El Libro del
Profeta
Jeremías
1 Las palabras de
Jeremías hijo de Hilquías, de los sacerdotes que estaban en Anatot, en
la tierra de Benjamín.
2 La palabra de Jehovah le vino en los días de Josías
hijo de Amón, rey de Judá, en el año 13 de su reinado. 3
También le vino en los días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, hasta
el final del año 11 de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, es decir,
hasta la cautividad de Jerusalén en el mes quinto.
Llamamiento de Jeremías
4 Vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
5 -Antes que yo te formase en el vientre, te conocí; y
antes que salieses de la matriz, te consagré y te di por profeta a las
naciones.
6 Y yo dije:
-¡Oh Señor Jehovah! He aquí que no sé hablar, porque soy un
muchacho.
7 Pero Jehovah me dijo:
-No digas: "Soy un muchacho"; porque a todos a quienes yo te envíe
tú irás, y todo lo que te mande dirás. 8 No tengas temor de
ellos, porque yo estaré contigo para librarte, dice Jehovah.
9 Entonces Jehovah extendió su mano y tocó mi boca. Y
me dijo Jehovah:
-He aquí, pongo mis palabras en tu boca. 10 Mira, en
este día te he constituido sobre naciones y sobre reinos, para arrancar
y desmenuzar, para arruinar y destruir, para edificar y plantar.
Visión de la vara de almendro
11 Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
-¿Qué ves, Jeremías?
Y respondí:
-Veo una vara de almendro.
12 Y Jehovah me dijo:
-Has visto bien, porque yo vigilo sobre mi palabra para ponerla
por obra.
Visión de la olla hirviente
13 Vino a mí la palabra de Jehovah por segunda vez, diciendo:
-¿Qué ves?
Y respondí:
-Veo una olla hirviente que se vuelca desde el norte.
14 Entonces Jehovah me dijo:
-Del norte se desatará el mal sobre todos los habitantes del país.
15 Porque he aquí que yo convoco a todas las familias de los
reinos del norte, dice Jehovah. Ellos vendrán, y cada uno pondrá su
trono a la entrada de las puertas de Jerusalén, junto a todos sus muros
alrededor y en todas las ciudades de Judá. 16 Y proferiré mis
juicios contra ellos por toda su maldad con que me abandonaron, pues
ofrecieron incienso a otros dioses y se postraron ante la obra de sus
propias manos. 17 Tú, pues, ciñe tus lomos y levántate; tú
les dirás todo lo que yo te mande. No te amedrentes delante de ellos, no
sea que yo te amedrente delante de ellos. 18 Porque he aquí
que yo te he puesto hoy como una ciudad fortificada, como una columna de
hierro y como un muro de bronce contra todo el país; tanto para los
reyes de Judá, como para sus magistrados, para sus sacerdotes y para el
pueblo de la tierra. 19 Lucharán contra ti, pero no te
vencerán; porque yo estaré contigo para librarte, dice Jehovah.
Infidelidad de Israel
2 Vino a mí la palabra de
Jehovah, diciendo: 2 "Vé, proclama a los oídos de Jerusalén y
diles que así ha dicho Jehovah: ’Me acuerdo de ti, de la lealtad de tu
juventud, del amor de tu noviazgo, cuando andabas en pos de mí en el
desierto, en una tierra no sembrada. 3 Santo era Israel para
Jehovah, primicia de su cosecha. Todos los que le devoraban eran
culpables, y el mal recaía sobre ellos’, dice Jehovah."
4 ¡Oíd la palabra de Jehovah, oh casa de Jacob y todas
las familias de la casa de Israel! 5 Así ha dicho Jehovah:
"¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, para que se hayan alejado
de mí y se hayan ido tras la vanidad, haciéndose vanos ellos mismos?
6 No dijeron: ’¿Dónde está Jehovah, que nos hizo subir de la
tierra de Egipto y nos condujo por el desierto, por una tierra árida y
de hoyos, por una tierra reseca y de densa oscuridad, por una tierra por
la cual ningún hombre ha pasado, ni habitó allí hombre alguno?’ 7
Yo os introduje en una tierra fértil, para que comierais de su
fruto y de lo bueno de ella. Pero cuando entrasteis, contaminasteis mi
tierra y convertisteis mi heredad en abominación. 8 Los
sacerdotes no dijeron: ’¿Dónde está Jehovah?’ Los que se ocupaban de la
ley no me conocieron. Los pastores se rebelaron contra mí, y los
profetas profetizaron en nombre de Baal y anduvieron tras lo que no
aprovecha. 9 Por tanto, dice Jehovah, aún contenderé contra
vosotros; contra los hijos de vuestros hijos contenderé. 10
Pasad a las costas de Quitim y observad. Enviad a Quedar y considerad
cuidadosamente. Ved si acaso se ha hecho algo semejante a esto. 11
¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, a pesar de que ellos
no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que
no aprovecha.
12 "¡Espantaos, oh cielos, y horrorizaos por esto!
Temblad en gran manera, dice Jehovah. 13 Porque dos males ha
hecho mi pueblo: Me han abandonado a mí, que soy fuente de aguas vivas,
y han cavado para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua.
14 "¿Acaso es Israel un esclavo, o uno nacido en casa?
¿Por qué ha llegado a ser una presa? 15 Los leones rugieron
contra él, emitieron su voz e hicieron de su tierra una desolación. Sus
ciudades están devastadas y sin habitantes. 16 Aun los hijos
de Menfis y de Tafnes te rompieron el cráneo. 17 ¿No te ha
sobrevenido esto porque abandonaste a Jehovah tu Dios cuando él te
conducía por el camino? 18 Ahora pues, ¿qué tienes tú que ver
con el camino de Egipto, para que bebas las aguas del Nilo? ¿Y qué
tienes que ver con el camino de Asiria, para que bebas las aguas del
Río?"
19 El Señor Jehovah de los Ejércitos dice: "Tu maldad
te castigará, y tu apostasía te condenará. Reconoce, pues, y ve cuán
malo y amargo es el haber abandonado a Jehovah tu Dios y el no haberme
temido. 20 Porque desde hace mucho quebraste tu yugo y
rompiste tus coyundas. Dijiste: ’¡No serviré!’ Ciertamente sobre toda
colina alta y debajo de todo árbol frondoso te echabas tú, oh
prostituta. 21 Yo te planté como una vid escogida, como una
simiente del todo verdadera. ¿Cómo, pues, te me has convertido en una
cosa repugnante, en una vid extraña?"
22 El Señor Jehovah dice: "Aunque te laves con lejía y
amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá delante de
mí. 23 ¿Cómo puedes decir: ’No estoy contaminada; nunca
anduve tras los Baales’? Mira tu proceder en el valle; reconoce lo que
has hecho, oh camellita liviana que entrecruza sus caminos. 24
Eres un asna montés, acostumbrada al desierto, que en el ardor de
su deseo olfatea el viento. Estando en su celo, ¿quién la detendrá?
Todos los que la busquen no tendrán que fatigarse, pues la hallarán en
su ardor. 25 ¡Evita que tus pies anden descalzos y que tu
garganta tenga sed! Pero dijiste: ’¡No, es inútil! Porque amo a los
extraños, y tras ellos he de ir.’
26 "Como el ladrón se avergüenza cuando es sorprendido,
así se avergonzarán los de la casa de Israel -ellos, sus reyes, sus
magistrados, sus sacerdotes y sus profetas-, 27 los que dicen
a un árbol: ’Tú eres mi padre’, y a una piedra: ’Tú me has dado a luz.’
"Ciertamente me han dado las espaldas y no la cara, pero en el
tiempo de su angustia dicen: ’¡Levántate y líbranos!’ 28
Pero, ¿dónde están tus dioses que te hiciste? ¡Que se levanten, si te
han de librar en el tiempo de tu desgracia! Porque según el número de
tus ciudades, oh Judá, han sido tus dioses. 29 ¿Por qué
contendéis conmigo? Todos vosotros os habéis rebelado contra mí, dice
Jehovah. 30 En vano he azotado a vuestros hijos; ellos no han
recibido corrección. Vuestra espada ha devorado a vuestros profetas como
un león destructor. 31 ¡Oh generación, considerad la palabra
de Jehovah! ¿Acaso he sido para Israel como un desierto o como una
tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: ’Somos libres; nunca
más volveremos a ti’? 32 ¿Se olvida acaso la virgen de sus
joyas, o la novia de su atavío? Sin embargo, mi pueblo se ha olvidado de
mí por innumerables días.
33 "¡Qué bien dispones tus caminos para buscar amor!
Ciertamente aun a las malas mujeres enseñaste tus caminos. 34
Hasta en tus faldas se ha encontrado la sangre de las personas pobres e
inocentes. No los hallaste forzando la entrada. Sin embargo, en todo
esto 35 tú dices: ’Soy inocente; ciertamente él ha apartado
su ira de mí.’ Porque dijiste: ’No he pecado’, he aquí que yo entraré en
juicio contra ti. 36 ¡Cuán frívola eres para cambiar tus
caminos! También serás avergonzada por Egipto, como fuiste avergonzada
por Asiria. 37 También de allí saldrás con las manos sobre tu
cabeza. Porque Jehovah ha desechado los objetos de tu confianza, y no
prosperarás con ellos."
3 Se dice: "Si alguno
despide a su mujer, y ella se va de él y se casa con otro hombre, ¿podrá
él después volver a ella? ¿No habrá sido esa tierra del todo profanada?
"Tú te has prostituido con muchos amantes; pero, ¡vuelve a mí!,
dice Jehovah. 2 Alza tus ojos a los cerros y mira: ¿En qué
lugar no se han acostado contigo? En los caminos te sentabas para ellos,
como un árabe en el desierto. Con tus prostituciones y con tu maldad has
profanado la tierra. 3 Por esta causa han sido detenidos los
aguaceros, y ha faltado la lluvia tardía. Sin embargo, tuviste el
descaro de una prostituta y no quisiste tener vergüenza. 4
¿Acaso no me llamas ahora: ’Padre mío’, o ’Tú eres el amigo de mi
juventud’? 5 ’¿Guardará enojo para siempre? ¿Eternamente lo
guardará?’ He aquí que has hablado así, pero has hecho cuantas maldades
podías."
Alegoría de las dos hermanas
6 Jehovah me dijo en los días del rey Josías: "¿Has visto lo
que ha hecho la apóstata Israel? Ella ha ido a todo monte alto; y bajo
todo árbol frondoso, allí se ha prostituido. 7 Y dije:
’Después que ella hizo todo esto, volverá a mí.’ Pero no volvió; y lo
vio su hermana, la desleal Judá. 8 Ella vio que precisamente
porque la apóstata Israel había cometido adulterio, yo la había
despedido y le había dado carta de divorcio. Pero su hermana, la desleal
Judá, no tuvo temor; más bien, fue y se prostituyó ella también. 9
Y sucedió que a causa de que su prostitución le era liviana, se
prostituyó con la piedra y con el árbol, y profanó la tierra. 10
Con todo esto, su hermana, la desleal Judá, no volvió a mí con
todo su corazón, sino con falsedad", dice Jehovah.
11 Jehovah me dijo además: "Más justa es el alma de la
apóstata Israel que la de la desleal Judá. 12 Vé y proclama
estas palabras hacia el norte. Dirás: ’Vuelve, oh apóstata Israel, dice
Jehovah. No haré caer mi ira sobre vosotros, porque soy misericordioso,
dice Jehovah. No guardaré enojo para siempre. 13 Sólo
reconoce tu maldad, porque contra Jehovah tu Dios te has rebelado, has
repartido tus favores a los extraños bajo todo árbol frondoso y no has
escuchado mi voz,’ dice Jehovah.
Futuro glorioso para el pueblo fiel
14 "¡Volveos, oh hijos rebeldes, porque yo soy vuestro
señor!, dice Jehovah. Os tomaré, uno por ciudad y dos por familia, y os
traeré a Sion. 15 Os daré pastores según mi corazón, y ellos
os pastorearán con conocimiento y discernimiento. 16 Y
acontecerá, dice Jehovah, que cuando os multipliquéis y seáis fecundos
en la tierra, en aquellos días, no dirán más: ’¡El arca del pacto de
Jehovah!’ No vendrá a la mente, ni se acordarán de ella, ni la echarán
de menos, ni la volverán a hacer. 17 En aquel tiempo a
Jerusalén le llamarán Trono de Jehovah. Todas las naciones se
congregarán en Jerusalén por causa del nombre de Jehovah, y no andarán
más según la dureza de su malvado corazón. 18 En aquellos
tiempos la casa de Judá caminará con la casa de Israel, y vendrán juntas
de la tierra del norte a la tierra que hice heredar a vuestros padres.
19 "Yo decía: ’¿Cómo te he de poner entre los hijos y
te he de dar la tierra deseable, la heredad más bella de las huestes de
las naciones?’ Y yo mismo decía: ’Me llamarás Padre Mío y no te
apartarás de en pos de mí.’ 20 Pero como la mujer que
traiciona a su compañero, así me habéis traicionado, oh casa de Israel",
dice Jehovah.
Jehovah anhela el retorno de Israel
21 Una voz fue oída en los cerros: Es el llanto de los ruegos
de los hijos de Israel, porque han pervertido su camino y se han
olvidado de Jehovah su Dios.
22 -¡Volveos, oh hijos rebeldes, y os sanaré de
vuestras rebeliones!
-Henos aquí; nosotros venimos a ti, porque tú eres Jehovah nuestro
Dios. 23 Ciertamente para engaño son las colinas y el
bullicio en los montes. Ciertamente en Jehovah nuestro Dios está la
salvación de Israel. 24 Lo vergonzoso ha consumido desde
nuestra juventud el esfuerzo de nuestros padres: sus ovejas y sus vacas,
sus hijos y sus hijas. 25 Yacemos en nuestra vergüenza, y
nuestra desgracia nos cubre; porque nosotros y nuestros padres hemos
pecado contra Jehovah nuestro Dios desde nuestra juventud hasta este
día. No hemos escuchado la voz de Jehovah nuestro Dios.
4 -Si has de volver,
oh Israel, vuelve a mí, dice Jehovah. Si quitas tus abominaciones de mi
presencia, y no divagas; 2 y si juras con verdad, con derecho
y con justicia, diciendo, "¡Vive Jehovah!", entonces en él serán
benditas las naciones, y en él se gloriarán.
3 Porque así ha dicho Jehovah a los hombres de Judá y
de Jerusalén:
-Abríos surcos y no sembréis entre espinos. 4
Circuncidaos para Jehovah; quitad el prepucio de vuestro corazón, oh
hombres de Judá y habitantes de Jerusalén. No sea que por la maldad de
vuestras obras mi ira salga como fuego y arda, y no haya quien la
apague.
Alarma ante el avance del invasor
5 Declarad en Judá y hacedlo oír en Jerusalén, diciendo:
"¡Tocad la corneta en el país! Pregonad a plena voz y decid: ’¡Reuníos y
entremos en las ciudades fortificadas! 6 ¡Alzad bandera hacia
Sion; buscad refugio y no os detengáis!’ Porque yo hago venir del norte
calamidad y gran quebrantamiento. 7 El león sale de su
espesura; se ha puesto en marcha el destructor de las naciones. Ha
salido de su lugar para convertir tu tierra en desolación. Tus ciudades
serán devastadas y dejadas sin habitantes. 8 Por eso, ceñíos
de cilicio. Lamentad y gemid, porque el ardor de la ira de Jehovah no se
ha apartado de nosotros.
9 "Y sucederá en aquel día que desfallecerá el corazón
del rey y el corazón de los magistrados, dice Jehovah. Los sacerdotes se
quedarán horrorizados, y los profetas quedarán atónitos."
10 Entonces dije: "¡Oh Señor Jehovah! De veras has
engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: ’Tendréis paz’, mientras
que la espada penetra hasta el alma."
11 En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén:
"Un viento caliente viene desde los cerros del desierto en dirección de
la hija de mi pueblo, pero no para aventar ni para limpiar. 12
Un viento más fuerte que éstos viene de parte mía. Ahora también
yo declararé juicios contra ellos." 13 He aquí que subirá
como las nubes, y sus carros son como torbellino. Sus caballos son más
veloces que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque somos devastados!
14 Lava de maldad tu corazón, oh Jerusalén, para que seas salva.
¿Hasta cuándo dejarás permanecer en medio de ti tus planes de iniquidad?
15 Porque ya se oye la voz del que trae las noticias desde
Dan y del que informa de la calamidad desde la región montañosa de
Efraín. 16 Anunciad a las naciones; he aquí, haced oír en
Jerusalén: "Vienen guardias de tierra lejana y alzarán su voz contra las
ciudades de Judá. 17 Como guardias de campo estarán alrededor
de ella, porque se rebeló contra mí", dice Jehovah. 18 Tu
camino y tus transgresiones te han acarreado esto. Esta es tu desgracia.
¡Cuán amargo! Porque llegó hasta tu corazón.
Destrucción que causará el invasor
19 ¡Ay, mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las paredes de
mi corazón. Se conmociona mi corazón dentro de mí. No callaré, oh alma
mía, porque lo que has oído es el sonido de la corneta, el pregón de
guerra. 20 Quebranto sigue a quebranto, porque toda la tierra
es devastada. ¡De repente son devastadas mis moradas; en un momento, mis
tiendas!
21 ¿Hasta cuándo habré de ver la bandera y tendré que
oír el sonido de la corneta? 22 Porque mi pueblo es
insensato; no me conocen. Son hijos ignorantes y carentes de
entendimiento. Son expertos para hacer el mal, pero no saben hacer el
bien.
23 Miré la tierra, y he aquí que estaba sin orden y
vacía. Miré los cielos, y no había en ellos luz. 24 Miré las
montañas, y he aquí que temblaban; todas las colinas se estremecían.
25 Miré, y he aquí que no había hombre, y todas las aves del
cielo habían huido. 26 Miré, y he aquí que la tierra fértil
era un desierto. Todas sus ciudades habían sido devastadas ante la
presencia de Jehovah, ante el ardor de su ira. 27 Porque así
ha dicho Jehovah: "Todo el país será desolado, aunque no lo consumiré
del todo. 28 Por esto se enluta la tierra, y se oscurecen los
cielos arriba; porque he hablado, lo he planeado y no cambiaré de
parecer, ni desistiré de ello."
29 Todas las ciudades huyen del estruendo de los
jinetes y de los arqueros. Se meten en la espesura de los bosques y
suben a los peñascos. Todas las ciudades están abandonadas; nadie habita
en ellas. 30 Y tú, oh devastada, ¿qué harás? Aunque te vistas
de grana y te adornes con adornos de oro, aunque te agrandes los ojos
con pintura, en vano te embelleces. Tus amantes te despreciarán; lo que
ellos buscan es tu vida. 31 Porque oí una voz como de mujer
que tiene dolores de parto, angustia como de primeriza. Es la voz de la
hija de Sion que gime y extiende sus manos, diciendo: "¡Ay de mí, pues
mi alma desfallece ante los asesinos!"
El castigo de la infidelidad
5 Recorred las calles de
Jerusalén; mirad, pues, y sabed. Buscad en sus plazas a ver si halláis
un solo hombre, a ver si hay alguno que practique el derecho y que
busque la fidelidad; y yo la perdonaré. 2 Pero aunque dicen:
"¡Vive Jehovah!", ciertamente juran en falso.
3 Oh Jehovah, ¿no buscan tus ojos la fidelidad? Tú los
azotaste, y no les dolió; los consumiste, pero rehusaron recibir
corrección. Endurecieron sus caras más que la piedra y rehusaron volver.
4 Entonces dije: "Ciertamente ellos son unos pobres; se han
entontecido, porque no han conocido el camino de Jehovah, el mandato de
su Dios. 5 Me iré, pues, a los grandes y les hablaré, porque
ellos sí conocen el camino de Jehovah, el juicio de su Dios." Pero ellos
también quebraron el yugo y rompieron las coyundas. 6 Por eso
los herirá el león del bosque, los destruirá el lobo de los sequedales,
y el leopardo acechará sus ciudades. Cualquiera que salga de ellas será
despedazado; porque sus rebeliones se han multiplicado, y se ha
aumentado su apostasía.
7 "¿Por qué te he de perdonar por esto? Tus hijos me
abandonaron y juraron por lo que no es Dios. Yo los sacié, pero ellos
cometieron adulterio y frecuentaron casas de prostitutas. 8
Como caballos de cría, excitados, cada cual relinchaba por la mujer de
su prójimo. 9 ¿No habré de castigar por esto?, dice Jehovah.
¿No tomará venganza mi alma de una nación como ésta?
10 "Escalad las terrazas de sus vides y destruid, pero
no la consumáis. Quitad sus ramas, porque no son para Jehovah. 11
Porque resueltamente me han traicionado la casa de Israel y la
casa de Judá", dice Jehovah.
12 Negaron a Jehovah y dijeron: "El no existe. No
vendrá el mal sobre vosotros, ni veremos espada ni hambre. 13
Los profetas serán convertidos en viento, puesto que la palabra no está
en ellos. Así se ha de hacer con ellos."
14 Por tanto, así ha dicho Jehovah Dios de los
Ejércitos: "Porque dijisteis estas palabras, he aquí que yo pongo mis
palabras en tu boca como fuego. Este pueblo será la leña, y el fuego los
devorará. 15 He aquí, dice Jehovah, yo traigo sobre vosotros,
oh casa de Israel, una nación distante, una nación robusta, una nación
antigua, una nación cuya lengua ignoras; no entenderás lo que diga.
16 Su aljaba es como sepulcro abierto; todos ellos son valientes.
17 Comerá tu mies y tu pan; comerá a tus hijos y a tus hijas.
Comerá tus ovejas y tus vacas; comerá tus viñas y tus higueras. A espada
destruirá tus ciudades fortificadas en las cuales confías. 18
Sin embargo, dice Jehovah, no os consumiré del todo en aquellos días.
19 "Sucederá que cuando pregunten: ’¿Por qué nos hizo
Jehovah nuestro Dios todas estas cosas?’, entonces les responderás: ’De
la manera que me abandonasteis y servisteis a dioses extraños en vuestra
tierra, así serviréis a extranjeros en tierra ajena.’
20 "Anunciad esto en la casa de Jacob y hacedlo oír en
Judá: 21 ’Oíd esto, pueblo insensato y sin entendimiento.
Tienen ojos y no ven; tienen oídos y no oyen. 22 ¿A mí no me
temeréis?, dice Jehovah. ¿No temblaréis delante de mí, que puse la arena
como límite del mar, por decreto eterno que no lo podrá traspasar? Se
levantarán sus olas, pero no prevalecerán; rugirán, pero no lo pasarán.’
23 No obstante, este pueblo tiene corazón obstinado y
rebelde; se han apartado y se han ido. 24 No dicen en su
corazón: ’Temamos, pues, a Jehovah nuestro Dios, que da en su tiempo la
lluvia temprana y la tardía, y nos guarda los tiempos establecidos para
la siega.’ 25 Vuestras iniquidades han desviado estas cosas,
y vuestros pecados os han privado del bien. 26 Porque en mi
pueblo se encuentran impíos que vigilan como quien ha puesto una trampa.
Ponen objetos de destrucción y atrapan hombres. 27 Como
jaulas llenas de pájaros, así están sus casas llenas de fraude. Así se
han hecho grandes y ricos. 28 Se han puesto gordos y
lustrosos. Incluso, sobrepasan las obras del malo. En el juicio no
defienden la causa del huérfano de modo que se le haga prosperar, y no
juzgan la causa de los necesitados.
29 "¿No habré de castigar por esto?, dice Jehovah. ¿No
tomará venganza mi alma de una nación como ésta? 30 Cosas
espantosas y horribles suceden en la tierra: 31 Los profetas
profetizan con mentira, y los sacerdotes dirigen por su propia cuenta. Y
mi pueblo así lo quiere. ¿Qué, pues, haréis cuando llegue su fin?
Asedio contra la injusta Jerusalén
6 "Oh hijos de Benjamín,
huid de en medio de Jerusalén y tocad la corneta en Tecoa. Levantad
señales de humo sobre Bet-haquérem, porque del norte se ve venir el mal
y el gran quebrantamiento.
2 "Como una deleitosa pradera es la hija de Sion.
3 Hacia ella vienen los pastores con sus rebaños. Alrededor de
ella ponen sus tiendas; cada cual apacienta en su lugar."
4 ¡Haced guerra santa contra ella! ¡Levantaos y subamos
a mediodía! ¡Ay de nosotros, porque el día va declinando, y se extienden
las sombras del anochecer! 5 ¡Levantaos, subamos de noche y
destruyamos sus palacios!
6 Porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos:
"¡Cortad sus árboles y levantad un terraplén contra Jerusalén! Esta es
la ciudad que ha de ser castigada. Todo en ella es opresión. 7
Como la cisterna preserva frescas sus aguas, así ella preserva
fresca su maldad. En ella se oye hablar de violencia y destrucción;
continuamente hay enfermedad y heridas en mi presencia. 8
Corrígete, oh Jerusalén, no sea que mi alma se aparte de ti; no sea que
yo te convierta en desolación, en tierra no habitada."
9 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "Al remanente
de Israel lo rebuscarán como a una vid. Como un vendimiador, vuelve tu
mano a las ramas."
10 ¿A quién tengo que hablar y amonestar, para que
oigan? He aquí que sus oídos están sordos, y no pueden oír. He aquí que
la palabra de Jehovah les es afrenta, y no la desean. 11 Por
tanto, estoy lleno de la ira de Jehovah; cansado estoy de contenerme.
"¡Derrámala sobre el niño en la calle, y sobre el círculo de los
jóvenes! Porque tanto el marido como la mujer serán apresados, y el
anciano con el lleno de días. 12 Sus casas serán traspasadas
a otros; asimismo, sus campos y sus mujeres, dice Jehovah. Porque
extenderé mi mano contra los habitantes del país, 13 pues
desde el menor hasta el mayor de ellos, cada uno persigue las ganancias
deshonestas. Desde el profeta hasta el sacerdote, todos obran con engaño
14 y curan con superficialidad el quebranto de mi pueblo,
diciendo: ’Paz, paz.’ ¡Pero no hay paz!
15 "¿Acaso se han avergonzado de haber hecho
abominación? ¡Ciertamente no se han avergonzado, ni han sabido
humillarse! Por tanto, caerán entre los que caigan; en el tiempo en que
yo los castigue, tropezarán", ha dicho Jehovah.
La inminente invasión del norte
16 Así ha dicho Jehovah: "Deteneos en los caminos y mirad.
Preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad en
él; y hallaréis descanso para vuestras almas." Pero ellos dijeron: "¡No
andaremos en él!"
17 "También puse sobre ellos centinelas que dijeran:
’¡Escuchad el sonido de la corneta!’ Pero dijeron: ’No escucharemos.’
18 Por tanto, oíd, oh naciones; y conoce, oh congregación, lo
que les sucederá. 19 Escucha, oh tierra: He aquí, yo traigo
sobre este pueblo el mal, el fruto de sus pensamientos. Porque no
atendieron a mis palabras; y en cuanto a mi ley, la han desechado.
20 "¿De qué vale que me traigáis este incienso de Saba
y caña aromática de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son
aceptables, ni vuestros sacrificios son de mi agrado. 21 Por
tanto, así ha dicho Jehovah, he aquí que yo pongo tropiezos a este
pueblo, y caerán en ellos los padres junto con los hijos; el vecino y su
prójimo perecerán."
22 Así ha dicho Jehovah: "He aquí que viene un pueblo
de la tierra del norte; una gran nación se despertará en los confines de
la tierra. 23 Empuñan el arco y la lanza. Son crueles; no
tienen misericordia. Su estruendo resuena como el mar. Montan sobre
caballos, y como un solo hombre se disponen para la batalla contra ti,
oh hija de Sion."
24 Oímos de su fama, y nuestras manos se debilitaron.
La angustia se apoderó de nosotros, dolor como de mujer que da a luz.
25 No salgas al campo, ni vayas por el camino; porque la
espada del enemigo y el terror están por todas partes. 26 Oh
hija de mi pueblo, cíñete de cilicio y revuélcate en ceniza. Haz duelo
como por hijo único, llanto de amargura; porque súbitamente vendrá sobre
nosotros el destructor.
27 "Te he puesto en la torre como un centinela en medio
de mi pueblo. Conoce, pues, y observa el camino de ellos. 28
Todos ellos son de lo más obstinados y andan calumniando. Son bronce y
hierro; todos ellos son corruptores. 29 El fuelle sopla, y el
plomo es consumido por el fuego. En vano se esfuerza el fundidor, pues
los malos no se desprenden. 30 Los llaman Plata Desechada,
porque Jehovah los ha desechado."
La falsa confianza en el templo
7 La palabra de Jehovah que
vino a Jeremías, diciendo: 2 "Ponte de pie junto a la puerta
de la casa de Jehovah y proclama allí esta palabra. Diles: Oíd la
palabra de Jehovah, todos los de Judá que entráis por estas puertas para
adorar a Jehovah. 3 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos,
Dios de Israel: Corregid vuestros caminos y vuestras obras, y os dejaré
habitar en este lugar. 4 No confiéis en palabras de mentira
que dicen: ’¡Templo de Jehovah, templo de Jehovah! ¡Este es el templo de
Jehovah!’ 5 Porque si realmente corregís vuestros caminos y
vuestras obras, si realmente practicáis lo justo entre el hombre y su
prójimo, 6 si no oprimís al forastero, al huérfano y a la
viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, y si no vais tras
otros dioses para vuestro propio mal, 7 entonces os dejaré
habitar en este lugar, en la tierra que desde siempre y para siempre di
a vuestros padres.
8 "He aquí que vosotros estáis confiando en palabras de
mentira que no aprovechan. 9 Después de robar, de matar, de
cometer adulterio, de proferir falso testimonio, de ofrecer incienso a
Baal y de ir tras otros dioses que no conocisteis, 10
¿vendréis para estar delante de mí en este templo que es llamado por mi
nombre y para decir: ’Somos libres’ (para seguir haciendo todas estas
abominaciones)? 11 ¿Acaso este templo, que es llamado por mi
nombre, es ante vuestros ojos una cueva de ladrones? He aquí que yo
también lo he visto, dice Jehovah.
12 "Id, pues, a mi lugar que estuvo en Silo, donde al
principio hice morar mi nombre, y ved lo que le hice a causa de la
maldad de mi pueblo Israel. 13 Ahora pues, dice Jehovah, por
cuanto habéis hecho todas estas obras -y a pesar de que os hablé
persistentemente, no escuchasteis; y cuando os llamé, no respondisteis-,
14 por eso, como hice a Silo, haré a este templo que es
llamado por mi nombre y en el cual confiáis, a este lugar que os di a
vosotros y a vuestros padres. 15 Y os echaré de mi presencia
como eché a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efraín.
Lo trágico de la idolatría
16 "Tú, pues, no ores por este pueblo. No levantes por ellos
clamor ni oración; no intercedas ante mí, porque no te escucharé.
17 ¿No ves lo que hacen éstos en las ciudades de Judá y en las
calles de Jerusalén? 18 Los hijos recogen la leña, y los
padres encienden el fuego. Las mujeres amasan la masa para hacer tortas
a la Reina del Cielo y para derramar libaciones a otros dioses, para
ofenderme. 19 ¿Me ofenderán a mí?, dice Jehovah. ¿Acaso no
actúan, más bien, para su propia vergüenza?"
20 Por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah: "He aquí
que mi furor y mi ira se derraman sobre este lugar, sobre los hombres y
sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la
tierra. Se encenderá y no se apagará."
Lo trágico del formalismo indolente
21 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel:
"Añadid vuestros holocaustos a vuestros sacrificios y comed carne.
22 Porque el día en que los saqué de la tierra de Egipto, no hablé
con vuestros padres ni les mandé acerca de holocaustos y sacrificios.
23 Más bien, les mandé esto diciendo: ’Escuchad mi voz; y yo
seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Andad en todo camino que
os he mandado, para que os vaya bien.’ 24 Pero no escucharon
ni inclinaron su oído, sino que caminaron en la dureza de su malvado
corazón, según sus propios planes. Caminaron hacia atrás y no hacia
adelante. 25 Desde el día en que vuestros padres salieron de
la tierra de Egipto hasta este día, os envié todos mis siervos los
profetas, persistentemente, día tras día. 26 Pero no me
escucharon ni inclinaron su oído; más bien, endurecieron su cerviz y
actuaron peor que sus padres.
27 "Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no
te escucharán; los llamarás, pero no te responderán. 28 Por
tanto, les dirás: ’Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehovah su
Dios ni aceptó la corrección. La fidelidad se ha perdido; ha sido
eliminada de sus bocas.’
Trágica profanación del culto
29 "Corta tu cabellera y arrójala. Prorrumpe en lamento sobre
los cerros, pues Jehovah ha rechazado y ha abandonado a la generación,
objeto de su ira. 30 Porque los hijos de Judá han hecho lo
malo ante mis ojos, dice Jehovah. Han puesto sus ídolos abominables en
el templo que es llamado por mi nombre, contaminándolo. 31
Han edificado los lugares altos del Tófet, que están en el valle de Ben-hinom,
para quemar en el fuego a sus hijos y a sus hijas, cosa que no les
mandé, ni me vino a la mente. 32 Por tanto, dice Jehovah, he
aquí vendrán días en que no se dirá más Tófet, ni valle de Ben-hinom,
sino valle de la Matanza. En el Tófet serán sepultados por no haber más
lugar. 33 Los cadáveres de este pueblo servirán de comida a
las aves del cielo y a los animales de la tierra, y no habrá quien los
espante. 34 Haré cesar en las ciudades de Judá y en las
calles de Jerusalén la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del novio
y la voz de la novia; porque la tierra será arruinada."
8 Jehovah dice: "En
aquel tiempo sacarán fuera de los sepulcros los huesos de los reyes de
Judá, los huesos de sus magistrados, los huesos de los sacerdotes, los
huesos de los profetas y los huesos de los habitantes de Jerusalén.
2 Los extenderán ante el sol, ante la luna y ante todo el ejército
del cielo, a quienes amaron y rindieron culto, a quienes siguieron y
consultaron, y ante quienes se postraron. No serán recogidos ni
sepultados; quedarán como abono sobre la superficie de la tierra. 3
Preferible será la muerte que la vida para el resto de los
sobrevivientes de esta perversa familia, en todos los lugares a donde yo
los arroje, dice Jehovah de los Ejércitos.
Contra los escribas y los sabios
4 "Asimismo, les dirás que así ha dicho Jehovah: ’¿No se
levantan los que se caen? ¿No vuelve el que es tomado cautivo? 5
¿Por qué apostata este pueblo, oh Jerusalén, con perenne
apostasía? Se aferran al engaño; rehúsan volver.
6 "Oí atentamente y escuché; no hablan con rectitud. No
hay hombre que se arrepienta de su maldad y que diga: ’¿Qué he hecho?’
Cada cual se ha vuelto a su carrera, como caballo que arremete en la
batalla.
7 "Hasta la cigüeña en el cielo conoce sus tiempos
determinados; la tórtola, la golondrina y la grulla guardan el tiempo de
sus migraciones. Pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehovah. 8
¿Cómo diréis: ’Nosotros somos sabios, y la ley de Jehovah está con
nosotros’? Ciertamente he aquí que la pluma engañosa de los escribas la
ha convertido en engaño. 9 Los sabios son avergonzados, se
llenan de terror y son tomados prisioneros. He aquí que han rechazado la
palabra de Jehovah, ¿y qué clase de sabiduría les queda? 10
Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos a los conquistadores;
porque desde el menor hasta el mayor, cada uno persigue las ganancias
deshonestas. Desde el profeta hasta el sacerdote, todos obran con engaño
11 y curan con superficialidad el quebranto de la hija de mi
pueblo, diciendo: ’Paz, paz.’ ¡Pero no hay paz!
12 "¿Acaso se han avergonzado de haber hecho
abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni han sabido
humillarse! Por tanto, caerán entre los que caigan; en el tiempo de su
castigo tropezarán, ha dicho Jehovah. 13 ¡De cierto acabaré
con ellos!, dice Jehovah. No quedarán uvas en la vid, ni higos en la
higuera. Hasta las hojas se marchitarán, y lo que les he dado pasará de
ellos."
Jeremías lamenta la ruina del pueblo
14 ¿Por qué nos quedamos sentados? Reuníos, y entremos en las
ciudades fortificadas y perezcamos allí, porque Jehovah nuestro Dios nos
ha hecho perecer. Nos ha hecho beber aguas envenenadas, porque hemos
pecado contra Jehovah. 15 Esperamos paz, y no hay tal bien;
tiempo de sanidad, y he aquí, terror. 16 Desde Dan se ha oído
el relincho de sus caballos. Toda la tierra tiembla a causa del relincho
de sus corceles. Vienen y devoran la tierra y su plenitud, la ciudad y
sus habitantes.
17 "He aquí que yo envío sobre vosotros serpientes,
víboras contra las cuales no habrá encantamiento que valga. Y ellas os
morderán", dice Jehovah.
18 El dolor se sobrepone a mí sin remedio; mi corazón
está enfermo. 19 ¡He aquí, la voz del grito de la hija de mi
pueblo que viene de lejana tierra! ¿Acaso no está Jehovah en Sion?
¿Acaso no está en ella su Rey? ¿Por qué me han provocado a ira con sus
imágenes talladas, con las vanidades del extranjero?
20 Ha pasado la siega, se ha acabado el verano, ¡y
nosotros no hemos sido salvos! 21 Quebrantado estoy por el
quebranto de la hija de mi pueblo. Estoy enlutado; el horror se ha
apoderado de mí. 22 ¿Acaso no hay bálsamo en Galaad? ¿Acaso
no hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hay sanidad para la hija de mi
pueblo?
9 1 ¡Quién
me diera que mi cabeza fuese agua y mis ojos manantial de lágrimas, para
que llorara día y noche por los muertos de la hija de mi pueblo! 2
¡Quién me diera una posada de caminantes en medio del desierto,
para abandonar a mi pueblo e irme de ellos! Porque todos ellos son unos
adúlteros, una asamblea de traidores. 3 Dispusieron su lengua
como arco; se hicieron fuertes en la tierra para el engaño, no para la
fidelidad.
"Procedieron de mal en mal y no me han conocido, dice Jehovah.
4 ¡Cuídese cada uno de su prójimo! En ningún hermano tenga
confianza; porque todo hermano suplanta, y todo prójimo anda
calumniando. 5 Cada uno engaña a su prójimo, y no hablan
verdad; enseñan su lengua para hablar mentira. Se han pervertido hasta
el cansancio. 6 Su morada está en medio del engaño. Y a causa
del engaño rehúsan conocerme", dice Jehovah.
7 Por tanto, así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "He
aquí que yo los fundiré y los probaré. Pues, ¿de qué otro modo he de
proceder con la hija de mi pueblo? 8 Flecha asesina es la
lengua de ellos; hablan engaño. Con su boca habla de paz a su prójimo,
pero dentro de sí pone emboscada. 9 ¿No habré de castigarles
por esto?, dice Jehovah. ¿No tomará venganza mi alma de una nación como
ésta?"
10 Prorrumpiré en llanto y lamento por los montes, en
canto fúnebre por los pastizales del desierto. Porque han sido
devastados hasta no quedar quien pase, ni se escucha el mugido del
ganado. Desde las aves del cielo hasta el ganado huirán y se irán.
11 "Yo convertiré a Jerusalén en montones de piedras y
en guarida de chacales. Convertiré las ciudades de Judá en una
desolación, sin habitantes."
12 ¿Quién es el hombre sabio que entienda esto? ¿A
quién ha hablado la boca de Jehovah, de manera que lo pueda declarar?
¿Por qué ha perecido la tierra y ha sido devastada cual desierto, de
modo que nadie pase por ella?
13 Y Jehovah dijo: "Porque dejaron mi ley, la cual puse
delante de ellos. No obedecieron mi voz, ni caminaron conforme a ella.
14 Más bien, fueron tras la porfía de sus corazones y tras
los Baales, como sus padres les enseñaron. 15 Por tanto, así
ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel, he aquí que haré
comer ajenjo a este pueblo; les haré beber aguas envenenadas. 16
Los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres
conocieron. Y enviaré tras ellos la espada, hasta que yo los extermine.
17 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Considerad y llamad
a las plañideras, y que vengan; enviad a llamar a las más expertas, y
que vengan."
18 ¡Apresúrense y prorrumpan en lamento por nosotros!
Derramen lágrimas nuestros ojos; fluya agua de nuestros párpados.
19 Porque en Sion se oye la voz de un lamento:
¡Cómo hemos sido destruidos!
En gran manera hemos sido avergonzados;
porque hemos abandonado la tierra,
porque han derribado nuestras moradas.
20 Escuchad, oh mujeres, la palabra de Jehovah; reciba
vuestro oído la palabra de su boca. Enseñad lamentos a vuestras hijas;
cantos fúnebres, cada una a su compañera. 21 Porque la muerte
ha subido por nuestras ventanas y ha entrado en nuestros palacios, para
barrer a los niños de las calles y a los jóvenes de las plazas.
22 Diles que así dice Jehovah: "Los cuerpos de los
hombres muertos caerán como abono sobre la superficie del campo. Como
manojos caerán detrás del segador, y no habrá quien los recoja."
El verdadero motivo para alabarse
23 Así ha dicho Jehovah: "No se alabe el sabio en su
sabiduría, ni se alabe el valiente en su valentía, ni se alabe el rico
en sus riquezas. 24 Más bien, alábese en esto el que se
alabe: en entenderme y conocerme que yo soy Jehovah, que hago
misericordia, juicio y justicia en la tierra. Porque estas cosas me
agradan, dice Jehovah.
25 "He aquí, vienen días, dice Jehovah, en que traeré
el castigo sobre todo circuncidado y sobre todo incircunciso: 26
sobre Egipto, Judá, Edom, los hijos de Amón y Moab, y sobre todos
los que se rapan las sienes y habitan en el desierto. Porque todas estas
naciones son incircuncisas, y toda la casa de Israel es incircuncisa de
corazón."
Contraste entre Jehovah y los ídolos
10 Oíd la palabra que ha
hablado Jehovah acerca de vosotros, oh casa de Israel. 2 Así
ha dicho Jehovah: "No aprendáis el camino de las naciones, ni tengáis
temor de las señales del cielo, aunque las naciones las teman. 3
Porque las costumbres de los pueblos son vanidad: Cortan un árbol
del bosque, y las manos del escultor lo labran con la azuela. 4
Lo adornan con plata y oro; lo afirman con clavos y martillo para
que no se tambalee. 5 Son como un espantapájaros en un huerto
de pepinos. No hablan; son llevados, porque no pueden dar un paso. No
tengáis temor de ellos, porque no pueden hacer daño ni tampoco tienen
poder para hacer bien."
6 ¡No hay nadie semejante a ti, oh Jehovah! Tú eres
grande; grande es tu nombre en poder. 7 ¡Quién no te temerá,
oh Rey de las naciones! Porque a ti se te debe temer. Entre todos los
sabios de las naciones y en todos sus reinos, no hay nadie semejante a
ti. 8 Son torpes e insensatos a la vez. El mismo ídolo de
madera es una lección de vanidades: 9 Traen plata laminada de
Tarsis y oro de Ufaz, los cuales son trabajados por el platero y por las
manos del fundidor. Sus vestiduras son de material azul y de púrpura;
todas son obra de expertos. 10 Pero Jehovah es el verdadero
Dios; él es el Dios vivo y el Rey eterno. Ante su enojo tiembla la
tierra; las naciones no pueden resistir su furor.
11 Así les diréis: "Los dioses que no hicieron los
cielos ni la tierra desaparecerán de la tierra y de debajo de estos
cielos. 12 El hizo la tierra con su poder; estableció el
mundo con su sabiduría y extendió los cielos con su inteligencia.
13 Cuando él emite su voz, se produce un tumulto de aguas en los
cielos. El hace subir la neblina desde los extremos de la tierra. Hace
los relámpagos para la lluvia y saca el viento de sus depósitos."
14 Todo hombre se embrutece por falta de conocimiento.
Todo platero es avergonzado a causa de su ídolo. Porque sus ídolos de
fundición son un engaño, y no hay espíritu en ellos. 15 Son
vanidad, obra ridícula; en el tiempo de su castigo perecerán. 16
No es como ellos la Porción de Jacob; porque él es el Hacedor de
todo, e Israel es la tribu de su heredad. ¡Jehovah de los Ejércitos es
su nombre!
Lamento por la ruina del pueblo
17 Recoge del suelo tu equipaje, tú que habitas en un lugar
bajo asedio. 18 Porque así ha dicho Jehovah: "He aquí que
esta vez arrojaré con honda a los habitantes del país, y he de
afligirlos para que sean avergonzados."
19 ¡Ay de mí, por mi ruina! Mi herida es incurable. Sin
embargo, dije: "Ciertamente ésta es mi enfermedad, y debo sufrirla."
20 Mi tienda es destruida, y todas mis cuerdas han sido
rotas. Mis hijos se me han ido, y ya no están. Ya no hay nadie que
extienda mi morada, ni quien levante mi tienda. 21 Porque los
pastores se han embrutecido y no han buscado a Jehovah. Por eso no
prosperaron, y todo su rebaño se ha dispersado. 22 He aquí
que viene un rumor, y gran alboroto de la tierra del norte, para
convertir en desolación y en guarida de chacales todas las ciudades de
Judá.
23 Reconozco, oh Jehovah, que el hombre no es señor de
su camino, ni el hombre que camina es capaz de afirmar sus pasos.
24 Corrígeme, oh Jehovah, pero con tu juicio; no con tu furor,
para que no me empequeñezcas. 25 Derrama tu ira sobre las
naciones que no te conocen y sobre las familias que no invocan tu
nombre. Porque han devorado a Jacob; lo han devorado y consumido, y han
desolado su morada.
El pacto de Sinaí violado
11 La palabra de Jehovah
que vino a Jeremías, diciendo:
2 -Escuchad las palabras de este pacto y hablad a los
hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén. 3 Tú les
dirás que así ha dicho Jehovah Dios de Israel: "Maldito el hombre que no
obedece las palabras de este pacto 4 que mandé a vuestros
padres el día en que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de
hierro, diciéndoles: ’Oíd mi voz y haced conforme a todo lo que yo os
mando. Así seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios; 5 para
confirmar el juramento que hice a vuestros padres, de darles la tierra
que fluye leche y miel, como en este día.’ "
Yo respondí:
-Así sea, oh Jehovah.
6 Entonces Jehovah me dijo:
-Proclama todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las
calles de Jerusalén, diciendo: "Oíd las palabras de este pacto y
ponedlas por obra. 7 Porque bien advertí a vuestros padres el
día en que los hice subir de la tierra de Egipto y hasta el día de hoy,
advirtiéndoles persistentemente y diciendo: ’Escuchad mi voz.’ 8
Pero no escucharon ni inclinaron su oído. Más bien, se fueron cada
uno tras la porfía de su malvado corazón. Por eso traeré sobre ellos
todas las palabras de este pacto que mandé que cumpliesen, pero que no
cumplieron."
9 Además, Jehovah me dijo:
-Se ha hallado conspiración entre los hijos de Judá y entre los
habitantes de Jerusalén. 10 Se han vuelto a las maldades de
sus primeros padres, quienes rehusaron escuchar mis palabras; se han ido
tras otros dioses para servirles. La casa de Israel y la casa de Judá
han invalidado mi pacto que concerté con sus padres. 11 Por
tanto, así ha dicho Jehovah, he aquí que yo traigo sobre ellos un mal
del que no podrán escapar. Clamarán a mí, pero no los escucharé. 12
Las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén irán y clamarán
a los dioses a los cuales queman incienso, pero éstos de ninguna manera
los podrán salvar en el tiempo de su calamidad. 13 Porque
según el número de tus ciudades, oh Judá, han sido tus dioses; y según
el número de tus calles, oh Jerusalén, habéis puesto altares a la
vergüenza, altares para quemar incienso a Baal. 14 Tú, pues,
no ores por este pueblo. No levantes por ellos clamor ni oración, porque
yo no escucharé en el tiempo en que clamen a mí, en el tiempo de su
calamidad.
Reproche a los hipócritas
15 »¿Qué derecho tiene mi amada en mi casa, después de haber
hecho tantas intrigas? ¿Acaso los votos y la carne santa podrán apartar
tu mal de sobre ti? ¿Puedes entonces alegrarte?
16 »Jehovah llamó tu nombre: "Olivo verde de hermoso
fruto y buen aspecto." Pero con el estruendo de gran tumulto él le
prenderá fuego, y sus ramas quedarán arruinadas. 17 Jehovah
de los Ejércitos, que te plantó, ha decretado el mal contra ti, a causa
de la maldad que para sí mismos hicieron los de la casa de Israel y de
la casa de Judá, al provocarme a ira quemando incienso a Baal.
Complot contra Jeremías en Anatot
18 Jehovah me lo hizo saber, y lo supe; me hizo ver las obras
de ellos. 19 Pero yo era como un cordero manso que llevan a
degollar, pues no entendía que contra mí maquinaban planes diciendo:
"Eliminemos el árbol en su vigor. Cortémoslo de la tierra de los
vivientes, y nunca más sea recordado su nombre." 20 Pero, oh
Jehovah de los Ejércitos, que juzgas con justicia y escudriñas la
conciencia y el corazón, deja que yo vea tu venganza contra ellos;
porque ante ti he expuesto mi causa.
21 Por tanto, así ha dicho Jehovah acerca de los
hombres de Anatot que buscan mi vida y dicen: "No profetices en nombre
de Jehovah, para que no mueras por nuestra mano." 22 Así ha
dicho Jehovah de los Ejércitos: "He aquí que yo los castigaré; los
jóvenes morirán a espada, y sus hijos y sus hijas morirán de hambre.
23 No quedará sobreviviente de ellos, porque yo traeré el mal
sobre los hombres de Anatot en el año de su castigo."
12 -Justo eres tú, oh
Jehovah, para que yo contienda contigo. Sin embargo, hablaré contigo
sobre cuestiones de derecho. ¿Por qué prospera el camino de los impíos?
¿Por qué tienen tranquilidad todos los que hacen traición? 2
Tú los has plantado, y han echado raíces; crecen y dan fruto. Cercano
estás tú de sus bocas, pero lejos de sus conciencias. 3 Sin
embargo, oh Jehovah, tú me conoces. Tú me has visto y has probado cómo
es mi corazón para contigo. Sepáralos, como a ovejas destinadas para el
matadero; apártalos para el día de la matanza. 4 ¿Hasta
cuándo ha de estar de duelo la tierra, y se secará la hierba de todo
campo? Por la maldad de los que habitan en ella han perecido los
animales y las aves; porque dijeron: "El no verá nuestro final."
5 -Si corriste con los de a pie y te cansaron, ¿cómo
competirás con los caballos? Y si en tierra de paz te caes al suelo,
¿qué harás en la espesura del Jordán? 6 Porque aun tus
hermanos y la casa de tu padre te han traicionado; aun ellos gritan
detrás de ti con fuerte voz. No les creas, aunque te hablen de bondades.
7 He abandonado mi casa, he desamparado mi heredad, he
entregado lo que amaba mi alma en mano de sus enemigos. 8 Mi
heredad llegó a ser para mí como el león en el bosque. Contra mí levantó
su voz; por tanto, la aborrecí. 9 ¿Es para mí mi heredad como
una ave de rapiña pintada, contra la cual están alrededor otras aves de
rapiña? Id, reunid a todos los animales del campo; sean traídos para que
la devoren. 10 Muchos pastores han arruinado mi viña y han
pisoteado mi heredad. Han convertido mi preciosa heredad en un desierto
desolado. 11 La han convertido en una desolación. Por mí está
de duelo, desolada; toda la tierra ha sido desolada, porque nadie lo
toma a pecho. 12 Sobre todos los cerros del desierto han
venido los destructores, porque la espada de Jehovah devora desde un
extremo de la tierra hasta el otro. No hay paz para ningún mortal.
13 Sembraron trigo y segaron espinas. Están exhaustos, pero de
nada les aprovecha. Se avergonzarán de sus cosechas, a causa del ardor
de la ira de Jehovah.
Profecía de juicio y restauración
14 Así ha dicho Jehovah:
-Con respecto a todos mis malos vecinos que atacan la heredad que
hice poseer a mi pueblo Israel, he aquí que yo los arrancaré de su
tierra. También arrancaré de en medio de ellos a la casa de Judá.
15 Pero sucederá que después que los haya arrancado, volveré a
tener misericordia de ellos y los haré volver cada uno a su heredad, y
cada cual a su tierra. 16 Y sucederá que si con diligencia
aprenden los caminos de mi pueblo para jurar en mi nombre, diciendo:
"¡Vive Jehovah!" (tal como enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal),
entonces ellos serán edificados en medio de mi pueblo. 17
Pero si no escuchan, yo arrancaré a tal nación. La arrancaré y la
destruiré, dice Jehovah.
Simbolismo del cinto podrido
13 Así me ha dicho Jehovah:
"Vé, compra un cinto de lino, cíñete con él y no lo metas en agua."
2 Entonces compré el cinto, conforme a la palabra de Jehovah, y me
ceñí con él. 3 Luego vino a mí la palabra de Jehovah por
segunda vez, diciendo: 4 "Toma el cinto que has comprado y
que tienes ceñido. Levántate y vé al Eufrates; escóndelo allí, en la
hendidura de una peña." 5 Fui, pues, y lo escondí junto al
Eufrates, como me había mandado Jehovah. 6 Y sucedió que
después de muchos días Jehovah me dijo: "Levántate, vé al Eufrates y
toma de allí el cinto que te mandé que escondieses allá." 7
Entonces fui al Eufrates y cavé. Tomé el cinto del lugar donde lo había
escondido, y he aquí que el cinto se había podrido, y no servía para
nada.
8 Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
9 "Así ha dicho Jehovah: ’Así haré que se pudra la soberbia
de Judá y la mucha soberbia de Jerusalén. 10 Este pueblo
malo, que rehúsa escuchar mis palabras, que anda en la porfía de su
corazón y va tras otros dioses para rendirles culto y para postrarse
ante ellos, vendrá a ser como este cinto que no sirve para nada. 11
Porque como el cinto se adhiere a los lomos del hombre, dice
Jehovah, así hice que se adhirieran a mí toda la casa de Israel y toda
la casa de Judá, para que me fuesen pueblo y para renombre, alabanza y
honra. Pero no escucharon.’
Simbolismo de las tinajas rotas
12 "Entonces les dirás esta palabra que ha dicho Jehovah Dios
de Israel: ’Toda tinaja ha de ser llenada con vino.’ Ellos te
responderán: ’¿Acaso no sabemos que toda tinaja ha de ser llenada con
vino?’ 13 Entonces les dirás que así ha dicho Jehovah: ’He
aquí que yo lleno de embriaguez a todos los habitantes de esta tierra; a
los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes, a los
profetas y a todos los habitantes de Jerusalén. 14 Yo los
destrozaré, unos contra otros, a los padres y a los hijos a la vez, dice
Jehovah. No tendré compasión, no tendré lástima ni tendré misericordia
como para no destruirlos.’ "
Humillación y cautividad del pueblo
15 Oíd y prestad atención; no seáis altivos, pues Jehovah ha
hablado. 16 Dad gloria a Jehovah vuestro Dios, antes que él
haga que se oscurezca; antes que vuestros pies tropiecen contra montañas
tenebrosas y la luz que esperáis él os la vuelva densa oscuridad y la
convierta en tinieblas. 17 Pero si no escucháis esto, mi alma
llorará en secreto a causa de vuestra soberbia. Mis ojos llorarán
amargamente y derramarán lágrimas, porque el rebaño de Jehovah es tomado
cautivo.
18 Di al rey y a la reina madre: "Humillaos, sentaos en
tierra, porque la corona de vuestra gloria caerá de vuestras cabezas.
19 Las ciudades del Néguev han sido cerradas, y no hay quien
las abra. Todo Judá es llevado cautivo, llevado cautivo del todo.
20 "Alza tus ojos y observa a los que vienen del norte.
¿Dónde está el rebaño que te fue dado, la grey de tu gloria? 21
¿Qué dirás cuando Dios designe como jefes sobre ti a tus amigos, a
quienes tú misma enseñaste? ¿No te sobrevendrán dolores como de mujer
que da a luz? 22 Cuando digas en tu corazón: ’¿Por qué me ha
sobrevenido esto?’, sabe que por tu mucha maldad fueron levantadas tus
faldas y fueron desnudados tus talones. 23 ¿Podrá el negro
cambiar de piel y el leopardo sus manchas? Así tampoco vosotros podréis
hacer el bien, estando habituados a hacer el mal.
24 "Por tanto, os esparciré al viento del desierto como
al tamo que pasa. 25 Esta es tu suerte, la porción que
recibes de mi parte por tu autosuficiencia, dice Jehovah; porque te
olvidaste de mí y confiaste en la mentira. 26 También yo
levantaré tus faldas sobre tu cara, y será vista tu vergüenza: 27
tus adulterios, tus relinchos, la infamia de tu prostitución.
Sobre las colinas en el campo he visto tus abominaciones. ¡Ay de ti, oh
Jerusalén! ¿Hasta cuándo no te purificarás en pos de mí?"
Profecía e intercesión ante la sequía
14 La palabra de Jehovah
que vino a Jeremías con motivo de la sequía:
2 -Se ha enlutado Judá, y las puertas de sus ciudades
están por caer. El pueblo está abrumado en el suelo, y se levanta el
clamor de Jerusalén. 3 Sus nobles envían a sus sirvientes por
agua; van a las cisternas y no hallan agua. Regresan con los cántaros
vacíos. Son avergonzados y afrentados, y cubren sus cabezas. 4
Por cuanto el suelo está ardiente, pues no ha habido lluvia en la
tierra, los labradores están avergonzados; cubren sus cabezas. 5
Hasta la gacela en el campo, al parir, abandona su cría, porque no
hay hierba. 6 Los asnos monteses se ponen sobre los cerros y
aspiran el viento como los chacales. Sus ojos se debilitan, porque no
hay hierba.
7 -Aun cuando nuestras iniquidades testifican contra
nosotros, oh Jehovah, actúa por amor de tu nombre. Ciertamente nuestras
rebeliones se han multiplicado, y contra ti hemos pecado. 8
Oh Esperanza de Israel, su Salvador en el tiempo de aflicción, ¿por qué
has de ser como forastero en la tierra, y como caminante que levanta su
tienda sólo para pasar la noche? 9 ¿Por qué has de ser como
un hombre atónito o como un valiente que no puede librar? Sin embargo,
tú estás entre nosotros, oh Jehovah, y nosotros somos llamados por tu
nombre. ¡No nos desampares!
10 Así ha dicho Jehovah a este pueblo:
-¡De veras que les gusta vagar, y no detienen sus pies! Por tanto,
Jehovah no los acepta. Ahora se acordará de su iniquidad y los castigará
por sus pecados. 11 - Además me dijo Jehovah-: No ores por el
bien de este pueblo. 12 Aunque ayunen, yo no escucharé su
clamor; y aunque ofrezcan holocaustos y ofrendas, no los aceptaré. Más
bien, los consumiré con espada, con hambre y con peste.
13 Y yo dije:
-¡Oh, Señor Jehovah! He aquí que los profetas les dicen: "No
veréis espada, ni os sobrevendrá el hambre; sino que en este lugar os
daré verdadera paz."
14 Entonces Jehovah me dijo:
-Mentira profetizan los profetas en mi nombre. Yo no los he
enviado, ni les he mandado ni les he hablado. Os profetizan visión
mentirosa, adivinación vana y el engaño de sus propios corazones.
15 Por tanto, así ha dicho Jehovah acerca de los profetas que
profetizan en mi nombre (a los cuales yo no envié, y quienes dicen: "Ni
espada, ni hambre habrá en esta tierra"): Por la espada y por el hambre
perecerán tales profetas. 16 Y el pueblo al cual ellos
profetizan será echado en las calles de Jerusalén, a causa del hambre y
de la espada. No habrá quien los sepulte, ni a sus mujeres, ni a sus
hijos, ni a sus hijas. Así derramaré sobre ellos su propia maldad.
17 Tú, pues, les dirás esta palabra: "Derramen lágrimas mis ojos
noche y día, y no cesen, porque con gran quebrantamiento, con un golpe
muy grave, ha sido quebrantada la virgen hija de mi pueblo."
18 -Si salgo al campo, he allí muertos a espada. Si
entro en la ciudad, he aquí enfermedades causadas por el hambre. Porque
tanto el profeta como el sacerdote han sido arrastrados a una tierra que
no conocían. 19 ¿Has desechado del todo a Judá? ¿Acaso tu
alma abomina a Sion? ¿Por qué nos has herido sin que haya para nosotros
sanidad? Esperamos paz, y no hay tal bien; tiempo de sanidad, y he aquí,
terror. 20 Reconocemos, oh Jehovah, nuestra impiedad y la
iniquidad de nuestros padres; porque contra ti hemos pecado. 21
Por amor de tu nombre, no nos deseches ni desdeñes el trono de tu
gloria. Acuérdate y no invalides tu pacto con nosotros. 22
¿Hay entre las vanidades de las naciones quienes hagan llover? ¿Acaso
los cielos dan lluvia por sí solos? ¿No eres tú, oh Jehovah, nuestro
Dios? En ti, pues, pondremos nuestra esperanza, porque tú has hecho
todas estas cosas.
15 Entonces Jehovah
me dijo:
-Aunque Moisés y Samuel se pusiesen delante de mí, mi alma no
estaría con este pueblo. Echalos de mi presencia, y que se vayan. 2
Y si te preguntan: "¿A dónde iremos?", les responderás que así ha
dicho Jehovah: "¡Los que a muerte, a muerte; los que a espada, a espada;
los que a hambre, a hambre; y los que a cautividad, a cautividad!"
3 Designaré contra ellos cuatro clases de males, dice Jehovah: la
espada para matar, los perros para arrastrar, y las aves del cielo y los
animales de la tierra para devorar y destruir. 4 Haré que
sean motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, por causa de
Manasés hijo de Ezequías, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.
5 Porque, ¿quién tendrá compasión de ti, oh Jerusalén? ¿Quién
te expresará su condolencia? ¿Quién se desviará del camino para
preguntar por tu bienestar? 6 Tú me dejaste y te volviste
atrás, dice Jehovah. Por tanto, yo extenderé mi mano contra ti y te
destruiré. Estoy cansado de tener compasión.
7 »Los aventaré con aventador en las puertas del país;
los privaré de hijos. Destruiré a mi pueblo, pues no se volvieron de sus
caminos. 8 Sus viudas se multiplicarán más que la arena de
los mares. A mediodía traeré sobre ellos, sobre la madre de los jóvenes,
al devastador. Haré que de repente caigan sobre ella agitación y
terrores. 9 Desmaya la madre de siete hijos; exhala su alma.
Su sol se ha ocultado siendo aún de día; ha sido avergonzada y
humillada. A sus sobrevivientes los entregaré a espada delante de sus
enemigos, dice Jehovah.
La trágica misión de Jeremías
10 -¡Ay de mí, madre mía, que me diste a luz, como hombre de
contienda y hombre de discordia para toda la tierra! No he prestado, ni
me han prestado; sin embargo, todos me maldicen. 11 Así sea,
oh Jehovah, si no te he servido para bien y si no he intercedido ante ti
por el enemigo en el tiempo de la calamidad y en el día de la angustia.
12 -¿Quién podrá romper el hierro, el hierro del norte,
y el bronce? 13 Tu riqueza y tus tesoros entregaré al saqueo
de balde, por todos tus pecados y en todos tus territorios. 14
Y te haré servir a tus enemigos en una tierra que no conoces,
porque fuego se ha encendido en mi ira y arderá contra vosotros.
15 -Tú lo sabes, oh Jehovah; acuérdate de mí, visítame
con tu favor y toma venganza de mis perseguidores. No sea yo arrebatado
por la prolongación de tu ira. Tú sabes que por tu causa sufro la
afrenta. 16 Fueron halladas tus palabras, y yo las comí. Tus
palabras fueron para mí el gozo y la alegría de mi corazón; porque yo
soy llamado por tu nombre, oh Jehovah Dios de los Ejércitos. 17
No me he sentado ni me he regocijado en compañía de los que se
divierten. A causa de tu mano me he sentado solitario, porque me
llenaste de indignación. 18 ¿Por qué ha sido continuo mi
dolor, y mi herida incurable ha rehusado ser sanada? ¡Oh! ¿Serás para mí
como torrente engañoso, como aguas de las que no se puede confiar?
19 Por tanto, así ha dicho Jehovah:
-Si tú vuelves, yo te restauraré, y estarás de pie delante de mí;
y si separas lo precioso de lo vil, serás mi portavoz. ¡Que ellos se
vuelvan a ti; pero tú no te vuelvas a ellos! 20 Te pondré
ante este pueblo como un muro fortificado de bronce. Lucharán contra ti,
pero no te vencerán; porque yo estaré contigo para salvarte y librarte,
dice Jehovah. 21 Te libraré de la mano de los malos, y te
rescataré de la mano de los tiranos.
Simbolismo de la soltería de Jeremías
16 Entonces vino a mí la
palabra de Jehovah, diciendo: 2 "No tomarás mujer para ti; no
tendrás hijos ni hijas en este lugar. 3 Porque así ha dicho
Jehovah acerca de los hijos y de las hijas que nazcan en este lugar, y
acerca de las madres que los den a luz y de los padres que los engendren
en esta tierra: 4 Morirán de dolorosas enfermedades; no serán
llorados ni sepultados. Serán convertidos en abono sobre la superficie
de la tierra. Con espada y con hambre serán exterminados, y sus
cadáveres servirán de comida a las aves del cielo y a los animales de la
tierra."
5 Así ha dicho Jehovah: "No entres en la casa donde
haya duelo, ni acudas a lamentar, ni les expreses tu condolencia; porque
he quitado de este pueblo mi paz, y asimismo la compasión y la
misericordia, dice Jehovah. 6 Morirán en esta tierra grandes
y pequeños. No serán sepultados, ni los llorarán. No se sajarán por
ellos, ni se raparán la cabeza. 7 No partirán pan de duelo
para consolarles por sus muertos, ni les darán a beber de la copa de
consolación por su padre o por su madre.
8 "Asimismo, no entres en casa de banquete, para
sentarte con ellos para comer o beber. 9 Porque así ha dicho
Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: ’He aquí que yo hago cesar en
este lugar, ante vuestros ojos y en vuestros días, la voz de gozo y la
voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia.’
10 "Acontecerá que cuando anuncies a este pueblo todas
estas cosas, te dirán: ’¿Por qué ha decretado Jehovah contra nosotros
todo este mal tan grande? ¿Cuál es nuestra maldad? ¿O cuál es nuestro
pecado que hemos cometido contra Jehovah nuestro Dios?’ 11
Entonces les dirás: ’Jehovah dice: Porque vuestros padres me
abandonaron, se fueron en pos de otros dioses y les rindieron culto;
porque se postraron ante ellos, mientras que a mí me abandonaron y no
guardaron mi ley. 12 Y vosotros habéis actuado peor que
vuestros padres; porque he aquí que vosotros os vais cada uno tras la
porfía de su malvado corazón, sin escucharme a mí. 13 Por
tanto, os arrojaré de esta tierra a una tierra que ni vosotros ni
vuestros padres habéis conocido. Allá serviréis a otros dioses día y
noche, porque no os mostraré clemencia.’
Esperanza del retorno a Sion
14 "Por tanto, dice Jehovah, he aquí vienen días en que no se
dirá más: ’¡Vive Jehovah, que hizo subir a los hijos de Israel de la
tierra de Egipto!’, 15 sino: ’¡Vive Jehovah, que hizo subir a
los hijos de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras a
donde los había desterrado!’ Pues los haré volver a su suelo, el cual di
a sus padres.
16 "He aquí que yo envío a muchos pescadores, y los
pescarán, dice Jehovah. Y después enviaré a muchos cazadores, y los
cazarán sobre todo monte, sobre toda colina y en las hendiduras de las
peñas. 17 Porque mis ojos están sobre todos sus caminos; no
están ocultos delante de mí, ni su maldad se esconde de mis ojos.
18 Pero primero les retribuiré el doble por su iniquidad y por su
pecado, porque han profanado mi tierra con los cadáveres de sus cosas
detestables y porque sus abominaciones llenaron mi heredad."
Esperanza para las naciones
19 Oh Jehovah, fuerza mía y fortaleza mía, mi refugio en el
tiempo de la aflicción: A ti vendrán las naciones desde los extremos de
la tierra y dirán: "Ciertamente nuestros padres heredaron mentira,
vanidad en la que no hay provecho. 20 ¿Ha de hacer el hombre
dioses para sí? ¡Pero ésos no son dioses!"
21 "Por tanto, he aquí yo les hago conocer; esta vez
sí, les haré conocer mi poder y mi fortaleza. Y sabrán que mi nombre es
Jehovah."
Contra el culto de los lugares altos
17 "El pecado de Judá está
escrito con pluma de hierro; con punta de diamante está grabado en la
tabla de su corazón y en los cuernos de sus altares 2 como
memorial contra sus hijos. Sus altares y sus árboles rituales de Asera
están debajo de todo árbol frondoso, sobre las colinas altas 3
y sobre los montes del campo. Tu riqueza y todos tus tesoros
entrego al saqueo por todos tus pecados y en todos tus territorios.
4 Por ti mismo te desprenderás de la heredad que yo te di, y te
haré servir a tus enemigos en una tierra que no conoces, porque en mi
furor habéis encendido fuego, y arderá para siempre."
En quién se debe confiar
5 Así ha dicho Jehovah: "Maldito el hombre que confía en el
hombre, que se apoya en lo humano y cuyo corazón se aparta de Jehovah.
6 Será como la retama en el Arabá; no verá cuando venga el
bien, sino que morará en los pedregales del desierto, en tierra salada e
inhabitable.
7 "Bendito el hombre que confía en Jehovah, y cuya
confianza es Jehovah. 8 Será como un árbol plantado junto a
las aguas y que extiende sus raíces a la corriente. No temerá cuando
venga el calor, sino que sus hojas estarán verdes. En el año de sequía
no se inquietará, ni dejará de dar fruto.
9 "Engañoso es el corazón, más que todas las cosas, y
sin remedio. ¿Quién lo conocerá? 10 Yo, Jehovah, escudriño el
corazón y examino la conciencia, para dar a cada hombre según su camino
y según el fruto de sus obras."
11 Como la perdiz, que incuba lo que no puso, es el que
acumula riquezas, pero no con justicia. En la mitad de sus días las
dejará, y en su postrimería resultará ser un insensato.
12 Trono de gloria, sublime desde el principio, es el
lugar de nuestro santuario. 13 Oh Jehovah, esperanza de
Israel, todos los que te abandonan serán avergonzados, y los que se
apartan de ti serán inscritos en el polvo; porque han abandonado a
Jehovah, la fuente de aguas vivas."
Oración pidiendo vindicación
14 Sáname, oh Jehovah, y seré sano. Sálvame, y seré salvo;
porque tú eres mi alabanza. 15 He aquí que ellos me dicen:
"¿Dónde está la palabra de Jehovah? ¡A ver, pues, que se cumpla!"
16 Pero yo no he insistido detrás de ti para traer el daño, ni he
anhelado el día de la calamidad; tú lo sabes. Lo que ha salido de mi
boca fue en tu presencia. 17 No me causes terror; tú eres mi
refugio en el día del mal.
18 Avergüéncense los que me persiguen, y no me
avergüence yo. Atemorícense ellos, y no me atemorice yo. Trae sobre
ellos el día del mal, y quebrántalos con doble quebrantamiento.
Prohibición de llevar cargas en sábado
19 Así me ha dicho Jehovah: "Vé y ponte a la puerta de los
hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y en
todas las puertas de Jerusalén. 20 Y diles: ’Oíd la palabra
de Jehovah, oh reyes de Judá, todo Judá y todos los habitantes de
Jerusalén que entráis por estas puertas. 21 Así ha dicho
Jehovah: Guardaos a vosotros mismos, no trayendo cargas en el día del
sábado para introducirlas por las puertas de Jerusalén. 22
Tampoco saquéis carga de vuestras casas en el día del sábado, ni hagáis
obra alguna. Más bien, santificad el día del sábado, como mandé a
vuestros padres. 23 Pero ellos no escucharon ni inclinaron su
oído, sino que endurecieron su cerviz para no escuchar ni recibir
corrección. 24 Sin embargo, dice Jehovah, si vosotros de
veras me obedecéis, no introduciendo cargas por las puertas de esta
ciudad en el día del sábado, sino santificando el día del sábado y no
haciendo en él ningún trabajo, 25 entonces entrarán por las
puertas de esta ciudad, en carros y a caballo, los reyes y los
magistrados que se sientan sobre el trono de David, ellos y sus
magistrados, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén. Y así
esta ciudad será habitada para siempre. 26 Entonces vendrán
de las ciudades de Judá, de los alrededores de Jerusalén, de la tierra
de Benjamín, de la Sefela, de la región montañosa y del Néguev, trayendo
holocaustos, sacrificios, ofrendas vegetales e incienso, y trayendo a la
casa de Jehovah sacrificios de acción de gracias. 27 Pero si
no me obedecéis para santificar el día del sábado, y para no llevar
cargas ni entrar por las puertas de Jerusalén en día del sábado,
prenderé fuego a sus puertas, el cual devorará los palacios de
Jerusalén, y no se apagará.
Simbolismo del vaso de barro
18 La palabra que vino a
Jeremías de parte de Jehovah, diciendo: 2 "Levántate y
desciende a la casa del alfarero. Allí te haré oír mis palabras."
3 Descendí a la casa del alfarero, y he aquí que él
estaba trabajando sobre la rueda. 4 Y el vaso de barro que
hacía se dañó en la mano del alfarero, pero el alfarero volvió a hacer
otro vaso según le pareció mejor. 5 Entonces vino a mí la
palabra de Jehovah, diciendo: 6 "¿No podré yo hacer con
vosotros como hace este alfarero, oh casa de Israel?, dice Jehovah. He
aquí que vosotros sois en mi mano como el barro en la mano del alfarero,
oh casa de Israel. 7 En un instante hablaré acerca de una
nación o de un reino, como para arrancar, desmenuzar y arruinar. 8
Pero si esa nación de la cual he hablado se vuelve de su maldad,
yo desistiré del mal que había pensado hacerle. 9 Y en un
instante hablaré acerca de una nación o de un reino, como para edificar
y para plantar. 10 Pero si hace lo malo ante mis ojos, no
obedeciendo mi voz, desistiré del bien que había prometido hacerle.
11 "Ahora pues, habla a los hombres de Judá y a los
habitantes de Jerusalén, y diles que así ha dicho Jehovah: ’He aquí que
yo produzco contra vosotros un mal, y trazo un plan contra vosotros.
Vuélvase cada uno de su mal camino, y mejorad vuestros caminos y
vuestras obras.’ 12 Pero ellos dirán: ’Es inútil; pues en pos
de nuestras imaginaciones hemos de ir, y hemos de realizar cada uno la
porfía de su malvado corazón.’ 13 Por tanto, así ha dicho
Jehovah: ’Preguntad entre los pueblos quién ha oído cosa semejante. Una
cosa horrible ha hecho la virgen de Israel: 14 ¿Desaparecerá
la nieve del Líbano de los peñascos de las montañas? ¿Se agotarán las
aguas frías que fluyen de lejanas tierras? 15 Pero mi pueblo
se ha olvidado de mí, ofreciendo incienso a lo que es vanidad. Les hacen
tropezar en sus caminos, las sendas antiguas, para andar por senderos,
por un camino no preparado, 16 convirtiendo su tierra en una
desolación, en una rechifla perpetua. Todo el que pase por ella quedará
horrorizado y moverá su cabeza. 17 Como el viento del
oriente, los esparciré delante del enemigo. Les daré las espaldas y no
la cara en el día de su desastre.’ "
Jeremías pide vindicación
18 Ellos dijeron: "Venid, hagamos planes contra Jeremías;
porque la instrucción no faltará al sacerdote, ni el consejo al sabio,
ni la palabra al profeta. Venid e hirámosle con la lengua, y no
prestemos atención a ninguna de sus palabras."
19 Oh Jehovah, ¡escúchame y oye la voz de los que
contienden conmigo! 20 ¿Acaso se paga mal por bien?
Ciertamente han cavado fosa para mi vida. Recuerda que me puse de pie
delante de ti para hablar el bien acerca de ellos, para apartar de ellos
tu ira. 21 Por tanto, entrega sus hijos al hambre, y
arrójalos al poder de la espada. Queden sus mujeres privadas de hijos, y
viudas. Sean sus maridos expuestos a la muerte, y sus jóvenes sean
heridos a espada en la guerra. 22 Oigase clamor en sus casas
cuando de repente traigas tropas sobre ellos. Porque han cavado una fosa
para prenderme y han escondido trampas para mis pies. 23 Pero
tú, oh Jehovah, conoces todo su consejo contra mí para matarme. No hagas
expiación de su pecado, ni borres su pecado de delante de ti. Tropiecen
delante de ti; haz así con ellos en el tiempo de tu furor.
Simbolismo de la vasija quebrada
19 Así ha dicho Jehovah: "Vé
y compra del alfarero una vasija de barro. Lleva contigo ancianos del
pueblo y ancianos de los sacerdotes. 2 Saldrás al valle de
Ben-hinom que está a la entrada de la puerta de los Tiestos, y allí
proclamarás las palabras que yo te hable. 3 Dirás: ’Oíd la
palabra de Jehovah, oh reyes de Judá y habitantes de Jerusalén. Así ha
dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo traigo un
mal tan grande sobre este lugar, que a quien lo oiga le retiñirán los
oídos. 4 Porque me han abandonado, han hecho de este lugar
algo extraño, y en él han quemado incienso a otros dioses que no
conocieron ellos, ni sus padres, ni los reyes de Judá. Han llenado este
lugar con sangre de inocentes. 5 Han edificado lugares altos
a Baal para quemar en el fuego a sus hijos en holocausto a Baal; cosa
que no les mandé, ni hablé, ni me vino a la mente. 6 Por
tanto, dice Jehovah, he aquí que vendrán días cuando este lugar no se
llamará más Tófet, ni valle de Ben-hinom, sino valle de la Matanza.
7 En este lugar anularé el consejo de Judá y de Jerusalén. Los
haré caer a espada delante de sus enemigos y en mano de los que buscan
su vida. Daré sus cadáveres por comida a las aves del cielo y a los
animales de la tierra. 8 Convertiré a esta ciudad en horror y
rechifla: Todo el que pase por ella quedará horrorizado y silbará por
causa de todas sus plagas. 9 Les haré comer la carne de sus
hijos y la carne de sus hijas. En el asedio y en la angustia con que les
angustiarán sus enemigos y los que buscan sus vidas, cada uno comerá la
carne de su prójimo.’
10 "Luego quebrarás la vasija ante los ojos de los
hombres que vayan contigo, 11 y les dirás que así ha dicho
Jehovah de los Ejércitos: ’Así quebrantaré a este pueblo y a esta
ciudad, como quien quiebra un vaso de barro que no se puede volver a
restaurar. En el Tófet serán sepultados, porque no habrá otro lugar para
sepultar. 12 Así haré a este lugar y a sus habitantes, dice
Jehovah, para convertir esta ciudad como al Tófet. 13 Las
casas de Jerusalén y las casas de los reyes de Judá serán inmundas como
el lugar del Tófet, todas las casas sobre cuyos terrados quemaron
incienso a todo el ejército del cielo y derramaron libaciones a otros
dioses.’ "
Jeremías profetiza contra Pasjur
14 Jeremías regresó del Tófet, a donde Jehovah le había
enviado para profetizar. Luego se puso de pie en el atrio de la casa de
Jehovah y dijo a todo el pueblo: 15 "Así ha dicho Jehovah de
los Ejércitos, Dios de Israel: ’He aquí, yo traigo sobre esta ciudad y
sobre todas sus aldeas todo el mal que hablé contra ella; porque han
endurecido su cerviz para no escuchar mis palabras.’ "
20 Entonces el
sacerdote Pasjur hijo de Imer, que era funcionario en la casa de Jehovah,
oyó a Jeremías que profetizaba estas palabras. 2 Y golpeó
Pasjur al profeta Jeremías y le puso en el cepo de la puerta superior de
Benjamín, al lado de la casa de Jehovah.
3 Sucedió al día siguiente que Pasjur sacó a Jeremías
del cepo. Y Jeremías le dijo: "Jehovah no ha llamado tu nombre Pasjur,
sino Magor-misabib. 4 Porque así ha dicho Jehovah: ’He aquí,
yo te convertiré en terror a ti, y a todos tus amigos. Caerán ante la
espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán. Y a todo Judá entregaré en
mano del rey de Babilonia. El los transportará a Babilonia y los herirá
a espada. 5 Asimismo, entregaré toda la riqueza de esta
ciudad, todo el producto de su labor y todas sus cosas preciosas. Todos
los tesoros de los reyes de Judá entregaré en mano de sus enemigos. Los
saquearán y los tomarán, y los llevarán a Babilonia. 6 Y tú,
Pasjur, y todos los que viven en tu casa, iréis cautivos. Entrarás en
Babilonia, y allí morirás. Allá seréis sepultados tú y todos tus amigos
a los cuales has profetizado con engaño.’ "
Salmo de Jeremías
7 Tú me has persuadido, oh Jehovah,
y yo fui persuadido.
Fuiste más fuerte que yo,
y has prevalecido.
Todo el día he sido objeto de risa;
cada cual se burla de mí.
8 Porque cada vez que hablo, grito;
proclamo: "¡Violencia y destrucción!"
Pues la palabra de Jehovah me ha sido afrenta y escarnio todo el
día.
9 Digo: "No me acordaré más de él,
ni hablaré más en su nombre."
Pero hay en mi corazón como un fuego ardiente, apresado en mis
huesos.
Me canso de contenerlo y no puedo.
10 He oído la calumnia de muchos:
"¡El terror está por todas partes!
¡Denunciadlo, y denunciémoslo!"
Todos mis hombres de confianza aguardan mi tropiezo.
Dicen: "Quizás sea persuadido,
y prevalezcamos contra él
y tomemos de él venganza."
11 Pero Jehovah está conmigo
como poderoso adalid.
Por eso los que me persiguen
tropezarán y no prevalecerán.
Serán avergonzados en gran manera,
porque no prosperarán.
Tendrán perpetua afrenta,
que jamás será olvidada.
12 Oh Jehovah de los Ejércitos,
que escudriñas a los justos
y ves la conciencia y el corazón,
deja que yo vea tu venganza contra ellos;
porque ante ti he expuesto mi causa.
13 Cantad a Jehovah, alabad a Jehovah,
porque ha librado el alma del necesitado
de la mano de los malhechores.
14 Maldito sea el día en que nací;
no sea bendito el día
en que mi madre me dio a luz.
15 Maldito el hombre que dio a mi padre las nuevas,
diciendo:
"Un hijo varón te ha nacido",
causándole mucha alegría.
16 Sea tal hombre como las ciudades
que Jehovah desoló sin misericordia.
Oiga alarma de mañana
y gritos de guerra a mediodía;
17 porque no me hizo morir en el vientre.
Así mi madre hubiera sido mi tumba;
su vientre hubiera quedado encinta para siempre.
18 ¿Para qué salí del vientre?
¿Para ver sufrimiento y tormento?
¿Para que mis días se consuman en vergüenza?
Profecía contra Jerusalén y Sedequías
21 La palabra que vino a
Jeremías de parte de Jehovah, cuando el rey Sedequías envió a él a
Pasjur hijo de Malquías y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para
que le dijesen: 2 "Por favor, consulta por nosotros a Jehovah,
porque Nabucodonosor rey de Babilonia nos hace la guerra. Quizás Jehovah
haga con nosotros según todas sus maravillas, y aquél se vaya de
nosotros."
3 Entonces Jeremías les dijo: "Diréis a Sedequías
4 que así ha dicho Jehovah Dios de Israel: ’He aquí que yo haré
volver atrás las armas de guerra que están en vuestras manos, con las
cuales vosotros combatís contra el rey de Babilonia y contra los caldeos
que os tienen sitiados fuera de la muralla. Y los reuniré en medio de
esta ciudad. 5 Yo mismo combatiré contra vosotros con mano
extendida y brazo fuerte, con furor, ira y gran indignación. 6
Heriré a los habitantes de esta ciudad, a los hombres y los
animales; por una gran peste morirán. 7 Después de eso, dice
Jehovah, entregaré en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, a
Sedequías rey de Judá, a sus servidores, al pueblo y a los que queden en
la ciudad después de la peste, de la espada y del hambre. Los entregaré
en mano de sus enemigos y en mano de los que buscan sus vidas. El los
herirá a filo de espada. No les tendrá compasión, no tendrá lástima ni
tendrá misericordia.’
8 "Y dirás a este pueblo que así ha dicho Jehovah: ’He
aquí, yo pongo delante de vosotros el camino de la vida y el camino de
la muerte: 9 El que se quede en esta ciudad morirá por la
espada, por el hambre o por la peste. Pero el que salga y se pase a los
caldeos, que os tienen sitiados, vivirá; su vida le será por botín.
10 Porque he puesto mi rostro contra esta ciudad para mal, no para
bien, dice Jehovah. Será entregada en mano del rey de Babilonia, y él la
incendiará.’
11 "Y a la casa del rey de Judá dirás: ’Oíd la palabra
de Jehovah, 12 oh casa de David. Así ha dicho Jehovah: Juzgad
cada mañana con justicia y librad a quien es despojado de mano del
opresor, para que, por la maldad de vuestras obras, no salga mi ira como
fuego y se encienda, y no haya quien la apague. 13 He aquí,
yo estoy contra ti, oh moradora del valle, oh roca de la llanura. A
vosotros que decís: ¿Quién marchará contra nosotros, o quién entrará en
nuestras viviendas?, dice Jehovah, 14 yo os castigaré
conforme al fruto de vuestras obras, dice Jehovah. Y prenderé fuego a su
bosque, el cual devorará todos sus alrededores.’ "
Profecía acerca de Salum
22 Así ha dicho Jehovah:
"Desciende a la casa del rey de Judá y habla allí estas palabras. 2
Dile: ’Escucha la palabra de Jehovah, oh rey de Judá que estás
sentado sobre el trono de David, tú, tus servidores y tu pueblo que
entran por estas puertas. 3 Así ha dicho Jehovah: Practicad
el derecho y la justicia; librad a quien es despojado de mano del
opresor; no maltratéis ni tratéis con violencia al forastero, ni al
huérfano ni a la viuda; no derraméis sangre inocente en este lugar.
4 Porque si realmente ponéis por obra esta palabra, entonces
entrarán por las puertas de esta casa, en carros y a caballo, los reyes
que se sientan sobre el trono de David, ellos, sus servidores y su
pueblo. 5 Pero si no escucháis estas palabras, por mí mismo
he jurado, dice Jehovah, que esta casa será desolada. 6
Porque así ha dicho Jehovah acerca de la casa del rey de Judá: Como
Galaad eres tú para mí, y como la cumbre del Líbano. No obstante, te
convertiré en desolación y en ciudades no habitadas. 7 He
designado contra ti destructores, cada uno con sus armas. Ellos cortarán
tus cedros escogidos y los echarán en el fuego. 8 Muchas
naciones pasarán junto a esta ciudad, y se preguntarán unos a otros:
¿Por qué ha hecho así Jehovah a esta gran ciudad? 9 Y
responderán: Porque abandonaron el pacto de Jehovah su Dios, y se
postraron ante otros dioses y les rindieron culto.’ "
10 No lloréis por un muerto; no os condoláis por él.
Llorad amargamente por el que se va, porque jamás regresará ni volverá a
ver la tierra donde nació. 11 Porque así ha dicho Jehovah
acerca de Salum hijo de Josías, rey de Judá, que sucedió a su padre
Josías y que salió de este lugar: "No regresará acá jamás, 12
sino que en el lugar a donde lo han transportado, allí morirá y no
volverá a ver esta tierra.
Profecía acerca de Joacim
13 "Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin
derecho, sirviéndose de su prójimo de balde, sin pagarle su salario.
14 El que dice: ’Edificaré para mí una casa espaciosa y
amplias salas; le haré ventanas, la cubriré con cedro y la pintaré de
ocre rojo.’ 15 ¿Acaso reinarás porque compites con cedro?
¿Acaso no comió y bebió tu padre, y practicó el derecho y la justicia, y
entonces le fue bien? 16 El juzgó la causa del afligido y del
necesitado; entonces le fue bien. ¿No es esto conocerme?, dice Jehovah.
17 Pero tus ojos y tu corazón no están puestos sino sólo en
tus ganancias deshonestas, en derramar sangre inocente, y en hacer
agravio y extorsión."
18 Por tanto, así ha dicho Jehovah acerca de Joacim
hijo de Josías, rey de Judá: "No lo lamentarán diciendo: ’¡Ay, hermano
mío!’ y ’¡Ay, hermana mía!’ Ni lo lamentarán diciendo: ’¡Ay, señor!’ y
’¡Ay de su esplendor!’ 19 Será enterrado con un entierro de
asno, arrastrado y echado más allá de las puertas de Jerusalén.
Profecía acerca de Joaquín
20 "Sube al Líbano y grita; en Basán haz oír tu voz; grita
desde Abarim. Porque todos tus amantes han sido quebrantados. 21
Te hablé en tu prosperidad, pero dijiste: ’No escucharé.’ Este ha
sido tu camino desde tu juventud; que nunca has escuchado mi voz.
22 El viento apacentará a todos tus pastores, y tus amantes irán
en cautiverio. Ciertamente te avergonzarás y serás afrentado a causa de
toda tu maldad. 23 Habitaste en el Líbano; hiciste tu nido en
los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vengan los dolores, angustia como la
de la mujer que da a luz!
24 "¡Vivo yo, dice Jehovah, que si tú, Joaquín hijo de
Joacim, rey de Judá, fueses el anillo de sellar en mi mano derecha, aun
de allí te arrancaría! 25 Te entregaré en mano de los que
buscan tu vida, en mano de aquellos cuya presencia temes, en mano de
Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de los caldeos. 26
Te arrojaré a ti y a tu madre que te dio a luz, a una tierra extraña
donde no nacisteis, y allá moriréis. 27 Y a la tierra a la
cual anhelan intensamente volver, allá no volverán. 28 ¿Acaso
es este hombre Joaquín una obra despreciable y rota? ¿Es acaso una
vasija indeseable? ¿Por qué han sido arrojados él y sus descendientes, y
echados a una tierra que no conocían?"
29 ¡Oh tierra, tierra, tierra, escucha la palabra de
Jehovah! 30 Así ha dicho Jehovah: "Inscribid a este hombre
como uno privado de descendencia. Será un hombre que no prosperará en
los días de su vida. Porque ningún hombre de su descendencia logrará
sentarse en el trono de David ni gobernar de nuevo en Judá.
Reinado del Retoño justo de David
23 "¡Ay de los pastores,
que echan a perder y dispersan a las ovejas de mi prado!, dice Jehovah.
2 Por tanto, así ha dicho Jehovah Dios de Israel a los
pastores que apacientan a mi pueblo: ’Vosotros dispersasteis y
ahuyentasteis mis ovejas, y no os ocupasteis de ellas. He aquí que yo me
ocuparé de vosotros por la maldad de vuestras obras, dice Jehovah.
3 Pero yo reuniré al remanente de mis ovejas de todas las tierras
a donde las eché y las haré volver a sus pastizales. Entonces serán
fecundas y se multiplicarán. 4 Sobre ellas pondré pastores
que las apacienten. No temerán más, ni se atemorizarán; no faltará
ninguna, dice Jehovah.’
5 "He aquí vienen días, dice Jehovah, en que levantaré
a David un Retoño justo. Reinará un Rey que obrará con inteligencia y
que practicará el derecho y la justicia en la tierra. 6 En
sus días será salvo Judá, e Israel habitará seguro. Y este es el nombre
con el cual será llamado: ’Jehovah, justicia nuestra.’ 7 Por
tanto, dice Jehovah, he aquí vienen días en que no dirán más: ’¡Vive
Jehovah, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto!’,
8 sino: ’¡Vive Jehovah, que hizo subir y trajo a los
descendientes de la casa de Israel desde la tierra del norte y desde
todas las tierras a donde los había desterrado!’ Y habitarán en su
propio suelo."
Contra los falsos profetas
9 Para los profetas: Mi corazón está quebrantado dentro de
mí; todos mis huesos tiemblan. Estoy como un hombre ebrio y como un
hombre dominado por el vino, a causa de Jehovah y a causa de sus santas
palabras. 10 Porque la tierra está llena de adúlteros; porque
por causa de éstos la tierra está enlutada, y los pastizales del
desierto se han secado. La carrera de ellos es mala; su poderío no es
recto.
11 "Tanto el profeta como el sacerdote son unos impíos,
dice Jehovah. Aun en mi casa he hallado su maldad. 12 Por
tanto, como resbaladeros en la oscuridad será su camino. Serán empujados
y caerán en él, porque yo traeré el mal sobre ellos en el año de su
castigo, dice Jehovah.
13 "En los profetas de Samaria he visto algo repulsivo:
Profetizan en nombre de Baal y hacen errar a mi pueblo Israel. 14
Y en los profetas de Jerusalén he visto algo horrible: Cometen
adulterio, andan en la mentira y fortalecen las manos de los
malhechores, de manera que ninguno se convierta de su maldad. Todos
ellos son para mí como Sodoma, y sus habitantes como Gomorra. 15
Por tanto, así ha dicho Jehovah de los Ejércitos acerca de los
profetas: He aquí que les haré comer ajenjo y les haré beber aguas
envenenadas, porque de los profetas de Jerusalén ha salido la corrupción
a todo el país."
16 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "No escuchéis
las palabras de los profetas que os profetizan. Ellos os llenan de vanas
esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehovah.
17 Continuamente dicen a los que desprecian la palabra de
Jehovah: ’Tendréis paz.’ Y a cualquiera que anda tras la porfía de su
corazón dicen: ’No vendrá el mal sobre vosotros.’ "
18 Pero, ¿quién ha estado en el consejo secreto de
Jehovah y ha percibido y oído su palabra? ¿Quién ha estado atento a su
palabra y la ha obedecido? 19 He aquí que el huracán de
Jehovah sale con furor. Es un huracán que gira e irrumpe sobre la cabeza
de los impíos. 20 No se apartará la ira de Jehovah hasta que
haya hecho y cumplido los propósitos de su corazón. Al final de los días
lo entenderéis claramente.
21 "Yo no enviaba a aquellos profetas, pero ellos
corrían. Yo no les hablaba, pero ellos profetizaban. 22 Si
hubieran estado en mi consejo secreto, entonces habrían hecho oír mis
palabras a mi pueblo, y les habrían hecho volver de su mal camino y de
la maldad de sus obras.
23 "¿Acaso soy yo Dios de cerca, y no Dios de lejos?,
dice Jehovah. 24 ¿Acaso podrá alguien ocultarse en
escondrijos para que yo no lo vea?, dice Jehovah. ¿Acaso no lleno yo el
cielo y la tierra?, dice Jehovah.
25 "He oído lo que dijeron aquellos profetas que en mi
nombre profetizan mentira, diciendo: ’¡He soñado, he soñado!’ 26
¿Hasta cuándo? ¿Qué hay en el corazón de los profetas que
profetizan mentira y que profetizan el engaño de sus propios corazones?
27 ¿Acaso con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero,
piensan hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, de la manera que sus
padres se olvidaron de mi nombre por causa de Baal? 28 El
profeta que tenga un sueño, que cuente el sueño; pero el que tenga mi
palabra, que hable mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja
con el trigo?, dice Jehovah. 29 ¿No es mi palabra como el
fuego y como el martillo que despedaza la roca?, dice Jehovah. 30
Por tanto, he aquí, yo estoy contra los profetas que hurtan mis
palabras, cada uno de su vecino, dice Jehovah. 31 He aquí, yo
estoy contra los profetas que con sus lenguas hablan lisonjas y
proclaman: ’Jehovah dice.’ 32 He aquí, dice Jehovah, yo estoy
contra los que profetizan sueños mentirosos y los cuentan, haciendo
errar a mi pueblo con sus mentiras y con su liviandad. Yo no los envié
ni les mandé. Ningún provecho traerán a este pueblo, dice Jehovah.
33 "Cuando este pueblo o algún profeta o sacerdote te
pregunte diciendo: ’¿Cuál es la profecía de Jehovah?’, les dirás:
’¿Vosotros sois la profecía, y yo os rechazaré’, dice Jehovah.
34 "Al profeta, al sacerdote y a cualquiera del pueblo
que diga: ’Profecía de Jehovah’, yo castigaré a tal hombre y a su casa.
35 Así diréis cada cual a su compañero y cada uno a su
hermano: ’¿Qué ha respondido Jehovah? ¿Qué ha hablado?’ 36
Nunca más os acordaréis de decir: ’Profecía de Jehovah.’ Porque, ¿acaso
ha de ser profecía la palabra de cada hombre? Vosotros pervertís las
palabras del Dios vivo, Jehovah de los Ejércitos, nuestro Dios.
37 "Así dirás al profeta: ’¿Qué te respondió Jehovah?
¿Qué habló Jehovah?’ 38 Pero si decís: ’Profecía de Jehovah’,
por eso ha dicho Jehovah: Porque dijisteis: ’Profecía de Jehovah’,
cuando yo os mandé decir: No digáis: ’Profecía de Jehovah’; 39
por eso, he aquí que os olvidaré por completo y os arrojaré de mi
presencia a vosotros y a la ciudad que os había dado. 40
Pondré sobre vosotros afrenta perpetua y eterna humillación que no serán
olvidadas."
Simbolismo de dos canastas de higos
24 Después que
Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos a Joaquín hijo
de Joacim, rey de Judá, a los magistrados de Judá, a los artesanos y a
los herreros, de Jerusalén a Babilonia, Jehovah me mostró una visión: He
aquí, dos canastas de higos estaban puestas delante del templo de
Jehovah. 2 Una de las canastas tenía higos muy buenos, como
brevas; la otra canasta tenía higos muy malos, tan malos que no se
podían comer. 3 Y Jehovah me dijo:
-¿Qué ves, Jeremías?
Yo dije:
-Higos. Higos buenos, muy buenos; e higos malos, muy malos, tan
malos que no se pueden comer.
4 Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
5 -Así ha dicho Jehovah Dios de Israel: Como a estos
higos buenos, así consideraré, para bien, a los que fueron llevados
cautivos de Judá, a quienes eché de este lugar a la tierra de los
caldeos. 6 Pondré mis ojos sobre ellos, para bien, y les haré
volver a esta tierra. Los edificaré y no los destruiré; los plantaré y
no los arrancaré. 7 Les daré un corazón para que me conozcan,
pues yo soy Jehovah. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque
volverán a mí de todo corazón.
8 »Porque así ha dicho Jehovah: Como con los higos
malos, que por ser tan malos no se pueden comer, así procederé con
Sedequías rey de Judá, con sus magistrados, con el remanente de
Jerusalén que ha sido dejado en esta tierra y con los que habitan en la
tierra de Egipto, 9 para mal. Y haré que ante todos los
reinos de la tierra sean objeto de espanto, de oprobio, de refrán, de
burla y de maldición en todos los lugares adonde yo los empuje. 10
Y enviaré sobre ellos la espada, el hambre y la peste, hasta que
sean exterminados de sobre el suelo que les di a ellos y a sus padres.
Judá castigado mediante Babilonia
25 La palabra que vino a
Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá, en el cuarto año de Joacim
hijo de Josías, rey de Judá, el cual era el primer año de Nabucodonosor,
rey de Babilonia, 2 la cual habló el profeta Jeremías a todo
el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén, diciendo:
3 "Desde el año 13 de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta este
día, durante veintitrés años ha venido a mí la palabra de Jehovah. Os he
hablado persistentemente, pero no habéis escuchado. 4 Jehovah
os envió persistentemente todos sus siervos los profetas, pero no
escuchasteis ni inclinasteis vuestro oído para escuchar. 5 Os
decían: ’Volveos, pues, cada uno de vuestro mal camino y de la maldad de
vuestras obras, y habitad en la tierra que Jehovah os ha dado a vosotros
y a vuestros padres, para siempre jamás. 6 No vayáis en pos
de otros dioses, para rendirles culto y para postraros ante ellos. No me
provoquéis a ira con la obra de vuestras manos, y no os haré mal.’
7 Sin embargo, dice Jehovah, no me escuchasteis, de modo que me
habéis provocado a ira con la obra de vuestras manos, para vuestro
propio mal.
8 "Por tanto, así ha dicho Jehovah de los Ejércitos:
’Por cuanto no habéis escuchado mis palabras, 9 he aquí yo
enviaré a tomar a todas las gentes del norte y a Nabucodonosor rey de
Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra y contra sus
habitantes, y contra todas las naciones de alrededor, dice Jehovah. Los
destruiré por completo y los convertiré en escarnio, rechifla y ruinas
perpetuas. 10 Haré perecer entre ellos la voz del gozo y la
voz de la alegría, la voz del novio y la voz de la novia, el ruido de
las piedras del molino y la luz de la lámpara. 11 Toda esta
tierra será convertida en desolación y espanto. Y estas naciones
servirán al rey de Babilonia durante setenta años.’
Juicio y destrucción de Babilonia
12 "Pero sucederá que cuando se hayan cumplido los setenta
años, castigaré al rey de Babilonia, a aquella nación y a la tierra de
los caldeos, por su maldad. Yo la convertiré en perpetua desolación.
13 Traeré contra aquella tierra todas mis palabras que he
hablado acerca de ella, todo lo que está escrito en este libro que ha
profetizado Jeremías contra todas las naciones. 14 Porque
también de ellos se servirán muchas naciones y grandes reyes. Yo les
retribuiré conforme a sus hechos y conforme a la obra de sus manos."
La copa de ira para las naciones
15 Así me ha dicho Jehovah Dios de Israel: "Toma de mi mano
esta copa del vino de la ira, y da de beber a todas las naciones a las
cuales te envío. 16 Ellas beberán y vomitarán; enloquecerán a
causa de la espada que yo envío entre ellas."
17 Tomé, pues, la copa de la mano de Jehovah y di de
beber a todas las naciones a las cuales Jehovah me había enviado:
18 A Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus
magistrados, para convertirlos en ruinas, en horror, en rechifla y en
maldición, como en este día. 19 Al faraón rey de Egipto, a
sus servidores, a sus magistrados, a todo su pueblo 20 y a
toda su población asimilada. A todos los reyes de la tierra de Uz y a
todos los reyes de la tierra de Filistea (Ascalón, Gaza, Ecrón y los
sobrevivientes de Asdod). 21 A Edom, a Moab, a los hijos de
Amón; 22 a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de
Sidón y a los reyes de las costas que están al otro lado del mar.
23 A Dedán, a Tema, a Buz y a todos los que se rapan las sienes.
24 A todos los reyes de Arabia y a todos los reyes de la
población asimilada que habita en el desierto. 25 A todos los
reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media.
26 A todos los reyes del norte, tanto a los cercanos como a
los lejanos, a los unos como a los otros. Di de beber a todos los reinos
que hay sobre la faz de la tierra, y el rey de Sesac beberá después de
ellos.
27 "Les dirás que así ha dicho Jehovah de los
Ejércitos, Dios de Israel: ’Bebed y embriagaos; vomitad y caed. No os
levantaréis a causa de la espada que yo envío contra vosotros.’ 28
Y sucederá que si rehúsan tomar la copa de tu mano para beber, les
dirás que así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: ’Tenéis que beberla,
29 porque he aquí que yo comienzo a hacer mal a la ciudad que
es llamada por mi nombre; y vosotros, ¿quedaréis impunes? ¡No quedaréis
impunes, porque yo llamo la espada contra todos los habitantes de la
tierra!’, dice Jehovah de los Ejércitos.
30 "Tú profetizarás contra ellos todas estas palabras y
les dirás: ’Jehovah ruge desde lo alto, y da su voz desde su santa
habitación. Ruge enfurecido contra su morada; y un grito como el de los
que pisan la uva, responderá a todos los habitantes de la tierra.
31 Tal rugido llegará hasta el extremo de la tierra, porque
Jehovah tiene litigio contra las naciones. El entra en juicio contra
todo mortal; entregará los impíos a la espada,’ " dice Jehovah.
32 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "He aquí que
el mal irá de nación en nación, y un gran huracán se desatará desde los
extremos de la tierra. 33 En aquel día los muertos por
Jehovah estarán desde un extremo de la tierra hasta el otro. No serán
llorados; no serán recogidos ni sepultados. Serán convertidos en abono
sobre la superficie de la tierra."
Dios juzga a los jefes de las naciones
34 ¡Gemid, oh pastores, y gritad! Revolcaos en el polvo, oh
mayorales del rebaño; porque se han cumplido los días para que seáis
degollados y dispersados. Y caeréis como carneros escogidos. 35
Se acabará el refugio de los pastores, y el escape de los
mayorales del rebaño.
36 Se oye el ruido del griterío de los pastores, y del
gemido de los mayorales del rebaño. Porque Jehovah ha devastado sus
prados. 37 Los apacibles pastizales son devastados a causa
del furor de la ira de Jehovah. 38 Cual león, ha dejado su
guarida, pues la tierra de ellos se ha convertido en horror a causa de
la ira del opresor y a causa del furor de su enojo.
Jeremías ante las autoridades
26 En el principio del
reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra de
Jehovah, diciendo: 2 "Así ha dicho Jehovah: ’Ponte de pie en
el atrio de la casa de Jehovah y habla todas las palabras que te he
mandado que hables, a todos los de las ciudades de Judá que vienen para
adorar en la casa de Jehovah. No omitas ni una sola palabra; 3
quizás oigan y se vuelvan, cada uno de su mal camino, y yo desista
del mal que he pensado hacerles por causa de la maldad de sus obras.’
4 Les dirás que así ha dicho Jehovah: ’Si no me escucháis
para andar en mi ley, la cual he puesto delante de vosotros, 5
ni escucháis las palabras de mis siervos los profetas que
persistentemente os he enviado (a los cuales no habéis escuchado),
6 entonces haré a este templo como hice al de Silo y expondré esta
ciudad como una maldición ante todas las naciones de la tierra.’ "
7 Los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo oyeron
a Jeremías hablar estas palabras en la casa de Jehovah. 8
Pero sucedió que cuando Jeremías terminó de decir todo lo que Jehovah le
había mandado que hablase a todo el pueblo, lo apresaron los sacerdotes,
los profetas y todo el pueblo, diciendo: "Irremisiblemente morirás.
9 ¿Por qué has profetizado en nombre de Jehovah, diciendo: ’Este
templo será como Silo, y esta ciudad será destruida hasta no quedar
habitante en ella’?" Y todo el pueblo se congregó contra Jeremías en la
casa de Jehovah.
10 Cuando los magistrados de Judá oyeron estas cosas,
subieron de la casa del rey a la casa de Jehovah y se sentaron a la
entrada de la puerta Nueva de la casa de Jehovah. 11 Entonces
los sacerdotes y los profetas hablaron a los magistrados y a todo el
pueblo, diciendo:
-¡Este hombre merece la pena de muerte, porque ha profetizado
contra esta ciudad, como vosotros lo habéis oído con vuestros propios
oídos!
12 Entonces Jeremías habló a todos los magistrados y a
todo el pueblo, diciendo:
-Jehovah me ha enviado para profetizar contra este templo y contra
esta ciudad todas las palabras que habéis oído. 13 Ahora
pues, corregid vuestros caminos y vuestras obras, y escuchad la voz de
Jehovah vuestro Dios, y Jehovah desistirá del mal que ha hablado contra
vosotros. 14 Y en lo que a mí respecta, he aquí estoy en
vuestras manos: Haced de mí como mejor y más recto os parezca. 15
Pero sabed con certeza que si me matáis, echaréis sangre inocente
sobre vosotros, sobre esta ciudad y sobre sus habitantes. Porque en
verdad Jehovah me ha enviado para decir todas estas palabras en vuestros
oídos.
16 Entonces los magistrados y todo el pueblo dijeron a
los sacerdotes y a los profetas:
-Este hombre no merece la pena de muerte, porque ha hablado en
nombre de Jehovah, nuestro Dios.
17 Luego se levantaron algunos hombres de los ancianos
del país y hablaron a toda la asamblea del pueblo, diciendo:
18 -Miqueas de Moréset profetizaba en tiempos de
Ezequías, rey de Judá. El habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: "Así
ha dicho Jehovah de los Ejércitos: ’ Sion será arada como campo.
Jerusalén será convertida en un montón de ruinas; y el monte del templo,
en cumbres boscosas.’ " 19 ¿Acaso Ezequías, rey de Judá,
y todo Judá lo mataron? ¿Acaso no temió a Jehovah e imploró el favor de
Jehovah, y Jehovah desistió del mal que había hablado contra ellos?
Nosotros estamos haciendo un mal grande contra nosotros mismos.
El crimen contra el profeta Urías
20 Hubo también un hombre que profetizaba en nombre de
Jehovah: Urías hijo de Semaías, de Quiriat-jearim, el cual profetizó
contra esta ciudad y contra esta tierra, conforme a todas las palabras
de Jeremías. 21 El rey Joacim, todos sus valientes y todos
sus magistrados oyeron sus palabras, y el rey procuró matarlo. Pero
Urías se enteró, tuvo miedo y huyó, y se fue a Egipto. 22 El
rey Joacim envió a Egipto unos hombres: a Elnatán hijo de Acbor y a
otros hombres con él. 23 Ellos sacaron a Urías de Egipto y lo
llevaron al rey Joacim, quien lo mató a espada y echó su cadáver en los
sepulcros de la gente del pueblo.
24 Pero la mano de Ajicam hijo de Safán estaba con
Jeremías, para que no lo entregasen en mano del pueblo para matarlo.
El simbolismo de los yugos
27 En el principio del
reinado de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra de
Jehovah a Jeremías. 2 Jehovah me dijo así: "Haz coyundas y
yugos, y ponlos sobre tu cuello. 3 Luego los enviarás al rey
de Edom, al rey de Moab, al rey de los hijos de Amón, al rey de Tiro y
al rey de Sidón, por medio de los mensajeros que vienen a Jerusalén a
Sedequías, rey de Judá. 4 Y les mandarás que digan a sus
señores que así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: ’Así
habéis de decir a vuestros señores: 5 Con mi gran poder y mi
brazo extendido hice la tierra, al hombre y a los animales que están
sobre la faz de la tierra, y la he dado a quien me place. 6
Ahora yo he entregado todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey
de Babilonia, mi siervo. Le he dado aun los animales del campo, para que
le sirvan. 7 Todas las naciones le servirán a él, como a su
hijo y al hijo de su hijo, hasta que también le llegue su tiempo a su
propia tierra; luego se servirán de él muchas naciones y grandes reyes.
8 "Y sucederá que a la nación o al reino que no sirva a
Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no ponga su cuello bajo el yugo
del rey de Babilonia, yo castigaré a tal nación con espada, hambre y
peste, hasta que los acabe por medio de su mano’, dice Jehovah.
9 "Vosotros, pues, no escuchéis a vuestros profetas, ni
a vuestros encantadores, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros
espiritistas ni a vuestros hechiceros que os hablan diciendo: ’No
serviréis al rey de Babilonia.’ 10 Porque ellos os profetizan
mentira, de modo que seáis alejados de vuestra tierra y que yo os
expulse y perezcáis. 11 Pero a la nación que someta su cuello
al yugo del rey de Babilonia y le sirva, haré que la dejen en su tierra,
y habitará en ella", dice Jehovah.
12 Y hablé a Sedequías, rey de Judá, conforme a todas
estas palabras, diciendo: "Someted vuestros cuellos al yugo del rey de
Babilonia. Servidle a él y a su pueblo, y viviréis. 13 ¿Por
qué habréis de morir tú y tu pueblo por la espada, el hambre y la peste,
como ha dicho Jehovah acerca de la nación que no sirva al rey de
Babilonia? 14 No escuchéis las palabras de los profetas
quienes os hablan diciendo: ’No serviréis al rey de Babilonia’, pues os
profetizan mentira. 15 Porque Jehovah dice: ’Yo no los envié;
no obstante, ellos profetizan falsamente en mi nombre, de modo que yo os
expulse y perezcáis vosotros y los profetas que os profetizan.’ "
16 También a los sacerdotes y a todo este pueblo hablé
diciendo: "No escuchéis las palabras de vuestros profetas, quienes os
profetizan diciendo: ’He aquí que los utensilios de la casa de Jehovah
serán traídos pronto de Babilonia’, porque os profetizan mentira.
17 No los escuchéis; servid al rey de Babilonia y vivid. ¿Por qué
ha de ser desolada esta ciudad? 18 Si ellos son profetas y si
está con ellos la palabra de Jehovah, que intercedan ante Jehovah de los
Ejércitos, para que no vayan a Babilonia los utensilios que han quedado
en la casa de Jehovah, en la casa del rey de Judá y en Jerusalén.
19 Porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos acerca de aquellas
columnas, de la fuente, de las bases de las pilas móviles y del resto de
los objetos que quedan en esta ciudad, 20 y que no llevó
Nabucodonosor rey de Babilonia, cuando llevó cautivos a Babilonia a
Joaquín hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los nobles de Judá y de
Jerusalén. 21 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de
Israel, acerca de los objetos que han quedado en la casa de Jehovah y en
la casa del rey de Judá y en Jerusalén: 22 ’Serán llevados a
Babilonia y allí estarán hasta el día en que yo los visite con mi favor,
dice Jehovah. Después los haré volver, y los restituiré a este lugar.’ "
Reina-Valera Actualizada, 1989.
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