El Libro de
Esdras
Ciro decreta reconstruir el templo
1 En el primer
año de Ciro, rey de Persia, y para que se cumpliese la palabra de
Jehovah por boca de Jeremías, Jehovah despertó el espíritu de Ciro, rey
de Persia, quien hizo pregonar por todo su reino, oralmente y por
escrito, diciendo:
2 Así ha dicho Ciro, rey de Persia: "Jehovah, Dios de los
cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha comisionado
para que le edifique un templo en Jerusalén, que está en Judá. 3
Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, que su Dios sea con
él, y suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa de Jehovah
Dios de Israel; él es el Dios que está en Jerusalén. 4 Y a
todo el que quede, en cualquier lugar donde habite, ayúdenle los hombres
de su lugar con plata, oro, bienes y ganado, con ofrendas voluntarias,
para la casa de Dios que está en Jerusalén."
Ciro devuelve los utensilios del templo
5 Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de
Judá y de Benjamín, los sacerdotes y los levitas, todos aquellos cuyo
espíritu Dios despertó para subir a edificar la casa de Jehovah que está
en Jerusalén. 6 Todos los que estaban en los alrededores les
ayudaron con objetos de plata y de oro, con bienes, ganado y objetos
preciosos, además de todas las ofrendas voluntarias. 7
También el rey Ciro sacó los utensilios que eran de la casa de Jehovah y
que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén y puesto en el templo de sus
dioses. 8 Ciro, rey de Persia, los sacó por medio del
tesorero Mitrídates, el cual se los dio contados a Sesbasar, dirigente
de Judá.
9 Esta es la lista de ellos: 30 tazones de oro,
1.000 tazones de plata, 29 cuchillos, 10 más 30 tazas de oro,
410 tazas idénticas de plata y otros 1.000 utensilios. 11
Todos los utensilios de oro y de plata eran 5.400. Sesbasar los llevó
todos cuando los del cautiverio regresaron de Babilonia a Jerusalén.
Los que volvieron con Zorobabel
2 Estos son los hombres de
la provincia que regresaron de la cautividad, a quienes Nabucodonosor,
rey de Babilonia, había llevado cautivos a Babilonia. Ellos volvieron a
Jerusalén y a Judá,cada uno a su ciudad; 2 vinieron con
Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar,
Bigvai, Rejum y Baaná.
Lista de los hombres del pueblo de Israel: 3 Los
hijos de Paros eran 2.172. 4 Los hijos de Sefatías, 372.
5 Los hijos de Araj, 775. 6 Los hijos de Pajat-moab,
por el lado de los hijos de Jesúa y Joab, 2.812. 7 Los hijos
de Elam, 1.254. 8 Los hijos de Zatu, 945. 9 Los
hijos de Zacai, 760. 10 Los hijos de Bani, 642. 11
Los hijos de Bebai, 623. 12 Los hijos de Azgad, 1.222.
13 Los hijos de Adonicam, 666. 14 Los hijos de Bigvai,
2.056. 15 Los hijos de Adín, 454. 16 Los hijos de
Ater, por el lado de Ezequías, 98. 17 Los hijos de Bezai,
323. 18 Los hijos de Jora, 112. 19 Los hijos de
Hasum, 223.
20 Los hijos de Gibar, 95. 21 Los hijos
de Belén, 123. 22 Los hombres de Netofa, 56. 23
Los hombres de Anatot, 128. 24 Los hijos de Azmávet, 42.
25 Los hijos de Quiriat-jearim, de Cafira y de Beerot, 743.
26 Los hijos de Ramá y de Geba, 621. 27 Los hombres de
Micmas, 122. 28 Los hombres de Betel y de Hai, 223. 29
Los hijos de Nebo, 52. 30 Los hijos de Magbis, 156.
31 Los hijos del otro Elam, 1.254. 32 Los hijos de
Harim, 320. 33 Los hijos de Lod, de Hadid y de Ono, 725.
34 Los hijos de Jericó, 345. 35 Los hijos de Senaa,
3.630.
36 Los sacerdotes: Los hijos de Jedaías, de la
casa de Jesúa, 973. 37 Los hijos de Imer, 1.052. 38
Los hijos de Pasjur, 1.247. 39 Los hijos de Harim,
1.017.
40 Los levitas: Los hijos de Jesúa y de Cadmiel,
por el lado de los hijos de Hodavías, 74. 41 Los cantores,
hijos de Asaf, 128. 42 Los hijos de los porteros: los hijos
de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los
hijos de Hatita y los hijos de Sobai, 139 en total.
43 Los servidores del templo: Los hijos de Zija,
los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot, 44 los hijos de
Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón, 45 los hijos
de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Acub, 46 los
hijos de Hagab, los hijos de Salmai, los hijos de Hanán, 47
los hijos de Gidel, los hijos de Gajar, los hijos de Reayías, 48
los hijos de Rezín, los hijos de Necoda, los hijos de Gazam,
49 los hijos de Uza, los hijos de Paséaj, los hijos de Besai,
50 los hijos de Asena, los hijos de Meunim, los hijos de los
Nefusim, 51 los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los
hijos de Harjur, 52 los hijos de Bazlut, los hijos de Mejida,
los hijos de Harsa, 53 los hijos de Barcos, los hijos de
Sísara, los hijos de Tema, 54 los hijos de Nezíaj, los hijos
de Hatifa.
55 Los hijos de los siervos de Salomón: Los hijos
de Sotai, los hijos de Soféret, los hijos de Peruda, 56 los
hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel, 57
los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poquéret-hazebaim
y los hijos de Ami.
58 Todos los servidores del templo y los hijos de
los siervos de Salomón eran 392.
59 Estos son los que regresaron de Tel-mélaj, de
Tel-jarsa, de Querub, de Adón y de Imer, los cuales no pudieron
demostrar su casa paterna ni su linaje, si eran de Israel: 60
Los hijos de Delaías, los hijos de Tobías y los hijos de Necoda, 652.
61 De los hijos de los sacerdotes: Los hijos de
Habaías, los hijos de Cos y los hijos de Barzilai, quien había tomado
por mujer a una de las hijas de Barzilai el galadita, y fue llamado
según el nombre de ellas. 62 Estos buscaron sus documentos
genealógicos, pero no los hallaron; y fueron excluidos del sacerdocio.
63 El gobernador les dijo que no comiesen de las cosas más
sagradas hasta que hubiese sacerdote para usar el Urim y Tumim.
64 Toda la congregación en conjunto era de 42.360,
65 sin contar sus siervos y sus siervas, que eran 7.337.
Ellos tenían 200 cantores, hombres y mujeres. 66 Sus caballos
eran 736, sus mulos 245, 67 sus camellos 435 y sus asnos
6.720.
Ofrenda para la obra
68 Algunos de los jefes de las casas paternas, cuando
llegaron a la casa de Jehovah que estaba en Jerusalén, hicieron ofrendas
voluntarias para la casa de Dios, para levantarla en su mismo sitio.
69 Según sus recursos dieron para el fondo de la obra 61.000
dracmas de oro, 5.000 minas de plata y 100 túnicas sacerdotales.
70 Los sacerdotes, los levitas, algunos del
pueblo, los cantores, los porteros y los servidores del templo habitaron
en sus ciudades; y todo Israel en sus ciudades.
Restauración del altar y del culto
3 Cuando llegó el mes
séptimo, y los hijos de Israel ya estaban en las ciudades, el pueblo se
reunió como un solo hombre en Jerusalén. 2 Entonces se
levantó Jesúa hijo de Josadac, con sus hermanos los sacerdotes y con
Zorobabel hijo de Salatiel y sus hermanos, y edificaron el altar del
Dios de Israel, a fin de ofrecer sobre él holocaustos, como está escrito
en la ley de Moisés, hombre de Dios.
3 Construyeron el altar sobre su base, aunque
tenían miedo de los pueblos de estas tierras. Sobre él ofrecieron
holocaustos a Jehovah, los holocaustos tanto de la mañana como de la
tarde. 4 Después celebraron la fiesta de los Tabernáculos,
como está escrito. Asimismo, ofrecieron diariamente el número de
holocaustos de acuerdo a lo establecido, cada cosa en su día. 5
Y después de esto ofrecieron el holocausto continuo, los
sacrificios de las lunas nuevas, los de todas las fiestas consagradas a
Jehovah, y los de todo aquel que hiciera una ofrenda voluntaria a
Jehovah.
6 Desde el primer día del mes séptimo comenzaron a
ofrecer holocaustos a Jehovah, aunque aún no se habían colocado los
cimientos del templo de Jehovah. 7 Entonces dieron dinero a
los canteros y a los carpinteros, así como alimentos, bebida y aceite a
los de Sidón y de Tiro, para que trajesen madera de cedro desde el
Líbano por mar a Jope, conforme a la autorización que les había dado
Ciro, rey de Persia.
Comienzo de la obra del templo
8 En el mes segundo del segundo año de su llegada a la casa
de Dios en Jerusalén, comenzaron a edificar Zorobabel hijo de Salatiel y
Jesúa hijo de Josadac, con el resto de sus hermanos los sacerdotes y con
los levitas y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén.
Y pusieron al frente de la obra de la casa de Jehovah a los levitas de
20 años para arriba. 9 También Jesúa y sus hijos y sus
hermanos, y Cadmiel y sus hijos, los hijos de Hodavías, se pusieron a
supervisar, como un solo hombre, a los que hacían la obra de la casa de
Dios. Igualmente los hijos de Henadad y los hijos de éstos, y sus
hermanos los levitas.
10 Mientras los constructores del templo de
Jehovah colocaban los cimientos, se pusieron de pie los sacerdotes, con
sus vestiduras y con trompetas, y los levitas hijos de Asaf portando
címbalos, para alabar a Jehovah según las instrucciones de David, rey de
Israel. 11 Cantaban alabando y dando gracias a Jehovah. Y
decían: "¡Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia
sobre Israel!"
Todo el pueblo gritaba con gran júbilo, alabando a Jehovah,
porque eran colocados los cimientos de la casa de Jehovah. 12
Pero muchos de los sacerdotes, de los levitas, de los jefes de casas
paternas y de los ancianos que habían visto el primer templo lloraban en
alta voz cuando ante sus ojos eran puestos los cimientos de este templo,
mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría. 13 Y
por causa del griterío, el pueblo no podía distinguir la voz de los
gritos de alegría de la voz del llanto del pueblo; pues el pueblo
gritaba con gran júbilo, y el bullicio se oía desde lejos.
Los samaritanos obstruyen la obra
4 Cuando los enemigos de
Judá y de Benjamín oyeron que los que habían venido de la cautividad
edificaban un templo a Jehovah Dios de Israel, 2 se acercaron
a Zorobabel y a los jefes de las casas paternas, y les dijeron:
-Permitidnos edificar con vosotros; porque como vosotros,
buscamos a vuestro Dios, y a él hemos ofrecido sacrificios desde los
días de Esarjadón, rey de Asiria, que nos trajo aquí.
3 Pero Zorobabel, Jesúa y los demás jefes de las
casas paternas de Israel les dijeron:
-No nos conviene edificar con vosotros una casa a nuestro
Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehovah Dios de Israel,
como nos lo mandó el rey Ciro, rey de Persia.
4 Entonces el pueblo de la tierra desmoralizaba al
pueblo de Judá y lo amedrentaba, para que no edificara. 5
Contrataron consejeros contra ellos para frustrar su propósito durante
todo el tiempo de Ciro rey de Persia, y hasta el reinado de Darío rey de
Persia. 6 Y en el reinado de Asuero, al comienzo de su
reinado, escribieron una acusación contra los habitantes de Judá y de
Jerusalén.
Artajerjes paraliza la obra
7 En los días de Artajerjes escribieron Bislam, Mitrídates,
Tabeel y sus demás compañeros a Artajerjes, rey de Persia. El documento
estaba escrito en escritura aramea, y traducido al arameo. 8
El comandante Rejum y el escriba Simsai escribieron una carta contra
Jerusalén al rey Artajerjes, de esta manera. 9 Entonces
escribieron el comandante Rejum, el escriba Simsai y sus demás
compañeros: los jueces, los oficiales, los funcionarios persas, los de
Erec, de Babilonia, de Susa (esto es, los elamitas), 10 y del
resto de las naciones que el grande y glorioso Asnapar llevó cautivos y
los hizo habitar en la ciudad de Samaria y en otras de la región de Más
Allá del Río. 11 Esta es la copia de la carta que le
enviaron:
Al rey Artajerjes, de tus siervos, la gente de Más Allá del Río.
Ahora, 12 sepa el rey que los judíos que han
venido de ti a nosotros, han llegado a Jerusalén y están reedificando la
ciudad rebelde y perversa. Están restaurando los muros y reparando los
cimientos.
13 Sepa ahora el rey que si esa ciudad es
reedificada y los muros son restaurados, ellos no pagarán tributos ni
impuestos ni rentas, y el tesoro real será perjudicado. 14 Y
puesto que somos mantenidos por el palacio, no nos parece correcto ver
la deshonra del rey. Por eso hemos enviado para hacerlo saber al rey,
15 a fin de que se investigue en el libro de las memorias de
tus padres. Hallarás en el libro de las memorias y sabrás que esa ciudad
es una ciudad rebelde y perjudicial a los reyes y a las provincias, y
que desde tiempos antiguos han surgido en ella sediciones; por lo que
esa ciudad fue destruida. 16 Nosotros hacemos saber al rey
que si esa ciudad es reedificada y los muros son restaurados, entonces
la región de Más Allá del Río no será tuya.
17 El rey envió esta respuesta:
Al comandante Rejum, al escriba Simsai y a sus demás compañeros que
habitan en Samaria y en el resto de los lugares de Más Allá del Río:
Paz.
Ahora, 18 el documento que nos enviasteis fue
leído claramente en mi presencia. 19 También he dado órdenes,
y se ha investigado y encontrado que esa ciudad desde tiempos antiguos
se levanta contra los reyes, que en ella se fomenta la rebelión y la
sedición, 20 que en Jerusalén hubo reyes fuertes que
dominaban toda la región de Más Allá del Río y que se les pagaban
tributos, impuestos y rentas. 21 Ahora pues, dad órdenes para
que cesen esos hombres y que no sea reedificada esa ciudad, hasta que yo
lo ordene.
22 Tened cuidado de no actuar con negligencia al
respecto. ¿Por qué se ha de incrementar el daño en perjuicio de los
reyes?
23 Cuando la copia del documento del rey Artajerjes fue leída
delante de Rejum, del escriba Simsai y de sus compañeros, fueron
apresuradamente a Jerusalén, a los judíos, y con poder y fuerza les
hicieron cesar. 24 Entonces cesó la obra de la casa de Dios
que estaba en Jerusalén. Y cesó hasta el segundo año del reinado de
Darío, rey de Persia.
Se reanuda la obra del templo
5 Los profetas Hageo y
Zacarías hijo de Ido profetizaron a los judíos que estaban en Judá y en
Jerusalén, en el nombre del Dios de Israel, que estaba sobre ellos.
2 Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo
de Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios en Jerusalén, y
con ellos estaban los profetas de Dios que les apoyaban.
3 En aquel tiempo vinieron a ellos Tatnai,
gobernador de Más Allá del Río, y Setar-boznai, con sus compañeros, y
les dijeron así: "¿Quién os ha dado orden para reedificar este templo y
para restaurar estos muros?" 4 También les preguntaron:
"¿Cuáles son los nombres de los hombres que construyen este edificio?"
5 Pero el ojo de su Dios velaba sobre los ancianos
de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el informe llegara ante
Darío, y respondieran con un documento al respecto.
Tatnai consulta a Darío sobre la obra
6 Copia de la carta al rey Darío que enviaron Tatnai,
gobernador de Más Allá del Río, Setar-boznai y sus compañeros, los
oficiales de Más Allá del Río. 7 Le enviaron un informe que
estaba escrito de esta manera:
Al rey Darío: ¡Toda paz!
8 Sepa el rey que fuimos a la provincia de Judá, a
la casa del gran Dios, que está siendo edificada con bloques de piedra.
Las vigas están siendo puestas sobre las paredes; la obra se hace con
diligencia y prospera en sus manos. 9 Entonces preguntamos a
los ancianos diciéndoles de esta manera: "¿Quién os ha dado orden para
reedificar este templo y para restaurar estos muros?" 10
También les preguntamos sus nombres para hacértelo saber, para
escribirte los nombres de los que están al frente de ellos.
11 Nos dieron respuesta diciendo: "Nosotros somos
siervos del Dios de los cielos y de la tierra, y reedificamos el templo
que había sido construido hace muchos años, el cual fue construido y
terminado por un gran rey de Israel. 12 Pero por cuanto
nuestros padres provocaron a ira al Dios de los cielos, él los entregó
en mano de Nabucodonosor el caldeo, rey de Babilonia, quien destruyó
este templo y llevó cautivo al pueblo a Babilonia. 13 No
obstante, en el primer año de Ciro, rey de Babilonia, el rey Ciro dio
una orden para que esta casa de Dios fuese reedificada. 14
También los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, que
Nabucodonosor había sacado del templo que estaba en Jerusalén y los
había llevado al templo de Babilonia, el rey Ciro los sacó del templo de
Babilonia, y fueron entregados a un hombre llamado Sesbasar, a quien
había puesto como gobernador. 15 El le dijo: ’Toma estos
utensilios, vé y deposítalos en el templo que está en Jerusalén, y que
la casa de Dios sea reedificada en su lugar.’ 16 Entonces
aquel Sesbasar vino a Jerusalén y reparó los cimientos de la casa de
Dios. Desde entonces hasta ahora se está edificando, pero aún no se ha
terminado."
17 Ahora pues, si al rey le parece bien,
investíguese en la casa de los archivos del rey que está allí en
Babilonia, si es verdad que el rey Ciro dio el decreto para reedificar
esta casa de Dios en Jerusalén, y mándenos a decir la decisión del rey
al respecto.
Darío confirma el decreto de Ciro
6 Entonces el rey Darío dio
una orden, y buscaron en la casa de los archivos donde se depositaban
los tesoros, allí en Babilonia. 2 Y en Acmeta, en la
fortaleza que está en la provincia de Media, fue hallado un rollo en el
cual estaba escrito esto:
Memoria: 3 En el primer año del rey Ciro, el rey Ciro dio un
decreto acerca de la casa de Dios que está en Jerusalén: "Que la casa
sea edificada como un lugar en el cual se ofrezcan sacrificios, y que
sean colocados sus cimientos. Será de 60 codos de alto y de 60 codos de
ancho. 4 Tendrá tres hileras de bloques de piedra y una
hilera de vigas nuevas, y el gasto será pagado por la casa del rey.
5 También los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, que
Nabucodonosor había sacado del templo que estaba en Jerusalén y los
había llevado a Babilonia, serán devueltos e irán a su lugar, en el
templo que está en Jerusalén, y serán depositados en la casa de Dios."
6 Ahora pues, Tatnai, gobernador de Más Allá del
Río, Setar-boznai y vuestros compañeros, los oficiales que estáis en la
región de Más Allá del Río, apartaos de allí. 7 Dejad la obra
de esta casa de Dios a cargo del gobernador de los judíos y de los
ancianos de los judíos, para que reedifiquen esta casa de Dios en su
lugar. 8 Por mí es dada la orden de lo que habéis de hacer
con esos ancianos de los judíos, para construir esta casa de Dios: Los
gastos de aquellos hombres sean puntualmente pagados de los recursos del
rey, de los tributos de Más Allá del Río, para que no cese la obra.
9 Se les dará cada día, sin falta, lo que sea necesario: novillos,
carneros y corderos para los holocaustos al Dios de los cielos, trigo,
sal, vino y aceite, conforme a lo que digan los sacerdotes que están en
Jerusalén, 10 para que ofrezcan sacrificios de grato olor al
Dios de los cielos y oren por la vida del rey y de sus hijos.
11 También he dado órdenes que a cualquiera que
altere este decreto le sea arrancada una viga de su casa, y él sea
clavado, empalado en ella, y que por ello su casa sea convertida en un
montón de escombros. 12 Que el Dios que hizo habitar allí su
nombre derribe a todo rey o pueblo que extienda su mano para alterarlo o
destruir esa casa de Dios que está en Jerusalén. Yo, Darío, doy este
decreto. Sea llevado a cabo con diligencia.
Conclusión y dedicación del templo
13 Entonces Tatnai, gobernador de Más Allá del Río, Setar-boznai
y sus compañeros actuaron con diligencia, conforme había mandado el rey
Darío. 14 Los ancianos de los judíos continuaron edificando y
progresando de acuerdo con la profecía del profeta Hageo y la de
Zacarías hijo de Ido.
Así edificaron y terminaron por mandato del Dios de Israel y
por mandato de Ciro, de Darío y de Artajerjes, reyes de Persia. 15
Y este templo fue terminado el tercer día del mes de Adar del
sexto año del reinado del rey Darío.
16 Los hijos de Israel, los sacerdotes, los
levitas y los demás que habían vuelto del cautiverio celebraron con
regocijo la dedicación de esta casa de Dios. 17 Para la
dedicación de esta casa de Dios ofrecieron 100 toros, 200 carneros, 400
corderos; y como sacrificios por el pecado de todo Israel, 12 machos
cabríos, conforme al número de las tribus de Israel.
18 Luego establecieron a los sacerdotes en sus
funciones, y a los levitas en sus divisiones, para el servicio del Dios
que está en Jerusalén, conforme a lo escrito en el libro de Moisés.
Celebración de la Pascua
19 Los que habían regresado del cautiverio celebraron la
Pascua el 14 del mes primero. 20 Puesto que los sacerdotes y
los levitas se habían purificado a una, todos estaban purificados.
Entonces sacrificaron la víctima de la Pascua por todos los que habían
regresado del cautiverio, por sus hermanos los sacerdotes y por sí
mismos.
21 Los hijos de Israel que habían vuelto del
cautiverio y todos los que se habían adherido a ellos, apartándose de la
inmundicia de las naciones de la tierra, para buscar a Jehovah Dios de
Israel, comieron 22 y celebraron con regocijo durante siete
días la fiesta de los Panes sin Levadura, porque Jehovah les había dado
alegría y había predispuesto hacia ellos el corazón del rey de Asiria,
para fortalecer sus manos en la obra de la casa de Dios, el Dios de
Israel.
Esdras sube a Jerusalén
7 Pasadas estas cosas, en
el reinado de Artajerjes, rey de Persia, Esdras -hijo de Seraías, hijo
de Azarías, hijo de Hilquías, 2 hijo de Salum, hijo de Sadoc,
hijo de Ajitob, 3 hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de
Merayot, 4 hijo de Zeraías, hijo de Uzi, hijo de Buqui,
5 hijo de Abisúa, hijo de Fineas, hijo de Eleazar, hijo de Aarón,
el primer sacerdote-, 6 este Esdras, quien era escriba
versado en la ley de Moisés, que Jehovah Dios había dado, subió de
Babilonia. El rey le concedió todo lo que pidió, pues la mano de Jehovah
su Dios estaba con él. 7 En el séptimo año del rey Artajerjes,
también subieron a Jerusalén algunos de los hijos de Israel y algunos de
los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y servidores del templo.
8 Llegó a Jerusalén en el mes quinto del séptimo
año del rey. 9 El primer día del mes primero había iniciado
el viaje de retorno de Babilonia, y el primer día del mes quinto llegó a
Jerusalén, pues la bondadosa mano de su Dios estaba con él. 10
Porque Esdras había preparado su corazón para escudriñar la ley de
Jehovah y para cumplirla, a fin de enseñar a Israel los estatutos y los
decretos.
Las credenciales de Esdras
11 Esta es la copia del documento que el rey Artajerjes dio
al sacerdote y escriba Esdras, escriba versado en los asuntos de los
mandamientos de Jehovah y en sus estatutos para Israel:
12 Artajerjes, rey de reyes, al sacerdote Esdras, escriba de
la ley del Dios de los cielos: Completa paz.
Ahora, 13 he dado órdenes que cualquiera que en mi
reino pertenezca al pueblo de Israel, a sus sacerdotes y a sus levitas,
y que quiera ir contigo a Jerusalén, que vaya. 14 Porque eres
enviado de parte del rey y de sus siete consejeros para inspeccionar
Judá y Jerusalén, conforme a la ley de tu Dios, que está en tus manos,
15 y para llevar la plata y el oro que el rey y sus
consejeros presentan como ofrenda voluntaria al Dios de Israel, cuya
morada está en Jerusalén. 16 Y asimismo, llevarás toda la
plata y el oro que consigas en toda la provincia de Babilonia, con las
ofrendas voluntarias del pueblo y de los sacerdotes que voluntariamente
ofrezcan para la casa de su Dios que está en Jerusalén.
17 Por consiguiente, con este dinero comprarás con
diligencia toros, carneros, corderos, con sus ofrendas vegetales y sus
libaciones, y los ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios
que está en Jerusalén. 18 Con el resto de la plata y del oro,
haced lo que tú y tus hermanos creáis conveniente hacer, conforme a la
voluntad de vuestro Dios. 19 También los utensilios que te
son entregados para el servicio de la casa de tu Dios, los restituirás
ante Dios en Jerusalén. 20 Y lo demás que se requiera para la
casa de tu Dios, y que te corresponda dar, dalo de la casa de los
tesoros del rey.
21 Yo, el rey Artajerjes, he dado órdenes a todos
los tesoreros que están en la región de Más Allá del Río que todo lo que
os pida el sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios de los cielos,
se le conceda de inmediato: 22 hasta 100 talentos de plata,
100 coros de trigo, 100 batos de vino, 100 batos de aceite, y sal sin
medida.
23 Todo lo que ha sido ordenado por el Dios de los
cielos sea hecho diligentemente para la casa del Dios de los cielos;
pues, ¿por qué habría de ser su ira contra el reino del rey y de sus
hijos? 24 Además, os hacemos saber que nadie está autorizado
a imponerles tributo, ni impuesto ni renta a ninguno de los sacerdotes,
levitas, cantores, porteros o servidores del templo, ni a otros siervos
de esta casa de Dios.
25 Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría que
tienes de parte de tu Dios, designa magistrados y jueces que administren
justicia a todo el pueblo que está en la región de Más Allá del Río, a
todos los que conocen las leyes de tu Dios. Y a los que no las conocen,
se las enseñaréis. 26 Cualquiera que no cumpla la ley de tu
Dios y la ley del rey sea diligentemente sentenciado a muerte, o a
destierro, o a confiscación de propiedades, o a prisión.
27 ¡Bendito sea Jehovah Dios de nuestros padres, que puso tal
cosa en el corazón del rey, para honrar la casa de Jehovah que está en
Jerusalén! 28 Pues él inclinó hacia mí su favor delante del
rey, de sus consejeros y de todos los poderosos gobernadores del rey.
Así me fortalecí, pues la mano de Jehovah mi Dios estaba conmigo, y
reuní a los principales de Israel para que partieran conmigo.
Dirigentes que vinieron con Esdras
8 Estos son los jefes de
las casas paternas y el registro de aquellos que vinieron conmigo de
Babilonia, cuando reinaba el rey Artajerjes: 2 De los hijos
de Fineas, Gersón; de los hijos de Itamar, Daniel; de los hijos de
David, Hatús 3 de los hijos de Secanías; de los hijos de
Paros, Zacarías, y con él fueron inscritos 150 hombres. 4 De
los hijos de Pajat-moab, Elioenai hijo de Zeraías, y con él, 200
hombres. 5 De los hijos de Zatu, Secanías hijo de Jahaziel, y
con él, 300 hombres. 6 De los hijos de Adín, Ebed hijo de
Jonatán, y con él, 50 hombres. 7 De los hijos de Elam,
Jesaías hijo de Atalías, y con él, 70 hombres. 8 De los hijos
de Sefatías, Zebadías hijo de Micael, y con él, 80 hombres. 9
De los hijos de Joab, Obadías hijo de Yejiel, y con él, 218 hombres.
10 De los hijos de Bani, Selomit hijo de Josifías, y con él,
160 hombres. 11 De los hijos de Bebai, Zacarías hijo de Bebai,
y con él, 28 hombres. 12 De los hijos de Azgad, Johanán hijo
de Hacatán, y con él, 110 hombres. 13 De los hijos de
Adonicam, los últimos, éstos cuyos nombres son: Elifelet, Jeiel y
Semaías, y con ellos, 60 hombres. 14 De los hijos de Bigvai,
Utai y Zabud, y con ellos, 70 hombres.
Preparativos para el viaje a Jerusalén
15 Los reuní junto al río que pasa por Ahava, y acampamos
allí tres días. Busqué entre el pueblo y entre los sacerdotes, pero no
hallé allí a ninguno de los hijos de Leví. 16 Entonces mandé
buscar a Eliezer, a Ariel, a Semaías, a Elnatán, a Jarib, a Elnatán, a
Natán, a Zacarías y a Mesulam, hombres principales, junto con Joyarib y
Elnatán, que eran maestros. 17 Los envié a Ido, jefe en la
localidad de Casifia, y puse en sus bocas las palabras que habían de
hablar a Ido y a sus hermanos, los servidores del templo que estaban en
la localidad de Casifia, para que nos trajesen ayudantes para la casa de
nuestro Dios.
18 Puesto que la bondadosa mano de nuestro Dios
estaba con nosotros, ellos nos trajeron un hombre entendido de los
descendientes de Majli hijo de Leví, hijo de Israel, es decir, a
Serebías, que con sus hijos y sus hermanos eran 18 personas. 19
También a Hasabías y con él a Jesaías, de los hijos de Merari, que
con sus hermanos y sus hijos eran 20 personas. 20 De los
servidores del templo, a quienes David y los magistrados habían puesto
para el servicio de los levitas, consiguieron 220 servidores del templo,
todos los cuales fueron inscritos por nombre.
21 Entonces proclamé un ayuno allí junto al río
Ahava a fin de humillarnos en la presencia de nuestro Dios y pedirle un
buen viaje para nosotros, para nuestros niños y para todas nuestras
posesiones. 22 Pues tuve vergüenza de pedir al rey una tropa
de soldados y jinetes que nos defendiesen del enemigo en el camino,
porque habíamos hablado al rey diciendo: "La mano de nuestro Dios es
para bien sobre todos los que le buscan, pero su poder y su furor están
sobre todos los que le abandonan."
23 Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios acerca
de esto; y él nos fue propicio. 24 Luego aparté a doce de los
principales sacerdotes: Serebías, Hasabías y diez de sus hermanos con
ellos. 25 Les pesé la plata, el oro y los utensilios, la
ofrenda que para la casa de nuestro Dios habían ofrecido el rey, sus
consejeros, sus magistrados y todos los que se encontraban de Israel.
26 Entregué en sus manos 650 talentos de plata, 100 talentos
de plata en utensilios y 100 talentos de oro. 27 Además,
había veinte tazones de oro, de 1.000 dracmas, y dos vasos de bronce
bruñido muy bueno, apreciados como de oro.
28 Entonces les dije: "Vosotros estáis consagrados
a Jehovah, y los utensilios son sagrados. La plata y el oro son una
ofrenda voluntaria para Jehovah, Dios de vuestros padres. 29
Velad y guardadlos hasta que los peséis en Jerusalén, en las cámaras de
la casa de Jehovah, delante de los principales de los sacerdotes, de los
levitas y de los jefes de las casas paternas de Israel."
30 Así, pues, los sacerdotes y los levitas
recibieron la plata, el oro y los utensilios que habían sido pesados,
para llevarlos a Jerusalén, a la casa de nuestro Dios. 31 Y
el 12 del mes primero partimos del río Ahava, para ir a Jerusalén. Y la
mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libró de mano del
enemigo y de los asaltantes en el camino.
Los primeros días en Jerusalén
32 Llegamos a Jerusalén y descansamos allí tres días. 33
Al cuarto día fueron pesados, en la casa de nuestro Dios, la
plata, el oro y los utensilios, y entregados a Meremot hijo del
sacerdote Urías. Con él estaba Eleazar hijo de Fineas, y con ellos los
levitas Josabad hijo de Jesúa y Noadías hijo de Binúi. 34 En
aquella ocasión todo fue contado y pesado, y se registró el peso total.
35 Al llegar del cautiverio, los que habían estado
cautivos ofrecieron holocaustos al Dios de Israel: 12 toros por todo
Israel, 96 carneros, 77 corderos, 12 machos cabríos para sacrificio por
el pecado; todo ello como holocausto a Jehovah.
36 Luego entregaron los decretos del rey a los
sátrapas del rey y a los gobernadores de Más Allá del Río, los cuales
prestaron apoyo al pueblo y a la casa de Dios.
Problema de los matrimonios mixtos
9 Acabadas estas cosas, se
acercaron a mí los magistrados y dijeron: "El pueblo de Israel, los
sacerdotes y los levitas no se han separado de los pueblos de las
tierras en cuanto a las abominaciones de los cananeos, los heteos, los
ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los moabitas, los egipcios y los
amorreos. 2 Porque de las hijas de éstos han tomado mujeres
para sí y para sus hijos, y han mezclado la simiente santa con la de los
pueblos de la tierra. Y los magistrados y los oficiales han sido los
primeros en incurrir en esta infidelidad."
3 Al oír esto, rasgué mi vestidura y mi manto, me
arranqué los pelos de mi cabeza y de mi barba, y me senté consternado.
4 Luego se reunieron junto a mí todos los que temían la
palabra del Dios de Israel, a causa de la infidelidad de los del
cautiverio; pero yo quedé sentado y consternado hasta el sacrificio de
la tarde. 5 A la hora del sacrificio de la tarde me levanté
de mi aflicción, y con mi vestidura y mi manto rasgados me postré de
rodillas, extendí mis manos a Jehovah mi Dios, 6 y dije:
"Dios mío, estoy avergonzado y afrentado como para levantar mi cara a
ti, oh Dios mío; porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre
nuestras cabezas, y nuestra culpa ha crecido hasta los cielos. 7
Desde los días de nuestros padres hasta el día de hoy hemos tenido
gran culpabilidad, y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes y
nuestros sacerdotes hemos sido entregados en mano de los reyes de otras
tierras, a la espada, al cautiverio, al saqueo y a una vergüenza total,
como en este día. 8 Y ahora, por un breve momento, se ha
mostrado la misericordia de Jehovah nuestro Dios al dejarnos
sobrevivientes libres y al darnos un punto de apoyo en su lugar santo,
para que nuestro Dios alumbre nuestros ojos, y nos revitalice un poco en
medio de nuestra servidumbre. 9 Porque hemos sido siervos,
pero nuestro Dios no nos desamparó en nuestra servidumbre, sino que
inclinó sobre nosotros su misericordia ante los reyes de Persia,
revitalizándonos para levantar la casa de nuestro Dios y restaurar sus
ruinas, y dándonos protección en Judá y en Jerusalén.
10 "Pero ahora, oh Dios nuestro, ¿qué diremos
después de esto? Porque hemos abandonado tus mandamientos 11
que mandaste por medio de tus siervos los profetas, diciendo: ’La tierra
a la cual vais para tomarla en posesión es una tierra inmunda a causa de
la inmundicia de los pueblos de aquellas tierras, que por sus
abominaciones la han llenado de su inmundicia de un extremo a otro.
12 Ahora pues, no daréis vuestras hijas a sus hijos, ni tomaréis
sus hijas para vuestros hijos. No procuraréis jamás la paz ni el
bienestar de ellos, para que seáis fortalecidos y comáis del bien de la
tierra, a fin de que la dejéis como heredad a vuestros hijos para
siempre.’
13 "Pero después de todo lo que nos ha sobrevenido
por nuestras malas obras y por nuestra gran culpa, a pesar de que tú, oh
Dios nuestro, nos has castigado menos de lo que merecía nuestra
iniquidad y nos has dado un grupo de sobrevivientes como éste, 14
¿hemos de volver a traspasar tus mandamientos y a emparentar con
los pueblos que cometen estas abominaciones? ¿No te indignarás contra
nosotros hasta consumirnos, de modo que no quede un remanente ni
sobrevivientes? 15 Oh Jehovah Dios de Israel, tú eres justo,
pues hemos quedado sobrevivientes como en este día. Henos aquí delante
de ti, a pesar de nuestra culpa; porque nadie puede permanecer en tu
presencia, a causa de esto."
Medidas contra los matrimonios mixtos
10 Mientras Esdras oraba y
hacía confesión llorando y postrándose ante la casa de Dios, se juntó a
él una multitud muy grande de Israel: hombres, mujeres y niños; y el
pueblo lloraba amargamente. 2 Entonces intervino Secanías
hijo de Yejiel, de los descendientes de Elam, y dijo a Esdras:
-Nosotros hemos actuado con infidelidad contra nuestro Dios,
pues hemos tomado mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra. Pero
a pesar de esto, aún hay esperanza para Israel. 3 Ahora pues,
hagamos un pacto con nuestro Dios: Despediremos a todas las mujeres y a
los hijos nacidos de ellas, según el consejo de mi señor y de los que
temen el mandamiento de nuestro Dios. Hágase conforme a la ley. 4
Levántate, porque es tu responsabilidad. Nosotros estamos contigo;
esfuérzate y actúa.
5 Esdras se levantó e hizo jurar a los principales
sacerdotes, a los levitas y a todo Israel, que harían conforme a este
consejo. Y ellos lo juraron. 6 Luego Esdras se retiró de
delante de la casa de Dios y entró en la cámara de Johanán hijo de
Eliasib. Allí fue, pero no comió pan ni bebió agua, porque hizo duelo
por esta gran infidelidad de los del cautiverio.
7 Entonces hicieron pregonar en Judá y en
Jerusalén, a todos los que habían vuelto del cautiverio, para que se
reuniesen en Jerusalén, 8 y que al que no viniese dentro de
tres días, conforme al acuerdo de los magistrados y de los ancianos, se
le confiscarían todos sus bienes, y sería separado de la asamblea de los
que habían vuelto del cautiverio. 9 Así que todos los hombres
de Judá y de Benjamín se reunieron en Jerusalén en el plazo de tres
días, el 20 del mes noveno. Y todo el pueblo se sentó en el área abierta
de la casa de Dios, temblando por motivo de aquel asunto y a causa de la
lluvia. 10 Entonces se levantó el sacerdote Esdras y les
dijo:
-Vosotros habéis actuado con infidelidad, porque tomasteis
mujeres extranjeras, añadiendo así a la culpa de Israel. 11
Ahora pues, haced confesión a Jehovah, Dios de vuestros padres. Cumplid
su voluntad, y apartaos de los pueblos de la tierra y de las mujeres
extranjeras.
12 Entonces toda la congregación respondió y dijo
en voz alta:
-Sí, haremos conforme a tu palabra. 13 Pero el
pueblo es numeroso, y el tiempo es lluvioso; no tenemos fuerzas para
permanecer afuera. Además, no es una tarea de un día ni de dos, porque
somos muchos los que hemos transgredido en este asunto. 14
Que se queden nuestros magistrados en lugar de toda la congregación, y
que todos aquellos en nuestras ciudades que han tomado mujeres
extranjeras vengan en tiempos determinados, y junto con ellos los
ancianos y los jueces de cada ciudad, hasta que se haya apartado de
nosotros el furor de la ira de nuestro Dios por este asunto.
15 Sólo Jonatán hijo de Asael y Jaazías hijo de
Ticva, apoyados por Mesulam y Sabetai el levita, se opusieron a esto.
16 Así lo hicieron los que habían sido cautivos.
Fueron apartados el sacerdote Esdras y algunos hombres, jefes de sus
casas paternas, todos ellos designados por nombre. Y se sentaron el
primer día del mes décimo para investigar el asunto. 17 Y el
primer día del mes primero concluyeron la investigación de todos
aquellos que habían tomado mujeres extranjeras.
Los que tomaron mujeres extranjeras
18 De los hijos de los sacerdotes que habían tomado mujeres
extranjeras fueron hallados los siguientes: de los hijos de Jesúa hijo
de Josadac y de sus hermanos: Maasías, Eliezar, Jarib y Gedalías.
19 Ellos se comprometieron a despedir a sus mujeres, y su ofrenda
por la culpa fue de un carnero del rebaño, por su delito. 20
De los hijos de Imer: Hanani y Zebadías. 21 De los hijos de
Harim: Maasías, Elías, Semaías, Yejiel y Uzías. 22 De los
hijos de Pasjur: Elioenai, Maasías, Ismael, Natanael, Jozabad y Elasa.
23 De los levitas: Jozabad, Simei, Quelaías (éste
es Quelita), Petaías, Judá y Eliezer. 24 De los cantores:
Eliasib. De los porteros: Salum, Telem y Uri.
25 Asimismo de Israel: De los hijos de Paros:
Ramías, Jezías, Malquías, Mijamín, Eleazar, Malquías y Benaías. 26
De los hijos de Elam: Matanías, Zacarías, Yejiel, Abdi, Jeremot y
Elías. 27 De los hijos de Zatu: Elioenai, Eliasib, Matanías,
Jeremot, Zabad y Aziza. 28 De los hijos de Bebai: Johanán,
Hanaías, Zabai y Atlai. 29 De los hijos de Bani: Mesulam,
Maluc, Adaías, Jasub, Seal y Ramot. 30 De los hijos de Pajat-moab:
Adna, Quelal, Benaías, Maasías, Matanías, Bezaleel, Binúi y Manasés.
31 De los hijos de Harim: Eliezer, Isías, Malquías, Semaías,
Simeón, 32 Benjamín, Maluc y Semarías. 33 De los
hijos de Hasum: Matenai, Matata, Zabad, Elifelet, Jeremai, Manasés y
Simei. 34 De los hijos de Bani: Madai, Amram, Uel, 35
Benaías, Bedías, Queluhi, 36 Vanías, Meremot, Eliasib,
37 Matanías, Matenai, Jaasai, 38 Bani, Binúi,
Simei, 39 Selemías, Natán, Adaías, 40 Macnadebai,
Sasai, Sarai, 41 Azareel, Selemías, Semarías, 42
Salum, Amarías y José. 43 De los hijos de Nebo: Jeiel,
Matatías, Zabad, Zebina, Jadai, Joel y Benaías.
44 Todos estos habían tomado mujeres extranjeras,
y algunos tenían mujeres que les habían dado hijos.
Reina-Valera Actualizada, 1989. |