Las líneas de la mano
6.- Las líneas de la mano
Las líneas se dividen en: principales, de destino y
secundarias, cada una de ellas nos transmite la información del
elemento que representan; también existen otras líneas que
contienen otra información y que se ubican dentro de los montes,
estas pequeñas líneas forman imágenes o dibujos, que según la
zona de la mano en la cual se encuentren, nos darán más
respuestas acerca de la persona a la que pertenecen: estos
dibujos suelen formar estrellas, cruces, triángulos, cuadrados y
anillos, que dependiendo de la zona en donde se encuentren su
significado será positivo, o bien negativo.
Nos indican como fluyen los acontecimientos a lo largo
de nuestra vida y como nuestro pensamiento se encamina hacia
determinado fin. Pueden cambiar dependiendo de la forma en que
se actúa, estas desaparecen o se reafirman, cambian su curso o
se hacen más profundas y homogéneas. Por ello a lo largo de la
vida las líneas cambian, incluso pueden aparecer nuevas líneas.
En ellas se comprueba cual ha sido el camino y
dirección y de que forma se han manifestado dichas cualidades.
Nos hablan del tiempo, en las líneas ubicaremos el pasado, el
presente y las posibilidades de futuro, así como la edad en que
sucedió un hecho determinado que se ha quedado marcado en
nuestras manos. Sabiendo la edad, único dato que debemos de
pedirle al consultante, podremos ubicar el presente. Las líneas
representan la cuarta dimensión, o sea, nos sitúan en el tiempo
de la persona que esta delante de nosotros.
Las líneas deben de ser firmes, homogéneas y claras;
cualquier isla o rompimiento, o si ésta se presenta en forma de
cadena o deshilachada, alterará su valor. El curso limpio y
claro de una línea reafirmará el valor del monte y él de la
línea misma.
En general, suele decirse que, cuando las líneas de la
mano que forman una especie de letra M en su centro son claras y
precisas, sobre la persona brillan perspectivas de futuro
favorables. Si las líneas son confusas, discontinuas o poco
visibles, ello suele considerarse un síntoma de mal augurio. Las
cuatro líneas que forman esa M central de la mano suelen
conocerse con los nombres de líneas principales.
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