Tu
eres lo que es el profundo deseo que te impulsa.
Según sean tus deseos será tu voluntad.
Según sea tu voluntad así serán tus actos.
Según sean tus actos así será tu destino.
El éxito
no se trata de dinero, el éxito es sentirse realizado...
Por: H é c t o r
A. G a r c í a
Vea
→
Conciencia de exito
Hay quienes creen en Dios, pero no le han creido a El. No viven
conforme a esa fe que los hace creer en El y en si mismos. Dudan, flaquean,
cambian de parecer, rompen promesas, actuan contrario a los consejos de Dios
y estos pagan las consecuencias. No hay mejor ejemplo de fe que el de
Job, aún en su peór momento lleno de llagas y habiendo perdido su familia,
salud y pertenencias seguia creyendo no solo en Dios, siguio creyendole a
El, su Fe era inquebrantable.
Por espacio de cuatro
años he trabajado bien duro con este portal educativo de Proyecto Salón
Hogar. Comencé a crear esta página para el 2001 mientras tambien comenzaba a
vender computadoras. Mi primera semana de trabajo rompí todos los records en ventas de
computadoras y fueron sobre 300 solicitudes sometidas con unas 73
aprobaciones. Con una comisión personal de $499.00 por computadora yo sabia
que me haría millonario en pocos meses, pero no fue así. Mi proveedor de
computadoras no pudo siquiera despacharme 10 computadoras en esa semana, y
mis 32 vendedores se me fueron, así con ese tropiezo comencé este proyecto.
Luego ya normalizada la cosa, conseguí un proveedor de equipos confiable y me mantuve
entre 30 a 40 ventas semanales, mientras mis nuevos 12 vendedores realmente estaban
vendiendo mas de 70, pero estos tenían negocios sucios por debajo de la mesa con
mi competencia y lo que hacian era usar mis facilidades para venderle a
ellos. Por lo que decidí cerrar una espectacular oficina en la parada 23½
en Santurce, con
24 empleados, por una serie de problemas legales que estos vendedores me
comenzaban a crear. Por otro lado mi ayudante personal me defraudo económicamente y me
dejo en la ruina, con mi cuenta bancaria en cero y obligaciones por cerca
de $20,000 dólares.
Con
absolutamente "todos", unos (8) dueños de tiendas de
computadoras; a quienes
yo se las vendía, terminaban ofreciéndoles comisiones a mis
vendedores por debajo de la mesa y terminábamos en que de yo hacerle el favor de venderles sus
equipos, eventualmente nos convirtiéramos en competencia y no muy buenos amigos.
Yo hacia vendedores que ni siquiera sabian operar una computadora, les daba
un lenguaje de trabajo muy sugestivo y ellos me lo agradecian usandolo en mi
contra, regalandole ese conocimiento a mi competencia.
Vea la carta de escuela que
se convirtio en el exito más grande en las ventas de computadoras en Puerto
Rico. [Entrar]
Este
proyecto se me hizo bien duro y difícil, pero yo tenía algo claro y que aun
conservo en mi mente, TENIA QUE PERSISTIR HASTA ALCANZAR EL EXITO.
Deje de vender computadoras y me olvide de los vendedores, solo me dedique a
construír esta página y dotarla de lo que yo sabia que era necesario para
poder obtener unos mayores beneficios que ni mil vendedores me podrian dar,
se trataba ya de una satisfacción personal, de hacer algo digno y de lo que
sentime orgulloso aunque no me hiciera rico.
Hoy
comienzo a ver los frutos de una noble gestión de mi parte al haberle creado
este lugar a todos los estudiantes, padres y maestros de Puerto Rico, como
del mundo entero. Grandes cosas se asoman en mi horizonte y PAPA DIOS me dio una
hermosa lección, yo necesitaba dos cosas que no tenía aún, PACIENCIA Y
MADUREZ. Ya el Departamento de Educación de Puerto Rico valido a
este portal educativo dandole una credibilidad que no tiene otros que estan
el la red, ese es el primer paso a una serie de logros que se avecinan.
Hay que trabajar duro, no
importan los tropiezos, usalos de escuela maestra y poco a poco ve construyéndote y
fortaleciéndote con esas pruebas, te habrás de sentir mas orgulloso de ti
cuando hayas llegado al tope de la montaña, y mientras mas alta y empinada
mejor, siéntate allá arriba y mira a los que te la pusieron difícil,
mandeles un saludo y complacete de estar arriba y no allá abajo con ellos.
Recuerda esto: La Fe no es Fe, hasta que es
lo unico que te sostiene.
Y no olvides esto otro: La Fe sin obras es
muerta, sal y has lo que tienes que hacer "Ahora" no esperes por nadie.
INTRODUCCIÓN
Aunque el título de este libro es "Las siete leyes espirituales del éxito",
bien podría ser "Las siete leyes espirituales de la vida", porque son los
mismos principios que la naturaleza emplea para crear todo lo que existe en
forma material - todo lo que podemos ver, oír, oler, degustar o tocar.
En Creating Affluence: Wealth Consciousness in the Field of All
Possibilities, se describieron los pasos para llegar a la conciencia de la riqueza
sobre la base de una verdadera comprensión de la manera como funciona la
naturaleza. Las siete leyes espirituales del éxito constituyen la esencia de
esa enseñanza. Cuando este conocimiento se incorpore en nuestra conciencia,
tendremos la capacidad de crear una abundancia ilimitada sin esfuerzo alguno,
y de experimentar el éxito en todo lo que nos propongamos.
El éxito en la vida podría definirse como el crecimiento continuo de la
felicidad y la realización progresiva de unas metas dignas. El éxito es la
capacidad de convertir en realidad los deseos fácilmente. No obstante, el
éxito, incluyendo la creación de la riqueza, siempre se ha percibido como un
proceso que requiere mucho esfuerzo, y que muchas veces se logra a expensas
de los demás. Necesitamos acercarnos de una manera más espiritual al éxito y
a la riqueza, que no es otra cosa que el flujo abundante de todas las cosas
buenas hacia nosotros.
Conociendo y
practicando las leyes espirituales, entraremos en armonía con la naturaleza
para crear con espontaneidad, alegría y amor.
El éxito tiene muchos aspectos, y la riqueza material es solamente uno de
sus componentes. Además, el éxito es una travesía, no un destino en sí.
Sucede que la abundancia material, en todas sus manifestaciones, es una de
las cosas que nos permite disfrutar más la travesía. Pero el éxito también
se compone de salud, energía, entusiasmo por la vida, realización en las
relaciones con los demás, libertad creativa, estabilidad emocional y
psicológica, sensación de bienestar y paz. Pero ni siquiera experimentando
todas estas cosas podremos realizarnos, a menos que cultivemos la semilla de
la divinidad que llevamos adentro.
En realidad, somos
la divinidad disfrazada, y el espíritu divino que vive dentro de nosotros en
un estado embrionario busca materializarse plenamente. Por tanto, el éxito
verdadero consiste en experimentar lo milagroso. Es el despliegue de la
divinidad dentro de nosotros. Es percibir la divinidad en cualquier lugar a
donde vayamos, en cualquier cosa que veamos: en los ojos de un niño, en la
belleza de una flor, en el vuelo de un pájaro. Cuando comencemos a vivir la
vida como la expresión milagrosa de la divinidad - no de vez en cuando sino
en todo momento - comprenderemos el verdadero significado del éxito.
Antes de definir las siete leyes espirituales, es preciso comprender el
concepto de ley. Una ley es el proceso por el cual se manifiesta lo que no
se ha manifestado; es el proceso por el cual el observador se convierte en
el observado; es el proceso por el cual el que contempla se convierte en
paisaje; es el proceso a través del cual el que sueña proyecta el sueño.
Toda la creación, todo lo que existe en el mundo físico, es el producto de
la transformación de lo inmanifiesto en manifiesto. Todo lo que contemplamos
viene de lo desconocido. Nuestro cuerpo, el universo físico - todo lo que
podemos percibir por medio de los sentidos - es la transformación de lo
inmanifiesto, lo desconocido e invisible en lo manifiesto, lo conocido y lo
visible.
El universo físico no es otra cosa que el yo plegado sobre sí mismo para
experimentarse como espíritu, mente y materia física. En otras palabras,
todos los procesos de la creación son procesos por medio de los cuales el yo
o la divinidad se expresa. La conciencia en movimiento se manifiesta a
través de los objetos del universo, en medio de la danza eterna de la vida.
La fuente de toda creación es la divinidad (o el espíritu); el proceso de
creación es la divinidad en movimiento (o la mente); y el objeto de la
creación es el universo físico (del cual forma parte nuestro cuerpo). Estos
tres componentes de la realidad - espíritu, mente y cuerpo, u observador,
proceso de observación y observado - son básicamente la misma cosa. Todos
provienen del mismo sitio: el campo de la potencialidad pura, puramente
inmanifiesto.
Las leyes físicas del universo representan en realidad todo este proceso de
la divinidad en movimiento o de la conciencia en acción. Cuando comprendemos
estas leyes y las aplicamos en nuestra vida, todo lo que deseamos puede ser
creado, porque las mismas leyes en que se basa la naturaleza. para crear un
bosque, o una galaxia, o una estrella o un cuerpo humano, pueden convertir
en realidad nuestros deseos más profundos.
Ahora veamos las siete leyes espirituales del éxito y la manera de
aplicarlas en nuestra vida.
Las siete leyes espirituales del éxito
Deepak Chopra
Primera Ley
LA LEY DE POTENCIALIDAD PURA
La fuente de toda creación es la conciencia pura... la potencialidad pura
que busca expresarse para pasar de lo inmanifiesto a lo manifiesto.
Y cuando nos damos cuenta de que nuestro verdadero yo es la potencialidad
pura, nos alineamos con el poder que lo expresa todo en el universo.
En el principio
no había existencia ni inexistencia;
todo este mundo era energía sin manifestarse...
El Ser único respiraba, sin respiración,
por su propio poder. Nada más existía...
- Himno de la Creación, Rig Veda
La primera ley espiritual del éxito es la ley de la potencialidad pura. Se
basa en el hecho de que, en nuestro estado esencial, somos conciencia pura.
La conciencia pura es potencialidad pura; es el campo de todas las
posibilidades y de la creatividad infinita. La conciencia pura es nuestra
esencia espiritual. Siendo infinita e ilimitada, también es felicidad pura.
Otros atributos de la conciencia son el conocimiento puro, el silencio
infinito, el equilibrio perfecto, la invencibilidad, la simplicidad y la
dicha. Ésa es nuestra naturaleza esencial; una naturaleza de potencialidad
pura.
Cuando descubrimos nuestra naturaleza esencial y sabemos quién somos
realmente, ese solo conocimiento encierra la capacidad de convertir en
realidad todos nuestros sueños, porque somos la posibilidad eterna, el
potencial inconmensurable de todo lo que fue, es y será. La ley de la
potencialidad pura también podría denominarse ley de la unidad, porque
sustentando la infinita diversidad de la vida está la unidad de un solo
espíritu omnipresente. No existe separación entre nosotros y ese campo de
energía. El campo de la potencialidad pura es nuestro propio yo. Y cuanto
más desarrollemos nuestra propia naturaleza, más cerca estaremos de ese
campo de potencialidad pura.
Vivir de acuerdo con nuestro yo, en una constante auto-referencia, significa
que nuestro punto interno de referencia es nuestro propio espíritu, y no los
objetos de nuestra experiencia. Lo contrario de la auto-referencia es la
referencia al objeto. Cuando vivimos según la referencia al objeto, estamos
siempre influidos por las cosas que están fuera de nuestro yo; entre ellas
están las situaciones en las que nos involucramos, nuestras circunstancias,
y las personas y las cosas que nos rodean. Cuando vivimos según la
referencia al objeto, buscamos constantemente la aprobación de los demás.
Nuestros pensamientos y comportamientos esperan constantemente una respuesta.
Nuestra vida, por tanto, se basa en el temor.
Cuando vivimos según la referencia al objeto, también sentimos una intensa
necesidad de controlarlo todo. Sentimos intensa necesidad de tener poder
externo. La necesidad de aprobación, la necesidad de controlar las cosas y
de tener poder externo se basan en el temor. Esta forma de poder no es el de
la potencialidad pura, ni el poder del yo, o poder real. Cuando
experimentamos el poder del yo no hay temor, no hay necesidad de controlar,
y no hay lucha por la aprobación o por el poder externo.
Cuando vivimos según la referencia al objeto, el punto de referencia interno
es el ego. Sin embargo, el ego no es lo que realmente somos. El ego es
nuestra autoimagen, nuestra máscara social; es el papel que estamos
desempeñando. A la máscara social le gusta la aprobación; quiere controlar,
y se apoya en el poder porque vive en el temor.
Nuestro verdadero yo, que es nuestro espíritu, nuestra alma, está
completamente libre de esas cosas. Es inmune a la crítica, no le teme a
ningún desafío y no se siente inferior a nadie. Y, sin embargo, es humilde y
no se siente superior a nadie, porque es consciente de que todos los demás
son el mismo yo, el mismo espíritu con distintos disfraces.
Ésa es la diferencia esencial entre la referencia al objeto y la auto-referencia.
En la auto-referencia, experimentamos nuestro verdadero ser, el cual no les
teme a los desafíos, respeta a todo el mundo y no se siente inferior a nadie.
Por tanto, el poder del yo es el verdadero poder.
El poder basado en la referencia al objeto, en cambio, es falso. Siendo un
poder que se basa en el ego, existe únicamente mientras exista el objeto de
referencia. Si uno tiene cierto título - si es el presidente del país o el
presidente de la junta directiva de una corporación - o si tiene muchísimo
dinero, el poder de que disfruta está ligado al título, al cargo o al dinero.
El poder basado en el ego dura solamente lo que duran esas cosas. Apenas
desaparezcan el título, el cargo y el dinero, desaparecerá el poder.
Por otra parte, el poder del yo es permanente porque se basa en el
conocimiento del yo, y este poder tiene ciertas características: Atrae la
gente hacia nosotros y también atrae las cosas que deseamos. Él magnetiza a
las personas, las situaciones y las circunstancias en apoyo de nuestros
deseos. Esto es lo que se conoce también como apoyo de las leyes de la
naturaleza. Es el apoyo de la divinidad; es el apoyo que se deriva de estar
en un estado de gracia. Este poder es tal que disfrutamos de un vínculo con
la gente y la gente disfruta de un vínculo con nosotros. Es el poder de
establecer lazos - lazos que emanan del verdadero amor.
¿Cómo podemos aplicar la ley de la potencialidad pura, el campo de todas las
posibilidades, en nuestra vida? Si queremos disfrutar de los beneficios del
campo de la potencialidad pura, si queremos utilizar plenamente la
creatividad inherente a la conciencia pura, debemos tener acceso a ella. Una
manera de tener acceso al campo de la potencialidad pura es por medio de la
práctica diaria del silencio, de la meditación y del hábito de no juzgar.
Pasar algún tiempo en contacto con la naturaleza también nos brinda acceso a
las cualidades inherentes al campo: creatividad infinita, libertad y
felicidad.
Practicar el silencio significa comprometernos a destinar cierta cantidad de
tiempo sencillamente a ser. Tener la experiencia del silencio significa
renunciar periódicamente a la actividad de hablar. También significa
renunciar periódicamente a actividades tales como ver televisión, escuchar
radio, o leer. Si nunca nos damos la oportunidad de experimentar el silencio,
esto crea una turbulencia en nuestro diálogo interno.
Destinemos un corto tiempo de vez en cuando a experimentar el silencio. O
sencillamente comprometámonos a hacer silencio durante un determinado tiempo
todos los días. Podrían ser dos horas, o si eso nos parece mucho, hagámoslo
durante una hora. Y de vez en cuando dediquemos un período largo a
experimentar el silencio, por ejemplo todo el día, o dos días, o hasta una
semana.
¿Qué sucede cuando entramos en esta experiencia del silencio? En un
principio, nuestro diálogo interno se vuelve todavía más turbulento.
Sentimos la necesidad apremiante de decir cosas. He conocido personas que
llegan a la desesperación total el primer o el segundo día que se consagran
a guardar silencio durante un período prolongado. Súbitamente los invade una
sensación de urgencia y de ansiedad. Pero a medida que perseveran en la
experiencia, su diálogo interno comienza a callar. Y al poco tiempo, el
silencio se vuelve profundo. Esto se debe a que después de cierto tiempo, la
mente se da por vencida; se da cuenta de que no tiene sentido insistir e
insistir si el yo - el espíritu, el que decide - no desea hablar, y punto.
Luego, cuando calla el diálogo interior, empezamos a experimentar la quietud
del campo de la potencialidad pura.
Practicar el silencio periódicamente, en el momento que más nos acomode, es
una manera de experimentar la ley de la potencialidad pura. Otra manera es
dedicar un tiempo todos los días a la meditación. Lo ideal es meditar por lo
menos durante treinta minutos por la mañana y treinta minutos por la noche.
Por medio de la meditación aprenderemos a experimentar el campo del silencio
puro y la conciencia pura. En ese campo del silencio puro está el campo de
la correlación infinita, el campo del poder organizador infinito, el terreno
último de la creación donde todo está conectado inseparablemente con todo lo
demás.
En la quinta ley espiritual, la ley de la. intención y el deseo,
aprenderemos la manera de introducir un leve impulso de intención en este
campo para que la realización de nuestros deseos tenga lugar espontáneamente.
Pero primero debemos tener la experiencia de la quietud. La quietud es el
primer requisito para manifestar nuestros deseos, porque en la quietud
reside nuestra conexión con el campo de la potencialidad pura, el cual puede
organizar una infinidad de detalles para nosotros.
Imaginemos que lanzamos una piedra pequeña en un pozo de agua y observamos
las ondas que se forman. Al rato, cuando las ondas desaparezcan y el agua
quede quieta, quizás lancemos otra piedra. Eso es exactamente lo que hacemos
cuando entramos en el campo del silencio puro e introducimos nuestra
intención. En ese silencio, hasta la menor intención avanzará formando ondas
por el terreno subyacente de la conciencia universal, el cual conecta todo
con todo lo demás. Pero si no experimentamos la quietud de la conciencia, si
nuestra mente es como un océano turbulento, podríamos lanzar en él todo el
edificio Empire State sin ver efecto alguno. La Biblia dice: "Calla, y
sabrás que soy Dios". Esto es algo que sólo se puede lograr a través de la
meditación.
Otra manera de entrar en el campo de la potencialidad pura es por medio de
la práctica del hábito de no juzgar. juzgar es evaluar constantemente las
cosas para clasificarlas como correctas o incorrectas, buenas o malas.
Cuando estamos constantemente evaluando, clasificando, rotulando y
analizando, creamos mucha turbulencia en nuestro diálogo interno. Esa
turbulencia frena la energía que fluye entre nosotros y el campo de la
potencialidad pura. Literalmente, comprimimos el espacio entre un
pensamiento y otro.
Ese espacio es nuestra conexión con el campo de la potencialidad pura. Es el
estado de conciencia pura, el espacio silencioso entre los pensamientos, la
quietud interior que nos conecta con el poder verdadero. Y cuando
comprimimos el espacio, reducimos nuestra conexión con el campo de la
potencialidad pura y la creatividad infinita.
En Un curso de milagros hay una oración que dice: "Hoy no juzgaré nada de lo
que suceda". El hábito de no juzgar crea silencio en la mente. Por tanto, es
buena idea comenzar el día con esa afirmación. Y durante todo el día,
recordémosla cada vez que nos sorprendamos juzgando. Si nos parece muy
difícil practicar este procedimiento durante todo el día, entonces
sencillamente digámonos: "No juzgaré nada durante las próximas dos horas" o
"Durante la próxima hora, pondré en práctica el hábito de no formar juicios".
Después podremos ampliar gradualmente el tiempo.
Por medio del silencio, de la meditación y del hábito de no juzgar,
tendremos acceso a la primera ley, la ley de la potencialidad pura. Una vez
que logremos este acceso, podremos agregar un cuarto componente a esta
práctica: pasar regularmente un tiempo en contacto directo con la naturaleza.
Pasar un tiempo con la naturaleza nos permitirá sentir la interacción
armoniosa de todos los elementos y las fuerzas de la vida, y experimentar un
sentimiento de unidad con todas las cosas de la vida. Trátese de un arroyo,
un bosque, una montaña, un lago o del mar, esa conexión con la inteligencia
de la naturaleza también nos ayudará a lograr el acceso al campo de la
potencialidad pura.
Debemos aprender a ponernos en contacto con la esencia más íntima de nuestro
ser. Esa verdadera esencia está más allá del ego. No teme; es libre; es
inmune a la crítica; no retrocede ante ningún desafío. No es inferior ni
superior a nadie, y está llena de magia, misterio y encanto.
El acceso a nuestra esencia verdadera también nos permitirá mirarnos en el
espejo de las relaciones interpersonales, porque toda relación es un reflejo
de la relación que tenemos con nosotros mismos. Si, por ejemplo, nos
sentimos culpables, temerosos o inseguros con respecto al dinero, al éxito o
a cualquier otra cosa, estos sentimientos serán el reflejo de la
culpabilidad, la inseguridad y el temor básicos de nuestra personalidad. No
existe en el mundo ningún dinero o éxito que pueda resolver estos problemas
básicos de la existencia; solamente la intimidad con el yo podrá hacer
surgir la verdadera cura. Y cuando estemos bien afianzados en el
conocimiento de nuestro verdadero yo - cuando realmente comprendamos su
verdadera naturaleza - jamás nos sentiremos culpables, temerosos o inseguros
acerca del dinero, o de la abundancia, o de la realización de nuestros
deseos, porque comprenderemos que la esencia de toda riqueza material es la
energía vital, la potencialidad pura; y la potencialidad pura es nuestra
naturaleza intrínseca.
A medida que logremos más y más acceso a nuestra verdadera naturaleza,
también iremos teniendo espontáneamente pensamientos creativos, porque el
campo de la potencialidad pura es también el de la creatividad infinita y el
del conocimiento puro. Franz Kafka, el poeta y filósofo austriaco, dijo
alguna vez: "No hay necesidad de salir de la habitación. Basta con sentarse
a la mesa y escuchar. Ni siquiera es necesario escuchar, sólo esperar. Ni
siquiera hay que esperar, sólo aprender a estar en silencio, quieto y
solitario. El mundo se te ofrecerá libremente para ser descubierto. Él no
tiene otra alternativa; caerá en éxtasis a tus pies".
La abundancia del universo - la espléndida exhibición y riqueza del universo
- es una expresión de la mente creativa de la naturaleza. Cuanto más
sintonizados estemos con la mente de la naturaleza, mayor acceso tendremos a
su creatividad infinita e ilimitada. Pero primero debemos dejar atrás la
turbulencia de nuestro diálogo interno, a fin de poder conectarnos con esa
mente rica, abundante, infinita y creativa. Y entonces crearemos la
posibilidad de una actividad dinámica, pero manteniendo al mismo tiempo la
quietud de la mente eterna, ilimitada y creativa. Esta exquisita combinación
de la mente silenciosa, ilimitada e infinita con la mente dinámica, limitada
e individual, es el equilibrio perfecto de la quietud y el movimiento
simultáneos, el cual puede crear cualquier cosa que deseemos. Esta
coexistencia de los contrarios - quietud y dinamismo al mismo tiempo - nos
independiza de las situaciones, las circunstancias, las personas y las cosas
que nos rodean.
Cuando reconozcamos calladamente esta coexistencia exquisita de los
contrarios, nos alinearemos con el mundo de la energía - el caldo cuántico,
la cosa inmaterial que constituye la fuente del mundo material.
Este mundo de energía es fluido, dinámico,
flexible, cambiante, y está siempre en movimiento. Pero, al mismo tiempo, es
quieto, callado, eterno, silencioso y no cambia.
La quietud en sí constituye la potencia para crear; el movimiento en sí es
la creatividad reducida a un determinado aspecto de su expresión. Pero la
combinación de quietud y movimiento nos permite dar rienda suelta a la
creatividad en todas las direcciones - a donde quiera que el poder de
nuestra atención nos lleve.
A donde quiera que vayamos en medio del movimiento y la actividad, llevemos
con nosotros la quietud. De esa manera, el movimiento caótico que nos rodea
jamás nos ocultará la puerta de acceso al manantial de creatividad, al campo
de la potencialidad pura.
CÓMO
APLICAR LA LEY DE LA POTENCIALIDAD PURA
Pondré
a funcionar la ley de potencialidad pura comprometiéndome a lo siguiente:
1) Me pondré en contacto con el campo de la potencialidad pura destinando
tiempo todos los días a estar en silencio, limitándome sólo a ser. También
me sentaré solo a meditar en silencio por lo menos dos veces al día,
aproximadamente durante treinta minutos por la mañana y treinta por la noche.
2) Destinaré tiempo todos los días a estar en comunión con la naturaleza y
ser testigo silencioso de la inteligencia que reside en cada cosa viviente.
Me sentaré en silencio a observar una puesta del sol, o a escuchar el ruido
del océano o de un río, o sencillamente a oler el aroma de una flor. En el
éxtasis de mi propio silencio, y estando en comunión con la naturaleza,
disfrutaré el palpitar milenario de la vida, el campo de la potencialidad
pura y la creatividad infinita.
3) Practicaré el hábito de no juzgar. Comenzaré cada día diciéndome: "Hoy no
juzgaré nada de lo que suceda", y durante todo el día me repetiré que no
debo juzgar.
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