libros lo cual le valió el epíteto de "El
bibliotecario suplicante".
En sus últimos años su médico le prohibió escribir y lo colocó en
retiro. En 1911 su esposa murió causándole un dolor mayor y el escritor
murió en 1919 en su casa de Miraflores cerca a Lima a los 86 años.
Su estilo fue irónico y dedicado a los temas históricos y al
costumbrismo. En general el tema colonial predominó en su obra. Sus
traducciones contribuyen a fortalecer el sentido histórico del Perú y
esto lo logró con un dominio simultáneo superior, del lenguaje
castellano.
SEGMENTO:
"Mariquita Castellanos era todo lo que se llama una real moza, bocado de
arzobispo y golosina de oidor. Era como para cantarla esta copla
popular: Si yo me viera contigo
la llave a la puerta echada,
y el herrero se muriera,
y la llave se quebrara...
¿No la conocisteis, lector?
Yo tampoco; pero a un viejo, que alcanzó los buenos tiempos del virrey
Amat, se me pasaban las horas muertas oyéndole referir historias de la
Marujita, y él me contó la del refrán que sirve de título a este
artículo.
Mica Villegas era una actriz del teatro de Lima, quebradero de cabeza
del excelentísimo señor virrey de estos reinos del Perú S. M. Carlos III,
y a quien su esclarecido amante, que no podía sentar plaza de académico
por su corrección en eso de pronunciar la lengua de Castilla,
apostrofaba en los ratos de enojo, frecuentes entre los que bien se
quieren, llamándola Perricholi.
La Perricholi, de quien pluma mejor cortada que la de este humilde
servidor de ustedes ha escrito la biografía, era hembra de escasísima
belleza Parece que el señor virrey no fue hombre de paladar muy
delicado.
María Castellanos, como he tenido el gusto de decirlo, era la más linda
morenita limeña que ha calzado zapatitos de cuatro puntos y medio.
Como una y una son dos,
por las morenas me muero;
lo blanco, lo hizo un platero;
lo moreno, lo hizo Dios.
Tal rezaba una copla popular de aquel tiempo, y a fe que debió ser
Marujita la musa que inspiró al poeta.
Decíame, relamiéndose aquel súbdito de Amat que hasta el sol se quedaba
bizco y la luna boquiabierta cuando esa muchacha, puesta de veinticinco
alfileres, salía a dar un verde por los portales".
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