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Filosofía
Sócrates, Platón, Aristóteles y
Jesús
Alejandro Magno, Julio Cesar y Augusto
Continua>>>>
Presentación
La
historia universal preserva los nombres de una serie de hombres que,
en diversos campos, han hecho aportes significativos a la evolución
de la humanidad. Entre ellos se cuentan, por ejemplo, un Sócrates en
la filosofía, un Mahoma en la religión, un polifacético Leonardo da
Vinci en la pintura, un Beethoven en la música o un Albert Einstein
en la ciencia, entre otros.
También en la
historia de Puerto Rico hubo
personajes que marcaron la época en que vivieron y el ámbito en que
actuaron. Es el caso de Eugenio Maria de Hostos
durante el proceso independentista que dio vida a nuestro sentido
patriótico, o de Pablo Neruda en el campo de la literatura.
Proyecto Salón Hogar,
ha reunido todos estos personajes en una serie llamada
Forjadores de la Historia, que se inicia
hoy y se publicará durante todo el año. Son casi 25 siglos de
historia universal y mas de 500 años de
historia de Puerto Rico relatados a través
de la biografía de quienes ayudaron a construirla.
Junto con los
antecedentes sobre la vida de cada uno de ellos y el aporte que
realizaron, se traza una panorámica de la época en que vivieron.
Textos redactados en un lenguaje claro y ameno, combinados con
imágenes e ilustraciones novedosas que entregan una forma distinta
de ver la historia, de gran utilidad en la enseñanza de esta
disciplina.
Sócrates, el más sabio de
los hombres
470 a.C. 399 a.C.
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"Sólo sé que
no se nada..." (Sócrates)
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Este pensador
griego, fue uno de los más grande filósofos de la antigüedad, porque
consagró el pensamiento filosófico. Fue maestro de Platón, Euclides,
Fedón, Jenofonte y Aristipo.
Este
filósofo griego, que encarnó la virtud y la sabiduría, vivió en
Atenas en el siglo V a.C, más conocido como el Siglo de Pericles,
la época de mayor gloria de la cultura griega.
Datos biográficos
Nació en el año 470
a.C., aproximadamente. Fue ateniense, hijo del escultor Sofronisco y
de la partera Fenareta. De su infancia y juventud no se sabe casi
nada, solo que aprendió el arte de su padre, lo que le ayudó para su
subsistencia cuando este murió y quedó solo. De ahí se interesó por
el conocimiento y su formación la llevó a cabo con los filósofos
Pródico y Arquelao. Luego tuvo una gran participación como soldado
en varias batallas de la Guerra del Peloponeso.
En su parte física,
no fue precisamente agraciado. Tenía los ojos saltones, la nariz
chata, los labios gruesos y era calvo. Se casó a una edad algo
avanzada, con Jantipa, con quien tuvo dos hijas y un hijo.
En el mundo solo se
le conoció a través de sus discípulos Platón, Jenofonte y
Aristófanes, que escribieron sobre él, ya que no dejó ninguna
doctrina filosófica escrita.
Sus diálogos
Sócrates tenía poco
dinero y nunca se esforzó demasiado por poseer más. Solo dedicó su
vida a la polémica y a la enseñanza. Las plazas públicas, las
tiendas de artesanos, los gimnasios o cualquier otro lugar era bueno
para que hubiera hombres, preferentemente jóvenes, que desearan
ilustrarse, que estuvieran dispuestos a conversar con él, a
responder a sus preguntas, a buscar y exponer la verdad. Además,
para él los valores éticos y la virtud debían tener un fundamento
absoluto, ajeno a las circunstancias y accesible a la razón.
La diferencia del
pensamiento de Sócrates con otros sabios de la época, como fueron
los sofistas (ver recuadro), radica en que este rechazó la
retórica (arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o
hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover),
considerando que el conocimiento conducía siempre a una verdad
necesaria. Para ello, creó un método llamado mayéutica, con
el cual se puede encontrar la verdad que existe en la mente de cada
interlocutor. Esto lo hizo mediante diálogos, en los que examinó las
contradicciones de sus discípulos.
Su tumba |
En
1995, la prensa informó que, cuando se excavaba para
construir el Metro de Atenas, se había encontrado la que
posiblemente fuese la tumba de Sócrates. En ella se
encontró un esqueleto de varón, dos ánforas, un pocillo
con restos de una sustancia venenosa y otros utensilios.
Hasta hoy siguen las investigaciones del hallazgo. |
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Juicio y muerte
En el año 399 a.C.,
Sócrates fue acusado de inconformismo con la religión oficial y de
corromper a la juventud con sus enseñanzas. Por ello, fue llevado a
la cárcel y condenado a beber cicuta (veneno preparado con el
jugo de esta planta). Aunque su amigo Critón le propuso fugarse, él
no aceptó y obedeció el fallo, pese a considerarlo injusto.
Pensamiento
1. Sócrates no
escribió nada y, a pesar de haber tenido numerosos
seguidores, nunca creó una escuela filosófica. Las
llamadas escuelas socráticas fueron iniciativa de
sus seguidores. Acerca de su actividad filosófica
nos han llegado diversos testimonios,
contradictorios entre ellos, como los de Jenofonte,
Aristófanes o Platón, que suscitan el llamado
problema socrático, es decir la fijación de la
auténtica personalidad de Sócrates y del contenido
de sus enseñanzas. Si creemos a Jenofonte, a
Sócrates le interesaba fundamentalmente la formación
de hombres de bien, con lo que su actividad
filosófica quedaría reducida a la de un moralista
práctico: el interés por las cuestiones lógicas o
metafísicas sería algo completamente ajeno a
Sócrates. Poco riguroso se considera el retrato que
hace Aristófanes de Sócrates en "Las nubes", donde
aparece como un sofista jocoso y burlesco, y que no
merece mayor consideración.
2. Más problemas
plantea la interpretación del Sócrates platónico:
¿Responden las teorías puestas en boca de Sócrates
en los diálogos platónicos al personaje histórico, o
al pensamiento de Platón? La posición tradicional es
que Platón puso en boca de Sócrates sus propias
teorías en buena parte de los diálogos llamados de
transición y en los de madurez, aceptándose que los
diálogos de juventud reproducen el pensamiento
socrático. Esta posición se vería apoyada por los
comentarios de Aristóteles sobre la relación entre
Sócrates y Platón, quien afirma claramente que
Sócrates no "separó" las Formas, lo que nos ofrece
bastante credibilidad, dado que Aristóteles
permaneció veinte años en la Academia.
3. El rechazo del
relativismo de los sofistas llevó a Sócrates a la
búsqueda de la definición universal, que pretendía
alcanzar mediante un método inductivo; probablemente
la búsqueda de dicha definición universal no tenía
una intención puramente teórica, sino más bien
práctica. Tenemos aquí los elementos fundamentales
del pensamiento socrático..
4. Los sofistas habían
afirmado el relativismo gnoseológico y moral.
Sócrates criticará ese relativismo, convencido de
que los ejemplos concretos encierran un elemento
común respecto al cual esos ejemplos tienen un
significado. Si decimos de un acto que es "bueno"
será porque tenemos alguna noción de "lo que es"
bueno; si no tuviéramos esa noción, ni siquiera
podríamos decir que es bueno para nosotros pues, ¿cómo
lo sabríamos? Lo mismo ocurre en el caso de la
virtud, de la justicia o de cualquier otro concepto
moral. Para el relativismo estos conceptos no son
susceptibles de una definición universal: son el
resultado de una convención, lo que hace que lo
justo en una ciudad pueda no serlo en otra. Sócrates,
por el contrario, está convencido de que lo justo ha
de ser lo mismo en todas las ciudades, y que su
definición ha de valer universalmente. La búsqueda
de la definición universal se presenta, pues, como
la solución del problema moral y la superación del
relativismo.
5. ¿Cómo proceder a
esa búsqueda? Sócrates desarrolla un método práctico
basado en el diálogo, en la conversación, la
"dialéctica", en el que a través del razonamiento
inductivo se podría esperar alcanzar la definición
universal de los términos objeto de investigación.
Dicho método constaba de dos fases: la ironía y la
mayéutica. En la primera fase el objetivo
fundamental es, a través del análisis práctico de
definiciones concretas, reconocer nuestra
ignorancia, nuestro desconocimiento de la definición
que estamos buscando. Sólo reconocida nuestra
ignorancia estamos en condiciones de buscar la
verdad. La segunda fase consistiría propiamente en
la búsqueda de esa verdad, de esa definición
universal, ese modelo de referencia para todos
nuestros juicios morales. La dialéctica socrática
irá progresando desde definiciones más incompletas o
menos adecuadas a definiciones más completas o más
adecuadas, hasta alcanzar la definición universal.
Lo cierto es que en los diálogos socráticos de
Platón no se llega nunca a alcanzar esa definición
universal, por lo que es posible que la dialéctica
socrática hubiera podido ser vista por algunos como
algo irritante, desconcertante o incluso humillante
para aquellos cuya ignorancia quedaba de manifiesto,
sin llegar realmente a alcanzar esa presunta
definición universal que se buscaba.
6. Esa verdad que se
buscaba ¿Era de carácter teórico, pura especulación
o era de carácter práctico? Todo parece indicar que
la intencionalidad de Sócrates era práctica:
descubrir aquel conocimiento que sirviera para vivir,
es decir, determinar los verdaderos valores a
realizar. En este sentido es llamada la ética
socrática "intelectualista": el conocimiento se
busca estrictamente como un medio para la acción. De
modo que si conociéramos lo "Bueno", no podríamos
dejar de actuar conforme a él; la falta de virtud en
nuestras acciones será identificada pues con la
ignorancia, y la virtud con el saber.
7. En el año 399
Sócrates, que se había negado a colaborar con el
régimen de los Treinta Tiranos, se vio envuelto en
un juicio en plena reinstauración de la democracia
bajo la doble acusación de "no honrar a los
dioses que honra la ciudad" y "corromper a la
juventud" . Al parecer dicha acusación, formulada
por Melitos, fue instigada por Anitos, uno de los
dirigentes de la democracia restaurada. Condenado a
muerte por una mayoría de 60 o 65 votos, se negó a
marcharse voluntariamente al destierro o a aceptar
la evasión que le preparaban sus amigos, afirmando
que tal proceder sería contrario a las leyes de la
ciudad, y a sus principios. El día fijado bebió la
cicuta.
La influencia de
Sócrates
Sócrates ejercerá
una influencia directa en el pensamiento de Platón,
pero también en otros filósofos que, en mayor o
menor medida, habían sido discípulos suyos, y que
continuarán su pensamiento en direcciones distintas,
y aún contrapuestas. Algunos de ellos fundaron
escuelas filosóficas conocidas como las
"escuelas socráticas
menores", como Euclides de Megara (fundador
de la escuela de Megara), Fedón de
Elis (escuela de Elis), el
ateniense Antístenes (escuela cínica,
a la que perteneció el conocido Diógenes de Sinope)
y Aristipo de Cirene (escuela cirenaica).
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"La muerte de
Sócrates", óleo sobre lienzo del pintor francés Jacques Louis David.
Fue pintado en 1787. En la actualidad, se encuentra en el Museo
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Conozca los
Díalogos Platónicos
con
Sócrates de protagonista
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Los
sofistas |
Eran maestros de retórica que, en la Grecia del
siglo V a. C., enseñaban el arte de analizar los
sentidos de las palabras como medio de educación y
de influencia sobre los ciudadanos.
Simulaban saber de todo: política, astronomía,
geometría, aritmética, fonética, música, pintura.
Pero su ciencia no buscaba la verdad, sino la
apariencia de saber, porque está revestida de
autoridad.
Sócrates fue contrario a este grupo, ya que nunca
fue político ni escribió nada. Simplemente se dedicó
a conversar con quien quería hablar con él. |
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Platón, el amante de los
diálogos
427 a.C. 347 a.C.
Discípulo de
Sócrates, Platón es el hombre del cual se ha dicho que deriva
toda la filosofía occidental. Creó la escuela más importante de
Grecia.
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"El cuerpo es la
cárcel del alma inmortal". (Platón) |
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Datos biográficos
Este filósofo griego nació en el año 427 a.C.,
aproximadamente. En aquellos años, Atenas era la democracia más
poderosa, con una fuerza naval y marítima de carácter imperial (la
Liga de Delos) y el centro intelectual y artístico del mundo griego.
Su nombre original
era Aristocles, pero en sus años de estudiante recibió el seudónimo
de Platón (que significa ancho), a causa de su ancha espalda.
Fue un devoto seguidor de Sócrates y su muerte fue un duro golpe
para él. Luego visitó diversas ciudades de África e Italia durante
varios años, absorbiendo las ideas del filósofo y matemático griego
Pitágoras.
Volvió a Atenas en
el año 387. Allí se dedicó a la filosofía durante la segunda mitad
de su larga vida. A las afueras de la ciudad fundó la primera
escuela filosófica, llamada Academia.
La influencia de
Sócrates
En
el año 407, a la edad de veinte años, conoce a
Sócrates, quedando admirado por la personalidad y el
discurso de Sócrates, admiración que le acompañará
toda la vida y que marcará el devenir filosófico de
Platón. No parece probable que Platón mantuviera una
relación muy intensa con el que consideró su
maestro, si entendemos el término relación en su
sentido más personal; sí es cierto que entendida en
su sentido más teórico la hubo, y de una intensidad
que raya en la dependencia. Pero también sobre su
relación con Sócrates hay posiciones
contradictorias. El que no estuviera presente en la
muerte de Sócrates ha hecho pensar que no pertenecía
al círculo íntimo de amigos de Sócrates; sin
embargo, parece que sí se ofreció como aval de la
multa que presumiblemente la Asamblea impondría a
Sócrates, antes de que cambiara su decisión por la
condena a muerte.
Primeros viajes
En
el año 399, tras la muerte de Sócrates, Platón
abandona Atenas y se instala en Megara, donde
residía el filósofo Euclides que había fundado una
escuela socrática en dicha ciudad. Posteriormente
parece que realizó viajes por Egipto y estuvo en
Cirene, (noticias ambas, aunque probables, difíciles
de contrastar, no habiéndose referido Platón nunca a
dichos viajes, por lo que también es probable que
luego de una breve estancia en Megara regresara a
Atenas ) yendo posteriormente a Italia en donde
encontraría a Arquitas de Tarento, quien dirigía una
sociedad pitagórica, y con quien trabó amistad.
Invitado a la corte de Dionisio I, en Siracusa, se
hizo amigo de Dión, que era cuñado de Dionisio, y
con quien concibió la idea de poner en marcha
ciertas ideas políticas sobre el buen gobierno que
requerían la colaboración de Dionisio. Al parecer,
las condiciones de la corte no eran las mejores para
emprender tales proyectos, ejerciendo Dionisio como
tirano de Siracusa; irritado por la franqueza de
Platón, según la tradición, le retuvo prisionero o
lo hizo vender como esclavo en Egina, entonces
enemiga de Atenas, siendo rescatado finalmente por
un conciudadano que lo devolvió libre a Atenas.
La
Academia
Una
vez en Atenas, en el año 388-387, fundó la Academia,
nombre que recibió por hallarse cerca del santuario
dedicado al héroe Academos, especie de "Universidad"
en la que se estudiaban todo tipo de ciencias, como
las matemáticas (de la importancia que concedía
Platón a los estudios matemáticos da cuenta la
leyenda que rezaba en el frontispicio de la
Academia: "que nadie entre aquí que no sepa
matemáticas"), la astronomía, o la física, además de
los otros saberes filosóficos y, al parecer, con una
organización similar a la de las escuelas
pitagóricas, lo que pudo comportar un cierto
carácter secreto, o mistérico, de algunas de las
doctrinas allí enseñadas. La Academia continuará
ininterrumpidamente su actividad a lo largo de los
siglos, pasando por distintas fases ideológicas,
hasta que Justiniano decrete su cierre en el año 529
de nuestra era.
Últimos viajes
En
el año 369 emprende un segundo viaje a Siracusa,
invitado por Dión, esta vez a la corte de Dionisio
II, hijo de Dionisio I, con el objetivo de hacerse
cargo de su educación; pero los resultados no fueron
mejores que con su padre; tras algunas dificultades
(al parecer estaba en situación de semi-prisión)
consigue abandonar Siracusa y regresar a Atenas.
También Dión tuvo que refugiarse en Atenas
habiéndose enemistado con Dionisio I, donde
continuará la amistad con Platón. Unos años después,
en el 361, y a petición de Dionisio II, vuelve a
realizar un tercer viaje a Siracusa, fracasando
igual que en las ocasiones anteriores, y regresando
a Atenas en el año 360 donde continuó sus
actividades en la Academia, siendo ganado
progresivamente por la decepción y el pesimismo, lo
que se refleja en sus últimas obras, hasta su muerte
en el año 348-347.
Formador de la
elite
El objetivo de
esta escuela fue formar a la nueva elite dirigente, mediante una
preparación científica y filosófica, para administrar la ciudad con
justicia. Su éxito fue destacable y rivalizó con la escuela retórica
de Isócrates (436-338 a.C), heredero de la cultura sofística de la
época de Pericles.
Platón se quedó en
la Academia durante el resto de su vida, exceptuando dos breves
periodos de la década del 370 al 360. En esa época visitó Siracusa,
la ciudad principal de la Sicilia griega, para servir de tutor al
nuevo rey Dionisio II. Aquí tuvo la oportunidad de hacer a un rey
filósofo, cosa que resultó muy mal, ya que el rey insistió en
comportarse como un rey.
Murió tranquilo y
feliz, puesto que se supone que falleció durmiendo, a la edad de
ochenta años, después de haber ido al banquete de boda de uno de sus
estudiantes.
Su pensamiento
Platón es uno de
los pocos filósofos griegos cuya obra nos ha llegado casi en su
totalidad. En su mayoría se trata de diálogos escritos con belleza,
claridad y exactitud, en los que las discusiones entre Sócrates y
otros se presentan con infinito encanto.
Al igual que
Sócrates, Platón estaba principalmente interesado por la filosofía
moral, dejando a un lado la filosofía naturalista.
Además, a Platón le
gustaban las matemáticas por sus abstracciones idealizadas y por su
separación de lo meramente material. Actualmente, la matemática más
pura trata de ser aplicada a los problemas prácticos de la ciencia.
En cambio, en la época de Platón esto no era así, y el matemático
podía considerarse a sí mismo tratando con las formas más elevadas
del pensamiento puro y absolutamente ajeno al mundo de cada día,
burdo e imperfecto.
Por otra parte, a
Platón se le vincula con la doctrina fundamental que se conoce como
teoría de las ideas.
Este llamó ideas
a las realidades individuales estables y permanentes que existen en
forma independiente de las cosas sensibles. En definitiva, las ideas
constituyen “lo que es una cosa” o, lo que es igual, la definición
esencial de las cosas: aquello que hace que sean como son. Por lo
mismo, se le llama el padre de la corriente filosófica llamada
idealismo.
A su vez, consideró
que la relación entre las ideas y el mundo sensible podía pensarse
de dos maneras. Una, que las cosas existen en tanto participan de la
idea, de modo que, por ejemplo, una cosa bella es bella porque
participa de lo bello en sí, y la otra, pensando que lo sensible
imita a lo comprensible.
Su herencia
filosófica
El pensamiento de
Platón ha dejado un legado imborrable en muchos filósofos que los
sucedieron. El neoplatonismo, con Plotino (203/4-270 d.C) a la
cabeza, significó una restauración y renovación de la filosofía
platónica, y San Agustín (354-430 d.C), lo introdujo en el
pensamiento cristiano medieval.
En la cultura
moderna, la influencia de Platón se reduce, pero igual se encuentran
algunos de sus conceptos. En el francés René Descartes (1596-1650),
los alemanes Gottfried Wilhelm Leibnitz (1646-1716), Baruch Spinoza
(1632-1677), Inmanuel Kant (1724-1804) y Friedrich Daniel Ernst
Schleiermacher (1768-1834); y para el pensamiento contemporáneo,
Platón es una referencia obligada: Friedrich Nietzsche (1844-1900) y
Martin Heidegger (1889-1976).
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Platón y
Aristóteles.
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Ruinas del
Partenón, en Atenas. Se construyó en tiempos de Sócrates. Su
base mide 70 por 31 metros. En su interior había una estatua de
Atenea de 11 metros de alto.
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“La Escuela de
Atenas”, obra del pintor renacentista Rafael Sanzio. Aparecen
Sócrates, Platón y Aristóteles, entre otros. Decora una de las
paredes de la Estancia de la Signatura Apostólica, en el
Vaticano.
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Conozca los
Díalogos Platónicos
con
Sócrates de protagonista
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Amores
platónicos
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Para el imaginario popular, el amor platónico
se asocia a las relaciones románticas,
imposibles o lejanas. Se dice que se está
enamorado platónicamente cuando el corazón se
desboca ante la visión idealizada e inalcanzable
de la persona amada.
Pese al paso del tiempo, el adjetivo platónico
se mantiene vivo aun entre quienes ignoran que
hace unos 26 siglos, en una ciudad llamada
Atenas, vivió un filósofo llamado Platón.
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Aristóteles, el padre de la
lógica
Este filósofo es
uno de los pensadores decisivos de la historia, ya que fundó la
lógica como disciplina del razonamiento y aplicó las bases del
método científico a todas las ciencias de su tiempo.
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"Un hombre engendra
a un hombre..." (Aristóteles) |
Datos biográficos
Nació
alrededor del 384 a.C. en la ciudad jónica de Estagira, situada al
norte de Grecia, en la península de Calcidia, muy cerca de
Macedonia. Su padre, Nicómaco, era amigo y médico del rey macedónico
Amintas III, cuyo nieto Amintas IV fue desplazado por su tío Filipo
II, padre de Alejandro Magno.
Como perdió a sus
padres a temprana edad, su infancia y parte de su juventud
transcurrieron en la corte macedónica, donde fue compañero de
estudios y amigo de Filipo II (382-226 a.C).
A la edad de 17
años, Aristóteles viajó a Atenas para realizar sus estudios
superiores en la Academia de Platón, donde trabajó asiduamente
durante 20 años. Con el tiempo se convertiría en el más célebre de
todos los alumnos de Platón (él le llamó “el lector”)Pero cuando su
maestro murió, Aristóteles dejó la escuela y emprendió un viaje que
le llevó a distintas partes del mundo griego, particularmente a
Assos, en Asia Menor. Estando allí se casó con Pitias, sobrina del
rey Hermias, y se dedicó al estudio de la biología y de la historia
natural.
El profesor
En el año 342, fue
requerido en Macedonia por Filipo II para que se convirtiera en el
maestro de su hijo Alejandro, cuando este tenía 14 años. Aquí,
Aristóteles estuvo por varios años, hasta que Alejandro se convirtió
en Alejandro Magno, el conquistador de Persia. Al volver a
Atenas, fundó su propia escuela, llamada el Liceo. Tuvo gran
éxito, haciendo hincapié en la filosofía naturalista. Sin
embargo, en el año 323 llegó la noticia de la muerte de Alejandro
Magno en Babilonia y como se sabía que Aristóteles había sido su
tutor y estaba relacionado con la monarquía de Macedonia, la
reacción antimacedónica que rondaba en aquellos tiempos a los
atenienses, provocó rabia y se le acusó de irreligioso. Por ello,
para no sufrir el mismo destino de Sócrates, abandonó la ciudad y se
fue a vivir a Calcis de Eubea, donde murió al año siguiente de
úlcera.
Filósofo y
científico
Una vez que murió
su maestro Platón, Aristóteles creó una nueva teoría del
conocimiento, que rompe con los conceptos platónicos del mundo de
las ideas y postula que el saber no es innato, sino adquirido. La
ciencia que desarrolló se denomina lógica y considera tres elementos
fundamentales del saber: el concepto mental, con el que se
puede conocer la esencia de las cosas; el juicio, que hace
desarrollar afirmaciones sobre la realidad, y el razonamiento,
que permite expresar el pensamiento.
Con posterioridad,
Aristóteles elaboró una teoría en astronomía, donde la Tierra era
imperfecta y situada al centro del universo. Se componía de cuatro
elementos centrales: tierra, aire, agua y fuego, que se movían,
desde su punto de vista, en movimientos rectilíneos y esporádicos.
En cambio, el movimiento de los cuerpos celestes (el Sol, los
planetas y las estrellas) era continuo y circular. A fin de explicar
el movimiento independiente de los planetas, Aristóteles sostenía
que ellos rotaban haciéndolo sobre esferas concéntricas. Este
sistema fue asumido por la cristiandad en el siglo XIII, llegando a
adquirir un rango ritualizado como fundamento universal de la
concepción del mundo. Solo logró ponerse en duda con la llegada de
las ideas planteadas en el heliocentrismo por Nicolás Copérnico.
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“Aristóteles
contemplando el busto de Homero”. Óleo sobre lienzo del pintor
Rembrandt (1653). Actualmente se encuentra en el Museo Metropolitano
(Nueva York). |
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Pensamiento
aristotélico
En zoología,
Aristóteles propuso un conjunto fijo de especies, que se reproducen
de forma fiel a su clase, pero pensó que la excepción a esta regla
la constituía la aparición, “por generación espontánea”, de algunas
moscas y gusanos “muy inferiores” a partir de fruta en
descomposición o estiércol. Los ciclos vitales típicos son
epiciclos: se repite el mismo patrón, aunque a través de una
sucesión lineal de individuos. Dichos procesos son, por lo tanto, un
paso intermedio entre los círculos inmutables de los cielos y los
simples movimientos lineales de los elementos terrestres.
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Aristóteles creó una
nueva teoría del conocimiento que rompe con los conceptos platónicos
del mundo de las ideas. |
Además, creía que
la libertad de elección del individuo hacía imposible un análisis
preciso y completo de las cuestiones humanas, con lo que las
“ciencias prácticas”, como la política o la ética, se llamaban
ciencias solo por cortesía y analogía.
Las limitaciones
inherentes a las ciencias prácticas quedan aclaradas en los
conceptos aristotélicos de naturaleza humana y autorrealización. La
naturaleza humana implica, para todos, una capacidad para formar
hábitos, pero los hábitos formados por un individuo en concreto
dependen de la cultura y opciones personales repetidas de ese
individuo. Todos los seres humanos anhelan la “felicidad”, es decir,
una realización activa y comprometida de sus capacidades innatas,
aunque este objetivo puede ser alcanzado por muchos caminos.
Amor
por la lectura |
Impulsado por una innata curiosidad universal y una
pasión ordenadora, Aristóteles fue el primer sabio
griego que contó con una importante biblioteca
personal, que estaba en su escuela, el Liceo. En
ella se encontraban grandes recopilaciones de libros
y documentos sobre los más diversos temas:
investigación histórica, historiografía filosófica,
obras científicas sobre biología, física, etc. |
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Sus
obras |
Entre las principales obras de Aristóteles figuran
Organon
-que reúne sus escritos sobre lógica-,
Física, Del Cielo,
De la generación y de la corrupción,
Del alma, Ética nicomaquea,
Política, Retórica y Poética. |
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Jesús de Nazareth
(Nacido entre el
8 y 4 a.C. y el 29 d.C.)
Figura
principal del cristianismo, que nació en Belén, Judea. Desde el
siglo VI se considera que la era cristiana comienza el año de su
nacimiento, pero en la actualidad se cifra un error de cuatro a
ocho años. Para los cristianos, Jesús fue el Hijo de Dios
encarnado y concebido por María, la mujer de José, un carpintero
de Nazaret. El nombre de Jesús se deriva de la palabra hebrea
Joshua, que completa es Yehoshuah (es decir 'Yahvé es
salvación'); y el título de Cristo, de la palabra griega
christos, a su vez una traducción del hebreo mashiah
('el ungido'), o Mesías. Los primeros cristianos emplearon
Cristo por considerarle el libertador prometido de Israel; más
adelante, la Iglesia lo incorporó a su nombre para designarle
como redentor de toda la humanidad.
Las principales
fuentes de información sobre su vida se encuentran en los
Evangelios, escritos en la segunda mitad del siglo I para
facilitar la difusión del cristianismo por todo el mundo antiguo.
Las epístolas de san Pablo y el libro de los Hechos de los
Apóstoles también aportan datos interesantes. La escasez de
material adicional de otras fuentes y la naturaleza teológica de
los relatos bíblicos provocaron que algunos exegetas bíblicos
del siglo XIX dudaran de su existencia histórica. Otros,
interpretando de diferente manera las fuentes disponibles,
escribieron biografías naturalistas de Jesús. En la actualidad,
los eruditos consideran auténtica su existencia, para lo que se
basan en la obra de los escritores cristianos y en la de varios
historiadores romanos y judíos.
Nacimiento e
infancia
Los evangelios de
san Mateo y san Lucas recogen datos sobre el nacimiento e
infancia de Jesús, e incluyen su genealogía que se remonta hasta
Abraham y David (Mt. 1,1-17; Lc. 3,23-38). Se supone que la
descripción de su genealogía se hizo para probar el mesianismo
de Jesús. Según Mateo (1,18-25) y Lucas (1,1-2,20), Jesús fue
concebido por su madre, que "aunque desposada con José, se
encontró encinta por obra del Espíritu Santo" (Mt. 1, 18). Nació
en Belén, donde José y María habían acudido para cumplir con el
edicto romano que obligaba a inscribirse en el censo. Mateo es
el único que describe (2,13-23) el viaje a Egipto, cuando José y
María se llevaron al niño lejos del alcance del rey judío
Herodes el Grande. Sólo Lucas relata el cumplimiento de José y
María con la ley judía que requiere la circuncisión y
presentación en el templo de todos los recién nacidos de
Jerusalén (2,21-24); el mismo evangelista también describe su
siguiente viaje (2,41-51) con el joven Jesús al templo para la
fiesta de la Pascua. Los Evangelios omiten la vida de Jesús
desde que tuvo 12 años hasta que empezó su ministerio público,
unos 18 años después.
Comienzos de su
vida pública
Todos los
Evangelios sinópticos (los tres primeros, llamados así porque,
en general, presentan una visión similar de la vida de Cristo)
relatan que el ministerio público de Jesús comienza tras el
encarcelamiento de Juan Bautista y se prolonga casi un año. El
evangelio de Juan describe su labor, que comienza con la
elección de sus primeros discípulos (1,40-51) y se prolonga
quizá unos tres años.
El relato del
ministerio público y los acontecimientos que le precedieron es
similar en los Evangelios sinópticos. Los tres describen el
bautismo de Jesús en el río Jordán por Juan Bautista y su retiro
durante 40 días de ayuno y meditación al borde del desierto, que
algunos exégetas consideran como un tiempo de preparación
ritual, donde el demonio (o Satán) trató de tentarle. Mateo
(4,3-9) y Lucas (4,3-12) añaden la descripción de las
tentaciones.
Después del
bautismo y el retiro en el desierto, Jesús volvió a Galilea y
visitó su hogar en Nazaret (Lc. 4,16-30). Se trasladó a
Cafarnaum y comenzó a predicar. Según los sinópticos, fue
entonces cuando nombró a sus primeros discípulos, "Simón, que se
llama Pedro, y su hermano Andrés" (Mt. 4,21) y "Santiago el de
Zebedeo y Juan, su hermano" (Mt. 4,21). Más adelante, cuando el
número de sus seguidores creció, escogió a doce discípulos para
que le ayudaran.
Aumento de los
seguidores de Jesús
En compañía de sus
discípulos, Jesús estableció su base en Cafarnaum y viajó a los
pueblos y aldeas cercanas para proclamar la llegada del reino de
Dios, como hicieron muchos profetas hebreos antes que él. Cuando
los enfermos de cuerpo o espíritu se acercaron a él en busca de
ayuda, los curó con la fuerza de la fe. Insistió en el amor
infinito de Dios por los más débiles y desvalidos, y prometió el
perdón y la vida eterna en el cielo a los pecadores siempre que
su arrepentimiento fuera sincero. La esencia de estas enseñanzas
se encuentra en el sermón de la montaña (Mt. 5,1-7), que
contiene las bienaventuranzas (5,3-12) y la oración del
padrenuestro (6,9-13). El énfasis de Jesús en la sinceridad
moral más que en la observancia estricta del ritual judío
provocó la enemistad de los fariseos, que temían que sus
enseñanzas pudieran incitar a los judíos a rechazar la autoridad
de la Ley, o Torá. Otros judíos se mostraron recelosos ante las
actividades de Jesús y sus seguidores porque podrían predisponer
a las autoridades romanas contra una eventual restauración de la
monarquía.
A pesar de esta
creciente oposición, la fama de Jesús se extendió sobre todo
entre los marginados y los oprimidos, y el entusiasmo de sus
seguidores les llevó a tratar de "arrebatarle y hacerle rey"
(Jn. 6,15), pero Jesús lo impidió cuando escapó con sus
discípulos por el mar de Galilea (lago Tiberíades) a Cafarnaum
(Jn. 6,15-21), donde pronunció un sermón en el que se proclamó
"pan de la vida" (Jn. 6,35). Este sermón, que hace hincapié en
la comunión espiritual con Dios, desconcertó a muchos de los que
le escucharon, pensando que se trataba de "duras palabras" (Jn.
6,60), y desde entonces "muchos se retiraban y ya no le seguían"
(Jn. 6,66).
Posteriormente,
Jesús repartió su tiempo entre viajar a las ciudades dentro y
fuera de la provincia de Galilea, enseñar a sus discípulos y
retirarse en Betania (Mc. 11,11-12) y Efrem (Jn. 11,54), dos
ciudades próximas a Jerusalén. Según los Evangelios sinópticos
pasó la mayor parte del tiempo en Galilea, pero Juan centra el
ministerio público de Jesús en la provincia de Judea y relata
sus numerosas visitas a Jerusalén. Los sermones que pronunció y
los milagros que realizó en esta época, en particular la
resurrección de Lázaro en Betania (Jn. 11,1-44), hicieron que
muchos creyeran en él (Jn. 11,45); pero el momento más
importante de su vida pública ocurre en Cesárea de Filipo cuando
Simón (después Pedro) comprobó que Jesús era Cristo (Mt. 16,16;
Mc. 8,29; Lc. 9,20), a pesar de que Jesús nunca se lo había
revelado (según los Evangelios sinópticos), ni a él ni a los
demás discípulos. Esta revelación, además de la posterior
predicción de su muerte y su resurrección, las condiciones que
debían cumplir sus discípulos en su misión, y su transfiguración
(momento en que se oyó una voz del cielo proclamándole hijo de
Dios y confirmando así la revelación) constituyen la base
principal de la misión histórica de la Iglesia cristiana (autorización
explícita de Jesús recogida en Mt. 16,17-19).
Últimos días
Cerca de la
Pascua, Jesús viajó a Jerusalén por última vez (Juan menciona
numerosos viajes a Jerusalén y más de una Pascua, mientras que
los sinópticos dividen el ministerio público en las provincias
de Galilea y Judea, y mencionan sólo una Pascua después de que
Jesús abandonara Galilea para ir a Judea y Jerusalén) y el
domingo de víspera entró triunfante en la ciudad donde le
recibió una gran muchedumbre que le aclamó. Allí (el lunes y el
martes, según los sinópticos), expulsó del templo a los
mercaderes y cambistas que, según una vieja costumbre estaban
autorizados a realizar sus transacciones en el patio exterior
(Mc. 11,15-19) y discutió con los sacerdotes, los escribas, los
fariseos y los saduceos, que le hicieron preguntas sobre su
autoridad, tributos del César, y la resurrección. El martes,
Jesús reveló a sus discípulos los signos que acompañarían a la
parusía, o su segunda venida.
El miércoles Jesús
fue ungido en Betania por María, que anticipaba la unción de la
sepultura (Mt. 26,6-13; Mc. 14,3-9). Mientras tanto, en
Jerusalén, los sacerdotes y los escribas, preocupados porque las
actividades de Jesús iban a poner a los romanos en su contra
(Jn. 11,48), conspiraron con uno de sus discípulos, Judas
Iscariote, para arrestar a Jesús de manera furtiva, "porque
temían al pueblo" (Lc. 22,2). Juan 11,47-53 sitúa la
conspiración antes de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
El jueves, Jesús celebró la cena de Pascua con sus discípulos y
les habló de su inminente traición y muerte como sacrificio por
los pecados de la humanidad. Durante la cena bendijo el pan
ácimo y el vino, llamó al pan su cuerpo y al vino su "sangre de
la alianza, que será derramada por muchos para remisión de los
pecados" (Mt. 26,27), y pidió que lo repartieran entre todos.
Desde entonces, los cristianos recuerdan este ritual, la
Eucaristía, en oficios de culto que constituyen el principal
sacramento de la Iglesia.
Después de la cena,
Jesús y sus discípulos fueron al monte de los Olivos, donde
según Mateo (26,30-32) y Marcos (14,26-28), les aseguró que
resucitaría (de la muerte). Al presentir que la hora de su
muerte estaba cerca, se retiró al huerto de Getsemaní, donde, "lleno
de angustia" (Lc. 22,44), meditó y oró. Una muchedumbre enviada
por los sacerdotes y los ancianos judíos, conducida por Judas
Iscariote, le arrestó en Getsemaní.
Juicio y
crucifixión
Según Juan
(18,13-24), primero le condujeron ante Anás, suegro del máximo
sacerdote Caifás, para un interrogatorio preliminar. Los
sinópticos no mencionan este incidente, sólo relatan que Jesús
fue conducido al consejo supremo de los judíos, el Sanedrín,
donde Caifás pidió a Jesús que declarase si era "el Mesías, el
hijo de Dios" (Mt. 26,63). Por esta afirmación (Mc. 14,62), el
consejo le condenó a muerte por blasfemia, pero como sólo el
procurador romano tenía poder para imponer la pena capital, el
viernes por la mañana condujeron a Jesús ante Poncio Pilatos
para sentenciarle. Antes del juicio, Pilatos le preguntó si era
el rey de los judíos, Jesús contestó, "Tú lo has dicho" (Mc.
15,2). Pilatos intentó varios recursos para salvarle antes de
dejar la decisión final en manos de la muchedumbre. Cuando el
populacho insistió en su muerte, Pilatos (Mt. 27,24) ordenó su
ejecución. El papel real de Pilatos ha sido muy debatido por los
historiadores. La Iglesia antigua tendió a culpabilizar más a
los judíos y a juzgar con menos severidad al gobernador romano.
Jesús fue llevado
al Gólgota y crucificado, que era la pena romana para los
criminales y los delincuentes políticos. Dos ladrones fueron
también crucificados con él, uno a cada lado. En la cruz, sobre
la cabeza de Jesús escribieron su acusación: "este es Jesús, el
rey de los judíos'" (Mt. 27,37). Al caer el día, su cuerpo fue
descendido, y como estaba cerca el sabbath (sábado, día
festivo de los judíos), tiempo durante el cual no estaba
permitido el enterramiento, fue rápidamente depositado en una
tumba cercana por José de Arimatea (Jn. 19,39-42 relata que
Nicodemo ayudó a José).
La resurrección
El domingo
siguiente, al amanecer, "María Magdalena, y María la madre de
Santiago" (Mac. 16,1) fueron al sepulcro para ungir el cuerpo de
Jesús antes de enterrarlo, y lo encontraron vacío. En Mt. 28,2
se recoge que después de un terremoto apareció un ángel y apartó
la piedra de la entrada. En el interior de la tumba, "un joven"
(Mc. 16,5) vestido de blanco les anunció que Jesús había
resucitado (esta noticia es anunciada por el ángel en Mateo
28,5-6 y por dos hombres "con vestiduras deslumbrantes" en Lucas
24,4. Según Juan 21:11-18, María Magdalena vio dos ángeles y
después a Cristo resucitado). Más tarde, el mismo día (según
Lucas, Juan y Marcos) Jesús se apareció a las mujeres y a otros
discípulos en varios lugares en Jerusalén y sus proximidades. La
mayoría de los discípulos no dudaron en que habían visto y
escuchado de nuevo al maestro que conocían y habían seguido
durante el tiempo de su predicación en Galilea y Judea. Pero
hubo discípulos que dudaron en un primer momento (Mt. 28,17),
como Tomás, que no presenció las primeras apariciones (Jn.
20,24-29). Según recoge el Nuevo Testamento, la resurrección de
Jesús se convirtió en una de las doctrinas esenciales de la
cristiandad, pues al resucitar de la muerte dio esperanzas a la
humanidad de una vida después de la muerte en el reino de los
cielos.
Todos los
evangelios señalan que después de su resurrección Jesús siguió
enseñando a sus discípulos sobre asuntos relativos al reino de
Dios. También les encomendó una misión: "Id, pues… haced
discípulos de todas las naciones, bautizándoles en el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt. 28,19). Lucas
(24,50-51), también relata que en Betania, Jesús fue visto
ascender a los cielos por sus discípulos. Los Hechos de los
Apóstoles 1:212 recogen que la ascensión ocurrió cuarenta días
después de la resurrección. Todas las doctrinas de su ministerio
fueron desarrolladas en los principios fundamentales de la
teología cristiana.
Teología
La vida y
enseñanzas de Jesús fueron muchas veces objeto de disputa y de
interpretaciones diferentes en la historia del cristianismo. En
las primeras épocas de la Iglesia, por ejemplo, fue necesario
regularizar las creencias sobre Jesucristo y su papel, para
facilitar la conversión y responder a los cristianos que
adoptaron opiniones inaceptables para los dirigentes de la
Iglesia cristiana. Definir la naturaleza de Jesús se convirtió
en el objeto de una disciplina llamada cristología. |
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