El Libro de
Josué
Josué asume el mando
1 Aconteció después de la
muerte de Moisés, siervo de Jehovah, que Jehovah habló a Josué hijo de
Nun, ayudante de Moisés, diciendo:
2 -Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora, levántate, pasa
el Jordán tú con todo este pueblo, a la tierra que yo doy a los hijos de
Israel. 3 Yo os he dado, como lo había prometido a Moisés,
todo lugar que pise la planta de vuestro pie. 4 Vuestro
territorio será desde el desierto y el Líbano hasta el gran río, el río
Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el mar Grande, donde se
pone el sol. 5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días
de tu vida. Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te
desampararé. 6 Esfuérzate y sé valiente, porque tú harás que
este pueblo tome posesión de la tierra que juré a sus padres que les
daría. 7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar
de cumplir toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de
ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito en todo lo
que emprendas. 8 Nunca se aparte de tu boca este libro de la
Ley; más bien, medita en él de día y de noche, para que guardes y
cumplas todo lo que está escrito en él. Así tendrás éxito, y todo te
saldrá bien. 9 ¿No te he mandado que te esfuerces y seas
valiente? No temas ni desmayes, porque Jehovah tu Dios estará contigo
dondequiera que vayas.
10 Entonces Josué mandó a los oficiales del pueblo,
diciendo:
11 -Pasad por en medio del campamento y mandad al
pueblo diciendo: "Preparaos alimentos, porque dentro de tres días
cruzaréis el Jordán para entrar a tomar posesión de la tierra que
Jehovah vuestro Dios os da para que la poseáis."
12 Josué también habló a los rubenitas, a los gaditas y
a la media tribu de Manasés, diciendo:
13 -Acordaos de lo que os mandó Moisés, siervo de
Jehovah, diciendo: "Jehovah vuestro Dios os ha dado reposo y os ha dado
esta tierra. 14 Vuestras mujeres, vuestros niños y vuestros
ganados se quedarán en la tierra que Moisés os ha dado a este lado del
Jordán. Pero vosotros, todos los guerreros valientes, cruzaréis armados
al frente de vuestros hermanos y les ayudaréis, 15 hasta que
Jehovah haya dado reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y ellos
también tomen posesión de la tierra que les da Jehovah vuestro Dios.
Después volveréis a la tierra que tenéis como posesión, que os ha dado
Moisés, siervo de Jehovah, a este lado del Jordán, donde se levanta el
sol."
16 Y ellos respondieron a Josué diciendo:
-Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos a
dondequiera que nos envíes. 17 De la manera que hemos
obedecido a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti. Sólo
que Jehovah tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés. 18
Cualquiera que sea rebelde a tu mandato y que no obedezca tus palabras
en todo lo que le mandes, que muera. ¡Solamente esfuérzate y sé
valiente!
Josué envía espías a Jericó
2 Josué hijo de Nun envió
secretamente dos espías desde Sitim, diciéndoles:
-Id y reconoced la tierra y Jericó.
Ellos fueron y entraron en la casa de una mujer prostituta que se
llamaba Rajab, y pasaron la noche allí. 2 Entonces avisaron
al rey de Jericó, diciendo:
-Unos hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche
para explorar la tierra.
3 Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rajab:
-Saca a los hombres que han venido a ti y han entrado en tu casa,
porque han venido para explorar todo el país.
4 Pero la mujer, que había tomado a los dos hombres y
los había escondido, dijo:
-Es verdad que vinieron a mí unos hombres, pero yo no sabía de
dónde eran. 5 Cuando iba a ser cerrada la puerta de la
ciudad, siendo ya oscuro, esos hombres salieron y no sé a dónde se han
ido. Perseguidlos aprisa y los alcanzaréis.
6 Pero ella los había hecho subir a la azotea y los
había escondido entre unos manojos de lino que tenía ordenados sobre la
azotea. 7 Entonces los hombres los persiguieron por el camino
del Jordán, hasta los vados. Y después que salieron los que los
perseguían, cerraron las puertas de la ciudad.
8 Antes de que ellos se acostasen, ella subió a la
azotea, donde estaban, y les dijo:
9 -Sé que Jehovah os ha dado esta tierra, porque el
miedo a vosotros ha caído sobre nosotros. Todos los habitantes de esta
tierra se han desmoralizado a causa de vosotros. 10 Porque
hemos oído que Jehovah hizo que las aguas del mar Rojo se secaran
delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a
los dos reyes de los amorreos al otro lado del Jordán: a Sejón y a Og, a
los cuales habéis destruido por completo. 11 Al oír esto,
nuestro corazón desfalleció. No ha quedado más aliento en ninguno a
causa de vosotros, porque Jehovah vuestro Dios es Dios arriba en los
cielos y abajo en la tierra. 12 Y ahora, por favor, juradme
por Jehovah que como he mostrado misericordia para con vosotros, así
haréis vosotros con la familia de mi padre, de lo cual me daréis una
señal segura. 13 Dejaréis vivir a mi padre, a mi madre, a mis
hermanos, a mis hermanas y a todos los suyos, y libraréis nuestras vidas
de la muerte.
14 Los hombres le respondieron:
-Nuestra vida sea por la vuestra, hasta la muerte, si tú no hablas
de este asunto nuestro. Entonces, cuando Jehovah nos haya dado la
tierra, mostraremos para contigo misericordia y verdad.
15 Luego ella los hizo descender con una cuerda por la
ventana, porque su casa estaba sobre la muralla de la ciudad, y ella
vivía en la muralla. 16 Luego les dijo:
-Marchaos hacia la región montañosa, para que no os encuentren los
que fueron tras vosotros. Escondeos allí tres días, hasta que hayan
regresado los que os persiguen. Después seguiréis vuestro camino.
17 Los hombres le dijeron:
-Nosotros quedaremos libres de este juramento que nos has hecho
jurar, 18 a menos que, cuando entremos en la tierra, ates
este cordón rojo a la ventana por la cual nos has descolgado. Reunirás
junto a ti en la casa a tu padre, a tu madre, a tus hermanos y a toda la
familia de tu padre. 19 Cualquiera que salga fuera de las
puertas de tu casa, su sangre caerá sobre su propia cabeza, y nosotros
quedaremos libres. Pero si alguien pone su mano sobre cualquiera que
esté en la casa contigo, su sangre caerá sobre nuestra cabeza. 20
También si hablas de este asunto nuestro, nosotros quedaremos
libres del juramento que nos has hecho jurar.
21 Ella respondió:
-Como habéis dicho, así sea.
Luego los despidió, y se fueron. Y ella ató el cordón rojo a la
ventana.
22 Caminando ellos, llegaron a la región montañosa y
estuvieron allí tres días, hasta que los que los perseguían regresaron.
Quienes los perseguían los buscaron por todo el camino, pero no los
hallaron. 23 Después, los dos hombres se volvieron,
descendieron de la región montañosa y cruzaron el Jordán. Fueron a Josué
hijo de Nun y le contaron todas las cosas que les habían acontecido.
24 Ellos dijeron a Josué:
-¡Jehovah ha entregado toda la tierra en nuestras manos! Todos los
habitantes de esta tierra tiemblan ante nosotros.
Los israelitas cruzan el Jordán
3 Josué se levantó muy de
mañana y partió de Sitim con todos los hijos de Israel. Llegaron hasta
el Jordán y pasaron allí la noche antes de cruzarlo. 2
Después de tres días, los oficiales pasaron por medio del campamento
3 y mandaron al pueblo diciendo:
-Cuando veáis que el arca del pacto de Jehovah vuestro Dios es
llevada por los sacerdotes y levitas, vosotros partiréis de vuestro
lugar y marcharéis en pos de ella, 4 para que sepáis el
camino por donde habéis de ir; porque vosotros no habéis pasado antes
por este camino. Pero entre vosotros y el arca habrá una distancia de
2.000 codos. No os acerquéis a ella.
5 Y Josué dijo al pueblo:
-Purificaos, porque mañana Jehovah hará maravillas entre vosotros.
6 Luego Josué habló a los sacerdotes diciendo:
-Tomad el arca del pacto y pasad delante del pueblo.
Entonces tomaron el arca del pacto y fueron delante del pueblo.
7 Y Jehovah dijo a Josué:
-Desde este día comenzaré a engrandecerte ante los ojos de todo
Israel, para que sepan que como estuve con Moisés, así estaré contigo.
8 Tú mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto,
diciendo: "Cuando hayáis llegado hasta la orilla de las aguas del
Jordán, os detendréis en el Jordán."
9 Y Josué dijo a los hijos de Israel:
-Acercaos acá y escuchad las palabras de Jehovah vuestro Dios.
10 -Y añadió Josué-: En esto conoceréis que el Dios vivo está
en medio de vosotros y que él ciertamente echará de delante de vosotros
a los cananeos, los heteos, los heveos, los ferezeos, los gergeseos, los
amorreos y los jebuseos: 11 He aquí, el arca del pacto del
Señor de toda la tierra cruzará el Jordán delante de vosotros. 12
Tomad, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno de
cada tribu. 13 Y cuando las plantas de los pies de los
sacerdotes que llevan el arca de Jehovah, Señor de toda la tierra, se
posen en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se cortarán, porque
las aguas que descienden de arriba se detendrán como en un embalse.
14 Sucedió que cuando el pueblo partió de sus tiendas
para cruzar el Jordán, y los sacerdotes iban delante del pueblo llevando
el arca del pacto; 15 y cuando los que llevaban el arca
entraron en el Jordán, en cuanto los pies de los sacerdotes se mojaron
en la orilla del agua (el Jordán se llena hasta sus bordes todo el
tiempo de la siega), 16 las aguas que venían de arriba se
detuvieron como en un embalse, muy lejos de Adam, ciudad contigua a
Saretán. Entonces las aguas que descendían al mar del Arabá, es decir,
al mar Salado, se cortaron por completo. De este modo el pueblo cruzó
frente a Jericó. 17 Y los sacerdotes que llevaban el arca del
pacto de Jehovah estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán,
mientras todo Israel pasaba en seco, y hasta que todo el pueblo terminó
de cruzar el Jordán.
Las doce piedras memoriales
4 Cuando toda la gente
acabó de cruzar el Jordán, Jehovah habló a Josué diciendo:
2 -Toma del pueblo doce hombres, uno de cada tribu,
3 y mándales diciendo: "Tomad de en medio del Jordán, del
lugar donde están firmes los pies de los sacerdotes, doce piedras, las
cuales llevaréis con vosotros, y las pondréis en el lugar donde habéis
de pasar esta noche."
4 Josué llamó a los doce hombres a quienes había
designado de entre los hijos de Israel, uno de cada tribu, 5
y les dijo Josué:
-Pasad delante del arca de Jehovah vuestro Dios hasta la mitad del
Jordán, y cada uno de vosotros tome una piedra sobre su hombro, conforme
al número de las tribus de los hijos de Israel, 6 para que
esto sea señal entre vosotros. Y cuando vuestros hijos os pregunten en
el futuro, diciendo: "¿Qué significan para vosotros estas piedras?",
7 les responderéis: "Las aguas del Jordán fueron cortadas
ante el arca del pacto de Jehovah. Cuando ésta cruzó el Jordán, las
aguas del Jordán fueron cortadas, por lo cual estas piedras sirven de
memorial a los hijos de Israel, para siempre."
8 Los hijos de Israel hicieron como les mandó Josué:
Tomaron doce piedras de en medio del Jordán, como Jehovah había dicho a
Josué, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel. Las
llevaron consigo al lugar donde pasaron la noche y las colocaron allí.
9 Josué también erigió doce piedras en medio del Jordán, en
el lugar donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban el
arca del pacto. Y están allí hasta el día de hoy.
10 Los sacerdotes que llevaban el arca se quedaron de
pie en medio del Jordán, hasta que se cumplió todo lo que Jehovah había
mandado a Josué que hablase al pueblo, conforme a todo lo que Moisés
había mandado a Josué. Y el pueblo se dio prisa y cruzó.
11 Aconteció que cuando todo el pueblo acabó de cruzar,
también cruzó el arca de Jehovah con los sacerdotes, en presencia del
pueblo. 12 También los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la
media tribu de Manasés cruzaron armados al frente de los hijos de
Israel, según Moisés les había dicho. 13 Como 40.000
soldados, listos para la guerra, cruzaron delante de Jehovah hacia las
llanuras de Jericó, para la batalla. 14 Aquel día Jehovah
engrandeció a Josué ante los ojos de todo Israel, y le temieron, como
habían temido a Moisés, todos los días de su vida.
15 Jehovah habló a Josué diciendo:
16 -Manda a los sacerdotes que llevan el arca del
testimonio, que salgan del Jordán.
17 Y Josué mandó a los sacerdotes diciendo:
-Salid del Jordán.
18 Aconteció que cuando los sacerdotes que llevaban el
arca del pacto de Jehovah salieron de en medio del Jordán, y las plantas
de sus pies pasaron a lugar seco, las aguas del Jordán volvieron a su
lugar, desbordando todas sus orillas, como antes.
19 El pueblo salió del Jordán el 10 del mes primero, y
acamparon en Gilgal al este de Jericó. 20 Josué erigió en
Gilgal las doce piedras que habían traído del Jordán, 21 y
habló a los hijos de Israel, diciendo:
-Cuando en el futuro vuestros hijos pregunten a sus padres
diciendo: "¿Qué significan estas piedras?", 22 daréis a
conocer a vuestros hijos diciendo: "Israel cruzó en seco este Jordán."
23 Porque Jehovah vuestro Dios secó las aguas del Jordán
delante de vosotros, hasta que acabasteis de cruzar, de la manera que
Jehovah vuestro Dios había hecho con el mar Rojo, el cual secó delante
de nosotros hasta que acabamos de cruzar; 24 para que todos
los pueblos de la tierra conozcan que la mano de Jehovah es poderosa, y
para que temáis a Jehovah vuestro Dios todos los días.
La circuncisión en Gilgal
5 Sucedió que cuando todos
los reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, hacia el
occidente, y todos los reyes de los cananeos que estaban al lado del mar
oyeron cómo Jehovah había secado las aguas del Jordán delante de los
hijos de Israel, hasta que habían cruzado, desfalleció su corazón, y no
hubo más ánimo en ellos a causa de los hijos de Israel.
2 En aquel tiempo Jehovah dijo a Josué: "Hazte
cuchillos de pedernal y de nuevo vuelve a circuncidar a los hijos de
Israel." 3 Entonces Josué se hizo cuchillos de pedernal y
circuncidó a los hijos de Israel en Guivat- haaralot. 4 Esta
es la razón por la que Josué los circuncidó: Todos los varones del
pueblo que salieron de Egipto, todos los hombres de guerra, habían
muerto por el camino en el desierto, después que salieron de Egipto.
5 Todos los que habían salido habían sido circuncidados; pero
los que habían nacido en el camino, por el desierto, después que
salieron de Egipto, no habían sido circuncidados. 6 Porque
los hijos de Israel caminaron por el desierto cuarenta años, hasta que
murió toda la nación, es decir, los hombres de guerra que salieron de
Egipto; pues no habían obedecido la voz de Jehovah. Por eso Jehovah les
juró que no les dejaría ver la tierra que él había jurado a sus padres
que nos daría: una tierra que fluye leche y miel. 7 Y fue a
éstos, a los hijos de aquéllos, a quienes Jehovah había levantado en su
lugar, a los que Josué circuncidó. Eran incircuncisos, porque no habían
sido circuncidados en el camino. 8 Cuando habían acabado de
circuncidar a toda la gente, se quedaron en el campamento en el mismo
lugar, hasta que se sanaron.
9 Entonces Jehovah dijo a Josué: "Hoy he quitado de
vosotros la afrenta de Egipto." Por eso se llamó el nombre de aquel
lugar Gilgal, hasta el día de hoy.
Cesa el maná en Canaán
10 Los hijos de Israel acamparon en Gilgal y celebraron la
Pascua el día 14 del mes primero, al atardecer, en las llanuras de
Jericó. 11 Al día siguiente de la Pascua, en ese mismo día,
comieron del producto de la tierra, panes sin levadura y espigas
tostadas. 12 Y el maná cesó al día siguiente, cuando
comenzaron a comer del fruto de la tierra. Los hijos de Israel nunca más
tuvieron maná. Más bien, ese año ya comieron del producto de la tierra
de Canaán.
El Jefe del Ejército de Jehovah
13 Sucedió que estando Josué cerca de Jericó, alzó los ojos y
miró; y he aquí que un hombre estaba delante de él, con su espada
desenvainada en su mano. Josué, yendo hacia él, le preguntó:
-¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?
14 El le respondió:
-No. Yo soy el Jefe del Ejército de Jehovah, que he venido ahora.
Entonces Josué, postrándose en tierra sobre su rostro, le adoró y
le preguntó:
-¿Qué dice mi Señor a su siervo?
15 El Jefe del Ejército de Jehovah respondió a Josué:
-Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar donde tú estás
santo es.
Y Josué lo hizo así.
La caída de Jericó
6 Jericó estaba cerrada y
atrancada por causa de los hijos de Israel. Nadie entraba ni salía.
2 Pero Jehovah dijo a Josué:
-Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó, a su rey y a sus
hombres de guerra. 3 Asediaréis la ciudad vosotros, todos los
hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez. Esto haréis
durante seis días. 4 Siete sacerdotes llevarán siete cornetas
de cuernos de carnero delante del arca. Al séptimo día daréis siete
vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las cornetas. 5
Y sucederá que cuando hagan sonar prolongadamente el cuerno de carnero,
cuando oigáis el sonido de la corneta, todo el pueblo gritará a gran
voz, y el muro de la ciudad se derrumbará. Entonces el pueblo subirá,
cada uno hacia adelante.
6 Josué hijo de Nun llamó a los sacerdotes y les dijo:
-Llevad el arca del pacto, y que siete sacerdotes lleven siete
cornetas de cuernos de carnero delante del arca de Jehovah. 7
-Dijo, además, al pueblo-: Pasad y rodead la ciudad. Los que están
armados pasen delante del arca de Jehovah.
8 Sucedió, después que Josué había hablado al pueblo,
que los siete sacerdotes, llevando las siete cornetas de cuernos de
carnero delante del arca de Jehovah, pasaron y tocaron las cornetas. El
arca del pacto de Jehovah los seguía. 9 La vanguardia iba
delante de los sacerdotes que tocaban las cornetas, y la retaguardia iba
detrás del arca, tocando prolongadamente las cornetas. 10
Pero Josué mandó al pueblo diciendo:
-Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra
de vuestra boca hasta el día que yo diga: "¡Gritad!" Entonces gritaréis.
11 Así él hizo que el arca de Jehovah diera una vuelta
alrededor de la ciudad; y regresaron al campamento, donde pasaron la
noche. 12 Josué se levantó muy de mañana, y los sacerdotes
tomaron el arca de Jehovah. 13 Los siete sacerdotes que
llevaban las siete cornetas de cuernos de carnero caminaron delante del
arca de Jehovah tocando las cornetas prolongadamente, mientras
caminaban, y la vanguardia iba delante de ellos. La retaguardia iba
detrás del arca de Jehovah, mientras tocaban las cornetas
prolongadamente. 14 Así dieron una vuelta a la ciudad el
segundo día y regresaron al campamento. De esta manera hicieron durante
seis días.
15 Aconteció que el séptimo día se levantaron al
amanecer y fueron alrededor de la ciudad de la misma manera, siete
veces. Solamente ese día dieron vuelta a la ciudad siete veces. 16
Y sucedió que a la séptima vez, cuando los sacerdotes habían
tocado las cornetas, Josué dijo al pueblo:
-¡Gritad, porque Jehovah os entrega la ciudad! 17 Pero
la ciudad será anatema a Jehovah; ella con todas las cosas que están en
ella. Sólo vivirá la prostituta Rajab, con todos los que estén en su
casa con ella, porque escondió a los mensajeros que enviamos. 18
Pero vosotros guardaos del anatema. No toquéis ni toméis nada del
anatema; no sea que hagáis anatema el campamento de Israel y le
ocasionéis destrucción. 19 Pero toda la plata, el oro y los
utensilios de bronce y de hierro serán consagrados a Jehovah y formarán
parte del tesoro de Jehovah.
20 Entonces el pueblo gritó, y tocaron las cornetas. Y
sucedió que cuando el pueblo oyó el sonido de la corneta, gritó con gran
estruendo. ¡Y el muro se derrumbó! Entonces el pueblo subió a la ciudad,
cada uno directamente delante de él; y la tomaron. 21
Destruyeron a filo de espada todo lo que había en la ciudad: hombres y
mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas y los asnos.
22 Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido
la tierra:
-Entrad en la casa de la mujer prostituta, y sacad de allí a ella
y todo lo que sea suyo, como se lo habéis jurado.
23 Entraron los jóvenes espías y sacaron a Rajab, a su
padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo. Sacaron a toda
su familia, y los pusieron fuera del campamento de Israel. 24
Y consumieron con fuego la ciudad, junto con todo lo que había en ella.
Solamente pusieron en el tesoro de la casa de Jehovah la plata, el oro y
los utensilios de bronce y de hierro. 25 Pero Josué preservó
la vida a la prostituta Rajab, a la familia de su padre y todo lo que
era suyo. Ella ha habitado entre los israelitas hasta el día de hoy,
porque escondió a los mensajeros que Josué envió para reconocer Jericó.
26 En aquel tiempo Josué les hizo este juramento
diciendo:
-¡Maldito sea delante de Jehovah el hombre que se levante y
reconstruya esta ciudad de Jericó! A costa de su primogénito colocará
sus cimientos, y a costa de su hijo menor asentará sus puertas.
27 Jehovah estuvo con Josué, y su fama se divulgó por
toda la tierra.
Acán y el anatema de Jericó
7 Pero los hijos de Israel
transgredieron con respecto al anatema. Acán hijo de Carmi, hijo de
Zabdi, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de
Jehovah se encendió contra los hijos de Israel.
2 Josué envió hombres desde Jericó hasta Hai, que
estaba junto a Bet-avén, hacia el oriente de Betel, y les dijo:
-Subid y reconoced la tierra.
Ellos fueron y reconocieron Hai, 3 y volviendo a Josué
le dijeron:
-No suba todo el pueblo. Suban sólo unos 2.000 o 3.000 hombres;
ellos tomarán Hai. No fatigues a todo el pueblo allí, porque ellos son
pocos.
4 Fueron allá unos 3.000 hombres del pueblo, los cuales
huyeron delante de los de Hai. 5 Los hombres de Hai mataron
de aquéllos a unos treinta y seis hombres y los persiguieron desde la
puerta de la ciudad hasta Sebarim, donde los derrotaron en la bajada, de
modo que el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua.
6 Entonces Josué rasgó su ropa y se postró en tierra
sobre su rostro delante del arca de Jehovah hasta el anochecer, él y los
ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas. 7
Entonces dijo Josué:
-¡Ay, Señor Jehovah! ¿Por qué hiciste cruzar el Jordán a este
pueblo, para entregarnos en mano de los amorreos, para que nos
destruyan? ¡Ojalá hubiéramos decidido habitar al otro lado del Jordán!
8 ¡Oh, Señor! ¿Qué diré, puesto que Israel ha vuelto la
espalda delante de sus enemigos? 9 Los cananeos y todos los
habitantes de la tierra lo oirán, nos rodearán y borrarán nuestro nombre
de la tierra. Entonces, ¿qué harás tú por tu gran nombre?
10 Jehovah dijo a Josué:
-Levántate. ¿Por qué te postras así sobre tu rostro? 11
Israel ha pecado. Han quebrantado mi pacto que yo les había mandado. Han
tomado del anatema, han robado, han mentido y lo han escondido entre sus
enseres. 12 Por esto los hijos de Israel no podrán prevalecer
ante sus enemigos. Más bien, volverán la espalda ante sus enemigos,
porque se han convertido en anatema. Yo no estaré más con vosotros, si
no destruís el anatema de en medio de vosotros. 13 Levántate,
purifica al pueblo y di: "Purificaos para mañana, porque Jehovah Dios de
Israel dice así: ’Anatema hay en medio de ti, oh Israel. No podréis
prevalecer delante de vuestros enemigos hasta que hayáis quitado el
anatema de en medio de vosotros.’ " 14 Os acercaréis, pues,
mañana, por vuestras tribus. La tribu que Jehovah tome se acercará por
sus clanes. El clan que Jehovah tome se acercará por sus familias. La
familia que Jehovah tome se acercará por sus varones. 15 El
que sea descubierto con el anatema será quemado a fuego, él y todo lo
suyo, porque ha quebrantado el pacto de Jehovah y ha cometido una vileza
en Israel.
16 Al levantarse Josué muy de mañana, hizo que se
acercara Israel por sus tribus, y fue tomada la tribu de Judá. 17
Al hacer que se acercara la tribu de Judá, fue tomado el clan de
los hijos de Zéraj. Al hacer que se acercara el clan de los hijos de
Zéraj, fue tomado Zabdi. 18 Y al hacer que se acercaran los
varones de su familia, fue tomado Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi,
hijo de Zéraj, de la tribu de Judá. 19 Entonces Josué dijo a
Acán:
-¡Hijo mío, por favor, da gloria y reconocimiento a Jehovah Dios
de Israel, y declárame lo que has hecho! ¡No me lo encubras!
20 Acán respondió a Josué diciendo:
-Verdaderamente yo he pecado contra Jehovah Dios de Israel, y he
hecho así y así: 21 Vi entre el botín un manto babilónico muy
bueno, 200 siclos de plata y un lingote de oro de 50 siclos de peso, lo
cual codicié y tomé. Todo ello está escondido bajo tierra en medio de mi
tienda, y el dinero está debajo de ello.
22 Josué envió mensajeros que fueron corriendo a la
tienda. Y he aquí, aquello estaba escondido allí en su tienda, y el
dinero estaba debajo. 23 Lo tomaron de la tienda y lo
llevaron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante de
Jehovah. 24 Entonces Josué y todo Israel con él tomaron a
Acán hijo de Zéraj, la plata, el manto, el lingote de oro, sus hijos,
sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo lo que
tenían; y los llevaron al valle de Acor. 25 Y Josué dijo:
-¿Por qué nos has ocasionado destrucción? ¡Jehovah te destruya a
ti en este día!
Todos los israelitas los apedrearon, y después de apedrearlos, los
quemaron a fuego. 26 Después levantaron sobre él un gran
montón de piedras que permanece hasta el día de hoy. Así Jehovah se
aplacó del ardor de su ira. Por eso se llama el nombre de aquel lugar
valle de Acor, hasta el día de hoy.
La caída de Hai
8 Jehovah dijo a Josué:
-No temas ni desmayes. Toma contigo a toda la gente de guerra,
levántate y sube contra Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de
Hai, a su pueblo, su ciudad y su tierra. 2 Harás a Hai y a su
rey como hiciste a Jericó y a su rey. Solamente tomaréis para vosotros
su botín y su ganado. Pon una emboscada en el lado occidental de la
ciudad.
3 Josué y toda la gente de guerra se levantaron para
subir contra Hai. Josué escogió 30.000 hombres fuertes, a quienes envió
de noche, 4 y les mandó diciendo:
-Mirad, pondréis una emboscada detrás de la ciudad. No os alejéis
mucho de la ciudad, y estad todos preparados. 5 Yo y toda la
gente que está conmigo nos acercaremos a la ciudad. Y sucederá que
cuando salgan contra nosotros como la primera vez, huiremos delante de
ellos. 6 Saldrán tras nosotros hasta que los hayamos alejado
de la ciudad, porque dirán: "Huyen de nosotros como la primera vez."
Huiremos, pues, delante de ellos, 7 y vosotros os levantaréis
de la emboscada y os apoderaréis de la ciudad, pues Jehovah vuestro Dios
la entregará en vuestra mano. 8 Y sucederá que cuando hayáis
tomado la ciudad, le prenderéis fuego. Haréis conforme a la palabra de
Jehovah. Mirad que yo os lo he mandado.
9 Entonces Josué los envió, y ellos se fueron al lugar
de la emboscada y se pusieron entre Betel y Hai, al oeste de Hai. Josué
pasó aquella noche en medio del pueblo, 10 y levantándose
Josué muy de mañana pasó revista al pueblo. Luego subió delante del
pueblo contra Hai, junto con los ancianos de Israel.
11 Toda la gente de guerra que estaba con él subió y se
acercó; llegaron frente a la ciudad y acamparon hacia el norte de Hai,
estando el valle entre ellos y Hai. 12 Tomó unos 5.000
hombres y los puso en emboscada entre Betel y Hai, hacia el lado oeste
de la ciudad. 13 Así ordenaron a la gente: todo el campamento
hacia el lado norte de la ciudad, y la guardia emboscada hacia el oeste
de la ciudad. Y Josué pasó aquella noche en medio del valle.
14 Sucedió que cuando el rey de Hai vio esto, los
hombres de la ciudad se apresuraron, se levantaron muy de mañana y
salieron al encuentro de Israel, para combatir él y todo su pueblo
frente al Arabá, en el lugar acordado, no sabiendo que le estaba puesta
una emboscada detrás de la ciudad. 15 Josué y todo Israel,
fingiéndose vencidos ante ellos, huyeron por el camino del desierto.
16 Todo el pueblo que estaba en Hai se reunió para
perseguirlos. Y persiguieron a Josué, siendo así alejados de la ciudad.
17 No quedó hombre en Hai y en Betel que no saliera tras
Israel. Y por perseguir a Israel, dejaron la ciudad abierta. 18
Entonces Jehovah dijo a Josué:
-Extiende la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque yo la
entregaré en tu mano.
Josué extendió hacia la ciudad la lanza que tenía en su mano.
19 Y levantándose rápidamente de su lugar, los hombres que estaban
en la emboscada corrieron cuando él extendió su mano, y entraron en la
ciudad. Así la tomaron y se apresuraron a prender fuego a la ciudad.
20 Los hombres de Hai volvieron el rostro, y al mirar,
he aquí que el humo de la ciudad subía al cielo. Pero no les fue posible
huir ni a un lado ni a otro, porque el pueblo que iba hacia el desierto
se volvió contra los que lo perseguían. 21 Josué y todo
Israel, viendo que los de la emboscada habían tomado la ciudad y que el
humo de la ciudad subía, se volvieron y mataron a los hombres de Hai.
22 Los otros salieron de la ciudad a su encuentro. Así
estuvieron en medio de Israel, los unos por un lado y los otros por el
otro. Los mataron hasta que no quedó ni un sobreviviente ni un fugitivo.
23 También tomaron vivo al rey de Hai y lo llevaron ante
Josué.
24 Sucedió que cuando los israelitas acabaron de matar
a todos los habitantes de Hai en el campo, en el desierto donde ellos
los habían perseguido, y cuando todos habían caído a filo de espada
hasta ser exterminados, todos los israelitas se volvieron a Hai y
mataron a todos a espada. 25 El número de los que cayeron
aquel día, entre hombres y mujeres, fue de 12.000, todos los de Hai.
26 Porque Josué no retrajo su mano que había extendido con la
lanza, hasta que destruyó a todos los habitantes de Hai. 27
Los israelitas sólo tomaron para sí el ganado y el botín de aquella
ciudad, conforme a la palabra que Jehovah había mandado a Josué.
28 Josué incendió Hai y la convirtió en un montículo de
ruinas perpetuas, una desolación hasta el día de hoy. 29 Al
rey de Hai lo colgó de un árbol hasta el atardecer. Cuando el sol se
ponía, Josué mandó que quitasen su cuerpo del árbol y lo echasen a la
puerta de la ciudad, donde levantaron sobre él un gran montón de
piedras, que permanece hasta el día de hoy.
El altar y la ley en el monte Ebal
30 Entonces Josué edificó en el monte Ebal un altar a Jehovah
Dios de Israel, 31 como Moisés siervo de Jehovah había
mandado a los hijos de Israel y como está escrito en el libro de la Ley
de Moisés: un altar de piedras sin labrar sobre las cuales nadie había
alzado herramientas de hierro. Sobre él ofrecieron holocaustos a Jehovah
e hicieron sacrificios de paz.
32 También escribió allí sobre las piedras, en
presencia de los hijos de Israel, una copia de la ley de Moisés, que él
había escrito. 33 Y todo Israel, sus ancianos, oficiales y
jueces, tanto extranjeros como naturales, estaban de pie a ambos lados
del arca delante de los sacerdotes levitas que llevaban el arca del
pacto de Jehovah. La mitad de ellos estaba hacia el monte Gerizim y la
otra mitad hacia el monte Ebal, de la manera que Moisés siervo de
Jehovah lo había mandado, para que bendijesen primeramente al pueblo de
Israel.
34 Después de esto, leyó todas las palabras de la ley,
las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está escrito
en el libro de la Ley. 35 No hubo palabra alguna de todas las
cosas que mandó Moisés, que Josué no leyera delante de toda la
congregación de Israel, incluyendo las mujeres, los niños y los
extranjeros que vivían entre ellos.
Israel hace alianza con Gabaón
9 Aconteció que cuando
oyeron estas cosas todos los reyes que estaban a este lado del Jordán,
tanto en la región montañosa como en la Sefela y en toda la costa del
mar Grande hasta el Líbano (heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos
y jebuseos), 2 se agruparon para combatir de común acuerdo
contra Josué e Israel.
3 Pero cuando los habitantes de Gabaón oyeron lo que
Josué había hecho a Jericó y a Hai, 4 usaron de astucia.
Fueron y se proveyeron tomando sobre sus asnos costales viejos, odres de
vino viejos, rotos y remendados, 5 sandalias viejas y
remendadas en sus pies, y ropa vieja sobre sí. Y todo el pan de que se
habían provisto para el camino estaba seco y mohoso. 6 Así
fueron a Josué, al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los
hombres de Israel:
-Nosotros venimos de una tierra lejana. Haced, pues, alianza con
nosotros.
7 Los hombres de Israel respondieron a los heveos:
-Quizás vosotros habitáis en medio de nosotros. ¿Cómo, pues,
podremos hacer alianza con vosotros?
8 Ellos respondieron a Josué:
-Nosotros somos tus siervos.
Y Josué les preguntó:
-¿Quiénes sois vosotros y de dónde venís?
9 Ellos le respondieron:
-Tus siervos hemos venido de tierras muy lejanas, a causa del
renombre de Jehovah tu Dios. Porque hemos oído de su fama y de todas las
cosas que hizo en Egipto, 10 y de todo lo que hizo a los dos
reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán: a Sejón rey
de Hesbón, y a Og rey de Basán, que estaba en Astarot. 11 Por
eso nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestra tierra nos
hablaron diciendo: "Tomad en vuestras manos provisión para el camino, id
al encuentro de ellos y decidles: ’Nosotros somos vuestros siervos; por
tanto, haced alianza con nosotros.’ 12 Este pan nuestro
estaba caliente cuando tomamos provisiones de nuestras casas para el
camino, el día que salimos para venir a vosotros. He aquí que ahora ya
está seco y mohoso. 13 También estos odres estaban nuevos
cuando los llenamos. He aquí que ahora ya están rotos. Y esta ropa
nuestra y nuestras sandalias están ya viejas a causa del camino tan
largo.
14 Los hombres de Israel tomaron de sus provisiones,
pero no consultaron a Jehovah. 15 Entonces Josué hizo paz con
ellos, e hizo una alianza con ellos de conservarles la vida. Los jefes
de la congregación también se lo juraron.
16 Y sucedió que tres días después de haber hecho
alianza con ellos, se enteraron de que eran sus vecinos y que habitaban
en medio de ellos. 17 Entonces los hijos de Israel partieron,
y al tercer día llegaron a las ciudades de ellos. Sus ciudades eran
Gabaón, Cafira, Beerot y Quiriat-jearim. 18 Pero los hijos de
Israel no los mataron, porque los jefes de la congregación les habían
jurado por Jehovah Dios de Israel. Por eso toda la congregación
murmuraba contra los jefes. 19 Y todos los jefes respondieron
a toda la congregación:
-Nosotros les hemos jurado por Jehovah Dios de Israel. Por eso
ahora no les podemos tocar. 20 Esto es lo que haremos con
ellos: Los dejaremos que vivan, para que no venga sobre nosotros la ira
a causa del juramento que les hemos hecho. 21 -Además, los
jefes les dijeron-: Dejadlos vivir.
Así llegaron a ser cortadores de leña y portadores de agua para
toda la congregación, como les habían dicho los jefes.
22 Entonces, llamándolos Josué, les habló diciendo:
-¿Por qué nos habéis engañado diciendo: "Habitamos muy lejos de
vosotros", siendo así que habitáis en medio de nosotros? 23
Ahora pues, vosotros sois malditos, y no faltarán de entre vosotros
siervos, ni cortadores de leña, ni portadores de agua para la casa de mi
Dios.
24 Ellos respondieron a Josué y dijeron:
-Porque tus siervos fueron bien informados de que Jehovah tu Dios
había mandado a Moisés su siervo que os había de dar toda la tierra, y
que habíais de destruir delante de vosotros a todos los habitantes del
país. Por eso temimos mucho por nuestras vidas a causa de vosotros, e
hicimos esto. 25 Ahora pues, he aquí estamos en tu mano. Haz
con nosotros lo que te parezca bueno y recto.
26 Así hizo con ellos Josué: Los libró de la mano de
los hijos de Israel, y no los mataron. 27 Pero aquel día los
destinó para ser cortadores de leña y portadores de agua para la
congregación y para el altar de Jehovah, en el lugar que Jehovah
eligiera, como lo son hasta el día de hoy.
Los amorreos suben contra Gabaón
10 Sucedió que cuando
Adonisedec, rey de Jerusalén, oyó que Josué había tomado Hai y la había
destruido, haciendo con Hai y su rey lo que había hecho con Jericó y su
rey, y que los habitantes de Gabaón habían hecho la paz con los
israelitas y estaban entre ellos, 2 tuvo gran temor; porque
Gabaón era una ciudad grande, como una de las ciudades reales, mayor que
Hai, y porque todos sus hombres eran valientes. 3 Entonces
Adonisedec rey de Jerusalén mandó a decir a Hojam rey de Hebrón, a
Piream rey de Jarmut, a Jafía rey de Laquis y a Debir rey de Eglón:
4 "Subid y ayudadme a combatir a Gabaón, porque ha hecho la paz
con Josué y con los hijos de Israel."
5 Entonces los cinco reyes de los amorreos (el rey de
Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey
de Eglón) se reunieron y subieron con todos sus ejércitos. Acamparon
frente a Gabaón y combatieron contra ella. 6 Entonces los
habitantes de Gabaón mandaron a decir a Josué, al campamento en Gilgal:
"No abandones a tus siervos. Sube rápidamente a nosotros para
protegernos y ayudarnos, porque todos los reyes de los amorreos que
habitan en la región montañosa se han agrupado contra nosotros."
La derrota de los amorreos
7 Josué subió de Gilgal con toda la gente de guerra y todos
los hombres valientes, 8 y Jehovah dijo a Josué:
-No tengas temor de ellos, porque yo los he entregado en tu mano.
Ninguno de ellos podrá resistir delante de ti.
9 Después de subir toda la noche desde Gilgal, Josué
cayó sobre ellos de repente. 10 Jehovah los turbó delante de
Israel y los hirió con gran mortandad en Gabaón. Los persiguió por el
camino que sube a Bet-jorón y los hirió hasta Azeca y Maqueda. 11
Y sucedió que cuando iban huyendo de los israelitas por la bajada
de Bet-jorón, Jehovah arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos,
hasta Azeca; y murieron. Fueron muchos más los que murieron a causa de
las piedras del granizo, que aquellos a quienes los hijos de Israel
mataron a espada.
12 Entonces Josué habló a Jehovah el día en que Jehovah
entregó a los amorreos ante los hijos de Israel, y dijo en presencia de
los israelitas:
"¡Sol, detente sobre Gabaón;
y tú, luna, sobre el valle de Ajalón!"
13 Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que el
pueblo se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el
libro de Jaser? El sol se detuvo en medio del cielo, y no se apresuró a
ponerse casi un día entero. 14 Nunca hubo un día semejante,
ni antes ni después de aquel día, cuando Jehovah escuchó la voz de un
hombre; porque Jehovah combatía por Israel. 15 Luego Josué, y
todo Israel con él, volvió al campamento en Gilgal.
16 Los cinco reyes huyeron y se escondieron en la cueva
de Maqueda. 17 Y le fue dicho a Josué que los cinco reyes
habían sido hallados escondidos en la cueva de Maqueda. 18
Entonces Josué dijo:
-Haced rodar grandes piedras a la entrada de la cueva y poned
hombres junto a ella, para que los guarden. 19 Pero vosotros,
no os detengáis, sino perseguid a vuestros enemigos y heridles la
retaguardia. No les dejéis entrar en sus ciudades, porque Jehovah
vuestro Dios los ha entregado en vuestra mano.
20 Aconteció que cuando Josué y los hijos de Israel
habían acabado de herirlos con gran mortandad hasta destruirlos, los que
quedaron de ellos entraron en las ciudades fortificadas. 21
Después, todo el pueblo regresó ileso al campamento de Josué en Maqueda.
No hubo quien dijera algo en contra de los hijos de Israel. 22
Entonces dijo Josué:
-Abrid la entrada de la cueva y sacadme de ella a esos cinco
reyes.
23 Así lo hicieron y sacaron de la cueva a estos cinco
reyes: el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey
de Laquis y el rey de Eglón. 24 Y sucedió que cuando sacaron
a estos reyes ante Josué, éste llamó a todos los hombres de Israel y
dijo a los jefes de los hombres de guerra que habían ido con él:
-Acercaos y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes.
Ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos.
25 Y Josué les dijo:
-No temáis ni os atemoricéis; esforzaos y sed valientes, porque
así hará Jehovah a todos vuestros enemigos contra los cuales combatís.
26 Después de esto, Josué los hirió, los mató y los
hizo colgar de cinco árboles; y estuvieron colgados de los árboles hasta
el atardecer. 27 Y sucedió que cuando el sol se ponía, Josué
mandó que los quitasen de los árboles y los echasen en la cueva donde se
habían escondido. Después pusieron grandes piedras a la entrada de la
cueva, las cuales están hasta este mismo día.
28 En aquel día Josué tomó Maqueda y la hirió a filo de
espada, juntamente con su rey. La destruyó por completo con todo lo que
en ella tenía vida, sin dejar sobrevivientes. E hizo con el rey de
Maqueda como había hecho con el rey de Jericó.
Conquista del sur de Canaán
29 Josué, y todo Israel con él, pasó de Maqueda a Libna y
combatió contra Libna. 30 Jehovah también entregó la ciudad y
a su rey en mano de Israel, e hirieron a filo de espada a todo lo que en
ella tenía vida, sin dejar sobrevivientes en ella. E hizo a su rey como
había hecho con el rey de Jericó.
31 Josué, y todo Israel con él, pasó de Libna a Laquis.
Acamparon contra ella y la combatieron. 32 Jehovah también
entregó Laquis en mano de Israel, y la tomó al segundo día. Mató a
espada todo lo que en ella tenía vida, como había hecho con Libna.
33 Entonces Horam, rey de Gezer, fue en ayuda de Laquis,
pero Josué mató a él y a su gente, hasta no dejarle ningún
sobreviviente.
34 Josué, y todo Israel con él, pasó de Laquis a Eglón.
Acamparon contra ella y la combatieron. 35 El mismo día la
tomaron y la hirieron a filo de espada. Aquel día él destruyó a todo lo
que en ella tenía vida, como había hecho con Laquis.
36 Luego Josué, y todo Israel con él, subió de Eglón a
Hebrón, y la combatieron. 37 La tomó y mató a espada a su rey
y a la gente de todas sus aldeas con todo lo que en ellas tenía vida,
sin dejar sobrevivientes. Como había hecho con Eglón, así la destruyó
con todo lo que en ella tenía vida.
38 Después Josué, y todo Israel con él, se volvió
contra Debir y la combatió. 39 La tomó, y mataron a espada a
su rey y a la gente de todas sus aldeas. Destruyeron todo lo que allí
tenía vida, sin dejar sobrevivientes. Como había hecho con Hebrón y con
Libna y con su rey, así hizo con Debir y con su rey.
40 Conquistó, pues, Josué toda la tierra: la región
montañosa, el Néguev, la Sefela y las laderas, y a todos sus reyes, sin
dejar sobrevivientes. Mató todo lo que tenía vida, como Jehovah Dios de
Israel había mandado. 41 Josué los derrotó desde Cades-barnea
hasta Gaza, y toda la tierra de Gosén hasta Gabaón. 42 Josué
tomó a todos estos reyes y sus tierras, de una vez, porque Jehovah Dios
de Israel combatía por Israel.
43 Después Josué, y todo Israel con él, volvió al
campamento de Gilgal.
Conquista del norte de Canaán
11 Sucedió que cuando Jabín
rey de Hazor oyó esto, envió un mensaje a Jobab rey de Madón, al rey de
Simrón, al rey de Acsaf, 2 a los reyes que habitaban en la
región montañosa del norte, en la llanura del sur del mar Quinéret, en
la Sefela y en Nafot-dor al occidente, 3 a los cananeos que
habitaban al oriente y al occidente, a los amorreos, a los heteos, a los
ferezeos, a los jebuseos de la región montañosa y a los heveos de las
faldas del Hermón, en la tierra de Mizpa. 4 Entonces ellos, y
todos sus ejércitos con ellos, un pueblo tan numeroso como la arena que
está a la orilla del mar, salieron con gran cantidad de caballos y
carros. 5 Todos estos reyes se reunieron, y fueron y
acamparon juntos al lado de las aguas de Merom, para combatir contra
Israel. 6 Pero Jehovah dijo a Josué:
-No tengas temor de ellos, porque mañana a esta hora yo entregaré
muertos a todos ellos, delante de Israel. Desjarretarás sus caballos y
quemarás sus carros.
7 Entonces Josué y toda la gente de guerra con él
fueron y cayeron de repente sobre ellos al lado de las aguas de Merom.
8 Jehovah los entregó en mano de los israelitas, quienes los
derrotaron y los persiguieron hasta la gran Sidón, hasta Misrefot-maim y
hasta el valle de Mizpa al oriente. Y los mató, hasta no dejarles
sobrevivientes. 9 Josué hizo con ellos como Jehovah le había
mandado: Desjarretó sus caballos y quemó sus carros.
10 En aquel tiempo Josué volvió y tomó Hazor, y mató a
espada a su rey. Hazor había sido antes la capital de todos estos
reinos. 11 Mataron a espada a todo cuanto tenía vida en ella,
destruyendo y no dejando nada vivo. E incendió a Hazor.
12 Asimismo, Josué tomó todas las ciudades de estos
reyes, y a todos sus reyes. Los mató a espada y los destruyó, como lo
había mandado Moisés, siervo de Jehovah. 13 Pero Israel no
incendió ninguna de las ciudades que estaban sobre sus montículos de
ruinas, excepto Hazor, la cual Josué sí incendió. 14 Los
hijos de Israel tomaron para sí todo el botín de estas ciudades junto
con el ganado, pero mataron a espada a todos los hombres hasta
destruirlos, sin dejar uno solo vivo.
Resumen de la conquista de Canaán
15 De la manera que Jehovah había mandado a su siervo Moisés,
así mandó Moisés a Josué, y así lo hizo Josué, sin omitir nada de todo
lo que Jehovah había mandado a Moisés. 16 Así tomó Josué toda
esta tierra: la región montañosa, todo el Néguev, toda la tierra de
Gosén, la Sefela, el Arabá, la región montañosa de Israel y sus laderas,
17 desde el monte Halac que sube hasta Seír, hasta Baal-gad,
en el valle del Líbano, a las faldas del monte Hermón. Capturó a todos
sus reyes, los hirió y los mató.
18 Por mucho tiempo Josué tuvo guerra con todos estos
reyes. 19 No hubo ciudad que hiciese la paz con los hijos de
Israel, excepto los heveos que moraban en Gabaón. Todo el resto lo
tomaron en batalla. 20 Esto provenía de Jehovah, quien
endurecía el corazón de ellos, para que resistiesen con la guerra a
Israel, a fin de que fueran destruidos sin que se les tuviese
misericordia; para que fuesen desarraigados, como Jehovah había mandado
a Moisés.
21 Por aquel tiempo Josué fue y destruyó a los
anaquitas de la región montañosa de Hebrón, de Debir y de Anab, y de
toda la región montañosa de Judá y de toda la de Israel. Josué los
destruyó a ellos con sus ciudades. 22 Ninguno de los
anaquitas quedó en la tierra de los hijos de Israel. Sólo quedaron
algunos en Gaza, en Gat y en Asdod.
23 Así tomó Josué toda la tierra, conforme a todo lo
que Jehovah había dicho a Moisés. Josué la entregó como heredad a
Israel, conforme a la distribución de sus tribus.
Y la tierra reposó de la guerra.
Reyes derrotados por Moisés
12 Estos son los reyes de
la tierra a quienes derrotaron los hijos de Israel y cuyas tierras
poseyeron al lado oriental del Jordán, desde el río Arnón hasta el monte
Hermón y todo el Arabá oriental:
2 Sejón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.
Este reinaba desde Aroer, que está en la ribera del río Arnón, y desde
el centro del valle hasta el río Jaboc, que sirve de frontera con los
hijos de Amón. Esta región incluía la mitad de Galaad 3 y el
Arabá, desde el mar Quinéret, al oriente, hasta el mar del Arabá, o mar
Salado, al oriente en dirección a Bet-jesimot, y por el sur hasta más
abajo de las faldas del Pisga.
4 Og, rey de Basán, sobreviviente de los refaítas,
quien residía en Astarot y en Edrei. 5 Este reinaba en el
monte Hermón, en Salca y en todo Basán, hasta la frontera de Gesur y de
Maaca y en la mitad de Galaad, hasta la frontera de Sejón, rey de Hesbón.
6 Moisés, siervo de Jehovah, y los hijos de Israel los
derrotaron. Y Moisés, siervo de Jehovah, dio la tierra en posesión a los
rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés.
Reyes derrotados por Josué
7 Estos son los reyes de la tierra a quienes derrotaron Josué
y los hijos de Israel en el lado occidental del Jordán, desde Baal-gad,
en el valle del Líbano, hasta el monte Halac que sube a Seír, cuya
tierra dio Josué en posesión a las tribus de Israel conforme a su
distribución, 8 en la región montañosa, en la Sefela, en el
Arabá, en las laderas, en el desierto y en el Néguev, donde habitaban
los heteos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los
jebuseos:
9 El rey de Jericó, uno; el rey de Hai (que está junto
a Betel), uno; 10 el rey de Jerusalén, uno; el rey de Hebrón,
uno; 11 el rey de Jarmut, uno; el rey de Laquis, uno; 12
el rey de Eglón, uno; el rey de Gezer, uno; 13 el rey
de Debir, uno; el rey de Geder, uno; 14 el rey de Horma, uno;
el rey de Arad, uno; 15 el rey de Libna, uno; el rey de
Adulam, uno; 16 el rey de Maqueda, uno; el rey de Betel, uno;
17 el rey de Tapúaj, uno; el rey de Hefer, uno; 18
el rey de Afec, uno; el rey de Sarón, uno; 19 el rey de Madón,
uno; el rey de Hazor, uno; 20 el rey de Simron-merón, uno; el
rey de Acsaf, uno; 21 el rey de Taanac, uno; el rey de
Meguido, uno; 22 el rey de Quedes, uno; el rey de Jocneam del
Carmelo, uno; 23 el rey de Dor en Nafot-dor, uno; el rey de
Goím en Gilgal, uno; 24 el rey de Tirsa, uno. Treinta y un
reyes en total.
La tierra por conquistar
13 Siendo Josué ya viejo y
de edad avanzada, le dijo Jehovah: "Tú eres ya viejo y de edad avanzada,
y queda todavía muchísima tierra por conquistar. 2 Esta es la
tierra que queda:
"Todos los distritos de los filisteos y todo el de Gesur: 3
Desde Sijor, al oriente de Egipto, hasta el territorio de Ecrón,
al norte, que se considera de los cananeos; los cinco distritos de los
filisteos (Gaza, Asdod, Ascalón, Gat y Ecrón) y la tierra de los aveos,
4 al sur; toda la tierra de los cananeos, y desde Ara, que
pertenece a los sidonios, hasta Afec, hasta la frontera de los amorreos;
5 la tierra de los de Biblos; todo el Líbano al oriente,
desde Baal-gad al pie del monte Hermón, hasta Lebo-hamat; 6
todos los que habitan en la región montañosa desde el Líbano hasta
Misrefot-maim, y todos los habitantes de Sidón. A todos éstos yo los
arrojaré de delante de los hijos de Israel.
"Tú, pues, sólo da la tierra por sorteo a Israel como heredad,
como te he mandado. 7 Reparte esta tierra como heredad entre
las nueve tribus y la media tribu de Manasés; 8 porque la
otra mitad de esta tribu, los rubenitas y los gaditas ya recibieron su
heredad, la cual les dio Moisés en el lado oriental del Jordán. Moisés,
siervo de Jehovah, se la dio 9 desde Aroer, que está en la
ribera del río Arnón, y la ciudad que está en el centro del valle, toda
la meseta de Medeba hasta Dibón; 10 todas las ciudades de
Sejón, rey de los amorreos, que reinó en Hesbón hasta la frontera de los
hijos de Amón; 11 Galaad y los territorios de Gesur y de
Maaca; todo el monte Hermón, toda la tierra de Basán hasta Salca;
12 todo el reino de Og, el cual era sobreviviente de los refaítas,
que reinó en Astarot y Edrei en Basán, y a quienes Moisés derrotó y
echó."
13 Sin embargo, los hijos de Israel no echaron a los de
Gesur y de Maaca; antes bien, Gesur y Maaca han habitado en medio de
Israel hasta el día de hoy.
14 Sólo a la tribu de Leví no dio heredad: Las ofrendas
quemadas de Jehovah Dios de Israel son su heredad, como él le había
prometido.
Territorios de Rubén, Gad y Manasés
15 Moisés había dado heredad a la tribu de los hijos de
Rubén, según sus clanes, 16 y el territorio de ellos abarcaba
desde Aroer, que está en la ribera del río Arnón, la ciudad que está en
el centro del valle y toda la meseta hasta Medeba; 17 Hesbón
con todas sus aldeas que están en la meseta, Dibón, Bamot-baal, Bet-baal-maón;
18 Jahaz, Cademot, Mefaat, 19 Quiriataim, Sibma,
Zeret-hasájar en la colina del valle; 20 Bet-peor, las
laderas del Pisga, Bet-jesimot; 21 todas las ciudades de la
meseta; todo el reino de Sejón, rey de los amorreos, que reinó en Hesbón.
(Moisés había derrotado a éste y a los jefes de Madián; Evi, Requem, Zur,
Hur y Reba, príncipes de Sejón que habitaban aquella tierra. 22
Los hijos de Israel también mataron a espada, entre otros, al
adivino Balaam hijo de Beor.) 23 Y el Jordán era el límite
del territorio de los hijos de Rubén. Esta era la heredad de los hijos
de Rubén, según sus clanes, con sus ciudades y sus aldeas.
24 También Moisés había dado heredad a la tribu de Gad,
a los hijos de Gad, según sus clanes. 25 El territorio de
ellos abarcaba Jazer, todas las ciudades de Galaad, la mitad del
territorio de los hijos de Amón hasta Aroer, que está enfrente de Rabá;
26 desde Hesbón hasta Ramat-mizpa y Betonim; desde Majanaim
hasta el territorio de Lo-debar; 27 y en el valle Bet-haram,
Bet-nimra, Sucot, Zafón y el resto del reino de Sejón, rey de Hesbón; es
decir, la ribera oriental del Jordán hasta el extremo sur del mar
Quinéret. 28 Esta es la heredad de los hijos de Gad, según
sus clanes, con sus ciudades y sus aldeas.
29 También Moisés había dado heredad a la media tribu
de Manasés, esto es, a la media tribu de los hijos de Manasés, según sus
clanes: 30 El territorio de ellos abarcaba desde Majanaim,
todo Basán (todo el reino de Og, rey de Basán), y todas las aldeas de
Jaír que están en Basán: sesenta ciudades. 31 Se dio, además,
la mitad de Galaad, Astarot y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán,
a los hijos de Maquir hijo de Manasés, es decir, a la mitad de los hijos
de Maquir, según sus clanes.
32 Esto es lo que Moisés había dado como heredad en las
llanuras de Moab al otro lado del Jordán, al oriente de Jericó. 33
Pero Moisés no dio heredad a la tribu de Leví; Jehovah Dios de
Israel es su heredad, como él les había dicho.
Sorteo de la tierra de Canaán
14 Esto es lo que los hijos
de Israel tomaron como heredad en la tierra de Canaán, lo que les
repartieron el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun y los jefes de las
casas paternas de las tribus de los hijos de Israel. 2 Su
heredad les fue dada por sorteo a las nueve tribus y a la media tribu,
como Jehovah había mandado por medio de Moisés. 3 Porque a
las dos tribus y a la media tribu, Moisés les había dado heredad al otro
lado del Jordán; pero a los levitas no les había dado heredad entre
ellos. 4 Pues los hijos de José formaban dos tribus: Manasés
y Efraín. A los levitas no se les dio ninguna porción en la tierra, sino
solamente ciudades en que habitasen, con sus campos de alrededor para
sus ganados y sus rebaños. 5 Conforme Jehovah había mandado a
Moisés, así hicieron los hijos de Israel en el reparto de la tierra.
Josué concede Hebrón a Caleb
6 Los hijos de Judá acudieron a Josué en Gilgal. Y Caleb hijo
de Jefone el quenezeo le dijo:
-Tú sabes lo que Jehovah dijo a Moisés, hombre de Dios, en Cades-barnea
tocante a mí y a ti. 7 Yo tenía 40 años cuando Moisés, siervo
de Jehovah, me envió de Cades-barnea para reconocer la tierra. Yo le
traje el informe como lo sentía en mi corazón. 8 Mis hermanos
que habían ido conmigo descorazonaron al pueblo, pero yo seguí a Jehovah
mi Dios con integridad. 9 Aquel día Moisés juró diciendo: "La
tierra que pisó tu pie será para ti y para tus hijos como heredad
perpetua, porque seguiste a Jehovah mi Dios con integridad." 10
Ahora bien, he aquí que Jehovah me ha conservado la vida, como él
dijo, estos 45 años desde el día que Jehovah habló estas palabras a
Moisés, cuando Israel caminaba por el desierto. Ahora, he aquí que tengo
85 años; 11 pero aún estoy tan fuerte como el día en que
Moisés me envió. Como era entonces mi fuerza, así es ahora mi fuerza
para la guerra, tanto para salir como para entrar. 12 Dame,
pues, ahora esta parte montañosa de la cual habló Jehovah aquel día,
porque tú oíste aquel día que los anaquitas viven allí y que hay
ciudades grandes y fortificadas. ¡Si Jehovah está conmigo, yo los
echaré, como Jehovah ha dicho!
13 Entonces Josué bendijo a Caleb hijo de Jefone, y le
dio Hebrón como heredad. 14 Por eso, Hebrón ha sido heredad
de Caleb hijo de Jefone el quenezeo, hasta el día de hoy, porque siguió
con integridad a Jehovah Dios de Israel. 15 Antes el nombre
de Hebrón era Quiriat-arba, pues Arba había sido el hombre más grande
entre los anaquitas.
Y la tierra reposó de la guerra.
Territorio de Judá
15 La parte que tocó en el
sorteo a la tribu de los hijos de Judá, según sus clanes, se extendía
hasta el territorio de Edom y hasta el desierto de Zin en el Néguev, su
extremo sur. 2 Su frontera sur era desde el extremo del mar
Salado, desde la bahía que mira hacia el sur. 3 Seguía en
dirección sur hasta la cuesta de Acrabim y pasaba hasta Zin. Subía por
el sur hasta Cades-barnea y pasaba por Hezrón. Luego subía hacia Adar,
hasta rodear Carca. 4 De allí la frontera pasaba a Asmón y
continuaba por el arroyo de Egipto y terminaba en el mar. Esta será
vuestra frontera del sur.
5 La frontera oriental era el mar Salado hasta la
desembocadura del Jordán.
Por el lado norte la frontera era desde la bahía del mar en la
desembocadura del Jordán. 6 Luego la frontera subía por Bet-jogla
y pasaba por el norte de Bet-haarabá. Luego la frontera subía hacia la
piedra de Bohan hijo de Rubén. 7 Luego la frontera subía
desde el valle de Acor hasta Debir, y se dirigía al norte, hacia Gilgal,
que está frente a la cuesta de Adumim, al lado sur del valle. La
frontera pasaba hasta las aguas de En-semes y llegaba hasta En-rogel.
8 Luego la frontera subía por el valle de Ben-hinom a la
ladera sur de Jebús (que es Jerusalén). Luego la frontera subía hacia la
cumbre del monte que está frente al valle de Hinom, al occidente, en el
extremo norte del valle de Refaím. 9 Después doblaba desde la
cumbre del monte hacia el manantial Aguas de Neftóaj y llegaba a las
ciudades del monte Efrón, rodeando luego a Baala (que es Quiriat-jearim).
10 La frontera torcía después desde Baala hacia el occidente
hasta el monte Seír, y pasaba al norte de Jearim (que es Quesalón);
descendía a Bet-semes y seguía hacia Timna. 11 Luego la
frontera salía hacia el lado norte de Ecrón. La frontera rodeaba Sicrón,
pasaba por el monte Baala, llegaba a Jabneel, y el terminal de la
frontera daba en el mar.
12 La frontera occidental era la costa del mar Grande.
Estas son las fronteras del territorio de los hijos de Judá, según
sus clanes.
Otoniel conquista Debir
13 De acuerdo con el mandato de Jehovah a Josué, éste dio a
Caleb hijo de Jefone una parte entre los hijos de Judá. Le dio Quiriat-arba,
que es Hebrón. (Arba fue el padre de Anac.) 14 Y Caleb echó
de allí a los tres hijos de Anac: a Sesai, a Ajimán y a Talmai,
descendientes de Anac. 15 De allí subió contra los habitantes
de Debir. (Antes el nombre de Debir era Quiriat-séfer.) 16
Entonces Caleb dijo:
-Al que ataque y tome Quiriat-séfer, yo le daré por mujer a mi
hija Acsa.
17 Otoniel hijo de Quenaz, hermano de Caleb, fue quien
la tomó. Y Caleb le dio por mujer a su hija Acsa. 18 Y
aconteció que cuando ella llegó, le persuadió a que pidiese a su padre
un campo. Entonces ella hizo señas desde encima del asno, y Caleb le
preguntó:
-¿Qué quieres?
19 Ella respondió:
-Hazme un favor: Ya que me has dado tierra en el Néguev, dame
también fuentes de aguas.
Entonces él le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.
Ciudades de Judá
20 Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Judá, según
sus clanes. 21 Las ciudades de la tribu de los hijos de Judá,
en el extremo sur, hacia la frontera de Edom, fueron: Cabseel, Eder,
Jagur, 22 Quina, Dimona, Adada, 23 Quedes, Hazor,
Itnán, 24 Zif, Telem, Bealot, 25 Hazor-hadata,
Queriot, Hezrón (que es Hazor), 26 Amam, Sema, Molada,
27 Hazar-gada, Hesmón, Bet-pélet, 28 Hazar-sual,
Beerseba, Bizotia, 29 Baala, Iyim, Ezem, 30
Eltolad, Quesil, Horma, 31 Siclag, Madmana, Sansana, 32
Lebaot, Siljim, Ayin y Rimón. En total eran veintinueve ciudades
con sus aldeas.
33 En la región de la Sefela: Estaol, Zora, Asena,
34 Zanóaj, En-ganim, Tapúaj, Enam, 35 Jarmut, Adulam,
Soco, Azeca, 36 Saaraim, Aditaim, Gedera y Gederotaim;
catorce ciudades con sus aldeas. 37 También Zenán, Hadasa,
Migdal-gad, 38 Dileán, Mizpa, Jocteel, 39 Laquis,
Boscat, Eglón, 40 Cabón, Lajmas, Quitlis, 41
Gederot, Bet-dagón, Naama y Maqueda; dieciséis ciudades con sus aldeas.
42 También Libna, Eter, Asán, 43 Jefté, Asena,
Nezib, 44 Queila, Aczib, Maresa; nueve ciudades con sus
aldeas.
45 Ecrón con sus villas y aldeas. 46 Desde
Ecrón hasta el mar, todas las que están junto a Asdod, con sus aldeas.
47 También Asdod con sus villas y aldeas, y Gaza con sus
villas y aldeas, hasta el arroyo de Egipto y las costas del mar Grande.
48 En la región montañosa: Samir, Jatir, Soco, 49
Dana, Quiriat-sana (que es Debir), 50 Anab, Estemoa,
Anim, 51 Gosén, Holón y Gilo; once ciudades con sus aldeas.
52 También Arab, Duma, Esán, 53 Janum, Bet-tapúaj,
Afeca, 54 Humta, Quiriat-arba (que es Hebrón) y Sior; nueve
ciudades con sus aldeas. 55 También Maón, Carmel, Zif, Juta,
56 Jezreel, Jocdeam, Zanóaj, 57 Caín, Gabaa y
Timna; diez ciudades con sus aldeas. 58 También Jaljul,
Betsur, Gedor, 59 Maarat, Bet-anot y Eltecón; seis ciudades
con sus aldeas. 60 También Quiriat-baal (que es Quiriat-jearim)
y Rabá; dos ciudades con sus aldeas.
61 En el desierto: Bet-haarabá, Midín, Sejaja, 62
Nibsán, la Ciudad de la Sal y En-guedi; seis ciudades con sus
aldeas.
63 Pero los hijos de Judá no pudieron echar a los
jebuseos que habitaban en Jerusalén. Así que los jebuseos han habitado
con los hijos de Judá en Jerusalén, hasta el día de hoy.
Territorio de Efraín
16 La parte que tocó en el
sorteo a los hijos de José partía del Jordán de Jericó, pasaba por las
aguas de Jericó al este y subía del desierto de Jericó, por la región
montañosa, hasta Betel. 2 De Betel salía a Luz y cruzaba el
territorio de los arquitas en Atarot. 3 De allí descendía en
dirección oeste hacia el territorio de los jafletitas, hasta la región
de Bet-jorón Baja y hasta Gezer; y terminaba en el mar.
4 Así recibieron su heredad los hijos de José: Efraín y
Manasés.
5 Esta era la frontera de los hijos de Efraín, según
sus clanes. La frontera de su heredad partía de Atarot-adar en el este,
y seguía hasta Bet-jorón Alta. 6 De allí la frontera
continuaba hacia el oeste, pasando por el lado norte de Micmetat. Torcía
por el este de Taanat-silo y continuaba hasta el este de Janóaj. 7
De Janóaj descendía a Atarot y a Naará, tocaba Jericó y salía al
Jordán. 8 De Tapúaj la frontera seguía al oeste, por el
arroyo de Caná, y terminaba en el mar. Esta era la heredad de los hijos
de Efraín, según sus clanes.
9 Además, había ciudades que fueron apartadas para los
hijos de Efraín en medio de la heredad de los hijos de Manasés, todas
esas ciudades con sus aldeas. 10 Sin embargo, ellos no
echaron a los cananeos que habitaban en Gezer. Así que los cananeos han
habitado en medio de los de Efraín hasta el día de hoy, pero han sido
sometidos a tributo laboral.
Territorio de Manasés
17 La parte que tocó en el
sorteo a la tribu de Manasés, porque él era el primogénito de José, fue
ésta: Maquir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, que era un
hombre de guerra, había recibido Galaad y Basán. 2 Asimismo,
a los otros hijos de Manasés les tocó, según sus clanes: a los hijos de
Abiezer, a los hijos de Helec, a los hijos de Ezriel, a los hijos de
Siquem, a los hijos de Hefer y a los hijos de Semida. Estos fueron los
hijos varones de Manasés hijo de José, según sus clanes.
3 Ahora bien, Zelofejad hijo de Hefer, hijo de Galaad,
hijo de Maquir, hijo de Manasés, no tuvo hijos sino sólo hijas. Los
nombres de éstas fueron: Majla, Noa, Hogla, Milca y Tirsa. 4
Ellas vinieron delante del sacerdote Eleazar, de Josué hijo de Nun y de
los dirigentes, y dijeron: "Jehovah mandó a Moisés que nos fuera dada
heredad entre nuestros hermanos." Así fue como él les dio heredad entre
los hermanos del padre de ellas, conforme al mandato de Jehovah.
5 Aparte de la tierra de Galaad y de Basán, al otro
lado del Jordán, a Manasés le tocaron diez partes en el sorteo, 6
porque las hijas de Manasés debían recibir heredad entre los hijos
de Manasés, y la tierra de Galaad pertenecía a los otros hijos de
Manasés.
7 La frontera de Manasés partía de Aser y se extendía
hasta Micmetat que está enfrente de Siquem. La frontera seguía hacia el
sur hasta los habitantes de En-tapúaj. 8 La tierra de Tapúaj
era de Manasés, pero Tapúaj misma, que está en la frontera de Manasés,
era de los hijos de Efraín. 9 Luego la frontera descendía
hasta el arroyo de Caná. Al lado sur del arroyo, había ciudades de
Efraín entre las ciudades de Manasés. El resto de la frontera de Manasés
coincidía con la ribera norte del arroyo y terminaba en el mar. 10
Efraín estaba al sur, y Manasés al norte. El territorio de Manasés
alcanzaba hasta el mar y limitaba al norte con Aser y al este con Isacar.
11 Manasés también poseía en el territorio de Isacar y
de Aser a Bet-seán y sus aldeas, a Ibleam y sus aldeas, a los habitantes
de Dor y sus aldeas, a los habitantes de Endor y sus aldeas, a los
habitantes de Taanac y sus aldeas, a los habitantes de Meguido y sus
aldeas. La tercera era Nafot.
12 Sin embargo, los hijos de Manasés no pudieron echar
a los habitantes de aquellas ciudades, y los cananeos persistieron en
habitar en estas tierras. 13 Y sucedió que después, cuando
los hijos de Israel llegaron a ser más fuertes, sometieron a tributo
laboral a los cananeos, pero no los echaron completamente.
14 Después los hijos de José hablaron a Josué diciendo:
-¿Por qué nos has dado en posesión una sola suerte y una sola
parte, siendo nosotros un pueblo numeroso, al que Jehovah ha bendecido
hasta ahora?
15 Josué les respondió:
-Si sois un pueblo numeroso, id al bosque y deforestad para
vosotros la tierra de los ferezeos y de los refaítas, ya que la región
montañosa de Efraín es demasiado estrecha para vosotros.
16 Los hijos de José dijeron:
-No nos bastará a nosotros esa región montañosa. Además, todos los
cananeos que habitan en la tierra del valle tienen carros de hierro,
tanto los que están en Bet-seán y sus aldeas, como los que están en el
valle de Jezreel.
17 Entonces Josué respondió a la casa de José, a Efraín
y a Manasés, diciendo:
-Vosotros sois un pueblo numeroso y tenéis mucha fuerza. No
tendréis sólo una parte, 18 sino que la región montañosa será
vuestra. Puesto que es bosque, vosotros lo deforestaréis. Y sus límites
más lejanos serán vuestros, porque echaréis a los cananeos, aunque ellos
tengan carros de hierro y sean fuertes.
Exploración del resto de la tierra
18 Toda la congregación de
los hijos de Israel se reunió en Silo, e instalaron allí el tabernáculo
de reunión. La tierra les estaba sometida, 2 pero habían
quedado siete tribus de los hijos de Israel, a las cuales todavía no se
les había repartido heredad. 3 Entonces Josué dijo a los
hijos de Israel:
-¿Hasta cuándo seréis negligentes para ir a poseer la tierra que
os ha dado Jehovah, Dios de vuestros padres? 4 Elegid a tres
hombres de cada tribu para que yo los envíe, y ellos vayan, recorran la
tierra, hagan una descripción de ella con miras a sus heredades, y
después vuelvan a mí. 5 Ellos la dividirán en siete partes.
Judá permanecerá en su territorio en el sur, y los de la casa de José en
su territorio en el norte. 6 Vosotros, pues, me haréis la
descripción de la tierra, dividiéndola en siete partes; y me la traeréis
aquí. Y os haré el sorteo aquí, delante de Jehovah nuestro Dios. 7
Pero los levitas no tendrán ninguna parte entre vosotros, porque
el sacerdocio de Jehovah es su heredad. Gad, Rubén y la media tribu de
Manasés ya han recibido su heredad en el lado oriental del Jordán, la
cual les dio Moisés, siervo de Jehovah.
8 Los hombres se levantaron y fueron. Josué mandó a los
que iban para hacer la descripción de la tierra, diciéndoles:
-Id, recorred la tierra y haced una descripción de ella. Luego
volved a mí para que yo os haga el sorteo delante de Jehovah, aquí en
Silo.
9 Entonces los hombres fueron y recorrieron la tierra,
e hicieron en un pergamino una descripción de ella, dividida en siete
partes, según sus ciudades. Después volvieron a Josué, al campamento en
Silo. 10 Entonces Josué hizo el sorteo delante de Jehovah, en
Silo. Allí repartió Josué la tierra a los hijos de Israel, según sus
particiones.
Territorio de Benjamín
11 La parte que tocó en el sorteo a la tribu de los hijos de
Benjamín, según sus clanes: El territorio que les tocó en el sorteo
estaba entre el de los hijos de Judá y el de los hijos de José.
12 Por el lado norte su frontera partía del Jordán;
luego la frontera subía por el lado norte de Jericó. Entonces subía por
la región montañosa hacia el oeste, y llegaba al desierto de Bet-avén.
13 De allí la frontera pasaba hacia Luz, al lado sur de Luz
(que es Betel). Luego la frontera descendía a Atarot-adar, sobre el
monte que está al sur de Bet-jorón Baja. 14 Luego la frontera
doblaba hacia el oeste por el lado sur del monte que está enfrente de
Bet-jorón, y terminaba en Quiriat-baal (que es Quiriat-jearim), ciudad
de los hijos de Judá. Este era el lado occidental.
15 Por el lado sur, la frontera partía desde el extremo
de Quiriat-jearim, seguía hacia el oeste y continuaba hacia el manantial
Aguas de Neftóaj. 16 Luego la frontera descendía hasta el
extremo del monte que está frente al valle de Ben-hinom, que está al
norte del valle de Refaím. Luego descendía al valle de Hinom, hasta la
ladera sur de los jebuseos, y seguía descendiendo hasta En-rogel.
17 Luego doblaba al norte, seguía hasta En-semes, continuaba hasta
Gilgal, que está frente a la cuesta de Adumim, y descendía a la piedra
de Bohan hijo de Rubén. 18 Luego la frontera pasaba por el
declive norte de Bet-haarabá y descendía hacia el Arabá. 19
La frontera pasaba por el lado norte de Bet-jogla para terminar en la
bahía norte del mar Salado, en la desembocadura del Jordán en el sur.
Esta era la frontera sur.
20 El Jordán era la frontera por el lado oriental. Esta
era la heredad de los hijos de Benjamín, según sus clanes, con las
fronteras que la rodeaban.
21 Las ciudades de la tribu de los hijos de Benjamín,
según sus clanes, fueron: Jericó, Bet-jogla, Emec-casis, 22
Bet-haarabá, Zemaraim, Betel, 23 Avim, Pará, Ofra, 24
Quefar-haamoní, Ofni y Geba; doce ciudades con sus aldeas. 25
También Gabaón, Ramá, Beerot, 26 Mizpa, Cafira, Mozah,
27 Requem, Irpeel, Tarala, 28 Zela, Elef, Jebús
(que es Jerusalén), Gabaa y Quiriat; catorce ciudades con sus aldeas.
Esta era la heredad de los hijos de Benjamín, según sus clanes.
Territorio de Simeón
19 La segunda suerte tocó a
Simeón, a la tribu de los hijos de Simeón, según sus clanes. Y su
heredad estaba dentro del territorio de los hijos de Judá. 2
Y les tocó como heredad: Beerseba, Seba, Molada, 3 Hazar-sual,
Bala, Ezem, 4 Eltolad, Betul, Horma, 5 Siclag, Bet-hamarcabot,
Hazar-susa, 6 Bet-lebaot y Sarujen; trece ciudades con sus
aldeas. 7 También Ayin, Rimón, Eter y Asán; cuatro ciudades
con sus aldeas. 8 También todas las aldeas que estaban
alrededor de estas ciudades hasta Baalat-beer, que es Ramat-néguev. Esta
era la heredad de la tribu de los hijos de Simeón, según sus clanes.
9 La heredad de los hijos de Simeón fue tomada de la
parte de los hijos de Judá, porque la parte de los hijos de Judá era
excesiva para ellos. Así, los hijos de Simeón tuvieron su heredad dentro
del territorio de aquéllos.
Territorio de Zabulón
10 La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón, según sus
clanes. La frontera de su heredad llegaba hasta Sarid. 11 Y
por el oeste su frontera subía hacia Marala, y limitaba con Dabeset y
con el río que está frente a Jocneam. 12 De Sarid doblaba
hacia el este, donde nace el sol, hasta el territorio de Quislot-tabor;
luego seguía hacia Daberat y subía a Jafía. 13 De allí seguía
hacia el este, a Gat-jefer e Ita-cazín, continuaba hacia Rimón y rodeaba
Nea. 14 Después la frontera torcía por el norte hacia Hanatón
y terminaba en el valle de Jefteel. 15 Y también Catat,
Nahalal, Simrón, Idala y Belén; doce ciudades con sus aldeas. 16
Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de los hijos de
Zabulón, según sus clanes.
Territorio de Isacar
17 La cuarta suerte tocó a Isacar, a los hijos de Isacar,
según sus clanes. 18 Su territorio abarcaba: Jezreel,
Quesulot, Sunem, 19 Hafaraim, Sihón, Anajarat, 20
Rabit, Quisión, Abez, 21 Remet, En-ganim, En-jada y Bet-pases.
22 La frontera llegaba hasta Tabor, Sajazaim y Bet-semes, y
terminaba la frontera en el Jordán; dieciséis ciudades con sus aldeas.
23 Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu
de los hijos de Isacar, según sus clanes.
Territorio de Aser
24 La quinta suerte tocó a la tribu de los hijos de Aser,
según sus clanes. 25 Su territorio abarcaba: Helcat, Halí,
Betén, Acsaf, 26 Alamelec, Amad y Miseal; y por el lado
occidental llegaba hasta el Carmelo y Sijor-libnat. 27 Volvía
después hacia donde nace el sol, a Bet-dagón y limitaba con Zabulón y
con el valle de Jefteel, al norte; seguía a Bet-haémec y a Neiel; luego
continuaba al norte hasta Cabul, 28 Abdón, Rejob, Hamón, Caná,
hasta la gran Sidón. 29 De allí la frontera volvía hacia Ramá
y seguía hasta la ciudad fortificada de Tiro. Después torcía hacia Hosa
y terminaba en el mar. También Majaleb, Aczib, 30 Aco, Afec y
Rejob; veintidós ciudades con sus aldeas. 31 Estas ciudades
con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Aser, según
sus clanes.
Territorio de Neftalí
32 La sexta suerte tocó a los hijos de Neftalí; a los hijos
de Neftalí, según sus clanes. 33 Su frontera partía desde
Helef y desde la encina de Zaananim, y desde Adami-nequeb y Jabneel
hasta Lacum, y terminaba en el Jordán. 34 Luego la frontera
volvía al oeste hasta Aznot-tabor. De allí pasaba a Hucoc, y limitaba
con Zabulón por el sur, con Aser por el oeste, y con el Jordán, por
donde nace el sol.
35 Y las ciudades fortificadas eran: Sidim, Zer, Hamat,
Racat, Quinéret, 36 Adama, Ramá, Hazor, 37 Quedes,
Edrei, En-hazor, 38 Irón, Migdalel, Horem, Bet-anat y Bet-semes;
diecinueve ciudades con sus aldeas. 39 Estas ciudades con sus
aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Neftalí, según sus
clanes.
Territorio de Dan
40 La séptima suerte tocó a la tribu de los hijos de Dan,
según sus clanes. 41 El territorio de su heredad abarcaba
Zora, Estaol, Ir-semes, 42 Saalbín, Ajalón, Jetla, 43
Elón, Timnat, Ecrón, 44 Elteque, Gibetón, Baalat,
45 Jehud, Benei-berac, Gat-rimón. 46 Mei-hayarcón y
Racón, con la región que está enfrente de Jope.
47 Pero faltó territorio a los hijos de Dan. Por eso,
los hijos de Dan subieron y combatieron contra Lesem. Ellos la ocuparon
e hirieron a filo de espada; tomaron posesión de ella y habitaron allí.
Y a Lesem la llamaron Dan, según el nombre de su padre Dan. 48
Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los
hijos de Dan, según sus clanes.
La heredad para Josué
49 Después que acabaron de distribuir los territorios de la
tierra como heredad, los hijos de Israel dieron una heredad, en medio de
ellos, a Josué hijo de Nun. 50 Según el mandato de Jehovah,
le dieron la ciudad que pidió, Timnat-séraj, en la región montañosa de
Efraín. Y él reedificó la ciudad y habitó en ella.
51 Estas son las heredades que el sacerdote Eleazar,
Josué hijo de Nun y los jefes de las casas paternas de las tribus de los
hijos de Israel distribuyeron por sorteo en Silo, delante de Jehovah, a
la entrada del tabernáculo de reunión. Y así acabaron de distribuir la
tierra.
Ciudades de refugio
20 Jehovah habló a Josué
diciendo: 2 "Habla a los hijos de Israel y diles: ’Designad
las ciudades de refugio de las que yo os hablé por medio de Moisés;
3 para que pueda huir allí el homicida que mate a una persona
accidentalmente, sin premeditación, a fin de que sirvan de refugio ante
el vengador de la sangre. 4 El que se refugie en alguna de
aquellas ciudades se presentará a la puerta de la ciudad y expondrá su
caso a oídos de los ancianos de la ciudad. Ellos le recibirán consigo
dentro de la ciudad y le darán un lugar para que habite con ellos.
5 Si el vengador de la sangre lo persigue, no entregarán en su
mano al homicida, porque mató a su prójimo sin premeditación, sin
haberle tenido odio previamente. 6 Quedará en aquella ciudad
hasta que comparezca en juicio delante de la asamblea, y hasta la muerte
del sumo sacerdote que haya en aquellos días. Entonces el homicida podrá
volver y venir a su ciudad y a su casa, a la ciudad de donde huyó.’ "
7 Entonces designaron a Quedes, en Galilea, en la
región montañosa de Neftalí; a Siquem, en la región montañosa de Efraín;
y a Quiriat-arba (que es Hebrón), en la región montañosa de Judá. 8
Y al otro lado del Jordán, al este de Jericó, designaron a Beser,
en el desierto, en la meseta, de la tribu de Rubén; a Ramot, en Galaad,
de la tribu de Gad; y a Golán, en Basán, de la tribu de Manasés. 9
Estas fueron las ciudades designadas para todos los hijos de
Israel y para el extranjero que habitase entre ellos, para que pueda
huir a ellas cualquiera que mate a una persona accidentalmente, y no
muera por mano del vengador de la sangre, antes de comparecer delante de
la asamblea.
Sorteo de las ciudades para Leví
21 Los jefes de las casas
paternas de los levitas se acercaron al sacerdote Eleazar, a Josué hijo
de Nun y a los jefes de las casas paternas de las tribus de los hijos de
Israel. 2 Y les hablaron en Silo, en la tierra de Canaán,
diciendo: "Jehovah mandó por medio de Moisés que nos dieran ciudades en
que habitásemos, con sus campos de alrededor para nuestros ganados."
3 Entonces, conforme a la palabra de Jehovah, los hijos
de Israel dieron a los levitas, de sus propias heredades, estas ciudades
con sus campos de alrededor:
4 La suerte tocó a las familias de los cohatitas. A los
hijos del sacerdote Aarón, que eran de los levitas, les dieron por
sorteo trece ciudades de la tribu de Judá, de la tribu de Simeón y de la
tribu de Benjamín. 5 A los hijos de Cohat que quedaban les
dieron por sorteo diez ciudades de los clanes de la tribu de Efraín, de
la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés.
6 A los hijos de Gersón les dieron por sorteo trece
ciudades de los clanes de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la
tribu de Neftalí y de la media tribu de Manasés en Basán.
7 A los hijos de Merari, según sus clanes, les dieron
doce ciudades de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de
Zabulón.
8 Así los hijos de Israel dieron por sorteo a los
levitas estas ciudades con sus campos de alrededor, como Jehovah había
mandado por medio de Moisés.
Ciudades para las familias de Cohat
9 Les dieron estas ciudades de la tribu de los hijos de Judá
y de la tribu de los hijos de Simeón (a las cuales llamaron por nombre),
10 a los hijos de Aarón, de los clanes de Cohat, de los hijos
de Leví; porque les tocó la primera suerte. 11 Les dieron en
la región montañosa de Judá, Quiriat-arba, que es Hebrón, con sus campos
de alrededor. (Arba fue el padre de Anac.) 12 Pero dieron la
campiña de la ciudad con sus aldeas a Caleb hijo de Jefone, como su
posesión.
13 A los hijos del sacerdote Aarón les dieron Hebrón,
con sus campos de alrededor, ciudad de refugio para los homicidas.
También Libna con sus campos de alrededor, 14 Jatir con sus
campos de alrededor, Estemoa con sus campos de alrededor, 15
Holón con sus campos de alrededor, Debir con sus campos de alrededor,
16 Ayin con sus campos de alrededor, Juta con sus campos de
alrededor y Bet-semes con sus campos de alrededor; nueve ciudades de
estas dos tribus.
17 De la tribu de Benjamín les dieron Gabaón con sus
campos de alrededor, Geba con sus campos de alrededor, 18
Anatot con sus campos de alrededor y Almón con sus campos de alrededor;
cuatro ciudades.
19 El total de las ciudades de los sacerdotes hijos de
Aarón fue de trece, con sus campos de alrededor.
20 A los clanes de los hijos de Cohat, a los levitas
que quedaban de los hijos de Cohat, les tocaron estas ciudades en el
sorteo:
De la tribu de Efraín 21 les dieron: Siquem con sus
campos de alrededor, ciudad de refugio para los homicidas, en la región
montañosa de Efraín; Gezer con sus campos de alrededor, 22
Quibsaim con sus campos de alrededor y Bet-jorón con sus campos de
alrededor; cuatro ciudades.
23 De la tribu de Dan: Elteque con sus campos de
alrededor, Gibetón con sus campos de alrededor, 24 Ajalón con
sus campos de alrededor y Gat-rimón con sus campos de alrededor; cuatro
ciudades.
25 Y de la media tribu de Manasés les dieron Taanac con
sus campos de alrededor y Gat-rimón con sus campos de alrededor; dos
ciudades.
26 El total de las ciudades para los clanes de los
hijos de Cohat que habían quedado fue de diez, con sus campos de
alrededor.
Ciudades para las familias de Gersón
27 A los hijos de Gersón, uno de los clanes de los levitas,
les dieron:
De la media tribu de Manasés: Golán en Basán con sus campos de
alrededor, ciudad de refugio para los homicidas y Beestera con sus
campos de alrededor; dos ciudades.
28 De la tribu de Isacar: Quisión con sus campos de
alrededor, Daberat con sus campos de alrededor, 29 Jarmut con
sus campos de alrededor y En-ganim con sus campos de alrededor; cuatro
ciudades.
30 De la tribu de Aser: Miseal con sus campos de
alrededor, Abdón con sus campos de alrededor, 31 Helcat con
sus campos de alrededor y Rejob con sus campos de alrededor; cuatro
ciudades.
32 De la tribu de Neftalí: Quedes en Galilea con sus
campos de alrededor, ciudad de refugio para los homicidas; Hamot-dor con
sus campos de alrededor y Cartán con sus campos de alrededor; tres
ciudades.
33 El total de las ciudades de los gersonitas, según
sus clanes, fue de trece con sus campos de alrededor.
Ciudades para las familias de Merari
34 A las familias de los hijos de Merari, los levitas que
habían quedado, les dieron:
De la tribu de Zabulón: Jocneam con sus campos de alrededor, Carta
con sus campos de alrededor, 35 Dimna con sus campos de
alrededor y Nahalal con sus campos de alrededor; cuatro ciudades.
36 De la tribu de Rubén: Beser con sus campos de
alrededor, Jahaz con sus campos de alrededor, 37 Quedemot con
sus campos de alrededor y Mefaat con sus campos de alrededor; cuatro
ciudades.
38 De la tribu de Gad: Ramot en Galaad con sus campos
de alrededor, ciudad de refugio para los homicidas; Majanaim con sus
campos de alrededor, 39 Hesbón con sus campos de alrededor y
Jazer con sus campos de alrededor; cuatro ciudades.
40 El total de las ciudades repartidas por sorteo a los
hijos de Merari, según sus clanes, es decir, a los clanes de los levitas
que habían quedado, fue de doce ciudades.
41 El total de las ciudades de los levitas en medio de
la posesión de los hijos de Israel fue de cuarenta y ocho, con sus
campos de alrededor. 42 Estas ciudades tenían cada una sus
campos de alrededor; era así con todas estas ciudades.
43 Así dio Jehovah a Israel toda la tierra que había
jurado dar a sus padres. Ellos tomaron posesión de ella y habitaron en
ella. 44 Y Jehovah les dio reposo alrededor, conforme a todo
lo que había jurado a sus padres. Ninguno de sus enemigos pudo
resistirles, porque Jehovah entregó en su mano a todos sus enemigos.
45 No falló ninguna palabra de todas las buenas promesas que
Jehovah había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió.
Rubén, Gad y Manasés vuelven a casa
22 Entonces Josué convocó a
los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, 2
y les dijo:
-Vosotros habéis guardado todo lo que Moisés siervo de Jehovah os
mandó, y habéis obedecido mi voz en todo lo que yo os he mandado. 3
No habéis abandonado a vuestros hermanos en este largo tiempo,
hasta el día de hoy; sino que habéis guardado los mandamientos que
Jehovah vuestro Dios os ha encomendado. 4 Ahora que Jehovah
vuestro Dios ha dado reposo a vuestros hermanos, como les había
prometido, volved y regresad a vuestras moradas, a la tierra de vuestra
posesión que Moisés siervo de Jehovah os ha dado al otro lado del
Jordán. 5 Solamente tened mucho cuidado de poner por obra el
mandamiento y la ley que Moisés siervo de Jehovah os mandó: que améis a
Jehovah vuestro Dios, que andéis en todos sus caminos, que guardéis sus
mandamientos, que le seáis fieles y que le sirváis con todo vuestro
corazón y con toda vuestra alma.
6 Luego Josué los bendijo y los despidió, y ellos se
volvieron a sus moradas. 7 Moisés había dado heredad en Basán
a la media tribu de Manasés. Y a la otra media tribu Josué le dio
heredad entre sus hermanos en el lado occidental del Jordán. Cuando
Josué los envió a sus moradas, los bendijo, 8 y les habló
diciendo:
-Volved a vuestras moradas con grandes riquezas, con mucho ganado,
con plata, con oro, con bronce y con muchos vestidos. Compartid con
vuestros hermanos el botín de vuestros enemigos.
9 Entonces los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la
media tribu de Manasés regresaron y se apartaron de los hijos de Israel
en Silo, que está en la tierra de Canaán, para ir a la tierra de Galaad,
a la tierra de sus heredades, donde se habían establecido, según el
mandato de Jehovah por medio de Moisés.
El altar de testimonio junto al Jordán
10 Cuando llegaron a la región del Jordán, en la tierra de
Canaán, los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés
edificaron allí un altar junto al Jordán, un altar de aspecto imponente.
11 Entonces los hijos de Israel oyeron decir: "He aquí que
los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés han
edificado un altar frente a la tierra de Canaán, en la región del
Jordán, en el lado de los hijos de Israel." 12 Cuando los
hijos de Israel oyeron esto, se reunió toda la congregación de los hijos
de Israel en Silo, para subir a combatir contra ellos.
13 Fineas, hijo del sacerdote Eleazar, fue enviado por
los hijos de Israel a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a la
media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad. 14 También
fueron con él diez jefes, un jefe por cada casa paterna de cada una de
las tribus de Israel, cada uno de los cuales era jefe de su casa paterna
entre los millares de Israel. 15 Estos fueron a los hijos de
Rubén, a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés, en la tierra de
Galaad, y les hablaron diciendo:
16 -Toda la congregación de Jehovah dice así: "¿Qué
infidelidad es ésta que habéis cometido contra el Dios de Israel,
apartándoos hoy de seguir a Jehovah al edificaros un altar y rebelaros
hoy contra Jehovah? 17 ¿Nos ha sido poca la maldad de Peor,
de la cual aún no estamos purificados hasta el día de hoy, y por la cual
vino una plaga a la congregación de Jehovah? 18 Vosotros os
apartáis hoy de seguir a Jehovah; y sucederá que hoy vosotros os
rebeláis contra Jehovah, y mañana él se airará contra toda la
congregación de Israel. 19 Si os parece que la tierra que
poseéis es inmunda, pasaos a la tierra de la posesión de Jehovah, en la
cual está el tabernáculo de Jehovah, y estableceos entre nosotros. Pero
no os rebeléis contra Jehovah, ni os rebeléis contra nosotros,
edificándoos un altar aparte del altar de Jehovah nuestro Dios. 20
Cuando Acán hijo de Zéraj cometió transgresión con respecto al
anatema, ¿no cayó la ira sobre toda la congregación de Israel? ¡Aquel
hombre no pereció solo en su iniquidad!
21 Entonces los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la
media tribu de Manasés respondieron y dijeron a los jefes de los
millares de Israel:
22 -El Dios de dioses, Jehovah, el Dios de dioses,
Jehovah, él lo sabe. Y que lo sepa Israel. Si ha sido por rebelión o por
infidelidad contra Jehovah, que no nos libre en este día. 23
Si nos hemos edificado un altar para apartarnos de en pos de Jehovah o
para ofrecer sobre él holocausto u ofrenda vegetal, o para ofrecer sobre
él sacrificios de paz, que Jehovah mismo nos lo demande. 24
Pero en realidad lo hicimos así por temor de que en el futuro vuestros
hijos digan a nuestros hijos: "¿Qué tenéis que ver vosotros con Jehovah
Dios de Israel? 25 Oh hijos de Rubén e hijos de Gad, ya que
entre nosotros y vosotros Jehovah ha puesto por límite el Jordán,
vosotros no tenéis parte con Jehovah." Así vuestros hijos harían que
nuestros hijos dejaran de temer a Jehovah.
26 »Por eso dijimos: "Preparémonos y edifiquémonos un
altar, no para holocausto ni para sacrificio, 27 sino para
que sirva de testimonio entre nosotros y vosotros, y entre las
generaciones que nos sucederán, de que nosotros servimos a Jehovah, en
su presencia, con nuestros holocaustos, con nuestras ofrendas y con
nuestros sacrificios de paz." Entonces vuestros hijos no podrán decir a
nuestros hijos en el futuro: "Vosotros no tenéis parte con Jehovah."
28 Nosotros, pues, dijimos: "Si sucede que en el futuro ellos
nos dicen esto a nosotros o a nuestros descendientes, responderemos:
’Mirad la réplica del altar de Jehovah, la cual edificaron nuestros
padres, no para holocaustos ni para sacrificios, sino para que fuese
testimonio entre nosotros y vosotros.’ 29 Lejos esté de
nosotros el rebelarnos contra Jehovah, o el apartarnos hoy de seguir a
Jehovah, edificando un altar para holocaustos, para ofrendas vegetales o
para sacrificios, aparte del altar de Jehovah nuestro Dios que está
delante de su tabernáculo."
30 Cuando el sacerdote Fineas, los jefes de la
congregación y los jefes de los millares de Israel que estaban con él
oyeron las palabras que hablaron los hijos de Rubén, los hijos de Gad y
los hijos de Manasés, les pareció bien. 31 Entonces Fineas,
hijo del sacerdote Eleazar, dijo a los hijos de Rubén, a los hijos de
Gad y a los hijos de Manasés:
-Hoy reconocemos que Jehovah está entre nosotros, pues no habéis
cometido esta infidelidad contra Jehovah. Ahora habéis librado a los
hijos de Israel de la mano de Jehovah.
32 Fineas, hijo del sacerdote Eleazar, y los jefes se
apartaron de los hijos de Rubén y de los hijos de Gad; se volvieron de
la tierra de Galaad a la tierra de Canaán, a los hijos de Israel, y les
informaron. 33 El informe agradó a los hijos de Israel, y los
hijos de Israel bendijeron a Dios. No hablaron más de ir contra ellos en
plan de guerra para destruir la tierra en que habitaban los hijos de
Rubén y los hijos de Gad.
34 Los hijos de Rubén y los hijos de Gad llamaron al
altar Ed, diciendo: "Porque es un testimonio entre nosotros de que
Jehovah es Dios."
Josué exhorta a los hijos de Israel
23 Mucho tiempo después que
Jehovah diera reposo a Israel de todos sus enemigos de alrededor,
aconteció que Josué, siendo ya viejo y de edad avanzada, 2
convocó a todo Israel, a sus ancianos, a sus jefes, a sus jueces y a sus
oficiales, y les dijo: "Yo ya soy viejo y de edad avanzada. 3
Vosotros habéis visto todo lo que Jehovah vuestro Dios ha hecho con
todas estas naciones por causa vuestra; porque Jehovah vuestro Dios es
el que ha combatido por vosotros. 4 Mirad, os he repartido
por sorteo, como heredad para vuestras tribus, estas naciones que
quedan, así como las que yo he exterminado, desde el Jordán hasta el mar
Grande, hacia donde se pone el sol. 5 Jehovah vuestro Dios
las arrojará de delante de vosotros y las echará de vuestra presencia. Y
vosotros tomaréis posesión de sus tierras, como Jehovah vuestro Dios os
ha prometido.
6 "Por tanto, esforzaos mucho en guardar y hacer todo
lo que está escrito en el libro de la Ley de Moisés, sin apartaros de
ella ni a la derecha ni a la izquierda. 7 No os mezcléis con
estas naciones que han quedado entre vosotros. No hagáis mención del
nombre de sus dioses ni juréis por ellos. No les rindáis culto, ni os
postréis ante ellos.
8 "Sólo a Jehovah, vuestro Dios, seréis fieles, como
habéis sido hasta el día de hoy; 9 porque Jehovah ha echado
de delante de vosotros a naciones grandes y fuertes, y nadie ha podido
resistir delante de vosotros hasta el día de hoy. 10 Uno de
vosotros persigue a mil, porque Jehovah vuestro Dios combate por
vosotros, como él os ha prometido. 11 Por eso, tened mucho
cuidado, por vuestras propias vidas, de amar a Jehovah vuestro Dios.
12 Pero si os volvéis atrás y os adherís a los sobrevivientes
de estas naciones que han quedado entre vosotros, y os unís con ellas en
matrimonio y os mezcláis con ellas y ellas con vosotros, 13
estad seguros de que Jehovah vuestro Dios no continuará echando a estas
naciones de delante de vosotros. Antes bien, ellas serán para vosotros
una trampa y un lazo, azotes en vuestros costados y espinas en vuestros
ojos, hasta que perezcáis en esta buena tierra que Jehovah vuestro Dios
os ha dado.
14 "He aquí que yo estoy para ir por el camino de todo
el mundo. Reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra
alma que no ha fallado ni una sola palabra de todas las buenas promesas
que Jehovah vuestro Dios os había hecho. Todas se han cumplido para
vosotros; no ha fallado de ellas ni una sola palabra. 15 Pero
sucederá que así como se ha cumplido para vosotros toda palabra buena
que Jehovah vuestro Dios os ha dicho, así también traerá Jehovah sobre
vosotros toda palabra mala, hasta eliminaros de esta buena tierra que
Jehovah vuestro Dios os ha dado. 16 Si violáis el pacto que
Jehovah vuestro Dios os ha mandado, y os vais y servís a otros dioses,
postrándoos ante ellos, la ira de Jehovah se encenderá contra vosotros,
y rápidamente pereceréis en esta buena tierra que él os ha dado."
Despedida de Josué y pacto en Siquem
24 Josué reunió a todas las
tribus de Israel en Siquem, y convocó a los ancianos de Israel, a sus
jefes, a sus jueces y a sus oficiales. Ellos se presentaron delante de
Dios, 2 y Josué dijo a todo el pueblo:
-Así ha dicho Jehovah Dios de Israel: "Vuestros padres (Taré,
padre de Abraham y de Nacor) habitaron antiguamente al otro lado del
Río, y sirvieron a otros dioses. 3 Pero yo tomé a vuestro
padre Abraham del otro lado del Río, lo traje por toda la tierra de
Canaán, aumenté su descendencia y le di por hijo a Isaac. 4 A
Isaac le di por hijos a Jacob y Esaú. A Esaú le di la región montañosa
de Seír, para que la poseyese, mientras que Jacob y sus hijos
descendieron a Egipto. 5 Entonces envié a Moisés y a Aarón, y
castigué a Egipto de la manera como lo hice allí, y después os saqué.
6 Saqué de Egipto a vuestros padres, y vosotros llegasteis al
mar. Los egipcios persiguieron a vuestros padres hasta el mar Rojo, con
carros y jinetes. 7 Entonces ellos clamaron a Jehovah, y él
puso oscuridad entre vosotros y los egipcios, e hizo venir sobre ellos
el mar, el cual los cubrió. Vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto.
Después estuvisteis muchos años en el desierto, 8 y os
introduje en la tierra de los amorreos que habitaban al otro lado del
Jordán. Ellos combatieron contra vosotros; pero yo los entregué en
vuestra mano, y poseísteis su tierra, porque yo los destruí delante de
vosotros. 9 Después se levantó Balac hijo de Zipor, rey de
los moabitas, y combatió contra Israel. El mandó llamar a Balaam hijo de
Beor para que os maldijese, 10 pero yo no quise escuchar a
Balaam. Antes bien, él os bendijo repetidamente, y yo os libré de su
mano. 11 Después cruzasteis el Jordán y vinisteis a Jericó.
Los señores de Jericó combatieron contra vosotros, así como también los
amorreos, los ferezeos, los cananeos, los heteos, los gergeseos, los
heveos y los jebuseos; pero yo los entregué en vuestra mano. 12
Envié delante de vosotros la avispa, y ella echó de delante de
vosotros a los dos reyes de los amorreos. Esto no fue con vuestra espada
ni con vuestro arco. 13 Yo os he dado una tierra por la cual
vosotros no trabajasteis con dureza, unas ciudades que no edificasteis y
en las cuales habitáis. Y coméis de las viñas y de los olivares que no
plantasteis."
14 »Ahora pues, temed a Jehovah. Servidle con
integridad y con fidelidad. Quitad de en medio los dioses a los cuales
sirvieron vuestros padres al otro lado del Río y en Egipto, y servid a
Jehovah. 15 Pero si os parece mal servir a Jehovah, escogeos
hoy a quién sirváis: si a los dioses a los cuales servían vuestros
padres cuando estaban al otro lado del Río, o a los dioses de los
amorreos en cuya tierra habitáis. Pero yo y mi casa serviremos a Jehovah.
16 Entonces el pueblo respondió diciendo:
-¡Lejos esté de nosotros el abandonar a Jehovah para servir a
otros dioses! 17 Porque Jehovah, nuestro Dios, es el que nos
sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa
de esclavitud. Delante de nuestros ojos él ha hecho estas grandes
señales, y nos ha guardado en todo el camino por donde hemos andado y en
todos los pueblos por los cuales hemos pasado. 18 Jehovah ha
arrojado de delante de nosotros a todos los pueblos, y a los amorreos
que habitaban en el país. Nosotros también serviremos a Jehovah, porque
él es nuestro Dios.
19 Entonces Josué dijo al pueblo:
-No podréis servir a Jehovah, porque él es un Dios santo y un Dios
celoso. El no soportará vuestras rebeliones ni vuestros pecados. 20
Si vosotros dejáis a Jehovah y servís a dioses extraños, él se
volverá y os castigará, y os exterminará después de haberos hecho bien.
21 Entonces el pueblo dijo a Josué:
-¡No, sino que a Jehovah serviremos!
22 Josué respondió al pueblo:
-Vosotros sois testigos contra vosotros mismos, de que habéis
escogido a Jehovah para servirle.
Ellos respondieron:
-¡Sí, somos testigos!
23 Josué dijo:
-Quitad, pues, ahora los dioses extraños que están en medio de
vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehovah Dios de Israel.
24 Y el pueblo respondió a Josué:
-¡A Jehovah nuestro Dios serviremos, y su voz obedeceremos!
25 Aquel mismo día Josué hizo un pacto con el pueblo, y
les dio leyes y decretos en Siquem. 26 Josué escribió estas
palabras en el libro de la Ley de Dios. Y tomando una gran piedra, la
erigió allí debajo de la encina que estaba junto al santuario de Jehovah.
27 Luego Josué dijo a todo el pueblo:
-He aquí, esta piedra será un testigo contra nosotros. Ella ha
escuchado todas las palabras que Jehovah nos ha hablado. Será, pues,
testigo contra vosotros, no sea que neguéis a vuestro Dios.
28 Después Josué despidió al pueblo, cada uno a su
heredad.
Muerte de Josué
29 Sucedió que después de estas cosas murió Josué hijo de Nun,
siervo de Jehovah, cuando tenía 110 años. 30 Y lo sepultaron
en los terrenos de su heredad en Timnat- séraj, que está en la región
montañosa de Efraín, al norte del monte Gaas.
31 Israel sirvió a Jehovah todo el tiempo de Josué y
todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué, quienes
conocían todas las obras que Jehovah había hecho por Israel.
Sepultura de los restos de José
32 Y sepultaron en Siquem los restos de José, que los hijos
de Israel habían traído de Egipto, en la parte del campo que Jacob
compró a los hijos de Hamor, padre de Siquem, por 100 piezas de dinero.
Y vino a ser heredad de los hijos de José.
Muerte del sacerdote Eleazar
33 También murió Eleazar hijo de Aarón, y lo sepultaron en la
colina de su hijo Fineas, que le había sido dada en la región montañosa
de Efraín.
Reina-Valera Actualizada, 1989.
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