43 El hambre era
grande en la tierra. 2 Y aconteció que cuando acabaron de
consumir las provisiones que trajeron de Egipto, les dijo su padre:
-Volved y comprad para nosotros un poco de alimento.
3 Y Judá le respondió diciendo:
-Aquel hombre nos advirtió enfáticamente diciendo: "No veréis
mi cara a no ser que vuestro hermano esté con vosotros." 4 Si
dejas ir a nuestro hermano con nosotros, iremos y te compraremos
alimentos. 5 Pero si no lo dejas ir, no iremos; porque aquel
hombre nos dijo: "No veréis mi cara a no ser que traigáis a vuestro
hermano con vosotros."
6 Y dijo Israel:
-¿Por qué me habéis hecho tanto mal, declarándole a aquel
hombre que teníais otro hermano?
7 Ellos respondieron:
-Aquel hombre nos preguntó expresamente por nosotros y por
nuestra familia, diciendo: "¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis algún otro
hermano?" Nosotros respondimos conforme a estas preguntas. ¿Cómo
podíamos saber que nos iba a decir: "Haced venir a vuestro hermano"?
8 Entonces Judá dijo a Israel su padre:
-Deja ir al muchacho conmigo. Así nos levantaremos e iremos,
para que vivamos y no muramos nosotros, tú y nuestros niños pequeños.
9 Yo saldré como fiador. A mí me pedirás cuentas de él. Si no
te lo traigo y lo pongo delante de ti, seré ante ti el culpable para
siempre. 10 Si no nos hubiéramos detenido, ahora ya habríamos
vuelto dos veces.
11 Entonces Israel su padre les respondió:
-Si tiene que ser así, haced esto: Tomad de lo mejor del país
en vuestros equipajes y llevadlo a aquel hombre como un presente: un
poco de bálsamo, algo de miel, perfumes, mirra, nueces y almendras.
12 Tomad con vosotros el doble del dinero, y devolved
personalmente el dinero que os fue devuelto en la boca de vuestros
costales; quizás fue un error. 13 Tomad también a vuestro
hermano. Levantaos y volved a aquel hombre. 14 ¡Que el Dios
Todopoderoso os conceda hallar misericordia delante de aquel hombre, y
libere a vuestro otro hermano y a Benjamín! Y si yo he de ser privado de
mis hijos, que lo sea.
15 Entonces los hombres tomaron el presente.
Tomaron también con ellos el doble del dinero, y a Benjamín. Se
levantaron y descendieron a Egipto, y se presentaron ante José.
Los hijos de Jacob en casa de José
16 Cuando José vio a Benjamín con ellos, dijo al
administrador de su casa:
-Lleva a esos hombres a casa. Mata un animal y prepáralo,
porque estos hombres comerán conmigo al mediodía.
17 El hombre hizo como dijo José y llevó a los
hombres a la casa de José. 18 Los hombres tuvieron temor
cuando fueron llevados a la casa de José, y decían:
-Por el dinero que fue devuelto en nuestros costales la
primera vez nos han traído aquí, para buscar ocasión contra nosotros,
para caer sobre nosotros y tomarnos como esclavos, junto con nuestros
asnos.
19 Entonces se acercaron al administrador de la
casa de José y le hablaron a la entrada de la casa, 20
diciendo:
-¡Por favor, señor mío! Nosotros en verdad vinimos la primera
vez para comprar alimentos. 21 Y aconteció que cuando
llegamos a la posada, abrimos nuestros costales, y he aquí el dinero de
cada uno estaba en la boca de su costal: nuestro dinero en su justo
valor. Lo hemos traído de vuelta con nosotros. 22 También
hemos traído más dinero con nosotros para comprar alimentos. Nosotros no
sabemos quién puso nuestro dinero en nuestros costales.
23 El respondió:
-Paz a vosotros; no temáis. Vuestro Dios, el Dios de vuestro
padre, os puso el tesoro en vuestros costales, puesto que vuestro dinero
llegó a mi poder.
Luego les sacó a Simeón. 24 Así que el hombre
llevó a los hombres a la casa de José. Les dio agua, y ellos se lavaron
los pies. Luego dio forraje a sus asnos. 25 Por su parte,
ellos prepararon el presente mientras José venía al mediodía, porque
habían oído que iban a comer allí.
26 Cuando José llegó a casa, ellos le llevaron el
presente que habían traído personalmente a la casa y se postraron a
tierra ante él. 27 El les preguntó cómo estaban y les dijo:
-Vuestro padre, el anciano que mencionasteis, ¿está bien?
¿Vive todavía?
28 Ellos respondieron:
-Tu siervo, nuestro padre, está bien. El vive todavía.
Ellos se inclinaron ante él y se postraron. 29 Y
alzando sus ojos, él vio a su hermano Benjamín, hijo de su madre. Y les
preguntó:
-¿Es éste vuestro hermano menor de quien me habíais hablado?
-Y añadió-: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío.
30 Entonces José se dio prisa, porque se conmovió
profundamente a causa de su hermano y estuvo a punto de llorar. Entró en
su habitación y lloró allí. 31 Luego se lavó la cara, salió
fuera y conteniéndose dijo:
-Servid la comida.
32 A José le sirvieron aparte. Y sirvieron por
separado a ellos y a los egipcios que habían de comer allí, pues los
egipcios no pueden comer con los hebreos, porque esto a los egipcios les
es una abominación.
33 Se sentaron en su presencia de esta manera: el
primogénito de acuerdo con su rango hasta el más jóven de acuerdo con su
edad. Y los hombres se miraban atónitos unos a otros. 34 El
tomó porciones de delante de sí para ellos, e hizo que la porción de
Benjamín fuese cinco veces mayor que la de los demás. También bebieron y
se alegraron con él.
José toma prisionero a Benjamín
44 Después ordenó José al
administrador de su casa diciendo:
-Llena de alimentos los costales de estos hombres, todo lo
que puedan llevar. Pon el dinero de cada uno en la boca de su costal.
2 Pon también mi copa, la copa de plata, en la boca del
costal del menor, junto con el dinero de su trigo.
El hizo como le dijo José. 3 Cuando rayó el alba,
fueron despedidos los hombres con sus asnos. 4 Cuando ellos
habían salido de la ciudad y antes de que se alejaran mucho, José dijo
al que estaba a cargo de su casa:
-Levántate y sigue a esos hombres. Cuando los alcances,
diles: "¿Por qué habéis pagado mal por bien? ¿Por qué me habéis robado
la copa de plata? 5 ¿No es ésta la copa que mi señor usa para
beber y por la que suele adivinar? Habéis actuado mal al hacer esto."
6 Cuando él los alcanzó, les repitió estas
palabras; 7 y ellos le respondieron:
-¿Por qué dice mi señor tales cosas? ¡Tus siervos jamás
harían tal cosa! 8 Si el dinero que hallamos en la boca de
nuestros costales te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán,
¿cómo, pues, íbamos a robar plata u oro de la casa de tu señor? 9
Aquel de tus siervos en cuyo poder sea hallada la copa, que muera;
y nosotros seremos esclavos de mi señor.
10 El dijo:
-Sea también ahora conforme a lo que decís: Aquel en cuyo
poder se halle será mi esclavo. Los demás quedaréis libres.
11 Entonces ellos se apresuraron a bajar a tierra
cada uno su costal, y cada uno abrió su costal. 12 El buscó,
comenzando por el del mayor y terminando por el del menor, y la copa fue
hallada en el costal de Benjamín. 13 Ellos rasgaron sus
vestiduras, y después de cargar cada cual su asno, volvieron a la
ciudad.
14 Judá vino con sus hermanos a la casa de José,
quien aún estaba allí, y se postraron a tierra ante él. 15 Y
José les dijo:
-¿Qué es esto que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como
yo ciertamente sabe adivinar?
16 Entonces dijo Judá:
-¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Qué hablaremos? ¿Con qué nos
justificaremos? Dios ha descubierto la culpa de tus siervos. He aquí,
somos esclavos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder fue
hallada la copa.
17 El respondió:
-¡Nunca haga yo tal cosa! Aquel en cuyo poder fue hallada la
copa será mi esclavo. Los demás volveos en paz a vuestro padre.
Judá sale como fiador por Benjamín
18 Entonces Judá se acercó a él y le dijo:
-¡Ay, señor mío! Permite que hable tu siervo una palabra a
oídos de mi señor. No se encienda tu ira contra tu siervo, puesto que tú
eres como el mismo faraón. 19 Mi señor preguntó a sus siervos
diciendo: "¿Tenéis padre o hermano?" 20 Y nosotros
respondimos a mi señor: "Tenemos un padre anciano y un muchacho pequeño
que le nació en su vejez. Un hermano suyo murió. Sólo él ha quedado de
su madre, y su padre lo ama." 21 Tú dijiste a tus siervos:
"Traédmelo para que lo vea." 22 Y nosotros dijimos a mi
señor: "El joven no puede dejar a su padre; porque si le deja, su padre
morirá." 23 Y dijiste a tus siervos: "Si vuestro hermano
menor no viene con vosotros, no veréis más mi cara."
24 »Aconteció, pues, que cuando fuimos a tu
siervo, mi padre, le contamos las palabras de mi señor. 25 Y
nuestro padre dijo: "Volved a comprarnos un poco más de alimentos."
26 Nosotros respondimos: "No podemos ir, a menos que nuestro
hermano menor vaya con nosotros. Porque no podemos ver la cara de aquel
hombre si nuestro hermano menor no está con nosotros." 27
Entonces tu siervo, mi padre, nos dijo: "Vosotros sabéis que mi mujer me
dio dos hijos, 28 y que uno de ellos partió de mi presencia y
pienso que de cierto fue despedazado, pues hasta ahora no lo he vuelto a
ver. 29 Si tomáis también a éste de mi presencia y le
acontece alguna desgracia, haréis descender mis canas con aflicción a la
sepultura."
30 »Ahora pues, cuando llegue yo a tu siervo, mi
padre, si el joven no está conmigo, como su vida está tan ligada a la de
él, 31 sucederá que cuando vea que no está con nosotros el
muchacho, morirá. Así tus siervos habremos hecho descender las canas de
tu siervo, nuestro padre, con dolor, a la sepultura. 32 Como
tu siervo salió por fiador del joven ante mi padre, diciendo: "Si no te
lo traigo de vuelta, entonces yo seré culpable ante mi padre para
siempre", 33 permite ahora que tu siervo quede como esclavo
de mi señor en lugar del muchacho, y que el muchacho regrese con sus
hermanos. 34 Porque, ¿cómo volveré yo a mi padre si el
muchacho no está conmigo? ¡No podré, para no ver la desgracia que
sobrevendrá a mi padre!
José se da a conocer a sus hermanos
45 José ya no podía
contenerse más delante de todos los que estaban en su presencia, y
gritó:
-¡Que salgan todos de mi presencia!
Nadie quedó con él cuando se dio a conocer a sus hermanos.
2 Entonces se puso a llorar a gritos, y lo oyeron los
egipcios. Y fue oído también en la casa del faraón. 3 José
dijo a sus hermanos:
-Yo soy José. ¿Vive aún mi padre?
Sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban
aterrados delante de él. 4 Entonces José dijo a sus hermanos:
-Acercaos a mí, por favor.
Ellos se acercaron, y él les dijo:
-Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.
5 Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme
vendido acá, porque para preservación de vida me ha enviado Dios delante
de vosotros. 6 Ya han transcurrido dos años de hambre en
medio de la tierra, y todavía quedan cinco años en que no habrá ni
siembra ni siega. 7 Pero Dios me ha enviado delante de
vosotros para preservaros posteridad en la tierra, y para daros vida
mediante una gran liberación. 8 Así que no me enviasteis
vosotros acá, sino Dios, que me ha puesto como protector del faraón,
como señor de toda su casa y como gobernador de toda la tierra de
Egipto.
9 » Apresuraos, id a mi padre y decidle: "Así dice
tu hijo José: ’Dios me ha puesto como señor de todo Egipto. Ven a mí; no
te detengas. 10 Habitarás en la zona de Gosén, y estarás
cerca de mí, tú, tus hijos, los hijos de tus hijos, tus rebaños, tus
vacas y todo lo que tienes. 11 Allí proveeré para ti, pues
todavía faltan cinco años de hambre; para que no perezcáis de necesidad
tú, tu casa y todo lo que tienes.’ "
12 »He aquí que vuestros ojos y los ojos de mi
hermano Benjamín ven que es mi boca la que os habla. 13
Informad a mi padre acerca de toda mi gloria en Egipto y de todo lo que
habéis visto. Apresuraos y traed a mi padre acá.
14 Entonces se echó sobre el cuello de Benjamín su
hermano y lloró. También Benjamín lloró sobre su cuello. 15
Besó a todos sus hermanos y lloró sobre ellos. Después de esto, sus
hermanos hablaron con él.
El faraón llama a Jacob a Egipto
16 Se oyó la noticia en el palacio del faraón: "Los hermanos
de José han venido." Esto agradó al faraón y a sus servidores, 17
y el faraón dijo a José:
-Di a tus hermanos: "Haced lo siguiente: Cargad vuestros
animales y volved a la tierra de Canaán. 18 Tomad a vuestro
padre y a vuestras familias y venid a mí. Yo os daré lo mejor de la
tierra de Egipto, y comeréis sus productos más preciados." 19
Y tú dales la orden siguiente: "Haced esto: Tomad de la tierra de Egipto
carretas para vuestros niños y para vuestras mujeres. Y tomad a vuestro
padre y venid. 20 No echéis de menos vuestras pertenencias,
porque lo mejor de toda la tierra de Egipto será vuestro."
21 Así lo hicieron los hijos de Israel. José les
dio carretas, conforme a las órdenes del faraón, y les dio provisiones
para el camino. 22 A cada uno de ellos les dio un vestido
nuevo; y a Benjamín le dio 300 piezas de plata y 5 vestidos nuevos.
23 Para su padre envió lo siguiente: 10 asnos cargados de lo mejor
de Egipto y 10 asnas cargadas de trigo, pan y otros alimentos para su
padre, para el camino. 24 Cuando despidió a sus hermanos, y
ellos se iban, José les dijo:
-No riñáis en el camino.
Jacob y su familia van a Egipto
25 Subieron de Egipto y llegaron a la tierra de Canaán, a su
padre Jacob. 26 Y le dieron la noticia diciendo:
-¡José vive aún! El es el gobernador de toda la tierra de
Egipto.
Pero él se quedó pasmado, porque no les podía creer. 27
Ellos le contaron todas las cosas que José les había dicho. Y al
ver las carretas que José enviaba para llevarlo, el espíritu de Jacob su
padre revivió. 28 Entonces dijo Israel:
-Basta. ¡José, mi hijo, vive todavía! Iré y le veré antes de
que yo muera.
46 Así partió
Israel con todo lo que tenía y llegó a Beerseba, donde ofreció
sacrificios al Dios de su padre Isaac. 2 Y Dios habló a
Israel en visiones de noche y le dijo:
-Jacob, Jacob.
Y él respondió:
-Heme aquí.
3 Le dijo:
-Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas descender a
Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. 4 Yo
descenderé contigo a Egipto y ciertamente yo también te haré subir de
allí. Y la mano de José cerrará tus ojos.
5 Partió Jacob de Beerseba, y los hijos de Israel
hicieron subir a su padre Jacob, a sus niños y a sus mujeres en las
carretas que el faraón había enviado para llevarlo. 6 Tomaron
también sus ganados y sus posesiones que habían adquirido en la tierra
de Canaán. Fueron a Egipto Jacob y toda su descendencia con él. 7
Llevó consigo a Egipto a toda su descendencia: a sus hijos y a los
hijos de sus hijos, a sus hijas y a las hijas de sus hijos.
Lista de los que entraron en Egipto
8 Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron
en Egipto: Jacob y sus hijos:
Rubén, el primogénito de Jacob; 9 y los hijos de
Rubén: Hanoc, Falú, Hesrón y Carmi. 10 Los hijos de Simeón:
Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zojar y Saúl, hijo de la cananea. 11
Los hijos de Leví: Gersón, Cohat y Merari. 12 Los hijos
de Judá: Er, Onán, Sela, Fares y Zéraj. (Er y Onán habían muerto en la
tierra de Canaán.) Los hijos de Fares fueron Hesrón y Hamul. 13
Los hijos de Isacar: Tola, Fúa, Jasub y Simrón. 14 Los
hijos de Zabulón: Sered, Elón y Yajleel. 15 Estos fueron los
hijos de Lea, que dio a luz a Jacob en Padan-aram, y su hija Dina. El
total de las personas de sus hijos y de sus hijas era treinta y tres.
16 Los hijos de Gad: Zifión, Hagui, Suni, Ezbón,
Eri, Arodi y Areli. 17 Los hijos de Aser: Imna, Isva, Isvi,
Bería y su hermana Sera. Los hijos de Bería fueron Heber y Malquiel.
18 Estos fueron los hijos de Zilpa, sierva que Labán dio a su
hija Lea, y que dio a luz estos hijos a Jacob: dieciséis personas.
19 Los hijos de Raquel, mujer de Jacob, fueron
José y Benjamín. 20 A José le nacieron, en la tierra de
Egipto, Manasés y Efraín, que le dio a luz Asenat, hija de Potifera,
sacerdote de On. 21 Los hijos de Benjamín fueron: Bela,
Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Eji, Ros, Mupim, Hupim y Ard. 22
Estos fueron los hijos de Raquel que le nacieron a Jacob: catorce
personas en total.
23 Los hijos de Dan: Husim. 24 Los
hijos de Neftalí: Yajzeel, Guni, Jezer y Silem. 25 Estos
fueron los hijos de Bilha, la que Labán dio a su hija Raquel, y dio a
luz estos hijos a Jacob: siete personas en total.
26 Todas las personas que fueron con Jacob a
Egipto, sus descendientes directos, sin contar las mujeres de los hijos
de Jacob, todas las personas fueron sesenta y seis. 27 Los
hijos de José que le nacieron en Egipto, fueron dos; así todos los
miembros de la familia de Jacob que entraron en Egipto fueron setenta.
Reencuentro de José con su padre
28 Entonces Jacob envió a Judá delante de él a llamar a José
para que viniese a encontrarle en Gosén. Mientras tanto, ellos llegaron
a la tierra de Gosén. 29 José hizo preparar su carro y fue a
Gosén para recibir a Israel su padre. El se dio a conocer, y echándose
sobre su cuello lloró mucho tiempo sobre su cuello. 30
Entonces Israel dijo a José:
-¡Ahora ya puedo morir, puesto que he visto tu cara, y que
vives todavía!
31 Después José dijo a sus hermanos y a la familia
de su padre:
-Subiré y lo haré saber al faraón. Le diré: "Mis hermanos y
la familia de mi padre que estaban en la tierra de Canaán han venido a
mí. 32 Los hombres son pastores de ovejas, porque poseen
ganados. Han traído sus ovejas y sus vacas y todo lo que tienen."
33 Cuando el faraón os llame y os diga: "¿Cuál es vuestro
oficio?", 34 entonces le diréis: "Tus siervos hemos sido
hombres de ganadería desde nuestra juventud hasta ahora, lo mismo
nosotros que nuestros padres." Esto diréis para que habitéis en la
tierra de Gosén, porque los egipcios abominan a todo pastor de ovejas.
Jacob en presencia del faraón
47 José fue y lo hizo saber
al faraón diciendo:
-Mi padre y mis hermanos, con sus ovejas y sus vacas y todo
lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí que están en
la tierra de Gosén.
2 Luego tomó a cinco de entre sus hermanos y los
presentó ante el faraón. 3 Y el faraón preguntó a sus
hermanos:
-¿Cuál es vuestro oficio?
Ellos respondieron al faraón:
-Tus siervos somos pastores de ovejas, lo mismo nosotros que
nuestros padres. 4 -Dijeron, además, al faraón-: Hemos venido
para residir en esta tierra, porque no hay pasto para las ovejas de tus
siervos y el hambre en la tierra de Canaán es grave. Por eso, permite
que tus siervos habiten en la tierra de Gosén.
5 Entonces el faraón habló a José diciendo:
-Tu padre y tus hermanos han venido a ti; 6 la
tierra de Egipto está delante de ti. En lo mejor de la tierra haz
habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén. Y si
juzgas que hay entre ellos hombres aptos, ponlos como mayorales de mi
ganado.
7 Después José trajo a su padre Jacob y se lo
presentó al faraón. Jacob bendijo al faraón. 8 Y el faraón
preguntó a Jacob:
-¿Cuántos años tienes?
9 Y Jacob respondió al faraón:
-Los años de mi peregrinación son 130 años. Pocos y malos son
los años de mi vida, y no alcanzan al número de los años de la vida de
mis padres en su peregrinación.
10 Jacob bendijo al faraón; después salió de su
presencia. 11 Así José hizo habitar a su padre y a sus
hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la
tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó el faraón. 12 Y
José proveía de alimentos a su padre, a sus hermanos y a toda la casa de
su padre, según el número de los niños pequeños.
Política administrativa de José
13 Ya no había alimentos en toda la tierra; y el hambre se
había agravado, por lo que desfallecía de hambre tanto la tierra de
Egipto como la tierra de Canaán. 14 Entonces José recaudó
todo el dinero que se hallaba en la tierra de Egipto y en la tierra de
Canaán, a cambio de los alimentos que le compraban, y trajo José el
dinero al palacio del faraón. 15 Y cuando se acabó el dinero
en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, todo Egipto vino a José
diciendo:
-Danos de comer. ¿Por qué hemos de morir en tu presencia por
habérsenos terminado el dinero?
16 José les dijo:
-Dad vuestros ganados. Si se os ha terminado el dinero, yo os
daré alimentos a cambio de vuestros ganados.
17 Ellos llevaron sus ganados a José. Y José les
dio alimentos a cambio de los caballos, el ganado ovejuno, el ganado
vacuno y los asnos. Aquel año les proveyó alimento a cambio de todos sus
ganados. 18 Cuando se acabó aquel año, fueron a él el segundo
año y le dijeron:
-No necesitamos encubrir a nuestro señor que se ha acabado el
dinero y que el ganado ya es de nuestro señor. Nada ha quedado delante
de nuestro señor, excepto nuestros cuerpos y nuestras tierras. 19
¿Por qué hemos de perecer en tu presencia, tanto nosotros como
nuestras tierras? Cómpranos a nosotros y nuestras tierras a cambio de
alimentos, y nosotros y nuestras tierras seremos siervos del faraón.
Sólo danos semillas para que sobrevivamos y no muramos, y que la tierra
no quede desolada.
20 Así compró José toda la tierra de Egipto para
el faraón, porque los egipcios vendieron cada uno su tierra, ya que el
hambre se había agravado sobre ellos. Así la tierra vino a ser del
faraón. 21 Y él redujo al pueblo a servidumbre, desde un
extremo a otro del territorio de Egipto. 22 Solamente no
compró la tierra de los sacerdotes, porque los sacerdotes tenían ración
de parte del faraón. Como ellos comían de la ración que les daba el
faraón, por eso no tuvieron que vender sus tierras.
23 Entonces José dijo al pueblo:
-He aquí, hoy os he comprado, para el faraón, a vosotros y
vuestras tierras. Aquí tenéis semilla; sembrad la tierra. 24
Y sucederá que de los productos daréis la quinta parte al faraón. Las
cuatro partes serán vuestras para sembrar las tierras, para vuestro
sustento, para los que están en vuestras casas y para que coman vuestros
niños.
25 Ellos respondieron:
-¡Nos has dado la vida! Hallemos gracia ante los ojos de
nuestro señor y seremos siervos del faraón.
26 Entonces José instituyó como ley en la tierra
de Egipto, hasta el día de hoy, que la quinta parte pertenece al faraón.
Solamente la tierra de los sacerdotes no llegó a ser del faraón.
Jacob pide ser sepultado en Canaán
27 Habitó, pues, Israel en la tierra de Egipto, en la tierra
de Gosén, y se establecieron en ella. Allí fueron fecundos y se
multiplicaron mucho. 28 Jacob vivió en la tierra de Egipto 17
años; y los días de Jacob, los años de su vida, fueron 147 años. 29
Cuando se acercó el día de la muerte de Israel, éste llamó a su
hijo José y le dijo:
-Si he hallado gracia ante tus ojos, por favor, pon tu mano
debajo de mi muslo y muéstrame misericordia y verdad; te ruego que no me
sepultes en Egipto, 30 sino que cuando repose con mis padres,
me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos.
José respondió:
-Yo haré como tú dices.
31 Y él dijo:
-¡Júramelo!
El se lo juró. Entonces Israel se postró sobre la cabecera de
la cama.
Jacob bendice a los hijos de José
48 Sucedió que después de
estas cosas se le informó a José: "He aquí, tu padre está enfermo."
Entonces él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín. 2
Y se lo comunicaron a Jacob diciendo:
-He aquí que tu hijo José ha venido a ti.
Entonces Israel se esforzó y se sentó sobre la cama. 3
Y Jacob dijo a José:
-El Dios Todopoderoso se me apareció en Luz, en la tierra de
Canaán y me bendijo 4 diciéndome: "He aquí, yo te haré
fecundo y te multiplicaré, y haré que llegues a ser una multitud de
naciones. Yo daré esta tierra como posesión perpetua a tu descendencia
después de ti." 5 Y ahora, tus dos hijos, Efraín y Manasés,
que te nacieron en la tierra de Egipto antes de que yo viniese a ti en
la tierra de Egipto, serán míos; como Rubén y Simeón serán míos. 6
Pero tus descendientes que engendres después de ellos serán tuyos,
y en sus heredades serán llamados según el nombre de sus hermanos.
7 Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Raquel en la
tierra de Canaán, en el camino, a corta distancia de Efrata; y allí la
sepulté en el camino de Efrata, es decir, de Belén.
8 Entonces Israel vio a los hijos de José y
preguntó:
-¿Quiénes son éstos?
9 José respondió a su padre:
-Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí.
Y él dijo:
-Por favor, acércamelos para que los bendiga.
10 Los ojos de Israel estaban tan debilitados por
la vejez que no podía ver. Hizo, pues, que ellos se acercaran a él; y él
los besó y los abrazó. 11 Y dijo Israel a José:
-Yo no esperaba ver tu cara, ¡y he aquí que Dios me ha hecho
ver también a tus hijos!
12 Entonces José los apartó de entre sus rodillas,
y se postró con su rostro a tierra. 13 Luego tomó José a
ambos: a Efraín a su derecha (a la izquierda de Israel), y a Manasés a
su izquierda (a la derecha de Israel); y los acercó a él. 14
Luego Israel extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza de
Efraín, que era el menor, y su izquierda la puso sobre la cabeza de
Manasés, cruzando sus manos a propósito, a pesar de que el primogénito
era Manasés. 15 Y bendijo a José diciendo:
-El Dios en cuya presencia
anduvieron mis padres Abraham e Isaac,
el Dios que me pastorea
desde que nací hasta el día de hoy,
16 el Angel que me redime de todo mal,
bendiga a estos jóvenes.
Sean ellos llamados por mi nombre
y por los nombres de mis padres Abraham e Isaac,
y multiplíquense abundantemente en medio de la tierra.
17 Al ver José que su padre ponía su mano derecha
sobre la cabeza de Efraín, le pareció mal, y tomó la mano de su padre
para pasarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. 18
José dijo a su padre:
-Así no, padre mío, porque éste es el primogénito. Pon tu
diestra sobre su cabeza.
19 Pero su padre rehusó y dijo:
-Lo sé, hijo mío, lo sé. También él llegará a ser un pueblo y
también será engrandecido. Pero su hermano menor será más grande que él,
y sus descendientes llegarán a ser una multitud de naciones.
20 Y los bendijo aquel día diciendo:
-Israel bendecirá en vuestro nombre, diciendo: "Dios te haga
como a Efraín y como a Manasés."
Así nombró a Efraín antes que a Manasés. 21 Luego
Israel dijo a José:
-He aquí yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con
vosotros y os hará volver a la tierra de vuestros padres. 22
Yo te doy a ti una parte más que a tus hermanos, la cual yo tomé de mano
del amorreo con mi espada y con mi arco.
Jacob bendice a sus hijos
49 Entonces Jacob llamó a
sus hijos y les dijo:
"Reuníos, y os declararé
lo que os ha de acontecer en los días postreros.
2 Reuníos y escuchad, hijos de Jacob;
escuchad a vuestro padre Israel:
3 "Rubén, mi primogénito:
Tú eres mi fortaleza y el principio de mi vigor;
principal en dignidad y principal en poder.
4 Porque fuiste inestable como el agua,
no serás el principal.
Porque subiste a la cama de tu padre,
y al subir a mi lecho lo profanaste.
5 "Simeón y Leví son hermanos;
sus armas son instrumentos de violencia.
6 No participe mi alma en su consejo,
ni mi honor se adhiera a su asamblea.
Porque en su furor mataron hombres,
y en su desenfreno lisiaron bueyes.
7 Maldito sea su furor, porque fue fiero,
y su ira, porque fue cruel.
Yo los dispersaré en Jacob,
y los esparciré en Israel.
8 "Judá, tus hermanos te alabarán.
Tu mano estará sobre el cuello de tus enemigos,
y los hijos de tu padre se postrarán
ante ti.
9 Eres un cachorro de león, oh Judá;
vuelves de cazar, hijo mío.
Se agacha y se recuesta cual león;
y como leona, ¿quién lo despertará?
10 El cetro no será quitado de Judá,
ni la vara de autoridad de entre sus pies,
hasta que venga Siloh;
y le obedecerán los pueblos.
11 Atando a la vid su borriquillo
y a la cepa la cría de su asna,
lava en vino su vestidura
y en sangre de uvas su manto.
12 Sus ojos están brillantes por el vino,
y sus dientes blancos por la leche.
13 "Zabulón habitará las costas de los mares.
Será puerto de navíos,
y su extremo llegará hasta Sidón.
14 "Isacar es un asno de fuertes huesos,
echado entre dos alforjas.
15 Vio que el lugar de descanso era bueno
y que la tierra era placentera,
e inclinó sus hombros para cargar
y se sometió al tributo laboral.
16 "Dan juzgará a su pueblo
como una de las tribus de Israel.
17 Dan será como serpiente junto al camino,
como víbora junto al sendero,
que muerde los cascos del caballo
de modo que su jinete caiga hacia atrás.
18 "¡Espero tu salvación, oh Jehovah!
19 "Gad: Un batallón lo atacará;
pero él les atacará por su espalda.
20 "Aser: Sus alimentos son suculentos;
él producirá manjares dignos de un rey.
21 "Neftalí es una venada suelta
que tendrá hermosos venaditos.
22 "José es un retoño fructífero,
retoño fructífero junto a un manantial;
sus ramas trepan sobre el muro.
23 Los arqueros le causaron amargura;
le fueron hostiles los flecheros.
24 Pero su arco permaneció firme,
y sus brazos se hicieron ágiles,
por las manos del Fuerte de Jacob;
por el nombre del Pastor, la Roca de Israel;
25 por el Dios de tu padre, el cual te ayudará;
y por el Todopoderoso, quien te bendecirá:
con bendiciones del cielo arriba,
con bendiciones del océano que se extiende abajo;
con bendiciones de los senos y de la matriz.
26 Las bendiciones de tu padre
sobrepasan a las de las montañas eternas,
y a los deleites de las colinas antiguas.
Sean sobre la cabeza de José,
sobre la coronilla del príncipe de sus hermanos.
27 "Benjamín es un lobo rapaz:
Por la mañana come la presa,
y al atardecer reparte el botín."
28 Todos éstos llegaron a ser las doce tribus de
Israel, y esto fue lo que su padre les dijo al bendecirlos; a cada uno
lo bendijo con su respectiva bendición.
Jacob es sepultado en Macpela
29 Luego les mandó diciendo: "Yo voy a ser reunido con mi
pueblo. Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de
Efrón el heteo; 30 en la cueva que está en el campo de
Macpela, frente a Mamre, en la tierra de Canaán, la cual compró Abraham
a Efrón el heteo, junto con el campo, para posesión de sepultura.
31 Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer, allí sepultaron a
Isaac y a Rebeca su mujer, y allí sepulté yo a Lea. 32 El
campo y la cueva que está en él fueron adquiridos de los hijos de Het."
33 Cuando acabó de dar instrucciones a sus hijos,
recogió sus pies en la cama y expiró. Y fue reunido con sus padres.
50 Entonces José
se echó sobre la cara de su padre, lloró sobre él y lo besó. 2
José mandó a sus servidores, los médicos, que embalsamaran a su
padre, y los médicos embalsamaron a Israel. 3 Cumplieron con
él cuarenta días, tiempo que duraba el proceso de embalsamamiento, y los
egipcios guardaron luto por él setenta días. 4 Y pasados los
días de su duelo, José habló a los de la casa del faraón diciendo:
-Si he hallado gracia ante vuestros ojos, por favor, haced
llegar a oídos del faraón lo siguiente: 5 "Mi padre me hizo
jurar diciendo: ’He aquí, que yo voy a morir; en el sepulcro que cavé
para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás.’ Permite, pues, que
suba yo ahora, sepulte a mi padre y regrese."
6 El faraón le respondió:
-Sube y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.
7 Entonces José subió a sepultar a su padre. Y con
él subieron todos los servidores del faraón, los dignatarios de su corte
y todos los dignatarios de la tierra de Egipto, 8 toda la
familia de José, sus hermanos y la familia de su padre. Solamente
dejaron en la tierra de Gosén a sus niños, sus ovejas y sus vacas.
9 Subieron también con él carros y gente de a caballo, formando un
numeroso cortejo.
10 Llegaron hasta la era de Atad, que estaba al
otro lado del Jordán, y allí tuvieron una lamentación grande y muy
fuerte. José hizo duelo por su padre durante siete días.
11 Al ver los habitantes de la tierra, los
cananeos, el duelo en la era de Atad, dijeron: "¡Grande es este duelo de
los egipcios!" Por eso fue llamado Abel-mizraim el nombre de ese lugar,
que está al otro lado del Jordán.
12 Hicieron, pues, sus hijos con él, según les
había mandado Jacob. 13 Sus hijos lo llevaron a la tierra de
Canaán y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, frente a Mamre,
la cual, junto con el campo, Abraham había comprado a Efrón el heteo,
como una propiedad para sepultura.
José consuela a sus hermanos
14 Después que había sepultado a su padre, José volvió a
Egipto junto con sus hermanos y todos los que fueron con él para
sepultar a su padre. 15 Y viendo los hermanos de José que su
padre había muerto, dijeron:
-Quizás José nos tenga rencor y nos devuelva todo el mal que
le ocasionamos.
16 Y enviaron a decir a José:
-Tu padre nos mandó antes de su muerte que te dijéramos:
17 "Así diréis a José: ’Por favor, perdona la maldad de tus
hermanos y su pecado, porque te trataron mal.’ " Por eso, te rogamos que
perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre.
José lloró mientras le hablaban. 18 Entonces
lloraron también sus hermanos, y postrándose delante de él le dijeron:
-Aquí nos tienes como siervos tuyos.
19 Pero José les respondió:
-No temáis. ¿Estoy yo acaso en el lugar de Dios? 20
Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien,
para hacer lo que vemos hoy: mantener con vida a un pueblo numeroso.
21 Ahora pues, no tengáis miedo. Yo os sustentaré a vosotros
y a vuestros hijos.
Así les confortó y les habló al corazón.
José muere en Egipto
22 José se quedó en Egipto con la familia de su padre. José
vivió 110 años, 23 y vio José a los hijos de Efraín hasta la
tercera generación. También cuando nacieron los hijos de Maquir hijo de
Manasés fueron puestos sobre las rodillas de José.
24 Luego José dijo a sus hermanos:
-Yo voy a morir, pero Dios ciertamente os visitará con su
favor y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró dar a Abraham,
a Isaac y a Jacob.
25 Entonces José hizo jurar a los hijos de Israel,
diciendo:
-Ciertamente Dios vendrá en vuestra ayuda; entonces vosotros
haréis llevar de aquí mis restos.
26 José murió a la edad de 110 años, y lo
embalsamaron y lo pusieron en un ataúd en Egipto.
Reina-Valera Actualizada, 1989.
|