Sagrada Biblia
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43 El hambre era grande en la tierra. 2 Y aconteció que cuando acabaron de consumir las provisiones que trajeron de Egipto, les dijo su padre:

-Volved y comprad para nosotros un poco de alimento.

3 Y Judá le respondió diciendo:

-Aquel hombre nos advirtió enfáticamente diciendo: "No veréis mi cara a no ser que vuestro hermano esté con vosotros." 4 Si dejas ir a nuestro hermano con nosotros, iremos y te compraremos alimentos. 5 Pero si no lo dejas ir, no iremos; porque aquel hombre nos dijo: "No veréis mi cara a no ser que traigáis a vuestro hermano con vosotros."

6 Y dijo Israel:

-¿Por qué me habéis hecho tanto mal, declarándole a aquel hombre que teníais otro hermano?

7 Ellos respondieron:

-Aquel hombre nos preguntó expresamente por nosotros y por nuestra familia, diciendo: "¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis algún otro hermano?" Nosotros respondimos conforme a estas preguntas. ¿Cómo podíamos saber que nos iba a decir: "Haced venir a vuestro hermano"?

8 Entonces Judá dijo a Israel su padre:

-Deja ir al muchacho conmigo. Así nos levantaremos e iremos, para que vivamos y no muramos nosotros, tú y nuestros niños pequeños. 9 Yo saldré como fiador. A mí me pedirás cuentas de él. Si no te lo traigo y lo pongo delante de ti, seré ante ti el culpable para siempre. 10 Si no nos hubiéramos detenido, ahora ya habríamos vuelto dos veces.

11 Entonces Israel su padre les respondió:

-Si tiene que ser así, haced esto: Tomad de lo mejor del país en vuestros equipajes y llevadlo a aquel hombre como un presente: un poco de bálsamo, algo de miel, perfumes, mirra, nueces y almendras. 12 Tomad con vosotros el doble del dinero, y devolved personalmente el dinero que os fue devuelto en la boca de vuestros costales; quizás fue un error. 13 Tomad también a vuestro hermano. Levantaos y volved a aquel hombre. 14 ¡Que el Dios Todopoderoso os conceda hallar misericordia delante de aquel hombre, y libere a vuestro otro hermano y a Benjamín! Y si yo he de ser privado de mis hijos, que lo sea.

15 Entonces los hombres tomaron el presente. Tomaron también con ellos el doble del dinero, y a Benjamín. Se levantaron y descendieron a Egipto, y se presentaron ante José.

Los hijos de Jacob en casa de José


16 Cuando José vio a Benjamín con ellos, dijo al administrador de su casa:

-Lleva a esos hombres a casa. Mata un animal y prepáralo, porque estos hombres comerán conmigo al mediodía.

17 El hombre hizo como dijo José y llevó a los hombres a la casa de José. 18 Los hombres tuvieron temor cuando fueron llevados a la casa de José, y decían:

-Por el dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez nos han traído aquí, para buscar ocasión contra nosotros, para caer sobre nosotros y tomarnos como esclavos, junto con nuestros asnos.

19 Entonces se acercaron al administrador de la casa de José y le hablaron a la entrada de la casa, 20 diciendo:

-¡Por favor, señor mío! Nosotros en verdad vinimos la primera vez para comprar alimentos. 21 Y aconteció que cuando llegamos a la posada, abrimos nuestros costales, y he aquí el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal: nuestro dinero en su justo valor. Lo hemos traído de vuelta con nosotros. 22 También hemos traído más dinero con nosotros para comprar alimentos. Nosotros no sabemos quién puso nuestro dinero en nuestros costales.

23 El respondió:

-Paz a vosotros; no temáis. Vuestro Dios, el Dios de vuestro padre, os puso el tesoro en vuestros costales, puesto que vuestro dinero llegó a mi poder.

Luego les sacó a Simeón. 24 Así que el hombre llevó a los hombres a la casa de José. Les dio agua, y ellos se lavaron los pies. Luego dio forraje a sus asnos. 25 Por su parte, ellos prepararon el presente mientras José venía al mediodía, porque habían oído que iban a comer allí.

26 Cuando José llegó a casa, ellos le llevaron el presente que habían traído personalmente a la casa y se postraron a tierra ante él. 27 El les preguntó cómo estaban y les dijo:

-Vuestro padre, el anciano que mencionasteis, ¿está bien? ¿Vive todavía?

28 Ellos respondieron:

-Tu siervo, nuestro padre, está bien. El vive todavía.

Ellos se inclinaron ante él y se postraron. 29 Y alzando sus ojos, él vio a su hermano Benjamín, hijo de su madre. Y les preguntó:

-¿Es éste vuestro hermano menor de quien me habíais hablado? -Y añadió-: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío.

30 Entonces José se dio prisa, porque se conmovió profundamente a causa de su hermano y estuvo a punto de llorar. Entró en su habitación y lloró allí. 31 Luego se lavó la cara, salió fuera y conteniéndose dijo:

-Servid la comida.

32 A José le sirvieron aparte. Y sirvieron por separado a ellos y a los egipcios que habían de comer allí, pues los egipcios no pueden comer con los hebreos, porque esto a los egipcios les es una abominación.

33 Se sentaron en su presencia de esta manera: el primogénito de acuerdo con su rango hasta el más jóven de acuerdo con su edad. Y los hombres se miraban atónitos unos a otros. 34 El tomó porciones de delante de sí para ellos, e hizo que la porción de Benjamín fuese cinco veces mayor que la de los demás. También bebieron y se alegraron con él.


José toma prisionero a Benjamín


44 Después ordenó José al administrador de su casa diciendo:

-Llena de alimentos los costales de estos hombres, todo lo que puedan llevar. Pon el dinero de cada uno en la boca de su costal. 2 Pon también mi copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, junto con el dinero de su trigo.

El hizo como le dijo José. 3 Cuando rayó el alba, fueron despedidos los hombres con sus asnos. 4 Cuando ellos habían salido de la ciudad y antes de que se alejaran mucho, José dijo al que estaba a cargo de su casa:

-Levántate y sigue a esos hombres. Cuando los alcances, diles: "¿Por qué habéis pagado mal por bien? ¿Por qué me habéis robado la copa de plata? 5 ¿No es ésta la copa que mi señor usa para beber y por la que suele adivinar? Habéis actuado mal al hacer esto."

6 Cuando él los alcanzó, les repitió estas palabras; 7 y ellos le respondieron:

-¿Por qué dice mi señor tales cosas? ¡Tus siervos jamás harían tal cosa! 8 Si el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán, ¿cómo, pues, íbamos a robar plata u oro de la casa de tu señor? 9 Aquel de tus siervos en cuyo poder sea hallada la copa, que muera; y nosotros seremos esclavos de mi señor.

10 El dijo:

-Sea también ahora conforme a lo que decís: Aquel en cuyo poder se halle será mi esclavo. Los demás quedaréis libres.

11 Entonces ellos se apresuraron a bajar a tierra cada uno su costal, y cada uno abrió su costal. 12 El buscó, comenzando por el del mayor y terminando por el del menor, y la copa fue hallada en el costal de Benjamín. 13 Ellos rasgaron sus vestiduras, y después de cargar cada cual su asno, volvieron a la ciudad.

14 Judá vino con sus hermanos a la casa de José, quien aún estaba allí, y se postraron a tierra ante él. 15 Y José les dijo:

-¿Qué es esto que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo ciertamente sabe adivinar?

16 Entonces dijo Judá:

-¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Qué hablaremos? ¿Con qué nos justificaremos? Dios ha descubierto la culpa de tus siervos. He aquí, somos esclavos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder fue hallada la copa.

17 El respondió:

-¡Nunca haga yo tal cosa! Aquel en cuyo poder fue hallada la copa será mi esclavo. Los demás volveos en paz a vuestro padre.

Judá sale como fiador por Benjamín


18 Entonces Judá se acercó a él y le dijo:

-¡Ay, señor mío! Permite que hable tu siervo una palabra a oídos de mi señor. No se encienda tu ira contra tu siervo, puesto que tú eres como el mismo faraón. 19 Mi señor preguntó a sus siervos diciendo: "¿Tenéis padre o hermano?" 20 Y nosotros respondimos a mi señor: "Tenemos un padre anciano y un muchacho pequeño que le nació en su vejez. Un hermano suyo murió. Sólo él ha quedado de su madre, y su padre lo ama." 21 Tú dijiste a tus siervos: "Traédmelo para que lo vea." 22 Y nosotros dijimos a mi señor: "El joven no puede dejar a su padre; porque si le deja, su padre morirá." 23 Y dijiste a tus siervos: "Si vuestro hermano menor no viene con vosotros, no veréis más mi cara."

24 »Aconteció, pues, que cuando fuimos a tu siervo, mi padre, le contamos las palabras de mi señor. 25 Y nuestro padre dijo: "Volved a comprarnos un poco más de alimentos." 26 Nosotros respondimos: "No podemos ir, a menos que nuestro hermano menor vaya con nosotros. Porque no podemos ver la cara de aquel hombre si nuestro hermano menor no está con nosotros." 27 Entonces tu siervo, mi padre, nos dijo: "Vosotros sabéis que mi mujer me dio dos hijos, 28 y que uno de ellos partió de mi presencia y pienso que de cierto fue despedazado, pues hasta ahora no lo he vuelto a ver. 29 Si tomáis también a éste de mi presencia y le acontece alguna desgracia, haréis descender mis canas con aflicción a la sepultura."

30 »Ahora pues, cuando llegue yo a tu siervo, mi padre, si el joven no está conmigo, como su vida está tan ligada a la de él, 31 sucederá que cuando vea que no está con nosotros el muchacho, morirá. Así tus siervos habremos hecho descender las canas de tu siervo, nuestro padre, con dolor, a la sepultura. 32 Como tu siervo salió por fiador del joven ante mi padre, diciendo: "Si no te lo traigo de vuelta, entonces yo seré culpable ante mi padre para siempre", 33 permite ahora que tu siervo quede como esclavo de mi señor en lugar del muchacho, y que el muchacho regrese con sus hermanos. 34 Porque, ¿cómo volveré yo a mi padre si el muchacho no está conmigo? ¡No podré, para no ver la desgracia que sobrevendrá a mi padre!


José se da a conocer a sus hermanos


45 José ya no podía contenerse más delante de todos los que estaban en su presencia, y gritó:

-¡Que salgan todos de mi presencia!

Nadie quedó con él cuando se dio a conocer a sus hermanos. 2 Entonces se puso a llorar a gritos, y lo oyeron los egipcios. Y fue oído también en la casa del faraón. 3 José dijo a sus hermanos:

-Yo soy José. ¿Vive aún mi padre?

Sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban aterrados delante de él. 4 Entonces José dijo a sus hermanos:

-Acercaos a mí, por favor.

Ellos se acercaron, y él les dijo:

-Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. 5 Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido acá, porque para preservación de vida me ha enviado Dios delante de vosotros. 6 Ya han transcurrido dos años de hambre en medio de la tierra, y todavía quedan cinco años en que no habrá ni siembra ni siega. 7 Pero Dios me ha enviado delante de vosotros para preservaros posteridad en la tierra, y para daros vida mediante una gran liberación. 8 Así que no me enviasteis vosotros acá, sino Dios, que me ha puesto como protector del faraón, como señor de toda su casa y como gobernador de toda la tierra de Egipto.

9 » Apresuraos, id a mi padre y decidle: "Así dice tu hijo José: ’Dios me ha puesto como señor de todo Egipto. Ven a mí; no te detengas. 10 Habitarás en la zona de Gosén, y estarás cerca de mí, tú, tus hijos, los hijos de tus hijos, tus rebaños, tus vacas y todo lo que tienes. 11 Allí proveeré para ti, pues todavía faltan cinco años de hambre; para que no perezcáis de necesidad tú, tu casa y todo lo que tienes.’ "

12 »He aquí que vuestros ojos y los ojos de mi hermano Benjamín ven que es mi boca la que os habla. 13 Informad a mi padre acerca de toda mi gloria en Egipto y de todo lo que habéis visto. Apresuraos y traed a mi padre acá.

14 Entonces se echó sobre el cuello de Benjamín su hermano y lloró. También Benjamín lloró sobre su cuello. 15 Besó a todos sus hermanos y lloró sobre ellos. Después de esto, sus hermanos hablaron con él.

El faraón llama a Jacob a Egipto


16 Se oyó la noticia en el palacio del faraón: "Los hermanos de José han venido." Esto agradó al faraón y a sus servidores, 17 y el faraón dijo a José:

-Di a tus hermanos: "Haced lo siguiente: Cargad vuestros animales y volved a la tierra de Canaán. 18 Tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí. Yo os daré lo mejor de la tierra de Egipto, y comeréis sus productos más preciados." 19 Y tú dales la orden siguiente: "Haced esto: Tomad de la tierra de Egipto carretas para vuestros niños y para vuestras mujeres. Y tomad a vuestro padre y venid. 20 No echéis de menos vuestras pertenencias, porque lo mejor de toda la tierra de Egipto será vuestro."

21 Así lo hicieron los hijos de Israel. José les dio carretas, conforme a las órdenes del faraón, y les dio provisiones para el camino. 22 A cada uno de ellos les dio un vestido nuevo; y a Benjamín le dio 300 piezas de plata y 5 vestidos nuevos. 23 Para su padre envió lo siguiente: 10 asnos cargados de lo mejor de Egipto y 10 asnas cargadas de trigo, pan y otros alimentos para su padre, para el camino. 24 Cuando despidió a sus hermanos, y ellos se iban, José les dijo:

-No riñáis en el camino.

Jacob y su familia van a Egipto


25 Subieron de Egipto y llegaron a la tierra de Canaán, a su padre Jacob. 26 Y le dieron la noticia diciendo:

-¡José vive aún! El es el gobernador de toda la tierra de Egipto.

Pero él se quedó pasmado, porque no les podía creer. 27 Ellos le contaron todas las cosas que José les había dicho. Y al ver las carretas que José enviaba para llevarlo, el espíritu de Jacob su padre revivió. 28 Entonces dijo Israel:

-Basta. ¡José, mi hijo, vive todavía! Iré y le veré antes de que yo muera.


46 Así partió Israel con todo lo que tenía y llegó a Beerseba, donde ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. 2 Y Dios habló a Israel en visiones de noche y le dijo:

-Jacob, Jacob.

Y él respondió:

-Heme aquí.

3 Le dijo:

-Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. 4 Yo descenderé contigo a Egipto y ciertamente yo también te haré subir de allí. Y la mano de José cerrará tus ojos.

5 Partió Jacob de Beerseba, y los hijos de Israel hicieron subir a su padre Jacob, a sus niños y a sus mujeres en las carretas que el faraón había enviado para llevarlo. 6 Tomaron también sus ganados y sus posesiones que habían adquirido en la tierra de Canaán. Fueron a Egipto Jacob y toda su descendencia con él. 7 Llevó consigo a Egipto a toda su descendencia: a sus hijos y a los hijos de sus hijos, a sus hijas y a las hijas de sus hijos.

Lista de los que entraron en Egipto


8 Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto: Jacob y sus hijos:

Rubén, el primogénito de Jacob; 9 y los hijos de Rubén: Hanoc, Falú, Hesrón y Carmi. 10 Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zojar y Saúl, hijo de la cananea. 11 Los hijos de Leví: Gersón, Cohat y Merari. 12 Los hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fares y Zéraj. (Er y Onán habían muerto en la tierra de Canaán.) Los hijos de Fares fueron Hesrón y Hamul. 13 Los hijos de Isacar: Tola, Fúa, Jasub y Simrón. 14 Los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Yajleel. 15 Estos fueron los hijos de Lea, que dio a luz a Jacob en Padan-aram, y su hija Dina. El total de las personas de sus hijos y de sus hijas era treinta y tres.

16 Los hijos de Gad: Zifión, Hagui, Suni, Ezbón, Eri, Arodi y Areli. 17 Los hijos de Aser: Imna, Isva, Isvi, Bería y su hermana Sera. Los hijos de Bería fueron Heber y Malquiel. 18 Estos fueron los hijos de Zilpa, sierva que Labán dio a su hija Lea, y que dio a luz estos hijos a Jacob: dieciséis personas.

19 Los hijos de Raquel, mujer de Jacob, fueron José y Benjamín. 20 A José le nacieron, en la tierra de Egipto, Manasés y Efraín, que le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. 21 Los hijos de Benjamín fueron: Bela, Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Eji, Ros, Mupim, Hupim y Ard. 22 Estos fueron los hijos de Raquel que le nacieron a Jacob: catorce personas en total.

23 Los hijos de Dan: Husim. 24 Los hijos de Neftalí: Yajzeel, Guni, Jezer y Silem. 25 Estos fueron los hijos de Bilha, la que Labán dio a su hija Raquel, y dio a luz estos hijos a Jacob: siete personas en total.

26 Todas las personas que fueron con Jacob a Egipto, sus descendientes directos, sin contar las mujeres de los hijos de Jacob, todas las personas fueron sesenta y seis. 27 Los hijos de José que le nacieron en Egipto, fueron dos; así todos los miembros de la familia de Jacob que entraron en Egipto fueron setenta.

Reencuentro de José con su padre


28 Entonces Jacob envió a Judá delante de él a llamar a José para que viniese a encontrarle en Gosén. Mientras tanto, ellos llegaron a la tierra de Gosén. 29 José hizo preparar su carro y fue a Gosén para recibir a Israel su padre. El se dio a conocer, y echándose sobre su cuello lloró mucho tiempo sobre su cuello. 30 Entonces Israel dijo a José:

-¡Ahora ya puedo morir, puesto que he visto tu cara, y que vives todavía!

31 Después José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre:

-Subiré y lo haré saber al faraón. Le diré: "Mis hermanos y la familia de mi padre que estaban en la tierra de Canaán han venido a mí. 32 Los hombres son pastores de ovejas, porque poseen ganados. Han traído sus ovejas y sus vacas y todo lo que tienen." 33 Cuando el faraón os llame y os diga: "¿Cuál es vuestro oficio?", 34 entonces le diréis: "Tus siervos hemos sido hombres de ganadería desde nuestra juventud hasta ahora, lo mismo nosotros que nuestros padres." Esto diréis para que habitéis en la tierra de Gosén, porque los egipcios abominan a todo pastor de ovejas.


Jacob en presencia del faraón


47 José fue y lo hizo saber al faraón diciendo:

-Mi padre y mis hermanos, con sus ovejas y sus vacas y todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí que están en la tierra de Gosén.

2 Luego tomó a cinco de entre sus hermanos y los presentó ante el faraón. 3 Y el faraón preguntó a sus hermanos:

-¿Cuál es vuestro oficio?

Ellos respondieron al faraón:

-Tus siervos somos pastores de ovejas, lo mismo nosotros que nuestros padres. 4 -Dijeron, además, al faraón-: Hemos venido para residir en esta tierra, porque no hay pasto para las ovejas de tus siervos y el hambre en la tierra de Canaán es grave. Por eso, permite que tus siervos habiten en la tierra de Gosén.

5 Entonces el faraón habló a José diciendo:

-Tu padre y tus hermanos han venido a ti; 6 la tierra de Egipto está delante de ti. En lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén. Y si juzgas que hay entre ellos hombres aptos, ponlos como mayorales de mi ganado.

7 Después José trajo a su padre Jacob y se lo presentó al faraón. Jacob bendijo al faraón. 8 Y el faraón preguntó a Jacob:

-¿Cuántos años tienes?

9 Y Jacob respondió al faraón:

-Los años de mi peregrinación son 130 años. Pocos y malos son los años de mi vida, y no alcanzan al número de los años de la vida de mis padres en su peregrinación.

10 Jacob bendijo al faraón; después salió de su presencia. 11 Así José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó el faraón. 12 Y José proveía de alimentos a su padre, a sus hermanos y a toda la casa de su padre, según el número de los niños pequeños.

Política administrativa de José


13 Ya no había alimentos en toda la tierra; y el hambre se había agravado, por lo que desfallecía de hambre tanto la tierra de Egipto como la tierra de Canaán. 14 Entonces José recaudó todo el dinero que se hallaba en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, a cambio de los alimentos que le compraban, y trajo José el dinero al palacio del faraón. 15 Y cuando se acabó el dinero en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, todo Egipto vino a José diciendo:

-Danos de comer. ¿Por qué hemos de morir en tu presencia por habérsenos terminado el dinero?

16 José les dijo:

-Dad vuestros ganados. Si se os ha terminado el dinero, yo os daré alimentos a cambio de vuestros ganados.

17 Ellos llevaron sus ganados a José. Y José les dio alimentos a cambio de los caballos, el ganado ovejuno, el ganado vacuno y los asnos. Aquel año les proveyó alimento a cambio de todos sus ganados. 18 Cuando se acabó aquel año, fueron a él el segundo año y le dijeron:

-No necesitamos encubrir a nuestro señor que se ha acabado el dinero y que el ganado ya es de nuestro señor. Nada ha quedado delante de nuestro señor, excepto nuestros cuerpos y nuestras tierras. 19 ¿Por qué hemos de perecer en tu presencia, tanto nosotros como nuestras tierras? Cómpranos a nosotros y nuestras tierras a cambio de alimentos, y nosotros y nuestras tierras seremos siervos del faraón. Sólo danos semillas para que sobrevivamos y no muramos, y que la tierra no quede desolada.

20 Así compró José toda la tierra de Egipto para el faraón, porque los egipcios vendieron cada uno su tierra, ya que el hambre se había agravado sobre ellos. Así la tierra vino a ser del faraón. 21 Y él redujo al pueblo a servidumbre, desde un extremo a otro del territorio de Egipto. 22 Solamente no compró la tierra de los sacerdotes, porque los sacerdotes tenían ración de parte del faraón. Como ellos comían de la ración que les daba el faraón, por eso no tuvieron que vender sus tierras.

23 Entonces José dijo al pueblo:

-He aquí, hoy os he comprado, para el faraón, a vosotros y vuestras tierras. Aquí tenéis semilla; sembrad la tierra. 24 Y sucederá que de los productos daréis la quinta parte al faraón. Las cuatro partes serán vuestras para sembrar las tierras, para vuestro sustento, para los que están en vuestras casas y para que coman vuestros niños.

25 Ellos respondieron:

-¡Nos has dado la vida! Hallemos gracia ante los ojos de nuestro señor y seremos siervos del faraón.

26 Entonces José instituyó como ley en la tierra de Egipto, hasta el día de hoy, que la quinta parte pertenece al faraón. Solamente la tierra de los sacerdotes no llegó a ser del faraón.

Jacob pide ser sepultado en Canaán


27 Habitó, pues, Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén, y se establecieron en ella. Allí fueron fecundos y se multiplicaron mucho. 28 Jacob vivió en la tierra de Egipto 17 años; y los días de Jacob, los años de su vida, fueron 147 años. 29 Cuando se acercó el día de la muerte de Israel, éste llamó a su hijo José y le dijo:

-Si he hallado gracia ante tus ojos, por favor, pon tu mano debajo de mi muslo y muéstrame misericordia y verdad; te ruego que no me sepultes en Egipto, 30 sino que cuando repose con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos.

José respondió:

-Yo haré como tú dices.

31 Y él dijo:

-¡Júramelo!

El se lo juró. Entonces Israel se postró sobre la cabecera de la cama.


Jacob bendice a los hijos de José


48 Sucedió que después de estas cosas se le informó a José: "He aquí, tu padre está enfermo." Entonces él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín. 2 Y se lo comunicaron a Jacob diciendo:

-He aquí que tu hijo José ha venido a ti.

Entonces Israel se esforzó y se sentó sobre la cama. 3 Y Jacob dijo a José:

-El Dios Todopoderoso se me apareció en Luz, en la tierra de Canaán y me bendijo 4 diciéndome: "He aquí, yo te haré fecundo y te multiplicaré, y haré que llegues a ser una multitud de naciones. Yo daré esta tierra como posesión perpetua a tu descendencia después de ti." 5 Y ahora, tus dos hijos, Efraín y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto antes de que yo viniese a ti en la tierra de Egipto, serán míos; como Rubén y Simeón serán míos. 6 Pero tus descendientes que engendres después de ellos serán tuyos, y en sus heredades serán llamados según el nombre de sus hermanos. 7 Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, a corta distancia de Efrata; y allí la sepulté en el camino de Efrata, es decir, de Belén.

8 Entonces Israel vio a los hijos de José y preguntó:

-¿Quiénes son éstos?

9 José respondió a su padre:

-Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí.

Y él dijo:

-Por favor, acércamelos para que los bendiga.

10 Los ojos de Israel estaban tan debilitados por la vejez que no podía ver. Hizo, pues, que ellos se acercaran a él; y él los besó y los abrazó. 11 Y dijo Israel a José:

-Yo no esperaba ver tu cara, ¡y he aquí que Dios me ha hecho ver también a tus hijos!

12 Entonces José los apartó de entre sus rodillas, y se postró con su rostro a tierra. 13 Luego tomó José a ambos: a Efraín a su derecha (a la izquierda de Israel), y a Manasés a su izquierda (a la derecha de Israel); y los acercó a él. 14 Luego Israel extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su izquierda la puso sobre la cabeza de Manasés, cruzando sus manos a propósito, a pesar de que el primogénito era Manasés. 15 Y bendijo a José diciendo:

-El Dios en cuya presencia

anduvieron mis padres Abraham e Isaac,

el Dios que me pastorea

desde que nací hasta el día de hoy,

16 el Angel que me redime de todo mal,

bendiga a estos jóvenes.

Sean ellos llamados por mi nombre

y por los nombres de mis padres Abraham e Isaac,

y multiplíquense abundantemente en medio de la tierra.

17 Al ver José que su padre ponía su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le pareció mal, y tomó la mano de su padre para pasarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. 18 José dijo a su padre:

-Así no, padre mío, porque éste es el primogénito. Pon tu diestra sobre su cabeza.

19 Pero su padre rehusó y dijo:

-Lo sé, hijo mío, lo sé. También él llegará a ser un pueblo y también será engrandecido. Pero su hermano menor será más grande que él, y sus descendientes llegarán a ser una multitud de naciones.

20 Y los bendijo aquel día diciendo:

-Israel bendecirá en vuestro nombre, diciendo: "Dios te haga como a Efraín y como a Manasés."

Así nombró a Efraín antes que a Manasés. 21 Luego Israel dijo a José:

-He aquí yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con vosotros y os hará volver a la tierra de vuestros padres. 22 Yo te doy a ti una parte más que a tus hermanos, la cual yo tomé de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.


Jacob bendice a sus hijos


49 Entonces Jacob llamó a sus hijos y les dijo:

"Reuníos, y os declararé

lo que os ha de acontecer en los días postreros.

2 Reuníos y escuchad, hijos de Jacob;

escuchad a vuestro padre Israel:


3 "Rubén, mi primogénito:

Tú eres mi fortaleza y el principio de mi vigor;

principal en dignidad y principal en poder.

4 Porque fuiste inestable como el agua,

no serás el principal.

Porque subiste a la cama de tu padre,

y al subir a mi lecho lo profanaste.


5 "Simeón y Leví son hermanos;

sus armas son instrumentos de violencia.

6 No participe mi alma en su consejo,

ni mi honor se adhiera a su asamblea.

Porque en su furor mataron hombres,

y en su desenfreno lisiaron bueyes.

7 Maldito sea su furor, porque fue fiero,

y su ira, porque fue cruel.

Yo los dispersaré en Jacob,

y los esparciré en Israel.


8 "Judá, tus hermanos te alabarán.

Tu mano estará sobre el cuello de tus enemigos,

y los hijos de tu padre se postrarán

ante ti.

9 Eres un cachorro de león, oh Judá;

vuelves de cazar, hijo mío.

Se agacha y se recuesta cual león;

y como leona, ¿quién lo despertará?

10 El cetro no será quitado de Judá,

ni la vara de autoridad de entre sus pies,

hasta que venga Siloh;

y le obedecerán los pueblos.

11 Atando a la vid su borriquillo

y a la cepa la cría de su asna,

lava en vino su vestidura

y en sangre de uvas su manto.

12 Sus ojos están brillantes por el vino,

y sus dientes blancos por la leche.


13 "Zabulón habitará las costas de los mares.

Será puerto de navíos,

y su extremo llegará hasta Sidón.


14 "Isacar es un asno de fuertes huesos,

echado entre dos alforjas.

15 Vio que el lugar de descanso era bueno

y que la tierra era placentera,

e inclinó sus hombros para cargar

y se sometió al tributo laboral.


16 "Dan juzgará a su pueblo

como una de las tribus de Israel.

17 Dan será como serpiente junto al camino,

como víbora junto al sendero,

que muerde los cascos del caballo

de modo que su jinete caiga hacia atrás.


18 "¡Espero tu salvación, oh Jehovah!


19 "Gad: Un batallón lo atacará;

pero él les atacará por su espalda.


20 "Aser: Sus alimentos son suculentos;

él producirá manjares dignos de un rey.


21 "Neftalí es una venada suelta

que tendrá hermosos venaditos.


22 "José es un retoño fructífero,

retoño fructífero junto a un manantial;

sus ramas trepan sobre el muro.

23 Los arqueros le causaron amargura;

le fueron hostiles los flecheros.

24 Pero su arco permaneció firme,

y sus brazos se hicieron ágiles,

por las manos del Fuerte de Jacob;

por el nombre del Pastor, la Roca de Israel;

25 por el Dios de tu padre, el cual te ayudará;

y por el Todopoderoso, quien te bendecirá:

con bendiciones del cielo arriba,

con bendiciones del océano que se extiende abajo;

con bendiciones de los senos y de la matriz.

26 Las bendiciones de tu padre

sobrepasan a las de las montañas eternas,

y a los deleites de las colinas antiguas.

Sean sobre la cabeza de José,

sobre la coronilla del príncipe de sus hermanos.


27 "Benjamín es un lobo rapaz:

Por la mañana come la presa,

y al atardecer reparte el botín."

28 Todos éstos llegaron a ser las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre les dijo al bendecirlos; a cada uno lo bendijo con su respectiva bendición.

Jacob es sepultado en Macpela


29 Luego les mandó diciendo: "Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo; 30 en la cueva que está en el campo de Macpela, frente a Mamre, en la tierra de Canaán, la cual compró Abraham a Efrón el heteo, junto con el campo, para posesión de sepultura. 31 Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer, allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su mujer, y allí sepulté yo a Lea. 32 El campo y la cueva que está en él fueron adquiridos de los hijos de Het."

33 Cuando acabó de dar instrucciones a sus hijos, recogió sus pies en la cama y expiró. Y fue reunido con sus padres.


50 Entonces José se echó sobre la cara de su padre, lloró sobre él y lo besó. 2 José mandó a sus servidores, los médicos, que embalsamaran a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel. 3 Cumplieron con él cuarenta días, tiempo que duraba el proceso de embalsamamiento, y los egipcios guardaron luto por él setenta días. 4 Y pasados los días de su duelo, José habló a los de la casa del faraón diciendo:

-Si he hallado gracia ante vuestros ojos, por favor, haced llegar a oídos del faraón lo siguiente: 5 "Mi padre me hizo jurar diciendo: ’He aquí, que yo voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás.’ Permite, pues, que suba yo ahora, sepulte a mi padre y regrese."

6 El faraón le respondió:

-Sube y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.

7 Entonces José subió a sepultar a su padre. Y con él subieron todos los servidores del faraón, los dignatarios de su corte y todos los dignatarios de la tierra de Egipto, 8 toda la familia de José, sus hermanos y la familia de su padre. Solamente dejaron en la tierra de Gosén a sus niños, sus ovejas y sus vacas. 9 Subieron también con él carros y gente de a caballo, formando un numeroso cortejo.

10 Llegaron hasta la era de Atad, que estaba al otro lado del Jordán, y allí tuvieron una lamentación grande y muy fuerte. José hizo duelo por su padre durante siete días.

11 Al ver los habitantes de la tierra, los cananeos, el duelo en la era de Atad, dijeron: "¡Grande es este duelo de los egipcios!" Por eso fue llamado Abel-mizraim el nombre de ese lugar, que está al otro lado del Jordán.

12 Hicieron, pues, sus hijos con él, según les había mandado Jacob. 13 Sus hijos lo llevaron a la tierra de Canaán y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, frente a Mamre, la cual, junto con el campo, Abraham había comprado a Efrón el heteo, como una propiedad para sepultura.

José consuela a sus hermanos


14 Después que había sepultado a su padre, José volvió a Egipto junto con sus hermanos y todos los que fueron con él para sepultar a su padre. 15 Y viendo los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron:

-Quizás José nos tenga rencor y nos devuelva todo el mal que le ocasionamos.

16 Y enviaron a decir a José:

-Tu padre nos mandó antes de su muerte que te dijéramos: 17 "Así diréis a José: ’Por favor, perdona la maldad de tus hermanos y su pecado, porque te trataron mal.’ " Por eso, te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre.

José lloró mientras le hablaban. 18 Entonces lloraron también sus hermanos, y postrándose delante de él le dijeron:

-Aquí nos tienes como siervos tuyos.

19 Pero José les respondió:

-No temáis. ¿Estoy yo acaso en el lugar de Dios? 20 Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien, para hacer lo que vemos hoy: mantener con vida a un pueblo numeroso. 21 Ahora pues, no tengáis miedo. Yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos.

Así les confortó y les habló al corazón.

José muere en Egipto


22 José se quedó en Egipto con la familia de su padre. José vivió 110 años, 23 y vio José a los hijos de Efraín hasta la tercera generación. También cuando nacieron los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron puestos sobre las rodillas de José.

24 Luego José dijo a sus hermanos:

-Yo voy a morir, pero Dios ciertamente os visitará con su favor y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró dar a Abraham, a Isaac y a Jacob.

25 Entonces José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo:

-Ciertamente Dios vendrá en vuestra ayuda; entonces vosotros haréis llevar de aquí mis restos.

26 José murió a la edad de 110 años, y lo embalsamaron y lo pusieron en un ataúd en Egipto.


Reina-Valera Actualizada, 1989.