| Supongamos que te pinchas con una
									 punta en la cual había bastantes ejemplares de una determinada
									  bacteria. El pinchazo hace que esa bacteria entre en tu cuerpo
									   y, una vez allí, empieza a reproducirse. Todos sus descendientes
									    tendrán los antígenos que corresponden a esa especie. Y llega 
										un momento en que los linfocitos (un tipo de glóbulos blancos 
										de la sangre) se ponen en contacto con el antígeno, empezando 
										inmediatamente a fabricar el anticuerpo correspondiente. Cada linfocito fabrica miles de moléculas de anticuerpo.
                                      
									
									 Algunos anticuerpos son liberados al medio y atacan en él al portador 
									del antígeno: son los fabricados por los lifocitos B.
                                     
									
									 Otros anticuerpos permanecen en la membrana del linfocito que los 
									ha fabricado y es este linfocito, valiéndose de los anticuerpos, el
									 que ataca a la célula portadora del antígeno: Son los linfocitos T.
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