Salmos
Prosperidad ilusoria de los impíos
73
(Salmo de Asaf)
1 ¡Ciertamente bueno es Dios para con Israel,
para con los limpios de corazón!
2 En cuanto a mí,
por poco se deslizaron mis pies;
casi resbalaron mis pasos,
3 porque tuve envidia de los arrogantes,
al ver la prosperidad de los impíos.
4 Pues no hay para ellos dolores de muerte;
más bien, es robusto su cuerpo.
5 No sufren las congojas humanas,
ni son afligidos como otros hombres.
6 Por eso la soberbia los ciñe cual collar,
y los cubre un vestido de violencia.
7 Sus ojos se les salen de gordura;
logran con creces los antojos de su corazón.
8 Se mofan y hablan con maldad;
desde lo alto planean la opresión.
9 Dirigen contra el cielo su boca,
y sus lenguas recorren la tierra.
10 Por eso mi pueblo va hacia ellos,
y beben de lleno sus palabras.
11 Ellos dicen: "¿Cómo sabrá Dios?"
o "¿Habrá conocimiento en el Altísimo?"
12 He aquí, estos impíos siempre están tranquilos,
y aumentan sus riquezas.
13 ¡Ciertamente en vano he mantenido puro mi corazón
y he lavado mis manos en inocencia!
14 Pues he sido azotado todo el día,
empezando mi castigo por las mañanas.
15 Si yo dijera: "Hablaré como ellos",
he aquí que traicionaría a la generación de tus hijos.
16 Pensé para entender esto;
ha sido duro trabajo ante mis ojos,
17 hasta que, venido al santuario de Dios,
comprendí el destino final de ellos:
18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos,
y los harás caer en la decepción.
19 ¡Cómo han sido desolados de repente!
Se acabaron; fueron consumidos por el terror.
20 Como al despertar del sueño,
así, Señor, al levantarte,
despreciarás sus apariencias.
21 De veras se amargaba mi corazón,
y en mi interior sentía punzadas.
22 Pues yo era ignorante y no entendía;
yo era como un animal delante de ti.
23 Con todo, yo siempre estuve contigo.
Me tomaste de la mano derecha.
24 Me has guiado según tu consejo,
y después me recibirás en gloria.
25 ¿A quién tengo yo en los cielos?
Aparte de ti nada deseo en la tierra.
26 Mi cuerpo y mi corazón desfallecen;
pero la roca de mi corazón y mi porción es Dios, para siempre.
27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán;
pues tú destruirás a todo aquel que se prostituye apartándose de
ti.
28 En cuanto a mí, la cercanía de Dios constituye el
bien.
En el Señor Jehovah he puesto mi refugio para contar todas tus
obras.
Lamento por la ruina del templo
74
(Masquil de Asaf)
1 ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre?
¿Por qué humea tu furor
contra las ovejas de tu prado?
2 Acuérdate de tu congregación
que adquiriste en tiempos antiguos,
y redimiste para que sea la tribu de tu heredad:
este monte Sion en el cual has habitado.
3 Dirige tus pasos hacia las ruinas perpetuas;
todo lo ha destruido el enemigo en el santuario.
4 Tus adversarios han rugido en medio de tu santuario,
y han puesto sus estandartes por señal.
5 Fueron semejantes a los que levantan el hacha contra
el tupido bosque.
6 Ahora, con hachas y barras
han destruido todas tus entalladuras.
7 Han prendido fuego a tu santuario;
han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra.
8 Dijeron en su corazón:
"¡Destruyámoslos de una vez!"
Han quemado todos los lugares de culto a Dios en el país.
9 Ya no distinguimos nuestras señales;
ya no hay profeta,
ni con nosotros hay quien sepa hasta cuándo . . .
10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos ha de afrentar el adversario?
¿Ha de ultrajar el enemigo tu nombre perpetuamente?
11 ¿Por qué retraes tu mano,
y retienes tu diestra en tu seno?
12 Sin embargo, Dios es mi Rey desde los tiempos antiguos.
El es quien obra salvación en medio de la tierra.
13 Tú con tu poder dividiste el mar;
rompiste sobre las aguas las cabezas de los monstruos acuáticos.
14 Tú machacaste las cabezas del Leviatán,
y lo diste por comida a los moradores del desierto.
15 Tú abriste el manantial y el arroyo;
tú secaste los ríos inagotables.
16 Tuyo es el día,
tuya es también la noche;
tú estableciste la luna y el sol.
17 Tú fijaste todas las fronteras de la tierra.
El verano y el invierno, tú los formaste.
18 Acuérdate de que el enemigo ha injuriado a Jehovah;
un pueblo vil ha blasfemado tu nombre.
19 No entregues a las fieras la vida de tu tórtola;
no olvides para siempre la congregación de tus pobres.
20 Mira el pacto;
porque los tenebrosos lugares de la tierra
están llenos de moradas de violencia.
21 No vuelva avergonzado el oprimido;
alaben tu nombre el pobre y el necesitado.
22 Levántate, oh Dios; defiende tu causa.
Acuérdate de cómo te injuria el vil todo el día.
23 No olvides el vocerío de tus enemigos;
constantemente sube el tumulto
de los que se levantan contra ti.
La copa del juicio final
75
(Al músico principal. Sobre "No
destruyas". Salmo de Asaf. Cántico)
1 ¡Gracias te damos, oh Dios;
damos gracias!
Porque cercano está tu nombre;
se cuenta de tus maravillas.
2 "Cuando yo establezca el tiempo,
juzgaré con rectitud.
3 Cuando se derrita la tierra con todos sus habitantes,
yo mismo sostendré sus
columnas. (Selah)
4 Dije a los jactanciosos: ’No os jactéis.’
Y a los impíos: ’No os enorgullezcáis.
5 No levantéis en alto vuestra frente,
ni habléis con el cuello erguido.’ "
6 Porque ni del oriente, ni del occidente,
ni del desierto viene el enaltecimiento.
7 Pues Dios es el Juez:
A éste abate y a aquél exalta.
8 Ciertamente la copa está en la mano de Jehovah,
con vino espumante mezclado con especias.
Cuando él la vacíe,
todos los impíos de la tierra beberán de ella hasta la última
gota.
9 Pero yo siempre anunciaré
y cantaré salmos al Dios de Jacob.
10 El quebrantará todo el poderío de los impíos;
pero el poderío del justo será exaltado.
Manifestación del Dios temible
76
(Al músico principal. Con Neguinot.
Salmo de Asaf. Cántico)
1 Dios es conocido en Judá;
grande es su nombre en Israel.
2 En Salem está su enramada,
y en Sion su habitación.
3 Allí quebró las ráfagas del arco,
el escudo, la espada y el arma de
guerra. (Selah)
4 ¡Esplendoroso eres tú,
majestuoso más que las montañas eternas!
5 Los hombres de gran valentía
fueron despojados y duermen su sueño;
ninguno de los hombres de guerra pudo usar sus manos.
6 A tu reprensión, oh Dios de Jacob,
fueron paralizados el carro y el caballo.
7 Temible eres tú;
¿quién podrá permanecer en tu presencia cuando se desate tu ira?
8 Desde los cielos hiciste oír el juicio.
La tierra tuvo temor y calló
9 cuando te levantaste, oh Dios, para juzgar,
cuando te levantaste para librar a todos los mansos de la tierra.
(Selah)
10 Ciertamente la ira del hombre te traerá
reconocimiento,
y te ceñirás con los sobrevivientes de las iras.
11 Haced votos y pagadlos a Jehovah, vuestro Dios;
todos los que están alrededor traerán obsequios al Temible.
12 El humillará el espíritu de los príncipes;
¡temible es a los reyes de la tierra!
Recuerdos del éxodo
77
(Al músico principal. Para Jedutún.
Salmo de Asaf)
1 Mi voz elevo a Dios y clamo;
mi voz elevo a Dios, y él me escucha.
2 A Dios busco en el día de mi angustia.
Sin cesar extiendo a él mis manos en la noche;
mi alma rehúsa el consuelo.
3 Me acuerdo de Dios y gimo;
medito, y mi espíritu
desfallece. (Selah)
4 Tú retienes los párpados de mis ojos;
estoy turbado y no puedo hablar.
5 Considero los días de antaño,
los años antiguos.
6 Recuerdo mi canto en la noche.
Medito en mi corazón,
y mi espíritu investiga.
7 ¿Acaso nos desechará el Señor para siempre?
¿Ya no volverá a ser propicio?
8 ¿Se ha agotado para siempre su misericordia?
¿Se han acabado sus promesas por generación y generación?
9 ¿Se ha olvidado de ser clemente?
¿En su ira ha cerrado su
compasión? (Selah)
10 Y pienso: Mi tristeza es que haya cambio
en la diestra del Altísimo.
11 Me acuerdo de las obras de Jehovah;
sí, me acuerdo de tus maravillas del pasado.
12 Medito en todos tus hechos,
y reflexiono en tus actos.
13 Oh Dios, santo es tu camino.
¿Qué Dios es grande como nuestro Dios?
14 Tú eres un Dios que hace maravillas;
has hecho conocer tu poder entre los pueblos.
15 Con tu brazo has redimido a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y de José. (Selah)
16 Las aguas te vieron, oh Dios;
las aguas te vieron y temblaron.
Se estremecieron los abismos.
17 Los nubarrones vertieron sus aguas;
tronaron las nubes;
también se desplazaron tus rayos.
18 El tronar de tu voz estaba en el torbellino;
los relámpagos alumbraron al mundo;
la tierra se estremeció y tembló.
19 Tu camino estaba en el mar,
y tu sendero en las caudalosas aguas.
Pero tus huellas nadie las pudo conocer.
20 Como a un rebaño has conducido a tu pueblo
por medio de Moisés y de Aarón.
Lecciones de la historia de Israel
78
(Masquil de Asaf)
1 Escucha, oh pueblo mío, mi ley;
inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.
2 Abriré mi boca en parábolas;
evocaré las cosas escondidas del pasado,
3 las cuales hemos oído y entendido,
porque nos las contaron nuestros padres.
4 No las encubriremos a sus hijos.
A la generación venidera contaremos las alabanzas de Jehovah, y de
su poder
y de las maravillas que hizo.
5 El estableció su testimonio en Jacob
y puso la ley en Israel.
Mandó a nuestros padres que lo hicieran conocer a sus hijos,
6 para que lo supiese la generación venidera y sus
hijos que nacieran,
para que los que surgiesen lo contaran a sus hijos,
7 para que pusiesen en Dios su confianza
y no se olvidaran de las obras de Dios,
a fin de que guardasen sus mandamientos;
8 para que no fuesen como sus padres:
una generación porfiada y rebelde,
una generación que no dispuso su corazón,
ni su espíritu fue fiel para con Dios.
9 Los hijos de Efraín, armados con excelentes arcos,
volvieron las espaldas en el día de la batalla.
10 No guardaron el pacto de Dios
y rehusaron andar en su ley.
11 Más bien, se olvidaron de sus obras,
de las maravillas que les había mostrado.
12 Delante de sus padres Dios hizo maravillas
en la tierra de Egipto,
en los campos de Tanis.
13 Dividió el mar y los hizo pasar;
hizo que las aguas se detuvieran como en un dique.
14 De día los condujo con una nube,
toda la noche con resplandor de fuego.
15 Partió las peñas en el desierto,
y les dio a beber del gran abismo.
16 Sacó corrientes de la peña
e hizo descender aguas como ríos.
17 A pesar de esto,
volvieron a pecar contra él;
se rebelaron contra el Altísimo en el desierto.
18 Probaron a Dios en su corazón,
pidiendo comida a su antojo.
19 Y hablaron contra Dios diciendo:
"¿Podrá preparar una mesa en el desierto?
20 He aquí que golpeó la peña,
y fluyeron aguas;
y corrieron arroyos en torrentes.
Pero, ¿podrá también dar pan?
¿Podrá proveer carne para su pueblo?"
21 Jehovah lo oyó y se indignó;
fuego se encendió contra Jacob,
y la ira descendió contra Israel.
22 Porque no creyeron a Dios,
ni confiaron en su liberación,
23 a pesar de que mandó a las nubes de arriba,
y abrió las puertas de los cielos;
24 a pesar de que hizo llover sobre ellos maná para
comer,
y les dio trigo del cielo.
25 Pan de fuertes comió el hombre;
les envió comida hasta saciarles.
26 Levantó en el cielo el viento del oriente,
y trajo el viento del sur con su poder.
27 Así hizo llover sobre ellos carne como polvo,
aves aladas como la arena del mar.
28 Las hizo caer en medio del campamento,
alrededor de sus tiendas.
29 Comieron hasta hartarse;
les dio satisfacción a su apetito.
30 Pero cuando no habían colmado su apetito,
estando la comida aún en sus bocas,
31 descendió sobre ellos la ira de Dios,
y mató a los más distinguidos de ellos;
derribó a los escogidos de Israel.
32 Con todo, siguieron pecando
y no dieron crédito a sus maravillas.
33 Por eso los consumió en la vanidad,
y consumió sus años con pánico.
34 Cuando los hacía morir,
entonces buscaban a Dios,
y solícitos volvían a acercarse a él.
35 Se acordaron de que Dios es su Roca;
de que el Dios Altísimo es su Redentor.
36 Pero le halagaban con la boca,
y con su lengua le mentían.
37 Pues sus corazones no eran firmes para con él,
ni eran fieles con su pacto.
38 Con todo, él perdonaba misericordioso la maldad y no los
destruía.
En muchas ocasiones apartó su ira
y no despertó todo su enojo.
39 Se acordó de que ellos eran carne,
un soplo que va y no vuelve.
40 ¡Cuántas veces lo amargaron en el desierto;
lo entristecieron en la sequedad!
41 Volvían a probar a Dios,
e irritaban al Santo de Israel.
42 No se acordaron de su mano
en el día que los redimió del adversario,
43 cuando impuso en Egipto sus señales
y sus maravillas en los campos de Tanis.
44 Convirtió en sangre sus canales;
también sus corrientes, para que no bebiesen.
45 Envió contra ellos enjambres de moscas que los
devoraban,
y ranas que los infestaban.
46 También entregó sus productos a la oruga,
y el fruto de sus labores a la langosta.
47 Sus viñas destruyó con granizo
y sus higuerales con aluvión.
48 Entregó los animales al granizo,
y sus ganados a los rayos.
49 Envió sobre ellos el furor de su ira,
enojo, indignación y angustia,
como delegación de mensajeros destructores.
50 Dio vía libre a su furor;
no eximió sus almas de la muerte;
sus vidas entregó a la epidemia.
51 Hirió a todos los primogénitos de Egipto,
primicias del vigor de las tiendas de Cam.
52 Pero hizo que su pueblo partiera cual manada
y los llevó por el desierto cual rebaño.
53 Los guió con seguridad,
para que no tuvieran miedo;
y el mar cubrió a sus enemigos.
54 Después los trajo al territorio de su santuario;
a este monte que adquirió con su diestra.
55 Arrojó a las naciones de delante de ellos,
les repartió a cordel la heredad,
e hizo habitar en sus tiendas a las tribus de Israel.
56 Pero pusieron a prueba al Dios Altísimo y lo amargaron,
y no guardaron sus testimonios.
57 Más bien, se volvieron atrás
y se rebelaron como sus padres.
Se desviaron como arco engañoso.
58 Lo airaron con sus lugares altos,
y con sus imágenes le provocaron a celos.
59 Dios lo oyó y se encendió en ira;
en gran manera rechazó a Israel.
60 Abandonó el tabernáculo de Silo,
la tienda en que habitó entre los hombres.
61 Entregó su poderío a la cautividad;
y su gloria, en manos del enemigo.
62 También entregó su pueblo a la espada;
se airó contra su posesión.
63 El fuego devoró a sus jóvenes;
sus vírgenes no fueron alabadas.
64 Sus sacerdotes cayeron a espada,
y sus viudas no hicieron lamentación.
65 Entonces se despertó el Señor,
a la manera del que duerme,
como un guerrero que grita excitado por el vino.
66 E hirió a sus enemigos haciéndolos retroceder,
y los puso como afrenta perpetua.
67 Desechó la tienda de José;
no escogió a la tribu de Efraín.
68 Más bien, escogió a la tribu de Judá;
el monte Sion, al cual amó.
69 Allí edificó su santuario como las alturas;
como la tierra, a la cual cimentó para siempre.
70 Eligió a su siervo David;
lo tomó de los rediles de las ovejas.
71 Lo trajo de detrás de las ovejas recién paridas,
para que apacentase a su pueblo Jacob,
a Israel su heredad.
72 Los apacentó con íntegro corazón;
los pastoreó con la pericia de sus manos.
Lamento por la ruina de Jerusalén
79
(Salmo de Asaf)
1 Oh Dios, los gentiles han venido a tu heredad.
Han contaminado tu santo templo,
y a Jerusalén han reducido a montones de escombros.
2 Han dado los cuerpos de tus siervos
como comida a las aves de los cielos;
han dado la carne de tus fieles
a los animales de la tierra.
3 Derramaron como agua su sangre
en los alrededores de Jerusalén;
no hubo quien los enterrase.
4 Somos una afrenta para nuestros vecinos,
burla y ridículo ante los que están a nuestro alrededor.
5 ¿Hasta cuándo, oh Jehovah?
¿Has de estar airado para siempre?
¿Arderá como fuego tu celo?
6 Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen
y sobre los reinos que no invocan tu nombre.
7 Porque han devorado a Jacob,
y han desolado su morada.
8 No recuerdes contra nosotros
los pecados de nuestros antepasados.
Salgan pronto a encontrarnos tus misericordias,
porque estamos muy abatidos.
9 Ayúdanos, oh Dios, salvación nuestra,
por causa de la gloria de tu nombre.
Líbranos y expía nuestros pecados
por amor de tu nombre.
10 ¿Por qué han de decir los gentiles:
"¿Dónde está su Dios?"
Sea dada a conocer a las naciones y ante nuestros ojos
la venganza de la sangre de tus siervos,
que ha sido derramada.
11 Llegue a tu presencia el gemido de los presos.
Conforme a la grandeza de tu brazo,
preserva a los sentenciados a muerte.
12 Devuelve a nuestros vecinos siete veces en sus
caras,
la infamia con que te han deshonrado, oh Jehovah.
13 Entonces nosotros,
pueblo tuyo y ovejas de tu prado,
te confesaremos para siempre;
por generación y generación contaremos de tus alabanzas.
Súplica por la restauración
80
(Al músico principal. Sobre
Sosanim. Testimonio. Salmo de Asaf)
1 ¡Oh Pastor de Israel, escucha,
tú que conduces a José como a un rebaño!
¡Tú, que estás entre los querubines,
resplandece 2 delante de Efraín, de Benjamín y de
Manasés!
Despierta tu poderío y ven para salvarnos.
3 Oh Dios, ¡restáuranos!
Haz resplandecer tu rostro,
y seremos salvos.
4 Jehovah Dios de los Ejércitos,
¿hasta cuándo has de mostrar tu indignación
contra la oración de tu pueblo?
5 Nos has dado a comer pan de lágrimas.
Nos has dado a beber lágrimas en abundancia.
6 Nos has puesto por escarnio a nuestros vecinos;
nuestros enemigos se mofan de nosotros.
7 Oh Dios de los Ejércitos, ¡restáuranos!
Haz resplandecer tu rostro,
y seremos salvos.
8 Trajiste una vid de Egipto;
echaste a las naciones y la plantaste.
9 Limpiaste el lugar delante de ella.
Hiciste que echara raíz, y llenó la tierra.
10 Los montes fueron cubiertos por su sombra,
y sus ramas llegaron a ser como cedros de Dios.
11 Extendió sus ramas hasta el mar,
y hasta el Río sus renuevos.
12 ¿Por qué has roto sus cercas
de modo que la vendimien todos los que pasan por el camino?
13 El jabalí salvaje la devasta;
las criaturas del campo se alimentan de ella.
14 Oh Dios de los Ejércitos, vuelve, por favor;
mira desde el cielo, considera y visita esta viña.
15 Su cepa que plantó tu diestra
-el hijo que fortaleciste para ti-,
16 está quemada con fuego; la han cortado.
¡Perezcan por la reprensión de tu rostro!
17 Sea tu mano sobre el hombre de tu diestra,
sobre el hijo del hombre que fortaleciste para ti mismo.
18 Así no nos apartaremos de ti;
nos darás vida, e invocaremos tu nombre.
19 Oh Jehovah Dios de los Ejércitos,
¡restáuranos!
Haz resplandecer tu rostro,
y seremos salvos.
Canción festiva
81
(Al músico principal. Sobre Guitit.
Salmo de Asaf)
1 ¡Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra!
Aclamad con júbilo al Dios de Jacob.
2 Entonad himnos y tocad el tamboril,
la suave lira y el arpa.
3 Tocad la corneta en luna nueva;
en luna llena, por nuestra solemnidad.
4 Porque estatuto es de Israel,
ordenanza del Dios de Jacob.
5 En José lo instituyó por testimonio,
cuando salió contra la tierra de Egipto.
Escuché un idioma que no conocía:
6 "Aparté su hombro de debajo de la carga;
sus manos fueron apartadas del peso de los cestos.
7 Clamaste en la calamidad, y yo te libré.
Te respondí en lo oculto del trueno.
Te probé junto a las aguas de
Meriba. (Selah)
8 "Escucha, oh pueblo mío,
y testificaré contra ti.
¡Oh Israel, si me oyeras . . . !
9 No haya dios extraño en medio de ti,
ni te postres ante dios extranjero.
10 Yo soy Jehovah tu Dios,
que te hice venir de la tierra de Egipto.
Abre bien tu boca, y la llenaré.
11 "Pero mi pueblo no escuchó mi voz;
Israel no me quiso a mí.
12 Por eso los entregué a la dureza de su corazón,
y caminaron según sus propios consejos.
13 ¡Oh, si mi pueblo me hubiera escuchado;
si Israel hubiera andado en mis
caminos . . . !
14 En un instante habría yo sometido a sus enemigos,
y habría vuelto mi mano contra sus adversarios.
15 Los que aborrecen a Jehovah se le habrían sometido,
y su castigo habría sido eterno.
16 Los habría sustentado con la suculencia del trigo;
con miel de la roca te habría saciado."
Reprensión a los jueces injustos
82
(Salmo de Asaf)
1 Dios está de pie en la asamblea divina;
en medio de los dioses ejerce el juicio:
2 "¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente
y entre los impíos haréis distinción de personas? (Selah)
3 Rescatad al necesitado y al huérfano;
haced justicia al pobre y al indigente.
4 Librad al necesitado y al menesteroso;
libradlo de la mano de los impíos.
5 "Ellos no saben ni entienden;
andan en tinieblas.
¡Todos los cimientos de la tierra son conmovidos!
6 Yo os dije: ’Vosotros sois dioses;
todos vosotros sois hijos del Altísimo.’
7 Sin embargo, como un hombre moriréis
y caeréis como cualquiera de los gobernantes."
8 ¡Levántate, oh Dios; juzga la tierra,
porque tú poseerás todas las naciones!
Súplica contra las naciones hostiles
83
(Cántico. Salmo de Asaf)
1 Oh Dios, no guardes silencio.
No calles, oh Dios,
ni permanezcas inmóvil.
2 Porque he aquí que rugen tus enemigos,
y los que te aborrecen han levantado la cabeza.
3 Contra tu pueblo han consultado astutamente;
han entrado en consejo contra tus protegidos.
4 Han dicho: "Venid y destruyámoslos,
de modo que dejen de ser una nación
y no haya más memoria del nombre de Israel."
5 Han conspirado juntos, de común acuerdo;
han hecho pacto contra ti.
6 Las tiendas de Edom, los ismaelitas,
Moab, los hagrienos,
7 Biblos, Amón, Amalec,
los filisteos con los habitantes de Tiro.
8 También los asirios se han juntado con ellos
y sirven de brazo a los hijos de
Lot. (Selah)
9 Hazlos como a Madián;
como a Sísara y a Jabín,
en el arroyo de Quisón.
10 Perecieron en Endor,
y fueron hechos abono para el suelo.
11 Pon a sus nobles como a Oreb y a Zeeb;
a todos sus príncipes, como a Zébaj y a Zalmuna.
12 Porque han dicho:
"Heredemos nosotros los prados de Dios."
13 Oh Dios mío, hazlos como remolino de hojas,
como paja ante el viento,
14 como fuego que quema el bosque,
como llama que abrasa las montañas.
15 Persíguelos con tu tempestad;
aterrorízalos con tu huracán.
16 Llena sus caras de vergüenza;
y que busquen tu nombre, oh Jehovah.
17 Sean confundidos y turbados para siempre;
sean afrentados y perezcan.
18 Conozcan que tu nombre es Jehovah.
¡Tú solo eres Altísimo sobre toda la tierra!
Anhelo por la casa de Dios
84
(Al músico principal. Sobre Guitit.
Para los hijos de Coré. Salmo)
1 ¡Cuán amables son tus moradas,
oh Jehovah de los Ejércitos!
2 Mi alma anhela y aun desea ardientemente los atrios
de Jehovah.
Mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.
3 Hasta el pajarito halla una casa,
y la golondrina un nido para sí,
donde poner sus polluelos cerca de tus altares,
oh Jehovah de los Ejércitos,
¡Rey mío y Dios mío!
4 ¡Bienaventurados los que habitan en tu casa!
Continuamente te alabarán. (Selah)
5 ¡Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,
y en cuyo corazón están tus caminos!
6 Cuando pasan por el valle de lágrimas,
lo convierten en manantial.
También la lluvia temprana lo cubre de bendición.
7 Irán de poder en poder,
y verán a Dios en Sion.
8 Oh Jehovah Dios de los Ejércitos,
oye mi oración.
Escucha, oh Dios de Jacob. (Selah)
9 Mira, oh Dios, escudo nuestro;
pon tu vista en el rostro de tu ungido.
10 Porque mejor es un día en tus atrios,
que mil fuera de ellos.
Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios,
que habitar en moradas de impiedad.
11 Porque sol y escudo es Jehovah Dios;
gracia y gloria dará Jehovah.
No privará del bien
a los que andan en integridad.
12 Oh Jehovah de los Ejércitos,
¡bienaventurado el hombre que confía en ti!
Oración por la paz y la justicia
85
(Al músico principal. Para los
hijos de Coré. Salmo)
1 Oh Jehovah, has sido propicio a tu tierra,
has restaurado a Jacob de la cautividad.
2 Has perdonado la iniquidad de tu pueblo;
has cubierto todos sus pecados. (Selah)
3 Has dejado todo tu enojo;
has desistido del ardor de tu ira.
4 Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación;
haz cesar tu ira contra nosotros.
5 ¿Estarás airado con nosotros para siempre?
¿Extenderás tu ira de generación en generación?
6 ¿No volverás a darnos vida,
de modo que tu pueblo se alegre en ti?
7 Muéstranos, oh Jehovah, tu misericordia,
y concédenos tu salvación.
8 Escucharé lo que hable el Dios Jehovah;
pues él hablará paz a su pueblo y a sus fieles,
para que no se vuelvan a la locura.
9 Ciertamente cercana está su salvación
para los que le temen,
para que habite la gloria en nuestra tierra.
10 La misericordia y la verdad se encontraron;
la justicia y la paz se besaron.
11 La verdad brotará de la tierra,
y la justicia mirará desde los cielos.
12 Asimismo, Jehovah dará el bien,
y nuestra tierra dará su fruto.
13 La justicia irá delante de él,
y hará de sus pasos un camino.
Oración por la misericordia divina
86
(Oración de David)
1 Inclina, oh Jehovah, tu oído y escúchame;
porque soy pobre y necesitado.
2 Guarda mi alma, porque soy piadoso;
salva tú, oh Dios mío,
a tu siervo que en ti confía.
3 Ten misericordia de mí, oh Jehovah,
porque a ti clamo todo el día.
4 Alegra el alma de tu siervo,
porque a ti, oh Señor, levanto mi alma,
5 porque tú, oh Señor, eres bueno y perdonador,
grande en misericordia para con los que te invocan.
6 Escucha, oh Jehovah, mi oración;
atiende a la voz de mis súplicas.
7 En el día de mi angustia te llamaré,
porque tú me respondes.
8 Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses,
ni hay nada que iguale tus obras.
9 Vendrán todas las naciones que hiciste
y adorarán, oh Señor, delante de ti.
Glorificarán tu nombre,
10 porque tú eres grande y hacedor de maravillas.
¡Sólo tú eres Dios!
11 Enséñame, oh Jehovah, tu camino,
y yo caminaré en tu verdad.
Concentra mi corazón para que tema tu nombre.
12 Te alabaré, oh Jehovah, Dios mío,
con todo mi corazón;
glorificaré tu nombre para siempre.
13 Porque tu misericordia es grande para conmigo;
tú has librado mi alma de las profundidades del Seol.
14 Oh Dios, los arrogantes se han levantado contra mí,
y una congregación de violentos busca mi vida,
y a ti no te toman en cuenta.
15 Pero tú, oh Señor, Dios compasivo y clemente,
lento para la ira y grande en misericordia y verdad,
16 mírame y ten misericordia de mí.
Da tú fuerzas a tu siervo;
guarda al hijo de tu sierva.
17 Haz conmigo señal para bien;
véanla los que me aborrecen y sean avergonzados,
porque tú, oh Jehovah, me ayudaste y me consolaste.
Canto a Jerusalén, ciudad de Dios
87
(A los hijos de Coré. Salmo.
Cántico)
1 Su cimiento está sobre montes de santidad;
2 Jehovah ama las puertas de Sion
más que a todas las moradas de Jacob.
3 ¡Cosas gloriosas se cuentan de ti,
oh ciudad de Dios! (Selah)
4 "Yo inscribiré a Rahab
y a Babilonia entre los que me conocen.
He aquí Filistea, Tiro y Etiopía.
Este nació allí."
5 De Sion se dirá:
"Este y aquél han nacido en ella."
El mismo Altísimo le dará estabilidad.
6 Jehovah dirá, al inscribir a los pueblos:
"Este nació allí." (Selah)
7 Y tanto los que cantan como los que danzan dirán:
"¡Todas mis fuentes están en ti!"
Plegaria en medio de la aflicción
88
(Cántico. Salmo de los hijos de
Coré. Al músico principal. Sobre Majalat. Para ser cantado. Masquil de
Hemán el ezraíta)
1 Oh Jehovah, Dios de mi salvación,
día y noche clamo delante de ti.
2 Llegue mi oración a tu presencia;
inclina tu oído a mi clamor,
3 porque mi alma está harta de males,
y mi vida se ha acercado al Seol.
4 Soy contado con los que descienden a la fosa;
soy como un hombre sin fuerzas.
5 Estoy libre entre los muertos,
como los cadáveres que yacen en la tumba,
de quienes ya no te acuerdas,
y que han sido arrebatados de tu mano.
6 Me has puesto en la honda fosa,
en lugares tenebrosos, en lugares profundos.
7 Sobre mí reposa tu ira;
me has afligido con todas tus
olas. (Selah)
8 Has alejado de mí a mis conocidos;
me has puesto como abominación para ellos.
Estoy encerrado; no puedo salir.
9 Mis ojos se enfermaron a causa de mi aflicción.
Cada día te he invocado, oh Jehovah;
a ti he extendido mis manos.
10 ¿Acaso harás milagros para los muertos?
¿Se levantarán los muertos para alabarte? (Selah)
11 ¿Se contará en el sepulcro acerca de tu
misericordia,
o de tu verdad en el Abadón?
12 ¿Será conocida en las tinieblas tu maravilla,
y tu justicia en la tierra del olvido?
13 Pero a ti he invocado, oh Jehovah;
de mañana sale a tu encuentro mi oración.
14 ¿Por qué desechas mi alma, oh Jehovah?
¿Por qué escondes de mí tu rostro?
15 Yo estoy pobre y abatido;
desde mi infancia he cargado tus terrores.
¡Ya no puedo más!
16 Sobre mí ha pasado tu ira;
tus terrores me han destruido.
17 De continuo me han rodeado como inundación,
y al mismo tiempo me han cercado.
18 Has alejado de mí a mis amigos y compañeros;
sólo las tinieblas son mi compañía.
Recuerdo de las promesas a David
89
(Masquil de Eitán el ezraíta)
1 Perpetuamente cantaré las misericordias de Jehovah;
con mi boca daré a conocer tu fidelidad de generación en
generación.
2 Diré: Para siempre será edificada la misericordia;
en los mismos cielos establecerás tu fidelidad.
3 "Yo hice un pacto con mi escogido;
juré a mi siervo David, diciendo:
4 ’Para siempre confirmaré tu descendencia
y edificaré tu trono por todas las generaciones.’ " (Selah)
5 Los cielos celebrarán, oh Jehovah, tus maravillas;
y tu fidelidad, en la congregación de los santos.
6 Porque, ¿quién en las nubes se comparará con Jehovah?
¿Quién será semejante a Jehovah entre los hijos de los poderosos?
7 Dios es temible en la gran asamblea de los santos;
formidable sobre todos cuantos están a su alrededor.
8 Oh Jehovah Dios de los Ejércitos,
¿quién como tú?
¡Poderoso eres, oh Jehovah!
Tu fidelidad te rodea.
9 Tú tienes dominio sobre la braveza del mar;
cuando sus olas se levantan, tú las sosiegas.
10 Tú quebrantaste a Rahab como a un cadáver;
con el brazo de tu poder esparciste a tus enemigos.
11 Tuyos son los cielos,
tuya es también la tierra;
el mundo y su plenitud,
tú los fundaste.
12 Al norte y al sur, tú los creaste;
el Tabor y el Hermón cantarán a tu nombre.
13 Tuyo es el brazo poderoso;
fuerte es tu mano, exaltada tu diestra.
14 La justicia y el derecho son el fundamento de tu
trono;
la misericordia y la verdad van delante de tu rostro.
15 ¡Bienaventurado el pueblo que conoce el grito de júbilo!
Andarán a la luz de tu rostro,
oh Jehovah.
16 En tu nombre se alegrarán todo el día,
y en tu justicia serán enaltecidos.
17 Porque tú eres la gloria de su poder,
y por tu buena voluntad exaltarás nuestro poderío.
18 ¡Jehovah es nuestro escudo!
¡Nuestro Rey es el Santo de Israel!
19 Antaño hablaste en visión a tus piadosos
y les dijiste: "Yo he puesto el socorro sobre un valiente;
he enaltecido a uno escogido de mi pueblo.
20 Hallé a mi siervo David
y lo ungí con mi aceite santo.
21 Mi mano estará firme con él;
también mi brazo lo fortalecerá.
22 No lo doblegará el enemigo;
ningún hijo de iniquidad lo quebrantará.
23 Pero yo quebrantaré delante de él a sus enemigos,
y heriré a los que le aborrecen.
24 Mi fidelidad y mi misericordia estarán con él;
en mi nombre será enaltecido su poderío.
25 Asimismo, pondré su mano sobre el mar,
y su mano derecha sobre los ríos.
26 El me dirá: ’Tú eres mi padre;
eres mi Dios y la roca de mi salvación.’
27 Yo también le pondré por primogénito,
más alto que los reyes de la tierra.
28 Para siempre le confirmaré mi misericordia,
y mi pacto será firme para con él.
29 Estableceré su linaje para siempre,
y su trono como los días de los cielos.
30 Si sus hijos dejan mi ley
y no caminan en mis juicios,
31 si profanan mis estatutos
y no guardan mis mandamientos,
32 entonces castigaré con vara su rebelión,
y con azotes sus iniquidades.
33 Pero no retiraré de él mi misericordia,
ni falsearé mi fidelidad.
34 No profanaré mi pacto,
ni cambiaré lo que ha salido de mis labios.
35 Una vez he jurado por mi santidad,
y no mentiré a David:
36 Su descendencia será para siempre;
y su trono, delante de mí, como el sol.
37 Será como la luna, que permanece firme para siempre,
un fiel testigo en medio de las
nubes." (Selah)
38 Pero tú has desechado y menospreciado a tu ungido;
te has airado contra él.
39 Tú has rechazado el pacto de tu siervo,
y su diadema has profanado hasta el suelo.
40 Has roto todos sus vallados
y has convertido en ruinas sus fortalezas.
41 Lo saquean todos los que pasan por el camino;
es objeto de afrenta a sus vecinos.
42 Has enaltecido la mano derecha de sus enemigos,
y has alegrado a todos sus adversarios.
43 Asimismo, has hecho volver atrás su espada
y no lo levantaste en la batalla.
44 Has hecho cesar el cetro de su esplendor,
y has echado su trono por tierra.
45 Has acortado los días de su juventud,
y le has cubierto de afrenta. (Selah)
46 ¿Hasta cuándo, oh Jehovah?
¿Te esconderás para siempre?
¿Arderá tu ira como el fuego?
47 Recuerda, por favor, cuán pasajero soy.
¿Por qué habrás creado en vano a todos los hijos del hombre?
48 ¿Qué hombre vivirá y no verá la muerte?
¿Librarás su vida del poder del
Seol? (Selah)
49 Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias
que por tu fidelidad juraste a David?
50 Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos,
el de muchos pueblos que llevo en mi seno.
51 Porque tus enemigos, oh Jehovah, han deshonrado,
han deshonrado los pasos de tu ungido.
52 ¡Bendito sea Jehovah para siempre!
Amén y amén.
CUARTA PARTE: SALMOS 90-106
El Dios eterno y el hombre fugaz
90
(Oración de Moisés, hombre de
Dios)
1 Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.
2 Antes que naciesen los montes
y formases la tierra y el mundo,
desde la eternidad hasta la eternidad,
tú eres Dios.
3 Haces que el hombre vuelva al polvo.
Dices: "¡Retornad, oh hijos del hombre!"
4 Pues mil años delante de tus ojos
son como el día de ayer, que pasó.
Son como una de las vigilias de la noche.
5 Los arrasas; son como un sueño:
En la mañana son como la hierba que crece;
6 en la mañana brota y crece,
y al atardecer se marchita y se seca.
7 Porque con tu furor somos consumidos,
y con tu ira somos turbados.
8 Has puesto nuestras maldades delante
de ti;
nuestros secretos están ante la luz de tu rostro.
9 Pues todos nuestros días pasan a causa de tu ira;
acabamos nuestros años como un suspiro.
10 Los días de nuestra vida son setenta años;
y en los más robustos, ochenta años.
La mayor parte de ellos es duro trabajo y vanidad;
pronto pasan, y volamos.
11 ¿Quién conoce el poder de tu ira y de tu
indignación,
como debes ser temido?
12 Enséñanos a contar nuestros días,
de tal manera que traigamos al corazón sabiduría.
13 ¡Vuelve, oh Jehovah! ¿Hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos.
14 Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.
15 Alégranos conforme a los días de nuestra aflicción,
y a los años en que hemos visto el mal.
16 Sea manifestada tu obra a tus siervos,
y tu esplendor sobre sus hijos.
17 Sea sobre nosotros la gracia de Jehovah nuestro Dios.
La obra de nuestras manos confirma entre nosotros;
sí, confirma la obra de nuestras manos.
Viviendo bajo la protección divina
91 1 El que
habita al abrigo del Altísimo
morará bajo la sombra del Todopoderoso.
2 Diré yo a Jehovah:
"¡Refugio mío y castillo mío,
mi Dios en quien confío!"
3 Porque él te librará
de la trampa del cazador
y de la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá,
y debajo de sus alas te refugiarás;
escudo y defensa es su verdad.
5 No tendrás temor de espanto nocturno,
ni de flecha que vuele de día,
6 ni de peste que ande en la oscuridad,
ni de plaga que en pleno día destruya.
7 Caerán a tu lado mil
y diez mil a tu mano derecha,
pero a ti no llegará.
8 Ciertamente con tus ojos mirarás
y verás la recompensa de los impíos.
9 Porque a Jehovah, que es mi refugio,
al Altísimo, has puesto como tu morada,
10 no te sobrevendrá mal,
ni la plaga se acercará a tu tienda.
11 Pues a sus ángeles dará órdenes
acerca de ti,
para que te guarden en todos tus caminos.
12 En sus manos te llevarán,
de modo que tu pie no tropiece en piedra.
13 Sobre el león y la cobra pisarás;
hollarás al leoncillo y a la serpiente.
14 "Porque en mí ha puesto su amor,
yo lo libraré;
lo pondré en alto,
por cuanto ha conocido mi nombre.
15 El me invocará, y yo le responderé;
con él estaré en la angustia.
Lo libraré y lo glorificaré;
16 lo saciaré de larga vida
y le mostraré mi salvación."
La dulzura de la alabanza
92
(Salmo. Cántico para el día de
sábado)
1 Bueno es alabar a Jehovah,
cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo.
2 Bueno es anunciar por la mañana tu misericordia
y tu verdad en las noches,
3 con el arpa de diez cuerdas y la lira,
con el tono suave del arpa.
4 Ciertamente me has alegrado,
oh Jehovah, con tus hechos,
grito de gozo por las obras de tus manos.
5 ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehovah!
Muy profundos son tus pensamientos.
6 El hombre necio no sabe,
y el insensato no entiende esto:
7 que los impíos brotan como la hierba,
y que todos los que hacen iniquidad
florecen para ser destruidos para siempre.
8 Pero tú, oh Jehovah,
para siempre eres el Altísimo.
9 Porque he aquí tus enemigos, oh Jehovah;
porque he aquí, tus enemigos perecerán.
Serán dispersados todos los que hacen iniquidad.
10 Pero tú enaltecerás mi poder como el de un toro
salvaje,
y sobre mí verterás aceite fresco.
11 Mis ojos mirarán sobre mis enemigos;
mis oídos oirán de los malhechores
que se levantaron contra mí.
12 El justo florecerá como la palmera;
crecerá alto como el cedro en el Líbano.
13 Plantados estarán en la casa de Jehovah;
florecerán en los atrios de nuestro Dios.
14 Aun en la vejez fructificarán.
Estarán llenos de savia y frondosos,
15 para anunciar que Jehovah, mi roca, es recto,
y que en él no hay injusticia.
El reinado eterno de Jehovah
93 1 ¡Jehovah
reina!
Se ha vestido de magnificencia.
Jehovah se ha vestido de poder y se ha ceñido.
También afirmó el mundo, y no se moverá.
2 Firme es tu trono desde la antigüedad;
tú eres desde la eternidad.
3 Alzaron los ríos, oh Jehovah,
alzaron los ríos su sonido;
alzaron los ríos su estruendo.
4 Jehovah en las alturas es más poderoso
que el estruendo de muchas aguas,
más que las recias olas del mar.
5 Tus testimonios son muy firmes.
La santidad adorna tu casa, oh Jehovah,
a través de los años.
Jehovah, Dios de justicia
94 1 Oh Jehovah,
Dios de las venganzas,
oh Dios de las venganzas, ¡manifiéstate!
2 ¡Exáltate, oh Juez de la tierra!
Da su recompensa a los soberbios.
3 ¿Hasta cuándo los impíos,
hasta cuándo, oh Jehovah,
se regocijarán los impíos?
4 Vocean, hablan insolencias
y se confabulan los que hacen iniquidad.
5 A tu pueblo, oh Jehovah, quebrantan;
a tu heredad afligen.
6 A la viuda y al forastero matan;
a los huérfanos asesinan.
7 Han dicho: "No lo verá Jehovah,
ni entenderá el Dios de Jacob."
8 Entended, torpes del pueblo;
vosotros, necios, ¿cuándo seréis entendidos?
9 El que puso el oído, ¿no oirá?
El que formó el ojo, ¿no verá?
10 El que disciplina a las naciones, ¿no reprenderá?
¿No sabrá el que enseña al hombre el saber?
11 Jehovah conoce los pensamientos de los hombres, que son
vanidad.
12 Bienaventurado el hombre a quien tú, oh Jehovah,
disciplinas
y lo instruyes sobre la base de tu ley,
13 para darle tranquilidad en los días de la desgracia;
en tanto que para los impíos se cava una fosa.
14 Porque Jehovah no abandonará a su pueblo,
ni desamparará a su heredad.
15 Más bien, el derecho volverá a la justicia,
y en pos de ella irán todos los rectos de corazón.
16 ¿Quién se levantará por mí contra los malhechores?
¿Quién estará por mí contra los que hacen iniquidad?
17 Si Jehovah no me ayudara,
pronto mi alma moraría en el silencio.
18 Cuando yo decía: "Mi pie resbala",
tu misericordia, oh Jehovah, me sustentaba.
19 En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,
tus consolaciones alegraban mi alma.
20 ¿Se aliará contigo el trono de maldad,
el que por decreto instituye el abuso?
21 Conspiran contra la vida del justo
y condenan la sangre inocente.
22 Pero Jehovah ha sido mi refugio;
mi Dios ha sido la roca de mi confianza.
23 El hará volver sobre ellos su iniquidad,
y los destruirá a causa de su maldad.
Jehovah, nuestro Dios, los destruirá.
Llamado a la adoración
95 1 ¡Venid,
cantemos con gozo a Jehovah!
Aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
2 Acerquémonos ante su presencia con acción de gracias;
aclamémosle con salmos.
3 Porque Jehovah es Dios grande,
Rey grande sobre todos los dioses.
4 En su mano están las profundidades de la tierra;
suyas son las alturas de los montes.
5 Suyo es el mar, pues él lo hizo;
y sus manos formaron la tierra seca.
6 ¡Venid, adoremos y postrémonos!
Arrodillémonos delante de Jehovah, nuestro Hacedor.
7 Porque él es nuestro Dios;
nosotros somos el pueblo de su prado,
y las ovejas de su mano.
Si oís hoy su voz,
8 "no endurezcáis vuestros corazones como en Meriba;
como el día de Masá, en el desierto,
9 donde vuestros padres me pusieron a prueba;
me probaron y vieron mis obras:
10 Cuarenta años estuve disgustado con aquella
generación
y dije: ’Este pueblo se desvía en su corazón
y no ha conocido mis caminos.’
11 Por eso juré en mi ira:
’¡Jamás entrarán en mi reposo!’ "
Alabanza al Rey y Juez del universo
96 1 ¡Cantad a
Jehovah un cántico nuevo!
¡Cantad a Jehovah, toda la tierra!
2 Cantad a Jehovah; bendecid su nombre.
Anunciad de día en día su salvación.
3 Contad entre las naciones su gloria,
entre todos los pueblos sus maravillas;
4 porque grande es Jehovah,
y digno de suprema alabanza.
El es temible sobre todos los dioses;
5 porque todos los dioses de los pueblos son ídolos,
pero Jehovah hizo los cielos.
6 Gloria y esplendor hay delante de él;
poder y hermosura hay en su santuario.
7 Dad a Jehovah, oh familias de pueblos,
dad a Jehovah la gloria y el poder.
8 Dad a Jehovah la gloria debida a su nombre;
traed ofrendas y venid a sus atrios;
9 adorad a Jehovah en la hermosura de la santidad;
tiemble ante su presencia toda la tierra.
10 Decid entre las naciones:
"¡Jehovah reina!
Ciertamente ha afirmado el mundo,
y no será movido.
Juzgará a los pueblos con rectitud."
11 ¡Alégrense los cielos, y gócese la tierra!
¡Ruja el mar y su plenitud!
12 ¡Regocíjese el campo,
y todo lo que hay en él!
Entonces cantarán con júbilo
todos los árboles del bosque
13 delante de Jehovah, pues él viene.
Porque él viene para juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia
y a los pueblos con su verdad.
Manifestación del Rey de gloria
97 1 ¡Jehovah
reina!
¡Regocíjese la tierra!
¡Alégrense las muchas costas!
2 Nube y oscuridad hay alrededor de él;
la justicia y el derecho son el fundamento de su trono.
3 El fuego avanza delante de él
y abrasa a sus enemigos en derredor.
4 Sus relámpagos alumbran el mundo;
la tierra mira y se estremece.
5 Delante de Jehovah los montes se derriten como cera,
delante del Señor de toda la tierra.
6 Los cielos anuncian su justicia,
y todos los pueblos ven su gloria.
7 Avergüéncense todos los que sirven a imágenes de
talla,
los que se glorían en los ídolos.
¡Todos los dioses póstrense ante él!
8 Sion escuchó y se alegró;
las hijas de Judá se regocijarán
a causa de tus juicios, oh Jehovah.
9 Porque tú, oh Jehovah,
eres supremo sobre toda la tierra;
eres muy enaltecido sobre todos los dioses.
10 Los que amáis a Jehovah,
aborreced el mal.
El guarda la vida de sus fieles;
los libra de manos de los impíos.
11 La luz está sembrada para el justo,
la alegría para los rectos de corazón.
12 Alegraos, oh justos, en Jehovah;
celebrad la memoria de su santidad.
Celebración de las victorias de Dios
98
(Salmo)
1 ¡Cantad a Jehovah un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas!
Victoria le ha dado su diestra y su santo brazo.
2 Jehovah ha dado a conocer su victoria;
ante los ojos de las naciones ha manifestado su justicia.
3 Se ha acordado de su misericordia
y de su fidelidad para con la casa de Israel.
Todos los confines de la tierra
han visto la victoria de nuestro Dios.
4 ¡Cantad alegres a Jehovah, toda la tierra!
Prorrumpid, estallad de gozo y cantad salmos.
5 Cantad salmos a Jehovah con la lira;
con lira y melodía de himnos.
6 Aclamad con trompetas y sonido de corneta
delante del Rey Jehovah.
7 Ruja el mar y su plenitud,
el mundo y los que lo habitan.
8 Aplaudan los ríos;
regocíjense todos los montes
9 delante de Jehovah,
porque viene para juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia,
y a los pueblos con rectitud.
Reinado de Dios en Sion
99 1 ¡Jehovah
reina, tiemblan los pueblos!
El tiene su trono entre los querubines;
la tierra se estremece.
2 Jehovah es grande en Sion;
es alto sobre todos los pueblos.
3 Alaben su nombre grande y temible.
¡El es santo!
4 Oh poderoso Rey que amas el derecho,
tú has establecido la rectitud;
tú ejerces en Jacob el derecho y la justicia.
5 ¡Exaltad a Jehovah, nuestro Dios!
Postraos ante el estrado de sus pies,
porque él es santo.
6 Moisés y Aarón estaban entre sus sacerdotes;
Samuel estaba entre los que invocaban su nombre.
Invocaban a Jehovah, y él les respondía.
7 En columna de nube hablaba con ellos;
y ellos guardaban sus testimonios
y el estatuto que les había dado.
8 Oh Jehovah, Dios nuestro,
tú les respondías;
tú les fuiste un Dios perdonador
y castigador de sus malas obras.
9 ¡Exaltad a Jehovah nuestro Dios!
Postraos ante su santo monte,
porque santo es Jehovah, nuestro Dios.
Exhortación a la gratitud
100
(Salmo de acción de gracias)
1 ¡Cantad alegres a Jehovah,
habitantes de toda la tierra!
2 Servid a Jehovah con alegría;
venid ante su presencia con regocijo.
3 Reconoced que Jehovah es Dios;
él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos.
Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
4 Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con alabanza.
Dadle gracias; bendecid su nombre,
5 porque Jehovah es bueno.
Para siempre es su misericordia,
y su fidelidad por todas las generaciones.
Votos de un gobernante
101
(Salmo de David)
1 De la misericordia y el derecho cantaré;
a ti cantaré salmos, oh Jehovah.
2 Daré atención al camino de la integridad.
¿Cuándo vendrás a mí?
En integridad de corazón andaré en medio de mi casa.
3 No pondré delante de mis ojos cosa indigna;
aborrezco la obra de los que se desvían.
Esta no se me pegará.
4 El corazón perverso será apartado de mí;
no reconoceré al malo.
5 Al que solapadamente difama a su prójimo,
a ése yo lo silenciaré;
no soportaré al de ojos altaneros y de corazón arrogante.
6 Mis ojos pondré en los fieles de la tierra,
para que habiten conmigo.
El que anda en camino de integridad,
ése me servirá.
7 No habitará dentro de mi casa el que hace fraude;
el que habla mentira no se afirmará delante de mis ojos.
8 Por las mañanas cortaré de la tierra a todos los
impíos,
para extirpar de la ciudad de Jehovah
a todos los que obran iniquidad.
Oración de un afligido
102
(Oración de un afligido, cuando
desmaya y derrama su lamento delante de Jehovah)
1 Oh Jehovah, escucha mi oración,
y llegue a ti mi clamor.
2 No escondas de mí tu rostro
en el día de mi angustia;
inclina a mí tu oído.
En el día en que te invoque,
apresúrate a responderme.
3 Porque mis días se han disipado como humo;
mis huesos arden como un brasero.
4 Mi corazón ha sido herido
y se ha secado como la hierba,
por lo cual me olvidé de comer mi pan.
5 Por la voz de mi gemido,
mis huesos se han pegado a mi carne.
6 Soy semejante al búho del desierto;
soy como la lechuza de los sequedales.
7 Estoy insomne;
soy como un pájaro solitario sobre el tejado.
8 Todo el día me afrentan mis enemigos;
los que me escarnecen se han conjurado contra mí.
9 Por eso he comido ceniza como pan,
y mi bebida mezclo con llanto,
10 a causa de tu enojo y de tu ira.
Porque me levantaste y me arrojaste,
11 mis días son como la sombra que se va.
Me he secado como la hierba.
12 Pero tú, oh Jehovah, permanecerás para siempre,
y tu memoria de generación en generación.
13 Levántate, ten misericordia de Sion,
porque ha llegado el tiempo de tener compasión de ella.
14 Tus siervos aman sus piedras,
y de su polvo tienen compasión.
15 Entonces las naciones temerán el nombre de Jehovah,
y todos los reyes de la tierra temerán tu gloria.
16 Por cuanto Jehovah habrá edificado a Sion,
será visto en su gloria.
17 Habrá considerado la oración de los despojados,
y no habrá desechado el ruego de ellos.
18 Sea escrito esto para la generación venidera,
y un pueblo que será creado alabará a Jehovah.
19 Porque miró desde lo alto de su santuario,
Jehovah miró desde los cielos a la tierra,
20 para oír el gemido de los presos,
para librar a los sentenciados a muerte,
21 para contar en Sion del nombre de Jehovah,
y de su alabanza en Jerusalén,
22 cuando los pueblos y reinos se congreguen en uno
para servir a Jehovah.
23 Debilitó mi fuerza en el camino
y acortó mis días.
24 Dije: "Dios mío, no me lleves en la mitad de mis
días.
¡Tus años duran por generación y generación!
25 Tú fundaste la tierra en la antigüedad;
los cielos son obra de tus manos.
26 Ellos perecerán, pero tú permanecerás.
Todos ellos se envejecerán como un vestido;
como a ropa los cambiarás, y pasarán.
27 Pero tú eres el mismo,
y tus años no se acabarán.
28 Los hijos de tus siervos habitarán seguros,
y su descendencia estará firme delante de ti."
Alabanza de un alma agradecida
103
(De David)
1 Bendice, oh alma mía, a Jehovah.
Bendiga todo mi ser su santo nombre.
2 Bendice, oh alma mía, a Jehovah,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 El es quien perdona todas tus iniquidades,
el que sana todas tus dolencias,
4 el que rescata del hoyo tu vida,
el que te corona de favores y de misericordia;
5 el que sacia con bien tus anhelos,
de modo que te rejuvenezcas como el águila.
6 Jehovah es quien hace justicia y derecho
a todos los que padecen violencia.
7 Sus caminos dio a conocer a Moisés;
y a los hijos de Israel, sus obras.
8 Compasivo y clemente es Jehovah,
lento para la ira y grande en misericordia.
9 No contenderá para siempre,
ni para siempre guardará el enojo.
10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras
iniquidades,
ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
11 Pues como la altura de los cielos sobre la tierra,
así ha engrandecido su misericordia sobre los que le temen.
12 Tan lejos como está el oriente del occidente,
así hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
13 Como el padre se compadece de los hijos,
así se compadece Jehovah de los que le temen.
14 Porque él conoce nuestra condición;
se acuerda de que somos polvo.
15 El hombre, como la hierba son sus días:
Florece como la flor del campo
16 que cuando pasa el viento, perece;
y su lugar no la vuelve a conocer.
17 Pero la misericordia de Jehovah es desde la
eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen;
y su justicia sobre los hijos de sus hijos,
18 sobre los que guardan su pacto
y se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
19 Jehovah estableció en los cielos su trono,
y su reino domina sobre todo.
20 Bendecid a Jehovah, vosotros sus poderosos ángeles
que ejecutáis su palabra obedeciendo la voz de su palabra.
21 Bendecid a Jehovah, vosotros todos sus ejércitos,
servidores suyos que hacéis su voluntad.
22 Bendecid a Jehovah, vosotras todas sus obras,
en todos los lugares de su señorío.
¡Bendice, alma mía, a Jehovah!
Creación y providencia de Dios
104 1 ¡Bendice,
alma mía, a Jehovah!
Jehovah, Dios mío, ¡qué grande eres!
Te has vestido de gloria y de esplendor.
2 Tú eres el que se cubre de luz como de vestidura,
que extiende los cielos como una tienda,
3 que construye sus altas moradas sobre las aguas,
que hace de las nubes su carroza,
que anda sobre las alas del viento,
4 que hace a los vientos sus mensajeros,
y a las llamas de fuego sus servidores.
5 El fundó la tierra sobre sus cimientos;
no será jamás removida.
6 Con el océano como con vestido la cubriste;
sobre las montañas estaban las aguas.
7 A tu reprensión huyeron;
se apresuraron al sonido de tu trueno.
8 Subieron las montañas;
descendieron los valles
al lugar que tú estableciste para ellos.
9 Les pusiste un límite,
el cual no traspasarán,
ni volverán a cubrir la tierra.
10 Tú eres el que vierte los manantiales en los arroyos;
corren entre las colinas.
11 Dan de beber a todos los animales del campo;
los asnos monteses mitigan su sed.
12 Junto a ellos habitan las aves del cielo,
y trinan entre las ramas.
13 Tú das de beber a las montañas desde tus altas moradas;
del fruto de tus obras se sacia la tierra.
14 Haces producir el pasto para los animales
y la vegetación para el servicio del hombre,
a fin de sacar de la tierra el alimento:
15 el vino que alegra el corazón del hombre,
el aceite que hace lucir su rostro,
y el pan que sustenta el corazón del hombre.
16 Se llenan de savia los árboles de Jehovah;
los cedros del Líbano, que él plantó.
17 Allí anidan las aves;
en sus copas hace su nido la cigüeña.
18 Los montes altos son para las cabras monteses;
las peñas, para las madrigueras de los conejos.
19 Tú eres el que hizo la luna para las estaciones;
el sol conoce su ocaso.
20 Pones las tinieblas, y es de noche;
en ella corretean todos los animales silvestres.
21 Los leones rugen por la presa
y reclaman a Dios su comida.
22 Sale el sol; se recogen
y se echan en sus cuevas.
23 Sale el hombre a su labor,
y a su labranza hasta el anochecer.
24 ¡Cuán numerosas son tus obras, oh Jehovah!
A todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.
25 Este es el mar grande y ancho,
en el cual hay peces sin número,
animales grandes y pequeños.
26 Sobre él van los navíos;
allí está el Leviatán
que hiciste para que jugase en él.
27 Todos ellos esperan en ti,
para que les des su comida a su tiempo.
28 Tú les das, y ellos recogen;
abres tu mano, y se sacian del bien.
29 Escondes tu rostro, y se desvanecen;
les quitas el aliento, y dejan de ser.
Así vuelven a ser polvo.
30 Envías tu hálito, y son creados;
y renuevas la superficie de la tierra.
31 ¡Sea la gloria de Jehovah para siempre!
Alégrese Jehovah en sus obras.
32 El mira la tierra, y ella tiembla;
toca las montañas, y humean.
33 Cantaré a Jehovah en mi vida;
a mi Dios cantaré salmos mientras viva.
34 Que mi meditación le sea grata,
y que yo me alegre en Jehovah.
35 Sean exterminados de la tierra los pecadores,
y los impíos dejen de ser.
¡Bendice, oh alma mía, a Jehovah!
¡Aleluya!
Dios en la historia de Israel
105 1 ¡Dad
gracias a Jehovah!
¡Invocad su nombre!
Dad a conocer entre los pueblos sus hazañas.
2 Cantadle, cantadle salmos;
hablad de todas sus maravillas.
3 Gloriaos en su santo nombre;
alégrese el corazón de los que buscan a Jehovah.
4 Buscad a Jehovah y su poder;
buscad continuamente su rostro.
5 Acordaos de las maravillas que ha hecho,
de sus prodigios y de los juicios de su boca,
6 oh vosotros, descendientes de Abraham, su siervo;
hijos de Jacob, sus escogidos.
7 El es Jehovah, nuestro Dios;
en toda la tierra están sus juicios.
8 Se acordó para siempre de su pacto
-de la palabra que mandó para mil generaciones-,
9 el cual hizo con Abraham;
y de su juramento a Isaac.
10 Lo confirmó a Jacob por estatuto,
como pacto sempiterno a Israel,
11 diciendo: "A ti daré la tierra de Canaán;
como la porción que poseeréis."
12 Cuando eran pocos en número,
muy pocos y forasteros en ella;
13 cuando andaban de nación en nación,
y de un reino a otro pueblo,
14 no permitió que nadie los oprimiese;
más bien, por causa de ellos castigó a reyes.
15 Dijo: "¡No toquéis a mis ungidos,
ni hagáis mal a mis profetas!"
16 Cuando trajo hambre sobre la tierra
y cortó todo el sustento de pan,
17 ya había enviado delante de ellos a un hombre,
a José, que fue vendido como esclavo.
18 Afligieron con grilletes sus pies,
y a su cuello pusieron cadena de hierro,
19 hasta que se cumplió su palabra,
y el dicho de Jehovah lo aprobó.
20 Entonces el rey mandó que lo soltaran;
el soberano de los pueblos lo desató.
21 Lo puso como señor de su casa
y como gobernador de toda su posesión,
22 para que disciplinara a su gusto a los grandes
y a sus ancianos enseñara sabiduría.
23 Después entró Israel en Egipto,
y Jacob fue extranjero en la tierra de Cam.
24 Dios hizo que su pueblo fuera muy fecundo,
y lo hizo más fuerte que sus enemigos.
25 Cambió el corazón de éstos,
para que aborreciesen a su pueblo,
para que contra sus siervos actuaran con engaño.
26 Envió a su siervo Moisés,
y a Aarón, al cual escogió.
27 Puso en ellos las palabras de sus señales,
y sus prodigios en la tierra de Cam.
28 Envió tinieblas y trajo oscuridad,
pero no guardaron sus palabras.
29 Convirtió sus aguas en sangre
y mató sus peces.
30 Su tierra produjo ranas
hasta en las habitaciones de sus reyes.
31 Habló, y llegaron enjambres de moscas
y piojos en todo su territorio.
32 Convirtió sus lluvias en granizo
y en llamas de fuego, en su tierra.
33 Dañó sus viñas y sus higueras
y quebró los árboles de su territorio.
34 Habló, y vinieron langostas,
y pulgón sin número.
35 Comieron toda la hierba de su país
y devoraron el pasto de su tierra.
36 Golpeó, además, a todos los primogénitos de su país,
las primicias de todo su vigor.
37 Los sacó con plata y oro;
no hubo entre sus tribus enfermo.
38 Egipto se alegró de que salieran,
porque su terror había caído sobre ellos.
39 Extendió una nube por cortina,
y fuego para alumbrar de noche.
40 Pidieron, e hizo venir codornices,
y los sació con pan del cielo.
41 Abrió la peña, y fluyeron aguas;
corrieron por los sequedales como río.
42 Porque se acordó de su santa promesa
dada a su siervo Abraham.
43 Así sacó a su pueblo con gozo;
con júbilo sacó a sus escogidos.
44 Les dio las tierras de las naciones,
y heredaron el fruto de las labores de ellas,
45 para que guardasen sus estatutos
y observasen sus leyes.
¡Aleluya!
Confesión de los fracasos de Israel
106 1 ¡Aleluya!
¡Alabad a Jehovah, porque es bueno;
porque para siempre es su misericordia!
2 ¿Quién declarará las proezas de Jehovah?
¿Quién hará oír todas sus alabanzas?
3 Bienaventurados los que guardan el derecho,
los que en todo tiempo hacen justicia.
4 Acuérdate de mí, oh Jehovah,
según tu benevolencia para con tu pueblo.
Visítame con tu salvación,
5 para que vea el bien de tus escogidos,
para que me alegre con la alegría de tu pueblo,
para que me gloríe con tu heredad.
6 Hemos pecado como nuestros padres;
hemos hecho iniquidad;
hemos actuado impíamente.
7 Nuestros padres en Egipto
no entendieron tus maravillas;
no se acordaron de tus innumerables hechos de misericordia,
sino que se rebelaron junto al mar, el mar Rojo.
8 Sin embargo, los libró por amor de su nombre,
para dar a conocer su poder.
9 Reprendió al mar Rojo y lo secó;
los hizo ir por los abismos, como por un desierto.
10 Los libró del enemigo;
los rescató de mano del adversario.
11 Las aguas cubrieron a sus enemigos;
no quedó uno solo de ellos.
12 Entonces creyeron en sus palabras
y cantaron su alabanza.
13 Pero pronto se olvidaron de sus obras
y no esperaron su consejo.
14 Ardieron de apetito en el desierto
y probaron a Dios en la soledad.
15 El les dio lo que pidieron,
pero envió a sus almas debilidad.
16 Después tuvieron celos de Moisés en el campamento,
y de Aarón, el consagrado de Jehovah.
17 La tierra se abrió y tragó a Datán,
y cubrió al grupo de Abiram.
18 El fuego se encendió contra su grupo;
la llama devoró a los impíos.
19 En Horeb hicieron un becerro
y se postraron ante una imagen de fundición.
20 Así cambiaron su gloria
por la de un toro que come hierba.
21 Olvidaron al Dios de su salvación
que había hecho grandezas en Egipto,
22 maravillas en la tierra de Cam,
cosas formidables junto al mar Rojo.
23 El dijo que los hubiese destruido, de no haberse
interpuesto Moisés, su escogido, ante él en la brecha,
a fin de aplacar su ira, para que no los destruyera.
24 Sin embargo, aborrecieron la tierra deseable,
y no creyeron en su palabra.
25 Más bien, murmuraron en sus tiendas
y no escucharon la voz de Jehovah.
26 Por tanto, alzó su mano contra ellos
para postrarlos en el desierto,
27 para dispersar a sus descendientes entre las
naciones
y esparcirlos por las tierras.
28 Cuando se adhirieron al Baal de Peor,
comieron de los sacrificios de los muertos.
29 Provocaron a Dios con sus obras,
y se desató entre ellos la mortandad.
30 Entonces se levantó Fineas y ejecutó juicio,
y se detuvo la mortandad.
31 Aquello le fue contado por justicia,
de generación en generación y para siempre.
32 También le indignaron en las aguas de Meriba,
y por causa de ellos le fue mal a Moisés;
33 porque hicieron que su espíritu se amargara,
y él habló precipitadamente con sus labios.
34 Tampoco destruyeron a los pueblos,
como Jehovah les había dicho.
35 Más bien, se mezclaron con gentiles,
y aprendieron sus obras.
36 Sirvieron a sus ídolos,
los cuales llegaron a ser una trampa.
37 Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios;
38 derramaron la sangre inocente,
la sangre de sus hijos y de sus hijas,
que sacrificaron a los ídolos de Canaán.
La tierra fue profanada con los hechos de sangre.
39 Así se contaminaron con sus obras
y se prostituyeron con sus hechos.
40 Por tanto, la ira de Jehovah
se encendió contra su pueblo,
y abominó su heredad.
41 Los entregó en poder de las naciones,
y los que los aborrecían se enseñorearon de ellos.
42 Sus enemigos los oprimieron,
y fueron quebrantados debajo de su mano.
43 Muchas veces los libró,
pero ellos se rebelaron contra su consejo
y fueron humillados a causa de su iniquidad.
44 Con todo, él los vio cuando estaban en angustia,
y oyó su clamor.
45 Se acordó de su pacto con ellos,
y se compadeció conforme a su gran compasión.
46 Asimismo, hizo que tuviesen misericordia de ellos
todos los que los tenían cautivos.
47 ¡Sálvanos, oh Jehovah, Dios nuestro!
Reúnenos de entre las naciones,
para que confesemos tu santo nombre,
para que nos gloriemos en tus alabanzas.
48 ¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel,
desde la eternidad hasta la eternidad!
Y diga todo el pueblo: "¡Amén!"
¡Aleluya!
QUINTA PARTE: SALMOS 107-150
Salmo de gratitud por la liberación
107 1 ¡Alabad a
Jehovah, porque es bueno;
porque para siempre es su misericordia!
2 Díganlo los redimidos de Jehovah,
los que ha redimido del poder del enemigo
3 y los que ha congregado de las tierras
del oriente y del occidente,
del norte y del sur.
4 Perdidos anduvieron por el desierto,
en el sequedal;
no hallaron camino hacia una ciudad habitada.
5 Estaban hambrientos y sedientos;
sus almas desfallecían en ellos.
6 Pero cuando en su angustia clamaron a Jehovah,
él los libró de sus aflicciones.
7 Los dirigió por camino derecho,
para que fuesen a una ciudad en que habitar.
8 ¡Den gracias a Jehovah por su misericordia
y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
9 Porque él sacia al alma sedienta
y llena de bien al alma hambrienta.
10 Habitaban en tinieblas y en densa oscuridad,
aprisionados en la miseria y en cadenas de hierro,
11 porque fueron rebeldes a las palabras de Jehovah
y aborrecieron el consejo del Altísimo.
12 Por eso sometió sus corazones con dura labor;
cayeron, y no hubo quien les ayudase.
13 Pero cuando en su angustia clamaron a Jehovah,
él los libró de sus aflicciones.
14 Los sacó de las tinieblas, de la densa oscuridad,
y rompió sus cadenas.
15 ¡Den gracias a Jehovah por su misericordia
y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
16 Porque rompió las puertas de bronce
y desmenuzó los cerrojos de hierro.
17 Fueron afligidos los insensatos,
a causa de su camino rebelde
y a causa de sus maldades.
18 Sus almas abominaron toda comida,
y llegaron hasta las puertas de la muerte.
19 Pero cuando en su angustia clamaron a Jehovah,
él los libró de sus aflicciones.
20 Envió su palabra y los sanó;
los libró de su ruina.
21 ¡Den gracias a Jehovah por su misericordia
y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
22 Ofrezcan sacrificios de acción de gracias
y proclamen sus obras con júbilo.
23 Los que descienden al mar en los barcos
y hacen negocios en los océanos,
24 ellos han visto las obras de Jehovah,
y sus maravillas en lo profundo del mar.
25 El habló y desató el viento de la tempestad,
e hizo que se elevaran sus olas.
26 Subieron los cielos, descendieron los abismos;
sus almas se derretían con el daño.
27 Se tambalearon y temblaron como un borracho,
y toda su sabiduría se echó a perder.
28 Pero cuando en su angustia clamaron a Jehovah,
él los libró de sus aflicciones.
29 El trae calma a la tempestad,
y se apaciguan sus olas.
30 Entonces se alegran porque ellas se aquietan,
y él los guía al puerto que desean.
31 ¡Den gracias a Jehovah por su misericordia
y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
32 Exáltenlo en la congregación del pueblo,
y alábenlo en la reunión de los ancianos.
33 El convierte los ríos en desierto
y las fuentes de aguas en tierra sedienta.
34 Convierte las tierras fértiles en salobres
por la maldad de los que las habitan.
35 Convierte el desierto en estanques de agua
y la tierra seca en manantiales.
36 Allí establece a los hambrientos
y fundan una ciudad en que habitar.
37 Siembran campos, plantan viñas
y logran abundante fruto.
38 Los bendice, y se multiplican en gran manera;
y no deja que disminuya su ganado.
39 Cuando son reducidos en número y menoscabados
a causa de la opresión, de la calamidad
y de la congoja,
40 derrama menosprecio sobre los príncipes,
y les hace andar errantes, vagabundos, sin camino.
41 Y levanta de la miseria al necesitado
y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas.
42 Véanlo los rectos y alégrense;
pero toda maldad cierre la boca.
43 Quien sea sabio y guarde estas cosas
entenderá los hechos misericordiosos de Jehovah.
La liberación divina
108
(Cántico. Salmo de David)
1 Mi corazón está firme, oh Dios;
cantaré y entonaré salmos, aun con mi alma.
2 ¡Despertad, oh arpa y lira!
Despertaré al alba.
3 Te alabaré entre los pueblos, oh Jehovah;
a ti cantaré salmos entre las naciones.
4 Porque grande, más que los cielos,
es tu misericordia;
y hasta las nubes, tu verdad.
5 ¡Seas exaltado sobre los cielos, oh Dios;
y sobre toda la tierra, tu gloria!
6 Salva con tu diestra y respóndenos,
de modo que sean librados tus amados.
7 Dios ha hablado en su santuario:
"¡Cómo me regocijo!
Repartiré Siquem
y mediré el valle de Sucot.
8 Mío es Galaad, y mío es Manasés.
Efraín es la fortaleza de mi cabeza;
Judá es mi cetro.
9 Moab es la vasija en que me lavo;
sobre Edom echaré mis sandalias,
y sobre Filistea lanzaré mi grito de victoria."
10 ¿Quién me guiará a la ciudad fortificada?
¿Quién me conducirá hasta Edom?
11 ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado,
y que ya no sales, oh Dios, con nuestros ejércitos?
12 Danos socorro ante el enemigo,
pues vana es la liberación que da el hombre.
13 Con Dios haremos proezas,
y él aplastará a nuestros enemigos.
Apelación a la justicia divina
109
(Al músico principal. Salmo de
David)
1 Oh Dios de mi alabanza,
no guardes silencio,
2 pues la boca del impío y la del engañador
se han abierto contra mí;
han hablado contra mí con lengua engañosa.
3 Con palabras de odio me han rodeado;
sin causa han luchado contra mí.
4 En pago de mi amor me han acusado,
aunque yo oraba.
5 Me han devuelto mal por bien,
y odio por amor.
6 Levanta contra él a un impío,
y un acusador esté a su mano derecha.
7 Cuando sea juzgado, que resulte culpable,
y que su oración sea tenida por pecado.
8 Sean pocos sus días,
y tome otro su oficio.
9 Queden huérfanos sus hijos,
y su mujer quede viuda.
10 Anden sus hijos vagabundos y mendigando;
procuren su pan lejos de sus casas arruinadas.
11 Que el acreedor se apodere de todo lo que tiene,
y extraños saqueen el fruto de su trabajo.
12 No tenga quien le haga misericordia,
ni haya quien se compadezca de sus huérfanos.
13 Su posteridad sea destruida;
en la segunda generación sea borrado su nombre.
14 Sea recordada ante Jehovah la maldad de sus padres;
no sea borrado el pecado de su madre.
15 Estén siempre delante de Jehovah,
y elimine él de la tierra la memoria de ellos.
16 Porque no se acordó de mostrar misericordia,
y persiguió al hombre pobre, necesitado y quebrantado de corazón,
hasta matarlo.
17 Amó la maldición; ¡que ésta le venga!
No quiso la bendición; ¡que se aleje de él!
18 Vístase de maldición como de su manto,
y entre ella como agua en sus entrañas
y como aceite en sus huesos.
19 Séale como vestido que lo cubra,
y como cinturón que siempre lo ciña.
20 Este sea el pago de parte de Jehovah
para con los que me acusan,
para los que hablan mal contra mi vida.
21 Pero tú, oh Jehovah el Señor,
favoréceme, por amor de tu nombre;
líbrame, porque buena es tu misericordia.
22 Yo soy pobre y necesitado,
y mi corazón está herido dentro de mí.
23 Voy como la sombra cuando se extiende;
soy sacudido como la langosta.
24 Mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno,
y mi carne está desfallecida por falta de alimento.
25 Fui para ellos objeto de oprobio;
me miraban y movían la cabeza.
26 Ayúdame, oh Jehovah, Dios mío;
sálvame conforme a tu misericordia.
27 Entiendan que ésta es tu mano,
y que tú, oh Jehovah, has hecho esto.
28 Que maldigan ellos, pero bendice tú;
que se levanten, pero sean avergonzados.
Y que tu siervo se regocije.
29 Sean vestidos de ignominia los que me calumnian,
y vístanse con su vergüenza como de manto.
30 Agradeceré a Jehovah en gran manera con mi boca;
en medio de muchos le alabaré.
31 Porque él se pondrá a la derecha del necesitado,
para salvar su vida de los que le juzgan.
El sacerdocio del Mesías
110
(Salmo de David)
1 Jehovah dijo a mi señor:
"Siéntate a mi diestra,
hasta que ponga a tus enemigos
como estrado de tus pies."
2 Jehovah enviará desde Sion el cetro de tu poder;
domina en medio de tus enemigos.
3 En el día de tu poder,
tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente
en la hermosura de la santidad.
Desde el nacimiento de la aurora,
tú tienes el rocío de la juventud.
4 Jehovah juró y no se retractará:
"Tú eres sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec."
5 El Señor está a tu mano derecha;
aplastará a los reyes en el día de su ira.
6 Juzgará entre las naciones;
las llenará de cadáveres.
Aplastará a los jefes sobre la extensa tierra.
7 Beberá del arroyo en el camino,
por lo cual levantará su cabeza.
Bondad y fidelidad divinas
111 1 ¡Aleluya!
Daré gracias a Jehovah con todo mi corazón,
en la reunión y en la congregación de los rectos.
2 Grandes son las obras de Jehovah,
buscadas por todos los que se complacen en ellas.
3 Gloria y hermosura es su obra,
y su justicia permanece para siempre.
4 Hizo memorables sus maravillas;
clemente y misericordioso es Jehovah.
5 Da alimento a los que le temen;
para siempre se acordará de su pacto.
6 El poder de sus obras manifestó a su pueblo,
al darle la heredad de las naciones.
7 Las obras de sus manos son verdad y justicia;
fieles son todas sus ordenanzas.
8 Son afirmadas eternamente y para siempre,
hechas con verdad y rectitud.
9 Ha enviado redención a su pueblo;
para siempre ha ordenado su pacto.
Santo y temible es su nombre.
10 El principio de la sabiduría es el temor de Jehovah.
Buen entendimiento tienen todos los que ponen esto por obra.
Su loor permanece para siempre.
Prosperidad del que teme a Jehovah
112 1 ¡Aleluya!
Bienaventurado el hombre que teme a Jehovah,
y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
2 Su descendencia será poderosa en la tierra;
la generación de los rectos será bendita.
3 Bienes y riquezas hay en su casa;
su justicia permanece para siempre.
4 En las tinieblas resplandece la luz para los rectos;
él es clemente, misericordioso y justo.
5 El hombre de bien tiene compasión y presta,
y administra sus cosas con justicia.
6 Por eso no resbalará jamás;
para siempre será recordado el justo.
7 De las malas noticias no tendrá temor;
su corazón está firme, confiado en Jehovah.
8 Afianzado está su corazón; no temerá,
hasta que vea en sus enemigos su deseo.
9 Esparce, da a los necesitados;
su justicia permanece para siempre,
y su poderío será exaltado en gloria.
10 Lo verá el impío y se irritará;
crujirá los dientes y se consumirá.
El deseo de los impíos perecerá.
Dios levanta a los pobres
113 1 ¡Aleluya!
¡Alabad, oh siervos de Jehovah,
alabad el nombre de Jehovah!
2 Sea bendito el nombre de Jehovah
desde ahora y para siempre.
3 Desde el nacimiento del sol y hasta donde se pone,
sea alabado el nombre de Jehovah.
4 Alto sobre todas las naciones es Jehovah;
sobre los cielos es su gloria.
5 ¡Quién como Jehovah nuestro Dios!
El que mora en lo alto
6 y se humilla para mirar en el cielo y en la tierra.
7 Levanta del polvo al pobre,
y al necesitado enaltece desde la basura,
8 para hacerle sentar con los nobles,
con los nobles de su pueblo.
9 El hace habitar en familia a la estéril,
feliz de ser madre de hijos.
¡Aleluya!
Recuerdos de la salida de Egipto
114 1 Cuando
Israel salió de Egipto,
la casa de Jacob de un pueblo extranjero,
2 Judá fue su santuario,
e Israel su señorío.
3 El mar lo vio y huyó;
el Jordán se volvió atrás.
4 Los montes brincaron como carneros,
y las colinas como corderitos.
5 ¿Qué tuviste, oh mar, para que huyeras?
¿Y tú, oh Jordán, para que te volvieras atrás?
6 Oh montes, ¿por qué brincasteis como carneros;
y vosotras, oh colinas, como corderitos?
7 Ante la presencia del Señor tiembla la tierra;
ante la presencia del Dios de Jacob,
8 quien convirtió la peña en estanque de aguas
y el pedernal en manantial de aguas.
Contraste entre Jehovah y los ídolos
115 1 No a
nosotros, oh Jehovah,
no a nosotros,
sino a tu nombre da gloria
por tu misericordia y tu verdad.
2 ¿Por qué han de decir las naciones:
"¿Dónde está su Dios?"
3 ¡Nuestro Dios está en los cielos!
¡Ha hecho todo lo que ha querido!
4 Los ídolos de ellos son de plata y oro,
obra de manos de hombres.
5 Tienen boca, pero no hablan;
tienen ojos, pero no ven;
6 tienen orejas, pero no oyen;
tienen nariz, pero no huelen;
7 tienen manos, pero no palpan;
tienen pies, pero no andan;
no emiten sonido con sus gargantas.
8 Como ellos, son los que los hacen
y todos los que en ellos confían.
9 ¡Oh Israel, confía en Jehovah!
El es su ayuda y su escudo.
10 ¡Oh casa de Aarón, confía en Jehovah!
El es su ayuda y su escudo.
11 ¡Los que teméis a Jehovah, confiad en Jehovah!
El es su ayuda y su escudo.
12 Jehovah se acuerda de nosotros;
él nos bendecirá.
Bendecirá a la casa de Israel,
bendecirá a la casa de Aarón.
13 Bendecirá a los que temen a Jehovah,
a pequeños y a grandes.
14 Jehovah aumentará bendición sobre vosotros,
sobre vosotros y sobre vuestros hijos.
15 Benditos seáis de Jehovah,
quien hizo los cielos y la tierra.
16 Los cielos de los cielos son de Jehovah;
pero él ha dado la tierra a los hijos del hombre.
17 No alaban a Jehovah los muertos,
ni cuantos descienden al silencio.
18 Pero nosotros bendeciremos a Jehovah
desde ahora y para siempre.
¡Aleluya!
Gratitud al ser librado de la muerte
116 1 Amo a
Jehovah,
pues ha escuchado mi voz y mis súplicas,
2 porque ha inclinado a mí su oído.
Por tanto, le invocaré todos mis días.
3 Me rodearon las ataduras de la muerte;
me encontraron las angustias del Seol.
En angustia y en dolor me encontraba.
4 Entonces invoqué el nombre de Jehovah,
diciendo: "¡Libra, oh Jehovah, mi vida!"
5 Clemente y justo es Jehovah;
sí, misericordioso es nuestro Dios.
6 Jehovah guarda a los ingenuos;
estaba yo postrado, y él me salvó.
7 Vuelve, oh alma mía, a tu reposo,
porque Jehovah te ha favorecido.
8 Porque tú has librado
mi vida de la muerte,
mis ojos de las lágrimas
y mis pies de la caída.
9 Andaré delante de Jehovah
en la tierra de los vivientes.
10 Creí; por tanto, hablé,
estando afligido en gran manera.
11 Y dije en mi apresuramiento:
"Todo hombre es mentiroso."
12 ¿Qué daré a Jehovah
por todas sus bendiciones para conmigo?
13 Alzaré la copa de la salvación
e invocaré el nombre de Jehovah.
14 Cumpliré mis votos a Jehovah
delante de todo su pueblo.
15 Estimada es en los ojos de Jehovah
la muerte de sus fieles.
16 Escúchame, oh Jehovah, porque yo soy tu siervo;
soy tu siervo, hijo de tu sierva.
Tú rompiste mis cadenas.
17 Te ofreceré sacrificio de acción de gracias
e invocaré el nombre de Jehovah.
18 Cumpliré mis votos a Jehovah
delante de todo su pueblo,
19 en los atrios de la casa de Jehovah,
en medio de ti, oh Jerusalén.
¡Aleluya!
Llamado a la alabanza
117 1 ¡Alabad a
Jehovah, naciones todas!
¡Pueblos todos, alabadle!
2 Porque ha engrandecido sobre nosotros su
misericordia,
y la verdad de Jehovah es para siempre. ¡Aleluya!
La misericordia eterna de Jehovah
118 1 ¡Alabad a
Jehovah, porque es bueno;
porque para siempre es su misericordia!
2 Diga, por favor, Israel:
"¡Para siempre es su misericordia!"
3 Diga, por favor, la casa de Aarón:
"¡Para siempre es su misericordia!"
4 Digan, por favor, los que temen a Jehovah:
"¡Para siempre es su misericordia!"
5 A Jehovah invoqué desde la angustia,
y Jehovah me respondió poniéndome en lugar espacioso.
6 Jehovah está conmigo;
no temeré lo que me pueda hacer el hombre.
7 Jehovah está conmigo, con los que me ayudan.
Por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen.
8 Mejor es refugiarse en Jehovah
que confiar en el hombre.
9 Mejor es refugiarse en Jehovah
que confiar en los poderosos.
10 Todas las naciones me rodearon;
en el nombre de Jehovah yo las destruiré.
11 Me rodearon y me asediaron;
en el nombre de Jehovah yo las destruiré.
12 Me rodearon como abejas,
ardieron como fuego de espinos;
en el nombre de Jehovah yo las destruiré.
13 Fui empujado con violencia, para que cayese;
pero Jehovah me socorrió.
14 Jehovah es mi fortaleza y mi canción;
él es mi salvación.
15 ¡Voz de júbilo y de salvación
hay en las moradas de los justos!
¡La diestra de Jehovah hace proezas!
16 ¡La diestra de Jehovah está levantada en alto!
¡La diestra de Jehovah hace proezas!
17 No moriré, sino que viviré,
y contaré las obras de Jehovah.
18 Duramente me castigó Jehovah,
pero no me entregó a la muerte.
19 ¡Abridme las puertas de la justicia!
Entraré por ellas y daré gracias a Jehovah.
20 Esta es la puerta de Jehovah;
por ella entrarán los justos.
21 Te daré gracias,
porque me has respondido
y has sido mi salvación.
22 La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser la principal del ángulo.
23 De parte de Jehovah es esto;
es una maravilla a nuestros ojos.
24 Este es el día que hizo Jehovah;
nos gozaremos y nos alegraremos en él.
25 ¡Oh Jehovah, sálvanos, por favor!
¡Oh Jehovah, haznos prosperar!
26 ¡Bendito el que viene en el nombre de Jehovah!
Desde la casa de Jehovah os bendecimos.
27 Jehovah es Dios
y nos ha resplandecido.
Atad ramas festivas junto a los cuernos del altar.
28 Mi Dios eres tú; a ti te daré gracias.
Oh Dios mío, a ti te ensalzaré.
29 ¡Alabad a Jehovah, porque es bueno;
porque para siempre es su misericordia!
Elogio de la palabra de Dios
a Alef
119 1
Bienaventurados los íntegros de camino,
los que andan según la ley de Jehovah.
2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios
y con todo el corazón le buscan.
3 Pues no hacen iniquidad
los que andan en sus caminos.
4 Tú mandaste que tus ordenanzas
fuesen muy guardadas.
5 ¡Ojalá fuesen estables mis caminos
para guardar tus leyes!
6 Entonces yo no sería avergonzado
al observar todos tus mandamientos.
7 Te alabaré con rectitud de corazón,
cuando aprenda tus justos juicios.
8 Tus leyes guardaré;
no me abandones por completo.
b Bet
9 ¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.
10 Con todo mi corazón te he buscado;
no dejes que me desvíe de tus mandamientos.
11 En mi corazón he guardado tus dichos
para no pecar contra ti.
12 ¡Bendito seas tú, oh Jehovah!
Enséñame tus leyes.
13 Con mis labios he contado
todos los juicios de tu boca.
14 Me he gozado en el camino de tus testimonios
más que sobre toda riqueza.
15 En tus ordenanzas meditaré;
consideraré tus caminos.
16 Me deleitaré en tus estatutos;
no me olvidaré de tus palabras.
g Guímel
17 Haz bien a tu siervo,
para que viva y guarde tu palabra.
18 Abre mis ojos,
y miraré las maravillas de tu ley.
19 Peregrino soy yo en la tierra;
no encubras de mí tus mandamientos.
20 Se consume mi alma por anhelar
tus preceptos en todo tiempo.
21 Increpaste a los arrogantes;
malditos los que se desvían de tus mandamientos.
22 Aparta de mí el oprobio y el desprecio,
porque he guardado tus testimonios.
23 Aunque los gobernantes se sienten y hablen contra
mí,
tu siervo meditará en tus leyes.
24 Tus testimonios son mi delicia,
y también mis consejeros.
d Dálet
25 Mi alma está pegada al polvo;
vivifícame según tu palabra.
26 Mis caminos te declaré, y me respondiste;
enséñame tus leyes.
27 Hazme entender el camino de tus ordenanzas,
y meditaré en tus maravillas.
28 Mi alma llora de ansiedad;
sostenme conforme a tu palabra.
29 Aparta de mí el camino de engaño,
y enséñame tu ley.
30 He escogido el camino de la verdad;
he puesto tus juicios delante de mí.
31 Me he apegado a tus testimonios;
oh Jehovah, no me avergüences.
32 Por el camino de tus mandamientos correré,
porque das amplitud a mi corazón.
h Hei
33 Enséñame, oh Jehovah, el camino de tus leyes,
y lo guardaré hasta el fin.
34 Dame entendimiento, y guardaré
tu ley;
la observaré con todo el corazón.
35 Guíame por la senda de tus mandamientos,
porque en ella me deleito.
36 Inclina mi corazón a tus testimonios,
y no a las ganancias deshonestas.
37 Aparta mis ojos para que no vean la vanidad;
vivifícame en tu camino.
38 Cumple tu promesa
a tu siervo que te teme.
39 Aparta de mí el oprobio que me aterra,
porque buenos son tus juicios.
40 Mira cómo anhelo tus ordenanzas;
vivifícame en tu justicia.
w Vav
41 Venga a mí tu misericordia, oh Jehovah;
y tu salvación, conforme a tu promesa.
42 Entonces daré respuesta al que me afrenta,
porque en tu palabra he confiado.
43 En ningún momento quites de mi boca la palabra de
verdad,
porque en tu juicio tengo puesta mi esperanza.
44 Tu ley guardaré siempre,
para siempre jamás.
45 Andaré en libertad,
porque he buscado tus mandamientos.
46 Hablaré de tus testimonios delante de los reyes,
y no quedaré avergonzado.
47 Me deleitaré en tus mandamientos,
los cuales he amado.
48 Alzaré mis manos a tus mandamientos, los cuales he
amado,
y meditaré en tus leyes.
z Zayin
49 Acuérdate de la promesa dada a tu siervo,
en la cual me has hecho esperar.
50 Esto es mi consuelo en mi aflicción:
que tu palabra me ha vivificado.
51 Mucho se han burlado de mí los arrogantes,
pero yo no me he apartado de tu ley.
52 Oh Jehovah, me he acordado de tus juicios realizados
desde tiempos antiguos,
y he hallado consuelo.
53 La indignación se apoderó de mí,
a causa de los impíos que abandonan
tu ley.
54 Tus leyes han sido cánticos para mí
en el ámbito de mis peregrinaciones.
55 Oh Jehovah, en la noche me he acordado de tu nombre,
y he guardado tu ley.
56 Esto me ha acontecido
porque guardé tus mandamientos.
j Jet
57 Tú eres mi porción, oh Jehovah;
me he propuesto guardar tus palabras.
58 He implorado tu favor de todo corazón;
ten misericordia de mí según tu palabra.
59 Consideré mis caminos
y volví mis pies a tus testimonios.
60 Me apresuré, y no me retardé,
a guardar tus mandamientos.
61 Las cuerdas de los impíos me rodearon,
pero no me olvidé de tu ley.
62 A medianoche me levanto para darte gracias
por tus justos juicios.
63 Compañero soy yo de todos los que te temen
y guardan tus ordenanzas.
64 De tu misericordia está llena la tierra.
Oh Jehovah, enséñame tus leyes.
f Tet
65 Has hecho bien a tu siervo,
oh Jehovah, conforme a tu palabra.
66 Enséñame buen sentido y sabiduría,
porque tus mandamientos he creído.
67 Antes que fuera humillado, yo erraba;
pero ahora guardo tu palabra.
68 Tú eres bueno y bienhechor;
enséñame tus leyes.
69 Los soberbios forjaron engaño
contra mí,
pero yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.
70 El corazón de ellos se ha vuelto insensible como
sebo;
pero yo me he deleitado en tu ley.
71 Bueno me es haber sido afligido,
para que aprendiera tus leyes.
72 Mejor me es la ley que procede de tu boca
que miles de piezas de oro y plata.
y Yod
73 Tus manos me hicieron y me formaron;
hazme entender, para que yo aprenda tus mandamientos.
74 Los que te temen me verán y se alegrarán,
porque en tu palabra he puesto mi esperanza.
75 Conozco, oh Jehovah, que tus juicios son justos,
y que conforme a tu fidelidad me has afligido.
76 Que tu bondad me consuele,
conforme a lo que has prometido a tu siervo.
77 Llegue a mí tu misericordia para que yo viva,
porque tu ley es mi delicia.
78 Sean avergonzados los arrogantes,
porque con engaño me han agraviado.
Pero yo meditaré en tus preceptos.
79 Vuélvanse a mí los que te temen
y conocen tus testimonios.
80 Sea mi corazón íntegro en tus leyes,
para que no sea yo avergonzado.
k Kaf
81 Desfallece mi alma en espera de tu salvación;
en tu palabra he puesto mi esperanza.
82 Desfallecen mis ojos en espera de tu palabra,
diciendo: "¿Cuándo me consolarás?"
83 Aunque he sido como un odre en medio del humo,
no me he olvidado de tus leyes.
84 ¿Cuántos son los días de tu siervo?
¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?
85 Los arrogantes me han cavado fosas,
lo que no está de acuerdo con tu ley.
86 Todos tus mandamientos son fieles.
Con engaño me persiguen; ayúdame.
87 Casi me han eliminado de la tierra,
pero yo no he abandonado tus ordenanzas.
88 Vivifícame conforme a tu misericordia,
y guardaré los testimonios de tu boca.
l Lámed
89 Para siempre, oh Jehovah,
permanece tu palabra en los cielos.
90 Por generación y generación es tu fidelidad;
estableciste la tierra, y se mantiene firme.
91 Por tu mandato permanecen hasta hoy,
porque todos ellos son tus siervos.
92 Si tu ley no hubiese sido mi delicia,
ya habría perecido yo en mi aflicción.
93 Nunca jamás me olvidaré de tus ordenanzas,
porque con ellas me has vivificado.
94 Tuyo soy; sálvame,
porque he buscado tus ordenanzas.
95 Los impíos me han esperado para destruirme,
pero yo estoy atento a tus testimonios.
96 A todo lo perfecto le veo límite,
pero tu mandamiento es sobremanera amplio.
m Mem
97 ¡Cuánto amo tu ley!
Todo el día ella es mi meditación.
98 Por tus mandamientos me has hecho más sabio que mis
enemigos,
porque para siempre son míos.
99 He comprendido más que todos mis instructores,
porque tus testimonios son mi meditación.
100 He entendido más que los ancianos,
porque he guardado tus ordenanzas.
101 De todo mal camino contuve mis pies,
para guardar tu palabra.
102 No me aparté de tus juicios,
porque tú me has enseñado.
103 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras,
más que la miel en mi boca!
104 De tus ordenanzas adquiero inteligencia;
por eso aborrezco todo camino de mentira.
n Nun
105 Lámpara es a mis pies tu palabra,
y lumbrera a mi camino.
106 He jurado guardar tus justos juicios,
y lo he de cumplir.
107 Oh Jehovah, afligido estoy en gran manera;
vivifícame conforme a tu palabra.
108 Sean agradables a ti, oh Jehovah, las ofrendas de
mi boca;
y enséñame tus juicios.
109 De continuo está mi vida en peligro,
pero no me olvido de tu ley.
110 Los impíos me pusieron trampa,
pero no me desvié de tus ordenanzas.
111 Tus testimonios son mi heredad para siempre,
porque ellos son el gozo de mi corazón.
112 He inclinado mi corazón a poner por obra tus leyes,
de continuo y hasta el fin.
s Sámej
113 Aborrezco a los de doble ánimo,
pero amo tu ley.
114 Mi refugio y mi escudo eres tú;
en tu palabra he puesto mi esperanza.
115 Apartaos de mí, malhechores,
pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.
116 Susténtame conforme a tu palabra, y viviré;
no me avergüences con respecto a mi esperanza.
117 Sostenme, y seré salvo;
siempre me deleitaré en tus leyes.
118 Desprecias a todos los que se desvían de tus leyes.
pues su astucia es un engaño.
119 Hiciste que todos los impíos de la tierra fueran
consumidos como escoria;
por tanto, he amado tus testimonios.
120 Mi cuerpo se estremece por temor
de ti,
y tengo reverencia por tus juicios.
[ Ayin
121 El derecho y la justicia he practicado;
no me abandones ante mis opresores.
122 Sé fiador de tu siervo para bien;
no me hagan violencia los orgullosos.
123 Mis ojos desfallecen por tu salvación
y por tu justa promesa.
124 Haz con tu siervo según tu misericordia
y enséñame tus leyes.
125 Yo soy tu siervo; dame entendimiento,
para que conozca tus testimonios.
126 Ya es hora de actuar, oh Jehovah,
porque han violado tu ley.
127 Por eso amo tus mandamientos
más que el oro, más que el oro puro.
128 Por eso he guardado todas tus ordenanzas;
aborrezco todo camino de mentira.
p Pe
129 Maravillosos son tus testimonios;
por eso los guarda mi alma.
130 La exposición de tu palabra alumbra;
hace entender a los ingenuos.
131 Mi boca abrí y suspiré,
porque anhelaba tus mandamientos.
132 Vuélvete a mí y ten misericordia de mí,
como acostumbras con los que aman tu nombre.
133 Afirma mis pasos con tu palabra;
que ninguna iniquidad se enseñoree
de mí.
134 Rescátame de la violencia de los hombres,
y guardaré tus mandamientos.
135 Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo
y enséñame tus leyes.
136 Ríos de agua corren de mis ojos,
porque ellos no guardan tu ley.
x Tsade
137 Justo eres tú, oh Jehovah,
y rectos son tus juicios.
138 Has ordenado tus testimonios
en justicia y en completa fidelidad.
139 Mi celo me ha consumido,
porque mis enemigos olvidan tus palabras.
140 Sumamente pura es tu palabra;
tu siervo la ama.
141 Aunque soy pequeño y despreciado,
no me he olvidado de tus ordenanzas.
142 Tu justicia es justicia eterna,
y tu ley es la verdad.
143 Aflicción y angustia me han alcanzado,
pero tus mandamientos han sido mi delicia.
144 Justicia eterna son tus testimonios;
dame entendimiento, para que viva.
q Qof
145 Clamo con todo mi corazón:
Respóndeme, oh Jehovah,
y guardaré tus leyes.
146 A ti clamo; sálvame,
y guardaré tus testimonios.
147 Me anticipo al alba e imploro;
tu palabra es lo que espero.
148 Mis ojos se adelantaron a las vigilias de la noche,
para meditar en tus palabras.
149 Oye mi voz conforme a tu misericordia;
oh Jehovah, vivifícame conforme a tu justicia.
150 Se acercan con maldad los que me persiguen;
están lejos de tu ley.
151 Cercano estás tú, oh Jehovah;
todos tus mandamientos son verdad.
152 Hace mucho que he conocido tus testimonios,
los cuales estableciste para siempre.
r Resh
153 Mira mi aflicción y líbrame,
porque no me he olvidado de tu ley.
154 Aboga mi causa y redímeme;
vivifícame conforme a tu palabra.
155 Lejos está de los impíos la salvación,
porque no buscan tus leyes.
156 Grande es tu misericordia, oh Jehovah;
vivifícame conforme a tu justicia.
157 Muchos son mis perseguidores y mis enemigos,
pero de tus testimonios no me he apartado.
158 Veía a los traidores y me disgustaba,
porque no guardaban tu palabra.
159 Mira, oh Jehovah, cómo amo tus ordenanzas;
vivifícame conforme a tu misericordia.
160 La suma de tu palabra es verdad;
eternos son todos tus justos juicios.
` Shin
161 Príncipes me han perseguido sin causa,
pero mi corazón tuvo temor de tus palabras.
162 Yo me gozo en tu palabra,
como el que halla abundante botín.
163 La mentira aborrezco y abomino,
pero amo tu ley.
164 Siete veces al día te alabo
por tus justos decretos.
165 Mucha paz tienen los que aman
tu ley,
y no hay para ellos tropiezo.
166 Tu salvación he esperado, oh Jehovah,
y tus mandamientos he puesto por obra.
167 Mi alma ha guardado tus testimonios,
y los he amado en gran manera.
168 He guardado tus ordenanzas y tus testimonios;
todos mis caminos están delante de ti.
t Tav
169 Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehovah;
dame entendimiento conforme a tu palabra.
170 Llegue mi súplica delante de ti;
líbrame conforme a tu dicho.
171 Mis labios rebosarán de alabanza,
cuando me enseñes tus estatutos.
172 Cante mi lengua tu palabra,
porque todos tus mandamientos son justicia.
173 Venga tu mano a socorrerme,
porque tus ordenanzas he escogido.
174 Anhelo tu salvación, oh Jehovah,
y tu ley es mi delicia.
175 ¡Que viva mi alma y te alabe,
y que tus juicios me ayuden!
176 He andado errante como oveja extraviada;
busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos.
Protección contra la lengua engañosa
120
(Canto de ascenso gradual)
1 A Jehovah llamé estando en mi angustia,
y él me respondió.
2 Libra mi alma, oh Jehovah,
de los labios mentirosos
y de la lengua fraudulenta.
3 ¿Qué se te dará, o qué te aprovechará,
oh lengua engañosa?
4 ¡Afiladas flechas de guerrero
con brasas de retama!
5 ¡Ay de mí, que soy peregrino en Mesec,
y habito en las tiendas de Quedar!
6 Mucho tiempo ha habitado sola mi alma
con los que aborrecen la paz.
7 Yo soy pacífico; pero cuando hablo,
ellos me hacen la guerra.
Jehovah guarda a su pueblo
121
(Canto de ascenso gradual)
1 Alzaré mis ojos a los montes:
¿De dónde vendrá mi socorro?
2 Mi socorro viene de Jehovah,
que hizo los cielos y la tierra.
3 No permitirá que resbale tu pie,
ni se adormecerá el que te guarda.
4 He aquí, no se adormecerá ni se dormirá
el que guarda a Israel.
5 Jehovah es tu protector;
Jehovah es tu sombra a tu mano derecha.
6 El sol no te herirá de día,
ni la luna de noche.
7 Jehovah te guardará de todo mal;
él guardará tu vida.
8 Jehovah guardará tu salida y tu entrada,
desde ahora y para siempre.
Oración por la paz de Jerusalén
122
(Canto de ascenso gradual. De
David)
1 Yo me alegré con los que me decían:
"¡Vayamos a la casa de Jehovah!"
2 Ya se posan nuestros pies
ante tus puertas, oh Jerusalén.
3 ¡Oh Jerusalén, que ha sido edificada
como una ciudad toda compacta!
4 Allá suben las tribus,
las tribus de Jehovah,
las congregaciones de Israel,
para alabar el nombre de Jehovah.
5 Porque allá están los tronos para el juicio,
los tronos de la casa de David.
6 Pedid por la paz de Jerusalén:
"Vivan tranquilos los que te aman.
7 Haya paz dentro de tus murallas
y tranquilidad en tus palacios."
8 Por causa de mis hermanos y de mis amigos,
diré yo: "Haya paz en ti."
9 Por causa de la casa de Jehovah nuestro Dios,
imploraré por tu bien.
Plegaria por la compasión divina
123
(Canto de ascenso gradual)
1 A ti, que habitas en los cielos,
levanto mis ojos.
2 He aquí, como los ojos de los siervos
miran la mano de sus amos,
y como los ojos de la sierva
miran la mano de su ama,
así nuestros ojos miran a Jehovah, nuestro Dios,
hasta que tenga compasión de nosotros.
3 Ten compasión de nosotros, oh Jehovah;
ten compasión de nosotros,
porque estamos hastiados del desprecio.
4 Nuestra alma está sumamente hastiada
de la burla de los que están en holgura,
y del desprecio de los orgullosos opresores.
Gratitud por las pruebas superadas
124
(Canto de ascenso gradual. De
David)
1 "Si Jehovah no hubiera estado por nosotros",
dígalo, por favor, Israel,
2 "si Jehovah no hubiera estado por nosotros
cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
3 entonces nos habrían tragado vivos,
cuando se encendió su furor contra nosotros;
4 entonces las aguas nos habrían inundado;
el torrente habría pasado sobre nosotros;
5 entonces las aguas tumultuosas
habrían pasado sobre nosotros."
6 Bendito sea Jehovah,
que no nos entregó como presa a los dientes de ellos.
7 Nuestra alma escapó como un pájaro
de la trampa de los cazadores.
Se rompió la trampa, y nosotros escapamos.
8 Nuestro socorro está en el nombre de Jehovah,
que hizo los cielos y la tierra.
Jehovah está alrededor de su pueblo
125
(Canto de ascenso gradual)
1 Los que confían en Jehovah
son como el monte Sion que no se derrumba,
sino que está firme para siempre.
2 Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella,
así Jehovah está alrededor de su pueblo,
desde ahora y para siempre.
3 Porque el cetro de la impiedad
no reposará sobre la posesión de los justos,
no sea que los justos extiendan sus manos a la iniquidad.
4 Haz bien, oh Jehovah, a los buenos,
a los que son rectos de corazón.
5 Pero a los que se apartan tras sus torcidos caminos,
Jehovah los llevará junto con los que obran iniquidad.
¡Sea la paz sobre Israel!
El retorno a Sion
126
(Canto de ascenso gradual)
1 Cuando Jehovah restauró de la cautividad a Sion,
nos parecía que soñábamos.
2 Entonces nuestra boca se llenó de risa;
y nuestra lengua, de cantos de alegría.
Entonces decían entre las naciones:
"Grandes cosas ha hecho Jehovah con éstos."
3 ¡Grandes cosas ha hecho Jehovah con nosotros!
Estamos alegres.
4 Restáuranos, oh Jehovah, de la cautividad,
como los arroyos en el Néguev.
5 Los que siembran con lágrimas,
con regocijo segarán.
6 El que va llorando,
llevando la bolsa de semilla,
volverá con regocijo,
trayendo sus gavillas.
Todo depende de Dios
127
(Canto de ascenso gradual. De
Salomón)
1 Si Jehovah no edifica la casa,
en vano trabajan los que la edifican.
Si Jehovah no guarda la ciudad,
en vano vigila el guardia.
2 En vano os levantáis de madrugada
y os vais tarde a reposar,
comiendo el pan con dolor;
porque a su amado dará Dios el sueño.
3 He aquí, heredad de Jehovah son los hijos;
recompensa es el fruto del vientre.
4 Como flechas en la mano del valiente,
así son los hijos que se tienen en la juventud.
5 Bienaventurado el hombre
que llena de ellos su aljaba.
No se avergonzarán aunque hablen con los enemigos en el tribunal.
Bendición del que teme a Dios
128
(Canto de ascenso gradual)
1 Bienaventurado todo aquel que teme a Jehovah
y anda en sus caminos:
2 Cuando comas del trabajo de tus manos,
serás feliz, y te irá bien.
3 Tu mujer será como una vid
que lleva fruto a los lados de tu casa;
tus hijos serán como brotes de olivo
alrededor de tu mesa.
4 Así será bendecido el hombre que teme a Jehovah.
5 ¡Jehovah te bendiga desde Sion!
Que veas el bien de Jerusalén
todos los días de tu vida.
6 Que veas a los hijos de tus hijos.
¡La paz sea sobre Israel!
Súplica contra los opresores de Sion
129
(Canto de ascenso gradual)
1 "Mucho me han angustiado desde mi juventud";
dígalo, por favor, Israel,
2 "mucho me han angustiado desde mi juventud,
pero no han prevalecido contra mí.
3 Los aradores araron sobre mis espaldas;
hicieron largos sus surcos.
4 Pero Jehovah es justo;
cortó las cuerdas de los impíos."
5 Sean avergonzados y vueltos atrás
todos los que aborrecen a Sion.
6 Sean como la hierba sobre los techos,
que se seca antes que crezca.
7 De ella no llena su mano el segador,
ni su regazo el que hace gavillas.
8 Tampoco dicen los que pasan:
"La bendición de Jehovah sea sobre vosotros;
os bendecimos en el nombre de Jehovah."
Esperanza en la redención divina
130
(Canto de ascenso gradual)
1 De lo profundo de mi ser
clamo a ti, oh Jehovah.
2 Señor, escucha mi voz;
estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.
3 Oh Jehovah, si tienes presente los pecados,
¿quién podrá, oh Señor, mantenerse en pie?
4 Pero en ti hay perdón,
para que seas reverenciado.
5 Yo espero en Jehovah; mi alma espera.
En su palabra he puesto mi esperanza.
6 Mi alma espera a Jehovah
más que los centinelas a la mañana;
sí, más que los centinelas a la mañana.
7 Oh Israel, pon tu esperanza en Jehovah,
porque en Jehovah hay misericordia,
y en él hay abundante redención.
8 El redimirá a Israel
de todos sus pecados.
Esperanza y dependencia en Dios
131
(Canto de ascenso gradual. De
David)
1 Oh Jehovah, no se ha envanecido mi corazón,
ni mis ojos se han enaltecido,
ni he andado en pos de grandezas,
ni de cosas demasiado sublimes para mí.
2 Más bien, he sosegado y acallado mi alma,
como un niño destetado al lado de su madre.
Como un niño destetado está mi alma dentro de mí.
3 Espera, oh Israel, en Jehovah,
desde ahora y para siempre.
Sion, la morada elegida
132
(Canto de ascenso gradual)
1 Acuérdate, oh Jehovah,
de David y de toda su aflicción,
2 de cómo juró a Jehovah
y prometió al Fuerte de Jacob, diciendo:
3 "No entraré en mi morada,
ni subiré a mi cama.
4 No daré sueño a mis ojos,
ni a mis párpados sopor,
5 hasta que halle un lugar para Jehovah,
una morada para el Fuerte de Jacob."
6 He aquí, en Efrata oímos de ella,
y la encontramos en los campos de Yaar:
7 "Entremos en su tabernáculo;
postrémonos ante el estrado de sus pies."
8 Levántate, oh Jehovah;
ven al lugar de tu reposo;
tú y el arca de tu poder.
9 Tus sacerdotes sean revestidos de justicia,
y tus fieles canten de júbilo.
10 Por causa de tu siervo David,
no rechaces el rostro de tu ungido.
11 Con verdad juró Jehovah a David,
y no se apartará de ello:
"Del fruto de tu cuerpo
pondré sobre tu trono.
12 Si tus hijos guardan mi pacto
y este testimonio que yo les enseño,
sus hijos también se sentarán
en tu trono para siempre."
13 Porque Jehovah ha elegido a Sion
y la ha deseado como morada suya:
14 "Este es mi lugar de reposo para siempre.
Aquí habitaré, porque lo he deseado.
15 Lo bendeciré con abundante provisión;
a sus necesitados saciaré de pan.
16 Asimismo, vestiré de salvación a sus sacerdotes,
y sus fieles darán voces de júbilo.
17 Allí haré surgir el poderío de David;
he preparado una lámpara para mi ungido.
18 A sus enemigos vestiré de vergüenza,
pero sobre él resplandecerá su corona."
La dulce armonía fraternal
133
(Canto de ascenso gradual. De
David)
1 ¡He aquí, cuán bueno y cuán agradable
es que los hermanos habiten
juntos en armonía!
2 Es como el buen aceite sobre la cabeza,
el cual desciende sobre la barba,
la barba de Aarón,
y baja hasta el borde de sus vestiduras.
3 Es como el rocío del Hermón
que desciende sobre los montes de Sion;
porque allá enviará Jehovah
bendición y vida eterna.
La alabanza nocturna en el templo
134
(Canto de ascenso gradual)
1 He aquí, bendecid a Jehovah,
vosotros, todos los siervos de Jehovah,
que estáis en la casa de Jehovah por las noches.
2 Alzad vuestras manos hacia el santuario
y bendecid a Jehovah.
3 Jehovah, que hizo los cielos y la tierra,
te bendiga desde Sion.
Los grandes hechos de Dios
135 1 ¡Aleluya!
¡Alabad el nombre de Jehovah!
Alabadle, oh siervos de Jehovah,
2 vosotros que estáis en la casa de Jehovah,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
3 Alabad a Jehovah, porque Jehovah es bueno;
cantad salmos a su nombre, porque es agradable.
4 Porque Jehovah ha escogido a Jacob para sí,
a Israel como su especial tesoro.
5 Porque yo sé que grande es Jehovah;
nuestro Señor es más que todos los dioses.
6 Jehovah ha hecho todo lo que ha querido
en los cielos y en la tierra,
en los mares y en todos los océanos.
7 El hace subir la neblina desde los extremos de la
tierra.
Hace los relámpagos para la lluvia
y saca el viento de sus depósitos.
8 El es quien hirió a los primogénitos de Egipto,
tanto del hombre como del animal.
9 El envió señales y prodigios en medio de ti, oh
Egipto;
sobre el faraón y sobre todos sus servidores.
10 El derrotó a muchas naciones
y dio muerte a reyes poderosos:
11 a Sejón, rey de los amorreos,
a Og, rey de Basán,
y a todos los reinos de Canaán.
12 El dio la tierra de ellos en heredad,
en heredad a Israel su pueblo.
13 Oh Jehovah, eterno es tu nombre;
tu memoria, oh Jehovah, de generación en generación.
14 Ciertamente Jehovah juzgará a su pueblo,
y tendrá misericordia de sus siervos.
15 Los ídolos de las naciones son de plata y oro,
obra de manos de hombres.
16 Tienen boca, pero no hablan;
tienen ojos, pero no ven;
17 tienen orejas, pero no oyen;
tampoco hay aliento en sus bocas.
18 Como ellos, son los que los hacen
y todos los que en ellos confían.
19 ¡Oh casa de Israel, bendecid a Jehovah!
¡Oh casa de Aarón, bendecid a Jehovah!
20 ¡Oh casa de Leví, bendecid a Jehovah!
¡Los que teméis a Jehovah, bendecid a Jehovah!
21 ¡Bendito sea Jehovah desde Sion!
¡El mora en Jerusalén! ¡Aleluya!
Salmo de alabanza antifonal
136 1 Alabad a
Jehovah, porque es bueno:
¡Porque para siempre es su misericordia!
2 Alabad al Dios de dioses:
¡Porque para siempre es su misericordia!
3 Alabad al Señor de señores:
¡Porque para siempre es su misericordia!
4 Al único que hace grandes maravillas:
¡Porque para siempre es su misericordia!
5 Al que con entendimiento hizo los cielos:
¡Porque para siempre es su misericordia!
6 Al que extendió la tierra sobre las aguas:
¡Porque para siempre es su misericordia!
7 Al que hizo los grandes astros luminosos:
¡Porque para siempre es su misericordia!
8 El sol para que domine en el día:
¡Porque para siempre es su misericordia!
9 La luna y las estrellas para que dominen en la noche:
¡Porque para siempre es su misericordia!
10 Al que golpeó a Egipto en sus primogénitos:
¡Porque para siempre es su misericordia!
11 Al que sacó a Israel de en medio de ellos:
¡Porque para siempre es su misericordia!
12 Con mano fuerte y brazo extendido:
¡Porque para siempre es su misericordia!
13 Al que dividió el mar Rojo en dos partes:
¡Porque para siempre es su misericordia!
14 E hizo pasar a Israel por medio de él:
¡Porque para siempre es su misericordia!
15 Arrojó al faraón y a su ejército en el mar Rojo:
¡Porque para siempre es su misericordia!
16 Al que encaminó a su pueblo por el desierto:
¡Porque para siempre es su misericordia!
17 Al que derrotó a grandes reyes:
¡Porque para siempre es su misericordia!
18 Y dio muerte a reyes poderosos:
¡Porque para siempre es su misericordia!
19 A Sejón, el rey amorreo:
¡Porque para siempre es su misericordia!
20 Y a Og, el rey de Basán:
¡Porque para siempre es su misericordia!
21 Y dio la tierra de ellos en heredad:
¡Porque para siempre es su misericordia!
22 En heredad a Israel su siervo:
¡Porque para siempre es su misericordia!
23 En nuestra humillación se acordó de nosotros:
¡Porque para siempre es su misericordia!
24 Y nos rescató de nuestros enemigos:
¡Porque para siempre es su misericordia!
25 El da alimento a toda criatura:
¡Porque para siempre es su misericordia!
26 Alabad al Dios de los cielos:
¡Porque para siempre es su misericordia!
Nostalgia por Jerusalén
137 1 Junto a
los ríos de Babilonia
nos sentábamos y llorábamos,
acordándonos de Sion.
2 Sobre los sauces en medio de ella,
colgábamos nuestras liras.
3 Los que allá nos habían llevado cautivos nos pedían
cantares;
los que nos habían hecho llorar
nos pedían alegría, diciendo:
"Cantadnos algunos de los cánticos de Sion."
4 ¿Cómo cantaremos las canciones de Jehovah en tierra de
extraños?
5 Si me olvido de ti, oh Jerusalén,
que mi mano derecha olvide su destreza.
6 Mi lengua se pegue a mi paladar,
si no me acuerdo de ti,
si no ensalzo a Jerusalén
como principal motivo de mi alegría.
7 Acuérdate, oh Jehovah,
de los hijos de Edom,
que en el día de Jerusalén decían:
"¡Arrasadla!
¡Arrasadla hasta los cimientos!"
8 Oh hija de Babilonia, la despojadora:
¡Bienaventurado el que te dé la paga
por lo que tú nos hiciste!
9 ¡Bienaventurado el que tome a tus pequeños
y los estrelle contra la roca!
Gratitud por el favor de Dios
138
(Salmo de David)
1 Te doy gracias con todo mi corazón;
delante de los dioses te cantaré salmos.
2 Me postro hacia tu santo templo
y doy gracias a tu nombre
por tu misericordia y tu verdad,
porque has engrandecido tu nombre
y tu palabra sobre todas las cosas.
3 El día que clamé, me respondiste;
mucho valor infundiste a mi alma.
4 Oh Jehovah, todos los reyes de la tierra te alabarán,
cuando escuchen los dichos de tu boca.
5 Cantarán acerca de los caminos de Jehovah,
pues grande es la gloria de Jehovah.
6 Aunque Jehovah es sublime,
mira al humilde;
pero al altivo lo reconoce de lejos.
7 Aunque yo camine en medio de la angustia,
tú me preservarás la vida.
Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano,
y me salvará tu diestra.
8 Jehovah cumplirá su propósito en mí.
Oh Jehovah, tu misericordia es para siempre;
no desampares la obra de tus manos.
Omnipresencia y omnisciencia de Dios
139
(Al músico principal. Salmo de
David)
1 Oh Jehovah, tú me has examinado y conocido.
2 Tú conoces cuando me siento y cuando me levanto;
desde lejos entiendes mi pensamiento.
3 Mi caminar y mi acostarme has considerado;
todos mis caminos te son conocidos.
4 Pues aún no está la palabra en mi lengua,
y tú, oh Jehovah, ya la sabes toda.
5 Detrás y delante me rodeas
y sobre mí pones tu mano.
6 Tal conocimiento me es maravilloso;
tan alto que no lo puedo alcanzar.
7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿A dónde huiré de tu presencia?
8 Si subo a los cielos, allí estás tú;
si en el Seol hago mi cama, allí tú estás.
9 Si tomo las alas del alba
y habito en el extremo del mar,
10 aun allí me guiará tu mano,
y me asirá tu diestra.
11 Si digo: "Ciertamente, las tinieblas me encubrirán,
y se hará noche la luz que me rodea",
12 aun las tinieblas no encubren de ti,
y la noche resplandece como el día.
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
13 Porque tú formaste mis entrañas;
me entretejiste en el vientre de mi madre.
14 Te doy gracias, porque has hecho maravillas.
Maravillosas son tus obras,
y mi alma lo sabe muy bien.
15 No fueron encubiertos de ti mis huesos,
a pesar de que fui hecho en lo oculto
y entretejido en lo profundo de la tierra.
16 Tus ojos vieron mi embrión,
y en tu libro estaba escrito todo aquello
que a su tiempo fue formado,
sin faltar nada de ello.
17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!
¡Cuán grande es la suma de ellos!
18 Si los enumerara, serían más que la arena.
Despierto, y aún estoy contigo.
19 ¡Oh Dios, si dieras muerte al impío,
de modo que los sanguinarios se apartaran de mí!
20 Porque contra ti urden planes;
se rebelan en vano contra ti.
21 ¿Acaso no aborrezco, oh Jehovah, a los que te
aborrecen
y contiendo contra los que se levantan contra ti?
22 Los aborrezco por completo;
los tengo por enemigos.
23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis pensamientos.
24 Ve si hay en mí camino de perversidad
y guíame por el camino eterno.
Súplica por la protección divina
140
(Al músico principal. Salmo de
David)
1 Líbrame, oh Jehovah, del hombre malo;
guárdame del hombre violento.
2 Ellos maquinan males en su corazón,
y cada día entablan contiendas.
3 Agudizan sus lenguas como una serpiente;
veneno de víbora hay debajo de sus labios. (Selah)
4 Guárdame, oh Jehovah, de manos del impío;
protégeme del hombre violento,
quienes han planeado trastornar mis pasos.
5 Los arrogantes me han escondido trampa y cuerdas;
han tendido red junto a la senda
y me han puesto lazos. (Selah)
6 Dije a Jehovah: "¡Tú eres mi Dios!"
Escucha, oh Jehovah, la voz de mis ruegos.
7 Oh Jehovah, oh Señor, fortaleza de mi salvación,
tú cubres mi cabeza en el día de la batalla.
8 Oh Jehovah, no concedas al impío sus deseos;
ni saques adelante sus planes,
no sea que se enorgullezca. (Selah)
9 En cuanto a los que me rodean,
la maldad de sus propios labios cubrirá sus cabezas.
10 Sobre ellos caerán brasas ardientes.
Dios les hará caer en el fuego,
en profundos hoyos de donde no podrán salir.
11 El hombre suelto de lengua no será firme en la
tierra;
al hombre violento el mal le perseguirá a empujones.
12 Yo sé que Jehovah amparará la causa del pobre
y el derecho de los necesitados.
13 Ciertamente los justos darán gracias a tu nombre;
los rectos morarán en tu presencia.
Oración ante la seducción del mal
141
(Salmo de David)
1 Oh Jehovah, a ti clamo;
acude pronto a mí.
Escucha mi voz cuando te invoco.
2 Sea constante mi oración delante de ti, como el
incienso;
mis manos alzadas,
como el sacrificio del atardecer.
3 Pon, oh Jehovah, guardia a mi boca;
guarda la puerta de mis labios.
4 No dejes que mi corazón se incline a cosa mala,
para hacer obras perversas
con los hombres que obran iniquidad.
No coma yo de sus manjares.
5 Que el justo me castigue y me reprenda será un favor.
Pero que el aceite del impío no embellezca mi cabeza,
pues mi oración será continuamente contra sus maldades.
6 Sean derribados sus jueces en lugares peñascosos,
y oigan mis palabras, que son agradables.
7 Como cuando se ara y se rompe la tierra,
así son esparcidos nuestros huesos en la boca del Seol.
8 Por eso, oh Señor Jehovah,
hacia ti miran mis ojos.
En ti me refugio; no expongas mi vida.
9 Guárdame de los lazos que me han tendido,
y de las trampas de los que obran iniquidad.
10 Caigan juntos los impíos en sus propias redes,
mientras yo paso a salvo.
Oración de un hombre afligido
142
(Masquil de David. Su oración
cuando estaba en la cueva)
1 Con mi voz clamo a Jehovah;
con mi voz pido a Jehovah misericordia.
2 Delante de él derramo mi lamento;
delante de él expreso mi angustia.
3 Cuando mi espíritu está desmayado dentro de mí,
tú conoces mi senda.
En el camino en que he de andar
han escondido una trampa para mí.
4 Miro a la derecha y observo,
y no hay quien me reconozca.
No tengo refugio;
no hay quien se preocupe por mi vida.
5 A ti clamo, oh Jehovah.
Digo: "Tú eres mi refugio
y mi porción en la tierra de los vivientes."
6 Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido;
líbrame de los que me persiguen,
porque son más fuertes que yo.
7 Saca mi alma de la prisión,
para que alabe tu nombre.
Los justos me rodearán,
porque me colmarás de bien.
Oración por liberación y dirección
143
(Salmo de David)
1 Oh Jehovah, escucha mi oración;
atiende mis ruegos.
Respóndeme por tu fidelidad,
por tu justicia.
2 No entres en juicio con tu siervo,
porque no se justificará delante de ti ningún viviente.
3 Porque el enemigo ha perseguido mi alma;
ha postrado en tierra mi vida,
me ha hecho habitar en lugares tenebrosos
como los muertos de antaño.
4 Mi espíritu desmaya dentro de mí;
mi corazón queda asombrado.
5 Me acuerdo de los días de antaño,
medito en todos tus hechos
y reflexiono en las obras de tus manos.
6 Extiendo mis manos hacia ti;
mi alma te anhela como la tierra sedienta. (Selah)
7 Respóndeme pronto, oh Jehovah,
porque mi espíritu desfallece.
No escondas de mí tu rostro,
para que no sea yo como los que descienden a la fosa.
8 Hazme oír por la mañana tu misericordia,
porque en ti confío.
Hazme conocer el camino en que he de andar,
porque hacia ti levanto mi alma.
9 Líbrame de mis enemigos, oh Jehovah,
porque en ti me refugio.
10 Enséñame a hacer tu voluntad,
porque tú eres mi Dios;
tu buen Espíritu me guíe a tierra de rectitud.
11 Vivifícame, oh Jehovah, por amor de tu nombre;
por tu justicia saca mi alma de la angustia.
12 Por tu misericordia silencia a mis enemigos;
destruye a todos los adversarios de mi alma,
porque yo soy tu siervo.
Oración por victoria y prosperidad
144
(Salmo de David)
1 Bendito sea Jehovah, mi roca,
quien adiestra mis manos para la batalla
y mis dedos para la guerra.
2 Misericordia mía y castillo mío;
mi refugio y mi libertador;
mi escudo, en quien he confiado;
el que sujeta los pueblos debajo de mí.
3 Oh Jehovah, ¿qué es el hombre para que pienses en él?
¿Qué es el hijo del hombre para que lo estimes?
4 El hombre es semejante a un soplo;
sus días son como la sombra que pasa.
5 Oh Jehovah, inclina tus cielos y desciende;
toca las montañas, y humeen.
6 Despide relámpagos y dispérsalos;
envía flechas y túrbalos.
7 Extiende tu mano desde lo alto,
líbrame y rescátame de las aguas caudalosas,
de la mano de los hombres extranjeros,
8 cuya boca habla vanidad
y cuya derecha es mano de mentira.
9 Oh Dios, a ti cantaré un cántico nuevo;
te cantaré con arpa de diez cuerdas.
10 Tú eres el que da victoria a los reyes,
el que rescata a su siervo David de la maligna espada.
11 Rescátame y líbrame
de la mano de los hombres extranjeros
cuya boca habla vanidad
y cuya derecha es mano de mentira.
12 Nuestros hijos sean como plantas crecidas en su juventud,
y nuestras hijas como columnas labradas de las esquinas de un
palacio.
13 Nuestros graneros estén llenos,
proveyendo toda clase de grano;
nuestros rebaños se multipliquen en nuestros campos
por millares y decenas de millares,
14 y nuestras vacas estén cargadas de crías.
¡Que no haya muerte ni aborto,
ni gemido en nuestras plazas!
15 Bienaventurado el pueblo al cual así le sucede.
¡Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehovah!
Alabanza a Jehovah el Rey
145
(Salmo de alabanza. De David)
1 Te exaltaré, mi Dios, el Rey,
y bendeciré tu nombre
eternamente y para siempre.
2 Cada día te bendeciré,
y alabaré tu nombre
eternamente y para siempre.
3 Grande es Jehovah
y digno de suprema alabanza.
Su grandeza es inescrutable.
4 Una generación celebrará tus obras ante otra generación,
y anunciará tus poderosos hechos.
5 Hablarán del esplendor de tu gloriosa majestad,
y meditaré en tus maravillas.
6 Hablarán de la fuerza de tus portentos,
y contaré de tu grandeza.
7 Manifestarán el recuerdo de tu inmensa bondad
y cantarán tu justicia.
8 Clemente y compasivo es Jehovah,
lento para la ira y grande en misericordia.
9 Bueno es Jehovah para con todos,
y su misericordia está en todas sus obras.
10 Todas tus obras, oh Jehovah, te alabarán;
y tus fieles te bendecirán.
11 Hablarán de la gloria
de tu reino y de tu poder,
12 para anunciar tus proezas a los hijos del hombre;
y la gloria del majestuoso esplendor de tu reino.
13 Tu reino es reino de todos los siglos,
y tu dominio es de generación en generación.
14 Jehovah sostiene a todos los que caen
y levanta a todos los que han sido doblegados.
15 Los ojos de todos tienen su esperanza puesta en ti,
y tú les das su comida a su debido tiempo.
16 Abres tu mano y satisfaces
el deseo de todo ser viviente.
17 Justo es Jehovah en todos sus caminos
y bondadoso en todas sus obras.
18 Cercano está Jehovah a todos los que le invocan,
a todos los que le invocan de verdad.
19 Cumplirá el deseo de los que le temen.
Asimismo, oirá el clamor de ellos y los salvará.
20 Jehovah guarda a todos los que le aman,
pero destruirá a todos los impíos.
21 Mi boca expresará la alabanza de Jehovah:
¡Bendiga todo mortal su santo nombre,
eternamente y para siempre!
Alabanzas al Rey libertador
146 1 ¡Aleluya!
¡Alaba, oh alma mía, a Jehovah!
2 Alabaré a Jehovah en mi vida;
a mi Dios cantaré salmos mientras viva.
3 No confiéis en príncipes ni en hijo de hombre,
porque no hay en él liberación.
4 Su espíritu ha de salir,
y él volverá al polvo.
En aquel día perecerán sus pensamientos.
5 Bienaventurado aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob,
cuya esperanza está puesta en Jehovah su Dios;
6 quien hizo los cielos, la tierra, el mar
y todo lo que en ellos hay;
quien guarda la verdad para siempre;
7 quien hace justicia a los oprimidos
y da pan a los hambrientos.
Jehovah suelta a los prisioneros;
8 Jehovah abre los ojos a los ciegos;
Jehovah levanta a los que han sido doblegados;
Jehovah ama a los justos.
9 Jehovah guarda a los forasteros;
sostiene al huérfano y a la viuda,
pero trastorna el camino de los impíos.
10 Jehovah reinará para siempre;
tu Dios, oh Sion, de generación en generación. ¡Aleluya!
Alabanza al Dios providente
147 1 ¡Aleluya!
Ciertamente es bueno cantar salmos a nuestro Dios;
ciertamente es agradable y bella la alabanza.
2 Jehovah edifica a Jerusalén
y reúne a los dispersados de Israel.
3 Sana a los quebrantados de corazón
y venda sus heridas.
4 Cuenta el número de las estrellas;
a todas ellas llama por sus nombres.
5 Grande es el Señor nuestro,
y de mucho poder;
su entendimiento es infinito.
6 Jehovah ayuda a los humildes,
pero a los impíos humilla hasta el suelo.
7 Cantad a Jehovah con acción de gracias;
cantad con arpa a nuestro Dios.
8 El es el que cubre los cielos de nubes,
el que prepara la lluvia para la tierra,
el que hace que las colinas produzcan hierba.
9 Da al ganado su alimento;
y a las crías de los cuervos, cuando gritan.
10 No se deleita en la fuerza del caballo,
ni se complace en los músculos del hombre.
11 Jehovah se complace en los que le temen,
y en los que esperan en su misericordia.
12 ¡Celebra a Jehovah, oh Jerusalén!
¡Alaba a tu Dios, oh Sion!
13 Porque ha fortalecido el cerrojo de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.
14 Ha traído paz a tu territorio,
y te ha saciado con abundancia de trigo.
15 Envía su mensaje a la tierra;
velozmente corre su palabra.
16 Pone la nieve como lana,
y derrama la escarcha como ceniza.
17 Echa su hielo como migas de pan.
¿Quién se mantendrá ante su frío?
18 Envía su palabra y los derrite;
hace que sople su viento, y corren las aguas.
19 Ha manifestado sus palabras a Jacob,
sus leyes y sus decretos a Israel.
20 No ha hecho esto con otras naciones,
y no han conocido sus juicios.
¡Aleluya!
Todo el universo alaba a Jehovah
148 1 ¡Aleluya!
¡Alabad a Jehovah desde los cielos!
¡Alabadle en las alturas!
2 ¡Alabadle, vosotros todos sus ángeles!
¡Alabadle, vosotros todos sus ejércitos!
3 ¡Alabadle, sol y luna!
¡Alabadle, vosotras todas las estrellas relucientes!
4 ¡Alabadle, cielos de los cielos,
y las aguas que están sobre los cielos!
5 Alaben el nombre de Jehovah,
porque él mandó, y fueron creados.
6 El los estableció para siempre,
por la eternidad;
les puso ley que no será quebrantada.
7 Alabad a Jehovah desde la tierra,
los grandes animales acuáticos y todos los océanos,
8 el fuego y el granizo,
la nieve y el vapor,
el viento tempestuoso que ejecuta su palabra,
9 los montes y todas las colinas,
los árboles frutales y todos los cedros,
10 los animales y todo el ganado,
los reptiles y las aves que vuelan,
11 los reyes de la tierra y todas las naciones,
los príncipes y todos los jueces de la tierra,
12 los jóvenes y también las jóvenes,
los ancianos junto con los niños.
13 Alaben el nombre de Jehovah,
porque sólo su nombre es sublime;
su majestad es sobre tierra y cielos.
14 El enaltece el poderío de su pueblo;
la alabanza de todos sus fieles,
los hijos de Israel, el pueblo a él cercano.
¡Aleluya!
Exhortación a la alabanza
149 1 ¡Aleluya!
Cantad a Jehovah un cántico nuevo;
sea su alabanza en la congregación de los fieles.
2 Alégrese Israel en su Hacedor;
gócense en su Rey los hijos de Sion.
3 Alaben su nombre con danzas;
canten al son del pandero y de la lira.
4 Porque Jehovah se agrada de su pueblo,
a los humildes adornará con salvación.
5 Los fieles se regocijarán con gloria;
cantarán desde sus camas.
6 Exalten a Dios con sus gargantas,
y con espada de dos filos en sus manos,
7 para tomar venganza de las naciones
y dar castigo a los pueblos,
8 para aprisionar a los reyes con grilletes
y a sus nobles con cadenas de hierro,
9 para ejecutar en ellos la sentencia escrita.
El será esplendor para todos sus fieles.
¡Aleluya!
Todo lo que respira alabe a Jehovah
150 1 ¡Aleluya!
¡Alabad a Dios en su santuario!
¡Alabadle en su poderoso firmamento!
2 ¡Alabadle por sus proezas!
¡Alabadle por su inmensa grandeza!
3 ¡Alabadle con toque de corneta!
¡Alabadle con lira y arpa!
4 ¡Alabadle con panderos y danza!
¡Alabadle con instrumentos de cuerda y flauta!
5 ¡Alabadle con címbalos resonantes!
¡Alabadle con címbalos de júbilo!
6 ¡Todo lo que respira alabe a Jehovah!
¡Aleluya!
Reina-Valera Actualizada, 1989.
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