Taller de Lectura
LA PLAYA DE LUQUILLO
Playa de Luquillo —¿Ya estamos listos? —preguntó don Andrés. —Ya casi, papá. Sólo faltan los refrescos —contestó Isabelita. —Apúrense, que ya salió el carro de Juan. Ese día iban todos a la playa de Luquillo. En el carro de Juan iban sus hijos Sandra, Tati y Jaime con su vecino Oscar, y con don Andrés iban Andrés e Isabelita y las gemelas. Todo anunciaba que iban a pasar un gran día. Los carros estaban totalmente llenos. Había comida, balsas, pelotas y de todo cuanto se pudiera imaginar. Aquello parecía casi una mudanza. Don Juan y doña Delia habían protestado muchísimo por llevar tantas cosas, pero al final, como se les hacía tarde, no hablaron más del asunto. Andrés e Isabelita habían estado ya en Luquillo, de manera que ambos les empezaron a explicar a las gemelitas lo que iban a ver. Puerto Rico tiene playas muy hermosas: el balneario de Aguadilla, Combate en Boquerón, Los Pinos en Isabela, Sardinera en Arecibo, las playas de Isla Verde y del Condado, Los Tubos de Manatí, por ejemplo, y la más linda y atractiva de todas, la de Luquillo, añadió Andrés, a quien le gustaba muchísimo la playa. —¡Cuánto saben ustedes dos de playas! —dijo don Andrés—. Cualquiera diría que las han visitado todas. —Es que la semana pasada tuve un examen sobre las costas de Puerto Rico y me las tuve que aprender —explicó Andrés. —Cada año, puertorriqueños y turistas de distintas partes del mundo vienen a nuestras playas a bañarse, a tomar sol y`a jugar o a practicar deportes —continuó Isabelita—. La maestra nos explicó una vez que en el mar, lejos de la playa, existen arrecifes de coral. Son unas formaciones parecidas a piedras, que muchas veces tienen forma de abanico y son de diferentes colores y tamaños. —Algunas personas los coleccionan y con ellos decoran sus casas —dijo don Andrés—, pero ahora el Departamento de Recursos Naturales prohibe que esto se haga. —¿Por qué? —preguntó Wanda. —Porque las personas que trabajan en ese departamento se encargan de proteger nuestros recursos naturales, es decir, nuestros animales, plantas y minerales —explicó el papá. —Yo creo que la playa más visitada durante el verano es Luquillo. Yo la prefiero porque como tiene palmas, puedo taparme si el sol está muy caliente. Es un lugar perfecto para hacer pasadías. ¡Ya verán! Allí se celebran festivales playeros en los que participan personas de todo el país. Como estos festivales, tienen juegos y concursos que duran de dos a tres días, los que van llevan casetas de acampar, comida y ropa. Lo sé porque lo vi en la televisión —comentó Andrés.
—Un detalle curioso que tiene esta playa — les dijo el papá—, es que mientras la playa permanece casi siempre muy soleada, si miramos hacia donde está el Yunque, nuestro bosque nacional, este se ve completamente nublado. Y las nubes cubren todos los picos más altos de sus montañas. Pero la información más importante sobre las playas es que las debemos conservar siempre muy limpias. No podemos dejar que se contaminen ni que su vegetación o sus animales se acaben. Las playas son uno de los recursos más valiosos que tenemos y debemos estar orgullosos de ellas —finalizó don Andrés.
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