Las fábulas de Esopo encierran una gran sabiduría y son leídas en el
mundo entero tanto por los niños como por los adultos. Se considera a
Esopo como el creador de la fábula.
Fue Esopo un fabulista griego semilegendario quien de acuerdo a
Heródoto nació en el Asia Menor, durante su vida viajó por Asia, Egipto
y Grecia y murió en Delfos. Al parecer fue esclavo de Iadmón de Samos
quien eventualmente le dio su libertad. Aristófanes lo supone hijo de
Atenas.
En realidad su nacimiento es disputado entre varias regiones, entre
ellas Frigia. Se le describe como deforme, jorobado, feo y tartamudo. En
algunos documentos se le describe como teniendo contactos con Solón y
Creso. Se cree que se inspiró para crear sus fábulas en historias muy
antiguas y pasadas de padres a hijos a lo largo de los siglos. Las
fábulas fueron recogidas por Máximus Planudes, monje del siglo XIV quien
escribiera igualmente su biografía.
Las fábulas de Esopo han sido consideradas siempre muy importantes y
Platón por ejemplo, relata que algunas de ellas fueron pasadas al verso
por Sócrates mientras esperaba su ejecución. Phaedrus en época de
Augusto las pasó al latín. Flavius avianus en el Siglo IV tradujo 42 de
ellas al verso latino elegíaco.
Esopo para su creación en general emplea una historia corta e
interesante ocurrida entre animales para llegar al final a una moraleja
o enseñanza moral.
Entre las fábulas más famosas de Esopo figuran: La zorra y las uvas,
La tortuga y la liebre, El lobo en vestido de oveja, El león y el ratón.
Su obra refleja de manera brillante las virtudes y los defectos del
carácter humano.
Se dice que Esopo le contó a los ciudadanos de Atenas la fábula de
"Las ranas pidiendo rey" y en agradecimiento Lisipo le hizo una estatua.
Entre las pinturas famosas en que figura Esopo están las creadas por
Rivera y Velásquez conservadas en el Museo del Prado.
De acuerdo con la información existente, hacia el final de su vida,
Esopo fue enviado por Creso rey de Libia a Delfos con presentes, pero el
modo de vida de los ciudadanos de esa región escandalizaron a Esopo por
la corrupción reinante, negándose a darlos; los ciudadanos de Delfos se
vengaron condenándolo a muerte y arrojándolo desde un precipicio.
El trabajo de Esopo sirvió de inspiración a escritores como La
Fontaine, Samaniego y Tomás de Iriarte.
EJEMPLOS DE LAS FÁBULAS DE ESOPO:
Una hormiga tenía sed y se dirigió al poso a beber pero cayó en él y
casi se ahoga. Por casualidad una paloma se encontraba descansando sobre
una rama que colgaba sobre el poso. Con su poderosa visión, vio el
peligro en que se encontraba la hormiga así que dejó caer una hoja que
flotó sobre el agua, cayendo cerca de la hormiga, la cual rápidamente se
subió a ella llegando sana y salva a la orilla. En ese momento un
pajarero llegó con su red y al ver la paloma empezó a abrir la red. La
hormiga entendió lo que iba a hacer el pajarero y notando que iba
descalzo, lo picó en el pie. El pajarero saltó con sorpresa en el aire y
perdió su red, pudiendo así escapar la paloma y salvar su vida.
MORALEJA: Un acto bueno merece otro. (La hormiga y la paloma)
Dos vecinos se presentaron ante Júpiter y le suplicaron el lograr sus
deseos. Uno de ellos estaba dominado por la avaricia y el otro comido
por la envidia. A fin de castigarlos, Júpiter les concedió el que cada
uno tuviera lo que deseaba, pero con la condición de que su vecino
tuviera el doble. El hombre avaro, pidió tener una pieza llena de oro y
la obtuvo de inmediato, pero su alegría se transformó en dolor cuando
supo que su vecino tenía dos piezas llenas del metal precioso. Le llegó
el turno al envidioso, quien no podía aceptar el que su vecino pudiera
tener ninguna alegría. Así que suplicó el perder uno de sus ojos, a fin
de lograr que su vecino quedase totalmente ciego.
MORALEJA: Los vicios causan su propio castigo. Avaricia y
Envidia)
Un pavo real una vez, colocó una petición ante la diosa Juno,
deseando el tener la voz de un ruiseñor además de sus otros atributos;
pero Juno rechazó su pedido. Cuando el pavo real insistió y le hizo
notar el que era su ave favorita, dijo la diosa: "Acepta tu suerte; uno
no puede ser el primero en todo". (El pavo real y Juno)
Una zorra logró mediante su astucia penetrar a un salón de teatro. De
pronto observó una cara mirándola de frente y se asustó; pero al mirar
con más atención descubrió que se trataba solamente de una máscara.
"Ah", dijo la zorra, "usted luce muy bien; es una lástima que no tenga
cerebro".
MORALEJA: La apariencia externa es una sustitución pobre del
mérito interno. (La zorra y la máscara)
Había una vez un lobo bebiendo en el riachuelo de una colina; cuando
levantó su mirada vio un cordero que empezaba a beber algo más abajo en
la colina. "He allí mi almuerzo!" pensó el lobo, "si logro encontrar
alguna excusa para tomarlo". Entonces gritó al cordero, "cómo te atreves
a ensuciar el agua de la cual bebo?". "No, Señor, no", dijo el cordero;
"si el agua está sucia allá arriba, yo no puedo ser la causa de ello,
porque el riachuelo baja de usted hacia mí". "Bien, entonces", dijo el
lobo, "por qué me llamaste con malos nombres hace un año?". "No puede
ser", dijo el cordero: "Yo tengo sólo seis meses de edad". "No me
importa" , respondió el lobo. "Si no fuiste tú fue tu padre"; y diciendo
esto, corrió hacia el pobre cordero y se lo comió. El cordero antes de
morir, alcanzó a decir: "Cualquier excusa le sirva al tirano". (El lobo
y el cordero)