L
a G r a n E n c i c l o p e d
i a I l u s t r a d a d e l
P r o y e c t o S a l ó n H o
g a r
Los líquidos y los gases
Los líquidos, al igual que los sólidos, tienen volumen
constante. En los líquidos las partículas están
unidas por unas fuerzas de atracción menores que en los sólidos,
por esta razón las partículas de un líquido pueden
trasladarse con libertad. El número de partículas por unidad
de volumen es muy alto, por ello son muy frecuentes las colisiones y fricciones
entre ellas.
Así se explica que los líquidos no tengan forma fija y adopten
la forma del recipiente que los contiene. También se explican propiedades
como la fluidez
o la viscosidad.
En los líquidos el movimiento es desordenado, pero existen asociaciones
de varias partículas que, como si fueran una, se mueven al unísono.
Al aumentar la temperatura aumenta la movilidad de las partículas
(su energía).
Estado
gaseoso
Los gases, igual que los líquidos, no tienen forma fija pero,
a diferencia de éstos, su volumen tampoco es fijo. También
son fluidos, como los líquidos.
En los gases, las fuerzas que mantienen unidas las partículas
son muy pequeñas. En un gas el número de partículas
por unidad de volumen es también muy pequeño.
Las partículas se mueven de forma desordenada, con choques entre
ellas y con las paredes del recipiente que los contiene. Esto explica las
propiedades de expansibilidad y compresibilidad que presentan
los gases: sus partículas se mueven libremente, de modo que ocupan
todo el espacio disponible. La compresibilidad tiene un límite, si
se reduce mucho el volumen en que se encuentra confinado un gas éste
pasará a estado líquido.
Al aumentar la temperatura las partículas se mueven más
deprisa y chocan con más energía contra las paredes del recipiente,
por lo que aumenta la presión: