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Cuentos inconclusos
Unfinished tales - (1980)
J.R.Tolkien - (1892-1973)
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Principales contenidos
De la riesgosa travesía de Isildur, segundo Rey de todos los
Dúnedain, señor de Arnor y de Gondor y último de
esa edad del Mundo y sus hijos, Elendur, Aratan y Ciryon desde
Osgiliath a Imladris. El sorpresivo ataque de los Orcos que llevaron
a la matanza de su guardia armada, de sus hijos y la del propio
Isildur. -
Cirion y Eorl y la amistad de Gondor y Rohan -
La busqueda de Erebor -
La busqueda del Anillo -
La batalla de los vados de Isen
Acerca de las Palantiri:
Sobre el conocimiento de los poderes de las Siete Piedras de los
tiempos antiguos, su progresivo olvido luego del fin de la epoca
de los Reyes. La custodia de las Piedras por los Senescales.
"Esas esferas perfectas que, cuando estaban en reposo,
parecian de vidrio o cristal, y de un profundo color negro."
"De por sí las piedras solo podían ver: y lo que
podían ver eran escenas o figuras en sitios distantes o
en el pasado. estas no tenian explicacion; y de cualquier manera a
los hombres de las epocas posteriores ler era difícil escoger
que visiones debían revelarse por la voluntad o el deseo del
observador; pero cuando una mente ocupaba una piedra que estuviera
en concordancia, el pensamiento podía transferirse y la
visión de las cosas en la mente del observador de una piedra
podía ser vista por el otro observador".
Relaciones históricas de las Piedras y de sus custodios.
La Piedra Orthanc en manos de Saruman y luego de Aragorn.
Los poderes de la Piedra Maestra de
Osgiliath. La captura por parte de Sauron de la Piedra
Ithil y su utilización como medio de dominación.
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El desastre de los Campos Gladios
En ese momento hubo un clamoroso resonar de cuernos y los Orcos avanzaron por
todas partes lanzándose sobre los Dunedain con ferocidad implacable. La noche
habia llegado y se desvanecía la esperanza. Los Hombres caían abatidos; los
Orcos de mayor talla saltaban juntos, en parejas, y vivos o muertos derribaban
a un Dunedian, de modo que otras fuertes garras pudieran arrastralo y darle
muerte. Los Orcos quizá pagaran cinco por uno en ese intercambio, pero no era
caro el precio. Ciryon fue muerto de este modo y Aratan mortalmente herido
cuando intenta rescatarlo.
Elendur. todavía indemne, fue en busca de Isildur, que estaba animando a sus
hombres en el flanco oriental, donde era mas pesado el ataque, porque los
Orcos todavía temían la Elendilmir que llevaba en la frente y lo evitaban.
Elendur le tocó el hombro, e Isildur se volvió furioso creyendo que un Orco se
le había deslizado por detrás.
- Mi Rey - dijo Elendur -, Ciryon ha muerto y Aratan agoniza. Tu último
consejero debe aconsejarte, más todavía mandarte, como tu mandaste a Ohtar,
y decirte: ¡Vete!. Coge tu carga y a toda costa llévala a los Guardianes:
¡aun a costa de abandonarme junto a tus hombres!.
- Hijo del rey - dijo Isildur-, sabía que tenía que hacerlo, pero le tenía
miedo al dolor, Tampoco podía irme sin tu permiso. Perdóname y perdona mi
orgullo, que te ha arrastrado a esta suerte.
Elendur lo besó. -¡Vete! ¡Vete ahora! -dijo.
Isildur se volvió hacia el oeste, y cogiendo el Anillo que prendido de una
fina cadena, le colgaba del cuello metido en una pequeña bolsa, se lo puso
en el dedo con un grito de dolor, y nunca los ojos de nadie volvieron a verlo
en la Tierra Media. Pero la Elendilmir del Oeste no podía apagarse y de
pronto refulgió roja e iracunda como una estrella ardiente. los Hombres y los
Orcos se hicieron a un lado temerosos; e Isildur, cubriéndose la cabeza con
una capucha se desvaneció en la noche.
De lo que después les ocurrió a los Dunedain, solo esto se sabe: que al poco
tiempo yacian todos muertos, salvo uno, un joven escudero aturdido y sepultado
bajo los cadáveres. Así murió Elendur, que estaba destinado a ser Rey, y en su
fuerza y su sabiduría, en su majestad sin orgullo, uno de los mas grandes, el
mejor de la simiente de Elendil, el mas semejante a su antecesor como
pronosticaban todos los que lo conocían.
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