Tu
eres lo que es el profundo deseo que te impulsa.
Según sean tus deseos será tu voluntad.
Según sea tu voluntad así serán tus actos.
Según sean tus actos así será tu destino.
INTRODUCCIÓN a
Las Siete Leyes Espirituales de Éxito
Aunque el título de este libro es "Las siete leyes espirituales del éxito",
bien podría ser "Las siete leyes espirituales de la vida", porque son los
mismos principios que la naturaleza emplea para crear todo lo que existe en
forma material - todo lo que podemos ver, oír, oler, degustar o tocar.
En Creating Affluence: Wealth Consciousness in the Field of All
Possibilities, se describieron los pasos para llegar a la conciencia de la
riqueza sobre la base de una verdadera comprensión de la manera como
funciona la naturaleza. Las siete leyes espirituales del éxito constituyen
la esencia de esa enseñanza. Cuando este conocimiento se incorpore en
nuestra conciencia, tendremos la capacidad de crear una abundancia ilimitada
sin esfuerzo alguno, y de experimentar el éxito en todo lo que nos
propongamos.
El éxito en la vida podría definirse como el crecimiento continuo de la
felicidad y la realización progresiva de unas metas dignas. El éxito es la
capacidad de convertir en realidad los deseos fácilmente. No obstante, el
éxito, incluyendo la creación de la riqueza, siempre se ha percibido como un
proceso que requiere mucho esfuerzo, y que muchas veces se logra a expensas
de los demás. Necesitamos acercarnos de una manera más espiritual al éxito y
a la riqueza, que no es otra cosa que el flujo abundante de todas las cosas
buenas hacia nosotros.
Conociendo y practicando las leyes
espirituales, entraremos en armonía con la naturaleza para crear con
espontaneidad, alegría y amor.
El éxito tiene muchos aspectos, y la riqueza material es solamente uno de
sus componentes. Además, el éxito es una travesía, no un destino en sí.
Sucede que la abundancia material, en todas sus manifestaciones, es una de
las cosas que nos permite disfrutar más la travesía. Pero el éxito también
se compone de salud, energía, entusiasmo por la vida, realización en las
relaciones con los demás, libertad creativa, estabilidad emocional y
psicológica, sensación de bienestar y paz. Pero ni siquiera experimentando
todas estas cosas podremos realizarnos, a menos que cultivemos la semilla de
la divinidad que llevamos adentro.
En realidad, somos la divinidad
disfrazada, y el espíritu divino que vive dentro de nosotros en un estado
embrionario busca materializarse plenamente. Por tanto, el éxito verdadero
consiste en experimentar lo milagroso. Es el despliegue de la divinidad
dentro de nosotros. Es percibir la divinidad en cualquier lugar a donde
vayamos, en cualquier cosa que veamos: en los ojos de un niño, en la belleza
de una flor, en el vuelo de un pájaro. Cuando comencemos a vivir la vida
como la expresión milagrosa de la divinidad - no de vez en cuando sino en
todo momento - comprenderemos el verdadero significado del éxito.
Antes de definir las siete leyes espirituales, es preciso comprender el
concepto de ley. Una ley es el proceso por el cual se manifiesta lo que no
se ha manifestado; es el proceso por el cual el observador se convierte en
el observado; es el proceso por el cual el que contempla se convierte en
paisaje; es el proceso a través del cual el que sueña proyecta el sueño.
Toda la creación, todo lo que existe en el mundo físico, es el producto de
la transformación de lo inmanifiesto en manifiesto. Todo lo que contemplamos
viene de lo desconocido. Nuestro cuerpo, el universo físico - todo lo que
podemos percibir por medio de los sentidos - es la transformación de lo
inmanifiesto, lo desconocido e invisible en lo manifiesto, lo conocido y lo
visible.
El universo físico no es otra cosa que el yo plegado sobre sí mismo para
experimentarse como espíritu, mente y materia física. En otras palabras,
todos los procesos de la creación son procesos por medio de los cuales el yo
o la divinidad se expresa. La conciencia en movimiento se manifiesta a
través de los objetos del universo, en medio de la danza eterna de la vida.
La fuente de toda creación es la divinidad (o el espíritu); el proceso de
creación es la divinidad en movimiento (o la mente); y el objeto de la
creación es el universo físico (del cual forma parte nuestro cuerpo). Estos
tres componentes de la realidad - espíritu, mente y cuerpo, u observador,
proceso de observación y observado - son básicamente la misma cosa. Todos
provienen del mismo sitio: el campo de la potencialidad pura, puramente
inmanifiesto.
Las leyes físicas del universo representan en realidad todo este proceso de
la divinidad en movimiento o de la conciencia en acción. Cuando comprendemos
estas leyes y las aplicamos en nuestra vida, todo lo que deseamos puede ser
creado, porque las mismas leyes en que se basa la naturaleza. para crear un
bosque, o una galaxia, o una estrella o un cuerpo humano, pueden convertir
en realidad nuestros deseos más profundos.
Ahora veamos las siete leyes espirituales del éxito y la manera de
aplicarlas en nuestra vida.
RESUMEN: Las Siete Leyes Espirituales de Éxito
Libro: Las Siete Leyes Espirituales de Éxito (Dr. Deepak Chopra)
1- La Ley de Potencialidad Pura (o de conciencia pura).
Puede llamarse de muchas maneras, pero en realidad es el Ser, es lo que
somos realmente. Se estudia y se practica haciendo silencio, estableciendo
un compromiso de no juzgar y estando en contacto íntimo con la naturaleza.
¿ Cómo aplicar La ley de la Potencialidad Pura ?
Pondré a funcionar la ley de la. potencialidad pura comprometiéndome a hacer
lo siguiente:
1) Me pondré en contacto con el campo de la potencialidad pura destinando
tiempo todos los días a estar en silencio, limitándome sólo a ser. También
me sentaré solo a meditar en silencio por lo menos dos veces al día,
aproximadamente durante treinta minutos por la mañana y treinta por la noche.
2) Destinaré tiempo todos los días a estar en comunión con la naturaleza y
ser testigo silencioso de la inteligencia que reside en cada cosa viviente.
Me sentaré en silencio a observar una puesta del sol, o a escuchar el ruido
del océano o de un río, o sencillamente a oler el aroma de una flor. En el
éxtasis de mi propio silencio, y estando en comunión con la naturaleza,
disfrutaré el palpitar milenario de la vida, el campo de la potencialidad
pura y la creatividad infinita.
3) Practicaré el hábito de no juzgar. Comenzaré cada día diciéndome: "Hoy no
juzgaré nada de lo que suceda", y durante todo el día me repetiré que no
debo juzgar.
2- La Ley de Dar.
Es lo mismo dar y recibir porque el universo fluye de esa manera y se
ejercita aprendiendo a dar todo aquello que buscamos recibir. Quiere decir:
si lo que busco es amor, tengo que dar amor; si lo que busco es prosperidad,
tengo que ayudar a otros a que sean prósperos.
¿ Cómo aplicar la Ley de Dar ?
Pondré a funcionar la ley del dar comprometiéndome a hacer lo siguiente:
1) Llevaré un regalo a cualquier lugar a donde vaya y para cualquier persona
con quien me encuentre. Ese regalo puede ser un elogio, una flor o una
oración. Hoy les daré algo a todas las personas con quienes me encuentre,
para iniciar así el proceso de poner en circulación la alegría, la riqueza y
la prosperidad en mi vida y en la de los demás.
2) Hoy recibiré con gratitud todos los regalos que la vida me dé. Recibiré
los obsequios de la naturaleza: la luz del sol y el canto de los pájaros, o
los aguaceros de primavera o las primeras nevadas del invierno. También
estaré abierto a recibir de los demás, sea un regalo material, dinero, un
elogio o una oración.
3) Me comprometeré a mantener en circulación la abundancia dando y
recibiendo los dones más preciados de la vida: cariño, afecto, aprecio y
amor. Cada vez que me encuentre con alguien, le desearé en silencio
felicidad, alegría y bienestar.
3- La Ley del Karma (Acción y reacción. Causa y efecto).
Se trabaja haciéndonos conscientes de las elecciones que hacemos a cada
momento y haciéndonos responsables de esas elecciones.
¿ Cómo aplicar la Ley del "Karma" o de Causa y Efecto ?
Pondré a funcionar la ley del karma comprometiéndome a hacer lo siguiente:
1) Hoy observaré las decisiones que tome en cada momento. Y con el simple
hecho de observar esas decisiones, las traeré a mi conciencia. Sabré que la
mejor manera de prepararme para cualquier momento en el futuro es estar
totalmente consciente en el presente.
2) Siempre que haga una elección me formularé dos preguntas: "¿Cuáles son
las consecuencias de esta decisión?" y "¿Traerá esta decisión felicidad y
realización tanto para mí como para aquellos a quienes afectará?"
3) Después le pediré orientación a mi corazón, y me dejaré guiar por su
mensaje de bienestar o de malestar. Si me siento a gusto con la decisión,
seguiré adelante sin temor. Si la decisión me produce malestar, me detendré
a mirar las consecuencias de mi acción con mi visión interior. Esta
orientación me permitirá tomar espontáneamente decisiones correctas tanto
para mí como para todos los que me rodean.
4- La Ley del Menor Esfuerzo.
Es la favorita de muchos pero a veces es la que más cuesta porque estamos
acostumbrados a hacerlo todo con el mayor esfuerzo. Sin embargo, los pájaros
no "tratan" de volar, sencillamente vuelan; los delfines no "tratan" de
nadar, sencillamente nadan; las estrellas no "tratan" de brillar,
sencillamente brillan. Sólo los humanos "tratamos de". El universo no
funciona de esta manera.
Hay muchas creencias que van en contra de esta Ley. Por ejemplo: "el que
quiere celeste que le cueste", "ganarás el pan con el sudor de tu frente",
etc. La Ley del Menor Esfuerzo se practica a través de la aceptación,
aceptar lo que nos ocurre en el momento presente y se activa a través de no
defender nuestro punto de vista, no querer siempre tener la razón y observar
mucho cómo funciona la naturaleza.
¿ Cómo aplicar la Ley del Menor Esfuerzo ?
Pondré a funcionar la ley del menor esfuerzo comprometiéndome a hacer lo
siguiente:
1) Practicaré la aceptación. Hoy aceptaré a las personas, las situaciones,
las circunstancias y los sucesos tal como se presenten. Sabré que este
momento es como debe ser, porque todo el universo es como debe ser. No
lucharé contra todo el universo poniéndome en contra del momento presente.
Mi aceptación es total y completa. Acepto las cosas como son en este momento,
no como me gustaría que fueran.
2) Habiendo aceptado las cosas como son, aceptaré la responsabilidad de mi
situación y de todos los sucesos que percibo como problemas. Sé que asumir
la responsabilidad significa no culpar a nada ni a nadie de mi situación (y
eso me incluye a mí). También sé que todo problema es una oportunidad
disfrazada, y que esta actitud de alerta ante todas las oportunidades me
permite transformar este momento en un beneficio mayor.
3) Hoy mi conciencia mantendrá una actitud no defensiva. Renunciaré a la
necesidad de defender mi punto de vista. No sentiré la necesidad de
convencer o persuadir a los demás de que acepten mi punto de vista.
Permaneceré abierto a todas las opiniones sin aferrarme rígidamente a
ninguna de ellas.
5- La Ley de la Intención y el Deseo.
Empezamos a hacernos conscientes de cómo desear y obtener. Se desea en el
presente, se pone la intención en el futuro y se desapega del resultado. Si
voy a tirar una flecha al blanco, tengo que tener mi atención en el presente,
o sea, en tensar el arco hacia atrás y poner bien la flecha y tengo que
dirigir mi intención en dar en el blanco. O sea, mi intención en el futuro,
mi atención en el presente y al mismo tiempo, desapegar del fruto de la
acción. Esto sería, "no me importa cuántos competidores hay en este torneo",
"no me importa si voy a ganar un premio", "no me importa si voy a salir en
las tapas de las revistas", "no me importa si voy a perder". Todo eso lo
aparto de mí para tener pura atención en el presente, pura intención en el
futuro y desapegarme del fruto de la acción. Las acciones que realizamos de
esta manera adquieren mucha potencia.
¿ Cómo aplicar la Ley de la Intención y el Deseo ?
Pondré a funcionar la ley de la intención y el deseo comprometiéndome a
hacer lo siguiente:
1) Haré una lista de todos mis deseos, y la llevaré a donde quiera que vaya.
Miraré la lista antes de entrar en mi silencio y mi meditación. La miraré
antes de dormir por la noche. La miraré al despertar por la mañana.
2) Liberaré esta lista de mis deseos y la entregaré al seno de la creación,
confiando en que cuando parezca que las cosas no están saliendo bien, hay
una razón, y en que el plan cósmico tiene para mí unos designios mucho más
importantes que los que yo he concebido.
3) Recordaré practicar la conciencia del momento presente en todos mis actos.
No permitiré que los obstáculos consuman o disipen la concentración de mi
atención en el momento presente. Aceptaré el presente tal como es, y
proyectaré el futuro a través de mis intenciones y mis deseos más profundos
y queridos.
6- La Ley del Desapego.
Solo tenemos el presente. Esta Ley activa la conciencia del momento presente
y la gloria de vivir en él y ayuda a echar el ancla en la sabiduría de la
inseguridad de la vida.
¿ Cómo aplicar la Ley del Desapego ?
Pondré a funcionar la ley del desapego comprometiéndome a hacer lo siguiente:
1) Hoy me comprometeré con el desapego. Me permitiré y les permitiré a los
que me rodean la libertad de ser como somos. No impondré tercamente mi
opinión de cómo deben ser las cosas. No forzaré las soluciones de los
problemas, y, por tanto, no crearé con eso otros nuevos. Participaré en todo
con absoluto desprendimiento.
2) Hoy convertiré a la incertidumbre en un elemento esencial de mi
experiencia. Y gracias a esa disponibilidad para aceptar la incertidumbre,
las soluciones surgirán espontánea
mente de los problemas, de la confusión, del desorden y del caos. Cuanto más
inciertas parezcan las cosas, más seguro me sentiré porque la incertidumbre
es el camino hacia la libertad. Por medio de la sabiduría de la
incertidumbre, encontraré mi seguridad.
3) Penetraré en el campo de todas las posibilidades y esperaré la emoción
que tiene lugar cuando me mantengo abierto a una infinidad de alternativas.
Cuando entre en el campo de todas las posibilidades, experimentaré todo el
regocijo, la aventura, la magia y el misterio de la vida.
7- La Ley del “Dharma” o Propósito en la Vida.
Es la Ley del propósito en la vida. Todos venimos a la vida para cumplir un
propósito y solamente nosotros podemos descubrir cuál es. Cómo expresar ese
propósito y cómo usarlo para ayudar a los demás es parte de nuestro
aprendizaje.
Esta Ley se activa preguntándonos, cuando vamos a hacer algo, "cómo puedo
ayudar?" en lugar de "qué gano yo con eso?". Este solo cambio de pregunta
interna, trae una gran evolución espiritual, hace que nuestro espíritu se
haga presente y apoye nuestras acciones.
¿ Cómo aplicar la Ley del “Dharma” o Propósito en la Vida ?
Pondré a funcionar la ley del dharma comprometiéndome a hacer lo siguiente:
1) Hoy cultivaré con amor al dios en embrión que reside en el fondo de mi
alma. Prestaré atención al espíritu interior que anima tanto a mi cuerpo
como a mi mente. Despertaré a esa quietud profunda del interior de mi
corazón. Mantendré la conciencia del ser atemporal y eterno, en medio de la
experiencia limitada por el tiempo.
2) Haré una lista de mis talentos únicos. Después haré una lista de las
cosas que me encanta hacer cuando estoy expresando mis talentos únicos.
Cuando expreso mis talentos únicos y los utilizo en servicio de la humanidad,
pierdo la noción del tiempo y produzco abundancia tanto en mi vida como en
la vida de los demás.
3) Todos los días me preguntaré: "¿Cómo puedo servir?" y "¿Cómo puedo ayudar?"
Las respuestas a estas preguntas me permitirán ayudar y servir con amor a
los demás seres humanos.
EL CONOCIMIENTO Y PRÁCTICA DE ESTAS SIETE LEYES, TRAE UNA GRAN
TRANSFORMACIÓN A TU VIDA
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