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Conquistador de origen macedonio, hijo de Filipo II. Sucedio a su padre
y bajo su mando unifico militarmente a Grecia luego de doblegar a Tebas.
Emprendio una serie de conquistas sin parangon por lo cual es recordado a
lo largo de la historia como uno de los mas grandes estrategas militar de todos
los tiempos. Extendio su avance hacia el Asia Menor y conquisto Persia
al derrotar al rey Dario III y ocupar la Mesopotamia. Hacia el este en la
costa mediterranea, Tiro, Sidon y Fenicia cayeron bajo su dominio, mas tarde
tambien Egipto fijando las fronteras de su reino en la frontera Libia. En su
avance hacia el oriente llego hasta los confines de la frontera con la India
y el Pamir. Su vida fue relativamente breve murio
en Babilonia a los 33 años.
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Alejandro Magno - Escultura helenica
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"La Persia había tenido siempre como de poca importancia política a la Grecia
europea, que apenas ocupaba tanto como una satrapía, pero las expediciones que
emprendió para subyugarla le mostraron las condiciones militares de este pueblo;
entre sus fuerzas, había griegos mercenarios, que eran reputados como las
mejores tropas, y no vacilaba en ocasiones en dar el mando de sus ejércitos a
generales griegos y el de sus escuadras a capitanes de esta nación; en las
convulsiones políticas porque fue pasando, tomaron parte los soldados griegos,
ya por uno, ya por otro de los jefes, y estas operaciones militares, que en un
momento obtuvieron resultado, revelaron a la perspicacia de estos guerreros
mercenarios la debilidad política del Imperio y la posibilidad de llegar a su
centro. Después de la muerte de Ciro en el campo de batalla de Cunaxa, se
demostró, por la inmortal retirada de los diez mil, bajo Jenofonte, que un
ejército griego podría abrirse paso hasta el corazón de la Persia.
Aquel respeto a las dotes militares de los generales asiáticos, tan
profundamente impreso en el ánimo de los griegos por las grandes empresas del
puente sobre el Helesponto, y la cortadura del istmo del monte Athos por Jerjes,
se había perdido en Salamina, en Platea, en Micala, y el saqueo de las ricas
provincias persas había llegado a ser una tentación irresistible.
[...]
Al cabo Filipo, rey de Macedonia, proyectó renovar estas tentativas bajo una organización mucho más formidable, y con más grandioso propósito; intrigó para ser nombrado capitán general de toda la Grecia, no con objeto de hacer una mera correría en las satrapías asiáticas, sino con el de derribar la dinastía persa en el mismo centro de su poder. Asesinado en medio de sus preparativos, le sucedió su hijo Alejandro, joven entonces, y que fue unánimemente aclamado en una asamblea general celebrada por los griegos en Corinto; ocurrieron disturbios en Iliria, y Alejandro marchó con su ejército hacia el Norte, hasta el Danubio, para apaciguarlos; durante su ausencia, los tebanos y otros conspiraron contra él, y a su vuelta tomó Tebas por asalto, degolló seis mil de sus habitantes, vendió como esclavos treinta mil, y arrasó la ciudad. La sabiduría militar de este severo castigo fue patente en sus campañas asiáticas, pues, ninguna revuelta se produjo a su retaguardia.
En la primavera de 334 antes de J. C., cruzó el Helesponto y pasó al Asia; su ejército constaba de treinta y cuatro mil infantes y cuatro mil caballos, sin llevar consigo más de setenta talentos en dinero. Marchó directamente sobre el ejército persa, que, por todo extremo superior en número, le aguardaba en la línea del Gránico; forzó el paso del río, derrotó al enemigo y obtuvo como fruto de su victoria la posesión del Asia menor y todos sus tesoros. El resto de aquel año lo empleó en la organización militar de las provincias conquistadas.
Mientras tanto, Darío, el rey persa, había avanzado con un ejército de seiscientos mil hombres, para impedir el paso de los macedonios a la Siria; en los desfiladeros de Isso se libró la batalla, y los persas fueron de nuevo derrotados, siendo tan grande la carnicería, que Alejandro y Ptolomeo, uno de sus generales, atravesaron un barranco sobre los cadáveres del enemigo; se cree que los persas perdieron más de noventa mil infantes y diez mil jinetes. El pabellón real cayó en poder del conquistador, juntamente con la esposa y varios hijos de Darío. La Siria fue de este modo añadida a las conquistas griegas. En Damasco se encontraron las concubinas de Darío, sus principales oficiales y un vasto tesoro.
Antes de aventurarse en las llanuras de la Mesopotamia para un combate decisivo,
quiso Alejandro asegurar su retaguardia y sus comunicaciones por mar,
dirigiéndose al Sur por la costa del Mediterráneo y sometiendo las ciudades a su
paso. En su discurso ante el consejo de guerra celebrado después de la batalla
de Isso, dijo que no debía perseguirse a Darío sin haber sometido a Tiro y haber
arrebatado a la Persia el Egipto y Chipre, puesto que si la Persia conservaba
los puertos de mar, podría llevar la guerra a la misma Grecia, y que era por
tanto de absoluta necesidad para ellos la soberanía del mar; con Chipre y Egipto
en su poder no temía por la Grecia. El sitio de Tiro le invirtió más de medio
año, y para vengarse de esta dilación, hizo crucificar más de dos mil
prisioneros; Jerusalén se rindió de grado, y en consecuencia fue tratada con
benignidad; mas el paso de los macedonios hacia el Egipto fue detenido en Gaza,
cuyo gobernador persa, Betis, hizo una defensa obstinada durante dos meses,
siendo al fin asaltada la plaza, pasados a cuchillo diez mil hombres, y el
resto, con sus mujeres e hijos, reducidos a cautiverio; el mismo Betis fue
arrastrado vivo alrededor de la ciudad, atado a las ruedas del carro del
vencedor. Habían así desaparecido los obstáculos; los egipcios, que odiaban la
dominación persa, recibieron al invasor con los brazos abiertos; este organizó
el país según sus propios intereses, dando todos los mandos militares a
oficiales macedonios y dejando el gobierno civil en manos de los egipcios.
Mientras se efectuaban los preparativos para la campaña final, emprendió un
viaje al templo de Júpiter Ammon, que estaba situado en un oasis del desierto de
Libia, (Siwa), a una distancia de doscientas millas. El oráculo le declaró hijo de aquel
dios, que bajo la forma de una serpiente había seducido a su madre Olimpia; una
concepción inmaculada y una genealogía divina eran cosa tan corriente y bien
recibida en aquel tiempo, que cualquiera que se distinguía entre los demás
hombres, era tenido como de un linaje sobrenatural.
[...]
Cuando Alejandro expedía sus cartas, órdenes y decretos, se titulaba, pues:
«Alejandro, rey, hijo de Júpiter Ammon», inspirando así un respeto a los
habitantes de Egipto y Siria que difícilmente podría lograrse ahora. Los
libre-pensadores griegos, sin embargo, daban a este origen sobrenatural su
verdadero valor, y Olimpia que, por supuesto, conocía mejor que nadie los
detalles del caso, acostumbraba a chancearse diciendo que deseaba que Alejandro
cesase de confundirla con la mujer de Júpiter.
[...]
Asegurado todo en su retaguardia, volvió Alejandro a Siria y dirigió hacia el
Este la marcha de su ejército, que constaba entonces de cincuenta mil veteranos.
Después de cruzar el Éufrates se mantuvo próximo a las colinas de Masia, para
evitar el intenso calor de las más meridionales llanuras de la Mesopotamia,
procurándose de este modo forraje más abundante para los caballos. En la orilla
izquierda del Tigris, cerca de Arbela, encontró al gran ejército de un millón
cien mil hombres, que había traído Darío desde
Babilonia. La muerte del monarca
persa, que siguió pronto a su derrota, dejó al general macedonio dueño de todo
el país comprendido entre el Danubio y el Indo, y aún alguna vez se extendió
hasta el Ganges. Los tesoros de que se apoderó exceden a todo encarecimiento;
tan sólo en Susa encontró, según dice Arriano, cincuenta mil talentos en dinero.
El militar moderno no puede contemplar estas campañas maravillosas sin
admiración; el paso del Helesponto, el del Gránico, el invierno invertido en la
organización política del Asia Menor; la marcha del ala derecha y el centro
del ejército a lo largo de la costa del Mediterráneo, en la Siria; las
dificultades de fortificación vencidas en el sitio de Tiro, la toma de Gaza; el
aislamiento de Persia de la Grecia; la absoluta exclusión de su escuadra del
Mediterráneo; la represión de cuanta intriga se imaginó para sobornar a los
atenienses y espartanos, y que con tanto éxito habían empleado siempre los
persas; la sumisión de Egipto; otro invierno invertido en la organización
política de este país venerable; el movimiento convergente de todo el ejército
desde las orillas de los mares Rojo y Negro a las salitrosas llanuras de la
Mesopotamia, efectuado en la primavera siguiente; el paso del Éufrates, con sus
orillas pobladas de sauces llorones, por el cortado puente de Tapsaco; el del
Tigris; el reconocimiento nocturno antes de la grande y memorable batalla de
Arbela; el movimiento oblicuo y ataque del centro enemigo, maniobra repetida
muchos siglos después en Austerlitz; la enérgica persecución del monarca persa,
empresas son que jamás han sido sobrepujadas por ningún capitán de tiempos
posteriores."
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(Fragmentos de la siguiente fuente bibliografica).
Libro: Historia de los conflictos entre la religión y la ciencia -
Draper Guillermo (1876)
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Libros y peliculas recientes sobre su vida
ALEXANDROS -
Novela histórica de Valerio Massimo Manfredi - ( 1998 )
Dos milenios después de la muerte de Alejandro una
novela histórica, precedida de las mejores críticas y editada por Grijalbo
Mondradori le rinde tributo divulgando la historia de su vida.
subtitulada El Hijo del Sueño desarrolla con rigor histórico, acorde a los antecedentes de su autor, escritor, arquitecto y arqueólogo la vida de quien es considerado el mayor estratega militar de la antiguedad, el macedonio Alejandro Magno. En 2004 Oliver Stone estrena el film "Alexandre" sobre su vida.
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Colin Farell como Alejandro (2004)
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Una nota publicada por el diario El Mundo (España) 24 de marzo de 1999
transcribe partes de una entrevista en la cual el propio Manfredi
sostiene que: «En una época globalizada donde el 90% de las personas
hace todos los días exactamente lo mismo, lo que es muy trágico, conocer la
Historia de la antigüedad puede restituirnos la dignidad como seres humanos,
la idea del hombre que puede labrar su fortuna, como decía Cicerón; del hombre
que puede crear su destino».
'Mi intencion al escribir esta 'novela de Alejandro' en clave
contemporanea ha sido contar, del modo mas realista y atractivo
posible, una de las mas grandes aventuras de todos los tiempos,
sin por ello renunciar a la maxima fidelidad a las fuentes tanto
literarias como materiales.
Valerio Massimo Manfredi - Nota del Autor
La obra, presentada en España, precedida por un arrollador éxito luego de
haber vendido mas de 400.000 ejemplares en Italia, no estuvo exenta debido a
la 'clave contemporánea' en que esta escrita,
de críticas de la cuales pudo defenderse en principio el propio Manfredi
afirmando que «No podría haber escrito estas páginas si hubiera pensado en
el aspecto comercial».
Lo cierto del caso es que el respaldo publicitario movilizado en torno a la misma ha colaborado a hacer viable hasta el proyecto cinematográfico sobre la vida de Alejandro Magno dirigido por Oliver Stone.
Otras referencias
Biográficas
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