L  a  G r a n  E n c i c l o p e d i a   I l u s t r a d a  d e l   P r o y e c t o  S a l ó n  H o g a r

 

Taller de Lectura

 

CUBA, AZUCARERA DEL MUNDO

Andrés e Isabelita iban ese día de paseo con sus papas.

—Qué pena que no pudieran venir los primos, ¿verdad, Isabelita? —dijo Andrés.

—Sí, pero Sandra y Tati tienen un catarro muy fuerte. —Mira las cañas —exclamó Andrés.

En ese momento estaban pasando por el pueblo de Maunabo y desde las ventanillas del carro veían los cañaverales, y a lo lejos, la chimenea de una central.

Ya queda poca caña en Puerto Rico —dijo el papá de Andrés—. ¡Y pensar que en otras épocas fue un cultivo y una industria tan importante!

—¿Hubo caña siempre en Puerto Rico, papá? —preguntó Isabelita.

—No, hija, no siempre. La caña de azúcar fue traída a América por Cristóbal Colón en su segundo viaje. La planta procedía de la India, había pasado después a los árabes del norte de África y desde allí al sur de España. En el momento del descubrimiento de América había caña en Andalucía y en las Islas Canarias.

 

—¿Dónde están esos lugares, papá? —preguntó Andrés.

—Andalucía está en el sur de España y las Islas Canarias, que también son españolas, están frente a las costas de África, en el Océano Atlántico.

—Parece ser que la caña se dio muy bien en todas Las Antillas: en La Española, donde fue sembrada por primera vez, Puerto Rico, Jamaica y más tarde en Cuba. Y producir azúcar no es fácil. Para sembrar y cuidar de los cañaverales no se necesitaba de mucha gente, pero sí para cortar la caña, llevarla al ingenio y luego sacarle el azúcar o el melao. A esto último se le llama la molienda. Yo sé todo eso porque mi abuelo Vitín trabajó en los molinos de caña y siempre me hacía esas historias. Como la industria de la caña fue creciendo, pronto se necesitaron más trabajadores y esa es una de las razones por las que se comienza a traer negros esclavos a Puerto Rico.

—¡Qué cosa más terrible, papá! —comentó Andrés.

—Terrible, sí —dijo la mamá—. Fue un momento vergonzoso en nuestro país, pero necesario para su desarrollo.

—¿Pero ya no hay esclavos en Puerto Rico, verdad, mamá? ¿Y tampoco hay caña?

—Bueno, como ves la esclavitud terminó y de la caña, queda algo. Pero hace ya mucho tiempo que Cuba se convirtió en el mayor productor de azúcar en el mundo.

—¿Y por qué, Cuba, mamá? —insistió Isabelita.

—Por varias razones. Primero porque gran parte del suelo de Cuba es llano, es decir, no hay muchas montañas. Por lo tanto hay más terreno disponible para sembrar. Segundo, el terreno en Cuba es muy fértil y por eso pueden sembrar muchas veces en un mismo lugar sin que el terreno se agote. Además, el clima de Cuba, que es como el de Puerto Rico, no tiene temperaturas muy frías que dañen a la caña y llueve lo suficiente como para que esta crezca sin problemas. Por último, como Cuba es una isla de forma alargada, tiene una gran cantidad de bahías y costas por donde se puede embarcar el azúcar hacia otros países. La producción de azúcar ha sido durante mucho tiempo la primera industria de Cuba. Tanto es así, que por muchos años, se la ha conocido como «la azucarera del mundo», aunque también produce mucho tabaco y café.

—Pero para qué quiere la gente tanta azúcar. ¿Tanta gente toma café? —preguntó Andrés.

—El azúcar no sólo se usa para el café, Andrés. Hay muchos otros alimentos que se preparan con azúcar. Tú lo sabes. ¿No me ayudas tú a veces cuando hago bizcocho?

—Es cierto, Andrés —añadió su papá—. Además, el azúcar se utiliza para hacer otras cosas, tales como dulces, refrescos, miel y bebidas alcohólicas. En algunos sitios, inclusive, utilizan el bagazo de la caña, que es lo que queda de ella después que se exprime, para hacer papel.

—¿Papel? ¿Con eso? —preguntó Isabelita con incredulidad.

—Ya ves, hija. Todos los días se aprende algo nuevo. Hoy ya sabes algo más sobre Cuba. Ya tienes algo para contarles a tus amigos cuando regresemos.

 

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