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Creer
en uno mismo, ir hacia adelante ante las adversidades y
circunstancias, y superarlas requiere de una gran
confianza y fortaleza de espíritu. No dejarse abatir y
tener fe en que Dios esta al mando de todo es un gran
valor que permite que uno supere los temores internos
que hacen desfallecer a muchos.
Cuando la
gente lucha, generalmente lo hace sola y hasta maldice sus
circunstancias, ello de por si lo que hace es que aleja
cualquier ayuda que Dios nos tenga disponible ya que el
operara conforme a la fe y respeto que tengamos en el.
Recientemente salí de un problema que creí
muy difícil de resolver pues habían muchas mentes
maquinando en mi contra y aún cuando me hicieron pasar
amargos y dificiles momentos, ni una sola vez me moleste
con Dios ni reclame nada; el estaba esperando saber si
yo estaba maduro para mostrarme así su grandeza. El
valor de la
Confianza
que es la (Fe), la
Integridad
que es (Coherencia),
la
Paciencia,
el
Autodominio
y la
Honradez
me ayudaron a salir airoso y sin un rasguño de la
situación, al contrario salí fortalecido y con mayor
poder y convicción ahora que el que tenía antes del
problema. Los valores que yo me he inculcado me ayudaron
en tan terrible momento, ahora más que nunca proclamo su
real y verdadero valor para nuestras vidas. Yo hago de
mis valores un hábito, y ellos se encargarán de dirigír
mi vida.
Los
Valores
Aún cuando el tema de los
valores es considerado relativamente reciente en
filosofía, los valores están presentes desde los inicios
de la humanidad. Para el ser humano siempre han existido
cosas valiosas: el bien, la verdad, la belleza, la
felicidad, la virtud. Sin embargo, el criterio para
darles valor ha variado a través de los tiempos. Se
puede valorar de acuerdo con criterios estéticos,
esquemas sociales, costumbres, principios éticos o, en
otros términos, por el costo, la utilidad, el bienestar,
el placer, el prestigio.
Los valores son producto
de cambios y transformaciones a lo largo de la historia.
Surgen con un especial significado y cambian o
desaparecen en las distintas épocas. Por ejemplo, la
virtud y la felicidad son valores; pero no podríamos
enseñar a las personas del mundo actual a ser virtuosas
según la concepción que tuvieron los griegos de la
antigüedad. Es precisamente el significado social que se
atribuye a los valores uno de los factores que influye
para diferenciar los valores tradicionales, aquellos que
guiaron a la sociedad en el pasado, generalmente
referidos a costumbres culturales o principios
religiosos, y los valores modernos, los que comparten
las personas de la sociedad actual.
¿Qué se
entiende por valor?
Este concepto abarca
contenidos y significados diferentes y ha sido abordado
desde diversas perspectivas y teorías. En sentido
humanista, se entiende por valor lo que hace que un
hombre sea tal como es, junto con su creencias o
prejuicios, sin lo cual perdería la humanidad o parte de
ella. El valor se refiere a una excelencia o a una
perfección. Por ejemplo, se considera un valor decir la
verdad y ser honesto; ser sincero en vez de ser falso;
es más valioso trabajar que robar. La práctica del valor
desarrolla la humanidad de la persona, mientras que el
contravalor lo despoja de esa cualidad. Desde un punto
de vista socio-educativo, los valores son considerados
referentes, pautas o abstracciones que orientan el
comportamiento humano hacia la transformación social y
la realización de la persona. Son guías que dan
determinada orientación a la conducta y a la vida de
cada individuo y de cada grupo social.
"Todo valor supone la
existencia de una cosa o persona que lo posee y de un
sujeto que lo aprecia o descubre, pero no es ni lo uno
ni lo otro. Los valores no tienen existencia real sino
adheridos a los objetos que lo sostienen. Antes son
meras posibilidades."
¿Cómo valora el ser humano?
¿Cómo usted expresa sus
valoraciones? El proceso de valoración del ser humano
incluye una compleja serie de condiciones intelectuales
y afectivas que suponen: la toma de decisiones, la
estimación y la actuación. Las personas valoran al
preferir, al estimar, al elegir unas cosas en lugar de
otras, al formular metas y propósitos personales. Las
valoraciones se expresan mediante creencias, intereses,
sentimientos, convicciones, actitudes, juicios de valor
y acciones. Desde el punto de vista ético, la
importancia del proceso de valoración deriva de su
fuerza orientadora en aras de una moral autónoma del ser
humano.
¿Cómo se
clasifican los valores? ¿Cuáles tipos de valores existen?
No existe una ordenación
deseable o clasificación única de los valores; las
jerarquías valorativas son cambiantes, fluctúan de
acuerdo a las variaciones del contexto. Múltiples han
sido las tablas de valores propuestas. Lo importante a
resaltar es que la mayoría de las clasificaciones
propuestas incluye la categoría de valores éticos y
valores morales. La jerarquía de valores según Scheler
(1941) incluye: (a) valores de lo agradable y lo
desagradable, (b) valores vitales, (c) valores
espirituales: lo bello y lo feo, lo justo y lo injusto,
valores del conocimiento puro de la verdad, y (d)
valores religiosos: lo santo y lo profano. La
clasificación más común discrimina valores lógicos,
éticos y estéticos. También han sido agrupados en:
objetivos y subjetivos (Frondizi, 1972); o en valores
inferiores (económicos y afectivos), intermedios (intelectuales
y estéticos) y superiores (morales y espirituales).
Rokeach (1973) formuló valores instrumentales o
relacionados con modos de conducta (valores morales) y
valores terminales o referidos a estados deseables de
existencia (paz, libertad, felicidad, bien común). La
clasificación detallada que ofrece Marín Ibáñez (1976)
diferencia seis grupos: (a) Valores técnicos, económicos
y utilitarios; (b) Valores vitales (educación física,
educación para la salud); (c) Valores estéticos (literarios,
musicales, pictóricos); (d) Valores intelectuales (humanísticos,
científicos, técnicos); (e) Valores morales (individuales
y sociales); y (f) Valores trascendentales (cosmovisión,
filosofía, religión) (p. 53).
"Tiene razón el
liberalismo cuando dice que la sociedad es para el
hombre y no el hombre para la sociedad, pero diciendo la
mitad de la verdad escamotea la otra mitad: que el
hombre que se refugia en su "interés privado" y se pone
como horizonte el "bien particular" desentendiéndose del
Bien Común está violando su dignidad de hombre y da la
espalda a la tarea ética que le correspondería en cuanto
hombre digno." El principal valor que debemos llevar en
nuestras vidas para el bien común lo es sin duda, "el
valor del servicio a los demas" solo asi nos
beneficiamos todos por igual.
Recuerdo un cuento que me hicieron en alguna
ocasión y que mas o menos explica perfectamente este
valor, veamos:
Resulta que una vez
fallecidos los miembros de una sociedad fueron estos a
parar a (2) dos infiernos diferentes. Por un lado estaba
el infierno de los individualistas o egoistas y por otro
lado estaba el infierno de aquellos que les gustaba y
sabian compartir.
A todas estas personas
Dios, los castigo con brazos tan cortos que sus manos
llegaban a donde tenemos los codos, eran muy cortas,
pero muy cortas sus manos. Además para poder comer les
pego en sus manos una cuchara muy pero muy larga, tan
larga que cuando tomaban la comida del plato no podian
introducirse la misma en la boca, la cuchara y la comida
quedaban muy lejos de ella. Ante esa situacion los
amigos egoistas sufrian diariamente al no poder comer y
era muy grande su lamento, la cuchara no llegaba a su
boca.
Sin embargo los que si
gustaban de compartir sencillamente resolvieron el
asunto tomando la comida y dandosela ellos mismos entre
sí. No importaba el largo de la cuchara y el problema,
al contrario se les hizo mas comodo darse asi la comida.
Es como cuando la madre nos alimenta y pone la comida en
nuestras bocas, se place esta de alimentarnos. ¿Que
bello valor verdad?
Otro ejemplo y ya propio
me hace ver la importancia de este valor. Por espacio de
de unos (20) veinte años me he dedicado a la venta. En
ese tiempo he podido apreciar que se me hacia mas facil
a mi, que a mis compañeros el vender y el tener éxito en
mis gestiones. Mientras mis compañeros llegaban a casa
de un prospecto cliente a venderles su producto (en este
caso enciclopedias) y le presionaban a que les comprara,
yo sutilmente les entrevistaba casi como un trabajador
social y les hacia preguntas sobre como ellos "los
padres", estarian dispuestos a ayudar a sus hijos en sus
estudios. La propia contestación de los padres los
llevaba inevitablemente a comprarle a sus hijos tan
necesario recurso. Hoy por cierto, y en gratitud ya que
muchos de ellos ya tienen su computadora, yo les
obsequio este bello Portal Educativo. Solo dando es como
mejor se recibe. Esta es la ley de "Siembra y Cosecha".
En el servicio hacia los
demás encontraremos nuestra propia felicidad.
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