L a G r a n E n c i c l o p e d i a I l u s
t r a d a d e l P r o y e c t o S a l ó n H
o g a r
|
|
|
Texto literario
El muñeco de cuerda
Antes de leer
Hojea el cuento y observa la
ilustración.
Contesta: |
1.
¿En qué época del año se
desarrolla el cuento?
2.
¿A qué muñeco de cuerda crees que se refiere el
título?
3.
¿Podrías hacer, en Puerto
Rico, un muñeco de cuerda como ése?
4.
¿Qué puedes decir sobre
el niño, según su vestimenta? |
En este lugar los
inviernos son durísimos: nieva y nieva y nieva
hasta la saciedad, hasta casi el
aburrimiento. Meses y mes de blanco
invierno, que parece que jamás
tuviera fin. La pradera se viste de novia para casarse con el Sol y regalarnos
primavera sus hijos multicolores: narcisos, valerianas, jacintos,
verónicas, margaritas... Nombres de niños en flor.
Los árboles hace tiempo que perdieron sus hojas en duro
combate con el frío, y alzan sus niveos brazos desnudos hacia el cielo en busca de un sol que se resiste a retornar.
Solo
los abetos y los pinos aguantan con tenacidad de gigante invencible el terrible acoso, entre castañeteos
de sus afilados dientes verdes.
Las nubes, pesadas y grises, dibujan fantásticas figuras sobre
la inmensa bóveda del firmamento. Por una ventana escapa
el
susurro entrañable y reconfortante de un villancico. Es Navidad.
En la calle desierta, Saturnino, un niño menudo, de mirada viva y alegre y sonrisa pronta, se desliza sobre la nieve detntro de un cajón de madera: su trineo de plata, del que tiran
imaginarios perros de seda blanca. Solo, sin miedo al frío, como los pinos y los abetos.
Saturnino sueña con prodigiosas aventuras. Y pinta cascabeles
de vidrio a su carroza, contento con lo que posee.
Mientras, los demás niños del pueblo, al abrigo de sus hogares
confortables y bajo el cálido aliento de una lumbre fulgurante y
traviesa, consumen las horas en decidir entre los
posibles regalos del Día de Reyes, tan próximo y lejano. Ninguno
les parece bien; ninguno, el mejor; quieren todos. La televisión
se encarga de recordarles machaconamente su interminable
lista.
Saturnino no tiene problemas de elección. Es un niño olvidado,
y sabe que para él no habrá regalos, aunque le gustaría
tener una guitarra con seis cuerdas de oro. Y sueña en
acompañar con sus acordes a los pájaros en sus cantos mañaneros
y con recorrer el mundo en su trineo, dando maravillosos
conciertos.
Pero Saturnino es pobre y no ignora que tendrá que dar sus conciertos con un
tambor de hojalata.
Una mañana, el Sol asoma esplendoroso, sin nubes que le enturbien
la visión de tantos niños felices rodeados de regalos:
es el Día de Reyes.
Los niños tropiezan y se pierden entre sus numerosos juguetes. No saben cuál
atender primero. Choca el tren eléctrico
con el camión teledirigido. La niña, sin querer, pisa la muñeca
que hace pis y sabe decir "recórcholis", que se rompe calladamente. A aquel
otro niño se le ha soltado un cable
del juego electrónico y trata, en balde, de componerlo.
Pero se encuentran dichosos por la abundancia de regalos.
Saturnino también, aunque no haya recibido ninguno.
Mientras leo
A.
Relee estas oraciones del
cuento. Luego, fíjate
en las
palabras destacadas y comenta con tus compañeros
lo que significan para ti.
1.
La pradera se viste de novia
para casarse con el Sol...
2.
Los árboles alzan sus niveos
brazos desnudos hacia el
cielo...
3.
Sólo los abetos y los pinos
aguantan el terrible acoso,entre castañeteos de sus
afilados dientes verdes.
Subraya la opción que
complete la
oración.
• Las oraciones anteriores
son___________
que
nos ayudan a visualizar el
paisaje del crudo invierno del cuento.
1. personificaciones
2.
metáforas
3.
exageraciones
B.
Explica:
• ¿Qué quiere decir que, para
los niños, el Día de Reyes
está próximo y lejano a la
vez?
Y observa cómo
los niños se muestran con orgullo sus
juguetes, cómo ríen, cómo disfrutan. Admiran
el coche que
marcha sin hilos ni cuerda. La
muñeca
que anda, sin vida, pero
con
una imborrable sonrisa de plástico. El balón que bota y rebota.
Saturnino piensa que también él ha de tener su regalo.
Pertenece a esa clase de niños que saben lo que quieren, a los
que les sobra voluntad
y coraje para lograr sus propósitos y para
que
no les venza la dificultad ni el infortunio. La vida le ha enseñado a suplir con imaginación lo que no le permiten sus medíos.
Por eso no renuncia a tener también su regalo. Pero, ¿cuál...?
Su mente despierta bulle al calor de las atropelladas
¡deas. ¡Ya está!,
será un gigantesco muñeco de nieve. El
más
hermoso muñeco
que jamás se haya construido. Y, además no quedará aislado, inmóvil como una
estatua, en medio
de
la calle. Él logrará que se mueva de un lugar a otro, igual que
los muñecos mecánicos que ha admirado entre los juguetes
de los otros niños. Lo acompañará en sus paseos por el pueblo como si fuese
su amigo fiel e inseparable. Brillan sus ojos
mientras la ilusión
juega a sonrisas en su rostro.
Sobre su viejo cajón de madera, amontona nieve y, poco a
poco, con ternura, va dando forma a un gran muñeco. Un
muñeco diferente a los conocidos, muy especial, una figura
que, a pesar de su fría blancura y su tosquedad, parece que
quisiera cobrar vida.
Pero aún no tiene el aspecto que su imaginación le ha inspirado.
Le falta ese toque colorista y real que lo convierta en un perfecto muñeco. En
un vertedero busca trapos chillones y un sombrero viejo y arrugado, y
viste al muñeco. ¡Qué gracioso
queda!
Pero no tienen color sus mejillas; así, tan blancas, le dan aire
de enfermo. El azar pone a su alcance unos papeles de seda
rojos que, posiblemente, envolvieron algún
juguete
costoso, y con ellos le tiñe la cara, llenándolo de vida.
Finalmente, ata una cuerda a la caja de madera y la arrastra
sin esfuerzo por la nieve mullida. El muñeco, tieso y risueño
sobre el cajón, sigue sus pasos de gorrión.
Los demás niños cesan en sus juegos cuando, frente a ellos,
cruza Saturnino con su muñeco de "cuerda". Lo miran y remiran
embelesados, e incluso lo siguen calle abajo, y él se siente
orgulloso de su obra, con el noble orgullo del creador.
"Me gustaría tener un muñeco como ése", piensan, con la
insatisfacción
de quienes todo poseen. Porque hay niños
que, teniéndolo todo, no se conforman con nada, y otros,
que sin nada, se conforman con todo.
Mientras leo
A.
Busca en el glosario la palabra
embelesados.
Luego:
1.
busca un sinónimo de la
palabra;
2.
explica en tus palabras por
qué los
niños miraban de
esa forma a Saturnino y a
su muñeco
de nieve;
3. redacta una oración que
no esté relacionada con
el cuento en la que utilices
la palabra embelesados.
B.
Marca la idea más
importante
que resuma estas dos páginas.
Luego, explica tu selección.
1.
Saturnino crea su muñeco
de nieve para llamar la atención de los demás niños.
2.
Saturnino, por medio de su
imaginación, logra sus propósitos y vence el infortunio.
3.
Saturnino consigue todos los
materiales que necesita para
crear su muñeco de nieve.
C.
Contesta:
• ¿Crees que Saturnino se
sentía solo? ¿Por qué?
Subraya en el texto la oración que exprese tu contestación
anterior.
D.
Explica por qué
el muñeco
de nieve de Saturnino es
"de cuerda"
—Oye, chaval,
te cambio el muñeco por este balón —propone un chico
con cara de peladilla.
—Ni hablar, es mi regalo de Reyes.
—Te doy este coche —intenta otro, flaco y oscuro, con
pinta de
regaliz.
—He dicho que no me interesa.
Y un tercero, pecoso y gallito, en vista de que no hay jugute capaz de lograr que Saturnino renuncie a su obra, le grita
—¡A que te lo quitamos!
Saturnino, tan decidido como menudo, escarba en la nive y coge un par
de piedras.
—Prueba, si te atreves.
Pero el gallito se amilana, y cacarea más que canta:
—No te pongas así, no es para tanto. Bueno, ¿qué te gustaría a cambio?
Saturnino tiene ya el "nada" a flor de labios, cuando repara en el regalo que cuelga del cuello de su interlocutor,
piensa y sueña y contesta:
—¡Una guitarra!
El valentón sonríe y se desprende de la guitarra que le
han
traído los Reyes, porque en ella sólo ve un trasto inútil y al
nido, al que se siente incapaz de sacarle una nota por ni
que sus torpes dedos hieren las delicadas cuerdas.
—Trato hecho —responde con una débil sonrisa, que
mal
disimula su contento.
Los niños se llevan el muñeco calle abajo, tirando de la cuerda.
Van y vienen por las alfombradas calles blancas. Pronto se les
unen otros, que componen un admirado cortejo, una fervorosa
procesión
en la que el muñeco de nieve es venerado. Grande
es el entusiasmo, pero, igual que los árboles débiles, pronto
se rinden al frío, se detienen y prenden una hoguera junto al muñeco. Se
amontonan en derredor y bromean a cuenta del ventajoso cambio realizado por el
chico de la guitarra.
El muñeco, al poco, comienza a sudar. Gotas alocadas recorren
su cuerpo. Pierden color sus mejillas, se deforma su cabeza,
se hace más delgado y pequeño y termina por
convertirse en un charco de agua. Queda en su lugar el cajón
de madera, vacío, hueco. En él sólo ven un pobre cajón sin
sentido alguno.
Alguien lo arroja a la hoguera y, aunque tarda
en arder, lo hace con estrépito,
como si su chisporrotear
fuera una
protesta, un canto lastimero.
Los niños han quedado envueltos por el desencanto. El
que hizo el
cambio piensa que no fue tan bueno el negocio,
pero, por amor propio, calla. Y pronto todos reanudan el juego
con sus regalos como si nada hubiera ocurrido.
Saturnino,
sentado en un banco del parque, acaricia el
cuerpo de niño
pequeño, de ángel, de su guitarra, y con dulzura
y miedo a dañarla, rasguea las cuerdas y sueña con conciertos, mientras los
pájaros unen a las notas sus alegres trinos
de la mañana.
Fernando Almena
(español) |
Mientras leo
A.
Subraya las opciones que
creas correctas.
•
Los niños estaban contentos por haber adquirido el
muñeco de cuerda, porque:
1.
querían quitárselo a Saturnino, ya que
sentían envidia por su juguete.
2.
era un juguete nuevo para
ellos.
3. comprendieron que a veces
los regalos más simples son
los más divertidos.
4.
no se conformaban con
los juguetes que habían
recibido.
5. para ellos era importante tener un muñeco de cuerda.
Reflexiona:
• ¿Crees que sus actitudes
eran apropiadas? ¿Por
qué?
B.
Explica:
•
¿A
qué se refiere el narrador cuando dice que el
muñeco empezó a sudar?
A. Escribe
tres adjetivos que describan a los niños que querían el muñeco de Saturnino
y tres adjetivos que definan a Saturnino.
Niños
1.
2.
3.
|
|
Saturnino
1.
2.
3.
|
Escribe dos oraciones que expliquen en qué se diferencian la forma de ser
de Saturnino y la de los niños.
1. orgullo
2.
alegría
3.
satisfacción
4.
resignación
5.
perseverancia |
B. Une las actitudes que tuvo Saturnino a lo largo del cuento con los
motivos
que las provocaron.
a. Se divierte en su cajón de madera, deslizándolo por la nieve.
b. Sabe que no recibirá regalos en el Día de Reyes
y, por eso, utiliza su imaginación.
c. Se empeña en crear el más hermoso
de los muñecos.
d.
Consigue crear el muñeco
que lo acompañara
como un amigo fiel.
e.
Finalmente, consiguió el regalo que más deseaba.
Coloca en orden las actitudes de Saturnino, según las experimentó.
1.
2.
3.
4.
5.
C. Marca los detalles que te parezcan sobresalientes en el cuento. Luego,
escribe
el detalle más importante que aparece al final de este relato.
1. La narración se lleva a cabo en la época de invierno.
2.
Saturnino sueña con prodigiosas aventuras.
3. Los niños tropiezan y se pierden entre sus juguetes del Día de Reyes.
4.
A un niño se le soltó el cable de un juego electrónico y no puede
componerlo.
5.
A Saturnino se le ocurre que su regalo podría ser un gigantesco muñeco
de
nieve.
6.
El muñeco se derrite y los niños reanudan sus juegos.
7.
_______________________________________________________________
Explica por qué consideras importantes los detalles que marcaste.
D. Relee la siguiente oración del cuento. Luego, explica si estás de acuerdo
o no con lo que expresa y por qué.
Porque hay niños que, teniéndolo todo, no se conforman
con nada, y otros, que sin nada, se conforman con todo.
Piensa en cuál de los dos grupos de niños te encuentras tú.
E. Reflexiona y
explica:
• ¿Crees que cuando Saturnino crezca podrá llegar a realizar su actividad
favorita?
¿Opinas que tiene las cualidades para lograrlo?
www.proyectosalonhogar.com |