Marie-Henri Beyle usó el seudónimo de Stendhal para crear la mayor parte
de su obra y es uno de los escritores franceses más complejos y
creativos de su época.
Nació en Grenoble, Francia dentro de una familia distinguida de la
región, habiendo sido su padre un conocido abogado y miembro de la Corte
de Justicia en Grenoble.
El futuro autor perdió a su madre a los siete años y esto influyó
marcadamente en su vida. Stendhal al igual que Kafka se quejó de la
autoridad de su padre.
Mostró interés por la literatura y las matemáticas desde temprano,
abandonando su hogar a los 16 años para radicarse en París, terminando
por ingresar al ejército y siendo enviado a Italia, experiencia esta
última que determinó parte de su obra.
Su gusto inicial fue por el drama y la comedia pero no pudo llegar a
cultivarlos y en 1806 encontró trabajo en la administración francesa de
la región alemana de Brunswick y esto lo llevó a conocer de cerca a
Alemania, Austria y al régimen napoleónico. Vivió de cerca la campaña de
Napoleón en Rusia. Al caer el imperio francés, se radicó en Milán donde
vivió por siete años y se dedicó a la literatura y a las artes.
En 1821 regresó a París y vivió allí hasta 1830, haciéndose conocer
por la sociedad de su época y escribiendo durante esos años su obra más
famosa: "Rojo y negro" (historia del joven Julián Sorel, hijo de un
carpintero; la novela describe el orden social francés durante la época
de la "Segunda Restauración").
Al subir al poder en 1830 Luis Felipe, se le nombró como cónsul en
los Estados Papales y fue durante esa época que pudo descubrir en Roma,
historias del Renacimiento que inspiraron "La Cartuja de Parma", su
segunda obra más conocida (la obra se desarrolla durante la invasión
napoleónica de Italia y mezcla hechos históricos del Renacimiento).
Stendhal defendió un concepto modernista del romanticismo y se opuso a
quienes buscaban modelos literarios del pasado.
La creación de Stendhal encierra estudios sociales de su época muy
completos y una gran complejidad psicológica, los cuales lo colocan en
un puesto de primera categoría en la prosa francesa del siglo XIX. Fue
independiente en su estilo y sus principios y de hecho se autodefinió
como "Un liberal que desprecia a los liberales".
Entre sus obras: Vida de Haydn-Mozart y Métastase, Historia de la
pintura en Italia, Sobre el amor, Vida de Rossini, Armance, Rojo y
negro, Vida de Henri Brulard, Recuerdos de egotismo, Lucien Leuwen, La
cartuja de Parma (historia de un joven que se siente ajeno a la sociedad
y enfrenta sus reglas).
El autor sufrió del corazón en sus últimos años y durante su último
viaje a París a los 59 años de edad, sufrió un infarto cerebral y murió
en la capital francesa.
Fueron sus contemporáneos: Napoleón, Beethoven, Hegel, Lord Byron.
APARTES DE LA OBRA DE STENDHAL
Fue hacia final de 183. que el mayor-general Conde Von Landek regresó
a Könisberg, su ciudad natal, habiendo servido muchos años en los
cuerpos diplomáticos prusianos. En esta ocasión arribaba de París. Un
hombre de partes, había mostrado valor anteriormente en las batallas;
ahora se encontraba de manera no usual en estado de cólera, sospechando
que le faltaba la presencia de ánimo usualmente requerida para
desempeñar el papel de embajador (El señor de Talleyrand había
perjudicado la profesión), e imaginándose que podría dar señas de viveza
al hablar de manera incesante.
El general Von Landek tenía un segundo medio para distinguirse:
patriotismo. Por ejemplo, se tornaba carmesí de furia siempre que se le
recordaba Jena. (El rosado y el verde)
Cuando M. de Chateaubriand encuentra una buena idea y no se esfuerza
demasiado por expresarla en un lenguaje perfecto como el Madelon de
Moliere, él logra la perfección de estilo académico. En su día más
brillante, la Academia Francesa nunca oyó frases más elegantes y sin
significado que las siguientes. Está hablando de los Españoles: "El
Español tiene poco de aquello que uno llama "El espíritu", pero las
pasiones exaltadas lo mantienen cerca de la luz que viene de la fuerza y
de la abundancia de ideas.
Un español que pase el día sin hablar, que no haya visto nada, que no
se preocupe de ver nada, que no haya leído nada, estudiado nada,
comprado nada, encontrará en la grandeza de sus resoluciones los
recursos necesarios en el momento de la adversidad." Por la
magnificencia del estilo, el celebrado Buffon no tiene nada superior al
pasaje descrito. (artículo en revista-1826)
Apenas había Mr. Canning dejado París cuando arribó Sir Walter Scott,
como a propósito para mantener la atención de la alta sociedad fija en
Inglaterra. Sir Walter no siendo tan popular como Mr. Canning. Parecería
que el celebrado novelista se encuentre ahora trabajando en una vida de
Napoleón. Tanto ha sido escrito ya, sin embargo, sobre el cautivo de
Santa Helena, que el pueblo francés parece resuelto a no leer más sobre
este tema hasta que sea tratado con el genio de Machiavelli o de
Montesquieu. (Scott).
Gioacchino Rossini, uno de los grandes compositores de los tiempos
modernos, nació cerca al año 1791 en Pesaro, una aldeíta pintoresca de
los Estados Pontificales, sobre el Golfo de Venecia. El Gobierno papal
apenas hace demanda sobre sus ciudadanos, otra que el de que deben pagar
sus impuestos e ir a Misa; como consecuencia, pone menos obstáculos en
el camino de un desarrollo libre de la energía y de las pasiones que los
gobiernos de Francia e Inglaterra. (Rossini)
Tengo 60 años y he leído completamente cada sistema de filosofía.
Debo por lo tanto escribir treinta líneas más o menos, las cuales espero
serán leídas por los jóvenes quienes son la esperanza del país. Existen
en realidad solo dos ciencias que un hombre puede aprender. La primera
de estas es la ciencia de saber los motivos de las acciones humanas. Tan
pronto como usted sabe los verdaderos motivos del humano, podrá cultivar
en ellos otros motivos que los moverá a actuar de tal manera que sea
probable que los lleve a traerle la felicidad suya. La Segunda de las
dos ciencias útiles es la Lógica, o el arte de no perder nuestro camino
hacia la felicidad. (Un estudio de Kant)
El 15 de mayo de 1796 el general Bonaparte hizo su entrada en Milán a
la cabeza de la armada juvenil que terminaba de cruzar el puente de Lodi,
y le enseñó al mundo que luego del paso de los siglos, Cesar y Alejandro
habían encontrado un sucesor. Los milagros de valor y de genio de los
cuales había sido testigo Italia en el transcurso de pocos meses,
despertaron a un pueblo adormecido; ocho días antes de la llegada de los
franceses, los milaneses aún los tomaban por una horda de bandidos, cuya
costumbre era la de huir antes de que las tropas de su majestad real e
imperial arribaran. Tal fue, de todas maneras la información, repetida
tres veces a la semana en su pequeño periódico, no más grande que la
mano humana e impreso sobre papel sucio. (La cartuja de Parma)
Escribo la historia de Napoleón para responder a un libelo. Es una
empresa imprudente ya que este libelo es lanzado por el mayor talento
del siglo contra un hombre que, desde hace cuatro años, es blanco de las
venganzas de todos los poderes de la tierra. (Vida de Napoleón)
La pequeña aldea de Verrires puede pasar por una de las más hermosas
del condado francés. Sus casas blancas con sus techos puntiagudos de
tejas rojas, se extienden sobre la pendiente de una colina en la cual
los grupos de castaños vigorosos marcan las menores sinuosidades El
Doubs corre a algunos centenares de metros por debajo de sus
fortificaciones, construidas tal vez por los españoles y ahora
arruinadas. (El rojo y el negro)
PENSAMIENTOS DE STENDHAL
El espíritu y el genio pierden veinticinco por ciento de su valor al
entrar a Inglaterra. (El rojo y el negro).
La política mezclada con la imaginación es como un disparo en medio
de un concierto (El rojo y el negro)
Dios mío! Por qué soy yo, yo? ( El rojo y el negro)
El peor de los males en la cárcel pensó él, era el de no poder cerrar
su puerta (El rojo y el negro).
Las personas que uno honra son solamente bribones que han tenido la
fortuna de no ser sorprendidos en el acto. (El rojo y el negro).
Una novela es un espejo que se pasea por un amplio camino. A veces
refleja a nuestros ojos el azul de los cielos, a veces el fango del
camino (El rojo y el negro).
Amé y amo aún las matemáticas por ellas mismas porque no encierran
hipocresía ni vaguedad (La vida de Enrique Brulard.