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TRABAJO DE EINSTEIN EN LA TEORIA DE LA RELATIVIDAD

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La inspiración para la teoría de la relatividad de Einstein fue un experimento realizado por dos hombres de ciencia norteamericanos, Michelson y Morley, quienes procuraron en vano medir el aumento de velocidad de un rayo de luz cuando viaja en la misma dirección que el movimiento de la tierra alrededor del sol, en comparación con su velocidad cuando se mueve en ángulo recto con la dirección orbital. Según su razonamiento, el rayo de luz que iba en la dirección del movimiento de la tierra se movería más rápidamente, del mismo modo que un nadador que va corriente abajo se mueve con mayor rapidez. Sin embargo, la velocidad de la luz fue la misma en ambas direcciones, y los dos hombres de ciencia creyeron que su experimento había fracasado.

Einstein tomó este estudio y razonó que no habían fracasado: la velocidad de la luz es la única magnitud que siempre se mantiene constante. Pero todo lo demás, declaró Einstein, es relativo; todo lo que está sobre la tierra y el universo se encuentra en movimiento constante; desde los diminutos electrones que forman las sustancias sólidas hasta los planetas y las estrellas mismas. Se acepta comúnmente la idea de la relatividad con respecto a los objetos que conocemos. Para un pigmeo, un hombre de un metro y medio de estatura parece muy alto; sin embargo, a ese mismo hombre se le considera de estatura demasiada reducida para jugar en un equipo profesional de basquetbol. Einstein aplicó esta idea de la relatividad a las relaciones en el mundo de la ciencia. En un cruce de ferrocarril, un hombre ve un tren que pasa a cien kilómetros por hora. Si el mismo hombre pudiera estar en la Luna y ver el tren y la tierra por el telescopio, el tren parecería estarse moviendo lentamente, debido a que sus cien kilómetros por hora son insignificantes cuando se comparan con el movimiento relativo entre la Luna y la Tierra.

Para Newton, el tiempo era tan constante e invariable como una regla. Einstein demostró que el tiempo era una variable, una cuarta dimensión, que debía agregarse a las tres dimensiones comúnmente aceptadas del espacio. El tiempo depende del movimiento o la velocidad. Al acercarse uno a la velocidad de la luz, el tiempo se torna más lento. Si pudiera uno alejarse de la tierra a la velocidad de la luz, el tiempo no cambiaría nunca. Dicho más sencillamente, el tiempo varía según el lugar en que se encuentre uno. Un año en el planeta Júpiter es más largo que un año en la tierra, debido a que Júpiter necesita más tiempo para girar alrededor del sol.

La teoría de Einstein cambió inclusive el concepto de la regla como norma fija de medición.

Explicó que, para un observador, parecen acortarse dos trenes que se acercan uno al otro a gran velocidad; así pues, una regla que se mueve a gran velocidad parecería acortarse cada vez más al acercarse su velocidad a la de la luz. Otro punto importante en la teoría de la relatividad de Einstein es el de que también el peso de un cuerpo depende de la velocidad.

Cuando aumenta la velocidad de un objeto, se vuelve más pesado. Este cambio de peso no es muy grande hasta que se alcanza la velocidad de la luz.

Los diversos elementos de las teorías de Einstein fueron determinados mediante la cuidadosa lógica y complicadas fórmulas matemáticas que pertenecen al reino de las matemáticas puras; sin embargo, al mejorar los aparatos experimentales de la ciencia, se encontró que sus teorías eran asombrosamente exactas cuando se sometieron a la prueba de la experimentación práctica.

Einstein, declaró que no hay una fuerza absoluta de gravedad que atraiga los objetos, como había sostenido Newton. Por el contrario, cada masa tiene dentro de ella una fuerza que está en proporción con su masa, la cual atrae los objetos. esta fuerza de atracción de las masas es responsable también de la curvatura del universo y de las variaciones en la s órbitas de los cuerpos celestes. Con esa teoría, propuso la idea de que la distancia más corta entre dos puntos no es una línea recta, sino curva. Así, por ejemplo, los aeroplanos que vuelan de Nueva York a Londres por la línea más corta, no siguen una trayectoria recta, sino la curva de un gran círculo: la tierra.