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En 1435 la Guerra de los Cien
Años cumplía noventa y ocho años. La
situación era cada vez más precaria para los ingleses. El
año anterior el duque Juan de Bedford había tenido que
sofocar una revuelta en Normandía. El bastardo de Orleans
tomó Chartres y Saint-Denis, mientras el mariscal La Hire
derrotaba a los ingleses en Gerberoy
y los expulsaba de la región de Caux.
Más grave aún fue que el duque de Bedford murió el
15 de septiembre, y todavía
más grave fue que el 21 de septiembre
el rey Carlos VII de Francia y el duque Felipe III de Borgoña
firmaron el tratado de Arras,
por el que terminaba la guerra civil entre armañacs y
borgoñones. Por dicho tratado, Carlos VII reconocía a
Felipe III como soberano independiente. En lo sucesivo, el duque de
Borgoña no sería vasallo de nadie. Ni Carlos VII ni sus
sucesores tendrían derecho alguno a desposeerlo de sus
títulos o sus tierras. Además, Borgoña se
anexionaba la mayor parte del territorio francés conquistado
recientemente, de modo que la frontera francoborgoñona se
trasladó a ciento treinta kilómetros de París. Por
último, Carlos VII tenía que presentar excusas por el
asesinato de Juan sin Miedo, el padre de Felipe III, y prometer que
castigaría a los asesinos.
El rey Enrique VI de Inglaterra acababa de cumplir los catorce
años, y la regencia pasó a manos de su tío-abuelo
Enrique Beaufort, de sesenta años, cardenal desde hacía
nueve. Propugnó una política pacifista que lo
enfrentó al duque de Gloucester, tío del rey.
Ese año murió el duque Antonio I de Atenas, que fue
sucedido por su primo Ranieri II.
En Suecia, el rebelde Engelbrekt convocó una asamblea en Arboga
en la que estaban representados eclesiásticos, nobles, burgueses
y
campesinos, y que es considerada como el primer parlamento sueco. Se
votó una constitución que designaba a Engelbrekt como
regente, pero éste fue asesinado poco después, ya en 1436. Los suecos lo sustituyeron por un
noble llamado Karl Knutsson y
el rey Erik, incapaz de dominar la situación, se refugió
en Gotland, desentendiéndose de las tareas de estado.
Los ejércitos franceses seguían obteniendo victorias.
Juan de Orleans tomó Meulan
antes de dirigirse a París, donde la población se
declaró partidaria del rey Carlos VII y el 13 de abril los ingleses tuvieron que
abandonarla, al igual que otras muchas plazas fuertes, de modo que los
dominios ingleses en Francia se redujeron a Normandía y la
Guyena. Allí el dominio inglés era firme, ylos
ejércitos franceses estaban demasiado agotados para intentar una
ofensiva. Por otra parte, Inglaterra tampoco no estaba en condiciones
de contraatacar, así que la guerra se estancó cuando
estaba a punto de cumplir su centenario. Carlos VII tenía un
hijo de trece años, el Delfín Luis, que ahora se casaba con Margarita, hija del rey Jacobo I de
Escocia.
Tras la derrota de los husitas radicales, sucedida dos años
atrás, el reino de Bohemia había quedado empobrecido y
desorganizado. Una dieta reunida en Jihlava
ratificó el 5 de julio los
compactata aprobados en el concilio de Basilea, y el emperador
Segismundo fue reconocido como rey de Bohemia. No obstante, el Papa
Eugenio IV, que seguía tratando en vano de trasladar el concilio
a Italia para tratar la unificación de las Iglesias
Católica y Ortodoxa, nunca llegó a ratificar las
concesiones religiosas que los compactata hacían a los husitas.
El rey Alfonso V de Aragón se las arregló para
persuadir a su carcelero, el duque de Milán, Felipe María
Visconti, para que lo liberara y entablara con él una alianza
para conquistar el reino de Nápoles. Envió a su hermano
Juan de vuelta a Aragón en calidad de lugarteniente, pero su
esposa María se las arregló para conservar la
lugartenencia de Cataluña, por lo que Juan fue únicamente
lugarteniente de Aragón y Valencia. Juan casó a su hija Leonor con el conde Gastón IV de Foix, que
acababa de suceder a su padre, Juan I. Enrique de Aragón
había acompañado a su hermano Juan en su regreso, y entre
ambos negociaron en octubre un
acuerdo con Álvaro de Luna y el rey Juan II de Castilla para
recuperar sus posesiones castellanas.
Una flota portuguesa, capitaneada por Alfonso Gonçalves,
llegó un poco más al sur del cabo Bojador, donde
confundió una bahía con la desembocadura de un río
y creyó haber hallado el Río
del Oro del que hablaban algunas crónicas (relativas al
río Senegal). Desde entonces, esa zona de la costa del Sahara se
llama Río de Oro,
aunque no hay ningún río, ni, desde luego, oro.
Basilio II, el gran príncipe de Moscú,
encarceló a su primo y rival, Basilio Yurievich e hizo que le
sacaran un ojo, por lo que desde entonces es conocido como Basilio el Tuerto. Su hermano
Dimitri continuó luchando contra Basilio II.
En Valaquia murió el príncipe Alejandro I y fue
sucedido por su hijo Vlad II Dracul
(el Dragón), llamado así por pertenecer a una orden
militar (la Orden del Dragón)
fundada por el emperador Segismundo.
Segismundo de Luxemburgo murió en 1437,
sin más descendencia que su hija Isabel, que estaba casada con
el duque Alberto V de Austria, por lo que éste heredó los
reinos de Hungría y Bohemia, además del ducado de
Luxemburgo, que siguió gobernado por Isabel de Görlitz. No
obstante, una parte de la sociedad húngara, contraria a los
alemanes, no aceptó a Alberto, y se mostró partidaria del
rey Ladislao III de Polonia, por lo que el país cayó en
la guerra civil.
En Castilla, Álvaro de Luna hizo encarcelar a Pedro Manrique, partidario de los
infantes de Aragón, que estaba casado con una hermana de
Íñigo López de Mendoza. Sus hijos, Rodrigo y Diego Gómez Manrique, se
rebelaron entonces contra el rey Juan II.
Los ingleses derrotaron al mariscal La Hire junto a Ruan.
En Escocia murió asesinado el rey Jacobo I, que fue sucedido
por su hijo de siete años, Jacobo
II. La regencia quedó en manos de sir Alexander Livingstone y sir William Crichton.
También murió, a sus treinta y seis años,
Catalina de Francia, hermana del rey Carlos VII, esposa del rey Enrique
V de Inglaterra desde los diecinueve y viuda desde los veintiuno. Unos
años atrás, había entablado relaciones con un
escudero de ascendencia galesa llamado Owen
Tudor, con quien tuvo varios hijos, entre ellos Edmundo, de siete años, y Jasper, de seis. El duque de
Gloucester hizo encarcelar a Owen, pero éste logró huir y
se refugió en Gales.
Ulug Muhammad, el kan de la Horda de Oro, fue derrocado, y
marchó con su horda al Volga medio, donde fundó el kanato
de Kazán. En los
años siguientes lanzó desde allí diversos ataques
contra los principados rusos.
En Samarkanda murió el matemático Qadi Zada. Poco
después se
publicó el mayor producto de los científicos reunidos
por Ulug Beg. Era el Catálogo
de las estrellas,
el primer catálogo estelar escrito desde los tiempos de
Ptolomeo, que
contenía además de la posición de 992 estrellas,
tablas de observaciones
astronómicas, cálculos sobre el
calendario y resultados sobre trigonometría. Así, por
ejemplo, la duración del año fue estimada en 365
días, 5 horas, 49 minutos y 15 segundos.
Con el fin de acabar con la piratería musulmana en el
Atlántico, una flota portuguesa bajo el mando de Enrique
el Navegante puso sitio a Tánger. Sin embargo, los portugueses
no sólo no pudieron hacerse con la plaza, sino que además
perdieron Ceuta y Fernando,
hermano de Enrique, tuvo que quedarse como rehén de los
marroquíes.
Cosme de Médicis encargó al arquitecto Michelozzo la
reconstrucción del convento de los dominicos de San Marcos.
El Papa Eugenio IV había donado a los dominicos de Florencia
el convento de san Marcos, y Fra Angélico recibió el
encargo de decorarlo con pinturas al fresco. Uno de estos murales
reproduce aproximadamente la Anunciación que unos años
atrás había pintado sobre tabla, pero en estas obras ya
no hay fallos de perspectiva, al contrario en lo que sucedía en
sus trabajos precedentes, y, en general, las composiciones son
realistas, si bien las figuras siguen siendo recordando al dibujo
gótico por su simplicidad y sus poses forzadas. Claro que todo
es cuestión de puntos de vista:
Por esto, jamás
será lo bastante alabado este santo
padre humilísimo y modesto en sus acciones y sus palabras
[...] Los santos que él pinto
tienen más aire y apariencia de santos que los pintados por
otros artistas. Tenía costumbre de no repasar ni retocar nunca
sus cuadros [...] por creer,
según decía, que ésa era la voluntad de Dios. Se
dice que fra Giovanni nunca tomó los pinceles sin haberse dado
antes a la oración. No pintó nunca una crucifixión
sin que las lágrimas bañasen sus ojos; y la bondad
sincera y la grandeza de su alma, y su espíritu profundamente
cristiano, se reflejan en los rostros y actitudes de sus figuras.
El principal argumento por el que los participantes en el concilio
de Basilea se habían negado a aceptar los intentos de Eugenio IV
de trasladar el concilio a Italia era el éxito con el que se
estaba tratando el problema de la herejía husita, asunto que
interesaba especialmente al emperador Segismundo. Ahora que el asunto
estaba zanjado y que el emperador había muerto, Eugenio IV no
aceptó más dilaciones y el 18
de septiembre convocó a los conciliares en Ferrara, para
principios del año siguiente.
En noviembre, el rey Carlos VII
de Francia entró en París, pero no fijó
allí su residencia. El rey no acababa de confiar en la ciudad de
la que había sido expulsado en su infancia, y así
París dejó de ser la capital de Francia. El monarca
residió en varios palacios del Loira.
Juan, el hijo del duque Renato de Anjou, se casó a sus diez
años con María,
hija del duque Carlos I de Borbón.
El 8 de enero de 1438, en
presencia del
emperador bizantino Juan VIII, el Papa Eugenio IV inauguró el
concilio de Ferrara, y se empezó a abordar la
posibilidad de terminar con el Cisma de Oriente. Sin embargo, no
acudieron todos los convocados, sino que una parte permaneció en
Basilea acordando medidas que limitaban la autoridad papal. El rey
Carlos VII de Francia aprovechó las circunstancias, y el 7 de julio promulgó la pragmática sanción de
Bourges, por la que daba validez en Francia a las decisiones del
concilio. En particular, el rey y los señores que tuvieran en
sus territorios abadías y obispados, podían renovar
nombrar sus titulares sin tener que consultar al Papa. Esto
confería obviamente una gran independencia de Roma a los
eclesiásticos franceses, a la vez que los hacía
más dependientes de la monarquía francesa. En particular,
los eclesiásticos no tardarían en aprobar reglamentos por
los que parte de las anatas
(el dinero que pagaban al Papa) se destinara a financiar al Estado y no
a la Iglesia.
La pragmática sanción era un paso más en una
tendencia de la Iglesia francesa conocida como galicanismo. Sus orígenes se
remontan al triunfo de Felipe IV sobre el Papa Bonifacio VIII que,
junto con el periodo de Aviñón y el cisma de Occidente,
contribuyeron a consolidar de hecho la autonomía de la Iglesia
gala, cuando no su dominio sobre la Iglesia romana. El galicanismo
tendía a convertir en una cuestión de derecho esta
cuestión de hecho. Los teólogos franceses estaban
elaborando un derecho galicano que no reconocía como ley los
cánones y decretos papales si éstos no eran aprobados por
los sínodos de la Iglesia de Francia.
Los príncipes electores proclamaron emperador a Alberto II de Habsburgo (el duque
Alberto V de Austria, heredero del emperador Segismundo).
Pedro Manrique fue trasladado como prisionero al castillo de Fuentidueña, de donde sus
hijos lo ayudaron a escapar.
Alfonso Martínez de Toledo,
más conocido por su cargo de arcipreste
de Talavera (de Talavera de la
Reina), terminó un libro al que quiso llamar Arcipreste de Talavera, pero, como
ese título sólo se prestaba a confusiones, acabó
siendo conocido como Corbacho, o
Reprobación del amor mundano. Se divide en tres partes.
La primera trata de la "reprobación del loco amor", la segunda
de las "maldades y defectos del sexo femenino" y la tercera describe el
carácter masculino en relación con los signos del
Zodíaco y los planetas. En suma, Castilla puede considerarse la
cuna de la psicología moderna.
El poeta valenciano Ausiàs March se había casado el
año anterior con Isabel
Martorell, la cual tenía una hermana llamada Damieta, que por esas mismas fechas
fue deshonrada por un primo suyo, Joan
de Monpalau, que había incumplido su promesa de casarse
con ella. Ambas hermanas tenían a su vez un hermano, llamado Joanot Martorell,
de treinta y tantos años, que a la sazón se encontraba en
Londres y
desde allí desafió por escrito a su primo. El propio rey
Enrique VI se
prestó a arbitrar el duelo, pero a Monpalau no le vino bien
pasarse por
Londres y el asunto se resolvió con una compensación
económica. Enrique VI prestó a Martorell un manuscrito de
una versión francesa de una novela titulada Guy de Warwich, que él
tradujo al catalán con el título de Guillem de Vàroic.
De este año data el único cuadro fechado del maestro
de Flémalle, y probablemente el más tardío de
cuantos se conservan. Son las alas de un tríptico, cuya parte
central se ha perdido. En ellos, la influencia de van Eyck es enorme,
tanto por la perfección naturalista, muy superior a la de sus
otras obras, como por la copia de la idea del espejo cóncavo que
muestra dos personajes más en la escena, exactamente igual que
en El matrimonio Arnolfini.
Ese año murieron:
-
El inca Viracocha,
octavo según las leyendas incas. Al parecer era hijo de Yahuar Huacac y nieto Inca Roca, el cual había
sucedido a Cápac Yupanki,
hijo de Mayta Cápac, a pesar de no ser descendiente del
fundador, Manco Cápac. Viracocha parece haber sido el primero
que, auxiliado por sus hijos y por sus hábiles generales,
convirtió las expediciones militares en un dominio estable sobre
los pueblos circundantes. Viracocha quisó que le sucediera su
hijo favorito, Urcon, pero al
final fue otro de ellos, Cusi
Yupanqui, quien se hizo con el trono, y adoptó entonces
el nombre de Pachacuti.
-
El rey Duarte de Portugal, víctima de una epidemia de
peste que azotó el país. El monarca era aficionado a las
letras dejó varias obras, entre ellas, El consejero leal y El arte de domar los caballos.
También dejó un hijo de seis años, que ahora se
convertía en el rey Alfonso V.
Las cortes designaron como regente a su tío Pedro, el duque de
Coimbra.
-
El infante Pedro de Aragón. Había participado en la
toma de Gaeta, que su hermano, el rey Alfonso V de Aragón
había logrado ocupar en un segundo intento, pero luego
llegó a Nápoles el rey Renato I, que había sido
liberado finalmente por el duque Felipe III de Borgoña. Alfonso
V pasó entonces a asediar la capital, y allí murió
Pedro.
-
El conde Jaime II de la Marche, que fue sucedido por su hermano
Luis, el conde de Vendôme.
-
El conde Fadrique de Luna, que fue pretendiente a la Corona de
Aragón.
-
El escultor italiano Jacopo della Quercia. Su último
trabajo fueron los relieves del Génesis
del portal principal del San
Petronio de Bolonia.
Por motivos de alojamiento, en enero de
1439 el Papa Eugenio IV trasladó a Florencia el concilio
de Ferrara, al que acudieron setecientos griegos, entre ellos el
emperador Juan VIII, el Patriarca de Constantinopla, e incluso un
representante del emperador Juan IV de Trebisonda. El 6 de julio se llegó a un acuerdo
sobre la unión de la Iglesia Católica y la Iglesia
Ortodoxa, plasmado en la bula Laetentur
coeli. No obstante, el pueblo bizantino, cuyas convicciones
religiosas y odio a Occidente eran superiores a toda conveniencia
política, rechazó mayoritariamente esta decisión.
Tampoco la aceptó (puesto que no necesitaba nada de Occidente)
el príncipe Basilio II de Moscú, que hizo encarcelar al metropolíta Isidoro (el
máximo representante de la Iglesia en Moscú). Desde ese
momento, la Iglesia Ortodoxa Rusa
se independizó de la de Constantinopla. Mientras tanto, los
cardenales que seguían
reunidos en Basilea, dirigidos por el cardenal Luis Alemán, eligieron su
propio Papa, el duque Amadeo VIII de Saboya, que adoptó el
nombre de Félix V. Poco
después cedió definitivamente el ducado a su hijo Luis,
que pasó a ser así el duque Luis I de Saboya.
Eugenio IV, de acuerdo con lo pactado con Juan VIII, predicó
una cruzada contra los turcos, en defensa de Constantinopla.
Entre los asistentes bizantinos al concilio de Florencia estuvo Juan Bessarion, nacido en
Trebisonda, al que Eugenio IV nombró cardenal y desde entonces
permanecería en Italia. Fue un destacado humanista. Se dice que,
ante una traducción de Las leyes, de Platón, realizada
por Jorge de Trebisonda, dijo que contenía tantos errores como
palabras.
Con el séquito del emperador había llegado
también un curioso personaje. Se llamaba Jorge Gemisto Pletón, y
había nacido en Constantinopla hacía ochenta y cuatro
años. De joven había viajado por Oriente, y
después se estableció en donde había estado la
antigua Esparta. Allí inventó una nueva religión,
que no era sino una mezcla de mazdeísmo, paganismo y
filosofía platónica. El sumo hacedor es Júpiter,
creador de las ideas o dioses secundarios, de los que nacen los
planetas, de los que a su vez surgen los demonios y así, tras
una larga cadena, se llega a los hombres, los animales y las plantas.
Inexplicablemente, no logró ningún adepto para sus
creencias, pero en Florencia logró convencer a Cosme de
Médicis de la importancia de la metafísica de
Platón. Gemisto terminó de preparar a Marsilio Ficino, el hijo del
médico del mecenas, que había sido educado especialmente
en filología griega para realizar traducciones de los antiguos.
Los hermanos Jean y Gaspard Bureau mejoraron
sustancialmente la artillería francesa, tanto en el
diseño de los cañones como en la calidad de la
pólvora. Carlos VII comprendió la importancia de la
artillería y dio orden a los comandantes de los ejércitos
de que trataran con respeto a los artilleros, e incluso a los
cañones, aunque los artilleros fueran generalmente de origen
plebeyo. La primera muestra de la eficacia de la nueva
artillería se vio en el asedio de Meaux. Sus murallas
habían resistido durante meses el asedio de Enrique V casi dos
décadas atrás, pero ahora sucumbieron rápidamente
ante los cañones franceses. Juan de Orleans dejó de ser
conocido por su nacimiento extramarital al recibir el título de
conde de Dunois.
Los infantes de Aragón habían logrado aunar a los
principales linajes de la nobleza castellana contra Álvaro de
Luna, que fue desterrado de la corte por segunda vez, y se
retiró a Escalona.
El rey Alfonso V de Aragón seguía combatiendo en y por
el reino de Nápoles, aliado con el duque de Milán, Felipe
María Visconti. Algunas ciudades del norte de Italia (Venecia,
Génova, Florencia y Ferrara), recelosas del poderío
milanés, formaron una alianza contra el duque, en cuyas acciones
participó el señor de Rímini, Sigismondo Pandolfo
Malatesta, que se había convertido en un experto condotiero.
Mandó construir en Rímini una poderosa ciudadela conocida
como la Rocca malatestiana.
El duque Ranieri II de Atenas fue derrocado por su hermano Antonio I.
Ese año murió el duque Federico IV de Austria, cuyo
hijo Segismundo I, de doce
años, además del título ducal que se arrogaban
entonces casi todos los Habsburgo, heredó el condado del Tirol.
El emperador Alberto II murió en Hungría, mientras
trataba de someter el país. Dejó una hija de dos
años, llamada Isabel, y
un hijo póstumo, que recibió el nombre de Ladislao I, teóricamente rey
de Hungría y de Bohemia y duque de Luxemburgo, aunque Ladislao
III de Polonia no tuvo dificultad en apoderarse de Hungría en 1440. Contó para ello con el apoyo
del Papa, pues se comprometió a dirigir la cruzada contra los
turcos.
Al frente de la casa de Habsburgo
estaba ahora el duque Federico V, sobrino de Federico IV, que no
tardó en convertirse en el emperador Federico III. El ducado de
Luxemburgo siguió gobernado por Isabel de Görlitz, mientras
que Bohemia quedó a merced de la nobleza, que seguía
dividida entre católicos y husitas. En Lituania fue asesinado el
gran duque Segismundo, y el ducado pasó a Casimiro, hermano de Ladislao III.
Por si el Papa Eugenio IV no tenía bastantes problemas, el
humanista Lorenzo Valla (entonces secretario del rey Alfonso V de
Aragón) publicó su De
falso credita et ementita Constantini donatione declamatio, en
la que, mediante el análisis filológico, demuestra la
falsedad de la donación de
Constantino, en la que se fundamentaba el poder temporal del
papado. La reacción de Eugenio IV fue insólita, pues en
lugar de excomulgar a Valla lo nombró oficial de la curia
romana, y es que Eugenio IV es el primer Papa renacentista con que
contó la Iglesia. (En realidad pocos tenían ya por
auténtica la donación de Constantino. El interés
del trabajo de Valla eran sus argumentos filológicos.)
Jorge Gemisto partió de Florencia de vuelta a Morea. Durante
su estancia en Florencia había escrito dos libros: el Tratado sobre las leyes (en el que
trata de la fatalidad y el libre albedrío) y la Diferencia entre Aristóteles y
Platón, donde presenta a Aristóteles como ateo e
inmoral, mientras que Platón es un teólogo modelo.
Marsilio Ficino empezó a traducir las obras de Platón,
bajo la supervisión de Cosme de Médicis, que ese mismo
año fundó la Academia
Platónica de Florencia, una sociedad de eruditos que se
reunían periódicamente para discutir temas literarios. Vespasiano da Vesticci, un
contemporáneo de Cosme de Médicis, lo describe así:
Cuando hablaba con un
erudito, Cosme de Médicis manifestaba saber casi tanto de
literatura como de negocios; con los teólogos discurría
de teología, y con los músicos y astrólogos de
música y astrología. En arquitectura era un experto
consumado, y lo mismo en pintura y escultura.
Desde hacía cinco años residía en Florencia un
pintor llamado Domenico Veneziano,
natural de Venecia, como su nombre indicaba. Tendría ahora sobre
los cuarenta años, y estaba trabajando en unos frescos para el
coro de la iglesia de san Egidio, que actualmente se han perdido. Entre
sus ayudantes se encontraban un joven de veinte años llamado Piero della Francesca, que
había llegado a Florencia el año anterior, y otro de
quince, llamado Alessio Baldovinetti.
Un anónimo Maestro di Prato
pintó un hermoso mural sobre la Natividad de la Virgen en la
catedral de Prato. Se especula
sobre la posibilidad de que el autor sea Paolo Uccelo, aunque tiene
diferencias estilísticas notables con otras obras de este autor.
La escena tiene fallos de perspectiva, pero muchos de ellos solo se
aprecian tras una observación minuciosa, lo que se interpreta
como que el pintor planeó la escena de forma intuitiva, aunque
con gran acierto. Los detalles no llegan a la perfección de la
escuela flamenca, pero se asemejan.
Donatello terminó su David
en bronce, para el palacio de los Médicis. Es el primer desnudo
en bronce desde la Antigüedad Clásica.
Un teólogo alemán llamado Nicolaus Krebs, aunque es más
conocido como Nicolás de Cusa,
publicó ese mismo año De
docta ignorantia, que puede considerarse la primera teoría del conocimiento
moderna. Distingue varios grados de conocimiento: el de los sentidos,
el de la razón, el del intelecto, la contemplación
intuitiva. La realidad es contradictoria y sólo Dios supera
todas las contradicciones.
Hacía seis años que se había establecido en
Estrasburgo un alemán nacido en Maguncia con una gran
vocación empresarial. Se llamaba Johannes Gensfleisch, pero era
más conocido como Johannes
Gutenberg. Junto a tres socios, se había interesado en un
primer momento por la talla de piedras preciosas, después se
pasó a la fabricación de espejos, pero en los dos
últimos años andaba metido en una empresa que mantuvo en
riguroso secreto. Ahora tendría algo más de cuarenta
años.
Fernán Pedraza
conquistó la isla de Gomera, en el archipiélago de las
Canarias, con lo que Castilla dominaba ya todas las islas menores, y
sólo quedaban sin conquistar La Palma, Gran Canaria y Tenerife.
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