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En 160 murió
Lucio
Emilio Paulo, y su hijo menor (aunque ya era mayor de edad) fue
adoptado
por el hijo de Escipión el Africano, y pasó a llamarse Publio
Cornelio Escipión Emiliano, aunque es más conocido
como
Escipión
el Joven. Fue uno de los múchos romanos enamorados de la
cultura
griega. Introdujo en Roma la costumbre de afeitarse la barba, que a su
vez había sido introducida en Grecia por Alejandro Magno. En su
círculo de amistades figuraban Cayo Lucilio, que fue el
primer
romano que escribió sátiras criticando vicios y
desatinos,
y Publio Terencio Afer, que era un cartaginés llevado a
Roma
como esclavo de un senador, el cual reconoció la inteligencia
del
joven, le educó y lo liberó. Terencio ganó fama
escribiendo
obras de teatro, que, como las de Plauto, estaban basadas, cuando no
eran
traducciones literales, en originales griegos. No obstante, el
latín
que empleaba era bueno. Terencio fue uno de los responsables de que el
latín pasara de ser una lengua de agricultores y soldados a ser
una lengua culta. También estaba el griego Polibio, que
había
sido tutor de Escipión el joven y que estaba en Roma como
rehén,
junto con otros muchos griegos. Escipión trató varias
veces
de conseguir que se autorizara el regreso de los rehenes a su patria,
pero
siempre se encontró con la oposición firme e
intransigente
de Catón el censor.
En 159 murió el
rey
Eumenes II de Pérgamo y fue sucedido por su hermano Atalo II.
Bajo su reinado Pérgamo mantuvo las buenas relaciones con Roma,
lo que le convirtió en árbitro de las disputas entre los
reinos helenísticos vecinos. También murió Alcimo,
el sumo sacerdote de Jerusalén. Con el terminó el linaje
de Sadoc, y los judíos no supieron a quién elegir como
sustituto,
así que durante varios años el Templo quedó sin
dirección.
El rey Demetrio I estuvo envuelto en varias campañas contra
pretendientes
al trono, que le obligaron a retirar soldados de Judea, lo cual fue
aprovechado
al punto por Jonatán, el hermano menor de Judas Macabeo, para
hacerse
fuerte en Judea. Demetrio I no quería problemas con los
judíos,
así que en 157 optó por
nombrar
a Jonatán gobernador de Judea, siempre que reconociera la
autoridad
seléucida. Jonatán aceptó.
Ese mismo año Catón el Censor fue a
Cartago
como parte de una delegación para dirimir una de las muchas
disputas
que surgían entre Cartago y el rey Masinisa de Numidia, disputas
en las que Roma siempre terminaba inclinándose hacia su aliado
Masinisa.
Catón esperaba encontrarse con una Cartago ruinosa, y se
horrorizó
al descubrir que la ciudad gozaba de cierta prosperidad y que sus
ciudadanos
habían logrado cierto bienestar. A partir de ese momento
empezó
una campaña para poner fin a esa situación. Su frase
más
repetida desde entonces fue la famosa Delenda est Carthago
(Cartago
ha de ser destruida). Todos sus discursos, independientemente de su
contenido,
terminaban igual: Praeterea censeo Carthaginem esse delendam.
(Al
margen de esto, soy de la opinión de que Cartago ha de ser
destruida.)
También fue el año de la muerte del
emperador
chino Wendi, que fue sucedido por su hijo Chingdi. Durante su
reinado
se incrementaron las ofensivas de los hunos al norte.
En 153 fue elegido
cónsul
Quinto
Fulvio Nobilior, que se trasladó a España con un
ejército
de 30.000 hombres. Dos tribus indígenas, los
Belos y los
Titos,
huyendo de él se refugiaron en la ciudad de Numancia.
Esta
ciudad fortificada estaba situada cerca de la actual Soria y sus
habitantes
eran Arévacos. En tiempos de paz albergaba unos 4.000
hombres,
pero podía duplicar su población. Estaba casi totalmente
rodeada por el Duero y era muy fácil de defender. Se
había
convertido en refugio de cuantos huían de Roma, así que
Nobilior
se dirigió hacia ella, pero por el camino fue derrotado por un
grupo
de Arévacos conducidos por el jefe belo
Caros, que murió
en el combate. Nobilior acampó a unos 6 kilómetros de
Numancia
y, tras recibir como refuerzos 10 elefantes y 100 jinetes
númidas,
se dirigió a la ciudad. Rechazó una oferta de paz de los
numantinos e inició el asedio, pero fracasó y fue
sustituido
en 152 por Marco Claudio Marcelo,
nieto
del Marcelo que había conquistado Siracusa. A su llegada se
ocupó
de los celtíberos, a los que derrotó y luego trató
con benevolencia, tratando de reestablecer la paz. Esto le valió
en Roma las críticas de los Escipiones, partidarios de una
política
belicista. El senado le obligó a cambiar de actitud, y entonces
puso sitio a Numancia. Los numantinos pidieron la paz y Marcelo
firmó
un tratado por el que los celtíberos se comprometían a
pagar
un crecido tributo.
Demetrio I había depuesto al rey Ariarates V
de
Capadocia, pero éste se alió con Atalo II de
Pérgamo
y con Ptolomeo VI de Egipto y lograron encontrar un rival para Demetrio
I. Un tal Alejandro Balas pretendía ser hijo de
Antíoco
IV y recibió el apoyo necesario para desencadenar una guerra
civil
en el Imperio Seléucida. Ptolomeo VI le dio en matrimonio a su
hija
Cleopatra
Tea. Tanto Alejandro Balas como Demetrio I trataron de ganarse a
Jonatán.
El primero le ofreció el sumo sacerdocio, y el segundo el
gobierno
de una región más amplia. Jonatán aceptó
ambas
ofertas. Ese mismo año se convirtió en Sumo Sacerdote, y
fue el primero en ocupar el cargo sin ser del linaje de Sadoc.
Finalmente
Jonatán tuvo que decantarse, y se puso de parte de Alejandro
Balas.
Mientras tanto Atalo II logró restituir a Ariarates V en su
trono.
En 151 murió
Tiberio
Sempronio Graco. Su viuda, Cornelia, era hija de
Escipión
el Africano. Contrariamente a lo que hubiera sido usual, se negó
a casarse de nuevo y se dedicó enteramente a la educación
de sus dos hijos: Tiberio Sempronio Graco, que tenía
entoces
doce años, y Cayo Sempronio Graco, que tenía dos.
Además tenía una hija, Sempronia, que más
adelante
se casaría con Escipión el Joven, pero en una familia
romana
una hija era algo secundario. Cornelia dio a sus hijos, que pronto
fueron
conocidos como "los Gracos", la mejor educación griega. Estaba
desmesuradamente
orgullosa de ellos. Cuentan que cuando una amiga le enseñaba
orgullosa
sus joyas y luego pidió ver las de Cornelia, ésta
llamó
a sus hijos, puso uno a cada lado y dijo: "Éstas son mis
joyas".
Roma envió a España como pretor a Servio
Sulpicio Galba. Le acompañaba el cónsul
Lucio Licinio
Lúculo y Escipión el Joven como legado senatorial.
Los
historiadores describen a Lúculo como un hombre avaricioso y
despiadado.
Probablemente para ganar fama militar, atacó a los vacceos sin
motivo
y los sitió en Cauca (la actual Coca), los cuales, poco
belicosos,
aceptaron pagar un tributo a cambio de que se les dejara en paz. Una
vez
cobrado el tributo, Licinio entró en la ciudad y degolló
a sus habitantes. La noticia se extendió por España y se
produjeron varias sublevaciones. Escipión pudo apaciguarlos
mediante
el uso de la diplomacia. Por su parte, Galba se enfrentó a los
lusitanos
en la parte occidental de andalucía y en extremadura. Tuvo
grandes
pérdidas, y en
150 les prometió
un reparto de tierras que cultivarían sus familias bajo la
protección
de Roma. Unos 30.000 lusitanos acudieron ante esta oferta y Galba les
pidió
que entregaran sus armas en señal de amistad. Así lo
hicieron,
y entonces Galba los rodeó con su ejército,
acuchilló
a unos 9.000 y vendió como esclavos a más de 20.000. Unos
pocos pudieron escapar. Entre ellos estaba Viriato, un pastor
que
encabezó a partir de ese momento la resistencia de los
lusitanos.
Ese mismo año Alejandro Balas logró la
victoria
frente a Demetrio I, que resultó muerto. Alejandro pasó a
ser el nuevo rey seléucida, pero tuvo que enfrentarse al hijo de
su rival, llamado también Demetrio. El rey parto
Mitrídates
I aprovechó para apropiarse de Media, un paso más en un
proceso
de expansión que había comenzado con la muerte de
Antíoco
IV. A partir de este momento podemos hablar de un Imperio Parto.
También fue el año de la muerte del
rey
Mitrídates IV del Ponto, que fue sucedido por su hijo (o tal vez
sobrino) Mitrídates V.
En 149 volvieron a
Roma Escipión
y Galba. Catón acusó al segundo de pactar ilegalmente, de
traicionar lo pactado y de apropiarse de la mayor parte del
botín.
No obstante, gracias a su origen aristocrático, al cohecho y a
su
elocuencia, fue absuelto. No obstante, el tribuno de la plebe Lucio
Libón consiguió que se aprobara una ley que ordenaba
el rescate de los lusitanos vendidos por Galba, y poco después
el
Senado aprobó la Lex Calpurnia, contra los pretores que
cobraban
impuestos en beneficio propio.
Por su parte, Escipión volvió de
España
cubierto de gloria, y finalmente estuvo en condiciones de lograr que
los
rehenes griegos, entre los que estaba su tutor Polibio, pudieran volver
a su patria. Cuando el Senado discutía la cuestión,
Catón
comprendió que no podía evitarlo por más tiempo,
así
que decidió admitirlo de la forma más grosera posible: se
levantó y dijo "¿No tenemos otra cosa que hacer
más
que estar aquí sentados todo el día discutiendo si un
puñado
de viejos griegos tendrán sus féretros aquí o en
Grecia?"
Polibio escribió una historia de Roma de la que se conservan
algunas
partes y es una de las mejores fuentes que tenemos sobre este periodo.
El rey Prusias II de Bitinia había llevado a
su
hijo a Roma, pero luego, celoso de sus éxitos, había
tratado
de asesinarle. Sin embargo, su hijo logró el apoyo de Atalo II
de
Pérgamo, asesinó a su padre y ocupó el trono como
Nicomedes
II. Ahora Bitinia era firmemente prorromana.
Grecia y Macedonia estaban en la anarquía.
Los
romanos no gobernaban la zona, pero tampoco permitían que se
formaran
gobiernos nativos fuertes. Las cuatro repúblicas en que se
dividió
Macedonia luchaban constantemente entre sí. Un aventurero
macedónico
llamado Andrisco pretendió ser hijo de Perseo,
invadió
Macedonia con el apoyo de Tesalia y se proclamó rey. Así
se inició la Cuarta Guerra Macedónica.
Este mismo año las continuas hostigaciones
del
rey Masinisa de Numidia arrastraron a Cartago a alzarse en armas. Se
libró
una batalla que ganó Masinisa, y los cartagineses comprendieron
que Roma tomaría el incidente como una violación del
tratado
de paz, pues Cartago había hecho la guerra sin permiso de Roma,
así que ejecutaron a sus generales y enviaron legados a Roma
para
dar explicaciones, pero Catón lo tuvo ahora muy fácil
para
lograr que Roma declarara la Tercera Guerra Púnica. El
ejército
romano desembarcó en África, y los Cartagineses
estuvieron
dispuestos a aceptar cualquier exigencia, hasta la de entregar todas
las
armas, pero lo que exigieron los romanos fue que la ciudad fuera
abandonada
y que los cartagineses construyeran otra ciudad a no menos de quince
kilómetros
del mar.
Los cartagineses decidieron que si su ciudad iba a
ser
destruida, lo sería con ellos dentro. Se encerraron y fabricaron
armas casi sin materiales. Y resistieron. Ese mismo año
murió
Catón, y en 148 murió
Masinisa.
Ninguno de los dos pudo ver destruida a su enemiga. El trono de Numidia
pasó a manos de los tres hijos de Masinisa: Micipsa, Gulusa
y Mastanabal, pero finalmente Micipsa gobernó en
solitario.
Embelleció Cirta, su capital, donde se rodeó de
sabios
y artistas griegos. Proporcionó trigo y soldados a los romanos.
Andrisco venció en Macedonia a un
ejército
romano, pero inmediatamente Roma envió otro, esta vez bajo el
mando
de Quinto Cecilio Metelo, que, con la ayuda de Atalo II de
Pérgamo,
derrotó a Andrisco, lo llevó prisionero a Roma y
allí
fue ejecutado. Entonces la Liga Aquea aprovechó para saltar
sobre
Esparta, contraviniendo la orden de Roma de lo librar batallas sin su
consentimiento.
Metelo envió embajadores a Grecia, pero fueron insultados y
Metelo
se vio obligado a intervenir.
En 147 fue enviado a
Cartago
Escipión el joven, quien dio un nuevo impulso a la
campaña.
Le acompañaba Tiberio Sempronio Graco.
El rey parto Mitrídates I se apoderó
de
Mesopotamia, aprovechando las luchas por el poder entre Alejandro Balas
y Demetrio. Partia, junto con el Ponto, había sido uno de los
refugios
principales del mazdeísmo, la vieja religión persa. El
propio
nombre "Mitrídates" significa "don de Mitra", y "Mitra" era la
forma
en que el mazdeísmo había incorporado al dios Sol.
Mitrídates
trató de convencer a la clase dominante griega en Mesopotamia de
que el dominio parto no iba a suponer el fin del helenismo, y se hizo
llamar
Mitrídates
Filheleno (el que ama a Grecia). Ciertamente así fue. Los
partos
fueron más griegos que los propios griegos, pues éstos
habían
tratado de conservar la antigua cultura babilónica, mientras que
los partos no se interesaron en absoluto por ella. Bajo el Imperio
Parto
se extinguió definitivamente la cultura babilónica.
Un ejército fiel a Demetrio, el hijo de
Demetrio
I, acampó en Palestina y desafió a Jonatán, que
estaba
de parte de Alejandro Balas. Jonatán era entonces lo
suficientemente
fuerte para enfrentarse limpiamente a un ejército, sin recurrir
a la guerra de guerrillas. Aceptó y venció. La batalla
tuvo
lugar en Azoto.
El pretor de la Hispania Ulterior, Cayo Vetilio
había cercado a los lusitanos en España, pero Viriato les
disuadió de rendirse, les hizo dividirse en grupos
pequeños,
rompieron el cerco y escaparon. Los romanos les persiguieron, pero
cayeron
en una emboscada y Vetilio murió. Así Viriato dominaba
prácticamente
la Hispania Ulterior, y decidió pasar a la Citerior. En 146
había tomado muchas posiciones y finalmente derrotó al
pretor
Claudio
Unimano. Con esto, la autoridad de Roma en España
quedó
desarticulada.
Ese mismo año Cartago fue finalmente tomada e
incendiada
hasta los cimientos. Aquellos de sus habitantes que no optaron por
morir
entre las llamas fueron asesinados o vendidos como esclavos.
Escipión
el Joven se ganó el apelativo de "el joven africano".
Polibio
estuvo allí, junto a Escipión, y cuenta que mientras
Cartago
era arrasada él estaba pensativo. Le preguntó en
qué
pensaba y Escipión le contestó que la historia tiene
altibajos,
y que no podía dejar de pensar que quizá un día
Roma
sería saqueada como ahora lo estaba siendo Cartago.
El territorio de Cartago fue convertido en la Provincia
de África. Al mismo tiempo se constituyó la Provincia
de Macedonia, cuyo pretor tuvo a su cargo también la
supervisión
de Iliria.
Metelo fue sustituido en Grecia por Lucio Mummio.
Metelo no había querido tratar a los griegos con dureza, pues
era
uno de los muchos admiradores de su cultura. Por el contrario, Mummio
era
un hombre rudo que sólo buscaba la gloria militar. La ciudad
principal
de la Liga Aquea era Corinto, que se rindió sin oponer
resistencia,
pero no era esto lo que quería Mummio, así que la
trató
como si hubiera sido tomada por asalto. La saqueó,
esclavizó
a los supervivientes y tomó como botín cuantas riquezas y
obras de arte pudo encontrar. La Liga Aquea fue disuelta
definitivamente.
Sin embargo, Grecia no fue convertida en provincia romana, sino que
conservó,
más o menos formalmente, su independencia.
En 145 el hijo de
Demetrio
I se había aliado con Ptolomeo VI y logró derrotar
definitivamente
a Alejandro Balas, se casó con su esposa, Cleopatra Tea, y se
convirtió
en Demetrio II. Obviamente Jonatán era su enemigo, pero
a
la sazón el Imperio Seléucida se reducía a Siria y
Demetrio II estaba más necesitado de amigos que de enemigos,
así
que llegó a un acuerdo con Jonatán. Éste le
envió
un ejército de mercenarios judíos a cambio de los puestos
fortificados que rodeaban Jerusalén. Demetrio II aceptó
el
ejército, pero luego se negó a entregar los puestos.
En la batalla contra Alejandro Balas, Ptolomeo VI
había
caído del caballo y murió poco después a causa de
las heridas. Ptolomeo VI había dispuesto que el trono pasara a
su
hijo, pero su hermano, el que había sido por un tiempo Ptolomeo
VII, logró asesinarlo y quedarse con el trono. Esto produce una
discrepancia en la numeración de los Ptolomeos: hay quien llama
Ptolomeo
VII al hijo de Ptolomeo VI (rey de Egipto por un breve periodo), y
entonces el hermano de Ptolomeo VI es Ptolomeo VIII, y hay quien no
asigna
numeración al hijo y conserva el ordinal Ptolomeo VII para el
hermano
de Ptolomeo VI (que es lo que haremos nosotros). Ptolomeo VII se
casó
inmediatamente con su hermana y viuda de su hermano,
Cleopatra.
Condenó a muerte o al exilio a cuantos se habían opuesto
a él, lo que hizo que muchos intelectuales abandonaran el Museo
de Alejandría.
En España, el cónsul Quinto Fabio
Máximo
Emiliano derrotó a Viriato en campo abierto y le
obligó
a retroceder hacia el sur, pero en 143
Viriato
volvía a la carga y derrotaba al nuevo pretor de la citerior.
Logró
que los belos y los titos se unieran a los lusitanos y así Roma
tuvo que enviar un ejército de 30.000 hombres bajo el mando del
cónsul Quinto Cecilio Metelo (el otro cónsul era
Galba,
pero no volvió a España). Su mandato terminó antes
de que tuviera ocasión de emprender ninguna acción, y fue
relevado por el nuevo cónsul Quinto Pompeyo.
Un general seléucida llamado Trifón,
utilizó a un niño considerado hijo de Alejandro Balas y
le
dio el título de Antíoco VI para rebelarse contra
Demetrio II. Jonatán inmediatamente apoyó al
pretendiente,
para saldar la deuda que tenía pendiente con Demetrio II. Sin
embargo,
por algún motivo Trifón se vio inducido a planear el
asesinato
de Antíoco VI. Como temía que esto pudiera enturbiar las
buenas relaciones con Jonatán y los judíos, planeó
asesinar también a éste. En 142
lo invitó a la ciudad real de Tolemaida, a unos 135
kilómetros
al norte de Jerusalén, donde Jonatán acudió
halagado
por el trato distinguido y respetuoso que se le estaba otorgando, pero
allí fue capturado y asesinado. Su hermano Simón
reclamó
el cadáver y lo enterró en la tumba de la familia. Luego
le ofreció una alianza a Demetrio II contra Trifón a
cambio
de que Demetrio II reconociera la independencia de Judea. Demetrio II
aceptó
y por primera vez desde hacía cinco siglos, hubo un estado
judío
independiente, en el que Simón gobernó como Sumo
Sacerdote
(pero no asumió el título de rey).
En España, Pompeyo se presentaba ante
Numancia.
A sus ataques se opusieron unos ocho mil indígenas y el
resultado
fue indeciso, pese a que Pompeyo se atribuyó la victoria.
Finalmente
tuvo que retirarse.
En 141 El
procónsul
Quinto
Fabio Máximo Serviliano logró una victoria frente a
Viriato
a costa de muchas bajas. En Jerusalén Simón tomó
los
puestos fortificados que su hermano había reclamado a Demetrio
II,
de modo que la capital quedó libre de soldados
seléucidas.
También tomó la ciudad costera de Jaffa, para
tener
una salida al mar. Ptolomeo VII se casó con su sobrina Cleopatra
Evergetis, hija de su hermana y esposa Cleopatra y de su hermano
Ptolomeo
VII. No repudió formalmente a su esposa anterior Cleopatra, pero
ésta se marchó a la corte del rey seléucida
Demetrio
II (que estaba casado con Cleopatra Tea, hija de Cleopatra y hermana de
Cleopatra Evergetis). Ese mismo año murió el emperador
Chino
Chingdi, y fue sucedido por su hijo Wudi.
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