A lo largo de su vida
profesional, Myrta se desempeñó como músico, cantante,
compositora, comentarista, animadora y productora
televisiva. Además, ha sobrepasado todas las fronteras con
su Como cantante, con su peculiar estilo de interpretación
se presentó como mujer polifacética e independiente, algo no
muy común para esa época.
A los diez años, realizó su primera presentación en un
teatro local de Arecibo. Durante la década de 1930, siendo
aún adolescente, viajó junto con su familia a Nueva York y
trabajó en producciones musicales en los teatros hispanos
locales y en las radiodifusoras. Su talento llamó la
atención de los productores RCA Victor, empresa con la que
firmó un contrato.
En 1939, contactó al compositor puertorriqueño Rafael
Hernández quien cautivado por su voz, la integró a su
conjunto, el Grupo Victoria. Con este grupo, Myrta viajó por
Puerto Rico y otros países de América Latina y ese mismo año
le ofrecieron un contrato para presentarse en La Habana,
Cuba. Para inicios de 1940, dejó el Grupo Victoria y trabajó
con las orquestas de Moncho Usera y Armando Castro. Sus
presentaciones en el Club Playa El Escambrón la consagraron
en el gusto del público y la convirtieron en un fenómeno de
ventas, entre los años 1947 y 1949.
Myrta realizó una labor también como percusionista,
ejecutando la tumbadora, bongó, maracas, claves y timbales,
estando certificada como la primera mujer timbalera en la
Unión de Músicos de los Estados Unidos.
A partir del año 1941, comenzó su labor como compositora,
escribiendo temas como"Que sabes Tú", "Cuando Vuelvas"
"Fácil de Recordar" y "En mi Soledad", entre otros. Muchas
de sus inspiraciones fueron grabadas por cantantes de la
talla de Ruth Fernández, Olga Guillot y Daniel Santos. Su
canción "Chencha la Gambá", la consagró como compositora a
nivel internacional.
Aquí Myrta Guarachando con la Sonora Matancera
Su popularidad trascendió el ambiente de Puerto Rico y de la
comunidad hispana en Nueva York y se presentó en países como
México, Panamá, República Dominicana, Venezuela y Perú. En
1949, durante su tercera visita a Cuba, ingresó a la Sonora
Matancera, siendo su primera voz femenina para las
presentaciones en vivo en Radio Progreso y fue
proclamada como la artista extranjera más popular de la isla.
Con el conjunto quedaron registradas tan sólo cuatro
grabaciones para el sello Cafamo Records: "Que Corto es el
Amor", "Suelta ese Paquetón", "Loca" y "Sangongo".
1952 fue su último año con la Sonora Matancera, que en ese
entonces ya grababa para el sello Seeco Records, esto
permitió que esta casa disquera obtuviera licencia de
Cafamo, y el 20 de abril de 1952 Seeco Records publicó dos
de ellos: "Que Corto es el Amor" y "Suelta ese Paquetón".
Habiendo logrado una buena posición económica, abandonó la
Sonora y construyó una mansión en su natal Puerto Rico.