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O b r a    d i s e ñ a d a   y   c r e a d a   p o r   H é c t o r  A.  G a r c í a

Descubrimiento de Puerto Rico

 

Segundo viaje de Colón:  Descubrimiento de Puerto Rico

Para noviembre 19 del 1493, Cristobal Colón descubre la isla de Puerto Rico, el lugar más historicamente mencionado lo es el sector Guaniquilla de Aguada.

Los Reyes Católicos se sienten muy entusiasmados con los resultados del primer viaje de Colón, y lo autorizan para preparar una nueva expedición y emprender el segundo viaje.

La nueva expedición parte de Cádiz el día 25 de septiembre de 1493. La flota está compuesta de 17 embarcaciones y 1.500 hombres. La primera islita que descubren en este viaje pertenece a las Antillas Menores y le ponen el nombre de Dominica. Pasan a otras pequeñas islas del mismo grupo y finalmente a una isla mayor que los naturales llaman Boriquén o Borinquen; la descubren el 19 de noviembre de 1493. Esta isla es la nuestra, es Puerto Rico, a la que Colón pone por nombre San Juan Bau­tista.

De San Juan Bautista parten los exploradores rumbo a La Española, de allí a Cuba y más tarde, desviándose hacia el sur, descubren la isla de Ja­maica. Esta vez parte de Sanlúcar de Barrameda y va a tocar las costas de la América del Sur. Cuando vuelve a La Española encuentra discrepancias entre los hombres que han quedado al mando de don Diego de Arana. Se han producido muchas quejas y hasta un motín que decide al rey a mandar a Francisco de Bobadilla para que realice una investigación; Bobadilla no es un juez imparcial y envía a Colón para España en calidad de prisionero.

 A continuación un relato breve y en las propias palabras de Colón, de su llegada a la isla.

Fuente: Cayetano Coll y Toste: Boletín Histórico de Puerto Rico. (San Juan, Puerto Rico, Tip. Cantero, Fernández y Co., 1917). Tomo IV. Págs. 108-110.

    Documentos históricos

 

uego aquel día1 partimos desta isla, que no estaríamos allí más de seis ó siete horas, fuimos para otra tierra2 que paresció á ojo que estaba en el camino que habíamos de hacer: llegamos noche cerca de ella.

Otro día
3 de mañana fuimos por la costa della: era muy gran tierra, aunque no era muy continua, que eran más de cuarenta y tantos islones,4 tierra muy alta, é la más de ella pelada, la cual no era ninguna ni es de las que antes ni después habemos visto. Parescía tierra dispuesta para haber en ella metales: á ésta no llegamos para saltar en tierra, salvo una carabela latina llegó á un islón de éstos, en el cual hallaron ciertas casas de pescadores. Las indias que traíamos dijeron que no eran pobladas.

Andovimos por esta costa lo más de este día, hasta otro día5 en la tarde que llegamos á vista de otra isla llamada Burenquen, 6
cuya costa corrimos todo un día;7 juzgábase que tendría por aquella banda treinta leguas. Esta isla es muy muy hermosa y muy fértil á parecer: á ésta vienen los de Caribe á conquistar, de la cual llevan mucha gente; éstos no tienen fustas ningunas ni saben andar por mar8; pero, según dicen estos Caribes que tomamos, usan arcos como ellos, é si por caso cuando los vienen á saltear los pueden prender también se los comen como los de Caribe á ellos.9

En un puerto10 desta isla estovimos dos días, donde saltó mucha gente en tierra; pero jamás podimos haber lengua, que todos se huyeron como gente temorizada de los Caribes.

Todas estas islas fueron descubiertas de este camino, que hasta aquí ninguna dellas había visto el Almirante el otro viaje, todas son muy hermosas é de muy buena tierra; pero ésta paresció mejor á todos...".

 

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Notas:
1. Isla de Santa Cruz donde surgieron el jueves 14 de Noviembre (Nav.) Error craso. --El crucero al zarpar de Santa Cruz, á quien marcó nuestro académico Navarrete equivocadamente, con el nombre de San Martín, hizo rumbo al norte para corregir la caída de sotavento y fijar después el derrotero al noroeste como venía haciéndolo el Almirante al bojear el Archipiélago. Llegó de noche frente á Virgen Gorda. El día 15, de mañana la costeó, y dándose con el archipiélago de islas Las Vírgenes envió cuarenta y seis hombres con naves ligeras á explorarlas y el crucero se mantuvo en alta mar por temor á los escollos, según refiere Pedro Mártir de Anglería C. y T. El mismo jueves 14 de Noviembre. - Coll y Toste (C. y T.).
2. Isla de Santa Cruz donde surgieron el jueves 14 de Noviembre (Nav.) Error craso. --El crucero al zarpar de Santa Cruz, á quien marcó nuestro académico Navarrete equivocadamente, con el nombre de San Martín, hizo rumbo al norte para corregir la caída de sotavento y fijar después el derrotero al noroeste como venía haciéndolo el Almirante al bojear el Archipiélago. Llegó de noche frente á Virgen Gorda. El día 15, de mañana la costeó, y dándose con el archipiélago de islas Las Vírgenes envió cuarenta y seis hombres con naves ligeras á explorarlas y el crucero se mantuvo en alta mar por temor á los escollos, según refiere Pedro Mártir de Anglería C. y T.
3. El día 15 de Noviembre. - C. y T.
4. A la mayor de las islas llamó el Almirante Santa Ursula: y á todas las otras las once mil Vírgenes. (Nav.)
5. El día 16 de Noviembre -- El Padre Nazario se inclina á que Colón «pondría á buen recaudo la flota en la isla de Vieques»-La flota se mantuvo esa noche en alta mar á la corda temporejando o sea al pairo. No perdió 12 horas en ningún sentido, como pretende el padre Nazario; al contrario, la corriente ecuatorial le era favorable en el derrotero que llevaba; de manera, que en la mañana del 17 en lugar de perder tiempo, al pairo, lo ganó por la corriente de retorno del Gulf-stream. --C. y T.
6. Isla de Puerto Rico, á la que llamó el Almirante San Juan Bautista (Nav.) -- Aquí rompe el padre Nazario con Chanca, pues, asevera se llamaba la isla Carib. El verdadero nombre indígena de la Isla era Boriquén -- C. y T.
7. El día 17 de Noviembre. -- Hay que tener en cuenta que el precavido Colón no costeó la banda meridional de nuestra Isla como acostumbran á hacerlo hoy nuestros marinos, conocedores del derrotero que llevan. La pérdida de la Santa María en las costas de Haity, durante el primer viaje, era una enseñanza que obligaba al ilustre marino á ser más previsor aún en su segunda expedición, por llevar diez y siete velas, y tres de ellas de gran trasporte, que le hacían temer las escolleras y restíngas, dirigiéndose, como dice Pedro Mártir de Anglería, por alta mar por temor á los escollos. Por lo tanto, lógico es suponer que la armada corrió el sur de Boriquén, lo más alejada posible de tierra, y al notar frente á la punta Parguera el oleaje más grueso, que le acusaba la peligrosa costa de los Morrillos de Cabo-rojo, se echara más fuera aún, recurvando después, y volviendo su rumbo al norte en busca del fuerte de Navidad, en la Española, constante aspiración del Almirante. --C. y T.
8. Este es un error. -- Los boriqueños sabían navegar en canoas como los haitianos, con quienes mantenían tráfico; especialmente con los indios del Higüey. Con estas mutuas relaciones, fué que tuvo conocimiento Juan Ponce de León, de las fértiles tierras y condiciones auríferas de Boriquén. Dice Oviedo, que la madre de Agüeybana, el cacique principal boriquense, «era buena mujer, é como era de edad, tenía noticia de las cosas acaecidas en la conquista é pacificación de la Isla Española, é como prudente continuamente decía é aconsejaba á su hijo é á los indios que fuesen buenos amigos de los chripstianos, si no querían todos morir á sus manos» --C. y T.
9. Esta nota de antropofagía en los boriquenses es errónea; pues no la confirmó después la conquista, como sucedió con los indios de las islas de Barlovento y costas de Tierra-firme. Oviedo dice: «Estos flecheros destas iislas, que tiran con hierva, comen carne humana, excepto los de la isla de Boriquén». --C. y T.
10. Ensenada de Mayagüez. (Nav. --Esta nota la puso don Martín Fernández de Navarrete, el año de 1825, como opinión propia, equivocándose como lo verificó respecto á Cuba y Santo Domingo. Don José Julián de Acosta, al anotar, en 1866, la nueva edición de la Historia de Puerto-Rico de Fray Iñigo Abbad, siguió á Navarrete, como él mismo lo confiesa, página 20. Lo mismo Vizcarrondo en sus Elementos de Historia y Geografía de Puerto-Rico (1863), y Janer en sus Elementos de cosmografía y geografía de Puerto-Rico.--(1890). Cabe la honra á Brau, en su obra, Puerto Rico y su historia (1892), de haber vuelto por los fueros de la verdad oscurecida, y á la par, sostener la tradición oral, robustecer la opinión de Iñigo Abbad en su Historia de Puerto-Rico y de Stahl en Los indios borinqueños (1889), devolviendo a la villa de la Aguada la gloria que le pertenece, de haber sido el sitio electo por el Almirante para pisar la tierra de Boriquén y tomar agua la escuadrilla. --C. y T.

 

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