Entonces a medianoche, el Señor mató a todo el primogénito en la tierra de Egipto, del primogénito de Faraón que se sentaba en su trono al primogénito del cautivo en el calabozo; incluso todo el primogénito de ganado. Y Faraón y sus sirvientes y todos los egipcios se despertaron en la noche; y hubo un gran lamento en Egipto; porque no había ninguna sola casa dónde no había un muerto. Pero aquéllos en las casas con los postes de la puerta marcados con la sangre del cordero fuerón salvados. Entonces Faraón llamo a Moisés y Aaron de noche, y dijo, "Despierten a todos. Ustedes y los Hijos de Israel deben apartarse de mi gente. Vayanse, sirvan al Señor así como ustedes querían."
Y los egipcios le pidierón a los hebreos que se fueran de prisa, mandandolos de la tierra, lo mas rápidamente posible, diciendo, "Si ustedes no se van, todos nosotros estaremos muertos!" Los egipcios hasta le dieron joyas y oro a los hebreos para su partida. Y los Hijos de Israel--sumando millones-se fuerón--tomando con ellos las bandadas y manadas. Así como Dios le habia anticipado a Abraham, sus descendientes fuerón esclavos, y fuerón liberados en la cuarta generación con gran riqueza. Así esta grande nación que Dios llamó a Su "primogénito" se fue de la tierra de Egipto y acampó en el borde del desierto.
Y el Señor habló a Moisés, diciendo, "Pronto Faraón pensará que los Hijos de Israel están atrapados por el desierto." Y Yo endureceré el corazón de Faraón, y él los seguirá; pero yo me honraré, para que los egipcios puedan saber que Yo Soy El Señor."
¿Entonces, así como Dios dijo, Faraón y sus sirvientes regresarón en contra de los hebreos, diciendo, "Por qué permitimos a los esclavos de Israel irse?" Y Faraón tomó seiscientas carruajes escogidos, y todos los otros carros de Egipto, y sus jinetes y su ejército y siguió a los hebreos, dándoles alcance cuando ellos acamparón de espaldas al Mar Rojo. Cuando los hebreos vieron a los egipcios, se aterrorizarón, y clamaron al Señor. ¡Entonces Moisés le dijo a la gente, "no teman! Deténgase y vean la salvación del Señor que Él mostrará a ustedes hoy: los egipcios que ustedes han visto hoy, ustedes nunca más los veran de nuevo. El Señor luchará por ustedes."
Entonces el Señor dijo a Moisés, "Levanta tu bastón y estira tu mano encima del mar y dividelo. Y los Hijos de Israel atravesarán en la tierra seca en medio del mar." Y Moisés estiró su mano encima del mar y el Señor causó un viento oriental fuerte para empujar el mar y las aguas fueron divididas. E Israel entró a la tierra en medio del mar con el agua formando una pared en ambos lados.
Entonces todos los caballos de Faraón, sus carros, y sus jinetes siguieron a los hebreos, por la tierra seca. Pero el Señor confundió al ejército egipcio, E hizo que las ruedas de los carros se cayeran para que los caballos no pudieran avanzar. Los egipcios tuvierón panico. "Alejemonos de de Israel porque el Señor lucha por ellos." Entonces el Señor dijo a Moisés, "Estira tu mano encima del mar." Y cuando Moisés levantó su mano encima del mar, el mar regresó a su lugar. Los egipcios intentaron escapar del agua, pero el Señor los derrotó en medio del mar. El agua cubrió el ejército de Faraón, sus carros y sus caballos. Todos ellos fueron destruidos. Pero los Hijos de Israel ya habían atravesado sobre tierra seca por en medio del mar. Cuando Israel vio este gran milagro que El Señor hizo contra los egipcios, la gente se atemorizó, y ellos respetarón a Dios y creyeron en el Señor y su siervo Moisés.
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